O" ti' IUI ,I ,'" 1'/ , ( 'IU I 'I M / F N J't I , 1("(),'V II H It (1 .\tI. ('11. (;uid" '1III"ill , /Jel' lle;:1 if/ tlI'S Usücrucluncrs , ZlIril'h. (jl,n; Art hur JI. Cok. III1\il/t'" 1:'lltcl.,)rist' in its Socia! Scu inv, Camlnid¡« Mass" 1959. 39. Cfr. Frank Ramsey, "A Mathcmatical Thcory of Saving", ECOIICI/lli r Jou rn al , XXXVIII, 1928, p ágs. 543·59. 40. Pero se recordará que Pareto intentaba demostrar que una (COll acta) distribución planeada de ingresos era "natural". Véase H. S. Hou t hakker, "The Pareto Dístribution and the Cobb-Douglas Production Func[ion in Activity Analysis" Rel'iew 01 ECOIlOmic Studies, XXIII, 1955-56, págs. 27-31. 41. Obra citada. Las condiciones de Ramseys para un óptimo, empicando un mundo neoclásico relativamente no complicado, son: Inversión óptima "~ (Deleite - nivel actual ele disfruteyutilidad marginal del COIlsu rno presente). 42. Véase a este re specto, Solow, "A contribution . ,. " obra citada; Richard Stone, "Misery al' Bliss" ECOIlOmía lnternazionale, VIII, 1955, págs. 72-93; James Tobin, "A Dynamic Aggrcgative Modcl", Iournal of Politic al Economy, LXIII, 1955, págs. 103·15; Paul A. Samuelson y Robert M. Solow, "A Complete Capital Model Involving Heterogeneous Capital Goods", Ouarterly Iournal 01 Economics, LXX, 1956, págs. 537-62. 43. La ausencia de dirección apropiada puede exigir la centralización cuando el elemento humano tiene atributos que, dacio el medio ambiente (cierto o incierto), se sabe que son antagónicos para los objetivos genel"a h:s (de bienestar), T eories de los estadios del crecimiento económico por BERT. F. HOSEl.tTZ Este ensayo está dedicado a analizar las teorías del crecimien to económico que consideran una serie de estadios en la evolución de los sistemas económicos y que explican el proceso de crecimiento económico en términos de desarrollo sucesivo de l:SOS estadios, Entre los economistas que elaboraron la teoría de los estadios económicos, destacan los miembros de la escuela histórica alemana de Economía, y una parte importante de este ensayo estará dedicada a analizar sus teorías. Pero el estudio de las teorías de los estadios económicos supone mucho más que ese análisis de sus conceptos y clasificaciones. Tiene ramificaciones en el campo de la historia económica, e incluso de la historia general; afecta también a ciertas cuestiones asociadas a las teorías sobre la evolución social, en general; y, por último, en el propio campo económico, lleva a considerar una serie de teorías sobre el crecimiento que afirmaban que existen ciertas relaciones entre las formas de estructura ocupacional y los estadios de progreso económico. Empezaré estudiando las teorías sobre los estadios ccon ómicos expuestas por varios economistas alemanes en el siglo XIX, en especial Friedrich List, Bruno Hildebrand, Karl Büchcr, Gustav Schmoller y Werner Sombart. Sus escritos constituyen una base para un ulterior examen de los problemas de estadios 1.'l'0 nómicos en Alemania, y, en cierta medida, en cualquier 01 1"0 país. Existe, sobre todo, un número considerable de escritos SL' cundaríos en los que se comparan y analizan críticamente las teorías y clasificaciones de esos cinco escritores, y especialmente de los tres últimos. A pesar de su volumen, gran parte de esa literatura secundaria no es original y -lo que es mucho más 259 nu nu ». '" I ( 110111 .\ :. /11,/. eu¡ (/ :\1/1 / IflTrI, / J/I ( ' /1/ I , J/l N / uN'O fI\t 1/ . " ' / (1 J( ' IIN tJ. , I( ¡¡ con pocas excepci ones, I1U sube reconocer lus problemas re almente cruciales suscitados por las diversas teorías sobre los «stadios económicos. En primer término, los propios exponentes de los esta dio s económicos, así como sus críticos, se confundieron a menudo, por lo que se refiere a la interpretación de sus teorías. Esta confusión se centra en tres puntos principales: el primero es el problema de si la identificación y la clasificación de los diferentes estadios económicos son un medio de estudiar el desarrollo progre sivo de estudiar una economía dada o si es un método par, el examen comparativo de sistemas económicos, El segundo es la cuestión de si esos estadios son esencialmente "construcciones ideales", elaboradas para facilitar el análisis de los sistemas económicos y de sus aspectos dinámicos, o si son presentaciones abreviadas y en cierto modo sistemáticas de desarrollos históricos reales. El tercer problema -que es el que más nos interesa en relación con el estudio del crecimiento económico- es la cuestión de identificar los factores que producen el cambio, especialmente los que determinan la transición de la economía de un estadio al siguiente. Como nos interesan fundamentalmente las teorías sobre el crecimiento económico, intentaré destacar este último problema, y mi valoración de las diferentes teorías no girará simplemente en torno a la cuestión de si establecen o no tipos útiles a efectos comparativos, sino fundamentalmente sobre si presentan o no afirmaciones explícitas sobre las formas de transiciones de un estadio a otro -y sobre los factores implicados en ella-, especialmente si se observa que unos estadios subsiguientes representan un progreso en relación a estadios anteriores. Como veremos más adelante, los diversos autores de sistemas de est adios económicos no siempre fueron explícitos sobre este punto y algunos ni siquiera se percataron de su significación. Al mismo tiempo, no cabe dudar de que uno de los objetivos de todos los autores de la escuela histórica alemana fue intentar descubrir leyes de desarrollo de las economías nacionales, aunque discrepaban sobre los métodos que hay que empicar para de scubrir esas leyes así, como sobre las esperanzas de que pudieran formularse con algún grado de precisión.' Al calibrar el papel asignado a las leyes de evolución económica, podemos distinguir tres en foques, .acln \1110 de los cuales es característico de uno de los principales r . ruantes de la escuela histórica antigua: el primero concibe priu rip io de la evolución económica como análogo a la vida • I li l ',l ; las economías crecen, llegan a madu rez y mueren. Esta 1I i :, t l ' I d. " fu' la posici ón de Wilhclm Ro schcr. El 'l:gu ndu cuu i ·1 ll', I 110 económico como un aspecto de la t .nd ncia general al pl'~I! ' 1 . ~ J de la cultura humana, Esta fue la co ncepción de Karl K ll ~ :-. 10,1 tercero ve (,1 crecimiento econ ómico realizado en la SUCeSlOI1 de estadios cada vez más elev ado s de organización económi~a, Esta fue la posición de Bruno Hildebrand.' A las ~res concep~lOnes se I s puede encontrar raíces en las div~rsas mtcrp~'e,taclOnes del progreso humano contenida en los escrítos de los ñ l ósofos de l~s siglos xvn y XVIII. Pero, mientr~s que el impa~to de la analo~l~ organismática y la más o menos ingenua creencia cn la perfectibtlidad humana encontró pocos seguidores entre los escritores posteriores, la teoría de los estadios reapareció una y otra. vez con nuevas apariencias. Por ello parece más provecho:,o dedIc~r ~ste ensayo a un análisis de las teor~as sobre los es~adlOs ecOnOmI~?S del crecimiento, en lugar de dedicarlo a las teor ías de la eVOlU~lO? económica desarrolladas por los miembros de la escuela histó rica alemana, J El primer sistema de estadios económicos que. examinamos es el que presentó Friedrich List en su obra Das nationale System der politischen Oekonomie? . , ., Antes de que examinemos detalladamente la clasificación de List de los estadios económicos y su relación con su concepto de crecimiento económico, conviene hacer algunos comentarios. En primer lugar, la idea de estadios económicos como tales no. era nueva en la época de List. Como ha señalado Schum?eter, la. Idea general de estadios progresivos de desarrollo la tomo, de la fIlo.sofía ilustrada del siglo XVJII. 4 En segundo lugar, el libro ,de LI,S~, aunque se presenta como un ~rata?? general de ,~conomla,p~htI­ ca es, en esencia, un comentario crítico a las pohtIca.s econorrucas de Adam Smith y de sus seguidores (a los que habItualmente se refiere List, lIam{¡ndolos "la Escuela") y un estudio de la polí.tica económica más apropiada para fomentar las fuerzas productivas (Produktions-kriift eJ de un país, Dicho en otras palabras, la obra de List no era un intento de presentar una tcoria económica nueva simplemente por el gusto de teorizar: era un il~tcnt() de pr?~or­ cionar los apuntalamicIlt l , te óricos para un conjunto de pu]¡tIc.as económicas para el desarrollo l.'conóm ico u, rn ás bien, para la 111dustrialización. En este objct ivo la obra de List se parece mucho a los libros actuales sobre el crcciruient o econ ómico, que se elaboran t 1. 11111)( n l"IlII \,1 propo 110 t !U I· 01 ' I UIC 1\111 N ( de proporcionar dircct ric cs a ¡'¡" , ' ()M/( fI 1111 dcsar r« JIu econ ómico plan ilicudo, No es, por consiguicn te, sorprcndcnt t' que muchas de las ideas expresadas por List se encuentren de nuevo en la literatura contemporánea sobre el crecimiento económico o que, recíprocamente, ciertos pasajes de las obras de List tengan un completo sabor "moderno". Aunque List escoge p a ra un tratamiento especial a políticas comerciales alternativas lo hace porque estaba de sustancial acuerdo con la proposición de la "Escuela" de que la libre competencia en el interior de un país lleva a una óptima asignación de recursos, y de ahí -pensaba él- a una est ímulación máxima de sus fuerzas productivas . Esta posición er a, en parte, una consecuencia del estado real de las políticas regula dor as de su época ; en aquel tiempo, de todas las form as de política gubernamental la que más destacaba era la cuestión de] libre cambio contrapuesto al proteccionismo. En parte, lo que él tenía constantemente presente era la emanación de una situación concreta: el hecho de que la industria de los do s países que él conocía mejor y por cuyo progreso se interesaba más, esto es , Alemania y los Estados Unidos. era inferior a la de Inglaterra. De ahí que no haya que interpretar a List como si estuviera en favor del proteccionismo como tal. sino solamente en favor de la protección de la industria y, de hecho, de la protección de la industria únicamente en su estadio infantil inicial. Por ]0 que se refiere a la agricultura, List era un librecambista decidido y sin equívocos, y la base lógica de esta posición está implícita en su teoría sobre los estadios econ ómicos. ' En tercer lugar -y esto está implícito en el título de su obra y en su preocupación por la política económica- a List no le interesaban las relaciones económicas en un sistema abstracto y cerrado, sino como aspectos de un sistema de naciones. List cree que el progreso del bienestar humano es función de la asociación .' Descubre hasta qué punto el individuo en el estado de naturaleza es débil y desvalido. Afirma que la "más alta asociación de individuos realizada hasta ahora es la del Estado, la Nación y la más alta imaginable es la de toda la raza humana . Pero List cree que la unificación de todos los hombres en un Estado mundial es utópica y que, por consiguiente, "preservar, desarrollar, y mejorarse ahí misma como nación es . .. actualmente, y habrá de serlo sic mpre, el objeto principal de los esfuerzos de una nación. No hay en esto nada que sea egoísta o falso; es un a tendencia razonable, que t. perfectamente de acuerdo con los intereses real es de la humaida d: po rque lleva naturalmente a una asociación universal que n II/U .1·; tn '11.', u: / vnn n: IJN. ( tu n i 111 I (J I ((1 (lA 1C 1/ "r constituye una ventaja para los hombres en lanto l.'JI c u IIIIt 1.1. Ilaciones han llegado al mismo grado de cultura y de poder v, p OI consiguiente, en tanto en cuanto pueda realizarse por vía <JI' ""0 elaci ón o de confederación"? Así pues, la unidad que estudia Lixt es el estado nacional, y su teoría de los estadios económicos debe ser entendida como aplicable únicamente a estados nacionales. Este es un aspecto importante de su teoría, ya que fue una de las principales razones de que autores posteriores la rechazaran. BUcher, por ejemplo, señala explícitamente el hecho de que List y Hildebrand "suponen que por muy lejos que se remonte uno en la historia . .. ha existido una economía nacional basada en intercambio de bienes . .. No dudan en absoluto de que los rasgos fun damentales de la vida económica hayan sido siempre esencialmente similares",' En cuarto lugar -y esto no se refiere tanto a un aspecto de la teorización de List, sobre los estadios económicos como tales, como a un aspecto de sus concepciones sobre la efectividad .del crecimiento económico-s-, postula que el crecimiento solamente puede darse en sociedades en las qu e exista libertad interna, esto es, libertad de organización política y libertad de los individuos . Considera que este punto de vista es susceptible de ser derivado de las "lecciones de la historia". Dice, por ejemplo, que "es inútil que los individuos sean industriosos, ahorrativos, inteligentes, e inventivos; esas instituciones libres seguirán siendo necesarias para una adecuada aplicación de aquellas cualidades. De hecho, la historia nos enseña que los individuos derivan la mayor parte de su poder productivo de las condiciones sociales y de las instituciones de la sociedad"," Hay un claro reconocimiento de la interacción de las condiciones sociales y, sobre todo, de las políticas de una nación y el grado de desarrollo o de su poder productivo, esto es, su adelanto económico general. List reprende a la "escuela" por intentar "persuadirnos de que la política y el gobierno del Estado no tienen nada en común con la Economía política", esto es, por aislar las variables económicas en tanto que tales para el examen y el an álisis.'? Aunque en esta acusación se pasa de la raya aunque se la aplique a Ricardo, del que se dice que fue el pensador más abstracto de la escuela cl ásica, es cierto que los economistas clá sicos que escribieron antes que List concedieron muy poca atención a lo qu e ahora llamaríamos factores "culturales" y que en sus obras podemos encontrar muy pocus an álisis explícitos y realistas de las relaciones económ icas en un marco social diferente al de su propia época . A este respecto habría que rnen- ., , n I J UN I l ' 11' - ¡J , Lis t ./ ¡ ( I I I I 111 ttI j t (1 rJ 11. '" ',1 0 Il) lmu puesto clarauu-utc de uumil iesto 1m. (Tilil'()~ 'n I re su x segu id or es-e- que su propio análisis de lus l~S­ 1ructuras sociales y políticas de las sociedades que son diferentes de las del occidente moderno carece también de realismo y de exactitud y de precisión científica; ésta fue una de las principales razones de que escritores posteriores rechazaran esa clasificación de estadios económicos," Pero sigue siendo cierto, no obstante , que List suscitó un importante punto de crítica contra la escuela clásica que más tarde se convirtió en uno de los baluartes en el a taque de la escuela histórica contra los clásicos, a saber: el carácter esencialmente deductivo de la teoría clásica y su falta de interés por derivar generalizaciones del estudio y examen de los procesos históricos empíricos. En este contexto es en el que hay que entender las teorías de List sobre los estadios económicos, así como ciertas teorías posteriores. Si nos ocupamos ahora en examinar más detalladamente las clasificaciones de List, encontraremos que distingue los cinco estadios siguientes: (a) el estadio salvaje, (b) el estadio pastoral, (e) el estadio agrícola, (d) el estadio agrícola e industrial, y por último , (e) el estadio agrícola, industrial y comercial." Aunque: algunos crítícos de List han argüido a esta clasificación, especialmente en lo que se refiere a los tres primeros estadios, él mismo no sentía relativamente gran interés por ello, y la mayor parte de su estudio se centra en la transición del estadio (e) a los estadios (d) y (e). Un examen crítico de la clasificación de List puede dar origen, en principio, a tres preguntas. Primera, ¿son sus distinciones la base de una teoría de! crecimiento económico? Segundo: ¿en qué medida sus estadios describen con realismo las condiciones económicas reales dominantes en sociedades diferentes en planos diferentes de progreso económico? Tercero: ¿qué concepto sustentaba List sobre el proceso de crecimiento económico, especialmente las condiciones de transición de un estadio a otro? No nos ocuparemos ahora de las do s primeras preguntas, porque plantean problemas comunes a todas las teorías sobre estadios económicos Pero puede ser útil repasar con cierto cuidado la explicación de List de los procedimientos de crecim ien to dentro de un estadio y la transición de un estadio a otro. ' El estudio teórico de List del crecimiento económico -incluso en forma ligeramente explícita- se refiere únicamente a una parte limitada de su clasificación. No dice nada del progreso desde el e stadio salvaje al pastoral ni desde éste al agrícola. Además. hay poca diferencia entre los dos últimos estadios: el agrícola e t t t nn v: /)/ 1./1, / ,.1 IV/O'O f)/ 1. I J U 't \l ll J {I t I't (l rlf ti L'I aur i ' u' la iu d .uiul .. l 'lllllcn:ia1. l ' Lo n l ' ll 1,11 l ' 1 .11 o l ría dc crecimiento se 'ent ra en la descripción de bs coucl i ¡(JI! en las que puede darse un Estado agrícola maduro, en el que p\ln ll' progresar, y en el modo en que un estado agrícola se transforme en uno de nivel superior mediante la introducción de industrias. Quizá resulte más sencillo presentar el desnudo esqueleto de la teoría de List con un cierto número de afirmaciones más bien abruptas y directas, tales como las siguientes: (1) Si bien se supone que todos los países han pasado por los estadios primitivos de desarrollo solamente los países de la zona templada son aptos para la industria. "Un país de la zona tórrida cometería un error fatal si intentara convertirse en país industrial. Al no haber recibido ninguna invitación de la naturaleza a esa vocación, progresará mucho más de prisa en riqueza y en civilización si sigue intercambiando su producción agrícola por productos manufacturados de la zona templada"," (2) Los países que "por naturaleza" est án destinados a ser agrícolas, o los que todavía no están preparados para la industrialización con un estado suficientemente desarrollado de la agricultura, progresarán de modo óptimo si mantienen relaciones de libre cambio con países industriales. "Cuanto menos haya progresado la agricultura tanto más tendrá que hacer el comercio exterior en el intercambio de productos agrícolas y materias primas del país por artículos manufacturados en el extranjero; cuanto más hundido en la barbarie esté un país tanto más requerirá un régimen monárquico absoluto, tanto más el libre cambio, esto es, la exportación de productos agrícolas y la importación de productos manufacturados, concurrirá a su prosperidad y civilización"." (3) Una vez que un país de la zona templada ha alcanzado un nivel más bien elevado de desarrollo agrícola, y si posee una población relativamente densa y además recursos variados, solamente podrá seguir progresando si introduce industrias. Esto puede ocurrir de dos modos: (a) puede realizarse u bien "bajo la ley del libre cambio, cuando las diversas naciones comprometidas en ese momento en la industria manufacturera estén en el mismo grado de progreso y de civilización', o bien (b ), si algunos han superado a los demás en industria, comercio o navegación, esto solamente podrá alcanzarse introduciendo el proteccionismo industrial." (4) Una vez que un país ha establecido industrias manufactureras puede prescindir gradualmente de protegerlas según vayan volviéndose más fuertes, pero en ningún caso debe introducir un proteccionismo agrícola. Para que la agricultura florezca en iud u ' l l ia l u .7 I J O / ' / .\. llll I re 1H I e fU ( 1 ,,, / I () / (nN ), tu (1 pab mixto agrico!n indust riul, ba~la nlll d intcrcamb iu 11 la Industria urbana y la agricultura rural. Adem ás, el incrc - mento de productividad de Ia agricultura en un país industrializado viene asegurado por la extensión a la agricultura de prácticas industriales. "En ningún país son las máquinas e instrumentos agrícolas más perfectos, y en ningún país está la agricultura en estado más adelantado, que allí donde florece la industria manufacturera. Por influencia de ésta, la propia agricultura se convierte en una manufactura, en una ciencia"." De esto se desprende que, fundamentalmente, List reconoce solamente un elemento dinámico en el proceso de crecimiento económico: la introducción de la industria manufacturera. La agricultura est á destinada o a permanecer estancada o a aumentar de productividad, bien por el estímulo ejercido sobre ella por la demanda de la exportación o bien por su interacción con el crecimiento industrial, en cuyo caso se ejerce una doble influencia sobre la agricultura, Su incremento de productividad es estimulada, por un lado, por la demanda creciente de su producción por parte de la población no agrícola (esto, es la industrial) y, POIotro, por la transferencia de métodos de producción más racionales y eficaces a través de la aplicación de procedimientos técnicos, elaborados en la industria. Habría que hacer notar, además, que el impacto de la industria no se limita al campo puramente económico, esto es, a través de su influencia en la demanda de productos agrícolas y de la comunicación :J la agricultura de nuevos métodos productivos, Su influencia se ejerce también en el campo de la estructura social y de la cultura. List insiste repetidas veces en la asociación entre agricultura y despotismo por un lado, e industria y libertad política y personal, por otro. Esta dimensión no económica del crecimiento de la industria es un ingrediente necesario de la teoría de List porque explica la razón de que la industria proporcione un ímpetu al crecimiento. En este punto, LisL discrepa de otros protagonistas del proteccionismo industrial, que consideran a la industria como superior a la agricultura simplemente ·en "poder productivo"." Pero lo que List tiene presente no es una comparación entre una industria y una rama de la producción agrícola, o entre la industria en general y la agricultura en general, sino la comparación entre una sociedad basada fundamentalmente en la agricultura, y poblada por una población indolente y tradicionalista con horizontes estrechos y sin espíritu de innovación, y una sociedad basada en la manufactura y en la industria y en las ramas asociadas de producción requeridas por , I 'U IU 11/ 1 " '" 1 , J 1/ 1/ 0 ', o r¡ ( u / ( ' / "1 1/ / "0 ' ( /1 11:11,\ 1/ 1 I ella s, y publada por una poblución libre , iu veu t i vu y vul c n 1.1 h. 1. 