En seguimiento de Cristo… Informe de Hna. Christiane Mégarbané, fmm Sup.Gen. Introducción 1. Hace cinco años, el 25 de marzo de 2003, Hnas. Philomena Fogarty y Lucie Kristofik de la provincia de Estados Unidos, fueron raptadas por un joven individuo, un rapto que costó la vida a Hna. Philomena. Ella ofreció su perdón al asesino, según las palabras de este último, mientras confesaba que él nunca hubiera podido hacer eso 1. Esta muerte violenta, como el perdón vivido del don de sí, hasta dar su vida, permanecerán para siempre en el misterio. ¿Como es posible perdonar un gesto tan cruel? Quizás Philomena no murió por una causa, sin embargo el perdón que ofreció ¿no fue el mismo de Cristo en la Cruz? “Padre perdónales porque no saben lo que hacen”2 La nueva fraternidad que se reconstituyó en otoño concretizó este perdón. Por el hecho mismo de su presencia, anuncia el perdón de Dios que “en Cristo, estaba reconciliando el mundo consigo, no teniendo en cuenta los delitos de los hombres, y poniendo en nuestros labios la palabra de reconciliación”3. 2. ¿Qué es lo que a lo largo de la historia del Instituto y todavía hoy, da sentido a nuestras vidas y nos consiente vivir esto? De 81 nacionalidades, insertadas en 77 países, sea cual fuere nuestra gran diversidad, las situaciones en las que nos encontramos y los compromisos que tenemos, intentamos encarnar el carisma del Instituto un don para el mundo, un ‘tesoro” ofrecido y compartido de múltiples maneras en la vida ordinaria de tantas hermanas nuestras, en respuestas audaces…y hasta el don de su propia vida4. 3. “Franciscanas, llamadas a vivir la kénosis de Cristo (Flp 2,5 -11), en fidelidad creativa y en solidaridad con el mundo sufriente” es el tema del Capítulo general que celebraremos este año. Las respuestas de todas las provincias en su preparación, nos ofrecen una documentación rica y sólida, complementaria de esta relectura que hemos hecho en el consejo general y que os la ofrecemos. La elección de la fórmula de los votos como hilo conductor, puede facilitarnos ver, de qué manera, en lo concreto de nuestras vidas – personales, comunitarias, 1 cf. Carta general del 27 de marzo 2004, nº 14 Lc 23, 34 3 2 Co 5,19 4 cf. Documento Capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy - Introducción 2 1 de las provincias y del Instituto – vivimos en seguimiento de Cristo. De hecho, como nos recuerda María de la Pasión: “Para ir a Jesús Fuente de gracias, hay que seguir el camino que Él siguió y este camino desde Belén hasta la Eucaristía, es todo de pobreza, de castidad, de obediencia, de caridad y de amor.”5 4. Releer nuestra trayectoria desde el último Capítulo general, una trayectoria marcada por la beatificación de María de la Pasión y de múltiples acontecimientos en el mundo, la Iglesia y el Instituto, nos invitará a hacer memoria de la acción del Señor en nosotras y a través de nosotras, mientras echamos una mirada justa y verdadera a todas nuestras sombras y nuestros límites, para que “El que comenzó en nosotras esta obra buena, la lleve a término hasta el Día de Cristo Jesús”6. I – En seguimiento de Cristo, en el Espíritu - una llamada 5. Al origen de nuestra fe y de nuestra vida cristiana, sea cual fuere nuestro estado de vida y vocación, está ante todo esta llamada de Jesús, que se dirige a cada uno y a cada una de nosotras “a seguirle” a hacernos sus discípulos. La V Conferencia general del CELAM, que tuvo lugar el año pasado en Aparecida (Brasil), nos recuerda “Llamados al seguimiento de Jesús, fueron pues, vieron dónde residía y se quedaron con él (Jn 1,39). La primera invitación que Jesús dirige a toda persona que encuentra, es que sea su discípulo, para seguir sus huellas y hacer parte de su comunidad. Nuestra mayor alegría es la de ser sus discípulos! Nos llama a cada uno por nuestro nombre, -conociendo nuestra historia profundamente (cf. Jn 10,3) -, para que vivamos con él y continuemos su misión (cf. Mc 3, 14-15)”7. 6.“Y de manera especial a los religiosos, que renunciaron al siglo, están obligados a hacer más y mayores cosas, pero sin omitir lo demás”8. Esta recomendación que da Francisco a los religiosos se encuentra de alguna manera en María de la Pasión. “Me acuerdo siempre y con mucho consuelo, la palabra de uno de mis confesores (…) que me decía: la vida de los santos debe ser una continua prolongación de conversiones, desde el bien a lo más perfecto. Tomad esta palabra para vosotras, y que cada día de vuestra vida sea un día de conversión del bien a todavía mejor. Nuestro Señor lo querría así. El está siempre a nuestra puerta, nos llama para obtener algo más de lo que le hemos dado”9 . 7. Después de haber tomado conciencia en nuestro último Capítulo general de “nuestra falta de radicalidad en seguimiento de Cristo”10, elegimos para los seis años venideros “vivir como 5 Carta común: 20.8.1891 Flp 1,6 7 cf. Nº 2 del Mensaje de la V Conferencia general del CELAM a los pueblos de América Latina y el Caribe, que tuvo lugar en Aparecida (Brasil) del 13 al 31 de mayo 2007. Aparecida – Brasil, 29 de mayo 2007. Texto citado por la Documentación Católica, 5 -19 agosto 2007, Nº 2385 8 2ª Carta a todos los fieles 2,36 9 Breve Carta General 34: 22.6.1899 10 Documento Capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy - Discípulas 6 2 discípulas, apasionadas por Cristo”11; una invitación a “dejarnos de nuevo seducir por Cristo”12. En el Encuentro del Consejo general con las provinciales y las maestras de novicias en junio de 2004, se sintió nuevamente la llamada a un compromiso a una radicalidad mayor y una mejor calidad de vida13. El Consejo General Plenario de marzo 200614 que tuvo como tema: “Franciscanas, llamadas a vivir la radicalidad del Evangelio”15 , marcó finalmente una pauta importante en este camino. Fue realmente la llamada a seguir a Cristo lo que cada vez se hizo más insistente. Nos convidaba a tener los mismos sentimientos que tuvo Él (Flp 2,5 -11)16. 8. Nuestro caminar se ha reconfortado por las reflexiones que tuvieron lugar en el Congreso Internacional de la Vida Consagrada, en noviembre de 2004. El documento final, “Lo que el Espíritu dice hoy a la Vida Consagrada”17, nos ha confirmado en nuestro deseo de ponernos en camino para ‘nacer de nuevo’, desde la lógica de la encarnación (NMI,52) y la súplica del Espíritu para que así sea (refundación). Ha recalcado la fascinación que hoy ejerce sobre la vida consagrada la figura de Jesús, que nos amó y se entregó por nosotros . Su pasión precede a nuestra pasión, su amor apasionado al Abba se tradujo en pasión por la humanidad18. 9. La transmisión en las provincias de las reflexionas hechas en cada uno de estos Encuentros, ha contribuido ampliamente a hacer esta trayectoria juntas 19, como Instituto. Se han organizado retiros anuales y de coparticipación alrededor de los temas de “discípulas” de “identidad y radicalidad franciscanas”, de “la kénosis de Cristo”. Esta profundización ha estado acompañada por testimonios de vida, sacados ya sea del hoy del Instituto o de su historia. Los boletines de las provincias y el del Instituto “Lugar de Encuentro” se han hecho eco de ello. - una identidad 10. Jesús, mientras nos invita a seguirle, nos da un nombre que al mismo tiempo es una identidad y una misión. “Jesús miró a Simón y le dijo: ‘Tu eres Simón, hijo de Juan; te llamarás Cefas (que significa piedra)”20. Tomando entonces la palabra respondió Simón Pedro: ‘Tu eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.’ Jesús le replicó: Pues yo te digo: tu eres Pedro, y sobre esta Piedra construiré mi Iglesia”21. 11 Id. 3 id. Discípulas, Líneas de acción I 13 Documento del Consejo General Plenario 2006, 30 de marzo 2006 14 Las Ecónomas provinciales fueron invitadas a participar en la primera parte del CGP 15 Documento del Consejo General Plenario 2006, 30 de marzo 2006 16 id. 17 Pasión por Cristo, Pasión por la humanidad, Congreso Internacional de la Vida Consagrada – pub. Claretianas, 2005, p. 351y ss. 18 Pasión por Cristo, Pasión por la humanidad, Congreso Internacional de Vida Consagrada – pub. Claretianas, 2005, p. 356 y 357 en paralelo con el Documento del Consejo general plenario de 2006 y el Documento Capitular de 2002, discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy. 19 id. 20 Jn 1, 42 21 Mt 16, 16 y 18 12 3 11. Todas conocemos a numerosas hermanas FMM de todas las generaciones, que con su vida escriben páginas bellas en nuestras historias comunitarias y misioneras; hermanas con las que nos codeamos en el día a día en medio de la misión o en los servicios comunitarios, hermanas jubiladas y aquellas que llevan el peso del día. Por sus vidas, cada una a su manera, nos dicen algo de Cristo. Porque han aprendido a conocerle y a encontrarle, nos revelan algunos de sus rasgos; hermanas que viven con gozo y apertura el seguimiento de Cristo, a pesar de sus horas sombrías o de su fe probada; hermanas que ciertamente pueden decir con el Apóstol Pablo, mi vida es Cristo22. 12. Ser discípulas no está en el orden del saber, sino en el encuentro, un encuentro que transforma al punto de que los / las que se codean con nosotras sean capaces de VER a Dios – una expresión muy querida a María de la Pasión – y de experimentarlo en nosotras y en los demás. “Si Dios está en mí sin que yo lo sepa, lo vea, lo ame, El no vivirá en mí… (Pero) si tengo, si veo, si amo a Dios en mí, moriré del deseo de que Él esté, que yo lo vea, que yo lo ame ¡en todas las criaturas! Después de todo, es el deseo del cielo y que por la gracia está en nosotros.” 23 13. No obstante y en varias ocasiones, lo hemos reconocido: no siempre tenemos una identidad clara. Nuestras convicciones no siempre son muy sólidas, nuestras prioridades son a veces confusas y nuestros criterios ambiguos. Compartimos con el mundo de hoy una seria crisis de identidad y tenemos la tendencia a querer diluir nuestros valores. Si nuestra vida ya no nos llama a las exigencias del Evangelio, a una cierta radicalidad, si vivimos exactamente como el mundo, ¿cómo podremos ofrecerle una forma de vida alternativa que de testimonio de la Buena Noticia?.24 14. María de la Pasión ya en su época expresaba esta misma preocupación. “¿Hemos creído en la verdadera sabiduría desde nuestra entrada en religión? ¿ no hemos dejado penetrar poco a poco otras cosas? ¿No reclama sus derechos la naturaleza y no le hemos hecho algunas concesiones? No lo olvidemos, nadie puede servir a dos señores”25. 15. Hoy sufrimos por tener demasiadas “seguridades exteriores”, garantías; estas nos dejan un tipo de apatía frente a las exigencias de nuestra vocación. ¿No hemos perdido de alguna manera, el gusto del riesgo, el gusto de apostar todo por Cristo? Esta situación nos plantea un serio desafío y nos urge a recobrar nuestra identidad para ser en el mundo y en la Iglesia una llamada del Absoluto y testimonios del Amor divino, que se nos ha revelado en la Pasión de Cristo por su Creación. 16. En las visitas oímos a las hermanas que deploran la pérdida del entusiasmo inicial. Es verdad que en la trayectoria de nuestras vidas podemos conocer la debilidad, el desánimo, incluso la desilusión. Es la hora en la que el seguimiento de Cristo se hace más difícil y “perdemos algo del fervor que teníamos cuando entramos, como lo nota María de la Pasión. Más adelante se desearía volver a la primera resolución, pero uno se dice: ‘Es demasiado tarde, (…) no me queda tiempo’. Se queda entonces en la tibieza y quizás en la infidelidad” 26. 22 cf. Flp 1,21 Me habla en el corazón de su Iglesia, 1º de septiembre 1882 (28) 24 cf. Documento del Consejo General Plenario 2006, 30 de marzo 2006 25 Escritos de María de la Pasión, MD, 634 26 Escritos de María de la Pasión, MD, 176 23 4 17. También Pedro conoció en la hora de la Pasión, el momento de la negación, sin embargo, para él no fue el momento del fracaso, del abandono, más bien el de una nueva elección madurada en el sufrimiento y seguirá a Jesús hasta el extremo del amor. Así también, en nuestras vidas como en la de Pedro, puede darse un nuevo “sígueme” si estamos convencidas de que “es tiempo de recomenzar… (si nosotras) tomamos la resolución de corresponder a la gracia sea cual fuere nuestra edad y nuestras dificultades”27 . 18. Reencontrar nuestra vitalidad y nuestra pertenencia es dejarnos seducir de nuevo de una pasión irresistible por Cristo y su misión, para entregarle poco a poco toda nuestra vida. ¿No hay una relación fundamental entre el amor y la vocación de discípula? ¿Quién es Cristo para nosotras en el día a día de nuestra vida, en los momentos de alegría como en los momentos en que se siente el vacío, la angustia, en la monotonía del cotidiano como en nuestras solidaridades y compromisos en medio del mundo, en las dificultades y dilemas de nuestras vidas como en los gestos fraternos y los signos de esperanza? - en el Espíritu 19. El Espíritu que el Padre nos envía en nombre de su Hijo28 es el que trabaja precisamente en el corazón de cada discípulo – de cada una de nosotras - para que, en lo concreto de nuestra existencia, seamos conscientes de la medida del amor con la que somos amadas. 20. Ponerse a su escucha, Él “que nos educa”29, es el único camino para ir “en seguimiento de Cristo”, porque sabemos por experiencia cuántas veces andamos por camino falso. “Esperamos del Espíritu el don de consejo para saber lo que debemos de hacer”30. Él nos ayudará a ser fieles a la vocación a la que hemos sido llamadas, respondiendo a la pregunta que Jesús nos dirige personalmente: “¿Qué buscáis?” 31. 21. Esto implica una actitud de conversión para discernir guiadas por Él, lo que en nuestras relaciones, actitudes, comportamientos, en nuestras motivaciones y opciones, no es compatible con el hecho de ser discípula. ¿Damos al Espíritu su lugar en nuestras vidas? Sólo Él puede hacernos conformes a los pensamientos de Dios32 . 22. La verdadera conversión es la que parte concretamente de sí y no del personaje ideal que soñamos ser. Nos invita a “reconocer, en el encuentro profundo con Cristo, todo lo bello y bueno que hay en nosotras y también la verdad de nuestra condición humana, frágil y vulnerable. Como las mujeres del Evangelio, dejémonos sanar y enviar de nuevo para dar vida”33. Francisco pedía a sus frailes que fueran muy realistas. “Cada uno sepa medir sus fuerzas en su entrega a Dios”34. “Hermanos, os lo digo, que cada uno tenga en cuenta su temperamento”35. 27 Escritos de María de la Pasión, MD, 176-177 cf. Jn 14,26 29 Sg 1,5 30 Fichero de los Escritos de María de la Pasión, MD, 318 31 Jn 1, 38 32 cf. Is 55, 8 33 Documento Capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas, Líneas de acción 2 34 2 Celano 22 35 Leyenda de Perusa 1 28 5 23. El Espíritu “socorre nuestra debilidad”36 este es el manantial de toda transformación. Él nos compromete en el seguimiento de Cristo, generalmente por etapas sucesivas, a veces dolorosas y nunca adquiridas una vez por todas. Sin embargo, el que nos llama a seguirle es el que comparte nuestra humanidad. “Cuando llegó la plenitud de los tiempos, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la ley, para que rescatase a los súbditos de la ley y nosotros recibiéramos la condición de hijos. Y como sois hijos, Dios infundió en vuestro corazón el Espíritu de su Hijo que clama: Abba, Padre”37. II - Yo, Sor… 24. Cada una de nosotras tiene su historia, con sus riquezas y sus límites. El primer humus que va a acoger la llamada de Dios a seguir a Cristo es nuestra sensibilidad, inteligencia, cualidades naturales, lagunas, nuestro medio social, universo cultural, todo lo que cada una es. - las que han oído la llamada a seguir a Cristo 25. Las jóvenes que responden a esta llamada son fruto del mundo de hoy, que está marcado por: mutaciones continuas y rápidas, donde todo está en movimiento y en cambio; grandes desigualdades; la globalización ha dividido el planeta entre favorecidos y desfavorecidos económicamente, acentuando las rupturas sociales entre los que tienen todo y los que no tienen nada; las guerras y conflictos étnicos, así como las gravísimas catástrofes naturales de las que muchos países son víctimas; lo digital, el Internet y sus múltiples recursos, que hacen más fácil la comunicación pero quizá las relaciones interpersonales más complejas; la publicidad que modela la vida y se vuelve una referencia (importancia dada a las “marcas” de ropa, de calzado, etc.….) 26. Son conscientes de sus fragilidades: algunas han vivido una inestabilidad familiar: una vida familiar reducida o inexistente, rota o desencajada ; otras sin embargo han tenido el privilegio de tener una familia que les apoya; muchas han vivido traumas debidos a la violencia, la inseguridad, las divisiones, el tribalismo, el nacionalismo o el regionalismo… enfrentadas a la fragmentación y a la dispersión, aferradas por lo inmediato y provisional, han crecido con una mentalidad egocéntrica, relativista y materialista; van en busca de puntos de referencia, de modelos, de identidad y de un sentido en la vida. Tienen miedo al compromiso para toda la vida, el porvenir les parece muy lejano e incierto. La confrontación con la fragilidad a veces es para ellas un momento muy fuerte de madurez y de descubrimiento de la vocación. 36 37 Rom 8, 26 Gal 4, 4 - 6 6 27. Están atraídas por: el mensaje del Evangelio, la persona de Jesús, aunque su itinerario de fe sea diferente, un cierto número de ellas han crecido fuera del cristianismo, con tendencias al sincretismo religioso; la vida en grupo, diferentes grupos de oración, grupos carismáticos y otros. Les gustan las grandes concentraciones, los contactos, las relaciones, entrar en red… los valores y opciones radicales: la solidaridad, la verdad, el sentido de responsabilidad, de igualdad. Son sensibles a los problemas del mundo y se comprometen por las grandes causas como la lucha por la justicia y la paz, la lucha contra la tortura, el hambre y todo tipo de discriminación, la ayuda a los más desfavorecidos… el testimonio coherente y auténtico, tienen necesidad de ser comprendidas sobre lo que piensan y dicen de la vida, del mundo… - la formación inicial 28. Entre las que solicitan vivir la vida fmm habitan diferentes motivaciones: el deseo de dar un sentido profundo a sus vidas respondiendo a la llamada de Cristo, descubrir el Evangelio y el deseo de compartir con otros; el encuentro de una FMM que les ha hecho descubrir nuestro carisma; la atracción de Francisco y de su proyecto evangélico de vida; la adoración, la vida comunitaria y la vida misionera… la experiencia de Dios 29. Sin embargo, sea cual fuere el origen de la llamada, María de la Pasión lo sitúa a partir de su primer fin: hacerse verdadera discípula de Nuestro Señor38. Y dirigiéndose a María de Santa Cecilia, le escribía: “Es una gracia inmensa que al inicio de la vida religiosa le ayuden a ser una verdadera discípula de Jesús crucificado”39. 30. Para alcanzar este fin, es indispensable centrar nuestra vida en lo Esencial, sin el cual corremos peligro de construir sobre arena. Seguir a Jesucristo no puede vivirse sin una profunda experiencia personal de Dios, sentirse amada por Él y querer amarle sin medida. Si Dios es la razón primordial por la que nos lanzamos en su seguimiento, podremos consagrarle nuestra vida, no por nuestras propias fuerzas pues su llamada sobrepasa todos nuestros medios, sino porque el poder de Dios “se extiende completamente en nuestra debilidad”. 40 El proceso de formación ¿no debería facilitar esta experiencia, el encuentro personal con Jesús, una amistad viva y profunda con Él, que cambia completamente toda la vida? 31. La formación que ofrecemos a las que entran ¿toma suficientemente en consideración lo que es esencial, lo que es fundamental? ¿Lo que es secundario no ocupa a menudo demasiado lugar en el programa? “He exhortado mucho a las nuestras a que estudien el Evangelio, escribía María de la Pasión, en cada línea aprendemos los Consejos Evangélicos de Nuestro Señor ”41. 38 a Marie Antoine 8.3.1889 a María de Sta. Cecilia 20.1.1888 40 TOB – 2Co 12,9 41 Diario 2.9.1895 39 7 32. Las jóvenes, vienen cada vez más de un mundo en que la “memoria religiosa” está disminuyendo seriamente y con ella la fe y la práctica religiosa. ¿Nuestra formación muestra suficiente atención para verificar y consolidar su camino de fe? ¿No encontramos a veces contradicciones profundas entre la fe que profesamos y la manera de pensar y de actuar? La formación inicial, ¿cómo puede favorecer la integración, la encarnación de la fe en la vivencia? descentrarse 33. Sin lugar a dudas uno de los méritos del mundo actual es la importancia que se da al yo personal. No obstante, y teniendo en cuenta la mentalidad de las jóvenes de hoy, que es más egocéntrica, y de la sociedad que estimula a la competición, nuestra formación ¿les enseña a descentrarse de ellas mismas para centrarse en Dios y en su plan de salvación a favor de toda la humanidad? ¿Por qué camino de conversión les guiamos? ¿Cómo ayudarles a hacer de su vida un caminar en seguimiento de Cristo? La madurez de la fe se traduce por una conciencia misionera real. ¿Les preparamos a darse y a comprometerse para toda la vida, para que a su vez puedan, a partir de lo que es específico, contribuir a la construcción del Reino? identidad FMM 34. La formación debe dar a las que descubren la vida fmm un sentido fuerte de nuestra identidad, de nuestro carisma y espiritualidad, de nuestra historia y tradiciones, porque es en “el Instituto donde libremente hemos elegido vivir el seguimiento de Cristo, es la familia religiosa en la que juntas vivimos nuestra vocación de discípulas”42. Ahora bien, actualmente una de debilidades que hemos de considerar muy seriamente, es que en muchas provincias la transmisión del carisma, espiritualidad, y su integración en la vida, no son suficientes etapa de los votos temporales 35. Si bien en el Instituto hemos hecho esfuerzos notables para mejorar la formación que se da en el prenoviciado y el noviciado, la etapa de votos temporales – una etapa esencial para la integración de lo que se ha adquirido desde los primeros años de la formación inicial – nos plantea serios interrogantes. 36. Las hermanas de votos temporales, de acuerdo a su edad, temperamento y nivel de madurez personal y espiritual, necesitan experiencias concretas de participación en la vida y misión de las provincias, con el fin de verificar, en la vida concreta, la comprensión del carisma y de sus exigencias. De esta manera, al finalizar esta etapa la hermana y el Instituto, , podrán tomar una decisión muy clara en lo concerniente a la admisión a los votos perpetuos. En algunas provincias estas experiencias se eligen con cuidado y desde una reflexión; por el contrario en otras, las hermanas son enviadas de una comunidad a otra sin un proyecto preestablecido, fuera del que corresponde a las necesidades y urgencias de la misión, y sin tener suficientemente en cuenta su caminar, su formación y el acompañamiento necesario. 