¡Venga tu Reino! HONESTIDAD Y SINCERIDAD FUNDAMENTO: «Nuestro Señor aborrece la mentira y la hipocresía» (Ap 22,15). «La sinceridad busca agradar a Dios y no a los hombres» (1 Ts 2,3-4). » ( ). PUNTOS DE REFLEXIÓN Con Dios: El examen de conciencia, dice SS Benedicto XVI, tiene un valor pedagógico importante porque educa a mirar con sinceridad la propia existencia, a confrontarla con la verdad del Evangelio y a valorarla con parámetros no sólo humanos, sino también tomados de la Revelación divina. La confrontación con los Mandamientos, con las Bienaventuranzas y, sobre todo, con el Mandamiento del amor, constituye la primera gran «escuela penitencial». Al hacer un balance o examen de conciencia, ¿la sinceridad guía mi reflexión? ¿Siempre? ¿Frecuentemente hago un examen de conciencia? ¿Por qué? María es modelo de honestidad y sinceridad. Ella me muestra el modo, la manera más adecuada para amar a su Hijo. Ella me enseña a acercarme a Dios con sinceridad y sencillez. Gracias a su intercesión, confío plenamente en que siempre puedo contar con la misericordia divina y por ello puedo encontrar la paz en la oración, en mi vida cotidiana. ¿Cómo agradecerte Madre mía tanto amor? Con mi familia: En la familia se crece en el amor por la convivencia y el testimonio de unos con otros. ¿Soy coherente entre lo que digo y lo que hago? El testimonio de mi vida espiritual y apostólica, ¿es indiferente a mi familia? ¿Me creen? Mi testimonio ¿convence? ¿Por qué? Los problemas más graves de una falsa o baja autoestima surgen ordinariamente dentro de la familia. Mi relación y trato, ¿favorece o perjudica el que los miembros de mi familia tengan una sana autoestima? ¿Sé reconocer, sincera y honestamente, las acciones de los demás? ¿Acostumbro premiar con una alabanza sincera, con una sonrisa o una caricia, el bien que veo en los demás? Con los demás: Vivir honestamente implica actuar siempre de acuerdo a mis principios morales, verdad y justicia, aunque esto implique ir contra corriente. La tendencia a relativizar las cosas a la propia conveniencia es una tentación constante. ¿Qué puedo hacer, Dios mío, para crecer en la honestidad y la sinceridad? Porque cuando no se vive como se piensa, se termina pensando como se vive. Cuando tengo que «corregir» o decir algo para defender la Verdad, debo tener en cuenta la caridad para no herir, la discreción para no decir en público lo que debo decir en privado, la amabilidad y la prudencia para buscar la mejor forma, y en el mejor momento, para decir lo que tenga que decir. ¿Acostumbro hacer esta reflexión? ¿El impulso, la agresividad, el celo, me Centro de Recursos del Regnum Christi 01-800-288-2334 Tel. 52+81-83680019 [email protected] ¡Venga tu Reino! dominan frecuentemente? ¿En qué medios tengo que trabajar para lograr que mi comunicación con los demás sea siempre honesta y sincera? En mis estudios, en mi trabajo o en mis actividades ordinarias, ¿acostumbro aprovecharme de las influencias para conseguir un servicio que se niega a los demás? ¿Siempre busco mi propia conveniencia, aunque para lograrlo tenga que recurrir a las apariencias o a la mentira? ¿Regulo siempre mis relaciones con todos según la justicia y la caridad cristianas? En los deportes o en los juegos, ¿soy leal con los que compiten conmigo? ¿Sé reconocer cuando pierdo? Conmigo mismo: «El que por hábito es insincero, acaba por engañarse a sí mismo» (Cristo al centro, n. 182). ¿Tiendo a buscar siempre alguna justificación para excusar mi falta de sinceridad? ¿Son frecuentes en mi vida las «mentiras piadosas»? Aparentar ser lo que no soy, ¿es algo frecuente en mi vida? ¿Por qué? ¿Mi tendencia es aceptar quién soy, con mis cualidades, debilidades y defectos, buscando la manera de superar lo negativo y agradeciendo a Dios lo positivo, pidiendo su intercesión para perseverar en el bien? Con la Iglesia y el Movimiento: Un sincero y auténtico miembro de la Iglesia busca por todos los medios posibles avivar, defender y trasmitir su fe en la Iglesia, fundada por Cristo. ¿Así es mi relación con la Iglesia? Mi amor a la Iglesia y al Movimiento, ¿es sincero? Una santidad fingida hace más mal que bien. ¿Cómo es mi testimonio? La perseverancia, la constancia y el buscar los frutos por amor a Dios y a su Iglesia, ¿son cualidades que describen mi celo apostólico? «La vida cristiana en este tipo de sociedad exige siempre honestidad y sinceridad en las propias creencias, y respeto por aquellos que constituyen el prójimo de cada uno» (Benedicto XVI, 17 de mayo de 2011). NOTAS PERSONALES: ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ ________________________________________________________________________________ Centro de Recursos del Regnum Christi 01-800-288-2334 Tel. 52+81-83680019 [email protected]