1 el futuro. Dicho en otras palabras, 13 base de la supcrior h Id \ 1, producción industrial sobre la agricultura no estriba SOI¡III1I.' 1I h ' en su superioridad económica, esto es, en su productividad ma : U I • sino en los rasgos sociales y culturales que diferencian a los P¡ll ' ses industriales y agrícolas. Aparte de que la teoría de los estadios de LiSL, y especialmente su interpretación de la superioridad de un Estado industrial sobre otro agrícola ofrece semejanzas superficiales con teorías proteccionistas ulteriores, existe una clara similitud entre los tres estadios de List y el concepto de producción primaria, secundaria y terciaria elaborada en la década de 1930 por A. G. B. Fisher, y difundida más tarde por Colin Clark." Según la formulación de esta teoría por Colin Clark, se advierte una relación entre el progreso económico, esto es , el crecimiento de la renta real media (o uno de sus derivados) y el incremento progresivo de la proporción . primero, de personas ocupadas en la industria y en la minería (esto es, la producción secundaria) ')', m ás tarde, en los servicios esto es, producción terciaria ),20 Ahora bien, de los títulos que List pu so a sus tres últimos estadios se desprende claramente que, si se transforma el estadio agrícola en estadio agrícola-industrial, el "centro de gravedad" relativo de la economía se desplaza a la industria secundaria; y si el estadio industrial agrícola se transforma en estadio agrícolaindustrial-comercial, ello implica un crecimiento de los servicios o producción terciaria. Esto resulta todavía mucho más claro si analizamos más cuidadosamente la descripción del "comercio" de List, En esta categoría no solamente incluye el comercio al por mayor y al detall sino también la navegación y el transporte terrestre, e indudablemente él habría incluido otros servicios como la publicidad y otras formas de organización de ventas, la operación de medios de comunicación, diversas formas bancarias y de seguros, y análogas clases de actividad económica, si hubicrnn estado en su tiempo lo bastante desarrollados como para exi .j l ' un estudio explícito. Por otra parte, no habría que olvidar que, ' 11 tiempos de List, el concepto de comercio o negocio ten ía un signi icado mucho más . amplio que hoy día. Todavía unos poco s 110~ antes de la época en que escribió List, a los indus nialcs y munufuctureros se les designaba corrientemente de mercaderes, y exist ía aún muy poca separación entre las entidades comc rciulcs. en sen ti do estricto, y las actividades bancarias v Iinnncicrus, especialmente en muchas de las zonas más al¡'asadas ell' Europa central. I/ ' / I/ N l o' , " ' 11 1 / '/ u¡ V I II / 'I '/I ' n 11,'0 _, La · '~l ll e.i ..lllr.a cu t n- J.\ cUllcepcít>l1 de l.i st y la U,' ¡ 'li ta d a pOI Fi sh cr y Clark se destaca aún más si comparamos su extensión a.. campo de l~s aspectos no económicos, que implica la transl cion de l~. agricultura a la industria. Se puede hacer la mejor comparaclOll de este aspecto de los dos conjuntos de teorías s~ .consi?era~os la primera formulación de la teoría de la produccron pnmana, secundaria y terciaria que publicó en 1933 ABan 21 G. ~. Fisher. Fishcr empieza su ensayo proponiéndose presentar un breve esbozo no demasiado imaginario de la historia económica mundial". Muestra a continuación que "en el primer estadio del desarrollo, el esfuerzo se concentraba principalmente en la producción primaria, en las ocupaciones agrícolas v pastorales". A ese siguió un segundo estadio en el cual "empezar~n a predominar la producción secundaria o industrial .Y las actividades asociadas con ella". Por último viene un estadio terciario en el cual asign.an recurs~s crecientes a proveer" facilidades para viajes, dístraccíoncs de diversas clases, servicios personales e intangibles, flores, música, arte, literatura, ciencia, filosofía v demás" 22 1 () significativo es que Fisher al igual que List atribuye la sUP~rio;i­ dad del estadio industrial y del industrial-comercial sobre el estadio puramente agrícola al desarrollo de la ciencia y de los conocimientos. ~firma que la transición de la agricultura ~ la producción secundaria tuvo lugar principalmente debido a la ampliación de los conocimientos; y la lista de actividades caractcrísticas de la produ~ción tc:ciaria que se cita es la prueba de que él, al igual que List, sostiene que el progreso económico no está asociado si.~plemente .con un bienestar material creciente sino que también proporCIOna un ímpetu a la ciencia, el arte y a las diversas formas de búsqueda del conocimiento. s: Pero precisamente este aspecto de la teoría de List, que deriva su inspiración de las nociones generales sobre el progreso de la mente humana, es el que fue tan popular en los siglos XVIII y XIX. Por supuesto, es un hecho incontrovertible que en los últimos siglos ha h~bido ~n nuevo aumento de conocimientos científicos y, en los paises mas adelantados, margen para cultivar el arte, las aficiones y otras actividades espontáneas. Pero un simple paralelo entre el crecimiento de la ciencia y el progreso económico resulta una muy pobre y estéril teoría de las implicaciones no económi~as o meta-e~onómicas del p.r?greso económico. List introdujo un Importante vínculo de conexi ón que puede considerarse adecuadamente como un aspecto de la estructura social más amplia, esto es , la distinción entre el despotismo de los estados agrícolas y la I'F(lI.'folS "" //1.'-; 1:,"" " ' 110," /1/1 , cu: ' / I Jl I ' / 11 1 ( (1, P\1I1 (1 libertad de. los estados industriales y comerciales. E sl l ' , I I1 misma, una interpretación insuficiente y probablemer Il' in cc 11 tf tao El enfoque es correcto, por cuanto List reconoció <JIll' la s u: tanciación de una clasificación de estadios progresivos de los si stemas económicos por su principal organización productiva (u ocupacional) depende también de la posibilidad de relacionar esa organización con la estructura política y social global de una sociedad. Si bien basándose en un análisis histórico m ás bien superficial resulta fácil demostrar que el conocimiento científico y técnico ha crecido de un modo comensurable con los incrementos de la productividad económica; más difícil es demostrar aquellas características generalizadas de la estructura social que harán posible, y quizá incluso reforzarán mutuamente, un. ~ovimie:1to hacia adelante simultáneo, en esos campos de la accion humana. List no resolvió este último problema, pero incluso la literatura contemporánea sobre crecimiento económico o in?ustr~ali~~ciú~l no ha producido una visión de este proceso a un nivel significutivamente más prof U!1Clo ." 1 JI A la vista de la semejanza externa entre la teoría de Lis! de los estadios económicos V la de Fisher y Clark, no es sorprendente que se haya criticado a ~mbas de un modo similar. Los argumentos, suscitados contra cada una de las dos teorías, discutían en parte su validez analítica y en parte su aplicabilidad empírica. Además de esto los críticos de Colín Clark pusieron en tela de juicio las pruebas' estadísticas aportadas por él. Como List no ~u~lic6 estadísticas y no basó su argumentación en pruebas estadíst icas. no se pudo emplear contra él esa objeción." Si bien, además de Hildebrand, otros partidarios posterior l · ... de las teorías de los estadios económicos -entre ellos Büchcr ~. Sombart- han criticado la teoría de List, solamente 1<, crttica dl Hildebrand es lo suficientemente extensa y detallada corno P; Il ;1 merecer amplia consideración. Sombart reduce su cr íri .:\ ¡~ la . hservación de que "la teoría emplea características de cl:1,;if lel 1~ 1l 1 demasiado superficiales", y Bücher critica tanto a la tc o r tn de Li I como a la de Hildebrand, al afirmar que ellos suponen <)11 • "Cl/JI la única excepción del estado primitivo, ha cx ist ido siemp re ma economía nacional basada en el intercambio dl' bienes". En otras palabras, Sombart acusa a List de poca prorlll~diJad, y ~ii~her le acusa de no haber sabido reconocer que la unidad ele actividad {hu/U 1. IJ LJ , ( -{U"('IAIII N {( ) i l ',INII ,lI/("(I l.;onúm it'a en las :-.ociet(¡I(!L,s IIl ' . , d "~ o - . I naci ona l sino un ' _' ellos L:S.1I10 ladas no l'S vi t:sladtl nemas po'r qué de~:~~~nmas pe~ucño y menos integrado.' Nu le"ación de S b fl ~s en nmguna de estas críticas, La obserom art re cJu su po dí " r ' razonamiento de I íst d ' d _ca isposicíon a penetrar en el d ~ e un rno o que no sea SI fici l iper .Icla y, tenien. o en cuenta la preocupación de Somb . ' m icos totales la tnsísrenc¡ d L' a l t por los SIstemas econóciertamente q'ue' haberle l~ ,c 1St en .l a. industrialización tiene par CCl d o superfICIal y e ' ~t e nfren ta rse con los problemas reales El, amo ,u na negativa n o es tanto una crítica oenul'n- 1 1 . ' cdomentano de Bücher " e b a (e sIstema L' sion de un punto de vista dif "" e , 1St como la exprelIadamente, I erente que anaIJzaremos más deta- .:01' otra parte, Hildebrand al' u Id'" , ca p te que se pone en la . I g ye que ra JstmclOn en el hine agricu tura como e t rn.ercío o a la industria no d d . d' on rapucsta al coI ' epen e e una Iev gen ]" , bl U~ progreso, sino más bien de l " . .J era mvana e . e as neceSIdades soci " eXistentes en un momento y luaar dad " 0- econumIcas I~ producción primaria, esto es b;a os. ,~~ta de acue~do en que tiene lógicamente que preceder'a l:r~~u~clOnl cble materias primas, ca m bio de bienes pero afl" r u] cfnor c.' a oraci ón y a] inlel"• , < ma que a orrna ca t I z~ci~n económica y la dirección zlobal de I~ . ncr~ ~ e e, organínorruca y ocupacional de un 'bl d ~ e a especmltzaclOn ecoIa tierra de que dispone d . ,Pl~ef o epen d e de los recursos y de armas de organí ió Ií ,. ' e sus d e su cultura general Afi , . , e IzaCI n po ít íca y b , Ir ma , por ejemplo . 1 " ~l:ss~: di~isión poIí~i.ca y de especia!iz'ación C~;::~;i~a ~: f:~~.~c~~ eran su'bs~t na~eblaaclOn, el comercio, e incluso las manufacturas . anCla l11en te más " .. dal i manorial¡ de Europa mll~?o.rtl-anptes que ,ba,!o el régimen fcud' 1 e lela. al' COnSI('fUlcnte no se p d ~Cl r que a sucesión concreta de estadios p ~ d , ,' ue e c io n a les por los que pasa un ueblo e , 1,0 UctlVOS u .ocupainvariante general sino que p f sd aJusten a un prmcipio , e se ve a ecta a IJar el dí bi "1, di - me 10 am lente co ncr e to esto es que exis~e ;6 En ~~Ol . a,s .co n lClOn~s políticas y culturales en las . espirrtu muy similar Bauer y y a prueba a Fisher y a Clark e d " amey ponen de Fisher-Clark uban o al guyen que la generalización ._ par cce estar asada en la idea de l d cron terciaria es menos esencial 1 . d "qu~ a ~ro uct~ue alPIo uccion primaría o secun da r ia ; y que su s producr no pueden permitirse l' os le~en a n.aturalcza de lujos que Tarnbi s , ,. ~s, economms con mgresos reales bajos" len aqur esta implícín, la crític d 1h . " i~si~ta en la producción primaria, e~ ~~~:d ~cho de ql ue se Clarra, depende de los fncto . arra o en a tera r lbientales globales en la" qres f que. determman las condiciones • < :; uc unclüna una economía, En deter11 ". 1: JI minadas circunstancias las indust rius tcrui.uius pu n l' I pesadamente sobre las econornias de pueblos q uc tienen in 1 re ales bajos, sencillamente porque las condiciones iécnicux lu l .1 les de producción y de distribución en esas eco nom ías requieren concentrarse grandemente en el comercio y en otras formas d(' producción terciaria." En relación con la aplicabilidad empírica de la teoría de List, por un lado, y la teor ía Fisher-Clark, por otro, las críticas son también paralelas. Bauer y Yarney citan cierto número de ejemplos de Africa occidental- que prueban que en esas sociedades están muy difundidas las ocupaciones terciarias, especialmente el com er cio, y que esa gran extensión de las actividades comerciales es desenlace necesario de las condiciones económicas, esto es, los precios relativos y los recursos di sponibles. Esta observación ha s ido después m ás elaborada por Rottenberg, que proporciona una base eco nóm ica apremiante a esa proliferación de pequeños servicios. No solamente aduce pruebas de la gran cantidad de diversa s formas de servicios, especialmente el comercio al menudeo en algunas islas del Caribe, s ino que demuestra también que esto se debe a la orientación general del valor predominante en muchas partes del mundu, que hace que un trabajador venda sus servicios por cuenta propia a un precio cercano a cero, e incluso igual a cero, mientras que impide que cualquier otra persona le contrate por ese salario, Ahora bien, en una sociedad con una productividad muy baja de la mano de obra, es posible que no se ofrezca un empleo porque la productividad del trabajador no llegue al salario mínimo mantenido socialmente (o legalmente). Pero en esta situación, es posible que una persona venda su propio trabajo ofreciendo diversos servicios a un precio que producirá unos ingresos menores que el salado mínimo aceptable, Este -arguye Rottenberg- es el fundamento racional económico del gran número de personas ocupadas en industrias de servicio en muchos países infradesarrollados." Análogamente, Hildebrand reprueba a List porque -:;11' IIlJ miró con suficiente detenimiento el mundo empírico a l 11tH' '". suponía que se aplicaba su sistema de los estadios, I\q uy«, plll ejemplo, que, en el mejor d e los casos, la sucesión de 111', • 1. 11 lio 'i de List se ajusta a la historia económ ica de In ·la ll' l'I'" V 11 arlc que "si List hubiera he cho una simple comparacl('.lII " UII In Id·.llIria de la Holanda actual, se habría convencido de 1111 ' ' 11 I 'o . 1 110 era sostenible" ,29 Afirmaba que los halan e! 'S ' S 111 '\' Jll Illll -h I Ill:is importantes como comerciantes que co mo m :lIlIII;lI'I11 1 ·r}, . y que E )/H t\.'; la agricuitura en la épUC~1 de la grandeza de Holanda. Solamente se dedicó Holanda a fomentar la industria y la agricultura al decaer la superioridad holandesa en el comercio. Hildcbrand llega así él la conclusión de que, sobre bases analíticas así como empírico-históricas, resulta inadecuada una teoría de los estadios económicos que emplee como principio de clasificación las esferas de producción o las ocupaciones, y que hay que sustituirla por otra que utilice las formas de distribución como criterios de clasificación. Johann Plenge ha caracterizado este desplazamiento del hincapié, calificándolo de sustitución de una "Berujsstuienthenris" (teoría de los estadios ocupacionales) por una "0rganisatiorzsmitteltheorie" (teoría de los medios de organización ).30 el comercio eclipso incluso <l Lo que buscaba Hildebrand era encontrar algún aspecto de actividad económica que fuera invariante respecto a las condiciones ambientales de una sociedad." Descubrió que la producción , y por tanto la preocupación en una sociedad, dependía de los recursos dc que disponía; descubrió que, análogamente, las dife rencias en el consumo dependían de aquellos bienes que emergían del proceso de producción. Siguiendo la vieja división del análisis económico en producción, consumo y distribución no quedaba más que ese último campo de actividad, y Hildebrand adscribió a él su teoría de los estadios porque, como dice hablando del sistema de distribución, "el material que es distribuido por él es irrelevante. Lo que el hombre consigue con él no está vinculado a un objeto determinado por la naturaleza. De ahí que el proceso de distribución sea independiente del clima y de la tierra, y no esté influido por las condiciones locales de la naturaleza. Es e] proceso m{IS universal y m ás generalmente humano. Por esta razón la distribución de bienes es la esfera en la que encontramos las mi smas formas comunes de desarrollo entre todos los pueblos y que observamos que se siguen las unas a las otras en el mismo orden"." Aunque Hildebrand afirma que su teoría presenta estadios sucesivos, sus tres tipos de economía --economía natural o de trueque ("Naturahvirtschaft"), economía dineraria y economía crediticia- deben ser considerados simplemente como formas comparativas de organización económica, m ás que como fases reales en el desarrollo. Porque Hildebrand no nos indica cómo y POlqué un estadio surge del anterior, y algunos de sus críticos le han acusado de que, en lugar de explicar rasgos básicos realmente distintivos de cada estadio, haberse limitado simplemente a prestal' atención a "síntomas" o "a spectos" especiales. " Por un lad o })l , " ,t.; t.s l JO ' /1// 1'1 I / , ' 11 1(1 I ( (} O~ II / 'tJ ,1 -señala Gustnv Cohn- la dilcrcnci u l.'1I1 re L:C LJ II O l ll h d lu · I .t l , economía crediticia es sólo superficial, porque \.:1 dinero j uc . I 111 papel análogo en amb~s; la única diferencia consiste <'~II I,a l. ~ I 1. \ física que reviste el dmero. Por otra parte, ,no puede fOlIUU] I r , netamente la distinción entre una econorma de trueque Y, 1111.1 economía dineraria, porque, empíricamente, existen dem~~,;]ado~ casos en los que parte de los intercambios se hacen en dlDe1'~ y parte consiste en trueque directo. Además, i~cluso en economías en las que las transacciones de trueque constl~uyen la regla ?eneral muchas valoraciones, p.e., las multas o los Impuestos se CIfran en 'dinero, y el dinero o las monedas circulan como ?bjetos, en parte con funciones de mercancías, y en parte en funciones puramente monetarias." Aunque se dé por sentada la razón de estos argumentos, la distinción entre economías en las que las transacciones se hacen exclusiva o predominantemente por medio del trueque, aquéllas en las que se hace principalmente con d~nero al c?ntado y ~qllé­ llas otras en las que se emplea una cantidad creciente de dmero crediticio, tiene el mérito de destacar las rigideces decrecientes en el intercambio y la gradual supresión de limitaciones a una asignación más eficaz de los recurs~s,. po~~ue es e~d~l:te que la posibilidad de conseguir la especializaci ón y la, dIVISIón del trabajo se ve seriamente limitada en una ec~nomI~ en la c~al el trueque es el único, o el predominante medio de mter~amblO, y que, comparada con la amplia disponibilidad de crédito y la extensión de un mercado para valores de todas clases, una economía que exige que todos los pagos se hagan en dinero al ~on­ tado, tiene grandes limitaciones. Además, como ya se ha VIsto, el hecho de que predomine el trueque, el dinero al contado o el crédito, como medio de intercambio tiende a producir diferentes pautas institucionales que, a su vez, influyen en la for~~ de organización económica y en el desarrol.lo ~e l~ productividad, Las economías de trueque se apoyan en ínstítucíones para la redistribución de la reciprocidad, y solamente las economías al contado crean mercados genuinos como norma para las transacciones distributivas. El predominio del crédito requiere también el desarrollo de nuevas instituciones como, por ejemplo, formas societarias de empresa, bancos comerciales y de inversión y una deuda gubernamental que se finanza por medio de ~ítu~os venta libre. Algunas formas primitivas de todas estas mstitucto nes fu eron elaboradas tace nuis de 200 ¡¡ÜOS, pero solamente e 1 ?t' ,' l'IJN/ .... ,,,.! J /w r 11 1 vn , I ¡AU M Il () ·1 cur so de lus dos últimos siglos se han generalizado ampli am cn te y se las ha dotado de un impacto de largo alcance," Johann Plenge y, siguiéndole a él, Alfons Dopsch, han prestado una atención renovada a los conceptos de Hildebrand y a su utilidad." Sin embargo, los dos vieron una conexión entre la clasificación de estadios de Hildebrand y otras desarrolladas más tarde por Karl Bücher y Gustav SchmoIler. Por ello pospondremos el estudio de la reaparición de los debates sobre la economía de trueque y la dineraria en la literatura económica alemana hasta que nos hayamos familiarizado más con la doctrina de Bücher, doctrina que causó más conmoción y más debates que todas las anteriores clasificaciones sobre estadios económicos juntas. JII La teoría de estadios económicos más popular y probablemente la más estudiada, es la que elaboró Karl Bücher. Aunque hizo referencia a ella en escritos precedentes, la publicó por primera vez de un modo totalmente desarrollado en su ensayo "Die Entstehung del' Volkswirtschaft", que forma el capítulo principal de su colección de ensayos en el volumen que lleva ese título. La primera edición apareció en 1893; la segunda, en cierto modo revisada y ampliada, en 1897; la tercera edición, con un breve apéndice con respuestas a los argumentos de algunos críticos, fue publicada en 1900. En total, hacia mediados de la segunda década de este siglo habían aparecido 16 ediciones del libro. A partir de entonces su popularidad ha decaído en alguna medida, pero su impacto, especialmente después de la primera guerra mundial, tanto en Alemania como fuera de ella, no solamente está acreditada por sus numerosas ediciones alemanas sino por el hecho de que fuera traducida al inglés, al francés, al húngaro, y a otras lenguas." Según iban apareciendo nuevas ediciones, Bücher añadía más ensayos, de modo que el libro que e mp ezó con 6 capítulos acabó con 20. Pero la aportación capital de Bücher a la teoría de los estadios económicos está contenida en una conferencia que pronunció en 1890 y que se incluyó en la primera edición del libro. Se añadieron, en posteriores ediciones, estudios en apoyo de su teoría, especialmente en relación con condiciones económicas de los pueblos primitivos, pero la traducción inglesa, que se tomó de la tercera edición alemana, coniene las ideas de Bücher en su forma definitiva . Más adelante, JI n UL 1.