37. Además, aunque los estudios académicos y profesionales sean necesarios, en un gran número de provincias están ocupando la mayor parte de esos años de formación, incluso se prolongan más allá. La formación profesional con sus presiones, se vuelve el fin primordial para la hermana, en detrimento de su preparación a la vida fmm, lo que crea también en los 42 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas, 6 8 espíritus una cierta confusión entre vocación y profesión. Dando prioridad a esta última y debido a la presión de los estudios, la formación al carisma y a la espiritualidad del Instituto, que se debería proseguir a lo largo de esta etapa, se debilita y, la integración de las diferentes dimensiones de nuestra vida (vida de oración, vida comunitaria, vida apostólica) no siempre se vive bien. Esto tiene consecuencias serias en la identidad fmm de la hermana que se prepara a comprometerse, en la calidad de su vida y en el momento de su envío, que cada vez se retrasa más, y también sus votos perpetuos. 38. Las jóvenes pueden estar tentadas de ocultarnos quienes son hasta que no tienen la certidumbre de que forman parte integrante del Instituto. Vivir esto y cambiar de comportamiento inmediatamente después de los votos perpetuos, es crear una máscara y esconderse detrás de ella, es hacer de la formación un engaño, un simulacro. Sin apertura y transparencia no hay formación. ¿Cómo aprender a asumir nuestra vulnerabilidad? Es lo que Cristo eligió. “Se vació de sí tomando la condición de esclavo, haciéndose semejante a los hombres. (…) Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre43. - al servicio de la formación inicial discernimiento y acompañamiento 39. Esto llamó nuestra atención durante el Encuentro de provinciales y maestras de novicias junto con el Consejo general en junio de 2004. Continúan siendo un desafío y no siempre se viven bien. En muchas de nuestras comunidades y de nuestras casas de formación nos faltan hermanas que realmente puedan ofrecer este servicio. 40. La formación inicial es esencialmente un proceso de acompañamiento para ayudar a la joven a responder con su vida a la llamada que ha recibido de Cristo, que le invita a seguirle, de hermanas que le proponen construir con ella, la comunidad y la misión que le apremia para continuar la Obra del Hijo. Este proceso que se pone marcha en la formación inicial, de hecho se continúa a lo largo de su vida; ya que los años de formación inicial son precisamente el comienzo. 41. La pregunta que Cristo dirige a sus discípulos: “qué buscáis” o con más precisión, “¿a quién buscáis?”, es la pregunta fundamental de todo acompañamiento, que no se nos hace una vez para siempre, sino que nos acompaña y nos reenvía sin cesar a nuestras motivaciones profundas. En efecto, las razones que nos conducen al Instituto ineludiblemente no son las que nos hacen permanecer en él. El fin del acompañamiento no es responder a esta pregunta en lugar de la persona en formación, sino que estando cercana a ella, se le ayude a recibir y a encontrar en cada momento la respuesta honesta. 42. Uno de los principales desafíos de las que acompañan es dar suficiente confianza a las jóvenes para que puedan ser ellas mismas, verdaderas y abiertas, para ayudarles en su trayectoria sin imponerles lo que somos, sino impulsarles por el camino de transformación y superación que exige nuestro carisma. Timothy Radcliffe decía que la formación debe ser a la vez exigente y misericordiosa, idealista y realista. 43. El acompañamiento está al servicio del discernimiento y del proyecto de Dios para cada una. Sin embargo se nota muchas veces una falta de claridad en los criterios para la admisión a las diferentes etapas de la formación inicial y una dificultad para tomar decisiones, que sin 43 Flp. 2, 7 y 9 9 embargo parecen evidentes. En ciertos casos, cuando surgen dudas, el discernimiento queda confuso, a través de los años y de las evaluaciones presentan contradicciones evidentes, con poca claridad en lo referente a la integración de la llamada y a la asimilación del carisma. Por ello al finalizar el recorrido de formación, resulta difícil decidir la no admisión porque se tiene compasión de la hermana en formación, que ha pasado varios años con nosotras; a veces también porque nos cuesta admitir nuestra disminución. 44. A lo largo de los años de formación inicial, es importante ser justas con la joven, ofreciéndole todos los medios necesarios para su proceso y crecimiento. Pero en el momento de la decisión final, se trata de ser justas de cara al Instituto. El caso es saber, si la joven que pide hacer sus votos perpetuos, puede realmente ser un miembro efectivo del Instituto y contribuir eficaz y constructivamente a su vida y a su misión. las formadoras 45. Hay provincias que han hecho el esfuerzo de preparar formadoras. Algunas han seguido cursos de teología de la vida religiosa y de los votos, de discernimiento y acompañamiento psico-espiritual, el carisma y la identidad fmm, la formación en el Instituto… Pero esta preparación permanece en general por debajo de nuestras necesidades. 46. Constatamos sin embargo, que hay un buen número de formadoras cuyo conocimiento del carisma no es muy sólido y en su comprensión y experiencia concreta falta ese arraigo efectivo. Hoy cosechamos las consecuencias de una época que puso el acento más bien en la realización personal, en detrimento de las bases fundamentales de la vida religiosa y de la vida fmm. Ahora bien, el principal rol de las formadoras es precisamente transmitir el carisma a las que están en formación y verificar, mediante el acompañamiento que les proporcionan, de qué forma éste se encarna en sus vidas e historias personales. 47. La preparación que ofrecemos a las formadoras necesita su tiempo y debe planificarse con mucha antelación si se quieren cubrir diferentes necesidades: la formación, pero también una justa experiencia del carisma. Esto no puede hacerse solamente en unos meses, cuando se siente la necesidad de un reemplazo. Aunque en la mayoría de las provincias hay un deseo real de aseverar la preparación, en la práctica no se toman a su debido tiempo las decisiones que se imponen, para liberar a las hermanas y prepararles bien a esta responsabilidad tan importante y fundamental para la vida del Instituto de hoy y de mañana. la comunidad formadora 48. La estructura básica de la formación es la comunidad formadora, en la que los medios ordinarios de la vida cotidiana juegan un rol importante. Es ahí donde las hermanas en formación aprenden a vivir la vida fmm, poniéndose a la escucha de lo que las hermanas de diferentes generaciones les manifiestan – con palabras y hechos – sobre su fe y sus experiencias de vida fmm. Ahí es donde las hermanas en formación aprenden a construir su identidad fmm y su sentido de pertenencia, primeramente a su comunidad, después a la familia más amplia: la provincia y el Instituto. 49. La comunidad del noviciado es la que habitualmente llamamos “comunidad formadora”. Sin embargo, todas las comunidades del Instituto deberían serlo y ofrecer a las jóvenes, sea cual fuere su etapa de formación, la posibilidad de experimentar en ellas la vida fmm. Por otra parte somos conscientes de lo difícil que resulta en una provincia encontrar una comunidad que pueda acoger a las jóvenes en formación; las dificultades son por lo general internas, vinculadas a nuestra realidad y a nuestros límites. 10 50. “Toda la comunidad es formadora”44 y cada hermana de la comunidad es formadora por su vida, su presencia, su estilo de vida y su manera de vivir el carisma. Como miembros de una comunidad formadora, ¿somos conscientes de la responsabilidad que tenemos de cara a las hermanas en formación? ¿Somos una presencia activa y formadora a su lado? ¿Sabemos colaborar entre nosotras para que el trabajo de formación sea fructífero? 51. En algunos noviciados a veces, la comunidad formadora se reduce a un solo miembro con la maestra de novicias. Además esta colaboración no siempre se vive positivamente, ya sea porque la maestra de novicias actúa y lleva sola la responsabilidad de la formación, o porque los miembros de la comunidad, por múltiples razones, no pueden ofrecer una ayuda. colaboración entre las provincias 52. Después de muchos años, hemos sentido la necesidad de colaborar entre provincias al servicio de la formación. Si por una parte se ha hecho sentir la necesidad a causa de nuestra disminución, por otra la colaboración ofrece grandes riquezas de complementariedad y de ayuda mutua. Facilita a las jóvenes en formación “salir de ellas mismas” para hacer la experiencia del otro diferente, de la diversidad, de la apertura a lo internacional y a lo intercultural; una experiencia que va valorizada en un Instituto misionero como el nuestro. 53. En el Encuentro de provinciales y maestras de novicias con el Consejo general, en junio de 2004, se recalcó que “las participantes estamos de acuerdo para noviciados internacionales, continentales o regionales, donde sea posible y necesario. La comunidad formadora, en la medida de lo posible, deberá ser internacional, intercultural”45. 54. Algunas experiencias concretas comienzan a delinearse. Cuatro provincias de Latinoamérica: Brasil Norte, Brasil Sur, Colombia – Ecuador y Paraguay preparan un noviciado inter-provincial en Quito (Ecuador), que se abrirá de aquí a final de año. En Yaoundé, Camerún, las provincias de África tendrán un centro de formación que acogerá a las jóvenes del continente para su formación, preparación a los votos, estudios teológicos y profesionales. Las novicias hacen su noviciado o sus experiencias comunitarias en otras provincias, así como las hermanas de votos temporales hacen sus experiencias apostólicas y su preparación a los votos. Todas estas iniciativas dan la esperanza de poder unir nuestros medios, allí donde sea posible, para el bien de la formación de las jóvenes, en lugar de continuar a dispersar nuestras fuerzas. la Oficina de formación al nivel general 55. Después del último Capítulo general, decidimos en el Consejo general ampliar la Oficina de formación inicial en formación permanente, una necesidad observada desde hace mucho tiempo, para una mejor calidad de la formación que debe vivirse en continuidad. 56. Por diferentes razones, personales y también para responder a las necesidades de las provincias, ha habido cambios sucesivos en los miembros de la oficina. 57. Sin embargo el aporte dado a la formación por las Hnas. Judith Carmel Lynch, Marina López Betancur y Mary Rose Joseph Pulikottil, ha facilitado el avance de varios proyectos: el encuentro de maestras de novicias en junio 2004, visitas y encuentros con varios noviciados, 44 Cons art 94 Afirmamos… nos comprometemos, 26 de junio de 2004 – Encuentro de provinciales y maestras de novicias con el Consejo general. 45 11 hermanas en formación inicial, equipos de formación y consejos, tanto a nivel provincial como a nivel continental; moderación de capítulos y acompañamiento de retiros sobre el carisma; acompañamiento y preparación de futuras formadoras; revisión de proyectos de formación de las provincias y del Manual de formación inicial: “Espíritu y Vida FMM, la formación inicial en el Instituto hoy”… El estudio efectuado de las evaluaciones de las hermanas de votos temporales ha sido muy apreciado por el Consejo general. Hemos sentido a menudo la necesidad de poder conocer mejor la trayectoria de las que se preparan a los votos perpetuos. El rol del equipo, que es complementario al del Consejo general deja entrever posibilidades de futuro. - disminución de vocaciones y perseverancia Disminución 58. No podemos dejar de considerar la realidad de la disminución de vocaciones en el Instituto y la falta total de vocaciones en ciertos países, mientras la esperanza que nos ofrecen otras regiones está mitigada por una perseverancia, un discernimiento o motivaciones que a veces pueden plantearnos interrogantes. 59. La tentación nos acecha al pensar que allí donde hay vocaciones, somos mejores que donde no las hay. ¿No es Dios quien llama primero y concede a quien Él quiere servirle en su presencia en santidad y justicia toda la vida?46 . En la historia del pueblo de Dios, sabemos que no cuenta el número, sino la fidelidad al proyecto de Dios. Esta es la que nos da verdaderamente un sentido de pertenencia y nos hace miembro efectivo y activo del Instituto. 60. Seguir a Cristo hoy, creer que es posible entregarse a Él, confiarle toda nuestra vida, seguirle en lo desconocido y responder a su llamada en una forma de vida consagrada, se hace cada vez menos claro, en una época en que tener garantías parece tan importante antes de arriesgarse o comprometerse. 61. En los intercambios con las jóvenes, a menudo se puede percibir en ellas sentimientos ambivalentes con relación a la llamada. Por una parte sienten que eso es lo que deben hacer, por otra parte tienen miedo de tomar una decisión semejante, de hacer una opción tan radical que les va a pedir un cambio total de vida, de costumbres, de orientaciones. En ellas surgen interrogantes acompañados de luchas: “Por qué yo y no las otras? ¿Por qué de esta manera?...” 62. La disminución de vocaciones tiene múltiples causas. Están las que se desprenden de la evolución del mundo y de su realidad: la secularización y el consumismo, la disminución del número de hijos en las familias, la ruptura de la célula familiar, el conflicto de generaciones, la búsqueda del sentido de identidad, el rechazo de estructuras y de instituciones… Están también las que provienen del redescubrimiento en la Iglesia del rol del laicado, que ofrece nuevas y múltiples posibilidades de compromisos: sociales, en las parroquias, en grupos humanitarios, grupos carismáticos, nuevas comunidades, el laicado misionero… Hay también numerosas crisis que sacuden actualmente a la Iglesia y que sin duda alguna en muchos países y culturas, afectan en la elección de una vida consagrada… 46 cf. Lc 1, 73-75 12 63. Aunque haya factores importantes externos que tienen repercusiones en el número de vocaciones, hay también causas que nos atañen mayormente y, ante todo son estas las que deben polarizar nuestra atención. Constatamos de hecho que nuestra vida tiene poco atractivo, aunque de cierta manera suscite admiración. Somos también testigos de que un buen número de nosotras manifiestan una cierta pasividad de cara a nuestra vocación, como si ya no creyeran en la llamada recibida. Nuestros proyectos misioneros interesan, pero no obligan necesariamente a un compromiso en una vida consagrada. La forma evangélica que proponemos no ofrece una alternativa de vida clara que entusiasma, la línea de demarcación entre lo que vive la gente y lo que vivimos nosotras ya no es evidente, como señalado precedentemente. 64. Cifras que podrían aclarar la disminución de vocaciones en el Instituto. el 31. 12. 1995, el Instituto contaba el 31. 12. 2001, contaba y el 31. 12. 2007 VT NOV PN TOTAL 660 255 219 1134 611 180 157 948 469 185 127 781 perseverancia 65. Por otra parte, sabemos que hoy hay más dificultad en comprometerse de forma duradera. Nos afecta también la sociedad actual, que ha desarrollado una cultura de lo provisional y de lo inmediato. Mientras en el pasado, las salidas afectaban mayormente a las generaciones de media edad, que tenían unos quince años de votos perpetuos, actualmente en el Instituto y en la Vida Religiosa en general, se sitúan con un número significativo, desde los primeros años de los votos perpetuos. 66. La relectura del cuadro de salidas de hermanas de votos perpetuos en el Instituto, entre 2002 y 2007, puede contribuir a nuestra reflexión: Número de años de Votos perpetuos 1 a 5 años 6 a 10 años 11 a 15 años 16 a 20 años 21 a 25 años 26 a 30 años 31 a 35 años 36 a 40 años 41 a 45 años 46 a 50 años Nº de hermanas que han salido 2002 2003 2 4 3 5 3 4 1 2 1 1 2004 1 1 1 1 2005 2006 2007 Total 2 4 5 1 4 1 3 1 1 1 1 2 2 2 1 13 16 13 8 3 7 4 4 1 2 7 71 2 1 4 1 1 14 17 5 1 15 13 67. Estas salidas durante los primeros años después de la profesión perpetua, pueden ser provocadas de una parte, por el conflicto del ideal y las aspiraciones que cada hermana puede 13 llevar y de otra, por nuestra realidad y el testimonio insuficiente de las comunidades. Son numerosas las experiencias de frustraciones y, si no aprendemos a vivirlas y asumirlas pueden ser causa de numerosas crisis. 68. Sin embargo, ciertas salidas fueron por otras motivaciones. Expresaban una opción de vida totalmente diferente, que nos cuestiona seriamente sobre la comprensión de los votos y sus exigencias por parte de las hermanas concernidas y, sobre el discernimiento de su vocación y acompañamiento, en la preparación a su compromiso definitivo. El mundo de la afectividad y de las relaciones justas y transparentes ¿son objeto de una particular atención en nuestros programas de formación inicial? 69. Si los motivos de las salidas en varias situaciones pueden reducirse a la dimensión afectiva, relacional, no podemos negar sin embargo, que una vida de fe débil pesa fuerte y decisivamente en la mayoría de las salidas. Si la fe, que nos sostiene y motiva a permanecer fieles al proyecto de Dios, falta cada vez más en la vida de las jóvenes, también quedan muy frágiles la paciencia, la perseverancia y el esfuerzo, indispensables en un compromiso para toda la vida. 70. Releer este fenómeno de las salidas ciertamente nos ayudará a revisar nuestra formación, no ara culpabilizar, sino para preocuparnos de la autoformación y mejora. Toda salida no es un asunto privado, nos concierne a todas profundamente. ¿Por qué una hermana deja el Instituto y por qué nosotras nos quedamos? Y si nos quedamos ¿cómo vivir el seguimiento de Cristo? Una relectura, humilde y auténtica de nosotras mismas, de nuestra vida y de nuestra misión puede ayudarnos a reducir la distancia entre lo que nos proponemos como ideal y lo que realmente vivimos. 71. El encuentro de junio 200447 había recalcado la importancia de “la formación y acompañamiento de todas las hermanas, con especial atención en los primeros años después de la profesión perpetua”48. Algunas provincias han tomado esta orientación seriamente, organizando encuentros, por lo menos anuales, para las hermanas de 5 a 10 años de votos perpetuos, proporcionándoles un intercambio juntas sobre un tema de reflexión, de compartir sus experiencias y de releer su vida. - pastoral de vocaciones 72. Estos últimos años hemos notado algunas reacciones positivas de las provincias para dar más importancia a esta pastoral: contactos, animación de campos de jóvenes, acompañamiento y profundización de la fe, publicaciones, utilización de los medios de comunicación modernos… Se han preparado y liberado a hermanas para este ministerio. Los proyectos de las provincias en general manifiestan este interés. Otras provincias han intentado privilegiar fraternidades para la acogida de jóvenes. Pero esta opción permanece sin embargo limitada, en lo concreto no se vive como prioridad real. 73. El desafío fundamental que se nos lanza es liberarnos, de una mentalidad de reclutamiento porque nuestro número disminuye, para poder comprometernos libremente en una auténtica pastoral de discernimiento. Fiarse de las jóvenes de hoy y creer en sus capacidades de vivir, a 47 48 Encuentro de provinciales y maestras de novicias con el Consejo general id, Afirmamos… nos comprometemos, 26 de junio 2004 14 su vez, en seguimiento de Cristo, es ante todo alcanzarles allí donde están, en los lugares donde se encuentran y viven; es también esencial alcanzarles allí donde están para ayudarles a identificar y a seguir la misión a la que han sido llamadas en el cuerpo de Cristo, en y para el mundo. III – Me entrego sin reserva al Padre, a ejemplo de María y de Francisco - la opción por Cristo 74. Al entrar en el mundo Cristo dice: “No quisiste sacrificios ni ofrendas, pero me formaste un cuerpo. No te agradaron holocaustos ni sacrificios expiatorios. Entonces dije: “Aqui he venido para cumplir, oh Dios, tu voluntad. En el texto del rollo se escribe de mí que he de cumplir tu voluntad” 49 para darnos el Espíritu Santo prometido, que prepara nuestra redención 50. 75. Entregarse sin reserva al Padre para hacer su Voluntad, es - en seguimiento de Cristo – integrar su opción en nuestras vidas, la que el apóstol Pablo nos describe en el himno a los Filipenses, la kénosis, el itinerario de su rebajamiento, tomado por iniciativa suya. “A pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, de despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre sobre todo nombre; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre” 51. 76. Este texto nos resulta muy familiar a partir de nuestro último Consejo General Plenario de 2006. Nos ha movilizado a todas para una relectura de nuestra vida fmm, en preparación al Capítulo general. En este himno el apóstol Pablo nos revela el ser en relación como fue Cristo, una relación que en primer lugar él la vivió con su Padre, en el Espíritu, desde una dinámica de intercambio de Amor. En el centro mismo de su renuncia, de su despojamiento y su radical desprendimiento52, el Padre le recibe, le exalta y le da el Nombre que está sobre todo nombre53. 77. En el misterio de la Encarnación, el Padre acoge el rebajamiento del Hijo como expresión total de su Amor por El y por la humanidad. En la ofrenda total de Sí mismo al Padre, vivida en la humillación y el anonadamiento extremo, durante su Pasión, cumbre de su Encarnación, el Padre recibe su filiación plena y completa, “Padre a tus manos encomiendo mi espíritu”54. En la entrega total de su vida a Dios, Cristo confirma el Nombre que Él le ha dado: “Este es mi Hijo amado, mi predilecto. Escuchadle” 55. 49 Heb 10, 5-7 y Salmo 40, 8-9 cf. Ef 1,13 y 14 51 Flp 2, 6-11 52 cf. Flp 2, 6-8 53 id. 2,9 -11 54 Lc 23, 46 55 Mt 17, 5 50 15 78. Entrar en este movimiento de ofrenda es el don que el Hijo nos hace, el de vivir su relación al Padre. De hecho “a los que le recibieron, los hizo capaces de ser hijos de Dios” 56, porque “El Espíritu atestigua a nuestro espíritu que somos hijos de Dios” 57. En sus escritos María de la Pasión nos hace participes de su gran deseo de hacernos comprender, como ella misma lo comprende58 el misterio de Cristo, invitándonos a “tener los mismos sentimientos de Jesús. La humildad llevada hasta el anonadamiento. Soy yo la que dejo de ser en mí para hacer lugar a Dios… La obediencia llevada hasta la muerte de cruz, soy yo la que deja de actuar en mí y por mí para hacer lugar a la acción y beneplácito de Dios”59. 79. Sin embargo, esta gracia es también una exigencia. Nos introduce en la dinámica del don por amor. Revelándonos su humanidad, Cristo nos enseña a dar – como Él – su vida por nosotros, para que tengamos vida y una vida en abundancia60. Pero como escribía Madre Fundadora a María de los Stos. Apóstoles, “si estuviéramos encargadas de elegir, raramente tomaríamos una parte de la Pasión de nuestro divino Salvador. Por eso Él mismo nos la da a menudo, porque sin ella nunca seríamos semejantes a Él, y no nos ha engañado en la manera ¿No dijo : “El que quiera ser mi discípulo tome su cruz y me siga”? 61. 80. Hacer la voluntad del Padre no siempre es evidente porque es posible confundir nuestras actitudes, opciones o deseos con los del Padre. ¿No tenemos tendencia a quedarnos a veces, en la superficie, acentuando así, por una parte la distancia entre lo que vivimos efectivamente y por otra, nuestras convicciones y espiritualidad, todo lo que nos separa para conformarnos a la humanidad de Cristo? 