1 Órgano de mano Órgano de mano de factura renacentista realizado por el autor. La construcción, opera prima, de este instrumento data de los inicios de mi interés por el órgano y fue motivada a efectos meramente experimentales tras haber leído, en un lugar de cuyo nombre no quiero acodarme, que la utilidad musical de los órganos de mano era prácticamente nula, limitada a la realización de sencillas notas de acompañamiento. Presentes en la iconografía occidental desde el siglo XI, (ver nuestro cuaderno “El órgano de mano de Alfonso X El Sabio) la práctica nos ha demostrado que, al menos ya desde su forma renacentista y con un mínimo entrenamiento dirigido sobre todo a su entonación, fácilmente, pueden afrontar un exigente repertorio barroco de flauta con la ventaja para el intérprete de poder tañer y cantar, a la vez, con la mayor soltura. “Il meisme souffle et touche Et chante avec à pleine bouche.” (Guillaume de Machault “Roman de la rose”) Nuestro prototipo presenta varios hechos dignos de ser notados. El primero que los tubos son de “talla constante”. Es una técnica que, más que corriente, fue única en la época gótica, primera de su existencia, teniendo la ventaja de imitar con mayor fidelidad el sonido de la flauta. No olvidemos que el órgano – la Hidraula – nace con la 2 sola vocación de “instrumento o “máquina” para hacer sonar mecánicamente los “auloi” característicos de la música griega. Los tubos son de madera, como fue de práctica común en todas las épocas de su existencia, de donde los nombres de “órgano de palo”, “orguens de fusta”, “organi di legno” con que fueron llamados en distintos lugares. Por iniciativa propia, lo dotamos de dos fuelles, disponiendo en su interior sendos muelles que aseguran un retorno automático al dejar de presionarlos, con que se consigue una gran facilidad manejo y una ausencia total de “respiraciones” no deseadas. Y surge la pregunta: ¿Es algo que a lo largo de 15 siglos no se le ocurrió a ninguno de los miles de intérpretes y constructores de estos instrumentos? "Andada la sexta jornada fueron subidos ya ensomo de toda la altura del monte. E començaron a oyr sones de armonía muy melodiosa. tanto q bien pçebieron ser allí el parayso terrenal. Del ql avían avido las nuebas. E estando marabillados dela melíflua dulçura de tanta diversidad de sones. e tanta concordia de bozes. súbitamente les apareçió una donzella con tanta exçelençia de alegría en la cara que rrepresentava el lugar de donde venía. Aquesta donzella era clavera de una puerta: por la ql entravan al sagrado monte. E la çélica conzella tenía enla mano una viuela. et en la otra unos órganos manuales..." (S. XV, Alfonso de la Torre, Visión Delectable de la Filosofía y Artes Liberales). 3 Hans Memling, 1479. Retablo de San Juan Bautista y San Juan Evangelista (detalle). Stad Beugge, Meralingmuseum, Stedelijke Musea, Brujas.