<; I I ' 0 '" J" 1111' '-; en este mismo en su (J . /)JJ c u : I , 111 tendremos j IlGI..,: . :1l1 J IJ ~ (''' rJM1t ( J de di sc tll ir \. 1 '1 ,IUI biantes opiniones de Bücher, en particular en rcl acion e 11 h aplicabilidad empírica de su teor ía." En la forma definitiva de su clasificación, B ücher propone 3 estadios: (a) el estadio de la economía doméstica o familiar . independiente; (b) el estadio de la economía urbana; y (e) el estadio de la economía nacional." En cada una de sus clases, añade dos características explicativas más, que constituyen el criterio según el cual se ha realizado su clasificación. En un plano ideal la economía doméstica se caracteriza por la inexistencia de intercambios, y por tanto, por una producción exclusivamente para la unidad familiar. Los bienes se consumen en el lugar en que se producen. Bücher no estipulaba un estadio del cual estuviera ausente la división del trabajo. Lo que faltaba era un sistema institucionalizado de intercambio de mercado. Pero esto no quiere decir que en el estadio de economía doméstica no existieran ciertos indicios de una extensión del sistema comercial. Bücher señala específicamente la existencia de indicios de comercio, como son: los pesos y las medidas; el transporte de personas, noticias y bienes; las posadas, y la transferencia de bienes y servicios. "Sin embargo, en todo ello falta el rasgo característico del intercambio económico, a saber, la conexión directa de cada servicio por separado con su servicio recíproco, y la libertad de acción por parte de las unidades individuales que comercian entre sí." 40 El estadio siguiente, la economía urbana, se caracteriza por el intercambio; pero éste se limita a los bienes que pasan directamente del productor al consumidor, esto es, en un plano ideal. toda producción L'S producción de consumo. La transición a este estadio surge de la d isoluci ón gradual de la propia economía doméstica. En alguna de sus manifestaciones, y "en la superficie", ya han aparecido dementas del estadio de economía urbana bajo el general predominio del sistema de economía doméstica. Hay dos tipos de transacción en los que B üchcr insiste particularmente. Uno es la distribución de mercancías de alto valor como tejidos de lujo, joyas, especias, y otro el de las mercancías que sólo se producen en un pequeño número de lugares, bien por las condiciones nat urales limitadas en las que aparecen o bien por la es a ' '1. d ' 1;1 ' a pacidadcs t écnicas que implica su producción. En la icd i In ' 11 la <¡U ' 'sas mercancías son distribuidas, provocan cie rt a Inrma de co m ercio organi zado para su circulación. B ücher arguye q ue. ;1I11 1'l l l l ' t' 1) f hiel os se desplazan ,. .1 , ¡;O ¡U, I.'i 1'1/. ("fU ( ¡ ,H!I '1 11 / : O '1 "' 1 ,/ lu a res muy ale jados del suyo de origen, a rncnudu llegan él su .t -stin , o en el curso de un comercio organizado, sino más bien en forma de donativos, botín o tributos, No obstante, una parte esos objetos es comerciada por mercaderes que tienden gradualmente a especializarse cada vez más en ese tipo de servicios. Biicher ilustra esta transición, citando varios ejemplos como el del propietario de esclavos que presta a un vecino un esclavo especialmente cualificado durante algún tiempo a cambio de una cantidad de vino o de madera. Da otro ejemplo, el de un siervo artesano al que se le concede el privilegio de vender, por propia cuenta, objetos que ha producido durante el tiempo en el que no estaba obligado a trabajar para su señor. Sin embargo, los intercambios eran escasos; los procesos de intercambio eran complicados y engorrosos; y los comerciantes especializados constituían una proporción casi despreciable del conjunto de la p oblación," Esta transición puede durar largo tiempo, y de hecho, Bücher caracteriza a los últimos siglos del imperio romano y a varios siglos de la Edad Media como un estadio de economía doméstica en el que estaban presentes esos síntomas de transición. ¿Es el desarrolo de una economía urbana simplemente una acumulación gradual de la frecuencia de transacciones de intercambio, o interviene alguna otra fuerza para crear un cambio en cierto modo más discontinuo? Parece que Bücher vio esa fuerza externa en la constitución política de la ciudad medieval. Si bien sería difícil demostrarlo detalladamente, yo creo que su concepción del carácter social de la ciudad europea medieval es similar al elaborado más extensamente por Max Weber," Weber subrayó el hecho de que la característica peculiar de la ciudad europea de la Edad media era su condición de entidad corporativa de defensa, que requería la cooperación económica de todos sus habitantes, y que con ello los separaba del pueblo común del campo abierto. Bücher también subraya ese hecho. Pero Weber insiste en otro punto, que probablemente Bücher hubiera aceptado, aunque no lo menciona explícitamente. Me refiero a la manera d " conseguir la condición de miembro de la comunidad urbana. Esta parece ser una característica que distingue a la ciudad europea de las ciudades, tanto de la antigüedad como de las civilizaciones no occidentales. Según la concepción de Weber, los miembros de la comunidad europea me d ieval no solamente formulaban una co u idad defensiva --tales comunidades han existido en ciudad }·o fA'l i n 1.<1 • \ IU ni 1 I I~/I I,\ JI I iI ,. t v. f MI l I (J des a n t i zuns V en todas las partes del mundo-e- sino IIn:1 \ 0 11 11 11 da I basada en un vinculo religioso. Mientras que en las el 111 . partes del mundo los diferentes subgrupos que vivían juntos 'ti un medio urbano permanecían ceremonialmente ajenos los u no s a los otros, Y no eran por ello capaces de formar comunidades ritu alis tas basadas en pactos jurados, el carácter ecuménico de la religión cristiana, que admitía a cualquiera como miembro si se adhería a los sacramentos, hizo que fuera posible la formulación en la Europa medieval de una comunidad que se basaba en un vínculo sagrado de hermandad que abarcaba a todos los miem br os de una misma fe. Así todos los cristianos -y es bien sab ido que los judíos permanecieron constantemente extraños en la ciudad mcdicval- eran admitidos a la comunión, y podían participar como miembros iguales en la coniuratio en la que se basaba, en último término. la constitución urbana de la ciudad europea occidental," El desarrollo del estadio de economía rural se basa, pues, en el desarrollo de un fenómeno institucional muy especial, esto es, el desarrollo de la ciudad europea occidental medieval. Por un lado, esto supone una limitación de la teoría de los estadios de Bücher al reducirla a un intento de interpretar el crecimiento econ6mico de la Europa occidental y central, pero, por otra parte, confiere también cierta fuerza a la teoría al delimitar un marco institucional concreto v bien estudiado dentro del cual puede comprobarse el contenido empírico de la teoría. El estadio de la econom ía urbana en particular ha sido estudiado y reestudiado tan extensamente que no es necesario analizarlo detalladamente. Po dría decirse, sin cxag ira c io n, que si el sistema de los estadios de Bücher recibió una a c p tuc i ón tan difundida especialmente en Europa, fue debido a s u eles .r ipci ón de la cualidad esencial de la economía urbana mcd i va l. Sin embargo, lo q ue o l'rccc un interés máximo para nosotros no es ni la dcscripci óu 1 '1 aliada de la economía urbana ni la transición de la economia d01l1 ' ~,I i 'a a la cconornfu urbana, sino m ás bien el proceso de e re .iiui .n t o cc o n .uu ico c o ns titu ido por la tr a nsición de la CCOIHlIll (a u r ba na ;1 ];¡ l'l' I JlIlÍ:l ua clnnal. Bücher caracteriza a la CC0 l10 1ll 1 I JI " - iO I I: " l 'OIIlI) .tq u 'l la en la c unl los bienes son producid )s al p r Il I:l YIlI ' pa ra 1111 111 ' 1" " 1<10 , ((11' cons t ituye la Institución ca ra c t I'b t I . , .1 Ir W s 1 h ua l circulan estos bienes. El productor y el co n 111111110 1 1I0 11 Ir )i ': IJI mtc lIlJOS deseonacidos el uno para ,1 otro, uurtu nhue rn c I s bi e ne s pasan por muchas manos antes de 11 c ,¡ : 1 Sil el ",1 ill' últ imo . Dicho en otras J J JI I ,h /11 J 'ru , . ,ji 11 i I IJ J ( 'otV() lJ( CJ " . l. l» <1> el c s l aclio de ccononua nacional corresponde, el: gene1:,.1, . .d si stema económico característico de las naciones más industri nlízadas de los dos o dos y medio sialos últimos. 'Cómo sezún .~i.ich~r, se convirtió la economía urb:na en econo~ía na~io;al? I arnbi én aquí la principal influencia sobre esa transición es exterior al sistema económico en cualquier sentido estricto. Bücher ~:xplica esta tra.nsición en su aspecto más crucial cuando dice que el desarrollo final de la economía nacional es en esencia, un fruto de la Edad Media, con la aparición de organizaciones estatales territoriales, y encuentra ahora su plenitud con la creación del Estado nacional unificado. La unificación económica de fuerzas va al mism.o paso qu~ la sumisión de los intereses políticos privados a los fines superiores de la nación considerada como un conjunto"." Al igual que un factor político, esto es, la constitución de la ciu~ad com.o forma particular de asociación socio-política, pre- paro el cammo para un ulterior crecimiento económico en la transición d~ !~ economía doméstica a la economía urbana, igualmente la tr~nSIClOl1 de ~a e~onomía urbana a la economía nacional puede exphc~~sc como instigada por una. reorganización política, la desintegración del p~rtIculansmo medieval en el campo socio- político, y, a conse~u.encIa de ello, en el económico y su sustitución por el Est~do unificado moderno. Por consiguiente, en tanto que explicacíón de procesos económicos de crecimiento, la teoría de Bücher. debe ser <:,onsiderada como una regresión, comparada con la de LI~t ..Es posible que empíricamente resulte más adecuada para describir diversas formas concretas de organización económica que las de List o Hildebrand, pero, si bien su realismo puede suponer una ventaja para el estudio de la historia económica o de la antropología económica, carece casi de valor como teoría de los pr?cesos económicos. Esto plantea dos importantes preguntas , Pnmera; ¿por qué fue tan popular la teoría de Bücher? Segund,a: ¿cual es exactamente la naturaleza de su importancia emp írrca para la historia económica? No podemos contestar a la primera pregunta arguyendo simplemente que el estado, generalmente insatisfactorio de la teoría e~onómica de Ale~ania en la época en que escribía BUcher justifIca. la gran acogida que recibió su teoría, ni tampoco podemos decir que, como él estaba muy vinculado a los dirigentes de la llamada "nueva escuela histórica", su obra estaba destinada a ser muy ~ie? acogida. ~ücher era un estudioso de gran integridad y conocimientos. Su libro sobre el Francforr medieval es uno de Jos /1 11/\1 l ', /1/ /11 ,". 1 ,'" IJIIJ ' 11/ J dI! l/ n I! . t» J J( (J 11 ,"1 ¡J mejores estudios soc io-ccouomico que :-oc ha {'!>{ rilo 11 111 ,1 ' brc una ciudad medieval." Análogamente, varios 1.'II s a n . ' u yo sobre temas especiales de historia económica y de org.u ¡ I ' I, I 11 1 económica son obras maestras de análisis conciso, claro e ill" .ni so. y sin embargo, su aportación más importante a la tcur ía del desarrollo económico, campo de investigación que él valoraba J11l1 encima de todo y en el cual hizo su principal aportación, es cscncialmente estéril en percepciones analíticas ." En cualquier caso, cuando la Entstehung der Volkswirtschait de Bücher apareció por primera vez, él era ya un estudioso muy conocido y respetado, y su obra había de leerse con interés y atención. Me atrevo a decir que su éxito se debió a dos hechos: por un lado, resumió hábilmente ciertas ideas muy difundidas en su tiempo, p.e., la descripción de la economía rural medieval. Por otra parte, causó una conmoción al buscar el rastro del desarrollo de los sistemas económicos mo dernos hasta llegar a sus antecedentes más primitivos. Ambos problemas eran muy importantes para la segunda pregunta que he formulado antes, esto es, la cuestión de la importancia empírica de la obra de Bücher para una mejor comprensión de la historia económica. Analicemos primero el contexto de economía urbana," El propio Bücher reconoce que ese concepto y la descripción de la economía urbana como forma especial de organización económica no son originales. Nos dice que derivó su concepto de un ensayo de G. Schünbcrg y m ás tarde Below demostró que substancialmente las mismas ideas habían sido publicadas incluso anterionnente por Híldebrand y por otros autores," De hecho, el concepto general de econom ía urbana y el análisis de sus principales formas econórnicus se había convertido en un tema de común aceptación en la economía alemana de aquella época y la aportación especial de Büchcr consistió en dar expresión concisa y clara a este cuerpo de ideas. Tampoco surgiú con B ücher el concepto de economía doméstica cerrada. Como 101 mismo afirma, extrajo esta idea de la obra de Rodbertus que, sin embargo, había empleado un término diferente "oikos" economía." Pero lo que Bücher omitió decir es que Rodbertus no solumcntc había descrito externamente los oikos economía y la huhíu considerado como la forma dominante de organización cconóruica de la antigüedad, sino que con ello había realizado también una contribución importante para salvar el abismo entre la teoría de estadios económicos de Hildebrand y la del propio Bücher. De hecho, en ciertos aspectos el análisis econó - ' ~j' " / ( I {(/ /1 0 /'1 ,1 mi n ele Rod h~' 1 t u s con t icn c ~·()llc,.'pci()nes, especialmente sobre Ir nfllllJ';deZ.l y la fun ción del dinero, que se han perdido en la nos te r ío r teoriza ci ón so bre estadios económicos.51 El puente que R dbert us cons truye e n tre la teoría de los estadios propuesta por Hildobrand y su propio concep to de oik,os economía descansa en dos pilares: el uno es el p apel del medio de intercambio; el otro e l· organización social global característica de cada estadio económico. Mientras qu e Hildcbrand había afirmado que en su sucesor. la economía el... trueque, la economía dineraria y la economía cred iticia constituye estadios sucesivos en la historia de un puehlo, Rodbertus prefirió considerar esa sucesión como descripción de todo el desarrollo económico del mundo occidental. Según esa concepción, el primer estadio de una economía de trueque resulta así coincidente con la economía doméstica u oikos; el segundo estadio de economía dineraria coincide con la fas e medieval y po stmedieval de crecimiento económico (esto es, con la economía urbana y la economía n acional); y el tercer estadio de econom ía crediticia es un sistema del futuro, En apoyo de esta in te r p re tac ión , Rodbertus analiza primero la función social del m edio de intercambio en lo s tres estadios ~(;onómicos.52 En la economía de trueque cualquier objeto que sirve de medio gen eralizado de intercambio es una mercancía que só lo se distingue de las demás por su aceptabilidad m ás gene ral. El tipo característico de ese medio de intercambio en una economía de trueque es el ga nado o unas barras de metal ---objetos que ti en en un valor de uso inmediato de uso para su poseedor. Incluso en la an tigüedad cl ásica, cuando el dinero circulaba en form a de oro y plata, su transfo rmación en obj los de uso era obvia y de hecho se daba muy a m enudo, En una ec onom ía dincraria, el medio de int ercambio sigue teniendo val or intrínseco, pero realiza primordialmente una función monetaria . En otras palabras, a unq ue el dinero metálico puede circular en una economía de trueque, se le considera simplcmen te que esto es una forma temporal as umida por una merca ncí a cuyo uso primario es el de servir a otras necesidades que no son la s de faci litar las transacciones de intercambio. Por el con tra r io , en una ec on om ía dinerari o la transformación del dinero met{IIico en platos u otros objetos y su retirada de su funci ón primaria como m edio de intercambio es una excep ción . El aspecto de mercancía del d in ero metálico h a s ido tilla función primaria en el estadio de economía de trueque y se ha convertido en una función subs idiar ia en el estadio de .:conom ía dinerari a. E n el es ta d io de econo m ía cre d iticia el valor i II J I I /}J Ii ni 1 , '1 I I f U JI jI (1 '¡¡ I J I li " · ' 11 ti ( :1 1J IIl'lIl1" ¡, 1 1111 intr li S () de 1 ( 111 ' i' U l ' on 1 r l lo: • " .in cm h a rgo , 1' (11 • V.I ,,1 in er o es s im p lc m c n e 111 s In ol rl q u . . , ' 1 / '1 ' ~ \ ." I l o ' , I In e J(,., d un o Il , 1 u va lo r porque su a,ccpta )llll ~~. ~~)C~:l e: te es ta d io es U;I ob j .10 goza d t: general conflfanz~.. El , dL lc l~chículo de poder adquisitivo." . mi co uso es su :unCWIl como ' . _ la i'un ción social de l dinero está ddermm a da; cuyo '" . ciear ied ad v la forma ue aIs re difela organización ulo b a \ d e una so por e •• ~' " ' en ell a En la oik os econorm a a I e ciones econOllllca s eXI. ren tes , . • lcia que en las r e ciación de cometidos SOC ia les es, menos co~p CJ . dineraria is d esarro llada ~ . qu e tienen una .od econorm a laridad cuansociedades mas de s arr olla da. Rodbe rtus e xpresa es t o con to a en d o dice : ;~ro nlrs~ vCI~~ o' . • o'. ' 1 socia l ucn eral dedelosla dos "Si co m paramos, por ej.em p l 0, la XlS ¡;: onsecuencla es.rdencs en tre sí, encontramos q ,l lC en, uno, a c . aci •n al nrinlavitud, la producción ~c rnatcr~'1~ 'p~l:n~~l' ~~~ae~~~r~l~~~{aJ' fan:iliar c ipio, il1cl~ISO el co n,ler ·I~), se cC?~n m; ~ se encue ntren en el mercado y productiva: d,e ~11l c~~'c~Xlt~ ~a~o;\~rratenicntes, los capit alista s, , E el otro orden vemos por el las clases se paradas . u los empresarios e in cluso los . obdr~lrots. 1 ano o libre y d e la división de . a l:unse CllcnCIa e r a ), . l . .• ' ntrarto, qu e, , . " lifcr t ~ . p r opiet ari os la producción roductivos -ntrc (1 e l en tes e '.. . . pro cesos p 1, b . . el mater iales v el comercio son de materia s pr!mas, la ~ a ora~ltO n c' ~ ~no ~Iios , En esta situad . T ñados independicn temen e ca d •• lndust ri nles v empresanos un 1ese mpen . . _ . t. ci ón, trabajadores y tcnl~t~hnten eS' t:.uyen_ un n;crcado a través del t" rame n te - ' e lec o, cons . l roan IV , iu d os se rv icios, .v demás aportaciones a libreacintercambio d".e s 5 varuu pr oces o de producci ón , tI<; :Ie o Es cierto que exis te in t rcarnbio en una econon:íal d~ t~ueq~~ la n·ll· s'I'l1a designación de es te est adio ec onómico aSIdo mUIC~, , msel1-' ro au 'nque haya intercambio no se rea l'Iza por me dio I e 1una .. . , t .ícas socIa , le,'s comunes con e. mm Cel U " que tenza cara ter ís , I uc ion que reng . I. Dada esta, mterprct ael ' '. onom ía urbana naClOna e e posterior ec . ,. nificador que esta.... de Rodbcrtus encontram os un principio u 10 , . . ' l 11'11 ' 11 e y b cce una as.ociació? r:eces~nla en~~~~ap~~~;'~~:~~I~II~l~ qu 'un Pl;' econorma dom éstica, :) e pro . . . solver es el de si es te an álisi s constituyc.o no 1I11a 1II,t,c r p n~ tn no n Id d d las relaciones soc io-econó m icas del pl"lll: lo.tI JUl, aprete ecua e ,' ..I, es . '11 • .ia• h ne te e I ndea aplicarse, eS de ci r , la anugüccI,l( 1 e_l.