81. Actualmente, en nuestras reflexiones e intercambios, naturalmente hablamos mucho de la kénosis. Sin embargo nos acecha el peligro de banalizar esta palabra que envuelve todo el misterio del Hijo. ¿Somos conscientes del compromiso tomado el día de nuestra profesión, cuando en seguimiento de Cristo, en el Espíritu, nos hemos entregado sin reserva al Padre? ¿Estamos prontas a esta salida de nosotras mismas, a este éxodo que Cristo ha vivido para conformarnos a su humanidad, “ofreciendo nuestras personas como hostia viva, santa y agradable a Dios”?62. El Espíritu nos invita a que continuemos acrecentando en nosotras la pasión que teníamos cuando respondimos por primera vez a la llamada del Señor, descentrándonos, desapropiándonos de nosotras mismas para poder libremente “seguir la doctrina y las huellas de nuestro Señor Jesucristo”63. 82. Entregar su vida, esto no se realiza solamente en un momento preciso de nuestra historia personal, en momentos de opciones fundamentales. Lo actualizamos en la rutina de cada día. “Las obras que el Padre encargó hacer al Hijo” 64, el lugar de su ofrenda, de su servicio y de su Amor. Cuando Cristo, después de su Resurrección manda anunciar a los discípulos: “que irá por delante a Galilea, allí lo verán”65 ¿no les está enviando a lo más concreto de la vida cotidiana? Dios nos encuentra en el presente con todo lo que somos: nuestra historia del 56 Jn 1, 12 Rom 8,16 58 cf. Escritos de María de la Pasión, CR/2, 299 59 27.10.1884: Apertura, inédito. 60 cf. Jn 10, 11 y 10 61 a María de los Stos. Apóstoles: 16.3.1893 62 Rm 12, 5 63 1ª R 1, 1 64 Jn 5,36 65 cf. Mt 28,7 57 16 momento, con sus alegrías y penas, nuestras expectativas y decepciones, problemas y esperanzas, cansancios y energías… Es con todo esto que nos llama a vivir el misterio pascual. ¿Sabemos valorar el día a día y vivirlo plenamente como un don, como el tiempo de Dios para nosotras, mientras el mundo nos apremia sin cesar y nos zarandea a su ritmo cada vez más acelerado? - quién es Dios para nosotras? 83. Nuestra experiencia de Dios está al centro de nuestras vidas, determina nuestras respuestas. Todos nos interrogamos con la misma pregunta que habitaba la oración de Francisco: “¿Quién eres tu Dios mío y quien soy yo?”. El mundo nos proyecta unas imágenes de Dios cada vez más alejadas de su rostro, del que nos ha sido revelado en Jesucristo, porque “la humanidad ha rehusado a Dios lo que le era debido para adorarse ella misma”66. Incluso hoy no nos faltan ídolos. Llevan diversos nombres: poder, fuerza, potencia, honor, dominación, riqueza, exclusión, individualismo… y tienen una gran influencia, a menudo sutil, en nuestra mentalidad y nuestra manera de ser y actuar 67. 84. Estamos convencidas de que nuestra vocación nos pide que ofrezcamos otra experiencia de Dios, la que Cristo nos reveló Él mismo y por la que el mundo le ha odiado68 porque ni conocen al Padre ni a Él?69 85. Dios ha elegido la humildad para manifestarse a nosotros en su Hijo, entregado por nosotros. Seguir a Cristo es anunciar a un Dios que para reconciliarnos con Él70 vivió en su Hijo la renuncia, el despojamiento, el compartir, el perdón; lo opuesto a lo que nos proponen los falsos dioses de nuestras sociedades. Por ello la kénosis nos abre plenamente a la esperanza, porque Dios viene hacia nosotros para ofrecernos su perdón, pero no nos lo impone. Está a la puerta y llama71 y espera ser acogido. Permanece en el umbral, tanto tiempo cuanto sea necesario, hasta que la puerta se abra y pueda darse el encuentro. 86. La kénosis nos hace tomar el pulso de lo que realmente somos, vulnerables y débiles, pero también amadas apasionadamente por Dios, que viene para asumir y transfigurar nuestra realidad. ¿No escogió identificarse con los pequeños, con los pobres y los débiles? En efecto, “quien explota al necesitado afrenta a su Hacedor, quien se apiada del pobre, lo honra” 72; y “lo que hayáis hecho a uno de estos hermanos menores me lo hicisteis a mí” 73. Para Pablo, esta identificación de Dios con los más débiles se concretiza en el “lenguaje de la cruz que es locura para los que se pierden, pero para los que se salvan es fuerza de Dios”.74¿Qué significa para nosotras, personal y comunitariamente - como comunidad, provincia e Instituto - ver la vida a la manera de Cristo humilde, pobre, despojado y vivirla libremente como él mismo lo hizo? 66 de los Escritos de María de la Pasión, Meditación de la Noche de Navidad cf. Síntesis de las respuestas de las provincias a las preguntas sobre la kénosis de Cristo del 1º de diciembre 2006 y el trabajo de preparación del Capítulo general del 31 de marzo 2007 68 cf. Jn 15, 18 69 cf. Jn 16, 3 70 2Cor 5, 18 71 cf. Ap. 3, 20 72 Pr 14, 31 73 Mt 25, 40 74 1Cor 1, 18 67 17 87. La humildad de Dios está arraigada en nuestra vocación marial, franciscana. La responsabilidad que nos incumbe es la de dar testimonio, porque es nuestro aporte al mundo de hoy que tanto necesita. María de la Pasión lo ha expresado en varias ocasiones en sus escritos y palabras: “He presentado (a sus hermanas para su oración) María anonadada en el querer del amor de su Dios y el Verbo anonadado en el querer de su amor en la Virgen, su primer Tabernáculo. Y les decía que en esto consiste su vocación, y que si supieran despojarse de sí mismas y anonadarse en el querer del amor imitando la vida de su Madre, el amor se anonadaría en ellas en la medida de su anonadamiento. (…) Después de María, Francisco se anonada más que nadie en el querer del amor; a su vez, el amor habita y reina en él por su querer: incluso externamente es otro Cristo”75. - a ejemplo de María y de Francisco 88. Madre Fundadora toma su inspiración de María y Francisco, – para su vida y la nuestra – para vivir la opción radical profética de Cristo. “¡Imitar a María! Impregnarme del espíritu de Francisco, he ahí el trabajo de mi vida. Trabajo tan querido al cual aspira todo lo que hay en mí” 76. Este deseo que lleva en ella, de que lleguemos a ser verdaderas imitadoras de María y de Francisco77, fue también destacado en nuestro último Documento capitular. “María, la primera discípula de Jesús, nos impulsa a: renovar cada día nuestro “Sí” a unir nuestra ofrenda a la de Cristo. Francisco nos muestra el camino: ¡Dios y sólo Él!” 78. 89. Acogiendo la Palabra del Ángel, aunque ciertamente todavía no era capaz de percibir el contenido ni captar todas las implicaciones, María concretiza su “Sí” haciéndose totalmente disponible a la voluntad del Padre. Porque dejó que el Espíritu invadiera su vida, la Palabra se hizo carne en ella y por ella. Y paso a paso se dejará desapropiar de ella misma, de sus proyectos, de su programa de vida… e incluso de su Hijo. “Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, (…) Viendo a su madre y al lado al discípulo predilecto, dice a su madre: ‘Mujer, ahí tienes a tu hijo. Después dice al discípulo: Ahí tienes a tu madre”79. 90. La relectura de sus experiencias de vida revela a Francisco la voluntad de Dios, que está atento por conocer y realizar. Su encuentro con el leproso, en quien descubre el rostro de Cristo, la interiorización de la palabra que le fue dirigida durante la contemplación del Crucifijo de San Damián… tantos acontecimientos le confirman que Cristo crucificado le había hablado80 y progresivamente le haría pasar de sus proyectos estrechamente humanos al proyecto de amor de Dios sobre él. Francisco va a renunciar a su familia, a sus amigos, al honor, a la gloria, a la riqueza… El Espíritu va a descentrarle de sí mismo progresivamente y podrá proclamar en verdad: “de aquí en adelante puedo decir con absoluta confianza: Padre nuestro, que estás en los cielos, en quien he depositado toda mi esperanza”81 . La escucha del Evangelio del envío de los 75 Escritos de María de la Pasión: NS. 144 Me habla en el corazón de su Iglesia, 12 de diciembre 1885 (280) 77 Me habla en el corazón de su Iglesia, 7 de mayo 1891 (283) 78 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy, Discípulas, 4 y 5. 79 Jn 19, 25 – 27 80 Leyenda de los Tres Compañeros 13 y 14 81 LM 2,4 76 18 discípulos lo confirma. Su regla de vida es sencilla “seguir la vida del Evangelio de Jesucristo”82 - la gracia del Evangelio 91. Esta misma llamada, María de la Pasión la quiere también para nosotras. “Los años de mi vida pasan y es necesario que me apresure a comunicaros todo lo que nuestro Señor y su Inmaculada Madre han puesto en mi alma y en mi corazón para nuestra familia religiosa. Al hacer la meditación, me ha impresionado esta oración: ‘…dígnate acrecentar en nosotras la gracia del Evangelio en toda su riqueza’. Toda nuestra vocación consiste en esto”83. 92. En el último Capítulo general, constatamos nuestra falta de radicalidad en el seguimiento de Cristo 84. Posteriormente esta constatación ha sido objeto de varias reflexiones, tanto en las provincias como a nivel de Instituto 85.¿No es la radicalidad una manera coherente de vivir el Evangelio, para que la Palabra se haga vida en nosotras y por nosotras, a ejemplo de María y de Francisco? ¿Qué significa para nosotras hoy vivir el Evangelio? Nuestras opciones ¿se hacen principalmente en nombre del Evangelio? ¿Alcanzan el proyecto de Dios en nosotras, en el Instituto, en la humanidad, proyecto por el que Jesús se entregó dando su vida? El verdadero desafío que se nos presenta ¿no es una opción radical por Cristo, para redescubrir en Él nuestra Identidad y nuestra Misión, la razón de ser del Instituto? 93. El último Capítulo general recalcó la importancia de “revitalizar el encuentro personal con Jesucristo” 86, ofreciéndonos varias pistas para “dejarnos de nuevo seducir por Cristo”: o Tomar el tiempo y los medios necesarios para favorecer la experiencia del encuentro con Jesucristo. o Estudiar, meditar y compartir la Palabra, o Privilegiar la relectura comunitaria de nuestra vida de discípulas, confrontarla con la Palabra desde la situación concreta en que vivimos.87 94. Algunas provincias han intensificado el estudio de la Palabra y la relectura de vida. Se han organizado sesiones y estudios para ayudar a las comunidades a profundizar la Palabra de Dios. Se ha constatado un interés creciente en algunas por la Lectio divina. 95. Sin embargo, si en el pasado, después del aggiornamento de la Vida Consagrada se vivía regularmente el compartir la Palabra en las comunidades, hoy lo es menos y algunas han relegado a un segundo plano, haciéndolo cuando “ no hay otra cosa que hacer”, u otros temas 82 1R 1, 1 Escritos de María de la Pasión : CR/1, 72 84 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas 2 85 cf. Tema del Consejo General Plenario de marzo 2006: “Franciscanas llamadas a vivir la radicalidad del Evangelio” 86 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy, Discípulas, 3. 87 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy, Discípulas, Líneas de acción: 1 87 Cons art. 6 87 Cons art. 20 83 19 a profundizar… Sin embargo, nuestras comunidades se construyen en la fe “en torno a Cristo Palabra y Pan”88 y quieren “ayudarse mutuamente en su marcha hacia el Señor”.89 96. En ciertas provincias se siente además la falta de una buena formación bíblica y sin duda, repercute en la oración personal desde la Palabra. ¿No será acogiendo y contemplando día a día la Palabra de Dios en nuestras vidas, dejando que nos penetre e impacte, que podremos descubrir el rostro de Cristo dejando que se transparente en nuestro entorno, por lo que somos, vivimos y hacemos? 97. Un número limitado de provincias y de comunidades formadoras hacen regularmente la relectura de vida comunitaria. Releer la vida, nuestra vida, la de nuestras comunidades, la del mundo y la Iglesia desde la Palabra de Dios, es facilitar a esta Palabra entrar en diálogo con lo que forma nuestras vidas. Si se hace viva en nosotras interpela nuestra fe y se une a nuestros interrogantes, preocupaciones y nos confirma en la esperanza. 98. Sin embargo la vida de fe no es automática, especialmente en el mundo de hoy. La fe absoluta en Dios, la de María y Francisco aunque no les ponga interrogantes y no les de respuestas, les conduce sin embargo a entregar totalmente su vida a Dios. Nuestra vida de fe ¿inspira las respuestas que tanto necesitamos para nosotras mismas y para el mundo de hoy, que también debe aprender a vivir con sus interrogantes sin negarlos ni ignorarlos? 99. María nos precede y nos acompaña en el camino. El Papa Juan Pablo II en su Encíclica Redemptoris Mater nos comparte la experiencia de fe de la Virgen, una fe que es comunión y participación a la experiencia de despojamiento de su Hijo. “(…) María conservó fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz: (Lumen Gentium nº 58) : la unión por la fe, por la misma fe con la que había acogido la revelación del ángel en el momento de la anunciación. Entonces había escuchado las palabras: Él será grande… el Señor Dios le dará el trono de David su padre, reinará sobre la Casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin” (Lc 1, 32-33) . Y he aquí que, estando junto a la Cruz, María es testigo, humanamente hablando, de un completo desmentido de estas palabras. Su Hijo agoniza sobre aquel madero como un condenado. (…) ¡Cuan grande, cuan heroica en esos momentos la obediencia de la fe demostrada por María (…) Por medio de esta fe María está unida perfectamente a Cristo en su despojamiento.”90 100. En el centro de nuestra fe y de nuestra oración está nuestra experiencia de Dios, nuestra búsqueda del verdadero Dios. La contemplación nos pone cara a cara con Él, en momentos de una gran verdad que nos invitan a vivir la dinámica del Amor y del perdón. Ella nos ayudará a liberarnos progresivamente de las falsas imágenes de Dios que nos atraen. - transfórmate toda entera a imagen de su divinidad 91 90 Redemptoris Mater, Carta Encíclica del Sumo Pontífice Juan Pablo II sobre la Bienaventurada Virgen María en la vida de la Iglesia peregrina, nº 18. 91 Carta 3 a Inés de Praga v.13 20 101. Tal es para Clara el fin de la contemplación del Señor. Y en este camino de fe, de encuentro con la Palabra, de contemplación, se realiza la transformación de nosotras mismas, como lo expresa Madre Fundadora: “Jesús me ha mostrado tan hermosamente la caridad que nos hace uno con Él y en Él (…) he sentido el soplo de la Encarnación del Verbo pasar sobre mí. Era el amor queriendo tomar carne en mi mirada, en mis palabras, en mis acciones, en todo mi ser. Sí, Dios querría respirar por nosotros ¡Si le dejásemos obrar!”92 102. Sin embargo en muchas comunidades, la presión de nuestros compromisos se hace cada vez más fuerte y no nos queda tiempo para la soledad y la oración personal, a veces incluso para la oración comunitaria. Nos afecta también el activismo, provocando una falta grave de equilibrio en la gestión de nuestro tiempo y de nuestras prioridades. Las consecuencias son enormes, nos remolcan inevitablemente hacia un letargo espiritual, que a menudo se concreta por una dispersión y falta de coherencia en lo que vivimos. ¿Cómo integramos en nuestro día a día estos momentos gratuitos de encuentro con Cristo y su Padre?93 ¿No nos invita Cristo a repensar nuestras opciones y prioridades?. 103. La transformación a la que estamos invitadas, en respuesta a su Palabra oída y acogida en la fe, está ante nuestros ojos cada vez que celebramos la Eucaristía. Nuestras vidas ofrecidas a Dios, bajo la señal del pan y del vino, están llamadas a que por el Espíritu, sean Cuerpo y Sangre de Jesucristo94. Para llegar a ser lo que el Hijo nos pide – un deseo profundo que llevamos dentro de nosotras sin saber muy bien cómo realizarlo - el Camino pasa inevitablemente por rupturas dolorosas pero fecundas. La Eucaristía fortalece nuestra conversión constante al Evangelio, incluso presentando la vulnerabilidad de nuestro ser, a la acción transformante del Espíritu. “Reconocer, en el encuentro profundo con Cristo, todo lo bello y bueno que hay en nosotras, pero también la verdad de nuestra condición humana, frágil y vulnerable. Como las mujeres del Evangelio, dejarnos sanar y enviar de nuevo para dar vida”95 104. Al presentar el pan y el vino al Señor, como símbolos del don que queremos hacerle de nosotras mismas, le entregamos lo que de Él hemos recibido. “ Bendito seas, Señor Dios del universo, por este pan, por este vino que recibimos de tu generosidad y ahora te presentamos…”96. Entregar nuestras vidas a Dios ¿no es ser aceptadas nuevamente por Él, a ejemplo de su Hijo dentro de la kénosis? 97. Es la experiencia de María que, consintiendo descentrarse de ella misma, encuentra el camino de alabanza y acción de gracias, irrumpiendo en el Magnificat; es también el maravillarse de Francisco, se admira y asombra frente a la humildad de Dios que se oculta hasta el punto de esconderse bajo una pequeña forma de pan, invitándonos a nosotros también a humillarnos para ser enaltecidos por Él. “Nada de vosotros retengáis para vosotros mismos para que enteros os reciba el que todo entero se os entrega”98 92 Me habla en el corazón de su Iglesia, 9 de noviembre 1884 (4) cf. Mc 1, 35; Lc 6,12 94 cf. Plegaria Eucarística III 95 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy. Discípulas. Líneas de acción 2. 96 cf. Oración de las ofrendas en la Eucaristía 97 Fil 2,9 98 cf. Carta a toda la Orden, 27 - 29 93 21 IV – Ofrezco mi vida por la Iglesia y la salvación del mundo. 105. Cristo vivió su existencia terrestre fundamentalmente como don y misión procedentes del Padre. Bajó del cielo no para hacer su voluntad sino la voluntad del que le envió99. Se consagra enteramente a su misión. Es perfectamente consciente, no solamente de tener una misión de parte del Padre, sino de ser esta misión. Él es el Enviado para reconciliar el mundo con Dios100. 106. El don sin reserva de nosotras mismas al Padre nos invita a renovar en nosotras la experiencia del Hijo, “el Enviado del Padre para realizar su proyecto de Amor para el mundo”101. En un acto de gran libertad, de solidaridad y de amor supremo, Él dio su vida por nosotros102 Su Cuerpo entregado por nosotros, incansablemente nos descubre el sentido profundo de su relación con el mundo. Su gesto eucarístico – “Haced esto en memoria mía” – nos dice que estamos llamadas a vivir en nuestra existencia cotidiana, en comunión con Él: el don de nosotras mismas a Dios por la vida del mundo. - el mundo de hoy… 107. “El mundo de hoy está marcado por la globalización, y dentro de esta nueva realidad somos enviadas a la misión”103,hemos escrito en nuestro último Documento capitular. La globalización que vivíamos en los últimos decenios del siglo XX no ha cesado de crecer, creando nuevas relaciones entre las naciones, los pueblos y los individuos. Frente a la ambivalencia de los resultados, permanecemos con una profusión de interrogantes graves y de serios envites para hoy y mañana, porque si bien han mejorado las condiciones de vida de muchos, centenares de millones de personas permanecen excluidos de sus ventajas. Además ha conducido a un cambio profundo de valores, alentando el materialismo, el individualismo, la competitividad… con todas sus consecuencias. la globalización de la economía 108. La globalización de la economía ha creado un nuevo desequilibrio en el mundo, entre los que se aprovechan del capitalismo global y los que son excluidos, los pobres, cualquiera que sea la nación donde viven. Las naciones más pobres son víctimas de una violencia económica grave. Existen hoy muchas injusticias en el mundo en cuanto a la repartición de recursos, una constante transferencia de bienes hacia los más ricos que aporta graves consecuencias: desempleo, exclusión, marginación, violencia, migración… 109. Sin embargo la economía mundial está en crisis y actualmente acarrea con ella otras crisis. Estamos principalmente amenazados por lo que hemos creado: la superpoblación, el recalentamiento global del planeta, la polución, las catástrofes naturales, la disminución del mínimo vital de agua, el agotamiento de recursos de energía, el empobrecimiento, las guerras… Nuevas enfermedades aparecen con regularidad y la pandemia del Sida ha 99 cf. Jn 6,38 cf. Rm 5, 10-11 101 Documento Capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas, 3 102 cf. Jn 15,13 103 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy - En el mundo de hoy. 100 22 diseminado familias enteras. No conocemos los efectos de lo que estamos haciendo, lo que genera en nuestras sociedades una angustia profunda. 110. Somos testigos de una crisis ecológica muy grave (emanación de gases a efecto invernadero, desertización, incendios forestales, canícula, sequía, inundaciones, ciclones, huracanes, Tsunami, terremotos, deslizamiento de terrenos…) El terrorismo ha ocultado esta crisis provocada por una industria que pompa las energías naturales, una falta de responsabilidad con relación a la creación que Dios nos ha confiado y de solidaridad de cara a las generaciones futuras. 111. Por consiguiente, el mundo se enfrenta a una crisis alimentaria alarmante, como lo hemos oído, a principios de junio, en el encuentro de la FAO en Roma. Esta situación, que en primer lugar afecta a los países pobres, lleva el riesgo de agravarse todavía más en los años venideros. En 2007, 854 millones de personas en el mundo han sido grave y permanentemente desnutridos, esto sin contar los 6 millones de niños muertos de hambre. Con el continuo aumento del precio de los productos alimenticios, se prevé el debilitamiento de más de 100 millones de personas.104 112. Frente al empobrecimiento de muchos países y a la precariedad de muchas situaciones, la migración para muchos – emigrantes económicos, refugiados y buscadores de asilo – parece la solución, a pesar de las condiciones desfavorables, incluso a veces inhumanas y dramáticas que les acompañan: prisión, promiscuidad, robos, pérdida de la vida… Este fenómeno de la migración conlleva graves problemas morales y sociales: separación de las familias con los efectos destructivos para todos los miembros, notablemente en los niños y jóvenes. Las grandes dificultades de integración en un medio de trabajo y en la sociedad, la explotación y la injusticia, la discriminación y la exclusión engendran violencia, pobreza, inseguridad… 113. Vivimos también en un mundo sufriente y de violencia crecientes. Si el Siglo XX fue considerado como el siglo más violento de la Historia de la humanidad, en estos primeros años del siglo XXI, las guerras, los conflictos étnicos y regionales, el racismo, el tráfico de seres humanos - marcadamente de mujeres – y la pedofilia continúan devastando y con ellos la horrible experiencia de atentados, raptos, asesinatos, tortura, mutilación, violaciones y violencia urbana de los suburbios, crímenes de jóvenes... un mundo multicultural y multireligioso 114. Los movimientos masivos de la población, refugiados, inmigrantes, han hecho con frecuencia de las grandes ciudades y sus suburbios un mundo de pluralismo cultural y religioso. No siempre se trata de un pluralismo pasivo, sino de un pluralismo activo donde cada comunidad, aunque en situación minoritaria, reivindica su derecho a un lugar de culto decente, a preservar su herencia cultural y a una participación plena en la vida sociopolítica. 