Piotr Ilich TCHAIKOVSKY Miguel F. Villegas Imaginemos a un hombre de 53 años, melancólico, atormentado, de salud enfermiza, observando por una ventana cómo avanza el crepúsculo y se desvanece la luz, decidiendo si había llegado la hora de quitarse la vida. ¿Podríamos sospechar que fuera el creador de obras inmortales que asombrarían al mundo? Hace ya más de cien años que desapareció y, generaciones tras generaciones siguen recreando sus oídos, solazando el espíritu con sus extraordinarias composiciones: La Bella durmiente, El Lago de los cisnes, Cascanueces... Pero ¿a qué se debieron las tribulaciones de Tachaikovsky? Ciertamente, nació y vivió en un tiempo y un lugar equivocados, bajo la aplastante losa de una sociedad puritana y fanática. Hoy sería un hombre famoso, cuya homosexualidad para nada le hubiera impedido vivir feliz, a nadie le importaría su orientación sexual sino sus grandiosas creaciones. El año 1840 nacía Piotr en Votkinsk, zona de los Urales, en el seno de una familia acomodada, y desarrolló desde muy joven el gusto por la belleza y por la armonía de la vida. Estudió derecho en San Petersburgo, pero su pasión era la música. Tanto, que a los veintitrés años lo dejó todo y se matriculó en el Conservatorio donde pronto empezó a brillar con luz propia. La pérdida de su madre a causa del cólera, cuando el chico tenía 14 años, le provocó una depresión de la que nunca se restableció completamente. En 1876, Nadiezhda von Meck, una viuda rica que se había enamorado totalmente de su música, le adjudicó una paga anual que le permitió dedicar todo su tiempo a la composición. Catorce años duró esta relación, pero nunca llegaron a verse personalmente porque así lo había exigido ella. Un día de 1877 recibió una larga carta de una admiradora que le confesaba su desmedido amor. Al poco tiempo se casó con ella por presión del padre del músico, que deseaba acallar rumores sobre su indefinición sexual. Después de dos meses de sufrimientos, la pareja Tchaikovsky decidió separarse. A partir de 1885, la fama de Tchaikovsky como compositor creció extraordinariamente en Rusia, en el resto de Europa e incluso traspasó el Atlántico hasta Estados Unidos. Recibió la Gran Cruz de San Vladímir del zar Alejandro III, quien dijo: Tenemos muchos duques y barones, pero un solo Tchaikovsky. El 6 de noviembre de 1893, nueve días después de estrenar su Sinfonía nº 6, Tachaikovsky murió de cólera, según el parte oficial. Pero hoy conocemos otra versión. Un aristócrata denunció al compositor por la relación homosexual con su sobrino, pero para evitar que se hiciera pública, se formó un tribunal de personas honorables. Tchaikovsky fue citado, juzgado y sentenciado a suicidarse “para salvar el honor de todos”. Cinco horas después moría tras ingerir arsénico. La Rusia zarista consideraba un vicio condenable las relaciones eróticas entre hombres, castigándolos con la pérdida de los derechos civiles, la humillación pública y la deportación a Siberia. La homosexualidad de Tchaikovsky fue negada, incluso, por los musicólogos soviéticos hasta finales de los años 80. Con su muerte forzada se nos fue un gigante de la música romántica. Cuántas nuevas creaciones suyas podríamos hoy disfrutar si los fanáticos no hubieran segado su vida a los 53 años. Termino con un de sus frases: Para mí, la música es una perpetua reconciliación con la vida. FRAGMENTOS DE SUS OBRAS QUE VAMOS A OÍR: –El lago de los cisnes. –Capricho italiano –Sinfonía n º6, Patética. Ballet Cascanueces: –Marcha inicial –Danza China –Danza de hada. –Vals de las flores. –La Bella durmiente- dornröschen ( la espinita en la rosa ) - vals. –Obertura solemne 1812 –Serenata para cuerdas en Do –Concierto para piano y orquesta.