·.I SIC•• , . do helenístico e imperial rom ano. , , penoT to Rodbertus co mo, ;\ co . n l1.1l11(\ "IUII l l.l L',1, I Li h '1' co utcs• t: ° 1 L. ~~ir. • •• ::,l:sta l~ r~ Ttrl (\t~ \J~il~";J~~:;~slJ(\1 '~~'I ;:SI~~:;;~Cl~:~ taron mativamc1Iltc¡' d", tares que no () llClerOIl .I S I. . . - auO d e h'15 t 01' .., gnlp W dOI'" ... "'oc ia1vs •. v C - ' IIH'm l k ll ', cll 'a hc 7,ados por JU I/</ I.', / I/ ! ( ! l / I n N J'f1 I ( O N U (J nn m res 1;IJt di',J i)1 iui I )S c otrio ¡us de Eduanl Meye!" , Alfons Dopsch, M. I. H,OSloV l zc H y R. " 011 Pohlrnann." La cuestión principul suscitada por estos críticos de la teoría de Bücher-Rodbcrtus se basa en su concepto de la semejanza esencial entre la economía del mundo antiguo y el actual. Quiza la afirmación más externa de la "modernidad" del mundo antiguo se a la furmulada por Rostovtzeff cuando dijo que la economía del periodo helenístico y del primer período romano imperial//era sólo cuantitativamente, pero no cualitativamente, diferente de la econom ía moderna. Para mí, esto es un hecho"." y sin embargo, yo creo que una sim ple reflexión bastaría para convencernos de que, debido a profundas diferencias en estructura social, realización económica y progreso técnico entre las sociedades de la antigüedad y del Occidente moderno, hay que rechazar esa afirmación por extrema. Rostovtzeff se pregunta si se ha dado o no alguna forma de progreso económic~ durante los 4,000 años de la historia antigua. Descubre que se dio ese progreso y que, a lo largo del tiempo, se desarroIlaroll instituciones y formas de organización que externamente se parecían a las de la Europa moderna. Hay que poner en duda este último argumento. No puede negarse que haya habido progreso en la antigüedad, por lo menos que haya habido un crecimiento en el número absoluto de población, en riqueza absoluta y en conocimientos técnicos y económicos. Sin embargo, la cuestión es si la presencia del progreso por sí misma lleva necesariamente a una economía que, en sus rasgos estructurales básicos, sea idéntica o incluso estrechamente similar a la moderna, El sentido claramente implicado en la argumentación que formularon hombres como Dopsch, Meyer y Rostovtzeff afirma esta proposición. Pero yo opmo que, en vista de las diferencias de realización económica y debido a la elasticidad muy reducida de las sociedades antiguas ante las crisis económicas y otros tipos de adversidad, no puede sostenerse esa concepción. Es posible, por supuesto, que sea demasiado estricto de scribir la economía de la antigüedad como economía doméstica cerrada II oikos economía. No describe ciertamente de un modo adecuado la variedad de instituciones económicas que existieron en el segundo s iglo de nuestra era. Pero muy b ien puede ser una descripción apropiada de un tipo ideal que, con sólo modificaciones y divergencias relativamente ligeras, pueda ser la forma característica de organización económica del mundo antiguo." Pero, mientras que la crítica de un grupo de es critores se reducía a la interpretación de la natu raleza griega y romana. otro I/O NJ.,h " ' .' I n.'; ¡ "",\ ,'I / I I. iu-r i u I 1 rll .\' /o 'u l' r(tI gru po lit- I d ~. l lI r i ; \( l c lI · ~ cspcc ialuu-nu- Allull~ Do sc h 11 ... b cona c o rn o tal. La argumentación de Dopsch es qm', d: ld( ~ <111 . . 'l' t e eor, ía <-IUl'. ,' '~ l l ti , el dinero es un me di10 de . e cambi10, cua Iquie la ausencia del dinero implícitamente afirma tam~ién que ro d n las unidades económicas de que se compone la s~cledad son nu t osuficientes y persiguen un a p olítica de aut~rqUl~: Por tanto, e concepto de Naturalwirtschait de signa una sltuaCl?11 en la q~c .~o tiene lugar ningún intercambio y en la que la unidad econ()m?~a consume todo lo que produce. Dopsch afirma que esta concepc.lOn está basada en situaciones puramente imaginari~~,. y ~~e "eXIste intercambio incluso en " los niveles inferiores de civilización . Además, una vez que se superan esos niveles muy bajo~ de cultura primitiva no encontramos sociedades d~ las qu~ este ausentt: e l dinero u otra mercancía que sirva de dinero, 1lI tan~poco encontramos que ninguna economía esté com p ues ta de .entIdades .pl~~n¡)­ mente autosuficientes que vivan absolutamente sm comercio. La crítica de Dopseh es , en parte, un combate entre 'hombres de paja" de su propia fabricación y, en parte: :eve!a una falta ~e disposición a considerar debidame?te las ..calificaciones present,:das por Bücher, El presenta la tcona de Bucher .d e un mod? extr~­ mo y absurdo. La obra de Dopsch revela, ade~nas, su pro~la deb ilidad como teórico, especialmente su incapacidad de extr aer, conclusiones teóricas de lo s datos que él. mismo aduce," Bastara con un ejemplo. En un lugar de su obra, Dopsch muestra que, a lo largo de la Edad Media, muchos magnates pagaban a sus emp~:a­ dos en gran parte no en dinero sino in natura: esto es, concedi éndoles casas y alimentos u otros bienes. No a_tnbuye es~o a la esc~: sez de dinero sino al hecho de que esos senores poseIan grand,e ~ haciendas que tenían casas dentro de sus límites y que, adem ás. producían los alimentos y otras cosas concedidas a esos e~ple;l­ dos en concepto de salario. De ahí deduce que,. en ~a condiciones que prevalecían entonces, esa forma de p.~~o sm ~rnero l'l'~ l ~la(: económica puesto qu e eliminaba el beneficio del intcrmcdia r io. Dopsch no se da cuenta de que ese argumento refuta la parl~ ~l'l _ tral de su tesis principal. La razón de que eso fuera un a 101 n " l mutuamente beneficiosa de remuneración \11 la alta .E J:~ d J\~C(h:1 ' . d bía principalmente a la falta de mcrvauus (" (l I Il O iru.t u ucr o ncs se el , I.I . que servían como medio rnr~ el intcrc.unhio. \:. ( l' I?':~'l I ~'_; . me nte al predominio de un síst umu d e ,' COllOlIlI ;J d(JJm:~IIl:". , _ . Su confusión entre la economía do "sika .Y la l: c()lIontl;~ S\ll, .:Ille;cambio t Eigenwirtsclmlt} y su int crpr ' Ia - jc.'Jl I supcrximnlific: ~,;¡ dc la función social del din ero le hall dl',-;on"lIla<!o. No hav n1O- l\(Ll.: . I ~ N I l.", P/ L e: , ' I \f Il ~ V J I/ lt"lJNO ,lI((I lO,tivo para que, e n un plano típico ideal, un sistema de e ono ml~l doméstica n o pueda contener ciertas operaciones de in t rcambio O t,cnga un objeto que realice funciones monetarias. ola,mente ~t~len caricaturiza un a teoría puede llegar a las conclusiones Criticas a la s que llegó Dopsch," . IV " Au~,que cst~s ataques se dirigieran principalmente contra la fo rma cl~ ~ de B~cher de los estadios económicos, la mayor parte de .la crrt íca, aSI como las alabanzas, se aplicaban también a la de Scllmo~lel: de los estadios económicos . Porque las dos ser rc son muy Similares, y su característica diferenciadora no es {, .l? de clase corno de hincapié. Me he referido ya a la controversia. ;l1trc los dos hombres por lo que se refiere a la cuestión de quien de los dos puede reivindicar la prioridad con respecto a I~ ,n omencla tu ra empleada en la sucesión de estadios. La presentacion d? Schmoller -que se publicó por primera vez en 1894 apa.reclO con tln~ forma más definitiva en su Grundiss der allg?lIl~men lf olkswirtschaitslehre-s- incluye los cinco estadios SÍ~U1 r.;ntes: economía de aldea, economía urbana, economía territorial , cco~omía nacional y economía mundial.? Teniendo en cuenta la semejanza de las dos clasificaciones, sería ocioso adentrarnos en un largo análisis crítico del punto de vista de SchmoIJer. Por el I mento bastará con tres breves comentarios. Primero, la clasificación de los estadios económicos presentada por Schmoller se deriva claramente de la historia económica de. :Ucmania. ~ientra.s que los estadios de Bücher -como dijo él mismo-e- podr~al1 aplicarse por lo menos a la Europa occidental y c,en~ral. la validez de los estadios de SchmolIcr es todavía más I1 ritada. Segundo, su economía de aldea -como puede verse por los títulos que da Schmollcr a los otros estadios- corresponden m{IS lCn?S a la economía doméstica cerrada de B ücher: en lo rest nte, mtercala la economía territorial entre la economía urbana y la nac~onaI, y al Iinul añade el estadio de la economía mundial. Aho~a bien, el. ~roblema que se discutía, y que podría discutirse, e~ S1 la expreslO~ de Bücher -"cconomía doméstica"- es prcícn~le a la expreslón. de Schmoller -"cconomia de aldea"- y si existe o no una cas illa separada para la economía territorial en e! ma~'co de la clasificación. Si se consideran los estadios como upos Ideales o construcciones lógicas, no importa la forma partís~ne 1 /0( 1/' / .' , /JI , 1.0 ' [ . f ' cu la r . La cosa .m nhiu , :-il1 t'lllh;\ '~II. ".i ,"1' ~un"id rn n (/ corno dcscripcloncs r ca lis rus o incluso ~:sqllcmal iz'Ki()nl':. t i ' dados históricos reales del desarrollo ecunómico. Esta I i. 11 : obscl'vación puede aplicarse a la cuestión de si es deseabl e 1 1 110 intercalar el estadio de la economía territorial. En mi Opilli(~ 1\ la discrepaci6n de Blicher con Schrnoller en estos punto pa rec e indicar un enfoque científico diferente. Para Bücher, la importancia histórica estricta de las diferentes categorías era menor que la de su contenido analítico explicativo, pero Schmoller realizaba una valoración que era el reverso de esa. Esta interpretación parece también estar conforme con la tercera observación que cabe hacer a propósito del sistema de Schmoller. Su enfoque metodológico general de la economía insistía en la exposición del desarrollo histórico de las institucion('~~ económicas, más que en el análisis deductivo de las relaciones económicas y en el intento de relacionar los principios así obtenidos con la realidad empírica.63 Dada la preferencia de SchmolIer por el enfoque histórico no resulta ~if~cil ver la raz?~ de que ~I considerara sus estadios como dcscripcrone« esquematIcas de episodios en el desarrollo económico de una sociedad, más que como categorías lógicas de formas de organización económica que pudieran someterse a un análisis comparativo. El contraste entre las interpretaciones de Bi.ichcr y de Schrnoller de la validez de los estadios económicos consiste menos en la estructura particular de la clasificación que en el uso que se asigna a esos estadios económicos. Mientras que Schmoller los vela como secciones corticales a varios intervalos cruciales en la descripción de un proceso histórico, Bücher los veía como pautas de formas características de organización económica, que, en su con junto, estaban relacionadas entre sí formando eslabones e~ ~na cadena de desarrollo histórico. Para Schmoller, la deSCrIpCIón de un proceso de desarrollo histórico destacaba en primer ~~r­ mino; para Bücher tenía importancia fundamental la comparaclOn de las relaciones económicas a distintos niveles de la escala de r desarrollo El empleo comparativo de los estadios económicos fue subrayado cada vez más por los autores posteriores. De hecho, en ~?S intentos de Arthur Spicthoff de reinterpretar la fundamentaclOn metodológica de las teorías de los estadios, lo que se destaca por encima de todo es la utilidad que a efectos de comparación riencn los estadios económicos -o'\:stilos ccou ómicos'l-r- como él pre fie re llamarlos." ·.~·I I IN ut .i« }JI J. (' U I ( 1 111 ' ;\' f () ú e iJ NUJ lIc (J En el r -.'a ,o de es te ensayo. pnJ curarc Lraz a¡ : bl'l:VClll t,;lll c e l desnl:ro!!o ~c . los es ta d io s d\.' Bücher ti través de los "sistemas cconuml:os de Sombar~, a los "dest inos económicos" de Spietboff. Co~no se~1alan La ne y Rlcmersma en s u introducción a l ensa yo de Spiethoff sobre la met~~ologia de los e stadios económicos', que mcluyeron. en su colecclOn de cnsayos económicos sobre Empresa y cambios seculares (Enterprise and Secular Chanae) 66 las b ' ' b' en as 0. ras I11~S recien tes se buscaba que la teoría de los estadios sirv~era ~I int ento .de tender un puente entre la teoría dinámica y la ~I~tona eCOnÓITIlCa; en su fase más reciente, esa tendencia del análISIS ha nevado a realizaciones tales como el ensayo de Bowman y A~ders~J~, sobre "tip~s económicos" que vienen precedidas por la afl~aclO~ de qu~ adoptando una concepción comparada de la cwnom~a ~undlal, I~odemos obtener perspectivas nuevas sobre las potenCIalIdades y lImitaciones de la teoría económica modern~ y sobre algunos puntos en los que la teoría y la historia económica son I~utuamentc dependientes". y en el resumen d e msayo ' C d . bi 1'" e se t.;. s. Ice que SI len a tlpolog ía no está centrada en el carn~1O, contle~e mll~hos elementos dinámicos... (y) todo un conJunto. de hIpótesIS conce~'nientes al cambio económico pueden deducirse .de I~ comparación de asociaciones de rasgos observadas en el mteríor de esos tipos"." v Hemos :'isto que a 1.0 largo de la obra de Bücher y de Schmouna CIerta ambigüedad por lo que se refiere a y SI .ha q?~ su~r~yar los aspectos. empírico-históricos o los aspec:0:>. ~nahtlco-lo~lcos de los estadios, Desgraciadamente, esta conf~slOn n,o quedo resue!ta al ap~re.cer Werner Sombart con su propia teor ía de los estadios economlCos. Sombart procuró desbrozar el te~re?o para. un nuevo enfoqu e distinguiendo entre estadios economicos (Wlr~scJ~a~tsstl/fel2), sistemas económicos (Wírtschaf(ss!st.en: e ), y pnnciptos de actividad económica (WirtsclzaftsPn¡lz~pl~n! pe~o,.en. lugar de presentar una cla sificación basada en principios dlstl~tlvos de categorización, com bina las tres series en u~a que e~ u~llformc, y asigna ciertos sis temas económicos a estadI?s. economl~os. concretos, así como a principios concretos de actlVl.da~ ~cononllc;:l. :>in embargo, en la superficie, los estadios ~ los ~r~nclplOs. economI~o~ no se "solapan" plenamente, por 10 que se (1.1 una Cierta amblguedad en la clasificación de Sombart.~ l~er predommaba HlI/ r '" 11)•• 1 . .1 11 11 , {l 1· I , ( " " J,\I Il , f I 1'('{) \! U ;\I I n J ". .. 1 A Fin el e re solv e r cxtc problema, sigamos los principios de Sornbart. Para encontrar un prin cipium divisionis, intenta haIJar un fenómeno que tenga las prop iedades siguientes : tiene que ser (a) un fenómeno social que permita (b) la cooperaci.ón de .diversas formas de cooperación económica, pero que al rm smo tiempo esté Ce) estrechamente relacionado con el hecho más im~o.rtante de la vida económica, esto es, el desarrollo de la productividad y que también (d) se aproxime al máximo al desarrollo hi~tór~co fáctico de la vida económica . Sombart encuentra tales cntenos en el grado de integración social [Vergesellschajtung] y llega a In conclusión de que hay tres es tadios económicos, que dependen del grado de integración so cial. Llama a esos tres estadios: economía individual economía transicional y econom ía social. El primero. se acerca 'mucho al concepto de Bücher de economía doméstica cerrada. Como explica Sombart, es el estadio en el que la interacción social existe fundam entalmente en el interior de una unidad familiar y en el que sólo se da un ligero contacto, más que una interacción plena, con otras unidades económicamente activas. El estado transicional es aquel en el que las necesidades totales de una sociedad son satisfechas a través de la cooperación de todos los miembros de esa sociedad, pero el grado de esa interacción es todavía limitado. En otras palabras, la economía transicional es un estadio mixto en el cu al parte de las necesidades son satisfechas por producción individual de cada unidad por sí mism~, y parte por intercambio con las demás. Fina~mente la ec~nomla social es un estadio en el que todas las necesidades se satisfacen por interacción con las demás. En otras palabras, en el primer estadio de la economía individual el principio general es la autosuficiencia de cada unidad familiar o sim ilar. Existe cierto intercambio en la economía transicional, pero una parte considerable de las necesidades de una unidad familiar se sa tisfacen por su propia producción; y en la econ om ía so cial la división del trabajo ha prosperado en tal medida qu e cada unidad consumidora y productora, en principio depend e de su integración dentro de la sociedad en su conjunto . Los sistemas económicos que da Sombart son simplemente ejemp los de disposiciones in stitucionales concretas que corresponden a cada uno de esos tres estadios . Por ejemp lo: para el estadio de eco nom ía individual Sombart establece una lista que comprende las economías tribales, las econ omías de grandes familias unidas, y las llamadas econom ía s autosuficientes exten sas ( erweiterse E igenwirt schai ten ] cuyo mejor ejemplo es el oikos. En t:1 " <.::-. 1ud io IJ otu 1. I11 1 ( J(J (1 111 , I J J • '''' J. l'l'Olllllllias lransicionah: s M t, SlJOlb ,1 -[ í nc luye d f Ieu d (ma nor ) m dicval, la economía de ald eu y la econom ía urbana, -:.11 el tercer estadio de economía socia1, incluye la economía escla vista ele la antigüedad, la economía esclavista de los imperios modernos . la economía capitalista y la economía socialista. Con estos ejemplos se ve claramente que los estadios economícos de Sornbart no se proponían trazar una línea uniforme de desarrollo histórico. La antigua economía esclavista aparece en el tercer estadio , y el feudo medieval y la economía u rbana en el segundo. No parece, además, que se dé un segundo es ta dio que corresponda claramente a la transición de la oikos economía (que está en el primer estadio) a la antigua economía esclavista (que est á en el tercero) . Por otra parte, al incluir la antigua economía esclavista entre las economías del tercer estadio de "economía social", Sombart se ha puesto "a horcajadas" sobre el obstáculo que hizo que Bücher discutiera con Meyer y otros historiadores a propósito de la naturaleza del sistema económico de la antigüedad y de su grado de "modernidad". Aunque la clasificación de Sombart en estadios parece librarse de algunas de las dificultades de sistemas anteriores, realmente no lleva mucho más lejos nuestra visión del asunto. Es evidente que un problema crucial es la extensión del significado del concepto de interacción social (Vergesellschaftung). ¿En qué sentido es cierto que la vida económica de una tribu primitiva esté basada en menos interacción social que la de una sociedad capitalista moderna? Por una parte, el número de individuos implicados en el proceso de interacción bajo el capitalismo es mucho mayor que en la tribu primitiva, yesos individuos están implicados en ocupaciones más diversas. Por otra parte, en sus actividades productivas los primitivos están normalmente mucho más estrechamen te vinculados a los demás miembros de su sociedad de lo que lo están los actores económicos en la economía capitalista relativamente anónima, aunque ese vínculo sur te sus efectos a través de una división del trabajo más mágica y ceremonial que racional. Así, el nivel de Vergesellschaftung o bien es inaplicable corno medio de distinguir entre los diferentes estadios económicos o bi en se convierte en un indicador del grado de especialización económica, comercialización de la economía y división del trabajo. En este aspecto, sin embargo, la teoría de Sombart no representaría un adelanto sobre la de B ücher, aunque algunas diferenciaciones concretas estuvieran más claramente dilucidadas y algunas variables características más exactamente definidas. TNJUT A S /II ~' 1.tJ.<; }-.'; 1'/1/)/0." /J11 I la ('{Mil N I II , ( ) 'c ¡\J 'f ) " Pero Sombart complica su descripción de los cs trulio s l~ . 11 • micos al sobrcimponer sobre ellos su diferenciación de lus pr I I pios de actividad económica. Distingue dos pr~ncipios quc.vU~:I~'f;l" a aparecer periódicamente en su obra posten~r. Es?s prmcipios, que en algún lugar Sombart compara con el leltl!wtlv de ~na eco nomía, se centran en torno al princi?al prop6~lto conscle~te de la actividad productiva. Si la producción se realiza para satl:facer necesidades, no es lo mismo que si se realiza ~o~ un propósito d~ zanancia como fin en sí mismo." Sombart distingue, por consi~uiente entre el principio de subsistencia (Idee der Nahrung} y ~l prin~ipio de adquisición . El principio de subsistencia cara~te­ riza a los dos primeros estadios económicos, esto es, los estadios de economía individual y economía transici?nal. Con una, sola ~)l;­ cepci ón -la economía soci~li.sta- el es!a.d~~ de econorrua SOCIal está dominado por el principio de adquisición. Aunque la economía socialista es claramente una economía que pertenece al tercer estadio de la economía, con una interacción social plenamente desarrollada, su principio director no es la adquisición sino la sa tisfacción de necesidades. . Si bien no podemos adentrarnos en ese aspecto de la teo:Ia, parece evidente que en el razonamiento de Sombart se han .fu~dldo dos ramales de teorías históricas, económicas y evolucionistas. Uno brota de la escuela histórica alemana y el otro del marxismo. He indicado ya que los tres estadios de Sombart s0fo! fundamentalmente repeticiunes de los estadios de Bü~her. SI? embargo, mientras que Bücher basaba su división en la m~,eracclOfo! en,~re el consumidor y el productor, Sombart intenta generalizar ese principio de categorización, sustituyénd?lo. c?n el, grado de Vergesellschajtung. Esta sustitución de un prmcipio mas general. es ~?r si mismo un indicio de influencia marxista. Pero la combinaci ón de estadios económicos y de principios económicos en el. esquema de Sombart resulta ser una secuencia dialéctica que SI no en el contenido sí ciertamente en su espíritu se deriva de la á?ra ~e Karl Marx. Como es bien sabido, Marx consideraba la . hlst~na del desarrollo social humano como un gran proceso dialéctico. Para él, la tríada histórica mundial era un estadio i~,icial de .com~l­ nismo primitivo, en el cual el productor es t~mblcn ~rop~etano de los medios de producción y en el cual. debido al bajo mvel de desarrollo tecnológico, está ausente la explotación del hombre por el hombre; de ahí que no se disponga de ning~n valor e~ce~ente y que nadie pueda explotar a -?adie. Es!e ~S~a?lO es sustituido ~o.r el siguiente en el cual la SOCiedad esta dividida en tres clases. (1 • I I'I,UJU,\ S tn:t . c/u r uu ¡ NI II 1 ( 0 , CM lJ ¡ '1I lrabajadOl~ está separado de los medios de prnduccion y C~, l'.