115. Por una parte el pluralismo y por otra la imposición de una cultura única, popular, producto de la globalización, llevan a una nivelación cultural y a un relativismo que ponen en peligro la persona humana con respeto a su propia identidad y la de los demás. Los puntos de referencia tradicionales de pertenencia (lengua, religión, historia…) que les permite situarse frente a los otros, se esfuman progresivamente. Los más afectados por este fenómeno son los 104 Cifras publicadas en “Le Monde” del 6.6.2008 23 grupos minoritarios y para protegerse reaccionan a menudo replegándose en la identidad y el fanatismo. 116. El avance del individualismo, que también caracteriza a la sociedad actual, engendra un centrarse en sí mismo, como reacción a la inseguridad del ambiente y a un porvenir incierto. Es difícil buscar sentido en una sociedad fragmentada. La verdad ya no se concibe como un dato previo que hay que acogerlo, sino como el fruto de la experiencia personal, el individuo se propone producir sus propias señales. Vive en un mundo en que el tiempo se reduce con más frecuencia a lo inmediato, a lo puntual y se resienten sus relaciones con los demás. 117. Vivimos de hecho en una época donde se ponen en cuestión los valores fundamentales de la humanidad, dando paso a graves problemas éticos que se sitúan en los límites de la vida y la muerte (la bioética, las manipulaciones genéticas, las OGM ‘Organismos genéticamente modificados’, el aborto, la eutanasia, el empobrecimiento y la exclusión…) 118. El Internet, instrumento universal de comunicación, ha cambiado la forma de trabajar y de comunicar, de entrar en relación superando las fronteras usuales. El espacio individual se ha ampliado a las dimensiones del mundo. La información que circula a gran velocidad puede recibirse al mismo tiempo en todas partes. Sin embargo, más allá de estas ventajas innegables, el Internet es un arma de doble filo. Tiene un gran impacto en las mentalidades, la manera de vivir, los símbolos culturales, las ideologías… Precisamente favorece la cultura única y acentúa el individualismo, así como el aislamiento y el anonimato. - dentro de la Iglesia… 119 En estos primeros años del nuevo milenio, se han multiplicado los acontecimientos en la Iglesia: Uno de los más notables ha sido la muerte de Juan Pablo II el 2 de abril de 2005, después de un largo pontificado, el 3º más largo de la historia, y la elección de Benedicto XVI el 19 de abril. Del 23 al 27 de noviembre de 2004 se efectuó en Roma el 1er Congreso Internacional de la Vida Consagrada. Fue organizado por la Unión de Superioras generales y Superiores generales, un acontecimiento sin precedentes. 847 participantes de todo el mundo compartieron juntos su experiencia de Vida consagrada en sus diferentes contextos socioculturales y eclesiales. Este año, del 15 al 22 de junio, ha tenido lugar en Québec el 49º Congreso Eucarístico; el 29 de junio fue la apertura del Año Santo Paulino para conmemorar su nacimiento hace dos mil años; del 12 al 21 de julio han tenido lugar en Sydney las Jornadas mundiales de la juventud, con la presencia del Santo Padre y del 5 al 20 de octubre tendrá lugar la XII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos: La Palabra de Dios en la vida y la Misión de la Iglesia. 120. Después del Vaticano II, a imagen del mundo, la Iglesia Universal está viviendo mutaciones importantes. Su centro de gravedad se está desplazando hacia el Sur y el Este del mundo, ofreciéndonos la complementariedad de eclesiologías y de enfoques diferentes. Mientras que el primer milenio del cristianismo estuvo ampliamente dominado por las Iglesias orientales, el segundo milenio por las Iglesias occidentales, el tercer milenio será en primer lugar y sobre todo, asunto de las Iglesias de Asia y del Hemisferio Sur de nuestro planeta. 24 121. El desconcierto que vive el mundo de hoy no ha dejado indemne a la Iglesia universal. El Concilio Vaticano II suscitó una enorme esperanza en los años post-conciliares. Hoy nos encontramos en otra etapa del caminar de la Iglesia, que se percibe como un tiempo de madurez, pero con los riesgos del desengaño y el repliegue en sus desilusiones… 122. Sin embargo en esta inmensa miscelánea que estamos viviendo, alimentada por los ‘media’, las sectas e incluso las sectas satánicas, el resurgir de la brujería y de la magia, hay una discontinuidad profunda entre la palabra de la Iglesia y su recepción en las sociedades, que a menudo transmiten otras concepciones y referencias culturales, puntos de vista y prácticas diferentes (el divorcio, la familia monoparental, el aborto, la eutanasia…) La Iglesia en gran parte del mundo atraviesa momentos difíciles y dolorosos (disminución de vocaciones religiosas y sacerdotales, envejecimiento, abusos sexuales y pedofilia…) y la fe cristiana se considera cada vez más, una creencia entre otras; mientras en otros países, a veces de nueva cristiandad, su mensaje interpela y da sentido, atrae y compromete. 123. La pertenencia multireligiosa es hoy un fenómeno en crecimiento. Un gran número de personas en búsqueda de espiritualidad, a menudo fuera de las religiones tradicionales, incluso a veces de Dios, escogen lo que les conviene frente a las numerosas propuestas de creencias que se ofrecen. Personas de todas las edades se sienten atraídas por nuevos movimientos y diferentes grupos religiosos (‘New Age’ ‘Hare-Krishna’ ‘Iglesia Pentecostal’…) que quieren promover los valores favoreciendo la armonía universal y la paz. Las grandes religiones del mundo tienen una nueva vitalidad. 124. Por otra parte los movimientos fundamentalistas ganan terreno. Aparecen tanto en el Cristianismo como en el Islam, Hinduismo, Budismo y Judaísmo. Afirman que poseen toda la verdad. El Islam radical, uno de los más agresivos, es consecuencia de muchas frustraciones económicas, pero también y primordialmente de marginación social y cultural. 125. Frente a estos desconciertos hay diversidad de reacciones entre los creyentes. Unos se sienten amenazados, se cierran por miedo en sus convicciones y eligen el camino del integrismo o del fanatismo. Otros sin embargo, frente a los desafíos de la modernidad, consideran que hay que adaptarse y abandonar lo que no es admisible por la cultura postmoderna. Pero hay otros que piensan lo contrario, los interrogantes actuales son una ocasión para reencontrar la novedad radical de la fe cristiana, un proyecto de vida evangélica que da sentido a su vida y una coherencia interior sólida. 126. En este contexto frágil y precario, con frecuencia los más afectados son los jóvenes Muchos de ellos viven ignorando el mundo religioso. Ausentes de este mundo que ya no es el suyo, observan su vida con aprensión y se plantean muchos interrogantes acerca de su porvenir y el del mundo, sobre el sentido que tienen que dar a su vida… 127. Por caminos de vida diferentes, Dios al llamar a Francisco y a María de la Pasión, les confió a los dos una misión de Iglesia. Esta dimensión es un elemento constitutivo del carisma franciscano y del nuestro en particular. Aunque ellos no se enfrentaron a los mismos interrogantes de este tercer milenio, tuvieron que inventar, sin embargo, una nueva forma de vivir el Evangelio en unas sociedades que también estaban en plena transformación y dentro de una Iglesia de la que conocían con mucha lucidez sus flaquezas, pero con la que se sentían 25 profundamente en comunión y pertenencia. En las pruebas de la Iglesia no olvidemos que nos hemos ofrecido por ella105 decía Madre Fundadora. - en fidelidad creativa y solidaridad con el mundo sufriente106 128. El Hijo se hizo solidario con nuestras luchas hasta el descenso a los infiernos, para vivenciar todos nuestros sufrimientos, incluso los que son consecuencia de nuestro pecado. Sin embargo “su pasión por la humanidad manifestada en toda su vida y de modo singular en la Cruz, tampoco es un hecho del pasado. Se prolonga a lo largo de toda la historia; y en esta historia encontraremos signos claros de su fecundidad. Hoy, al comienzo del siglo XXI, Cristo comparte las cruces de millones de personas en muy diversas partes del mundo. Él nos dirige de nuevo su exigente y estimulante llamada a seguirlo apasionadamente y a comprender – movidos por su compasión – su pasión por el ser humano.”107 129. Experimentar el amor incondicional y constante de Dios por nosotros llenarnos de pasión por su Hijo y su misión; una pasión que nos induce a comprometernos a creer con Él en cielos nuevos y tierra nueva (…) donde ya no se oirán en ella gemidos ni llantos…108 130. En un mundo marcado por el individualismo y la discriminación, el poder y la competencia, la pobreza y la explotación ¿cómo construir otro modelo de sociedad, donde el camino de Dios va al encuentro del nuestro para que se haga agradecimiento, amor, perdón, resurrección, vida nueva?109 ¿Cómo contribuir a edificar este nuevo mundo, el Reino de Dios, donde cada uno/una tiene su lugar? ¿Cómo ser en el mundo la memoria de la vida terrestre de Cristo? ¿Qué significa para nosotras hoy vivir en fidelidad creativa y en solidaridad con el mundo sufriente? 131. Hay miles de signos de vida evidentes y visibles de los que hemos sido testigos durante nuestras visitas en las provincias. Los medios de comunicación del Instituto – Lugar de Encuentro y la página Web – por una parte y, los mensajes de la Oficina de Misión por otra, se han hecho eco de nuestra presencia solidaria por todo el mundo: Es la experiencia de muchas provincias donde las hermanas han elegido permanecer, a pesar de la violencia y la opresión que continúan aumentando, compartiendo el miedo, la angustia y la soledad de los/las que les rodean. Es la vida discreta, pero solidaria de muchas hermanas, que por haber hecho alianza con el pueblo que les acoge, saben qué respuesta dar a la pregunta que les hacen a menudo: “También usted quiere marcharse?”110 Es la inserción humilde y silenciosa de las que viven en países comunistas o musulmanes, en medio de grupos fundamentalistas e intolerantes. Con sólo su presencia son signos de la Presencia real del Señor. Es el compromiso solidario con muchos hombres y mujeres que trabajan por un mundo justo y sociable, en estos tiempos de precariedad y dificultades; es la opción por un estilo de vida coherente y verdadero donde el pobre se sienta acogido y en su casa… 105 Escritos de María de la Pasión :MD 482, 1º de agosto Tema del Capítulo general 107 Pasión por Cristo pasión por la humanidad, Congreso Internacional de la Vida Consagrada – Publicaciones Claretianas. Instrumentum Laboris preparatorio al Congreso, nº 2 – p.27 108 cf. Is 65, 17 y ss. 109 cf. Lc 10, 33 - 35 110 Jn 6, 67 106 26 Es la incertidumbre frente a la complejidad de las situaciones, pero también la fuerza y perseverancia de las que aceptan no ver nunca los frutos de sus esfuerzos y que cada día, incansablemente, recomienzan. Es la fidelidad de las que sostienen el mundo, la Iglesia y el Instituto con sus vidas ofrecidas y entregadas hasta el final. Son las cadenas de solidaridad que se han vivido en el Instituto en varias etapas. Comenzadas en el año 2000, han facilitado un compartir generoso con las víctimas de guerras y violencia, de catástrofes naturales e intemperies… y han reforzado el sentido de pertenencia a una familia. 132. Sin embargo la solidaridad, la completa apertura a los demás no es una manera fácil y sencilla de estar en relación. Como se ha dicho con precedencia, supone un éxodo, un despojamiento, un cambio radical, lo que el mismo Cristo vivió al compartir nuestra condición humana. La solidaridad es un riesgo que exige valor, porque molesta, desinstala y hace ir contra corriente; puede también llevar a un rechazo111. En la realidad de hoy, nuestra vocación es al mismo tiempo más difícil y más necesaria que nunca. 133. Se nos pide un enfoque contemplativo para discernir lo que Dios, presente en nuestro mundo complejo, nos dice en este momento de nuestra historia. Nos apremia a mirar de nuevo nuestras opciones para actualizarlas en fidelidad creativa a la luz del Evangelio, de nuestro carisma – nuestra manera particular de vivirlo - y los signos de los tiempos. La condición es: Por encima de todo anhelar tener el Espíritu del Señor y su santa operación112 Él nos ayudará a salir de nosotras mismas y de nuestros intereses personales para estar presentes al otro, a sus sufrimientos y esperanzas, a sus intentos y aspiraciones, lo que implica inevitablemente una transformación de lo que somos. 134. María al pie de la Cruz de los dolores del mundo conservaba todo en su corazón113. Su contemplación de los misterios de Dios le ha enseñado a identificar su acción en nuestra historia. El Magnificat, un cambio en la escala de valores que el mundo facilita, anuncia una sociedad universal y fraternal, una sociedad donde el mismo Dios se hace solidario con los humildes, los que tienen hambre y los que le temen… - continuar la misión de Cristo, enviado del Padre114 135. El último Capítulo general reafirmó que “todas somos enviadas a la misión universal, a lo largo de nuestra vida, tanto dentro como fuera de nuestra provincia. Esta disponibilidad radical para ser enviadas es una dimensión esencial de nuestra especificidad misionera fmm”115; y el envío ad extra que Madre Fundadora quiso para nosotras, nos permite “en comunión con todo el Instituto, compartir la responsabilidad y preocupación del anuncio de la Buena Nueva en todo el mundo”116 cf. Jn 1,11 – “Vino a los suyos y los suyos no le acogieron” 2 R 10,8 113 cf. Lc 2,51 114 Cons art 35 115 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy. Enviadas a la Misión Universal. 1 116 Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy. Enviadas a la Misión universal 2, 111 112 27 136. Un vistazo a las casillas aquí debajo nos da la información esencial de la realidad del envío hoy en el Instituto. Envíos en el Momento de los Votos perpetuos A la provincia Fuera de la prov Total de VP 2003 2004 2005 2006 2007 Total de envíos de 2003 a 2007 88 13 101 93 25 118 75 15 90 70 14 84 49 9 58 375 76 451 a. En primer lugar es importante notar de año en año, la grave disminución del número de hermanas que llegan a la etapa de los votos perpetuos. Mientras en 2003, se comprometieron definitivamente 101, en 2007 han hecho sus votos solamente 58. b. La media anual de envíos fuera de la provincia de origen se mantiene alrededor del 16%, un porcentaje más bien débil para un Instituto misionero que tiene como especificidad la disponibilidad al envío ad extra. Envíos VP 20032007 A la provincia Fuera de la prov Total de VP África América Asia Europa 90 14 104 22 11 33 232 36 268 31 15 46 Total de envíos 375 76 451 c. Por otra parte, el porcentaje de hermanas de votos perpetuos enviadas a la misión ad extra, se diferencia entre continentes. Durante los cinco últimos años, entre 2003 y 2007: los continentes que actualmente tienen más vocaciones en el Instituto, África y Asia, en el momento de sus votos perpetuos alrededor del 13% de sus hermanas recibieron el envío ad extra. sin embargo en Europa y América, donde la tradición del envío ad extra se ha vivido desde el origen, una media del 33% de las que han hecho los votos perpetuos han sido enviadas fuera de la provincia. Este envío se mantiene todavía no obstante la disminución considerable de los miembros de las provincias (pocas vocaciones y una media de edad elevada). 137. Si observamos la realidad del envío ad extra hoy en el Instituto podemos constatar que: o en el número de hermanas enviadas, algunas ya han vuelto a su país de origen, ya sea porque han sido llamadas para responder a un servicio o a una responsabilidad, sea porque ellas mismas no podían asumir las desafíos del envío; o las que reciben el envío ad extra, a veces pasan años antes de llegar a su nueva provincia. Además de aquellas que por motivo de sus estudios y formación tardan en partir, otras son retenidas para responder a las necesidades de su provincia. o el envío “para toda la vida” es cada vez menos evidente. Muchas de las que son enviadas ad extra no quieren “quedarse para siempre” en la provincia a la que han sido destinadas. Las peticiones de regreso a la provincia de origen son cada vez más frecuentes, sean de cualquier generación. 138. Sin embargo, o cada vez más hermanas de votos temporales expresan su deseo de ser enviadas a la misión ad extra al momento de sus votos perpetuos y esto con convicción, no por temor de no ser admitidas a sus votos, como pudo sentirse hace unos años. Las 28 hermanas acogen con entusiasmo y realismo el envío ad extra. Las que no lo han recibido, a menudo nos dicen su desilusión. o provincias que hasta ahora no habían podido enviar hermanas a la misión ad extra y empiezan a hacerlo. o varias hermanas que no pudieron recibir el envío ad extra, al momento de sus votos perpetuos, fueron alentadas por su provincia a pedirlo y lo recibieron algunos años más tarde. o algunas hermanas jóvenes y menos jóvenes han dado respuesta a las llamadas específicas para una colaboración temporal entre provincias; o aunque el envío fue dado a la provincia de origen, bastantes hermanas han podido vivir algunos años de experiencia misionera ad extra, antes de inserirse en su provincia. o se han hecho esfuerzos en las provincias para preparar mejor a las hermanas enviadas ad extra: participación en sesiones organizadas a menudo por otras congregaciones religiosas para los misioneros que se preparan a dejar su país, formación profesional en diálogo con la provincia de acogida, contactos directos con la provincial y con las hermanas de la provincia de acogida, intercambio de información… en las provincias de acogida, se ha procurado dar tiempo a las nuevas hermanas que llegan para que tomen conocimiento de las realidades del país y de la Iglesia, para aprender las lenguas, y descubrir progresivamente la provincia, con el apoyo del acompañamiento personal y relecturas de vida… 139. El discernimiento para el envío no siempre ha sido fácil para nosotras en el Consejo general. Las dificultades encontradas han sido múltiples, algunas de carácter externo y otras personales. 140. Las causas externas están vinculadas a los contextos en los que estamos insertas y a los desafíos del mundo: Las leyes en vigor en varios países de Asia limitan o prohíben a los religiosos/as autóctonas la posibilidad de salir, así como la residencia a los/las que son extranjeros. Las calificaciones y competencias requeridas para un trabajo apostólico o profesional son cada vez más exigentes; en ciertos países incluso, resulta muy difícil a las hermanas de otras provincias encontrar un compromiso. Las vocaciones que vienen al Instituto, como por todas partes, son generalmente de edad más avanzada. Ciertamente aportan la riqueza de su experiencia de vida, pero al mismo tiempo los desafíos que son consecuencia de su edad (más dificultades para aprender nuevos idiomas, para adaptarse…) 141. Las causas internas provienen de nuestras realidades: Salvo raras excepciones, el número de vocaciones continúa disminuyendo más o menos rápidamente en las provincias, lo que inevitablemente conduce a un aumento importante de la media de edad y aparecen por todas partes nuevas necesidades, debidas a la falta de relevo. Muchas de las que llegan a la etapa de los votos perpetuos no han terminado todavía su formación teológica y profesional. Además, a causa de sus estudios, a menudo prolongados, a un buen número de ellas les falta una verdadera experiencia de vida comunitaria y apostólica. El número de las que no están preparadas para recibir un envío en el momento de sus votos perpetuos aumenta cada año. 29 Los desafíos de la misión y sus exigencias: la inculturación y el estudio de los idiomas, valores y costumbres. Aunque después del Capítulo general, se ha hecho un esfuerzo en las provincias para preparar a las hermanas enviadas y mejorar la calidad de la acogida, todavía queda mucho por hacer para ayudar a las que son enviadas a afrontar el choque cultural inherente a la vivencia de nuestro carisma, que nos consagra a la misión universal en comunidades internacionales, interculturales. ¿Cómo tomar en consideración las consecuencias psicológicas, morales y espirituales de esta experiencia y sus implicaciones para las que son enviadas y para las provincias de acogida? Hermanas de votos perpetuos de todas las edades que ya no ven el motivo del envío ad extra. Frecuentemente basan sus argumentos en la posición de las Iglesias locales, que no son favorables al intercambio misionero y al testimonio de las que han vivido experiencias difíciles fuera de su provincia de origen. Hay un abismo entre nuestras convicciones y lo que vivimos efectivamente. La distancia es grande entre “estar dispuesta” a ser enviada ad extra y la disponibilidad y desinstalación que requiere una partida. 142. Por otra parte, es bueno ensalzar lo que se ha realizado concretamente después del Capítulo general para ayudar a vivir mejor nuestra disponibilidad a la misión universal del Instituto. Ha aumentado el número de hermanas de votos temporales, que antes de sus votos perpetuos117 han hecho una experiencia en otra provincia. Aunque es un pequeño número, las experiencias han sido positivas, tanto para las hermanas como para las provincias de acogida y de origen. Además de la experiencia positiva de haber aprendido un idioma, el desplazamiento hacia una provincia desconocida ha facilitado a la hermana concernida, el verificar un poco su comprensión y sus capacidades de vivir las exigencias de nuestra universalidad. El Capítulo general precedente pidió que, con el fin de discernir el envío de cada hermana, pudiera comenzarse el diálogo después de tres años de votos temporales 118 . El Consejo general y las Oficinas de Formación y Misión han preparado un documento para “La preparación y el discernimiento durante la profesión temporal, en vista de la misión universal”119. Algunas provincias han comenzado a utilizar este material. La progresión prevista en el esbozo, irá de año en año arrojando nuevas luces, esperamos que así sea, para la hermana, sus formadoras, su provincial y su consejo, y también para el Consejo general que desde este compartir podrá captar mejor la trayectoria de la joven, su evolución, sus riquezas y sus lagunas… Se está llevando a cabo un estudio para evaluar la experiencia de las hermanas de votos perpetuos, que fueron enviadas a la misión ad extra entre 1985 y 2005. Se distribuyó un cuestionario a 400 hermanas; solamente han respondido 245. La participación limitada nos cuestiona, pero sabemos que entre las que no han dado su respuesta, están las que todavía no han efectuado su partida y un número pequeño de las que han dejado el Instituto. Este estudio facilitará a partir de los datos concretos: el movimiento de los envíos, el origen de las hermanas, sus culturas y lenguas, sus capacidades y preparación, sus fuerzas y desafíos, las necesidades de sus provincias, para tomar mayor conciencia de los retos que existen y mejorar las opciones y discernimiento con vistas al envío, la preparación de las enviadas y la calidad de su acogida… 117 cf. Puntos Prácticos para el envío y la acogida , enviado por el Consejo general, en respuesta a la demanda del Capítulo general 2002 118 id. Puntos prácticos para el envío y la acogida. 119 Documento entregado a las provinciales 30 143. No obstante el envío ad extra es cada vez más complejo, no solamente para nosotras, que estamos preocupadas por la disminución de nuestras posibilidades y nuestro disponible y su incidencia en el Instituto y su futuro, sino por la Iglesia, que vive cambios importantes en la teología de la misión y sus agentes. Si la misión fue interpretada y vivida durante mucho tiempo en términos geográficos ad extra, después del Vaticano II es también ad gentes y el nuevo paradigma pone el acento en el inter gentes. De cara a estos retos, los que nos vienen de la evolución del mundo y del nuevo enfoque en la Iglesia, ¿como contribuir a una renovación del sentido misionero fieles a nuestro carisma? En el mundo globalizado y fragmentado en el que estamos insertas, vivir por medio del envío la solidaridad, la comunión, la gratuidad, la reciprocidad y la reconciliación entre pueblos, naciones, regiones, culturas, etnias, provincias, comunidades permanece un testimonio importante. 144. “El Capítulo general de 2002 confió al Consejo general el cuidado de preparar un librito sobre todo lo concerniente al envío y la acogida (fundamentos y cuestiones prácticas)”120. Este manual realizado por Hna. Helen Mendonça, Hna. Mary Motte y Hna. Nzenzili Mboma Lucia, con la colaboración de Hna. Alma Dufault, se presentará en el Capítulo. Retomando ciertos interrogantes que nos planteamos sobre la misión universal, nos ofrece pistas de reflexión para ayudarnos a profundizar la razón de ser de un Instituto misionero para el mundo de hoy. Nos ofrece también orientaciones prácticas que nos posibiliten mejorar nuestra práctica del envío. - en disponibilidad total como María 121 145. Enviadas para continuar la misión de Cristo, enviado del Padre y consagradas a la misión universal, nos comprometemos de un modo específico en la Iglesia, entregando nuestras vidas en disponibilidad total como María122. A la sombra del Espíritu, María encarnó plenamente en Ella el Ecce y el Fiat de su Hijo ofreciendo su vida en disponibilidad total al proyecto de Dios. Es el compromiso que tomamos también nosotras el día de nuestra consagración definitiva y que estamos llamadas a concretizar a lo largo de nuestra vida “en el Instituto donde libremente hemos elegido vivir el seguimiento de Cristo”123 146. El comienzo de la fórmula de votos: En presencia de Sor… hago profesión, nos sitúa de entrada miembro efectivo de nuestra familia religiosa, a quien entregamos nuestra vida para la realización de su MISIÓN en el mundo, el proyecto de Dios sobre ella. Por este hecho, nuestra misión común tiene prioridad sobre nuestros programas personales. Cada una tiene sus talentos, preferencias, sueños, pero el don de sí es para la misión común del Instituto. Tenemos una gran responsabilidad unas con otras y no siempre somos muy conscientes de ello. Cuando una hermana pone su vida en nuestras manos, implica que juntas estamos vinculadas para vivir nuestra ofrenda. ¿No faltamos a veces de valor y confianza mutua, para ayudarnos a vivir ciertas superaciones? Cuantas veces nos encontramos con hermanas, comunidades, provincias, que por miedo al compromiso o a una falta real de disponibilidad han perdido su vitalidad. Nuestras pérdidas de dinamismo, nuestros temores y cálculos ¿no están paralizando nuestra entrega? 120 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy. Enviadas a la Misión Universal. Líneas de acción –NB 121 Cons. art 36 122 cf. Cons. art 35 y 36 123 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas 6 31 V - Me consagro a la adoración eucarística, a la evangelización de los pueblos - ofreciéndonos adoratrices por el mundo, 124 147. Madre Fundadora pone la Eucaristía al centro de nuestro compromiso misionero. Para ella, adoración y misión se fundan en una misma dirección. “A veces me pregunto qué podría hacer para que mis hijas comprendiesen bien esta vocación de víctimas adoratrices del Santísimo Sacramento que, para mí, en el Instituto predomina sobre todas las demás y de la que nuestra vida misionera no es más que una consecuencia.”125 148. La adoración es la suprema acción de gracias que podemos ofrecer a Cristo. Es participación a la adoración que el universo rinde a Aquél “que de condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios. (…) Por eso Dios lo exaltó y le concedió un nombre superior a todo nombre, para que ante el nombre de Jesús, toda rodilla se doble, en el cielo, la tierra y el abismo, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre”126. Francisco percibió la grandeza de la adoración. “Te adoramos Señor Jesucristo aquí y en todas las Iglesias que hay en el mundo entero”127. Quiere que su dimensión alcance al mundo universal y cósmico. 149. La adoración nos asocia a la adoración de Cristo a su Padre, en su acto de abandono total en la cruz. Reponiendo en las manos del Padre su espíritu128, sabiendo que todo lo había puesto el Padre en sus manos129, le presenta el mundo que reconcilió con Él130, este mundo que le ha odiado131, que le desprecia y no acepta sus palabras132; pero también sus amigos los que hicieron lo que les mandó133, los discípulos que han permanecido con Él en sus pruebas134, para que la fe de Pedro no desfallezca y una vez convertido fortalezca a sus hermanos135, las hijas de Jerusalén136, los que no saben lo que se hacen, por quienes pide al Padre les perdone137, por los dos malhechores, sus compañeros en la muerte138; su madre, sus compañeras y el discípulo predilecto139 y todos nosotros que, gracias a la palabra de sus discípulos, creeremos en Él140… 150. “María conservaba y meditaba todo en su interior141 “ Retenía y conservaba, meditaba, adoraba a Dios presente en las diferentes realidades de la vida, haciendo memoria de aquéllos que lo temen, los humildes, los pequeños, los hambrientos… Madre Fundadora escribía: “veo 124 Escritos de María de la Pasión, NS 31, 4 de febrero 1883 Escritos de María de la Pasión, JO,425: 19.6.1899 126 cf. Flp 2, 6-11 127 Testamento de San Francisco, 5 128 Jn 13,3 129 cf. Lc 23,46 130 cf. 2 Co 5,19 131 cf. Jn 15,18 132 cf. Jn 12,48 133 cf. Jn 15,14 134 cf. Lc 22,28 135 cf. Lc 22,32 136 cf. Lc 23,28 137 cf. Lc 23,34 138 cf. Lc 23, 29 y ss. 139 cf. Jn 19,25 140 cf. Jn 17,20 141 cf. Lc 2,19 125 32 a María siguiendo la acción de Jesús hasta la cruz, hasta la Ascensión: secundando la acción de los Apóstoles y participando en la acción silenciosa y fecunda de intercesión y sacrificio.”142 Su vida estaba impregnada de adoración, la actitud de fe profunda de aquellos y aquellas que, como Cristo, se descentran de sí mismos cada vez más, para devolverle a Dios lo que le es debido. Mi alma glorifica al Señor… 151. Francisco supo que la adoración verdadera era obra del Espíritu de verdad143 Abriéndonos a su acción, Él nos guiará hasta la verdad plena144, nuestra imagen de Dios se purifica cada vez más y podemos dejar a Dios ser verdaderamente Dios en nosotras y a nuestro alrededor145. Así pues, podemos darle gracias por todo, ya que todo bien de Él procede146, y adorándole con puro corazón oremos siempre sin desfallecer 147 presentándole con confianza la sed, las penas, dudas, alegrías y esperanzas de la humanidad. 152. En el Instituto, la adoración cotidiana que prolonga la celebración eucarística 148 es, en general, un momento que se privilegia. Sin embargo, en algunas provincias la Eucaristía celebrada y adorada, no tiene hoy un lugar central en la vida de ciertas hermanas y en su misión, cambiando así el fundamento que María de la Pasión quiso para nosotras. En otras provincias, la adoración se hace en lugar de la meditación de la Palabra. Ahora bien, es Cristo, Palabra y Pan el que da todo su sentido a nuestras vidas y de Él “brota el dinamismo contemplativo y misionero de toda nuestra vida”149 . No podemos ser apóstoles, misioneras de Cristo si ante todo no somos sus discípulas para aprender de Él, escucharle y contemplar su misterio, lo que es dar la vida por los que se ama.150 Entonces podremos en verdad anunciar lo que hemos oído, su Palabra que crea el mundo y nos forma; lo que hemos visto con nuestros ojos, su Vida que toma carne; lo que hemos contemplado y lo que nuestras manos han tocado del Verbo de Vida151, Su Cuerpo entregado. - os he dado el ejemplo para que hagáis lo que yo he hecho152, 153. “Haced esto en memoria mía”153 nos dice Jesús, ofreciéndonos su Cuerpo y su Sangre, durante la cena pascual; y después de haber lavado los pies de sus discípulos, “Os he dado el ejemplo para que hagáis lo que yo he hecho”.154 La ofrenda y el servicio, dos momentos constitutivos de la Eucaristía, complementarios e indisociables, nos desvelan el secreto de su vida. “He venido para que tengan vida, una vida en abundancia” 155. En la cruz, Cristo se despojó de sus vestiduras, de su título de maestro, de su autoridad, de su poder; en el lavatorio de pies, Él mismo se despoja de sus vestidos y se pone de rodillas ante sus discípulos sin distinción, para lavarles los pies y secarlos con la toalla que se había ceñido, revelándonos lo que es ser Maestro y Señor. 142 Me habla en el corazón de su Iglesia, 16.12.1885 (220). cf. 2CtaF “Carta a todos los fieles” 1, 19 y 20 144 cf. Jn 16,13 145 Escritos de María de la Pasión – Confidencias, Inédito 27.10.1884 146 cf. 1 Regla 17,17 147 cf. 1 Regla 22,29 148 Cons art. 9 149 Cons art. 3 150 Jn 15,13 151 1 Jn 1,1 152 Jn 13,15 153 Lc 22,19 154 Jn 13,15 155 cf. Jn 10,10 143 33 154. La kénosis nos revela el estar-en-relación que como hemos dicho es Cristo. Su relación al Padre le puso en relación con el mundo que tanto Dios amó y al que le envió156 para llevar su obra a buen fin157. Su relación con la obra del Padre nos hace entrar en otra lógica con sus propios valores: el servicio, el último lugar, la humildad, la renuncia a los privilegios, el don de su vida, el compartir… - mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo158 155. Como discípulas de Cristo, estamos enviadas también nosotras a continuar su misión, para llevar la Buena Noticia a los pobres. Nos comprometemos de un modo específico en la Iglesia según nuestras prioridades 159 156. La evangelización se actúa en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, religiosa… Nos pone en contacto con mundos muy diferentes, con sociedades secularizadas y con las de nuevas cristiandades; con países todavía comunistas y con los que se liberan de ese sistema; con el mundo de la violencia y de las guerras como con el de las rivalidades étnicas, regionales o nacionalistas. Nos arrastra al mundo del Internet, en el de los jóvenes, todo como en las culturas tradicionales y pueblos aborígenes… 157. Después de haber examinado las opciones misioneras fijadas en los capítulos generales anteriores, el último capítulo retuvo algunas prioridades, que en ese momento le parecieron responder mejor a las necesidades del mundo y a nuestras orientaciones misioneras: Encarnar el Evangelio allí donde vivimos160 Dar una respuesta profética frente a las consecuencias de la globalización en los pobres, los marginados y el medio ambiente161 158. En los días posteriores al Capítulo, Hna. Elvira Dizon, que estaba al frente de la Oficina de Misión, se inclinó hacia estas dos prioridades y comenzó a elaborar unos folletos de información y de formación para ayudar a las provincias a vivirlas. Muy pronto se hizo sentir la necesidad de ir más lejos en el compromiso a favor de las personas desplazadas y, dentro de la Oficina de Misión se creó un secretariado dedicado especialmente a la concretización de esta prioridad. Fue encargada de ello Hna. Valsa Joseph Palathingal. 159. La Oficina de Misión como la de Formación ha vivido cambios sucesivos. Al partir Hna. Elvira, que ya había afianzado el cambio de Oficina de JPIC en Oficina de Misión, tomó el relevo Hna. Helen Mendonça. En el Instituto hasta el presente, algunas provincias no han captado o no aceptan esta nueva oficina, piensan que debilita nuestro compromiso en el ámbito de la justicia, paz y defensa del ambiente. De hecho, JPIC es una dimensión integrante de la misión, una manera esencial de vivirla y no puede estar disociada. 156 cf. Jn 3,16 cf. Jn 4,34 158 cf. TOB Jn 5,17 159 cf. Cons art. 35 y 36 160 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy. Líneas de acción 2. 161 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy, 1. 157 34 - encarnar el Evangelio allí donde vivimos el encuentro del Evangelio con el mundo 160. “Tener como primer objetivo de nuestras actividades la transmisión del Mensaje” 162, nos dicen nuestras Constituciones. Este objetivo nos abre a la multiplicidad de compromisos apostólicos y de actividades misioneras. Lo que hacemos y también lo que vivimos, en una obra, una institución, un compromiso asalariado, una profesión, un voluntariado, en un servicio comunitario o un trabajo administrativo, en una enfermería o en itinerancia, en medio de los más pobres y con las mujeres, los jóvenes… todo es espacio donde el Evangelio puede encarnarse y volverse en anuncio del Reinado. Participar por nuestra parte en la acción evangelizadora de Jesús, es manifestar con nuestras vidas, opciones, compromisos, actitudes y comportamientos quien es el Padre, lo que Él desea y cómo actúa en nuestro mundo para que llegue su Reino. 161. Uno de los grandes retos hoy es proponer la fe en Jesucristo. La masa de gentes que todavía no le conocen o los que ya no le quieren conocer, en lugar de disminuir no hace más que aumentar. Además, en un gran número de realidades y culturas, falta una evangelización en profundidad de los pueblos a los que se les ha propuesto el Evangelio. Se nota en muchos una grave dicotomía entre la vida y las exigencias evangélicas. Por otra parte, en muchos países ser cristiano ya no es fruto asegurado de una herencia familiar, sino el hecho de una respuesta personal a una llamada. La manera de vivir la fe y de testimoniarla está sufriendo una transformación radical. En muchos contextos esta trayectoria se hace fuera de la Iglesia y falta una reflexión seria de conjunto a este propósito. 162. Todo esto nos cuestiona. ¿Cómo presentar el mensaje del Evangelio a este mundo al que somos enviadas y creemos conocerlo, cuando es extremadamente complejo y está en continua mutación? Es indispensable la toma de conciencia de sus realidades que nace de un análisis serio, si queremos darle una respuesta profética163 a sus expectativas. ¿Cómo proponer Dios a un mundo cada vez más secularizado que quiere explicar todo sin ninguna referencia a Él? ¿Cómo hablar de un Dios solidario a sociedades marcadas por el individualismo, la globalización y el consumo? ¿Cómo proclamar los valores del Reino a los marginados que sufren exclusión, o al que perdió el gusto de vivir de cara a un porvenir sin horizontes…? 163. Por mucho tiempo hemos tratado de llevar Dios a los otros. De hecho, Él nos invita a descubrirle, a escucharle, a contemplarle ya presente actuando en el mundo y en nosotras. Dios es origen y fin de la evangelización y nos invita a dar un giro importante en nuestra manera de anunciarlo. ¿Estamos atentas a leer en las culturas donde estamos sumergidas los signos que preparan el camino al Evangelio, esos lugares de encuentro entre Dios y la vida que la Palabra necesita para continuar encarnándose? 164. Consagrarse a la evangelización de los pueblos164 nos reenvía a nuestra propia evangelización. ¿Somos evangelizadas y vivimos en consecuencia? ¿Qué rostro de Cristo se refleja en nosotras y en nuestras vidas? ¿Escuchamos su llamada a franquear fronteras, a ir a la periferia para llegar hasta el otro, quienquiera que sea? Nuestro futuro – el del Instituto – 162 Cons art.42 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy 1. 164 cf. Fórmula de votos 163 35 dependerá mucho de nuestra capacidad de traducir en nuestras vidas la experiencia que hacemos de Dios, que nos invita a ir siempre más allá, porque su amor irrumpe en la historia y salva al mundo165 el encuentro del Evangelio con otras religiones. 165. Nuestra misión nos pone también en contacto con regiones en las que la gran mayoría de los habitantes pertenecen a una de las grandes religiones del mundo: el judaísmo, el hinduismo, el Islam, el budismo… En ciertos países las religiones se han vuelto origen de conflicto y en algunos resulta imposible, está prohibido, proclamar explícitamente a Jesucristo. Además hoy los movimientos migratorios han hecho de muchos países que tradicionalmente no estaban confrontados a la diversidad de religiones, lugares importantes de pluralismo religioso. 166. Encarnar el Evangelio en estos contextos diferentes nos pone en situación de diálogo con los creyentes de otras religiones. En general el diálogo de vida se vive positivamente mediante las relaciones cotidianas, la amistad, la confianza… Hace que seamos puentes entre grupos diferentes y muchas veces ayuda a superar los miedos recíprocos y los prejuicios. Este diálogo a menudo prepara el camino a colaborar en la acción social. Lo hemos visto últimamente con las catástrofes naturales que han afectado a varios países. Muchas de nosotras hemos colaborado con personas de diferentes religiones para ayudar a los damnificados de las regiones afectadas por el Tsunami por los terremotos, los ciclones… 167. Todos estos enfoques nos piden un profundo diálogo de corazón, que no se puede vivir sin una escucha sincera, apertura, humildad, respeto del otro y un conocimiento de sus creencias y convicciones. Si el diálogo de vida se realiza holgadamente, para la mayoría de nosotras, raramente se da el diálogo más especializado y más delicado de cuestiones de fe. A menudo nos falta el conocimiento profundo de la fe del otro. No obstante, descubriendo lo que le hace vivir profundamente, podemos encontrar a Dios bajo formas nuevas y dejarnos tocar y transformar por Él. ¿Cómo podríamos dar más importancia al diálogo interreligioso en nuestra presencia misionera? 168. Sin embargo hoy, el diálogo en la Iglesia y entre los creyentes de otras religiones plantea cuestiones de fondo. ¿ Cómo hablar de “misión”, de “evangelización” en este momento en que se reconocen la pluralidad de las tradiciones religiosas y espirituales ¿Cómo integrar el respeto por la diversidad de las religiones y la universalidad de la Buena Noticia en Jesucristo, único Salvador? ¿Cuál es el fin primordial del diálogo religioso? ¿Es la evangelización solamente responsabilidad de las iglesias locales como ponderan algunos, poniendo en tela de juicio la misión ad extra y ad gentes, para provecho de la misión inter gentes? Estos interrogantes nos invitan a profundizar la reflexión para encontrar las respuestas justas, las que están inscritas en el designio de Dios. 165 Cons art. 11 36 - dar una respuesta profética frente a la consecuencia de la globalización en los pobres, los marginados y el medio ambiente los pobres y marginados 169. Para Francisco la opción de ir voluntariamente a los marginados es un gozo166, y para María de la Pasión, una necesidad de su alma167 que nos quiere transmitir. En Cristo aprendemos a vivir nuestra solidaridad con los y las que sufren sirviendo168 y entregándonos como Él mismo lo hizo169. Sus amigos 170 los discípulos, las prostitutas, los publícanos, los que tienen hambre y sed, los enfermos, desnudos, extranjeros, prisioneros… son también los benditos de su Padre 171. 170. Como bien sabemos por todas partes aumenta considerablemente el número de marginados. Estos últimos años se han tomado iniciativas en las provincias y nos han hecho sentir más presentes a los sin techo, a las mujeres víctimas del tráfico humano, de la violencia doméstica y de los abusos sexuales; a los niños de la calle, a los enfermos de Sida, a los drogadictos y emigrantes… Nos han permitido ‘hablarles’ de Dios, haciéndoles ver su rostro compasivo y misericordioso, porque “la oración que sale de la boca del pobre va a los oídos de Dios y le hace justicia enseguida” 172 171. La creciente pobreza nos ha hecho volver, en muchos lugares, a maneras de asistencia y ayuda financiera para sobrevivir, cuidados médicos y necesidades básicas elementares. Esto nos preocupa. Sin haber optado, estamos creando nuevamente situaciones de dependencia. Por otra parte, somos conscientes de que hoy disponemos menos medios que en el pasado para nuestro trabajo misionero. Las misiones más pobres dependen de las provincias que, generalmente, son las más desproveídas. 172. ¿Qué significa para nosotras hoy esta invitación de María de la Pasión, de hacer a favor de los afligidos, los enfermos, los pobres y los abandonados prodigios de caridad 173 En el transcurso del Gran Jubileo del año 2000, el Papa Juan Pablo II también nos recordó que el panorama de la pobreza puede extenderse indefinidamente174 que “es la hora de una nueva ‘imaginación de la caridad’ - de una nueva inventiva - que promueva no tanto y no sólo la eficacia de las ayudas prestadas, sino la capacidad de hacerse cercanos y solidarios con quien sufre”175 166 cf. 1 Reg 9,2 Escritos de María de la Pasión – NS 171 168 cf. Jn 13, 1-15 169 cf. Jn 10, 10 170 cf. Jn 15,13 171 cf. Mt 25, 34 ss. 172 Eclo. 21, 5 173 Escritos de María de la Pasión – cf. MD 139 174 Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte, al Episcopado, al Clero y a los Fieles, con motivo del Gran Jubileo del Año 2000, del Papa Juan Pablo II, nº 50 175 Carta Apostólica Novo Millenio Ineunte, al Episcopado, al Clero y a los Fieles, con motivo del Gran Jubileo del Año 2000, del Papa Juan Pablo II, nº 50 167 37 las personas desplazadas 173. El Capítulo general de 2002 ha “elegido como prioridad misionera proyectos a favor de personas desplazadas especialmente las mujeres en situaciones desfavorecidas” 176 . El desplazamiento de pueblos que continúa ampliándose, a pesar de las severas restricciones establecidas por muchos países, nos hace testigos de una tragedia, una deshumanización que va en aumento y se vive a escala mundial. 174. Diecinueve proyectos “para el Centenario de la muerte de la Beata María de la Pasión”177 fueron apoyados gracias a la contribución financiera del conjunto de las provincias. Así como numerosas realizaciones en las provincias, han facilitado compromisos concretos al servicio de los inmigrantes y desplazados: acogida, cercanía, acompañamiento, alojamiento, pastoral, formación profesional, socialización y ayuda a la integración. 