\jllotado en dlfc:rentes formas (esto es, como esclavo en la untig üc dad, c?mo SIervo en l~ eC?l1omía medieval, y como libre proletario aS,alanado con el capitalismo moderno). El paso siguiente en la tríada es la futura sociedad socialista, en la cual la productividad altamente de.sarmllada que se ha hecho posible bajo el capitalismo se c.ombma de nuevo con la socialización de los medios de prodUCClÓ? y la abolición de la explotación y, por tanto, de las clases sociales." , Comparamos e,st~ es.q:lcma con el de Sombart. El primer est~dlO e~ la econom ía Individua¡ presidida por el principio de sub- srstencla, ~ste es~a?io cambia gradualmente y es sustituido por la econ~mIa t~anslclOnal, que está todavía presidida por el sistema de SU~~lstencla. Pero el último "sistema económico" en el estadio translcl~n~l es la economía urbana, en la que empiezan a manifestars~ multlples formas del principio de adquisición. Este estadio es fmalmente sustituido por el tercero, el capitalismo esto es ~na economía social presidida por el principio de adq~isición ; est~, ~ su vez, Il~v~ en último término a una economía plename~te socIal~zada p,resldlda por el principio de subsistencia (o, más bien la satIsfa~~lOn de necesidades); y es el socialismo. Los procesos de evolucíon son paralelos, exceptuando que Sombart es en cierto n~odo menos esquemático que Marx e interpone el estadio transicI~nal que se .corresponde más o menos con las formas precapitalistas de sociedades de clase de Marx. > • En realidad: l~ clasificación de Sombart es también un gran esquema eVOlUCIOnIsta de formas de organización socio-económicas, y su pret~ns,i~n de que presenta tipos comparativos, más que una cadena histórica de estadios económicos, viene apoyada más Pror el modo de presentarla que por el contenido de su estudio. ~o obstante,. hay do? ,aspectos de la teoría de Sombart que cons~ltuyen una m~~vacIOn. y ,que, en conjunto, fueron pasados por a.lto p~r los cntlc~s ~ l.nterpretes de Sombart. El uno, es su in~lstencla .~n el prmcipio de Vergesellschaftul7g; el otro es su introduccíon del concepto de motivación de la actividad económica como aspecto Importante de un estadio o sistema económico. ~n .este aspecto, Sombart elevó el estudio de los estadios eCOn?mICOS desde el campo del análisis puramente económico -e incluso puramente económico-histórico- y 10 situó en un marco general sociológico y socio-sicológico. Ciertamente el uso c~ncreto, ~ue él hizo del principio del Vergesellschaftung ~ra más bien estenI -como creo haber demostrado antes- pero, a pesar J I! '\ " .11 lo~q tl da 1, co n t ie n e Hila medula de clara percepción , JlIl l•. l. cco noc i ó cla r.nn cn tc que cualquier exposición signilu a i ,1 le! desarrollo económico por medio de estadios económicos JIU me que considerar a esos estadios meramente como formas e ¡ . or ganización económica, sino más bien como formas de organización social con facetas económicas diferentes. Un estadio ec onó m ico no es significativo porque describa diferentes formas d e conducta económica, sino porque relaciona esas formas de conducta con diferencias de estructura social y con motivaciones socialmente relevantes . Así pues, Sombart amplió considerablemente el sentido de los estadios económicos, pero todas las implicaciones que esto tenía siguieron sin reconocerse hasta hace pocos años cuando se centró la atención en este aspecto de la icorfa.!" Basándose en el análisis del sistema de Sombart de los estadios económicos presentado hasta aquí, no sería difícil deducir su concepción sobre el mecanismo de transición de un estadio al estadio siguiente. En su ensayo de 1899 Sombart concedía poca atención a este problema, pero explicó detenidamente este punto en su obra posterior sobre el desarrollo y crecimiento del capitalismo. Veremos que, si se aplica este último análisis a su clasificación de los estadios económicos y a la combinación de éstos con los sistemas económicos y los principios de actividad económica, surgen ciertas dificultades que ponen de relieve la debilidad básica del esquema de Sombart. De hecho, podemos imaginar que la exposición de Sombart de un sistema supuestamente universal de estadios fue un "tour de force", que realizó de un modo perfectamente gratuito mientras trabajaba en su libro sobre el capitalismo. Lo que a él realmente le interesaba era explicar la aparición del capitalismo, y su análisis de la transición de un estadio al estadio siguiente solamente se aplica con toda su fuerza a la transición de la economía urbana predominantemente orientada a la subsistencia, a la economía capitalista orientada hacia la adquisición. La dificultad que surge en el esquema general de Sombart de 1899 se debe a que, según ese esquema, tiene que haber tenido lugar en la antigüedad otra transición análoga, esto es, una transición de Ia economía oikos, orientada hacia la subsistencia, a la economía esclavista, orientada hacia la adquisición. Aunque Sombart presenta un extenso estudio de los orígenes del capitalismo, omite completamente cualquier análisis del proceso paralelo de la antigüedad. Esto puede interpretarse o bien como el hecho de haber abandonado su sistema inicial de estadios Ii '11¡ r ont l.... JI} 1 I u: f 111" N 1 r ¡ J r : ) r" ur. t't:onóllIicus como el hecho de haber re ', . , nomía esclavista antizua en~nclado a deSIgnar la eco de adquisición, Pero ~c~af~::o econon~Ia ba~ada en el principio Sombart el hecho r lera que aya sido la intención de , es que nunca vol " ; ~IO a OCuparse seriamente del problema de los estad' , , l OS economICoS v qu 1' rcalízar un análisis de I , . .J , e nunca va VI6 a ' as condICIOnes econom íca, en la tizí d a d SIllO que sigu'ó · ibí , a n rgue, . I escrr iendo extensamente sobre el e 't 1isrno y sus ongenes 1 ' api aaspecto de los esta¿io~ ;~~ ~os, autoriza a Suponer que el único él -al igual que para List nomrcos ichc tenía importancia para ci ón de la aparición de la Ye~o~~ n;uc os, ot:os- era la explica, razones de sus diferencias ca rrna capItalIsta m?derna, y las vídad económica, n otras formas antenores de a c ti- Si se plantea en estos términos el) bl 1 ro, ema de la explicación de Sombart sobre las fuerza' la "economía urbana" med~ s qj ueldetermmaron la transición de e leva a a economía it Ii na, la respuesta resulta muy 'U D capi a ista modereconómico es tú dominado por :tn~~ a: ,a~o que, aquel, sistema por el principio de adquisición 1p flllCIPlO ,e S,ubslstenclU, y éste llo de este nuevo estadio d ' a ~erz~, pnnclpal en el desarroun cambí 1 "~ orgalllzaclOn económica fue la de 10 en a motIvaclOn económica El ' formuló claramente esto <al escnoh'Ir. : e , propio Sombart "El caplta ' 1'¡smo surgió de las raí ' . europea. El mismo espír itu del que c~~~as profundas del él ma religión, la nueva ciencia y 1'1 nu~e n~~lO.c nuevo estado, la nueva va economía, Este espíritu .;;a cernea, creó también la nueeconómica, rompe las barr'erau~ d · ora empieza a dominar la vida . s e una econ ' d ' . ha,sada en la apacible autosuficiencia de omJa, . e subsístencja b:lo estacionarias y feudal-artesanas, Irn ~nas Co~dlclOnes de equilí limo de una economía adquisl't'rva, " 71 pu sa a los hombres al torbe- ¿. Y, en otro Jugar, resume así su de . . ,' .: ese nuevo espíritu "A t , esel lpcion del desarrollo de , es e nuevo estado ' " " mung] entretejido por el . o' b S,0CIO ogico (Seelenstim, eSpiIltu urgues v el , - ' , sa r íal yo le llamo espíritu capitalista El h ~sPirlltu e~p~c­ mo." 73 Sombarr reconoce ue una ... a crea ~ ~ capltahsuna doble explicado'n Eqn sOlluclOn ta~ categonca requiere . , pllmer ugar e ' detalladamente la derivación del »:': xI~e ~ue se explique un "espíritu" anterior o étic eS~ir~tu capitalista a partir de , a economlca, En se d 1 n~cesarIO aclarar si se puede consider ' .gun o , ugar, es mica como determinante de 1 f dar a una Ideologm econ óa arma e or . .. g,ahmzaclOn económica o YÍLeversa, Sornbarr se da cuen ta d . e qu e, a acer del desar'rolln 00 rn o t« "; ot: 1 ), l·, In! 1 /l/l . ¡' TII ', ¡\J II u, 1( '(1 'II U / I I I de í sp ír itu capitalista la influencia que determina l:11 111 1[111) cxtr roo el desarrollo del capitalismo, est á expresando 1111, \ l'jl l ni ón diametralmente opuesta al materialismo hist órico. Por lllll siguiente, su explicación del proceso del que surgió el cspu it u del capitalismo y su afirmación de que hay que considerarln como determinante de las "condiciones determinantes de producción" no debe considerarse como una explicación de un proceso social como tal, sino fundamentalmente como una polémica con tra el marxismo, y especialmente contra la interpretación marxista de la historia, Seguir la excursión de Sombart por el campo de la filosofía de la historia nos alejaría demasiado del núcleo central de este ensayo, Sus observaciones más pertinentes están contenidas en el libro que dedicó al análisis sociológico e histórico del espíritu capitalista y de la motivación económica en una economía adquisitiva, contrapuesta a una economía de subsistencia," El simple hecho de que la teoría de Sombart del desarrollo histórico no suscitara gran atención da fe del hecho de que se la pueda considerar como la floración de una mente que caracterizó muy bien Schumpeter cuando dijo que "los pronunciamientos metodológicos" de Sombart siguen a la moda demasiado cerca como para ser interesantes" ,75 Lo que más nos importa, en el contexto de este ensayo, es que la interpretación de Sombart de la transición de un estadio al estadio siguiente requiere también la intervención de un deus ex-machina , en este caso, la alteración de una ideología económica, Pero como la relación entre una ética económica y la forma real de organización económica de un estadio económico dado es más bien tenue, y dado que queda casi totalmente sin explicar la interdependencia de cambio en uno y en otro, la utilidad de la aportación de Sombart no está ni en sus afirmaciones sustantivas ni en su método. Estriba principalmente en el hecho de que insistió -como List y Bücher e incluso SchmolIcr lo hab ían dejado entender antes que él, aunque con mucho menos fuerza y persuasión- en que el pleno significado del &::IlIP!cO de los estadios económicos como sistema de estudiar el desarrollo económico gira en torno a la interrelación de formas de organización económica con los correspondientes factores socio-culturales y políticos, y quizá también con tendencias predominantes en motivación económica. Pero todavia carecemos de una teoria social completa que ponga de manifiesto esa interdependencia, 7'l.(}W ¡\.... /1/ I n ' l . VI Sombart presentó su teoría de los estadios económicos en un artículo que apareció en 1899. Aunque esta fecha concreta sea accidental, tiene un significado casi simbólico porque, al terminarse el siglo XIX se terminó también con el montaje de grandiosos esquemas de estadios económicos que abarcaran explícita o implíci tamente toda la historia humana y todas las formas de cultura humana. La labor realizada en el siglo xx en el campo general de la teorización sobre estadios económicos ha sido principalmente una continuación de los intentos de valorar la importancia empírica de un estadio económico dado con realidad histórica o cultural y la discusión metodológica relativa al papel de los estadios económicos en la teoría del crecimiento económico. Se ha intentado, además, clasificar las distintas economías , no como representantes de diversos estadios de desarrollo sino más bien como entidades descritas por ciertas magnitudes cuantificables. Me ocuparé de esos tres temas sucesivamente, Por lo que se refiere al primero hay poco que añadir. Ya he mencionado el debate sobre el grado de modernidad de las instituciones económicas y las formas ele las organizaciones económicas de la antigüedad, que algunos han designado con el nombre ele "controversia oikos". Otros intentos de relacionar las clasificaciones de los teóricos de los estadios con el desarrollo histórico a largo plazo fueron realizados por H. Spangenberg, que estudió la Edad Media alemana y la aplicabilidad de los conceptos de economía urbana y economía territorial corno títulos descriptivos de la economía de aquel período, y por Hans Geiss, que estudió la utilidad de la dicotomía entre economía natural y economía dineraria en el caso de la alta Edad Media en Italia," Estas monografías son quizá las dos obras más valiosas de toda una serie de disertaciones y artículos de revista que aparecieron sobre estos ternas en Alemania durante los años veinte y treinta. Muchas de estas obras recogen un material de datos muy valiosos, pero, en su conjunto, ni confirman ni descartan la secuencia de estadios que se proponen analizar. Otro acontecimiento que fue origen de que resurgiera interés por la validez de las clasificaciones propuestas por Bücher. Schmoller y Hildebrand fue la publicación de la obra de Dopsch sobre la economía de trueque y la economía de dinero. En 1930, cuando apareció este libro, Dopsch estaba en la cúspide de su reputación. Era inevitable que se discutiera y comentara amplia- el j ' 1/1): '/ ( I / ( ni' J () j( . ' , ti . lu hi t " 11111 br: Y .rlgunos de lo. 1 . \ , L1is 111 H mente su o 1d , ' ' ir.ina r 1 '11 1'·\ ' lisClISió ll 1 1 C1 \1111 L1.1 , d 1 ~poca partlcllxllUI e L ' económIcos. ,e. ade 1 libro Entre los estudiosos q ue Forr n u lur 1 por la apanclOn e ' b H ns van Wcrv ' " ¡ l. 11 I , . n este debate esta an a < 1 11 sus opIDlO.nes e H' El" Heckscher Y Ma lo l . Sée, Hcnn Hauser, atto di mtz~~ ~e una revaluación definit iva 'a de trueque Y de El resul tado final de esa IscusIon ilid d d 1 conceptos d e econorm de la uti I a e os fii . definitiva de las condiciones economía de dinero, y una lJa~ond cir que hayan existido uno históricas en las cuales se pue e e . 11 a la conclusión u otro de los sistemas, Así pu~s, aU~lque ;~co~~~:rL u~a economía '. a función de que es difícil, cuando no imposible. sin ninguna mercanCla que eJe1 za un , pura de trueque, . 1 t dif ícil encontrar una economla ' Y que es igua men e . mone t arra, se realicen intercambIOS o pagos dineraria pura en la que n~ 1 fírmaci ón de Dopsch sobre . nque se mantiene a a 1 1 tn natura, y a~ 1 d los sistemas mixtos, se rechazan as la preponderaclón genera e . Do sch de esto. Porque Dopsch con~lusio~.~s extrem~~b~~ :a~ü me~la de transacciones monetahabla argüido ~ue, . la distinción entre estadios ecorias y transaCClOnes en :spec~, d 1 punto de vista de la histonómicos es falsa y engadnosa t esdee eacuerelo con gran parte de la . " ca A pesar e es ar na ec?~?mIfác'tica de Dopsch, sus críticos, en especial ~andwler­ exposrcion e • a a la teoría e os veke y Hintze, consideran que esto no pnv el análisis valor como marco para e " d estadios. eco~omlcos, ~ su del crecimiento económico. El que de la hístorta cconomlca y el ist ha sido Hintze. , r este punto e VIS a 1 ' de trueque la quizá haya expuesto mejo Con respecto a estadios tales como a. economía ".' , doméstíca la economía de dinero y otras, dice : ... , econonlla adecuadas de una re alidad orientar la investiga histónca, SIDO prmclplo~ ?~u . t'éco Por supuesto, sería un i-rrru ción y jal~nes para el . JUlC~~ C~:~r~a~ ~implcmente para dcsaih ir I ¡~ metodológICO ~uy burdo p " ca Pero no se suele ha cer [:.•1 1 r or rcalidad his tórica de toda una epa 't" ", a una época de 1:1 1\1 I lIl I I ' .olam ente se carac enza regla g~ncra , ) s . , cndiendo del predominio lid 11 11i " lI ' • econ ómica a posterlO;t, ~cP. d endiendo del g ra tl l' d ' 1111 1'11I d economla díneraría, o ep f e . doméstica autosuficicn l ' 'u \ 111 ¡ t 11 deormas . ti e una economla u 1 tancia que len 11 d d intercambio, bn ad u "11 111 l' I más o menos dc sarro a o e interacción social." 78 "~o . . • .' s7 supo.ne. "q~c . seanr~~f;~:l~:~ios d~ L El imple hecho de que esa controversi a, pOI 1., fiere al s~osible papel de los estadios CCOW"1I 1 O' 11 histórico, haya podido darse tan tanl~ COI II II l. 111" . SIglo, es una prueba de la falta de int I I O HlIlI . I JI (//11 1.'. 1'" I JJ {( 1/ I fI 1 (J , ( 1/ 1 j i /1I ori <l . b '. d ~·J ll .1 ·· l l ' l l l · j ; l :'> sociales. Incluso el1 Alcm.mia, en don de e ta n pop ula r el cnloquc histórico en economía y en sociología , ispr- cia lmcnte antes de 1914, las reflexiones metodológicas básicas sobre el empleo de los estadios económicos como tipos ideales en el an álisis histórico, que provienen en último término de la obra de Max Weber, fueron interpretados de modos muy diferentes." Aunque Weber había mostrado explícitamente la aplicabilidad de las construciones de tipo ideal para el análisis de las relaciones teóricas generales en la ciencia social, así como para reconstrucciones históricas, existen todavía dudas sobre si podría sostenerse la opinión de Spangenberg de que "la historia económica debe a la escuela de economistas alemanes la importante herramienta metodológica de medir y representar los múltiples fenómenos de la vida económica por medio de la construcción de estadios económicos", o bien si habría que considerar a los estadios económicos como unidades en una teoría económica comparada, como había propuesto Johann Plenge," Franz Oppenhcimer hizo un intento para resolver este problema definitivamente, empleando un enfoque "sintético" 81 El enfoque de Oppenheimer es sintético en dos aspectos. Por un lado, combina las teorías de los estadios de Hildcbrand, Bücher y SchmoIler, y añade de su cosecha una "cuarta dimensión" , basada en formas gradualmente más complejas de división del trabajo. Por otra parte, afirma explícitamente que, partiendo del punto de vista de la teoría económica, construirá tipos ideales a fin de mostrar la "evolución general de la economía social no perturbada por fuerzas políticas" para que el historiador económico pueda identificar los "hechos de la tendencia histórica de desarrollo que hay que considerar como perturbaciones, anormalidades o fuerzas que retrasan". Pero Oppenheimer admite que , incluso entonces, no se puede descubrir que ninguno de los tipos ideales haya existido COlDO forma universal de actividad económica durante un estadio dado, sino que los estadios "anteriores" y "posteriores" puedan coexistir. y de hecho coexisten. Por ejemplo, la designación "economía urbana" significa simplemente que. durante un determinado período, predominó un sistema económico que estaba caracterizado por la preponderancia de la producción artesana; unas relaciones directas en el intercambio entre productor y cliente; el empleo de moneda metálica acuñada; y una división del trabajo según las ocupaciones, pero no todavía según una especialización en el interior de grupos ocupacionales . Esta forma de organización económica coexistía con otras formas rt 011 , S' ut: J ¡. ' 1~. I \/)10 ..... P 1 I 1 1'l. , I 11 1. . de aldea pero "eclipsó ;\ \11 , 1:1 •• anted or es , p. c., la c..;onomta . • , 1 ' s" sz . (lem a . . .f de O pen1lelmer ap orta t "... n. ¡lO' Dcsgraciadament~ . el en oque 1 dP B"chef puesto que t.icne f . , di ' bl 'm a como e e ucnei . -o la soluclOn e pr o (;. ' 1 B" chef Oppenheimer a irma bi .. dad Al icua que ti id l la misma arn 19UC. . .•• ""1' t oría económica, los tipos 1 ea :.s al empezar que le mtelcsa a e . pero al igual que Bufines l'o mpar at lVos, d . d " clones de una ten encía _ _probablemente a 1 : ~ cher trata a sus estadIOS como escI,lp 'ca Aunque sus estadios ~ ., . ,' la ev 1 .ón cconom l . zeneral hlstonCa de a e\,? uc: . los de sus predecesores ~on " mu ltidimensionales , ml~~tr~~. qU~sionales", su análisis no (salvo quizá Sombart), crIan Untl'vlm~ metodológicamente, sobre . ogreso rea sustan 1 a d . constituye un pr bínaci d diferentes ramas en una escrrpel de Sombart. La co~ ~~aclOn euede reemplazar a un auténtico ción compuesta o smte~lca ,~o P percepción más adecuada progreso en el mé~odo cienti 'ICO o a una de la realidad socIal. I VII . . no han creído que las diverEn su conjunto. lo~ CCOnOD;llS~aS tuvieren gran utilidad. Han sas teorías de los estadIOS ec~no:;~~res como List, corno Hildedado la lista de conceptos e. 1 han considerado bien como brand, Bücher .y Schmol1er, .pe~~ ~:sificaciones que tienen poca aberraciones bIen com? .c~nosonómico Incluso J. A. Schumpeter, importancia para. el anaüsís ~c l' 0'1' la historia, considera que economista que siente gran Sl~P~ la Pes "de lo más primitivo".83 el empleo de.l?s est~diO\~~O~~l~~~oquede estadios econóx:ni~os, La cuestIOn de a UtI.l a .'a económica y la teoría econoIDlca, como puente entre la. htston 1 últimos treinta años. Dado ha sido suscita.da van~s :,ece~:~e ~~nsiderarse como descripción P .. , n de equilibrio se plantea que cada estadIO econoIIDCO ana a una pOSICIO '. d de una economl.a cerc, . . desarrollo económico por medio e la cuestión de SI el anahs~s de~ uede proporcionarnos un rno estadios económicos estlPul~il~~s~las variables que llevan a ni~L" delo con el cual puedan dese " Es evidente que los estudios . d adelanto economlCO. 11 . les suceSIVOS e di , 1 no se prcst an a esta a)01, . 1d List V sus lSClpU os . . .1 . esnpu a os .por l. .. . al de los estadios prcsenlado~ pOI. ?S " "'¡enlall'l consiste en l!lSPOSIClOYa que la dIferenCIa pnnhc~p • . . bi ela Istonca.. miembros d.e l a escu . ' de ti o económicu, mús que en com 1nes institUCIOnales y dotr as . ibles nórni...• . vana C~ cco ... u s. • POI' consiguiente, naciones díferentes e . 1 -nl'oquc (k estadios de la escueGiersch tiene razón al decir que e L I I (1111 l.': /11 I 1 R¡ I HI (1 1. 