175. Las diferentes reuniones continentales que han tenido lugar, excepto en las dos Américas por falta de tiempo, han ofrecido un espacio rico de compartir experiencias. El aporte de ‘Franciscanos Internacional’ y de otros organismos y asociaciones, la profundización de nuestras raíces bíblicas franciscanas y de María de la Pasión, han dado un sólido apoyo a las que están comprometidas con los emigrantes. Por vocación, consagradas a la misión universal, no podemos permanecer insensibles a esta realidad que nos rodea. Nuestra condición de enviadas, y la vida en comunidades internacionales, interculturales nos ofrecen posibilidades insólitas para comprender a estas personas que se nos presentan bajo miles rostros, con mentalidades, costumbres, religiones y necesidades muy diferentes, a veces incluso opuestas. el ambiente 176. La práctica neoliberal de mercado, construida alrededor de la idea que el ambiente pertenece a los que pueden dominarlo, someterlo, explotarlo al máximo, es en detrimento del agotamiento de recursos y reservas de energías, porque no se les deja el tiempo necesario para renovarse. Considerando el don del cosmos en términos únicamente de ganancia, el futuro de la humanidad se encuentra gravemente comprometido. Un desequilibrio ecológico acarrea cambios significativos y nefastos al ambiente y estos últimos años hemos sido testigos de pueblos enteros víctimas del Tsunami en el sur asiático, del ciclón en Myanmar, de terremotos en Pakistán, Perú y China… 177. Algunas provincias han hecho esfuerzos para contribuir a la creación de una conciencia ecológica: una utilización justa de los bienes de la tierra, de los recursos y energías, la promoción de culturas agrícolas alternativas y el sentido del compartir… Sin embargo podemos cuestionarnos si estamos suficientemente convencidas del impacto de nuestras vidas diarias en el ambiente y, de la importancia de hacer opciones lúcidas para usar los bienes naturales. No podemos negar que también nosotras, por negligencia o por egoísmo... tenemos una parte de responsabilidad en la destrucción del universo. Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la Misión Universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy – Líneas de acción 4. 177 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la Misión Universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy. Líneas de acción 4.2 176 38 178. El neoliberalismo, apropiándose del mundo trata de rehacerlo a su manera, volviéndose en su creador y maestro de la vida. Una vez más, nos encontramos frente a nuestras imágenes de Dios. La realidad del mundo de hoy y la angustia creciente respeto al futuro, nos invitan a establecer un nueva forma de relación con la creación, que no sea ya de dominio y explotación. Únicamente como criatura responsable, con respeto, justicia, interdependencia y solidaridad podremos realmente cooperar en la obra de la creación de Dios. 179. Para conseguirlo hay que desarrollar en nosotras y a nuestro alrededor un ética de responsabilidad que pase del yo al nosotras, para que la tierra y sus bienes, que son de todos y para todos, lo sean realmente hoy y también en el futuro. El respeto de la tierra, sus aguas y sus recursos nos hace comulgar con la obra de Dios. Por encima de su apariencia y utilidad, nos vienen de Él como don. Son para nosotros signos de su benevolencia que nos abre al compartir. 180. Más allá de su capacidad de proveer a nuestras necesidades, el cosmos es también la expresión de una Presencia que se ofrece a nuestra mirada maravillada para dejarse presentir como el Manantial de nuestro ser. Es la alabanza maravillada de Francisco que acogiendo humildemente su condición de criatura, consiente en ser recibido por Otro. “Altísimo, omnipotente, buen Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor y toda bendición. A ti solo, Altísimo, corresponden y ningún hombre es digno de hacer de ti mención.178 Como hija de San Francisco, la naturaleza lleva a Dios a María de la Pasión. Su alma le adora en ese templo construido por su mano divina179 también ella quiere cantar a toda la creación: Que el Reino de Dios venga! 180 en colaboración 181. Muchos de estos compromisos han abierto camino a una colaboración efectiva con otras congregaciones religiosas, laicos voluntarios, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales. La puesta en común de los talentos y de la diversidad de experiencias misioneras nos ha permitido dar una respuesta eficaz a varias llamadas. - - - Dos hermanas: Gloria Carmen Eamiguel (de la provincia de Filipinas) y Alicia Gill (de la provincia de Pakistán) han colaborado con durante unos años con JRS (Servicio Jesuita de Refugiados) de agosto de 2005 a agosto de 2007, contribuyendo a la reinserción de los desplazados de Tapitta en Liberia. Hna. Elzbieta Homel, inicialmente de la provincia de Pakistán, ha estado comprometida en un proyecto intercongregacional para “salvar a los niños de Kabul”, siguiendo la llamada lanzada por el Papa Juan Pablo II, al finalizar la guerra de Afganistán y retomado por la Conferencia de Superiores Mayores de Italia. Dio primero su aporte preparando el proyecto en Roma durante un año, después realizándolo en Kabul durante tres años, al servicio de los niños discapacitados. Hna. Malgorzata Sieluzcka, inicialmente de la provincia del Congo-Kinshasa aportó también su parte en Kabul durante 18 meses. Ahora que nuestro aporte a estos dos proyectos ha terminado, Hna. Mary Anne Williamson, de la provincia de África del Este, ha partido a Sudán a finales de julio, para empezar con otras cinco congregaciones religiosas, el Instituto de formación del personal sanitario en Wau. 178 Cántico de las Criaturas v. 1 y 2 De las Confidencias al P. Rafael Delarbre 180 cf. Carta a María de Sta. Cecilia, 18-4-1894 179 39 182. La colaboración intercongregacional es un reto muy exigente a causa de la diversidad de carismas y de las diferencias reales, pero al mismo tiempo es un signo estimulante para hoy. Juntas podemos llevar un proyecto de vida y misión y atrevernos a hacer algo nuevo que para nosotras sería imposible hacerlo con nuestras propias fuerzas. Esta colaboración ofrece un nuevo rostro de Iglesia, de relación, cooperación, diálogo y solidaridad al servicio de los más pobres. 183. Los pedidos que nos han llegado en estos últimos años para fundaciones en nuevos países: Georgia, Camerún, Tanzania, Sudán, en las Islas Seychelles, en Kurdistán iraqueno, nos muestran las expectativas de los pueblos y de las Iglesias. Aunque hemos dado una respuesta positiva a la llamada de Camerún, hemos tenido que rehusar otros pedidos, buscando sin embargo, otras formas de respuesta. La provincia de Oriente Próximo ha organizado pequeños equipos de hermanas para una presencia periódica en Kurdistán iraqueno, mientras que la provincia de la Reunión – Mauricio, está haciendo un discernimiento sobre la mejor manera de colaborar en las Seychelles. Por el contrario, Sudán continúa esperando y particularmente en el sur del país, que tanto ha sufrido y que solicita nuestro apoyo en esta nueva etapa de post-guerra. - la responsabilidad y preocupación del anuncio de la Buena Nueva 181 184. La opción preferencial por los más pobres no se expresa sin embargo con la misma radicalidad en todas las provincias. Entre nuestro deseo de ser solidarias con los marginados y una concretización en términos de presencia y solidaridad, descubrimos en muchos casos una distancia que nos hace daño. El sistema económico neoliberal y su cultura no nos dejan indemnes. Influyen poco a poco en nuestras actitudes y criterios. Más de una vez hemos constatado que el estilo de vida de ciertas comunidades les aleja seriamente de los que les rodean. ¿Nos dejamos impactar por las injusticias de nuestro mundo globalizado, la falta de respeto por la naturaleza, la destrucción del ambiente? ¿ De qué manera las realidades dramáticas de nuestro mundo, la opción por los pobres y marginados han cambiado nuestra vida? ¿A qué opciones estamos llamadas para que nuestras respuestas sean realmente proféticas en este mundo sufriente? 185. Por otra parte, nuestras estructuras pueden dificultar la creatividad y disponibilidad que exige la solidaridad que deseamos vivir. Además a menudo nos habitan miedos inconscientes, miedo de la inseguridad, de arriesgarse, de enfrentarse a lo nuevo y a lo diferente, de perder el poder…Estos miedos frenan la audacia necesaria para crear iniciativas significativas en este ámbito. 186. La evaluación de nuestras formas de evangelización nos pide revisar regularmente nuestra manera de encarnar el Evangelio en las diferentes realidades, verificando también dónde ponemos nuestras energías y cómo nos comprometemos. ¿Estamos suficientemente atentas a nuestras prioridades misioneras, las establecidas a nivel general como a nivel provincial y comunitario? ¿Nuestros compromisos no corren el riesgo de convertirse a veces, en dispersión, autosuficiencia y realización personal en lugar de abrir caminos de vida al Reino y de una transformación en nosotras y en el mundo, según el proyecto de Dios? Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la Misión Universal en el mundo de hoy – Enviadas aq la Misión Universal, cf.2 181 40 187. Las tareas que cumplimos habitualmente en el ámbito de la pastoral, de la sanidad, de la educación, de la justicia, de los derechos humanos, de la mujer, del niño, etc. la mayoría están llevadas por otras personas. Las asociaciones de laicos y las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, confesionales o no confesionales, locales o internacionales, que a menudo están mejor equipadas, preparadas, son más competentes y están mejor financiadas que nosotras, asumen estas diferencias de compromiso. Estamos confrontadas a una cuestión de fondo común a la mayoría de los Institutos de vida consagrada apostólica: ¿cuál podría ser hoy nuestro aporte a la evangelización, y qué será de ella en un futuro próximo, a mayor razón porque continuamos disminuyendo y nuestros medios se vuelven más limitados? 188. Necesitamos tener un gran realismo que nos haga medir nuestros propios límites (edad, número, recursos), pero que no nos impida discernir, con una libertad profética, el estilo de vida y las presencias misioneras en coherencia con nuestras opciones, la solidaridad con este mundo sufriente por el que pasa el anuncio del Reino. Tenemos también la certeza de que la Buena Noticia es ante todo la obra del Padre y la evangelización nos hace entrar en el tiempo de Dios, tiempo de espera, de escucha, tiempo de paciencia, de dinamismo; tiempo de discernimiento y de iniciativas audaces, tiempo de la verdad y de la acción, recordando siempre que “el siervo no es más que el amo ni el enviado más que el que lo envía”182 . VI - Me comprometo a vivir en comunidad fraterna - la fraternidad anuncia y prepara la plenitud del Reino183 189. Francisco cantando a la creación recuerda la comunión que existía entre la creación y su Creador, cuando la humanidad y el mundo vivían en perfecta armonía. Su Cántico, que brotó al final de un largo itinerario espiritual, celebra también un devenir, la nueva creación que viene de Dios184 - la fraternidad universal – cuando se cumpla el tiempo 185 y el mundo y la humanidad reconciliados renacerán de nuevo a la comunión en Dios, Padre, Hijo y Espíritu. 190. Participar en la obra de la Trinidad cuyo designio establecido de antemano de reconciliar el mundo186 es algo que nos sobrepasa, es mucho mayor que nosotras. “Este tesoro lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que su fuerza superior procede de Dios y no de nosotros”187. Es la experiencia de María al pie de la cruz. Al hacerse la madre del discípulo que Jesús amaba, acoge en ella la reconciliación del Hijo con la humanidad y por el mismo hecho es Madre de los tiempos nuevos. La reconciliación abre el camino a nuevas relaciones según el proyecto de Dios. 182 Jn 13,16 Const art.7 184 2 Cor 5, 17 y 18 185 Ef. 1,10 186 cf. Ef 1,9 y 10 187 2 Cor 4, 7 183 41 191. El fundamento de la fraternidad universal es el mismo Cristo. La kénosis que nos habla de su relación con nosotros nos compromete a tener entre nosotras los mismos sentimientos de Cristo Jesús188 . Construir la fraternidad universal exige vivirla, ante todo entre nosotras, en nuestras comunidades de vida, allí donde cotidianamente podemos poner en práctica el mandamiento nuevo189. El testimonio de la vida comunitaria hace creíble y que nos reconozcan como discípulas de Cristo190 - en el seno de una comunidad internacional o intercultural 191 que anuncia la comunión más allá de nuestras diferencias 192 192. Desde el principio María de la Pasión quiso un Instituto universal y las comunidades internacionales. Era grande su alegría cuando escribía a finales de 1903: “Ayer contamos que en este momento en Roma podríamos decir el Pater en dieciocho o diecinueve lenguas. Verdaderamente no está mal”193. Hoy también la internacionalidad caracteriza al Instituto, aunque está disminuyendo en muchas provincias, remplazada por la interculturalidad; las leyes restrictivas de ciertos países, la disminución de las vocaciones, la reducción de los envíos y los regresos cada vez más frecuentes a las provincias de origen, son a menudo la causa de ello. 193. En los lugares donde las divisiones étnicas y regionales, las guerras y las exclusiones son cada vez más fuertes, el testimonio de comunidades internacionales e interculturales infunden valor, esperanza y anuncia el futuro que Dios nos prepara “en el que todos los pueblos reconciliados se reunirán formando el único Pueblo de Dios”194. La reconciliación comienza por nosotras y entre nosotras. 194. Sabemos sin embargo, que a veces instituimos nuestras culturas como barreras, haciendo difícil y compleja la comprensión mutua y el aprecio justo. Ser auténticas con la identidad de origen y sus valores, sin cierre ni discriminación, es serlo también de cara al pueblo que nos acoge y al Instituto insertado en ese lugar. ¿Cómo hacer para que esta tensión inevitable entre las diferentes culturas, sea una tensión sana que nos estimule a liberarnos progresivamente de nuestros miedos frente a la diferencia y a sus consecuencias? 195. El Capítulo general precedente – y también el anterior - destacó ciertos obstáculos en nuestra comunión universal: heridas debidas al racismo, al pasado colonialista, a la guerra o a cualquier otra razón grave195. Caminar juntas cuando tras de sí se tienen experiencias traumáticas o incluso divisiones seculares, no es fácil; sin embargo, sin este perdón dado y recibido en el día a día es difícil superar los rencores que pueden habitarnos y construir juntas comunidades de vida. 188 Flp 2,5 cf. Jn 13,34 190 cf. Jn 13,35 191 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas. Líneas de acción 3 192 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas. Líneas de acción 3.1 193 Diario de una madre a sus hijas, 30 de diciembre 1903 194 Const art. 7 195 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Enviadas a la misión universal, cf. Líneas de acción 1 189 42 196. En algunos contextos nuestras relaciones, opciones y decisiones están seriamente influenciadas por nuestras pertenencias nacionales, regionales o étnicas y a menudo se perciben e interpretan como tales por los miembros de las provincias. Ignorar esta realidad no nos ayuda en absoluto y con frecuencia inconscientemente nos hacemos cómplices de un mundo que favorece estas situaciones y que no quiere reconocer sus prejuicios y tendencia a juzgar y a excluir. Ya en su tiempo, María de la Pasión sentía el peligro de esta mentalidad. “Entonces me vino a la mente y a los labios esta hermosa frase que os dejo como herencia: ‘el sacerdote, el religioso, la religiosa, deben pertenecer a la caridad universal y, por consiguiente, a ningún partido’. Podéis ponerla como máxima en nuestras casas. Pido insistentemente al Espíritu Santo que esta caridad, imagen de la de Dios, sea el distintivo del Instituto. Exteriormente, no pertenecemos a ningún partido para pertenecer a todas las criaturas. Esto no impide el amor por el propio país, como tampoco el amor al prójimo impide amar a la propia familia. Pero la verdadera misionera debe tener presente que el primer mandamiento tiene que ser, ante todo, su norma de vida: ‘Al Señor tu Dios adorarás y a Él sólo amarás perfectamente”196. donde la comunidad y la hermana aprenden a vivir sus diferencias en complementariedad 197 197. Son múltiples las diferencias entre las provincias constitutivas a la influencia del ambiente. La hermana enviada a otra provincia, además de su cultura de origen, a veces lleva consigo otras maneras de concebir y organizar la vida comunitaria. No es raro además encontrarnos con enfoques teológicos diversos e incluso expresiones variadas de nuestra espiritualidad. Escuchar cosas diferentes de lo que pensamos habitualmente, sin juzgar o rechazar, “acoger a la hermana en comunidad con todo lo que forma su vida: su persona, su cultura, su historia”198 tratando de comprenderla, nos enriquece mutuamente y aprendemos a crecer en reciprocidad dando y recibiendo. 198. La mayor parte de nuestras comunidades se enfrentan también a cuestiones subyacentes a las diferencias de generaciones; una situación común a todas las épocas que trae muchos cambios en la manera de concebir la vida comunitaria. Pasar de una vida en común que nos fue dada y que ha formado a muchas de nosotras en el pasado, a una vida comunitaria fraterna que construimos día a día en interacción y corresponsabilidad es un gran desafío. Ahora bien, la cultura dominante de muchas comunidades, dada nuestra realidad, es la de las generaciones mayores. El impacto de la cultura postmoderna sobre las nuevas generaciones acentúa más todavía las distancias entre los grupos, ya sea a nivel de lenguaje, de costumbres, de valores, o de la manera de vivir la oración, las relaciones, el carisma, la misión, la solidaridad… 199. En muchos ambientes, las jóvenes que llegan hoy al Instituto dan importancia a los signos visibles de nuestra identidad, a la tradición y a las estructuras; mientras que en una gran parte del Instituto las hermanas de generaciones precedentes, que han vivido grandes cambios después del Vaticano II, optaron por la inserción, retirarse, el anonimato para estar más cercanas de la gente. Construir comunidades con visiones diferentes es también un reto. 196 Diario de una Madre a sus hijas. 18.5.1902 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Enviadas a la misión universal – Líneas de Acción 3.2 198 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Enviadas a la misión universal. cf. Líneas de acción 3. 197 43 Por lo tanto es esencial que cada generación pueda dar lo mejor de sí misma en la complementariedad. 200. La vida comunitaria adquiere todo su sentido cuando ponemos juntas nuestras diferencias para construir con las hermanas que tienen el mismo ideal en Cristo, el mismo carisma, una comunidad de fe y de vida que anuncia el Evangelio. En un mundo de intolerancia, de exclusión y de individualismo – lo cotidiano de muchas personas - en el que las diferencias crean divisiones y una fragmentación, esta opción ofrece una nueva manera de vivir, para responder a una búsqueda que nos habita a todas, la de una humanidad diferente. Arraigar nuestras vidas en los valores del Reino nos invita a una profunda transformación de nosotras mismas, a la superación y a la conversión. Aprendemos a volvernos más humanas, mujeres de Evangelio que quieren transmitir la vida. 201. Seremos verdaderamente universales, anunciando la comunión, en la medida en que sabremos vivir con las diferencias, no a la manera del mundo que las opone, sino recibiéndolas como un don de Dios que colma todas nuestras necesidades según su riqueza, y esplendidez199. El conocimiento de una o varias lenguas del Instituto está al servicio de esta comunión. Ahora bien, en muchas provincias se ha descuidado gravemente su aprendizaje. Hoy se constatan ya serias consecuencias, y se notarán todavía más en el futuro, porque cada vez más priva a las hermanas de estas provincias a participar activamente en la vida del Instituto y en lo que él nos ofrece. al servicio de la evangelización 200 202. La edad de las personas que componen la comunidad, el número de los miembros, el lugar de inserción y el tipo de habitación influyen mucho en la manera de concretar y vivir la vida comunitaria. Reconocer que hay diferentes expresiones de la comunidad FMM no quiere decir sin embargo que cada una puede darle su propia interpretación. Nuestra forma de vida comporta ciertas exigencias y objetivos inevitables. Mantener comunidades tal cual son, a veces sin proyecto preciso, sin perspectivas y sin previsión de futuro nos preocupa y nos cuestiona. ¿Cuáles son nuestros criterios para componer una comunidad o para decidir si debería continuar o cerrarse? 203. La misión de la comunidad es mucho más que el conjunto de actividades apostólicas que asumen sus miembros. No es solamente “el trabajo” que hace cada una, sino la razón de ser que cada comunidad ha recibido de la provincia y que le da el derecho de existir. La comunidad es la que nos da un sentido de pertenencia y es ella, a su vez, la que nos envía para vivir en su nombre la misión que le ha sido confiada. 204. Ahora bien, en muchas comunidades los compromisos personales, tomados a veces sin discernimiento comunitario, llegan a ser una prioridad en detrimento de la vida de comunidad, creando una dispersión, e incluso la explosión del grupo. Si nuestras actividades apostólicas se viven así, por muy valiosas que sean, pierden su profundo sentido y se vuelven en una realización personal en lugar de ser la realización de la misión que ha recibido la comunidad 199 200 cf. Flp 4, 19 cf. Cons art.19 44 205. ¿Qué estructuras impulsar y qué equilibrio promover para que nuestras comunidades fraternas que están al servicio de la evangelización 201 puedan integrar las diferentes dimensiones de nuestra vida, con sus ritmos propios, sus etapas, su trayectoria, sus evaluaciones y el dar cuenta? ¿Cómo actuar para que lo que queremos vivir juntas no sea justo el cumplimiento común de ciertas obligaciones, sino que sea vida libremente elegida y asumida de una comunidad que envía sus miembros a la misión y les acoge a su regreso? Tal vez, en la trayectoria de una provincia las hermanas han rechazado las estructuras de la vida comunitaria. ¿Somos suficientemente conscientes que rechazándolas podemos también, sin darnos cuenta rechazar los valores que las sostenían? - vivir como hermanas…202 un desengaño 206. En el Congreso Internacional de la Vida Consagrada203 se notó un malestar generalizado con relación a la vida comunitaria, se diría una desilusión. También existe en el Instituto y se constatan relaciones difíciles, superficiales, frustraciones, falta de referencia a la comunidad, de respeto y de educación, rutina, falta una calidad de vida… La vida comunitaria se resiente por momentos como un peso que suscita sufrimiento, cansancio, inquietud… 207. Son múltiples las causas y ya se han mencionado varias de ellas. Sin embargo tampoco se puede ignorar la diferencia de caracteres y de temperamentos, la falta de un conocimiento suficiente de sí misma y de los dinamismos que manejan nuestros comportamientos, algunas experiencias desafortunadas del pasado, conflictos no resueltos, la falta de discreción, la incomprensión y las decisiones mal aceptadas… todo lo que afecta y destruye la confianza. ¿Cómo superar este malestar que nos habita para tener el valor de plantearnos verdaderos interrogantes? Muchas veces preferimos no hacerlo, retenidas por múltiples miedos: miedo a implicarnos, a no ser comprendidas y a que se vuelva en detrimento nuestro … 208. Vivir juntas no va por sí solo. Es un largo aprendizaje de toda la vida. Las jóvenes que están atraídas por el testimonio de nuestra vida fraterna, a pesar de su precariedad, se sienten reanimadas por estos recomienzos inevitables que están hechos de perdón y de confianza renovada; mientras para otras, la vida comunitaria es la piedra de obstáculo que les aleja de la vida religiosa, o también el motivo de sus pedidos de dispensa de votos. el activismo 209. Con el mundo de hoy y la vida consagrada en general, también nosotras sufrimos seriamente de activismo. Se nos hace cada vez más difícil liberarnos de ritmos estresantes de la sociedad de hoy, de sus necesidades crecientes y de sus múltiples urgencias a las que hay que responder, mientras nuestras fuerzas humanas continúan disminuyendo. Si somos 201 cf. Cons art. 19 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy, 4.1 203 Congreso Internacional de la Vida Consagrada, Pasión por Cristo, pasión por la humanidad del 23 al 27 de noviembre 2004 202 45 apreciadas por nuestro trabajo, el significado de nuestra vida ya no es muy evidente para los que nos rodean. La sobrecarga de trabajo, incluso a veces excesiva, que se nota en muchas comunidades, ya sea por opción o por causa de presiones del ambiente y la falta de discernimiento, constituye un serio desequilibrio en nuestras vidas personales y comunitarias y tiene repercusiones importantes en nuestra calidad de vida. el individualismo 210. Nos caracteriza también el individualismo del ambiente, cierto egocentrismo y una fuerte tendencia a la independencia. Nuestras comunidades, sea cual fuere el número de sus miembros, a veces dan la imagen de personas yuxtapuestas, instaladas en una cierta coexistencia. la exclusión 211. En ciertos contextos culturales nos inclinamos a querer elegir la hermana con la que quisiera vivir en la comunidad. Esta tendencia ¿no equivale en sí a excluir a las otras? A veces también compartiendo el mismo techo, sucede que con nuestra manera de actuar aislamos a una u otra, nos comportamos con ella como si fuera ‘extranjera’ en la comunidad. La exclusión que denunciamos en nuestras sociedades, ¿no la vivimos también entre nosotras bajo formas muy variadas? ser signo profético en el espíritu de Francisco 204 212. Cada una, sea cual fuere su edad, salud, experiencia, raza, cultura, sus heridas, es la hermana que Dios me/nos da. Mirarla desde la fe, con una mirada reconciliada, nos enseña a no reducirla a sus debilidades, sino a ver en ella más bien lo que es también amado por Dios y querido por Él en el Instituto y en la comunidad. El Espíritu nos conduce a salir de nosotras mismas para abrirnos a las demás205. En la comunidad es donde podemos resumir nuestra sed por la justicia, en la manera de recibirnos mutuamente, en la comunión, el compartir y el rechazo de toda exclusión206. 213. Vivir como hermanas es un largo caminar que recomenzamos cada día cuando nos ofrecemos el perdón, creemos unas en otras y nos sostenemos… porque el Señor nos reúne y forja entre nosotras vínculos de unidad207 ; la transformación lenta y paciente de nuestras relaciones, incluso a veces dolorosas, hace de nosotras personas de futuro. 214. El diálogo invita a salir de sí al encuentro del otro, de alguna manera es siempre arriesgado porque el encuentro reenvía a ese misterio que somos cada una. Nos hace también tejer lazos entre nosotras cada vez más profundos, muchas veces a través de luchas e incomprensiones. Aceptando el riesgo, el diálogo se vuelve un proceso kenótico. Su fin no es tanto quien pierde o quien gana, sino cómo llegar hasta la otra para crecer juntas en solidaridad e interdependencia. El diálogo siempre es un enriquecimiento que nos abre a una Presencia208. Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy 4. 205 cf. Act 9, 17 206 Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – En el mundo de hoy 4.1 207 cf. Cons art.19 208 cf. Mt 18, 20 204 46 215. Ser hermanas, es apoyarse unas en otras para vivir juntas el proyecto de vida que Dios confió a María de la Pasión, es también progresar en la fe porque Dios continúa revelándose a través de cada una. Sus imágenes se remodelan en nosotras a medida que las encontramos en las que están en nuestras hermanas, aún cuando no siempre es fácil pronunciarse en la vida y en los intercambios, expresar la fe que nos anima. Aceptar ser lo que soy, y esto me capacita a abrirme a la otra, para escucharle y me diga quién es. Esto pide mucho realismo, una gran humildad vivida en la minoridad. 216. Progresar en madurez nos hace vivir inevitablemente momentos de crisis. ¿Son las hermanas para nosotras un apoyo que nos ayuda a vivir las tensiones como un paso hacia un nuevo nacimiento? Abriéndonos a ellas por medio del diálogo y el compartir, experimentamos y damos testimonio del poder del don de Dios, que a través de nuestra vulnerabilidad, debilidad y fragilidad nos ayuda a sostenernos para crecer juntas en humanidad. 217. ¿Cuantas veces, y esto nos supera, no hemos sido testigos de los pasos concretos de aquellos o aquellas que nos rodean porque han sabido encontrar en nuestras comunidades valor y esperanza para asumir su soledad, vivir la reconciliación y construir comunión? Esto nos invita a dar gracias al Señor por su presencia que actúa en medio de nuestras búsquedas de respuestas y a comprometernos de manera responsable para hacer de nuestras comunidades, sean cuales fueren, comunidades evangelizadoras, proféticas. - viviendo juntas, discerniendo y descubriendo niveles más profundos de nuestra identidad 209 218. Las responsables están al servicio de la búsqueda de la Voluntad de Dios en cada una, en las comunidades, las provincias y el Instituto. Con sus hermanas, están a la escucha del Espíritu que es nuestra vida,210 para descubrirle, hacernos actuar 211 y vivir nuestra identidad profunda, el seguimiento de Cristo, según nuestro carisma. Discernir la voluntad de Dios es ante todo una disposición del corazón, una manera de ser y de vivir que va más allá de un proceso de toma de decisiones. 219. Encontrar responsables y prever su reemplazo continúa siendo una tarea difícil en la mayoría de las provincias y en el Instituto, a causa de nuestros actuales límites. Tenemos dificultad en hacer nuestras planificaciones para prever con tiempo suficiente el relevo y su preparación. Existe también sobre todo la mentalidad que tenemos acerca del servicio de autoridad, en el que la dimensión de la fe se está debilitando cada vez más, haciendo más complejo este ministerio y su vivencia. 220. Asumir el servicio de autoridad es ponerse a los pies de Pedro y dejar que lleguen a nosotras las palabras que Cristo le dirigió: “Si no te lavo no tienes parte conmigo” 212: así podremos acoger con el Maestro la historia de cada una, sus gozos y cansancios, sus heridas y su esperanza… Documento capitular 2002. Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Introducción cf. Gal 5,25 211 id. 212 cf. Jn 13,8 209 210 47 VII – Hago voto de pobreza, de obediencia y de castidad para siempre, según las Constituciones del Instituto de las Franciscanas Misioneras de María - ofrecerse, consagrarse…213 221. "La consagración me pareció la más grande, la más sublime, la más incomprensible de las gracias de Dios"214, decía María de la Pasión en una conferencia a las hermanas de Friburgo, un poco antes de su Pascua. Dejar todo para seguir a Cristo215 que llama a seguirle a quien quiere216 “nos consagra en un Instituto religioso, llamado a realizar una misión profética según su carisma fundacional, para un servicio particular en la Iglesia”217. En Cristo, consagración y misión se fundan en una misma realidad. El Espíritu del Señor sobre mí, porque Él me ha consagrado con la unción. Me ha enviado a llevar la buena noticia a los pobres218. 222. Dentro de nuestra respuesta hay un deseo apasionado de ser para Cristo, y Él es de Dios219. Vivir en su seguimiento, su pasión por el Padre que nos apartó desde el vientre materno y nos llamó por puro favor, 220 es hacer una opción por Dios y por su benévolo designio221. Nuestra profesión religiosa es ante todo la historia de amor que el Padre vive con nosotras, por su Hijo, en el Espíritu. 223. Lo que da sentido a nuestros votos es la primacía de Dios al centro de nuestras vidas. Son la expresión de nuestra pertenencia total y definitiva a Él. Nos piden que dejemos tras nosotras todo lo que todavía podría seducirnos y atraernos, para vivir como Cristo vivió, haciéndose “memoria evangélica” del camino que escogió. Comprometernos por los votos, es vivir la dinámica de la Encarnación, siguiendo al Hijo hasta en su kénosis222, ahí es donde descubrimos nuestra identidad profunda, la que Dios nos da. “Estoy consagrada a Dios mi fin es el amor”223. 224. La trayectoria del Instituto desde el capítulo de 2002, se ha centrado en la radicalidad de la vida franciscana, que es la del Evangelio, vivido sin glosa224. Nuestra consagración, la vivencia de nuestros votos ¿nos identifica a Cristo y a la Buena Noticia, haciéndonos encontrar así la dimensión profética de nuestra consagración? 225. Sin embargo, nuestra manera de vivir los votos tiene muy poco significado para el mundo actual. Desde las realidades y desafíos de hoy es necesario hacer una relectura para que encuentren su razón de ser, la de ofrecer caminos de humanidad a nuestro mundo; la opción que hizo Dios en su Hijo viniendo a nuestro encuentro. 213 . La consagración. Estoy consagrada a Dios mi fin es el amor. Última conferencia de María de la Pasión hecha en Friburgo el 23 de octubre de 1904, tres semanas antes de su muerte 214 . id. 215 . Mt 9, 9 216 . Mc 3, 13 217 . Cons. art. 1 218 . Lc 4, 18 219 . 1 Co 3, 23 220 . Gal 1, 15 221 . Ef 1, 9 222 . Flp 2, 6 yt 7 223 . La consagración. Estoy consagrada a Dios, mi fin es el amor. Última conferencia de María de la Pasión hecha en Friburgo el 23 de octubre de 1904. Tres semanas antes de su muerte. 224 . Test. 39 48 - en pobreza 226. Nuestras Constituciones nos ofrecen dos fuentes de inspiración para vivir el voto de pobreza: Cristo, que de rico que era se hizo pobre para enriquecernos de su pobreza 225 y Francisco que eligió la pobreza por un mayor amor226; dos modelos de vida que invitan a la desapropiación de todo y a la minoridad227. ¿Qué significa hoy para nosotras vivir la pobreza evangélica de una manera comprensible y creíble en una sociedad en la que ser pobre es señal de fracaso y los valores son el éxito, el lucro y hacer carrera? Siempre es difícil hablar del voto de pobreza. A menudo aviva sensibilidades y puntos de vista diferentes. Su vivencia está fuertemente determinada por la cultura y las experiencias más o menos complejas y dolorosas heredadas del lugar de origen y de las inserciones misioneras. 227. “La pobreza, vivida juntas y personalmente, se refleja en nuestro estilo de vida”228, nos dicen nuestras Constituciones. Sin embargo tiene poco impacto en el entorno de muchas comunidades. Hemos absorbido muchos valores del mundo con la disculpa de estar cercanas, de ser como todo el mundo; las jóvenes cuestionan nuestras vidas instaladas, sin gustarnos que nos molesten demasiado. En los países más privados, nuestras seguridades, posesiones, nuestros medios nos sitúan a menudo lejos de las dificultades, las luchas, los sufrimientos de quienes nos rodean. La credibilidad de nuestro mensaje disminuye cuando el testimonio de nuestras vidas lo contradice. 228. Por otra parte somos muy conscientes de nuestra incapacidad de vivir una pobreza radical. Nuestro estilo de vida que cambia con la edad pero también con el ambiente de la sociedad, nuestra manera de vivir, nuestras costumbres consumistas, nuestra manera de pensar, nuestros proyectos no corresponden siempre a nuestras opciones, a nuestros valores y criterios. Compartir todo cuanto tenemos y somos 229 es un desafío. A veces nuestras comunidades están divididas entre las que tienen medios financieros y las que están más desprovistas; las comparaciones pueden también ser fuertes entre las hermanas que reciben un salario y las que no lo tienen. 229. María de la Pasión nos ha dejado en herencia la caja única de compartir, acentuando fuertemente el espíritu de familia y la interdependencia al servicio de la misión universal. Hay provincias que contribuyen generosamente. Ciertas incluso, han hecho una clara opción de dar no solamente el sobrante sino que han optado por un estilo de vida sencillo para que otras puedan ser ayudadas un poco más. Constatamos sin embargo que a veces se ha debilitado el espíritu de compartir acrecentándose una mentalidad más individualista; el miedo a que nos falte crea un sentido de pertenencia y solidaridad frágil dentro de una misma familia. 230. Vivir una opción preferencial por los más pobres 230, ver el mundo según su perspectiva, como Cristo vivió por los caminos de Galilea, nos conduce a una nueva percepción del mundo que nos rodea, a una nueva toma de conciencia que nos invita a ver de nuevo nuestro estilo de vida, nuestras opciones, nuestros criterios desde la solidaridad. “Él, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios”231. 231. La solidaridad comienza cuando el otro entra en nuestras vidas, derribando las fronteras que nos separan, cuando le reconocemos como prójimo, cuando sus aspiraciones, alegrías y sufrimientos nos invaden, perturbando nuestras costumbres. La solidaridad supone 225 . 2 Co 8, 9 . Const. art. 53 227 . id. art. 52 228 . id. art. 54 229 . id. art. 55 230 . id. 4 231 . Flp 2, 6 226 49 reciprocidad del don que nos abre a un enriquecimiento mutuo. El voto de pobreza es ante todo una llamada a la solidaridad. “El Padre pone todas las cosas a disposición de todos: en justicia las compartimos con nuestros hermanos y hermanas (…) en espíritu de intendencia y de gratuidad”232. 232. ¿No tendremos que inventar una manera nueva de vivir hecha de gratuidad, de gozo, de compartir, de belleza, de sencillez de vida? Promover un nuevo estilo de vida sencillo, por una vida compartida no se puede realizar si no revisamos nuestras opciones, entonces podremos contribuir a las transformaciones en nuestro entorno para luchar contra la globalización neoliberal. Esta experiencia la hemos llevado a cabo cuando como Instituto hemos participado en las cadenas de solidaridad233. 233. En los dos últimos encuentros de 2004 y 2006, por una parte con las maestras de novicias y por otra con las ecónomas provinciales, resaltaron nuestras realidades, dejándonos con un gran interrogante: ¿cómo vivir nuestra solidaridad de una manera más cercana a la vida y a sus desafíos? En este momento quisiera expresar mi apreciación al Consejo financiero: Hnas. Jolanda Delleman, Linda Price y Marilyn Tarraz, que junto a Hna, Lynnette Macahilig, ecónoma general, han hecho un trabajo importante durante estos años para ayudarnos a tomar conciencia de nuestras responsabilidades, frente a nuestros recursos humanos y materiales. Agradezco también a Hna. Pilar Barbudo que hasta hace poco tiempo dio su aporte. 234. Sin embargo la transmisión de la proyección financiera en las provincias, ha provocado a veces una angustia, un malestar … interpretándola únicamente a la luz de la disminución de nuestros recursos, sin ver que era una llamada a una calidad de vida, a la coherencia que falta cuando se carece de planificación y de claridad en la utilización de los bienes y en el dar cuenta. 235. Los edificios donde vivimos son bienes que nos han sido confiados, como se dijo en el encuentro de 2006 - ¿Vivimos y los cuidamos con gratitud, responsabilidad y espíritu de intendencia? Ahora que estamos disminuyendo en número nos planteamos numerosos interrogantes sobre su necesidad, uso y mantenimiento Con este espíritu hemos emprendido la importante reestructuración de los edificios de la Casa general de Via Giusti, para ponerlos al servicio de Dios y de las necesidades del Instituto.234. 236. El voto de pobreza nos compromete también a privilegiar nuestra riqueza humana. Él convierte nuestra mirada y nos hace llevar a otros la de Dios que valoriza, aprecia y vuelve a dar vida, porque contamos mucho a sus ojos, somos valiosas y nos quiere235 ¿No somos cada una de nosotras la primera riqueza del Instituto? - en obediencia 237. Toda persona lleva en sí un deseo profundo, el de descubrir y conocer la voluntad de Dios, el misterio de su voluntad236. Dentro de nuestra consagración, nuestro voto de obediencia está al servicio de esta búsqueda. Sin embargo, para este mundo que aspira a la libertad, a la afirmación de sí y a la autonomía, este voto es un escándalo. No obstante la obediencia nos hace libres. ¿Cómo vivimos esta paradoja y cómo la anunciamos ya que 232 . Const. art. 55 . en el año 2000 y en el Centenario de la muerte de Madre Fundadora en 2004 234 . cf. Const. art. 55 235 . cf. Is 43,4 236 . cf. Ef 1, 9 233 50 hemos sido llamadas a la libertad?237 ¿Cómo hacemos creíble este voto en un mundo de hoy donde los sin voz, los oprimidos, los explotados no hacen más que aumentar? Al hacer la profesión ¿no hemos escogido poner nuestras vidas en la de Cristo238 Él, que hizo de la voluntad del Padre su alimento239? 238. La obediencia de Cristo nos muestra la relación profunda que le une a Dios y nos invita a poner como Él, nuestra voluntad en la del Padre240. El Hijo cumple su obra241 con disponibilidad total, pacificando por la sangre de su Cruz242. En la Cruz, su obediencia a Dios y su solidaridad con nosotros encuentra su última realización. Y la experiencia paradoxal de abandono, nos descubre la mayor epifanía de la kénosis del Hijo, la mayor epifanía del amor que se entrega: el Hijo se entrega en las manos del Padre por amor a Él y por nosotros243. 239. El voto de obediencia nos hace solidarias con quienes se han comprometido en el mismo camino y en primer lugar con los miembros del Instituto. Él crea la comunidad, nos confirma y verifica en la vida de cada día nuestra pertenencia a ella. Unifica nuestras vidas en una misma búsqueda de la voluntad del Padre, el anuncio de la Buena Noticia al servicio del Reino. La pertenencia a una misma familia religiosa244 nos abre a la obediencia mutua que se concretiza por medio de una búsqueda juntas de la voluntad de Dios, fundada en el discernimiento y en el don de nuestras vidas por la misión del Instituto. 240. Sin embargo, vivir la interdependencia y la solidaridad, el discernimiento de la voluntad de Dios en cada una y en la comunidad, un proyecto comunitario, el dar cuenta – aspectos importantes de la vivencia de la obediencia – no es fácil. Es un largo aprendizaje que nos compromete a cada una personal y comunitariamente y que hay que recomenzar continuamente, mostrando nuestra vulnerabilidad. 241. La obediencia mutua, que favorece la comunión entre nosotras está fundada en el diálogo y los intercambios. Ahora bien, en un gran número de nuestras comunidades, la transmisión de lo que hay que decirse se ha debilitado y se sufre por las grandes lagunas al nivel de la comunicación, que acentúan el sentimiento de soledad y una cierta pasividad frente al compromiso, a la toma de decisiones, a las iniciativas y a la creatividad… 242. ¿Valorizamos suficientemente la obediencia a las hermanas, el discernimiento comunitario donde cada una está invitada a compartir los dones que el Señor le ha dado para la comunidad? El voto de obediencia no es ni dependencia ni alienación, es escucha del Espíritu que nos abre a la otra para ayudarnos mutuamente para que cada una sea la “autora” de su vida. Esto no se lleva a cabo sin una cierta tensión, una tensión fecunda que nos ayuda a ser verdaderas y cada vez más responsables de nosotras mismas y de la vida de las demás porque, como escribía María de la Pasión “la obediencia es el gran medio de transformación que hace que ya no seamos nosotras que vivimos, sino que Jesús vive en nosotras”245 243. Mientras en el Instituto estamos haciendo un gran trabajo de revisión de nuestras Constituciones, ¿no podríamos preguntarnos qué lugar tienen en nuestras vidas? ¿Son para nosotras inspiración y referencia? Para María de la Pasión, están al servicio del proyecto de 237 . cf. Gal 5, 13 . cf. Gal 2, 19 et 20 239 . cf. Jn 4, 34 240 . cf. Const. art. 68 241 . cf. Jn 4, 34 242 . cf. Col 1, 20 243 . cf. Jn 3, 16… 244 . Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas, 245 . JO, 462 238 51 Dios para nosotras: “Si las custodiamos (las Constituciones) ellas nos custodiarán, custodiarán a todo el Instituto, haciendo que cumplamos el designio que Dios tuvo al crearlas”246. 244. En un documento reciente, “El servicio de la autoridad y de la obediencia”247, de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, han notado una cierta diversidad de modelos de gobiernos y de formas de practicar la obediencia; diversidad influenciada, muchas veces, por los respectivos contextos culturales. Se constata también que ha cambiado el modo de percibir y vivir la autoridad y la obediencia ha cambiado, tanto en la Iglesia como en la sociedad. Considerando algunos elementos del presente influjo cultural, hemos de recordar que el deseo de autorrealizarse puede entrar a veces en colisión con los proyectos comunitarios; y que la búsqueda del bienestar personal, sea éste espiritual o material, puede hacer dificultosa la entrega personal al servicio de la misión común; y, en fin, que las visiones excesivamente subjetivas del carisma y el servicio apostólico pueden debilitar la colaboración y la condivisión fraternas. Pero tampoco hay que excluir que en ciertos ambientes aparezcan problemas opuestos, determinados por una visión de las relaciones más escorada hacia el lado de la colectividad o la excesiva uniformidad, con el peligro de amenazar el crecimiento y la responsabilidad de los individuos248 . 245. ¿No nos encontramos en estas realidades mencionadas, como lo hace el documento afirmando que: “la obediencia y la autoridad, aunque sean practicadas de múltiples formas, siempre tienen una relación particular con el Señor Jesús, Siervo obediente?”249. - en castidad 246. En una de sus cartas María de la Pasión escribía: “Vaciaros de vosotras mismas y de las criaturas, para llenaros enteramente de Dios y de lo que es Dios”250. Este precioso mensaje que nos deja ¿no nos lleva al núcleo mismo de nuestro celibato consagrado, allí donde en la ofrenda total de nosotras mismas a Dios, recibimos de nuevo y enteramente de Él, 251, todo lo que viene de él, la vida, y la vida en abundancia?”252 247. Nuestra pasión por Dios ¿es prioritaria para nosotras, hasta el punto de liberarnos de todo lo que nos impide amar como él? Entonces, en Dios que es Padre, el otro, quienquiera que sea, el pobre el pequeño… se vuelve hermano y hermana. La fraternidad universal se construye donde cada cual se siente plenamente acogido por sí mismo, por sí misma. 248. Si el voto de castidad cava en nosotras un vacío, ¿no es para abrirnos a Dios, para que pueda posesionarse de nosotras, inspirando y unificando todas nuestras relaciones? No obstante, y no podemos ignorarlo, nuestras relaciones humanas llevan en ellas una falta, una herida. El voto de castidad nos enseña a vivir con nuestros límites y con lo inacabado, ayudándonos a situarnos en nuestro justo lugar como criaturas. 249. Sabemos que en los momentos de soledad, de pruebas, de fracasos la tentación de ir a buscar en otra parte lo que puede colmar estas faltas, es grande. Nuestras comunidades en este 246 . JO, 103 . Documento publicado por la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, 11 de mayo 2008. 