1 ' t I,\/{ 1••11 ( la histórica alemana presenta poco valor para el estudios del crecimiento económico, especialmente en sociedades cuyas instituciones básicas se suponen constantes," Pero, aunque la mayoría de los autores de la escuela histórica esperaban estar en condiciones de proporcionar una explicación al desarrollo secular de las economías por medio del enfoque de estadios , se daban cuenta de que el proceso de crecimiento que ocurría en el interior de un estadio exigía un tipo distinto de análisis. De ahí qu e muy pron to reconocieran que se podía aplicar cualquier modelo de estadio , no tanto al estudio del equilibrio dinámico en el seno de una economía en la que el marco institucional básico se considera constante, sino más bien al estudio de la alteración del marco institucional, es decir, socio-político, dentro del cual op era una economía, Por esta razón, teorías como las formuladas por Predohl sobre las fases o períodos del desarrollo capitalista, o la de Walter Hoffmann sobre estadios de industrialización, o incIuse una interpretación más estricta de la concepción de Colin Clark sobre pautas cambiantes de distribución ocupacional de la población trabajadora, tiene objetivos diferentes a los de las teorías de estadios elaboradas por autores anteriores," A Predohl le interesa sobre todo describir empíricamente la expansión de la industria capitalista en el mundo, y la subsiguiente creación de varios "campos de gravitación industriales"; la obra de Hoffmann se centra en la determinación empírica de los diferentes valores atribuíbles a los consumidores y a las industrias de bienes de capital en períodos diferentes de madurez de las sociedades industriales, Aunque ni Predühl ni Hoffmann prestan atención explícita al marco institucional, del concepto de sus escritos se desprende claramente que solamente les interesan los procesos de crecimiento en lo que List llamaría el estadio agrícola-industrial-comercial o lo que Bücher hubiera calificado de estadio de economía nacional. De ahí que las más recienetcs teorías de Predohl y de Hoffmann no sean teorías de los esta dios en el sentido de los escritores del siglo XIX y que, cualquiera que sea su mérito para una mejor comprensión de los procesos de crecimiento den tro de las sociedades industriales, no arrojan ninguna luz sobre el problema de cómo se industrializa una sociedad preindustria l. problema que -como hemos visto- constituía el centro de interés de las teorías más antiguas, y forma todavía hoy un aspecto principal de la teorización sobre el. crecimiento económico." En contraste de la obra de Hoffmann y de Predohl, Spiethoff intentó rehabilitar la teoría de los estadios desde el punto de vista 1l-VI I AS in, lOS 1..",'/ :1/) / / J. /JI 1. ( / i« ( i' (1 / I "J , 'IJ ¡\ tJ lI ( 1 1 " " . b7 Estos escritos con st it vcu \ l . 11 t l. de la hístorla ~conOlTI1ea, , . I I . , tanto por lo que se refiere al mctoc u 1 1111111 , 1 • to d e ac 1aracion, il dc r tiv i .¡e1 1 gitimidad del empleo de los estadios o esu os e ac .' e" N me adentraré en una exposición detallada 1~1 ' 11 un no~:c,a'd 01 taci de Spiethoff. Sería superfluo, teDlcntll J t 11 análísís e a apor aClO11 ' 1 an h ' cuenta la excelente introducción que La~e y Rleme7m~hl<1 c~. cho a su ensayo -reimpreso en Enterpnse and Secú ~:b ~n~ teniendo en cuenta el ensayo final de Lane en ese .1 ro, . "ara ~ucstros fines el problema pr~nci1?al suscit~do por , S,~:ethoH, es c~: . "de que existe un nivel mtermedIO de an áltsls de CIen a f ír macion . d 1 hi iad 'tesocial entre el enfoque ideogrMico extremo e ls~na fr, ID" resada en la explicación de sucesos únicos, por ,un la o, y a teoria generalizadora y abstracta del análisis econóI~llco" con su ~nf~:~e estrictamente nomotético, por otra, A este Dlvehl,ll1~ermed{~1 ~etil~ llama" teoría de la Gestalt económ ica " , y su ve lC~? es e ~s: económico" que es una forma más r~alist~ y empm,camentc ~~s válida de estadio económico. Lo que tiene ll11portancm en .deellos con los estilos económicos de Spiethoff es qu.e cada u~ol de.~ os es un ordenado complejo de variables ~uya ll1terdepe~cencra .se dilucida lo más claramente posible. MIentras que Spleth~ff,no insistía dem asiado en los problemas del desarroll,o :cO~?mlC~, Bowman v Anderson han demostrado que una delimitaci ón. CUld d d~ tipos económicos (que están estrechamente :elacJOnad~s ~s:n los estilos económicos, y de paso, tambiér: con CIertas f~'­ mas de estadios económicos) contienen implíCItamente m~: ,~ material que hace de ellos útiles construcciones para el a,nahsls del crecimiento económico,89 Parece que este pl~nto ,de ~lsta es com artido por un número bastante grande d,e h ístoríadores cco~ nóJcos, y tiende también a ser cada vc~ mas . ac eptado por los historiadores económicos ingleses y amencanos, ., N S B Gras ha pres entado un buen resumen de 1~ utJhda~1 de l~s' e~ta(:iios económicos, especialmente en la hist.ona .econu ll 'ca occidental." Gras no solamente da la lista de,los hlSlonatlll. '" rm , ' . U e han empleado los estadios COlTIO inst ru m .n to 11.1 .\ ec.onomlCOS 4 1 I h: n '1111 11\ " , , . , de la historia económica y os que no o .\ l • su exposlclOn 1 I 11 , . bi raliza detalladamente e come I 'J( 1\ (1, \ do sino que tam len al ' " '11 \ . ,1 " ~ I di la obra de los historiadores econonllCOS, I u nq r .. esta lOS en l I I . W '\ ' 1' 11 " I . ," , de Gras no es tan neta y e ara como a 1 1, , expoSlclOn 1 estar[ilO econrnru. •0 , e 1I 0lJ , 1 " es decir que e a la misma conc usion, ., aradigma abstracto de variables, forma ,el v~lll:ulo mn p 1 álisis económico teórico Y la hlS(UI'!;l t.: l: O !l O ll ll l .l COIl u entrc e ana,l ,l D" h · con otras ly;hhl"ls CO!110 vll'slat1io eco n óestud io emplrlCO, lC o < << •' • 1 " t!' ,"n: I } )J 1, \. ' />1 l . ( /U ' : ¡ I q i tu: ro u ONOMIUJ s una const rucci ón de I ipo id eal, puede montarse de mudo . presente una interrelación sistemática de variables relevantes. , ,-¡S var iables no son. por supuesto. las de la teoría económica. si n que se relacionan más bien con las instituciones sociales (p.e.. <"1 meca n ism o que facilita el intercambio, las instituciones relacionadas con la concesión de crédito o la disposición de ahorros acumulados )', sobre todo, las instituciones que determinan la distribución y el uso de la autoridad del poder decisorio en la sociedad). En un sistema semejante, puede rastrearsc el cambio producido por una variable y relacionarse con carnbios en otras variables del sistema, Puede además ser posible identificar el cambio en ciertas variables que producirá un cambio del sistema en su conjunt.o, o por lo menos. las magnitudes de cambios de ciertas variables pueden surtir ese efecto, esto es, un estadio económico bien construido puede considerarse como un instrumento metodológico, gracias al cual se pueden analizar los aspectos generalizados del cambio económico institucional y, por consiguiente. del crecimiento económico. Al mismo tiempo, la construcción de un estadio económico tendrá cierta importancia -aunque limitada para la investigación empírica histórica. Es cierto que con el empleo este método resulta extremadamente dificil evitar una confusión entre la teoría y la práctica. Weber ha subrayado esta cuestión . Después de afirmar que las secuencias del desarrollo pueden concebirse como tipos ideales, advierte: " E l hecho de que el curso empírico-histórico del desarrollo sea o no realmente idéntico al concebido, solamente podrá investigarse empleando ese concepto como sistema heurístico para comparar el tipo ideal y los 'hecho s' ... Este procedimiento 110 da lugar a dudas metodológicas. con tal de que tengamos claramente presente que la elaboracián. y la historia de desarrollo típica ideal deben ser netamente distinguidas la una de la otra, y que aquí la elaboración no es más que el medio de imputar a sus causas reales un suceso histórico explícita y válidamente, a la vez que se eliminan las causas que, en base a nuestros conocimientos actuales, parecen irnposibles't.w Así pues, a fin de ser de máxima utilidad para una teoría del crecimiento económico, los estadios económicos deben ser conce-bidos de modo que se minimice la probabilidad de que en los procesos de cambio económico, ilustrados por esas concepciones, se incluya. más que las variables generatrices de cambio "ciertas". las que son meramente "posibles". Sobre esta base más que sobre cualquier otra habrá que juzgar las diversas teorías elaboradas J I LOU/ AS 111: LOS 1 S'I t11 /1/.'" lIJ" . 1 II ( lu n ¡ {lIl O 'l " '; ; I " j 'l ' 1X. '1 "1 . ,,1 > . e histuriadores <.1e1 :>Ig ti X " . • por economIstas •. emanes t n un aspecto 1111 1 1I u 1 medida no presen a ' 1' dad, al ap icar es .esa . . '-, 'e elidas de observar que. se t i I Hante. Hemos tenido ocaSIOnes 1 p . . . tadas por IO !i - de Las d' 'sas claslÍ1caclOnes presen lo que se diga e a.s . rver estadios económicos, ningún: de diferentes protagomstas de 1~~ u e incluyan a las principales ellas consigue contener mo e os bql d la transición de un estaden ser responsa es e . d variab l es que p u e . 1 son auténticas secuenCIas e di al siguiente. En ese sentíc o, ~o . 10 . es de tipo Ideal. desarrollo de c~nstrllcclOn , d e fracaso. Algunas concepdudosa sianificación, y No es dííícíl ver las razone~ bel eS de di 'ncluyen vana es bId . cienes d e esta lOS 1 l 1 ariables instituciona es end .t por comp eto as V · d. . d modo que su impacto es e a menu o orm en vadas de fuentes no economlcas, e el sistema de Werner hecho puramente contingente. Otras, elec de variables pero Sombart, son más incluyentes. etn s:ltl,ecaecdCelOtnodaCs las variables o . . laci "n SIS ema carecen de una mterr~ aclO. ermitirían tratar de un modo combinaciones de variables. Cl.u~ P amo sistemas uniformes Y generalizado los. estadios _su~esl:O~e cacción social. Solamente en funcionalmente !nterrelaCl~~a~o 1 . n progreso concreto en este estos últimos anos se ha t:~ ~ ~t~arson~ v sus colaboradores. sentido, especialmente por a ca . una nueva teoría de los Puede haber llegado la hor~ deb 0elabonraarteor'ía de los estadios d. e 1" •• . . s -o mas len u estadios economlCO d proporcionar la exp lcaClO n . 1 que pue a . b' ~ onómico que no SUple-los sistemas SOCla es . iones de cam 10 L:C . auténtica de 1as sltUaclO.. p una teoría semejante requen~ ron dar las teorías antenol~S. e~o . . .. por el momento habra ría un esfuerzo capital de nwestlgaclO11. ! '" o que posponerlo 93 , l1 'O JO.\ · , tn-¡ (' ''' ' I\ / U ' N l t l /oI '),''''U.lII,'O fO.' NOTAS > 1. Gcrt:'ud Kalveram ha presentado . . . (k los ~sta(hos consideradas como inst un anal~~ls de las diversas teorías econ ómica en su libro Die TI _ rumentac íon de leyes de evolución . 73.117. 1933, zcorten van den Wirstc1wftssttlfen, Leipzig, ágs _, Examinaremos más adelante d brand, Las concepciones de Roscher ~t~l1adamente la teoría de Hildee~onómico han sido estudiadas po l mes sobre ~as leyes del desarrollo pags, 129 y sígs., pero cspccialmc:te a vc~~m, op, CIt., en particular en las und die Iogische Problcl~lc del' hi t p.or ax ~eber~. "Roscher und Knies mell e A.~tfsiitze zur WiSSeJlc1laftsl~~¡~:l~~~~Natl~nalok~nomic" en Gesamgre t Hüter, Die Methodolo iie der ' ,' mgen, ~22, pago 24 y sigs.: Mar, und K~lies, Jena 1928 P"l<1 33g lGVlrtschaftswlssenSChalt bei Roscher , . , e b' y slgs' ottfrí dE' d:s Historismus in der deutsch;1l ti r~ke IS~rm¡.mn, Die Grundlagen b5-57, 198-199. a lOna o 0I1011HC, Stuttgart, 1956, págs, r rZ. N 3. La primera edici ón de este libro f . en Stuttgart , por J .G. Cott a. U na' ? 'I cdició .. ue publicada en abril de 1841' ., tercera con ligeros cambios en ~I ~ext 0 n apare~lO en 1842, y en 1844 la c:a, obra s~ basan en esa edición d~ 1 may~r~~ de ]~s ,reedidones de esta ,contcII1da en el volumen VI de F '" : ,La ~dlclOn ~nnclpe de la obra Berlín, 1930. Esta edición qu 11 Iucc!nch List, Schrijten, Reden Brie]e ' , ' e eva e subtítulo' F ," .d . 1 L' IZa e Systcm del' Poltistischen Oek " f . llC nc 1 íst, Das Natio1 Aunque la clasificación' de estad ,OI/OUlle, , 1I~ preparada por Artur Sommer ' . lOS cconormcos de L' t . . Nationale System es la más co id IS contenida en Das \ 'f' .. nocl a no fue ni 1 . c as! "ICaClOn. Elaboró una serie /, 11 l a pr~mera III su única unl ensayo que cumpuso en p~ ~as (c ada de estadios económicos en . . arrs en 1t9a37 para por l a Acádcmic des Scicnces Morales et P ,<.' un ~ certamen convocado se publicó po r primera vez 'e n I 1 e olitiqucs. El manuscrito de List e vo umen IV de l' dici d comp1etas (Fricdrich Líst Das N tii . _ , a e rcion e sus obras wmzie, Edgar S 'IHn y Artu'r S a iirliche System der Politischen Oekoe ommer cds.: Fri xl . h L' . . riele, Bcrlín 1927 IV) p r : . ,., c nc 1st, Schnlten, Redel! " . l;: maneclO pues d ' B . 'd ' l' escono, CI a hasta 1927 y la e laSlficación de los eshell'oS eco . . ' ," ' < nomlcos e aborad ' '. 1l1l1guna mfluencia en los esc it ' a en esa obra no ejerció premio llevaba el título L,' Syrst~res posteriores. El en, sayo presentado al " . v eme 11atllrcl el'Eco . l' , PUl' sus editores, y contiene un 'st d' , ." nOrll!e po !tIque, puesto o "períodos" agrícolas y utros treO ~ 10 m~s bIen. extenso de tres estadios estadio cazador y tlllU pastoral es lI1~lustnalcs, LIst considera además un d' ' < , anterlures al PI" , ' ~versas cl asificaciones de estadio d e L' lmer estadIO agrícola. Las SIstema Nacional de Ecollomía P sl't. en el c.nsayo de París, en su > ' ° 1 Ica 1st y en un cIerto ' ensayos publIcados entre 1839 y 1844 1' . numero de otros Sldo extensamente por A. Sonlmer .1a1 L i t' presentados y estudiados . . "F' ' n e d'nc P . > • • 1n 1837, Ihre Bedcutung und ihre Stellu <1' ro S s aTlScr ~re]sschrIft van gen der Friedrich List Gesellschajt, ~., l~l ~~~amtwe~:ke LIst's", ~itteilull4. Joseph A. Schumpeter !-¡¡<¡tO ,. , . _ ' espeCIalmente pags. 56.g0. ~f E t.:OllOrlllC Nueva York ' 1954, _pág. •SOS. Véase tamb'lc;n 'la IIOt~L' )'numéro 12 .Allalysis, d J. Vease el estudio de List sobre el libr ' mas. a elante. tanto en los países a"rícolas com e cambIO en la agricultura . d' b o en aquellos que t b'" ' In ustrla m~nllfaclllrcra, en Friedrich L' . . amSystem len disponen de , 1St, N atlOnnl 01 Politic 84; 41 L L • 3 í {nu/u;\S DI:: I .OS I~c I \ "' n .... Il/.l. r' W I'I I\J/ I N I I • ¡ j....' Hit 1, JI ( ) Economy, traducido por G. A. Mantlc. StcphclI Colwcll, ,'ti . 1'1 l lt t 11 . 1356, págs. 297-300. Todas las citas ulteriores de Sistema naciona! ,¡ , h (1 nomia política de List, a no ser que se diga otra cosa, se refcrir;~lII \ (' ... traducción americana, qu e se mencíonaré como "National System". 6. Análogamente. Henry C. Carey considera que el principio de 1:.1 aso ' iación es el central tic su teoría (Cfr. PrincipIes oi Social Sóence, Filadelfia, 1875, I , pág. 41 Y sig s.), y pu ed e, por consiguiente, plantearse la cuestión de la influencia mutua entre esos dos hombres. Es imposible dilucidar, en este punto, ninguna conexión clara entre los escritos de List y Carey. El único autor que ha comparado sus tesis sobre la asociación llega a la conclusión de que discrepan en ese punto, Véase Eduard Meuser, List uná Carey Als Wissensc1zaftliche NationalOkonotlleJ1, Maguncia, 1915, págs. 7-10. Pero es verosímil que en general List ejerciera una influencia sobre Carey, aunque se discute sobre el grado exacto de esa influencia. Algunos han afirmado que las tesis más características de Carey en sus obras de madurez se derivan de List. Entre los que sustentan este punto de v ist a se encuentran Eugen Dühring (Kritisc11e Ges chichte d er National6lceJ1Zomie und der Socialismus, Berlín, 1875, págs. 336, Y Gustav Schmoller (Zur Literatur: gescllichte der S/uats-tl/zd Su:ialwiss ensclzaf t cn, Lcipzig, 1888, pág. 109, Otros aunque reconocen que List ejerció alguna influencia en Carey, opinan que las concepciones de éste fueron elaboradas en substancia de modo independiente. Entre los autores que sustentan este punto de vista están Alfred Marshall, PrincipIes 01 Economics, Londres, 8" edición, 1920, pág. 767; Margaret E, Hirst. ru« [Jite oi Fricdricll List, Londres, 1909, págs, 118121; Y Meuscr, OJ}. cit., possim. El problema completo ha sido resumido por W. Notz, editor del segundo volumen de las obras completas de List (véase Friedrich List, Schritten, Reáen, Brieie, Berlín, 1931, n, págs, 415416). Cualesquiera que sean las conexiones que puedan encontrarse entre List y Carey, éste no adoptó la teoría de estadios de List, que se desarrolló solamente después de que List publicara sus Outlines of American Political Bconomv. Y fue esta obra. más que ninguna otra, la que pudo ejercer alguna influencia sobre Carey. 7, Na tioJ1al System, págs. 70-71. 8. Karl Bücher, Industrial Evolutioll, S. M. Wickctt, traductor y editor , Nueva York, 1904, pág. 86. (El subrayado en mío.) 9. National Syst em, págs, 178-179. La tesis expresada en ese pasaje era sustentada ampliamente por los intelectuales más ilustrados de la Europa de aquella época. Cfr, por ejemplo, John Stuart Mili, Prillcil'lcs o t Po/ilical ECOIl0111Y, W. J. Ashley, ed. Londres, 1909, pág, 940. 10. National Sj'stem, pág. 218. 11. Cfr. Btichcr, op. cit.• pá~. 86 Y sobre todo, Werm'l' 50mbart, "Die gew erb liche Arbeit lInd ihre Organi;¡ation", Arc/eiv fiir SO?illle G t..Rc1l1l11l~ lmd Statistik, XVI, 1899, pá g. 371 (citado de ahora en ad c a ule ~~Oll lt l (;, wer bliche Arbeit). 12. National Systellt, pág. 72. La c1asificaci(1Il tI..: lo~_ t r<'~, 111'illl('ro'; ,:¡ . tadios, esto es, salvajismo o nomadismo, pastorali~'¡LII) Y a 'I'il"llltIIri. mo, es muy antigua. La primera llistinción ent n~ l)[wl1los qlle Rll b . ist ' n e l\ medios diferentes puede remontarse a la J!nliti¡'(/ I\\: Ar i. to td es , Erlll~sl Barker, ed., Oxford, 1946, 1, viii, púr. 6-1:\ , p6 . 2(J·21. En ('sa obr~l Arist6· tele~ distinguía ele modo mu y ·nl' I':ll. ,:lItrc pUl-bICI" p:l',loT"f\ks. ;:¡~ricul- /111 1L nt¡ l.... UJ· ( 1M J "'''TU n CJ N II ,\ .f CU rores, saqll,l:a~lon'~' pescad ores, y los que viví an de la C:lUI Dicca rco Ul: Aristóteles (hacia 320 a n te s de Cdst~) fue • uizá el M~:ss:ne, dlS~lpulo d~ ~;::;~b~~~:t:~d~~lr ~n~ sucesi~n ~ie estadios. . ~llnque su obr~ sobre , perdido, cansen amos SU$ t ' S IS sobre es tad ios pro. ~ succsn '.os gracias al famoso es cri tor rom ano Marco TerenC'iO Va ~r n, e re agricole, !I, i, pár. 34, traducido por W. D. Hooper l.~ndres· 934, págs. 312·315. Dlceurco, y siguiéndole a ' él Varr ón dl'stI'n." t ~' estadios El ri ' ' ' . r e guian res . , . p mero era aquel estado de naturaleza en que el hombre ~~~~ de los Productos. que la tierra virgen producía por su propia vohm. ei h~::~::gU~~lo cst~dIO :ra el pastoral ; y de spués " por un tercer estadío pasaba de la vida pastoral a la de cultivador de la tierra" d A:nco~tramos una clasificación de estudios muy semejante en la' obra L~bra a,m193~itJ~ (.Weall/z ~~ Nation s, EdwÍl.1 Cannan, Nueva York, Modcr:¡ cit d,P.g~. 657 Y.SI"S.). .Au nq u e Srnith no presenta una teoría explía '.e esta 10:; ~con~nlIcos, dlstmgue entre "naciones de cazadores (1)(' constItuyen el mas bajo y tosco es tado de la soc iedad ": "naciones d'd plas: tores, que son un estado más avanzado de la sociedad" '''un estad t d ':, más avanzado d i , .' I 1 ' . <o o o avi a ti -c e ~ SOCle( ~(: ' " aquellas naciones de u"ricultores que Ienc~ I?0co come~'~1O e~tcnor y sólo las manufacturas tO:cas casera " q~e casi toda far~l1.ha prtvada prepara pOI' sí misma"; y un cstad~ todaví:1 : ~ ava,n~ado .0n,~ma~lo 'pOI' "el proceso de las manufacturas y las mejOr;l~ t ai t~. b élico . Diffcilrncnto puede calificarse a esto de teoría de Io~ es a lOS igna de Jo seph Cropsey h 'l· . t ' el1 .' i" ese ,nombre, . •v si n crnbarun :=. ,'~ • VIS o en o ,C~ ~l una, a rrmacion ~Ie la "filo sofía de la historia" de Srnith, intcrpretací ón que yo soy reacio en ac ept ar, V éase J . Cropsey Policy a11Cl E co~~~Y'hLadHaya, 1957, ,p ág s. 56 y sigs, Todos est os autores 'tienen en com¿ n ob ~ec o e qu e ,consldemban a los e..st adios como una s ucesión natural " ., L • o vm que no eXlg ~ > mli I r >: . e ~xp rcacion. os factores que engendran la transición de un estad 10 ,al siguiente quedan sin explicar o se supone que están asociat os "en esencia al progreso general de la mente~ human"¡• . ASI' pues, c ~ a:, e~n~~ no son teorías de los estadios económicos en sentido estricto sino reflexiones sobre los a spectos económicos de las teorías del progreso hu mano en geJ?eraI: Algunas de esas teorías fueron muy corrientes en Roma Y,en la. Grecia clásica, pero llega ron a su máximo florecimiento e n la Euro~~eOCCIdental de los SIglos XVIII y XIX. Sobre este punto, cfr. J, B. BuI"\', Idea DI Progress, Londres, 1920, cspec íalmcnro capítulo VII.VIX . . Para mí no cabe ninguna duda de qu e la propia t eoría de List' es orirl~a:me~te una secuela del gran predicam ento íntclcctuat de que go; arun as eorias del progreso durante s us años de formación . el ti lVZS G', J, a ~. est;3(J!~:ce~. s~r ~~c ~ propi~ List no a tr ibuyó demasiada importancia ~ (.IS mcron, n un hbro po sterior vuelve a dar la lista de SU " e~tadlOS y dlstmgue solamente cuatro de ellos. Los dos últimos se com binan en uno. Cfr. National S"stem p'í tr ')6:; QUI'za' s ea' In . t eresante llaccr' • ,.c ' notar que en un en sayo publicado en 1839 List presentó una clas'f' " en tres est d' , ' , I ICaCIOlJ . a lOS correspondIentes a las tres edades del hombr~ E l ' ticulo "L'E . l' , e. n e al '. CO I IO IU W po tttqw!. d evam le T li bw zal de I'Histoire" (F L' su Schr.tf ten, Reden, Briefe, E.\'. Beckerath, e l al, cds., Berlín 1928'V ISf ~~1 109 y slgs.) presenta los estadios si'ruientes' (a) I'nfancI'a' , d' P á g. . t (b) e ' . caza ores ,. pas o~es; ,adolescencin - pastores y después aO'ricuItores' (e) d d varoml - agricultura, industria y co m ercio. Tampoe~ aquí se ha~c Ilin~[j ' '" .J. l'J:'( )lUI1S in: UlS h . T A lJ/CJ."'· 11 /'/. Uf ( '/ ,I /ff ' N / O f ( 'O (1 1/ ( " Ir distinción entre los diversos estadios posteriores, ~' .'>1.' insiste s n ll1[ ,,,.1,, en la transición de la "barbarie" a un m ínimo de civilización ( 'JI 1.1 11 1111 sici ón del estadio [a] al estadio Eh]) y de una sociedad desp ótica y I I.LI I " mente sin civilizar a otra pl enamente desarrollada en sus institu ' iu n., políticas, sociales, y económicas (en la transición del estadio [b] al estadio [e]) . Esta última transición parece ser el punto central de la teoría del erecimiento de List, 14. National Syst cm, p ág. 75, 15, tua.. p ág. 266. 16. Ibid., págs, 72-73. 17. Ibid., pág. 286. El proceso genera l de desarrollo económico según las Iíncas directrices presentadas en el texto ha sido r esumido por List en un breve párrafo (ibid., pág. 77) Y má s extensamente en la clasificación de estadios de su ensayo d e 1837. En él presenta la sigu ien te lista de estadios; tres estadios agrícolas, esto es, (1) agricultura sin influir por el comercio (éste se parece aproximadamente a la categoría de Bücher de " economía doméstica independiente"); (2) a gricultura asociada a comercio exterior, esto es, exportación de materias primas agrícolas contra im por tación de productos manufacturados; y ( 3 ) agricultura en equilibrio con la industria manufacturera en un mismo país. Estos tres estadías de la agricultura están contrarrestados por tres estadios correspondientes de la industria manufacturera, esto es, (1) las mercancías manufacturadas son producidas fundamentalmente por labradores y terratenientes así como por "artesanos comunes" (ese estadio se parece mucho a la ca tegor ía de "economía urbana" de Büchcr); (2) surgen industrias manufactureras de cierto tamaño en campos que pueden soportar la competencia extranj era "debido al bajo nivel de los salarios a otras condiciones locales especiales"; (3) estadio de la industria manufacturera en el que pr ácticamente toda la demanda nacional de productos industria1cs es proporcionada por u na producción nacional. Por último, ambos conjuntos de estadios vienen segu ídos de un cuarto estadio, en el que un país está en condiciones de importar materias primas agrícolas y de exportar a cambio artículos manufacturados. Véase F. List, S chrijten, Reden, Brieie, IV, págs 236 Y s igs., especialmente 326-328. Cfr. también los comentarios del compilador, ibid. pá gs., 580·581. Ahora bien, es evidente que a estos siete estadios no se les considera como estadíos sucesivos sino como dos conjuntos de estadios paralelos que "se solapan" en parte. La conclusión que surge claramente de esa clasificación es que la fuerza dinámica de ese desarrollo es la industria. EH lo que se refiere a la agricultura, progresa en la medida en que el conruct» con la industria se hace m ás estrecho y más frecuente. En el estadio agr icola aislado, la distancia entre la agricultura y la industria es "infinita "; • 1 el segundo estadio se establece cierto contacto pero la agricllltllr¡l ~ la industria están situadas en países diferentes, y en el tercer estadio ,1 con· tacto es más estrecho y más frecuente, porque la agricultura 'la industria están situadas en el mismo pars e intl:ractúan pIe na lIlC/l h.: t:: ll t n~ ,' :1. rOl' lo que se refiere a la segunda serie, la del cr{'cimicnlo imlllslríal, vil'm: dd cl'minada por el desarrollo dc la canlidad absoluta y n'lar i\'~1 de rel:lll'S()S dc:dicados a la industria manufaduren¡ en LIl1 pa rs dado, y n,~pn: s\;nla por tanlu. el sistema "más puro" de los estadios pro rcsi\'o.,; dcs;lITulbdos por Li ~, l. ° I otu«. t .t -¡ , ' 1 1 ( ' / ~ II / . (1 J t- '1 ( M I CI! Aunque J;.\ JIIl'Y r parlt: de I ()~ escritores anterio r ':; :se ¡lIler 'si th all pltl ,,1 ú l ¡!lIU t :r l11 ino de la clusificacion d e estadios. e sto c.= " , la t ranxici óu dd ..nlva j is rn o al pastoralisrno y a la ugricultura. Sir Wil liu m Pctty, al igual qu e List, se Iij ó en el extremo supe rior. Pctty no formul ó estadios, pero lomó en consideración la productividad de diferentes tipos de producción, y se e xp re se) sobre le p u nt o en su Politi cal Arithmct ic, publicada p or príme r a vez e n 169 1. T a mb i J1 a l j u a l q ue List, P etty ub r aya 1(1 extraordir ia i m por ta nc ia d e la lib ta d d e onc icncia y afir m a que ésta fue una de la s caus os d el auge d e la ccouomfa holandesa, Pero d ice también que lo , é xit os e on órni co s d e los hol : nd e ses se d eb en a l h echo le que aceptaron u n gr a n pa r le d el co m erc io u ropco po rqu e "ha y mucho más que ga na r co n la I ndus tr ia que con la Agr icultu ra, y co n el Comercio que con la Ind us n a ". William Petty, Eco nomic W r ifings C. H. Hull , cd .. Cnmbridge . I ~ 99 , 1, pág. 256, 18, V éa se por ej em plo , J\lihail Munoi lcscu. Tl ieor v j Pro tectio n am i l nternationai Tra il e, Londres , 1931 , págs. 36 y s igs . En un pasa j e ( p 'i· r • S·) Manoilcs cr itica a L i sl po r ia b .r pre sentado una doc t r ina de la "p ro tecci ún" m ás o menos d esconectada de Jos Facto res es tr icta m e nt e económicos , Es ta c r ít ica se basa en un mal entendimiento de la do ct ri na d e Li s t. Aun que es ci erto que List e st aba en fa vo r ele la industrializaci ón - e n parte po r razo '5 IlO eco nómicas, esto es , principalmente políticas . socio lógicas - tu vo una clara percepci ón de la posihilidad de ec onom ía s externas que la ind u s tr iulizac l ón podría provo car. La primera obra en que se expone s u m ás reciente v má s madura teoría del proteccionismo indust r ial es Ou tli ues 01 Anwricall Political E CU/UII/IY quc apareció e n 182i . ' q ue fue reimpresa en S ch ri jtc n , Redell, Brieic , n. Allí, habla en al guna oc asi ón d e la part e mayO!- dcl poder productivo pl"Olllovid o por la industrializaci ón, que :se elcbe a " la s condiciones intcleclua lc.s y 5m:i;.1 1c's de Jos indivi duo s y que yo lla mo ca pil al mcntal" (pág. (19). E n otro lu gar (púg. 133) di c e: "Todo llu evo negoc io L'S t ú conec ta d o COl! g ra ndes pé r d it a:; por- falta d e e;xpe r ie ncia y d e habilidad durante un co nsid ' ra bll: espacio de t iempo, El progreso d e todo tipo de industrias maullfa lu re r" . d pt:ndc dI'! ,'1ro~ rcso (k o tros muchos tipos, de la adccuada co n... 1r uc -ió n ti · ca sa s y t f"<lbaj s, d e illsl ru mentos y maquinarias". E slo se an :n :;: rnll dlO al po ~luJado de eco no m ías exte r na s a una industri<t tal como ... ,~ e xp ' L'sa en los libros más recient es. Ch. por ejemplo P, N. ROSclls tt'i Il·Rm hlll , " Pr o b lL' m s of 1nc! us lri a liza t ion o f Eastern amI South-Eas t er n E u ro pc", cm w l1I ic l o tir/ Jal, un, 1943, pú gs. 202-211; K. Mandelb.\Um, Th e [¡ulu s! rializ.atiOH (JI Hack lvard A reas , Oxford . 1947, págs. 1-4; y Hans Singel', "Ecnoomic Progress in lJn derdcvdopcd Countries", Social Re sea'-c/I, XVI, 1949, pú gs . 1-11. 19. Véase ABan G. B. Fishcr, Th e Cla:;J¡ (J I l) mg "ü,~ llIul Securily, LOI1dres, 1935, págs. 25-43; íd em , "Production, Prinw.I'Y, S ec ondar)' and Tertiary", Ecmwmic Record, XV, 1939, págs. 24-38: y Colin Clark , TI /(' ümdit ilms 01 ECOf1Onzic Progress, Londres, 2' edición, 1951, págs. 39:; y s igs. 20. Véase Colin Clark , 017. cit., págs. 420 y sigs. 21. Allan G. B. Fi sher, "Capilal and thc Growth of Knowlcdge" HcOlwmic JOllma1. XLIII, 1933, págs. 379-89. 22. [bid. , págs. 379-380. Es inlerl'Sa ntc ohservar q ue recientemenle se ha so m e t id o a un análisi s más detallado el carácter en del-to modo hetero génet o de la producción terciaria, y se han propuesto las categorías ulte- 11 P UJ.,! nt I JI 11 1. ". ¡JM f'I t« I 11 1(1 / ' ( '(1, j rf( rI , " c u.u c r u ' 1,1 ' '1 LI I I1 .1 I I . I '' , , , , , ., ' N ' 1 JLI N. l:u(II ' v " ull l " . " inl ob lll l y (mil I ~C()IL<Jll1 ÍG Ad v.mc ' 111 <= 11. " , /\ !II ('/"iCtll! ¡ ', ' O mnt !• L 11, 19.1], p;'¡ is . 364-467. l' Srlll'rzo ) a r~L det e rm ina r lu relación entre ca m b io te nol ó icn , mbio soc ia ! ha s ido realizado por Yak Brozen, espe c ia lm en te en . 11' , -n 'ayo -. "Thc So cial Irnpa ct of Technological Change", Iournal 01 Enginc, lit Edllcat iOrl, XLI, 1950. pá gs . 148-154; "Adapting to Technological 'ha gc" , I ournal 01 Bus in ess 01 the Un iv crs ity of Chica go , XXIV, 1951 , págs, 114. 126; y "Thc Value of T cchnolog ical Change" Ethics, LII, 1952, págs. 2402b ; y, en un plano m ás e s t ri ctamente económ ico , por Adolph Lowe (Econ o'Il ics and S ociology, Lo n dres , 1935, pá gs. 107-115) . Pero en to~os es~os ensa yos s e supone que el ca ubio t ec nológico v iene dado, y se Investigan s~s implica ci o nes . Sería interesante an alizar las pautas de estructura SOCial que chocan, de modo diferente con los cambios tanto técnicos como económicos. Aunque es éste uno de los fin es d eclarados de la Sociología de la '¡encí a y (k la Tecn olo g ía, ha sta el momento apenas s i se han publicado re.<;ultad~s v álidos a est ; respecto; pero véase Robert K. Merton, "Scicuce, T ch nolouv and So cie ty in Scv cntecnth Century", Osi r is, IV, 2a parte, 1938. 11' us . ,) O~362 : G. N. Clark, Scic/l ce and Social Wellar e il~ the Ag e of Ne wron . xford, 1937: y Bcrnard Barhcr. Sci ence (!lId tl te SOCial Ord er, Glcncoc, [ 11, 1952. 24, Para la crítica de la teor ía d e Fishcr-Cla r k V~Ll SC P. T. Bauer y B. S. Yamey, "Economic Progress and Occupationul Dist ri bu t ion", E c onomic Jo u rn al, LXI , 1951, pá gs. 741-755; y Simon Rottenberg, "No te o.n Eco nom ic Progrcss a nd Occupational Dist ributions" R evicll' of Economic m¡d St atistics, XXXV, 1953, p úgs. 168-170, Para una crítica d e la teoría de I ¡st , véa se Bruno Hildebrand, D ie Nati(JllalOlwl101nie del' Ge gellwal't ~lld 2 ¡k m lf t , Frankjllrt·am-Maíl1. 1848, págs . 73 y s igs . y ídem ., "N~tura~~vlrt­ scha rt , Gcldwirtschaft. und CreL1itwir scha fl" JallrIJiicli er fiir NatlOllalokollom íe und Starístik, n, 1864, págs . 2-3. Las dos obras de Hildebrand, junto con otros cuatro e nsayos , fueron reeditados en 1922, bajo la dirección de Ha 15 Gehrig, en J ena: con el título de, Di e Natielllalokollomie del' GegelllVar t tmcl ZUkll11lt and aluIere ges m n m elt e ScJzriftcll. Las últimas citas de la obra de Hildcbrand se remitirán <1 esa ed ic ión, que mencionaremos C(H110 N atíonaWkonom ie. La s r eferencias citadas en es t a nota pueden en contrarse en págs. 61-62 de la NationaWkOflOmie. 25. Véase Sombart, op. cit., púg. 372; Büchcr, op. cit., pág. 86. 26, Hildebrancl, NationalOlwllomie, p á gs . 59-61, 326-327, 27. Bauer ancl Yamey, op. cit., págs. 747-748. 28. Véase Rottenberg, op. cil., pág. 169. Puede deducirse otra r azón, del predominio d e los se r vici os en economías r elativamente inlradesarroI!adas, del hecho de que la ma yor parte de los tipos de artesanía o indust ria manufacturera requieren o mú s capac id a d físic a o más capital, mientr'a s que muchos servicios, p.e., el ser vicio dom~stico o incluso el comercio al menudeo, pueden e.iercerse sin capital o sin capacidad técnica. 29. Hildebrand. NatiOlUllOkOllOl1lie, pág. 58. 30, Cfr. Johann Plcnge, Die Stammformell der v ergleicllel/(Ien W¡rt ·, c1w !tst}¡eorie, Essen, 19] 9, pág. xv . 31. Al insistir en la misión puramente soci a l que d ebía cumpli r lIl hl t co .'.", de los c stadios , Hidclbrand se fij ó lLna tarea ambiciosa y ;Igol a 11 11 I {'-'(JUl .\.'; IJ/ .J. I m« J.\1/1 : ro t '() NU /ll 1f' I Como veremos más adelante, nu cous iguio crear una <I11ll:J1Iil'a teoría li<' J;¡ l:vo,lucí.on económica. y su análisis de los estadios apunta más a f'actores limitativos que a factores responsables de cambios económicos. Pero en concepción general así como en penetración metodológica. la teoría de los estadios de Hildebrand es superior a la de los demás miembros de la ~ntigua ~scucla his~órica. Con;o señalamos a~ principio de. este ensayo (p ág. _21), Kmes no creo una leona de Jos estadios, y la teona de los estadios de Roscher es extremadamente simple, y más que de teoría podría calific ársela de analogía. La aproximación más grande a una teoría de los estadios contenida en escritos de Roscher, es un pasaje de su ensayo, "Deber das Verhaltnis del' Nationalokonomíe zurn Klassischen Altertum" (en Berichte iiber dir Ve:h~ndlul1gen~er kiiniglichen siichsischen Gesellschait d er Wis serlschaften, L.elpzlg, 18.49, pago 123), en donde dice que tocios los pueblos de civilizaci ón superior pasan por tres estadios que corresponden a los "tres factore s que hay .que combinar en toda producción: naturaleza, trabajo y capital. En el pnmer período predomina poderosamente el factor naturaleza. Los bosques, los pastos y l~s torrentes alimentan a una extensa población de un modo casi vol~ntarJo. . . En el segundo período -como han experimentado la n~ayona de los Estados actuales durante la segunda mitad de la Edad Medl.a-:- se hace ca da vez ~l1ás importante el factor del trabajo humano. Por último, en el tercer per íodo aparece en primer plano el factor d~l capital: la productividad del suelo se ve inconmcnsurablernente enriquecida por la aplicaci ón de capital; asimismo, en la industria el trabajo rnanual de cada operario va siendo gradualmente desplazado por la industria fabril y las máquinas; todo ello contribuyó a un constante incremento de la riqueza nacional". Roscher repite esta clasificación en su tratado extenso de Economía (Principles 01 Political Economy, con una Introducción de L. Wolowsky, traducido por John L. Lalor, Chicago, 1882, I, págs. 165166). Sin embargo, aquí no consideramos esa clasificación en términos de estadios sucesivos, sino más bien como un principio de comparación de economías diferentes. No hace falta extenderse más sobre los estadios de R;oscher puesto que se basan en conceptualizaciones en gran parte operacionales, y además, porque nunca fueron utilizadas por él o por cualquier otra persona corno un principio gracias al cual pudiera describirse o expli carse un proceso secular de progreso económico. 32. Hildebrand, Nationalokonomie, pág. 329. 3~ .. Esta crítica fue . suscitada primero por Sombart, op. cit., pág. 373. La repineron J. G. van Dillen, H el economisch Karakter der middeleuwsche S~ad, Aros.terdam, 19~4, pág. 9; por Georg van Below, "Deber Theorien del' \Vlrtsc~af]¡chen Entwicklung del' Volker", Historische Zeitschrijt, LXXXVI, 1900, pago 17; y por Gustav Schmoller, Grundiss der allgemeinen Volkswirtschajtslehre, ~eipzig, 1904, II, pág. 1117. Se repite otra vez en forma diferente por Eh Heckscher, "Natural Economy and Mane Economy" Iournal 01 Economic and Business History, III, 1931, págs. 2-3. 34. P?ra la críti.ca hecha ,por Cohn, véase Sombart, op. cit., págs. 17. 1? Y es,?eclalmente p ágs . .18 y sigs.: pero la prueba más amplia de la presenc~a conjunta de tr~n.sac~lOnes de trueque y dinero, e incluso de casos oca. síonales de ,autosufic~encl a, la presentó Alfons Dopsch (en Naturalwirtschajt lmd Geidwlrtschait 11l der Weltgeschicllte, Viena, 1930), I/I/U /I . ' in nt ItI.\ I ,' , f, I/ JJI/ l:lIIh;II'I.'O, par; ~ l.. r /111 ( ' IIf ( I M II ' ,\ ' I IJ ¡ ( '¡)"" () ,\ lI t '(/ IliJ insto con Hiklcbrarul hay que sc ñulur qru- I ,,' d .lb .l cuenta de las dificultades que entraña distinguir entre econo m í I ,Ictrueque y economía monetaria, Doce afias después de la aparición lit: :'11 primer ensayo sobre este t ema publicó otro estudio al que se ha prestado m uy poca atención. Esto no re sulta sorprendente porque únicamente se (ra l a ele una pequeña obrita de poco interés científico, pero, aunque aporta muy poca substancia, es una prueba de que Hildebrand intentó resolver e-l comp lej o problema de trazar una distinción tajante entre economía de t ru equ e y econom ía monetaria. En su ensayo, "Die Entwíckelungsstufen de r Gcldwirtschaft", l ahrbiicher [ilr Nationaliikonomie lmd Statistik, XXVI. 1876, págs. 15-26 (y reeditado en Nationaliiekonomie págs. 359·373). Hilder: 1 d distingue tres estadios dentro de la economía de trueque y dos estad ios dentro de la economía monetario. Se limita a dar la lista de los tres es t adios de la primera, a saber , (a) el nomadismo, que implica la ausencia de propiedad de la tie rra; (b ) el predominio de la propiedad comunal de la tierra; y (c) predominio de la propiedad privada de la tierra. Parece 1 zonable s uponer que esta cla sificación se inspiró en las investigaciones de Maurer sobre el primitivo Markgenossenschajt, que era muv popular en la lema n ia de aquella época. La clasificación de sus estadios "en la economía monetaria está aparentemente sin terminar. Hildebrand sólo consizna dos es tad ios, pero esto solamente le lleva al final de la Edad Media; no se ocup a de las formas modernas de economía monetaria. Los dos estadios ue él distingue son el de circulación monetaria de lingotes y placas círculares y el de la circulación monetaria en [arma de moneda acuñada. El primer estadio representa un sistema mixto en el que todavía se considera al metal moneda corno un objeto de trueque; el segundo estadio es la forl ila más antigua de auténtica economía monetaria. Hildebrand explica la transición del primer estadio al segundo diciendo que surgió de las necesidades y privilegios de los gobernantes. Marc Bloch, "Economie-nature ou éco nornie-a rgen t" Annales d'histoire sociale, I, 1939, pág. 11. Es de lamentar que Hildebrand no completara su análisis de los subestadios y rellenara de ese modo su clasificación de los estadios. Podría haber señalado una serie de aspectos políticos o culturales que hubieran dado un giro más útil a la muy abrupta y casi estéril distinción entre econo mías de trueque, monetaria y ccditicia, Al carecer de ese estudio más ex tenso de los subestadios, su teoría consiste simplemente en rótulos. más o m enos adecuados, aplicados a las diferentes formas de cambio, en vez d e ser una explicación teórica de los cambios en la organización económica. 35. Sobre la distinción entre redistribución, reciprocidad y mcr do..,. Véase Karl Polanyi, Thc Great Transiormation, Nueva York, 1944, ca p tul ..·. 4 y 5; sobre los Bancos e instituciones conexas, la bibliografía " ti II Hl siado voluminosa y conocida para que sean precisas citas especiales. v(~ , tito sin embargo, Alcxandcr Gcrschcnkron, "Economic Backwardn , . in l li: Inr i cal Perspectivo?" en The Progress oi Underdeveloped Arcl/'" 11 . l . Ilmdil 1. ed., Chicago, 1952, págs. 3-29. 36. Véase Johann Plenge, op. cit., iden, Grund lcgu ug , 1" chcnden Wirtschafstheorie", AmIa/el! [iir sozialc Poli tl tnu! (;,' • I Y, 1917, págs. 492-518; y Dipsch, op. cit. 37. Dos traducciones aparecieron en 19l1l, uu.t "11 1';111(, ", ('011 "1 titulo, Et udes d'histoire el d'économie politiquc, traducida pOI' /\, 1I11l1';Y, I'arls y II II U 11 ' , nr¡ l ' t « 1\11 h V r tl I CONO'- J( () Bru sclus, I!JClI ; Y ot ru en ingl és . baj o el t ítulo de Lnduvtrial E vol u t ian tra elu cida pOI' S . M , Wickct t, Nuev a York , 1901. E n a de la n te todas la s rc feren cías a l pri nci pa l ensayo d e Büch er se remi tirán a la traducción inz les u pu b licada por Wic ket t. • . 38. Georg van Belox , op . cit ., págs . 22,24 y J. G. van Dillen, p. cit. , pags. J2-17 h an presen tad o un es t udio m uy in teres a nte de lo s ca m b ios P O el tex to e n tre la 1" y la 2" ed ic iones a lem ana s . 39. Biich er, Indust r ial Evolutinn , ca pít u lo J . es pecia lme n te pal! o 89. 40. págs . 106-107. 4 1. tu «, p ágs . 108 y s ig s . . 42; Véase M~lx ' .....e ber, WirtscJ/Q j¡ // /1(1 O ese íl sc u a ] r , Tübinge , 1922. p'l~S . :>32-542; y id em , Gene ral Econom ic Histo r '. t ra d uc id a por l . F. Kn ight, Glcn coe, 1950, p; gs . 315 y sí gs. tu«, " . . 43' . P a r a un es tud io más extenso de este pe r iodo, v la se m i ms ayo c;Itles m A<1~'a n ccd ami Underdev el oped Count ri es" , Conlluence, I V. 1955, pags . 324 y s rgs . 44. E n t re las pu blicaciones m ás intcre .a nt c sob re fa eccnu m ía urbana medieval , ba sada s en parte en los es tud ios lit: B íichcr. v éa n se so b r to do . J. G. van Dillen, 0]7. cit.; Fritz R dri g, Die euro pdischc S tadt im Mittclalte r ( 1932) Gottingen, 1955; Hcnri Pire nne, Me dieval Cit les, Pr incct on, 1925: v Max Web er, General Economic Hist ory, capítulo 28. Si se acep ta cxt a in tcrp rc tuc l ón cid p apel p cl ít ico cx lusivo d la c iu dad europea med ieva l y s i se considera qu e la pc cu liarldad de la "ce nom a urbana" es una ernau ió n del alto g ra do de so lida r id a v autod t rrn in a ci~~ polít ica .