248 . id, n° 3 249 . id. 250 . Pequeña carta general nº 72 251 . Carta a toda la Orden 29 252 . cf. Jn 10, 10 247 52 nivel tienen una gran responsabilidad, para ayudarnos a progresar en la verdad y la autenticidad. Nuestro voto de castidad se consolida en la comunidad. 250. En la llamada de los primeros discípulos frecuentemente se repite una palabra: “¡En seguida!”. Seguir a Jesús implica siempre una cierta presteza, un entusiasmo, una generosidad que hay que mantenerla hasta el fin de la vida. Sin embargo esta rapidez se concretiza por medio de opciones muy precisas. Ellos dejaron todo, sus redes, sus barcas incluso su padre. No podemos seguir a Jesús en una vida de celibato consagrado si no somos pobres, despojadas, libres de corazón. Nuestras relaciones con nuestras familias ¿no están tomando mucho lugar en nuestras vidas, nuestras opciones? A veces no se han vuelto la prioridad a la que debe ordenarse todo el resto? 251. Tenemos obligaciones verdaderas hacia nuestros padres, pero ¿como conciliarlas con el don radical de nosotras mismas, que libremente hemos optado al entrar en el Instituto? El Internet, el teléfono móvil, están creando nuevos lazos con nuestras familias, nuestros amigos, nuestras relaciones, que tienen serias repercusiones en nuestra libertad de ser y actuar. Seguir a Cristo ¿no nos conduce a dejar todo, por una nueva presencia? VIII – Pido la gracia de ser fiel hasta la muerte 252. Al terminar esta reflexión, en la que hemos podido releer nuestra vida, a la luz del compromiso que hemos tomado en Iglesia el día de nuestra profesión perpetua, es también bueno hacer memoria de la obra del Señor a través de estos 131 años. ¿Qué es lo que ha animado a 19.708 hermanas253, para responder a la llamada de Cristo en la vida FMM, desde el tiempo de María de la Pasión hasta nuestros días? 253. Pedir la gracia de ser fiel es reconocer que, en el centro de nuestra vida y nuestro compromiso, está ante todo la fidelidad de Dios. Desde de la creación, Dios es un Dios de promesas. Nos ha dado su Palabra, que tuvo su cumplimiento extraordinario en su Hijo Jesucristo, su “Sí” eterno. En efecto, “todas las promesas de Dios en Él cumplieron el sí; y así nosotros por Él respondemos ‘Amén’ a gloria de Dios. Es Dios quien nos mantiene, a nosotros y a vosotros, fieles a Cristo, nos ha ungido, nos ha sellado y ha puesto en nuestro corazón como prenda el Espíritu"254 254. En respuesta a la fidelidad de Dios, está la fidelidad a la palabra que hemos dado a Dios; nuestra fidelidad al compromiso que hemos tomado de cara al Instituto. El Espíritu nos ayuda a ser fieles a la vocación a la que hemos sido llamadas. Los tiempos de crisis que vivimos, son tiempos en los que la acción de Dios, de su Espíritu, se hace más fuerte… La experiencia actual de la disminución y de nuestras fragilidades, nos muestran que Dios está todavía a la obra, porque “las dificultades y los interrogantes a los que se enfrenta la vida consagrada hoy, pueden llevar a un nuevo Kairós , a un tiempo de gracia. Ahí se oculta una auténtica llamada del Espíritu Santo para redescubrir las riquezas y potencialidades de esta forma de vida" 255. 253 . En el día de hoy hermanas con vida : 6825; Hermanas fallecidas: 9142; Hermanas que han salido: 3741 (sin contar las novicias y las pre -novicias) 254 . 2 Co, 1, 20 - 22 255 . Caminar desde Cristo, Documento publicado por la Congregación para los Instituto de Vida consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, 19 de mayo 2002, nº 131 53 255. Cuestionarse, recomenzar, es dar una nueva oportunidad a la fidelidad. A menudo nos preguntamos cuál será el futuro del Instituto. La pregunta no debería ser más bien: ¿qué Instituto queremos en el futuro? La situación de precariedad y fragilidad en que vivimos es una visita de Dios, que nos invita a renovar nuestras respuestas desde la profundidad de nuestras fuentes. En esta experiencia se encuentra la llamada a una conversión más profunda. 256. La vida consagrada será siempre oportuna, significativa y profética en el presente y en el futuro, si tenemos la audacia de vivirla, animadas de una pasión por Jesucristo y por la humanidad. Estamos aquí hoy porque llevamos con nosotras el futuro. ¿Nos decidiremos a dar nuevos pasos para las otras generaciones que vivirán nuestro carisma? 257. Lo que debe preocuparnos hoy no es tanto si disminuimos, sino más bien si las comunidades y cada una de nosotras – cualquiera que sea nuestro número – somos portadoras de futuro. ¿Será este Capítulo la hora de opciones proféticas para Dios, para el mundo y para nuestro carisma? La respuesta está en cada una de nosotras, si tenemos la audacia de continuar buscando con esperanza, de cuestionarnos, de luchar para acoger la nueva mirada del Espíritu, que nos hace redescubrir el proyecto del Dios Vivo en el mundo de hoy. 258. Vivimos en un presente querido por Dios para nosotras, un tiempo de gracia y de cambios profundos, que nos piden dar respuestas nuevas al mundo de hoy. El Instituto podrá dar prueba de originalidad en la medida en que esté seguro de su carisma y comprometido a vivirlo. No se trata de volver al pasado, sino de una proyección al futuro, a la escucha de lo que el Espíritu nos dice. Él formó el carisma del Instituto en María de la Pasión y las primeras hermanas y continúa haciéndolo a través de nosotras. 259. El futuro es don, una gracia que nos sorprende, pero al mismo tiempo es una tarea y una responsabilidad que nos compromete con todos y todas las que piensan que es posible otro mundo, para ser el rostro humano de Cristo en nuestro mundo, tan tentado por la desesperanza. El Instituto para ser fiel, tiene que abrirse a la Iglesia y al mundo, a sus necesidades y a sus llamadas… Nuestros esfuerzos de adaptación no podrán alcanzar su objetivo si nos centramos demasiado exclusivamente en nosotras.. - la formación está al servicio del designio de Dios en nosotras 256 260. Muchas personas a nuestro alrededor están deseosas de comprender mejor el mensaje que encierra nuestra vida. ¿No tenemos la responsabilidad de hacer más expresivo nuestro carisma, dejándonos formar por las experiencias y los intercambios que lleva consigo el servicio de la evangelización y por los acontecimientos de nuestra vida y de nuestro tiempo 257 , de manera que nuestro estilo de vida reencuentre su transparencia, su evidencia y su fuerza evangelizadora para que seamos realmente signo profético para nuestro monde? 261. En las provincias generalmente se hace un gran esfuerzo para preparar programas de formación permanente y ofrecer tiempos de ‘ressourcement’ y de renovación espiritual individual a las hermanas, todo lo que puede ayudar a mejorar la calidad de vida personal y comunitaria. 262. Se organizan también reuniones por regiones, por zonas para afianzar una formación a diferentes grupos de edad. A menudo la preparación de encuentros de provincias y del Instituto y después su transmisión, son el objeto de estas asambleas. Pero se constata cada vez más que esta formación se vuelve responsabilidad de las provincias, en detrimento de la que 256 257 . Const art. 96 . cf. Const. art. 95 54 deberían tomar las comunidades, creando un desequilibrio que, a la larga, tendrá incidencias en la vida y crecimiento de las comunidades. 263. La suspensión de sesiones de formación permanente en Grotta (Tabor, Madre Fundadora…) ha dado ocasión a buenas colaboraciones interprovinciales: En los Châtelets, al año sabático de Burgos, Ootacamund, en el Centro de recurso misionero en Estados Unidos (Mission Ressouce Center). Hermanas de varias provincias han podido tomar parte en las sesiones organizadas y han podido beneficiarse de una formación personalizada, gracias al acompañamiento y al seguimiento personal; en América se ha creado un equipo para profundizar el carisma. 264. Es verdad también que algunas provincias gastan enormes cantidades en peregrinaciones a los lugares de nuestras fuentes, en cursos internacionales, por otra parte buenos… Más tarde no nos preocupamos de ver si se han alcanzado los objetivos propuestos, es decir, si han favorecido los cambios. Sabemos también que muchas hermanas, a pesar de todas las posibilidades que se les han concedido, continúan insatisfechas y piden cada vez más programas, sin querer ir al fondo de su problema. Sin embargo, nos cuestiona que, el impacto en la vida permanece débil y difícilmente se hace la integración. Los programas elegidos a veces se reducen a un conjunto de conocimientos que no dan suficiente espacio a una profundización de la fe y de nuestra identidad. 265. Uno de los grandes desafíos a los que nos enfrentamos es la brecha que existe entre la formación inicial y la formación permanente ¿la formación permanente y los estudios, tienen siempre como principio directivo el sentido último de la vida y la formación de cada una al servicio de la identidad del Instituto y de su razón de ser? Frente a las mutaciones de estos últimos decenios en el mundo, en la Iglesia y en el Instituto, es importante beneficiarse de todo lo que puede ayudar a recrear nuestra identidad FMM en el nuevo contexto de hoy. - al servicio de la profundización del carisma y de nuestra vocación 266. Durante los años precedentes, los equipos de formación enviaron su plan a las responsables de la Oficina pidiendo opiniones y sugerencias… Sin embargo, algunas de ellas parecían desconocer “Las líneas de formación permanente comunes a todo el Instituto”258, un documento que fue preparado en el año 2000. Frente a los retos encontrados en la formación permanente, al ver, que el resultado no correspondía a las expectativas previstas, se establecieron orientaciones, sugiriendo medios que ayudarían a la transformación y no solamente a adquirir conocimientos. 267. A pesar de haber suspendido diferentes sesiones de formación permanente, en Grotta, las hermanas han podido hacer cada año un trabajo personal de profundización y de búsqueda sobre Madre Fundadora y el carisma, guiadas por Hna. Anne de la Bouillerie. El Studio, a su vez, con Hna. Anne-Marie Foujols, Hna. Josefina Arrieta, Hna. Hélène Prévot, a quienes se ha unido Hna. Marie Christine Bérenger hace poco más de dos años, ha hecho en el ordenador un trabajo remarcable, para captar los Escritos de María de la Pasión y para la clasificación de archivos con vistas al futuro. Este trabajo largo y minucioso nos consentirá compartir todavía más lo que fue el pensamiento de María de la Pasión y el alimento espiritual que nos ha dejado. 268. En los años precedentes ha habido grandes cambios en la Oficina de Historia y en los Archivos generales. Después de la muerte repentina de Hna. Margaret Reed, le reemplazó 258 . "Líneas de formación permanente a todo el Instituto, 1º de noviembre 2000, con una comunicación del Consejo general del 1º de diciembre 2000 55 Hna. Leena D'Souza, que forma equipo en Roma con Hna. Caterine Bazin y en España con Hna. Maricarmen Urbano, continuando los trabajos. En los archivos generales Hna. María del Carmen Miranda, después de largos años de muy generoso servicio, fue reemplazada por Hna. Alma Broggi y Hna. Marie Thérèse Liu. 269. El servicio e Comunicaciones – Hnas. Rosanna Marin, Bozena Bednarczyk, Veronica De Roza y Clara Kang – ha continuado sus actividades con mucha creatividad. Además Hna. Rosanna presta su gran colaboración en Vidimus Dominum, el sitio Internet de las dos Uniones Internacionales de Superiores/as generales, y en MISNA, una agencia de prensa misionera. 270. A todas estas hermanas de diferentes servicios y oficinas, así como a las del Secretariado general y del Economato general, quisiera expresar nuestro gran aprecio y agradecimiento. En el centro del Instituto favorecen la comunión entre nosotras, y también con nuestra historia y nuestra tradición y lo que hace nuestro presente. - al servicio de la comunión 271. Al empezar nuestro mandato en los días posteriores al Capítulo general 2002, nos fijamos un objetivo para nuestro servicio al Instituto : « Arriesgarnos para renovar nuestra manera de estar presentes al mundo. Y para esto deseábamos: liberar las energías de vida ya presentes; por una vida más radical y más auténtica, que permita respuestas audaces; cambiar nuestras mentalidades: colaborar entre nosotras y con las demás teniendo en cuenta: la realidad del Instituto: lo que somos; lo que queremos vivir (en fidelidad al carisma) la continuidad con los Capítulos generales precedentes. 272. Sin detenernos en todas las tareas proyectadas, dos de ellas han polarizado particularmente nuestra atención: hacer encuentros a nivel general como medio de formación y trabajar en la reestructuración. encuentros a nivel general 273. Se pudieron realizar dos encuentros. Se reunieron con el Consejo general y las Provinciales: las maestras de novicias en 2004 y las ecónomas provinciales en 2006. Queríamos arriesgarnos a compartir la situación actual del Instituto, para una toma de conciencia efectiva y una mejor consciencia de nuestra interdependencia, con el fin de estimular la solidaridad entre nosotras y el compromiso hacia una mayor radicalidad de vida. 274. Ignorar la situación o buscar explicaciones sin fin puede conducir a la frustración. Explicar las causas no siempre soluciona los problemas. Este paso de sinceridad al nombrar los problemas y sus posturas, nos ha abierto innegablemente a una actitud más verdadera de humildad, de minoridad y de fe, para acoger la presencia de Dios en nuestras situaciones frágiles. la reestructuración 275. La presentación de varias proyecciones financieras y de los miembros del Instituto en 2004 y después en 2006 para cada provincia, sobre una quincena de años, nos ha ayudado a captar mejor nuestras realidades presentes y del futuro y sus consecuencias, cuestiones 56 subyacentes sobre el equilibrio de nuestros medios, las presencias y los ministerios, las estructuras de acogida para las hermanas mayores, el envío y acogida… Sin embargo nada se podrá emprender si no se compromete todo el Instituto. Lo que vive una provincia tiene repercusiones en el conjunto. Una mirada de conjunto de nuestras realidades y necesidades muestra la urgencia de tomar decisiones audaces y radicales que nos comprometen a todas. 276. Somos conscientes de que en el futuro el Instituto será muy diferente, menos numeroso, más joven, pero también más interpelado por los desafíos crecientes del mundo y de nuestros diferentes contextos. ¿Cómo hacer frente a sus intentos y a sus exigencias manteniendo nuestra identidad? 277. ¿Cómo preparar este futuro sino aceptando el paso que el mismo Cristo siguió en su kénosis, para acoger la Vida Nueva? ¿Cómo vivir el paso y vivirlo como un camino pascual?: de un Instituto importante, internacional, universal, a un Instituto que ya no quiere ocultar su fragilidad, que no tiene respuestas a todo, pero que se cuestiona; de un Instituto que podía bastarse a sí mismo a un Instituto que se abre a la colaboración 278. Hemos de atrevernos a intentar nuevas experiencias de riesgo y fracaso. Habrá inevitablemente ministerios, comunidades, países que quizás tengamos que abandonar. ¿Cómo podremos liberarnos entonces de los miedos del mañana y hacernos disponibles a las sorpresas que Dios nos reserva hoy, ser libres de partir incluso, sin saber adónde ir, 259, aceptando el riesgo del presente y del futuro con la confianza en el Señor, liberándonos de las seguridades interiores y exteriores, que no nos permiten la presencia activa del Espíritu? 279. En los años precedentes, hemos emprendido pasos de reestructuración con diferentes provincias, que han llevado al: cierre de la provincia de Guyana, Guadalupe y la retirada definitiva el 30 de junio de 2005 la creación de una nueva provincia de Francia, Suiza el 8 de diciembre de 2006, a partir de las dos provincias de Francia y Suiza; y de la provincia de Europa Central y del Este, el 31 de octubre de 2007, a partir de las dos provincias de Polonia-Ucrania y de Alemania-Austria-Bosnia- Hungría- Eslovenia y la delegación de Rusia. 280. Hemos admirado el valor y la fe de las hermanas que han vivido estos procesos diferentes. En Guayana y Guadalupe se vivió este paso en Iglesia. Una gran preocupación de vivir una fidelidad hasta el fin, al Instituto y a los pueblos que nos acogieron sostuvo nuestra búsqueda. Lo que ellas han sembrado en estas regiones continuará dando fruto. 281. Otras provincias están también en ruta, trabajando en estrecha colaboración para preparar el futuro. Estos últimos años muchas comunidades se han cerrado por falta de hermanas; todavía seguirán otras. Las provincias han inscrito en su plan de provincia; otras no están todavía prontas a considerar esta realidad. 282. Sin embargo los problemas cuantitativos no deberían hacernos ocultar los problemas que a menudo son de orden cualitativo. Es más bien la calidad de nuestras relaciones que la cantidad de nuestros números la que determinará nuestro futuro. Contempland o la kénosis 259 . Eb 11, 8 57 de Cristo, ¿no hemos sido llamadas a “reestructurar” nuestras relaciones con Dios – Padre, Hijo y Espíritu – con el mundo, con los otros y con nosotras mismas. - un don para el mundo 260 283. Somos también testigos de otro paso fundamental que nos pide abrir nuestras puertas y compartir nuestro carisma con los laicos. Cada vez más en las provincias se comprometen en este camino y son varias las experiencias. En todos los continentes, laicos, vecinos, amigos, antiguas alumnas, bienhechores, colaboradores de nuestras Instituciones nos piden que compartamos con ellos el carisma, nuestros valores, lo que nos hace vivir de nuestra espiritualidad y de María de la Pasión… 284. Lo que nos pidió el último Capítulo general: “Compartir, en la medida de lo posible nuestro carisma con los laicos y nuestros Asociados”261, se está realizando casi sin saberlo. Vivimos un enriquecimiento recíproco, una complementariedad de vocaciones diferentes. Para los laicos es un apoyo, un alimento para su vida espiritual a través del carisma del Instituto y para nosotras el redescubrimiento de nuestro carisma como un don hecho a la Iglesia. ¿No estamos llamadas a ser el rostro humano de la Iglesia, para los laicos que comparten nuestro carisma, ayudándoles a vivir en una Iglesia pueblo de Dios, fraterna, humilde, compadecida y solidaria? - ha mirado la bajeza de su sierva262 285. En este día de la Natividad de María, en el que releemos nuestra llamada y nuestra trayectoria, el Señor nos ofrece la gracia de un nuevo nacimiento según la expresión de Madre Fundadora. Nosotras que debemos misionar a María en la tierra, preparemos su reino y pidamos que nuestra Madre tenga como un nuevo y glorioso nacimiento en todas las naciones y en todas las almas. Renazcamos, por así decirlo, el día de la Natividad; hagámonos pequeñas y humildes como nuestra Madre. 263 286. ¿Este Capítulo será para nosotras una invitación a la minoridad, a descubrir quienes somos en verdad a imagen de María? ¿Será para nosotras una opción de existencia para dejarnos conformar a la debilidad de Cristo, a su humanidad? En Cristo la debilidad se hizo fuerza porque es el camino hacia un amor siempre más grande, siempre más total. El Cristo que el Espíritu nos invita a encontrar para testimoniar su presencia aquí y ahora en nuestro mundo es el mismo que todos los días nos dice: Vosotras también haced esto en memoria mía. Entonces podremos, a nuestra vez, llevar esperanza a nuestro mundo que tanto necesita. 260 . cf. Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy - Introducción . cf. Documento capitular 2002, Discípulas enviadas a la misión universal en el mundo de hoy – Discípulas, Líneas de acción 4 262 . Lc 1, 48 263 Costumbres del 8 de septiembre 261 58 Índice Página Introducción I. - En seguimiento de Cristo, en el Espíritu una llamada (5 – 9) una identidad (10 – 18) en el Espíritu (19 – 23) II. Yo, Sor - - - - 1 (24) las que han oído la llamada a seguir a Cristo (25 – 27) la formación inicial (28) experiencia de Dios (29 – 32) descentrarse (33) identidad FMM (34) etapa de los votos temporales (35 – 38) al servicio de la formación inicial discernimiento y acompañamiento (39 – 44) las formadoras (45 – 47) la comunidad formadora (48 – 51) colaboración entre las provincias (nº 52 – 54) la Oficina de formación al nivel general (55 – 57) disminución de vocaciones y perseverancia disminución (58 – 64)) perseverancia (65 – 71) pastoral de vocaciones (72) 2 2 3 5 6 6 7 7 8 8 8 9 9 10 10 11 11 12 12 13 14 III. Me entrego sin reserva al Padre, a ejemplo de María y de Francisco - la opción por Cristo (74 – 82) - quién es Dios para nosotras (83 - 87) - a ejemplo de María y Francisco (88 – 90) - la gracia del Evangelio (91 – 100) - transfórmate toda entera a imagen de su divinidad (101 – 104) 15 15 17 18 19 20 IV. Ofrezco mi vida por la Iglesia y la salvación del mundo (105-106) 22 - - el mundo de hoy… (107) la globalización de la economía (108 – 113 ) un mundo multicultural y multireligioso (114 - 118) dentro de la Iglesia (119 – 127) en fidelidad creativa y solidaridad con el mundo sufriente (128 – 134) continuar la misión de Cristo enviado del Padre (135 – 144) en disponibilidad como María (145) 22 22 23 24 26 27 31 59 V. Me consagro a la adoración eucarística a la evangelización de los pueblos - - - ofreciéndonos adoratrices por el mundo (147 – 152) os he dado el ejemplo para que hagáis lo que he hecho (153 – 154) mi Padre sigue trabajando y yo también trabajo (155 – 159) encarnar el Evangelio allí donde vivimos el encuentro del Evangelio con el mundo (160 - 164) el encuentro del Evangelio con otras religiones (165 – 168) dar una respuesta profética frente a la consecuencia de la globalización en los pobres, los marginados y el medio ambiente los pobres y marginados (169 – 172) las personas desplazadas (173 – 175) el ambiente (176 – 175) en colaboración (181 – 183) la responsabilidad y preocupación del anuncio de la Buena Nueva (184 – 188) VI - Me comprometo a vivir en comunidad fraterna - - - la fraternidad anuncia y prepara la plenitud del Reino (189-191) en el seno de una comunidad internacional o intercultural que anuncia la comunión más allá de nuestras diferencias (192-196) donde la comunidad y la hermana aprenden a vivir sus diferencias en complementariedad (197-201) al servicio de la evangelización (202-205) vivir como hermanas… un desengaño (206-208) el activismo (209) el individualismo (210) la exclusión (211) ser signo profético en el espíritu de Francisco (212-217) viviendo juntas, discerniendo y descubriendo niveles más profundos de nuestra identidad (218-220) VII – Hago voto de pobreza, de obediencia y de castidad para siempre, según las Constituciones del Instituto de las Franciscanas Misioneras de María - ofrecerse, consagrarse (221-225) en pobreza (226-236) en obediencia (237-245) en castidad (246-251) VIII – Pido la gracia de ser fiel hasta la muerte (252-259) - - la formación está al servicio del designio de Dios en nosotras (260-265) al servicio de la profundización del carisma y de nuestra vocación (266-270) al servicio de la comunión (271-272) encuentros a nivel general (273-274) la reestructuración (275-282) un don para el mundo (283-284) ha mirado la bajeza de su sierva (285-286) 32 32 33 34 35 35 36 37 37 38 38 39 40 41 41 42 42 43 44 45 45 45 46 46 46 47 48 48 49 50 52 53 54 55 56 56 56 58 58 60