~ e la c iud a d eu ro pea m cd i .va l, la ur gu rn c nt ac i ón d e a lgunos c rr t rcos d e B üche r e e qu e no exte n d i ó su a ná lis is de la ec onomía urba na a la s ciudades no europ as es no solar n cnt impert inen te sino ta m b ién en ga ño so . J oh ann Pl cn ge , p.e., e n "Gr u dl egu n d e l' vcr z lelchcnd cn Wi rl scha fts thcoi-ie" p ág. 98, d ice uc hay q ue lament ar que B Uch er no comprend iera có mo "ut ilizar COI c la mcn te" la oh ras sob re ci ud a des me 'cvales m usu lmanas y h iza n t ina s y f<ls condi .i(lnes urlnlllas eo China,: fu de d. l' a su tcoría d e los es tu d ios "esa ext n. iÓIl u ni\'c l'sal -hist ó ri ·u" q u . rc q uic r . Pl en gc se d ejó engañar po r ci ert o s aSJll' tos su perficiales del fun ci o na mi e nto d e los mercados y por d te r mina a funciones a ná lo"as de supcr \'Ís ión d e me rcados y superv is ión de la producción po r organi za ciones gremia les . Si se J1U~iera fij ado en esas ci udades no eu ro peas, 1,. r ía t'nco llt r <ld o p ro . fund as dI ferentes que d em ucs tran la sa b id u r ía d e Biicher a l lim ita n ,\: a Oc ciden te co mo p r im e r a a proximación. 45. B Uch e r , o p . cit., pü g. 1.14. 46. Barl Büche!', Die B ev01ken lllg 1'11/1 F , tl k j ll r t {/m ¡H ain i m ¡er ::e/lIlt en lII u1 fÜtlfz ellllten Jahrlu mdcrt, Tüh in¡;e n, 1886. 47. H a bría q ué s cf a l<! r q ue en s u libro, I mll/slrial Ev olmiou (PiÍ gs. 154 y s igs .) h ay a un o tro sis tc la de es tadios ap,trtt: dd que es t ud ia m s aquí. Se encuentra en el capítu lo 4· , titulado " A Hi stori eal Sur vey o f In. dustrial Syste ms ", en el cual se d a una lista d e cinco es ta dios . Son; tr abajo doméstico, trabajo sa la r ia l. a rt esanía, indus t r ia c as era o si st ema d e p oner dinero a interés , y trabajo fabr il. Estos c inco es ta d ios correspond cn m ás o m en o s a los tres estad ios ec onómicos glo bales . El trabajo doméstico se co r respond e con el primitivo ~i s t c ma doméstico; el trabajo sala ri al con el nnal del si s tema dom é sti co .Y 1" t n lIls icilm al sis te m a de economía n .i ua s« /1/ lo. 1 : ,I.lH/lJ.'" IJJI 1( 1 / 11 {Jo ' U , ! 0 11 .Jr l t· ~; lI l1 a l". la Iortua l'<I ra ctl'l bt it a d,' organiladúlI uulu: tI 1 " urhaua; los do s últ irno s e ~ l .id ios xe cor . p u ud 11 l IIU I I primera v la últ ima fas es d e la economía na ci o nal. Así pues, ' t u ln caci ón de es tadios es simple men te u na lista d e a lgunos aspectos cspv b r del sistema más general de estadios económicos presentados por Bíichc r, Co m o a n ális is d e lo s p rocesos eco nó mi cos de crecimiento, es inferior: I an te rio r, y e n la med ida en que explica lo s sucesivos s istemas de organización industrial co mo ba sados en una creci ente d ivis ión del trabajo, resul ta mucho menos so fist ic ado que lo que Adams S mi th había dicho s ob r e el par t icula r . 4R. Los aná lisis del res to d e esa secci ón podr án SCI' co ns iderad os po r al gunos lec to re s co mo una cuestión marginal. En lu ga r de comp r ob a r la va lidez ana lítica d irect a d e la " teo ría" de B üchcr. va m os a estudiar sus concepciones sob r e la economía urba na y la nd ic iones eco nómicas primi tivas . Pero , como el es tudio d el creci miento eco nó m ico secula r tiene un a importante dimensión h is tó rica, y co m o se pue de n com p re nde r mejor ciertos problemas d el d esa r r oll o eco nóm ico . i somos conscientes d e la !'; d iferencias y d e fas a na log ías - 1. 1 co m o c. i te n ent re formas adek a da s moder na s y forma s total m e n te p r im itiva s d e o r ga n izac i ón econó m icas y s us COI' espo nd ierues es truct 1 s soc iopol ü icas . IIlI a teor ía que subr aya esos pu n tos ti e ne g ra n va lo r pa r a un a m ej or compren s i ón d el c re ci m ien to .co n óm ico , aunque no se ce n tre concre ta m ente en Jos p rocesos puramen te econó m icos d el recim icn to . 49. Véa se a r l B üchcr, "Envíe! T U Il ,", Jah rh ii .hcr j iir Gcset zgebung Verlva ltll Ig u nd Volk sw irtschait im D uu sclten R eiclt, XVIII, 1894, p ágs. '18·319; G ' a l' van Bc low , op , cit ., p ágs . 4-6; u ta v , chonber g, "Z u r wirtschaftlichcn Bedeu tung d es deutsch en Zu nftwcs n s i rn M itt cl alt " Jah r bii · cl i cr [iir Nationaliikonom ie Im d S tuti stik, IX, 1867, PÜ<TS, 13-14; y B runo H ilde b 'a nd , " Zur Gcschicht c del' dc u tsche n Woll elli ndu sll"Íe" ¡/}id .. VTI. J 866, pá ns . 85·86. 50. Cfr. BUcher, hldl lslria l Evolllt ioll, púg. 97; t a m b h~ n ~ lI " Erw íd el'lIng" loco cit . La cllesti llll de s i la apo r taci ó n d e Biicher fu e ori in a l o no. ha sid o suci ta do en 11 ,l n..:cepc iún d e la prim era ed iciólI dt~ E II [S t t:1W Ii ! ' de r \! olksw i r l 'd Ia j l que Gu st a \' Schmclle r p ub licó en el Jah rlJll /1 j¡ ir Geset " elJlm g Verwaltu ng lII ld V olk slVi r t sch ajt im D elltscllCl l R eic1l, ' VII. 1893, pá gs . 129 y si gs. S chmollcr había ci tad o a lgu nos d e sus propios escri. los a n teriores y se hab ía quej a do de q ue BUch c:' no ~,,' hubie r a n 'fend(l a ello". La r es pues ta de Büche r fue que el méri to de haher tic, ubi r lo el concepto de el:o I1l>mÍa urbana no le co r respondía n i a é l m i ITI(' ni lL Schmol h.:ro s ino a S chombcrg. r"l ús turde, 8 elow cncol\tnJ 1'<..' lo'. de " 11 id ••1 en la obra eh: Hildeo ra nd y Pe r lhes . Po r lo que sc n: ricI\ ' a l t un ep lo d ' eco no mía domé st ic a cerrada , Bücher r cconot'ió ha her 10111: d , ': ll; mi nu de ull a obscura o b ra dc u n [a l E. Bech cr, ~. ~II S a Jl IO~¡ d ' ~' 1 ¡p l l\, ~ d.. Rodbertus. - eaEl a taqu<.: d e Sdu nu lle r cont ra la prclv ll ~. i<i ll d, · Bii..lJt·r .1,. t i " dar de la teo ría lk los tres estadios -l·ClIIIOlll i.1 c101ll' 1. ti a , <.cullu rnía u r bana y ec ono m ía n at'i un al - no fuc d LJnieo. Voh·j¡1 ;! )) " 11 ' 1' ,. t'U Id , de j u ici o su condi ci ón d e ::ulor d,' la IcOl ia l'\1 ;ll\du .1 ,, 1J ;1I 11 I 1'1., , . e n " Wirtschafss luffen und Wirtsch a fs ellt wicklulIg" I t\/II/l1/"1I jji, S" 111/" "olilik I/Illi C eset r.x ebUl lfl;, IV, 191 n. p ú¡.!s. 011)5, 'J I. volví.) : 1 d b nll ir !l ll ( ' Bí¡ '! ll'l' IÜt'ra el des1111 . 111 1; la ( /i N/I\ 11 "11 In e ounm ia 1" I/.' r!','O!UtlS VI:'! , (:UhClMnN ro / : • lNOM/('() LUb r i J ~l' de la t~'oria ~r atribuyó su creación a Gustav Schonberg, Plcnge rec ur r ió a seleccionar una serie de párrafos del primer ensayo de Schon bcrg sobre los gremios medievales, "Zur Wirtschaftlichen Bedeutung des deutschen Zunftwesens im Mittelalter", págs. 1-72-97-169, v demostró a conti~uación q~e Schonbcrg había empleado en ese ensayo -los conceptos que mas tarde incluyó Bücher en su teoría, y que había presentado características aproximadamente similares para cada uno de los tres estadios. Biic~l~r contestó a la critica de Plcngen con una áspera réplica a la que volvi ó a contestar Plenge, Zum Prioritatsstreit über die Theorie der Wirtsehaftsstuffen" Alma/erl [ilr Soziale Politik und. Gesetzgcbung, V, 1917, págs. 248-262). Los argumentos más importantes, y en último término los más convincentes, presentados por Bücher contra la pretensión de Plenze son los sig~icntes: Büch~r dice que "Sch ónbcrg no se dio cuenta del hc~h~ <.le que tema ante sus OJOS las partes ele una sucesión uniforme de estadios. Solamente describió diversas situaciones que comparó entre sí. Cuando más tarde estudió en su tratado los sectores económicos se refirió a la teoría d~ F. List y mencionó .t a mbién la teoría ele los estadios presentada por mí Husmo. No puede explicarse ese hecho --como ha hecho Plenge- diciendo que no se acordaba de una teoría de su juventud. Nunca tuvo una teoría semejante" (pág. 253). ' . Plengc ~o contestó a esos argumentos. Gertrud Kalveram (op. cit .. pags . 107 y sigs. ha vuelto a suscitar el problema de si Schónberg elaboró o no una teoría original ele los estadios y contesta afirmativamente. Señala tam~ién que la distinción principal entre los procedimientos de Schonberg y. Büchcr es que aquél presentó sus estadios con un número mayor de van~bles "características" que Bücher o Schmoller, Si se acepta el razonamiente de la señorita Kalverarn, r esultará que los estadios de Schonberg ~stán descritos m ás como "tipos reales" y los de Bíichcr rn ás como "tipos Ideales". 51. Véase Karl Rodbertus, "Zur Gcschichtc del' rómischcn Tributsteucrn scit Augustus", Iahrbiicher [iir Nationaliikonomie und Statistik VIII 1867. pág. 106, nota 51 en las páginas 400-403 y págs. 408 y sigs. ' , 52. Habría que subrayar que nos interesa la función social del dinero y. no la Cco.flómiea. Esta ~ltima es idéntica en los tres estadios, esto es, el dinero actúa como medio generalizado de cambio y como depósito de valor. Pero la función social del dinero -y, como v~remos más adelante la función social de otras instituciones, p . e., los mercados o sus equivalen· tes- puede variar considerablemente, ya que no depende de los efectos puramente económicos de esa institución, sino fundamentalmente de la acti· tud general que con respecto a él tienen los miembros de una sociedad. 53. Las tesis de Rodbertus sobre la cambiante función social del di· nero ~llcron elaboradas mucho antes que sus escritos sobre las condiciones a~ranas en la anti~ua Roma. En su primera obra importante, Zur ErlcennlfllS .wlsrer st.aatswrrt~c1zaftIielzellZllstiiflde (Neubrandenburg, 1842, pág. 147 Y SlgS.) analiza las diversas formas que puede asumir un medio de circulación, y distingue entre moneda con valor intrínseco de mercancía (p, e., y plata) y el dinero del futuro, que es un mero símbolo ":l0nedas ~e s~n v~lor mtn~seco. En el curso de este análisis, examina el desarrollo hlstÓ~ICO del dmer~ y da una explicación que guarda una sorprendente s-:meJanza con las Ideas que más tarde Hildebrand incluyó en su emayo 0;0 J I UI t.\ JH J (j , . \"",. 1)1.1. IO ·'('I ¡\/J '· , r { ) 'O,' I,\ I H" .lc I L Aunque Rodhcr t l i 1l\1IlGI prutcndió que la clus if icución (\ l ' eli l . de H ihk br:\I1cl se dcrivu ra de su anterior an álisis, las scm ejanzas : .U II l . 1I .... ra ndcs que pueden llevar a suponer que es posible que Bildcbrand uv ic .' presente la obra anterior de Rodbertus cuando compuso su ensayo (k I!1M Si esto fuera así, habría que considerar a Rodbertus no solamente como la fuente original de inspiración para una parte de la teoría de Bücher, sino ta mbién de la teoría de estadios económicos de Hildebrand. 54. Rodbertus, op. cit. pág. 401. í 55. Eduard Meyer, "Die wlrtschaltliche Entwicklung de Altertums" Iahrbúchcr [iir Nationulokonomie und St ati stik, LXIV, 1895, págs. 696-74,3; Dopseh,op. cit.; M. I. Rostovtzeff, "Revie~ of..J0h~lmes. Ha~ebr?ek, Griech isch e Wirtschalts lmd GcsellscTwllsgesehlcllte , Zeasdmtt f¡~r die gesamte Stoatswisserscnait, XCII, 1932, págs. 333-339; y R. von P óhlmann, Ce~clfichte der sozialen Erage ul1d des SozialislIlus in der antiken Welt, Berlín, 1925. Véase también G. Salvioli, del' Kapilalisl1ws im Altertum, Stuttgart, 1912, y véase la réplica de Bücher a los ataques de Eduard Me~'er, en su artícu~? "Zur grieehchischen Wirtschaftsgeschichte" (1910), rce~ltLldo c~ Karl Bu cbcr, Beitriige ZIIr Wirtscl¡aftsgesc1fic1lle, Jcna. 1922. pago 1 y sigs, 56. Roztovtzeff, op. cit . p ág. 335. 57. La controversia entre los partidarios ele la teoría de Bücher-Rod.r tus y sus contradictores se ha visto últimamente somcti~a a dos plante am ientos distintos. Puede verse un resumen de la controverSIa en Edouard Will "Trois quarts de siecle d e rcchcrches sur l'éconornic grccque antiquc". /lfm~lesl IX, 1954, págs. 7-19; Y en un ensayo de H. W. Pearson,. "The Secular Debate ou . onomic Primitivism" en Trade and Market lH the Early Empircs, K. Polanyi, C. M. Arensberg, y H. W. Pcarson, eds. Glencoe, 1957, págs. 1-11. (Véase también la evaluación de la controversia del "oikos" por Max Weber, Gcsamllldte Auisiits:« zur Sozial -und Wlrtsc}laftsg~s­ chiclitc, T übingen, 1924, es pecia lme nte págs. 8-12, 31-33.) El e~sayo de wm contiene un gran número de citas biblíogrMicas oportunas. WIll resume su análisis definiendo la economía griega del modo siguiente: "Una estructura socio-política orientada hacia una ciudad, basada en último e~tremo e n una economía esencialmente agrícola y limitada a una producci ón arcaica de artesanía para la satisfacción de necesidades restringidas.. El cr.ecimiento de la ciudad hace que el comercio exterior sea necesario ~ fin de satisfacer las necesidades del tropllé, y en segundo lugar (pero snnul· táneamente), del Fisco. E sto produce una categoría ir:dispensabl.c de perso· nas con una orientación cosmopolita y orientada haCIa el ex tenor, an.t,ago ' nista de las tendencias arcaica'; fundamentales. El volumen, la compleJidad yla extensión de ese comercio fueron muy mode~tos al principio pcr~l creció progresivamente, aunque siempre permaneCIó extremadarm:lI\(: 11· mitado en comparación con nuestras concepciones modernas" (p f, '. 19). Aunque esta definición parece a primera vista una posici6n (It: ":lIln :o término medio" entre dos extremos, apoya consickrahk01ent~: la 1IlIvrpr,' ladón de Bücher V de Rodhertus, más que la lesis I11ml 'm ista, ya ([U" destaca el carácter' predominantemente agricola y arll'sallll I Iv 1:1 l'clmomía griega y el ámbito relativamente limitado tI¡; su l'UllI -rdo. 58. Véase Dopsch, op. cit., passim, pera csp c ¡¡¡lmente e pít ulos 1 y 2. 59. Esta debilidad de Dopsch fue ya cemm ra c.la ;'¡sp cr~lIncnte -yen mi opinión, muy lógÍl:amcnLe- por SUlIlhart , en l ' '1:lció n con la obra de mr :, ni J J 1 ( / ,\ 1/ " 1() I.C LJ. fJ II ,p ,(I1 , ¡JI . ' 1\'; ' 1' 1/' r twic k lu iu; dcr Kurolon ge r; 'i, ( Wd Ula r, :t vols, 1 12-19 13; c lr. S umh a rt . Dcr !"JOr/t'r1l Kapiu ti tllT I. , Muni ch, S· ed ici o n . 922, l. p.i g~. . -55 ), cíO, Dopsch . Na t uratwirtschu ]t un d Geld wirt scha jt in d cr J.-/ l g es chich te, pág s, 253-25,J, 61. La ingenuidad d e Dopsch se po ne, a demás, de mani fies to en el argumento ( ib id ., p ág. 254) de que el s istema med ieva l de pa gos en especie es idéntico al sist em a de trueque. Pero m ient ra s UC, en las condiciones dom inantes .n la Ed ad Med ia , el pa go en espec ies era p referido por la s dos p artes. deb id o p i m ent e a la au: e ncía de merca do s orga izados, el s istema de trueque , e n le med ida en q ue e p rac tica en cc on m a~ en las que fu n cionaban mer cados bi en es a r rolla dos no era un- in tituc ió n m utuamente beneficiosa sino u n modo de expl ot ar a l obrero . D ahi q ue ambos s is temas ten ga n sólo un a . m ianza superficia l y sea n b . kamen te diferent es en s us fu nciones so lo-econ óm ica s. 62, Véase Gu sta" Sc hrn o llcr, T lie Mercantil Svstcm (trad uccio n d u n ca pítu lo de "S t udic iib er d i ' Wir L ha ft lich Polit ik Fricd r ic 's d es Gro s scn" publicado prime ram e n te e n l BS J, VIl, J, Ashlcy, cd . y rr ad uctor, Nuev a Yo rk, 1895, á . 3-6. Pa ra u na e.' OSK'¡On m ás reciente v e, t ' 11 a véase Gu st av S chmoller, Gru ndri..\ riel' algcmci ncn Volkswirtschaitsteh re, Lei pzig, 1904, Ir, p ágs . / 126-11 31. 63, So bre el m ét odo de Sclu uo llc r. c. pec ialme ntc sobre s . opini o ues po r lo que se r efiere a la cccno m ía . \ a t: c hu rnpc ter . op , cit., pá gs. H09815 . M. l' te punto de vista lo pone mu,\ le relieve Karl Büche r , " Vu lkswirtsc ha lich e E ntwicklu gsstuk n" . 0 1ll l1d r iss de,. SuzialOk0l10m i , T ii · bi ngcn, 1924, J . 1> pa r k, ....spec i.tlJ11l'II! . p ~ . ~ . 6. 17-1 8. 65. Véas ' Ar thu r S piet ho 1, " Dil' a ll eme inc Volkswirschaftslehl c a b ¡rcschich t ¡¡ch e Th L'orie ; ie Wir t ' afL : tilc ", S cJmlOllers J all rbucll, LV 1. 1932, púgs. 51-84; e id ell1. "Ans chauli e IInu rd ne vo lkswirlschaftlic h ' Thco.-ic IIn u ih r Ve r htilt is l.Ue in3f1 c!l:r" en SYl1opsis, E dgar Sa lin, cd " Heidel berg. n. d. pá gs. 567-M4. Pm't ' tI<: es te IÍlti m o e nsayo se publicó e ll una t raducció n ing lesa t.:on ,1 tí tulo "Pu r t.: T hcor v and E cono m ic Ges ta t Th eo ry: Id eal T ypL's amI R ..11 T _ es", e l) E;¡ terp;'is e alld Secular IzaIItze, F. C. Ltlllc y J. C. Ri rncrs r , crJs., Homewo o tl, 111" J955, pá gs, 444-46~. 66. Véa se Lanc y Riemer. ma , 0 1'. 'j J., pá gs. 440-443. 67. Mary :lea ll 80\ 'm an y C. Arn o ld Anderson, "Wh,tsch ll ::. type n". Scll/IlOll crs .la/l r/m ell , LX ' V, 1955, péí g ~ , 514. 5 ~2 ,5 3 3, Cito IIna ve rs ió n in· glesa multicopia da difundida pOI' sus autor.:s . 68, Vt:as c Somba rt , ';Gewerblich c Ar be it " lo e. cil ., pá g, 402. Para u n es t ud io de la s "es tadio ~ ~ mómicos ", V":' é\Sl' i }¡íd. , pá gs , 390-393 y pa ra un l~stud io de los "pri n -ipios tlt.: él t ¡,,¡da d e o núm ica", i bid., p¿ g. • 3<)- • 6. 69. Cfr, Somb;lrt, "G ew crblichc Arbei l " lu e. cit., págs. 394-395. V ' se también Sombart, D er ,Hoclcm c.: Kapiral '.\/I1/1S, 1, pas:.il1l, e:;pcc ialmen te págs. 14, 31 Y s igs , 320, 327-330, íO, El propio So m bm-t p rl'se llla u n re s umen de s u l'squema , Cf r. "G ew erbkichc Arbeit " loco ciJ. , págs. 379-3S2. espec ia lmente pá g, 38 . ero véase también J . L. Gray, " Ka r l Marx a m i Sod al PhilosopllY", en The So· cial ami Polit ical Ide as a! Sa il/c Rep rf'H:Il ' a l iw ! T rill ke r,s 01 Oze Vic to rim l I/"/I/I,'./JI / (1 1'. .1 , l I I ';, n P¡ ' S , U 5-13l\. r, 1 ' ,/ I I \ . 1\ \ /l / ( I ' , 1 1 1 1 , 1I c u , I I 1I11l 1 " ' , 1' " I , I , 1 I ( ' 1/1 , , 1 1I ~ \ .I' ; \ ' .. llh.1W. I ,, " . h l l l' l l . ' 71. V éase , por cjc m plo , Bo w ma n ~ Al II rso , °.1, c i t .; v III ~ ' " So cia l Structure a nd Eco uomic Gr owth" CO/W 111 U! Iru erna zio " 1953, p ágs. 52-72, y "Sociological Appr.oach lo EconOllllc Developm nt , /~tl.' del Con greso In te rnazio na u: d : St udio su l Pro bl en ui d el /a Aree A rret rut c, Milún, 1955, n. págs. 755-758. 12, Sam ba rl, Der MUll en/ e K api talisflll lS. 1, p ágs. 327-328. 73, I bíd ., p ág. 329, . . , l)17 74. Werncr So rnb; rt, Th c Ollilll essence uf ( apila /15m : Lo nd res , 1 . E l ca pítulo alemán d e ese lib ro es Dei' ñoureeois ( MUIllCh,. 1913).; eS,te t ítulo indica m ejor su contenido y en foq ue g ner a l qu e el tit u lo , ~ngles. 75. Sc numpe tcr. op. ci t., pág. 8l5, Véa se también la va l?rac ll n g~­ ncral q ue da Schumpct e r a la ap o r lació n de S orn b art a l est udio d el cap it ali s mo, lb iá. . / M 76, H. S p¡ w 'c nbe rg, T crr it or ialw irt sc! w f t /I/u1 SI(~t1I \\'l r l~Sch(! ,1, ' u' ni ch 1932; H an Geiss , Ce/ el -/II/(1 I/{l w r alw i l'l Sclw l tllcl le E.rsclte l ntm~s' /o n;ICI/ illl st aatllch en /w f !J(//: l t al iens 1 tih r end d er Gotenr eit , S lu ttga rl , 1931 . . A t 77. V éa se H a ns van "Ve -c k e , " Econollli e·Nal u rc '1 J.•l·0I10111 IC · r ·.JI : Une Discussion". Anuales d'/¡isl or i ¿f'01lOm iq ll c el H)Lit~lc:, 1[1, 1931, pa :. 428-435; Henri S ée, "Review nf Alfo ns Dop sch , Natura l» '/r !Scllll/l lI u1 Geld· " 'i r scha lt Íl I dcr Wd lge.\ c iicht ". :cOIuJIIl ic History Revi e v, IV. 1932-1?34, {//Ur all,,'¡r t. " " Vi9.360' Hcn r i H, us er, " R view of Alfo n Do psc h , fJ·II_ ~ . _. , . O' '7 ' 4"8 Otto H intze clt~ ft. . . ele", " Révtlt~ Crit ique ", XCVII , 193 , pags . 't, ' . ' ; , • • . , "Review uf Alío ns Dops ch , I at t 1"1l1\Vi r l scl w f t . , . etc.", ' N : ~to n.<c11C Zei tschr i { l , C 'U I!, 1931, p úgs, 524,~7; .Ii , H eck. che f . op. , ~ll: , p~~.- . ~ .2~; y ~ '1 ~~: Blo ch . " L ' cl asliit icat io ns l~Ol1 l) n\lqtle.· ;. la lllm le re, tI< s lar t s ~ dOlo . Annal ' d 'h i. toirc écor om iq LIl: el social ' . l IT. 19_ 1, pa " s. 435,·~40. 78, Hi n tz.:, 01'. d I.. p fu' , <;25. 79. La cxpo~icióD. clás ic, d '\ us o de CUJl5lr Ucd o llCS d c t ipo ~dl",:l c; (',1, .:lI sa 'o de Max W ' (' 1' so bre "Obj el i\'it ' in Soci a l Sci 'n~t: . d S~clal Poh~y . qu e e pu bli có por p ri nw ra \ " 1,. l ' • 1904 , Y qu.: 1: 1, SIdo II1c1U1~1 c n/ : ~"" \"," her T/¡ e M c tll oduJogy (J f rlw f) CIII S C! i?JIC t.'S. le ncoc, III. l A ? , p U l1 ' O y s igs, (Es te lib l'O se r ú ci ta du l~ 1I adl'l a nlc COlllO ;H(,I II nd ol oIt,Y· ) E n. ,se l' l1 ' sayo, Wcbe r a lll e explic ita n ' Il e • \a econu: Ir. u rbana ,Y ~~ ~-al ll, I~.L .. ~I ' .:jcmplo d t.: l ipo ideal. H ' ~ m ot ivos ,p a,m P 'nsa r qll ~ ,l~, ?I Op ~.l clJ n~ Cfl'I(lI,1 de Blich e r de lo s es t, io ' es JIlUY slm Ila l' a la exphcaCl~n .d t ,W~ l> 1 , \ _...l.1 supo sici ón p ro \' iclI de la ;\ri nn ació n d ' BiidlCJ' ~n el prd'ac llJ 1I . l a ~'~' r'~ 'll d .~ edición a lemana ele Die E.l/ sl '!U lI/ d a l!o/k s\l 'l rsc/¡¡¡!1 ~ II d Ulld di \ : 11.,. cíe do es pe da l refe renc ia a los lIos cap ít ulos q:' c con t~cll:'1I ~Il [ 'o " (.I l . ta d ios económ ico s, que "su ol1r<l 1 ta dc lco n a cco.non llra 10 <le: h'~. l'c ;,>. . . E n la, PI'I' rJ1"~ 1"\• ed ic ión m e LXl'l'cse ' U II ¡' -¡., Ia llt to n, a eeonom ' , .1.111' liad, p ero, por lo que se re ficrc.: a l canícle r ló~i~(~ de l0.: e .t~~l~1t s " ~"'.'~ I.IC :', S in embargo , he aprovech ado la pres enW cd lelol1 pa l,l 1l.1I '~ lo... 1101. ·lI t 11 cu es tió n una forma t al que en el fu tu ro no se k s 11\Il'l1a 1111<'l'p 1'1'1 .1 Ilwl con buenas intenci ones". ([ I/{[lIslria/ RCI'(Jlul ioll l, p 'i)', " , 'u IH:lva dos n... son míos ), Est e a r brtlmento fue pasa do po r alto po I' 11lllelIll~ e.d l ieo s d:'.stle el ]Ju nto de \'ist a de la his torié], P ero la Il'o rÍ<i <h' lIiiclwr l11e n 'coglda po r 11 I ¡j O I I \. 11, I,.w (' " . /)1.1 (" 11 t« '/ ,111 h \ ' /11 I ( 'U N OM I CO .. mtcrprctaci. ,ón diciendo que cualquiera L Il !l) l.• 1111. 11. ro r d e B üchcr, sus estadios implican una sucesión 11 l. 1~ 1" ' 1 d - II (J t H 111 11 1 S , esto es, una sucesión más o menos rota del'~ l I"~ ( U 1 " ' ?? • Iio: . ' .. 1, \ ' , 0T', cu. , p LlgS. __-24.) De hecho, el análisis real de los esta( lOS lit: R ucl • 'l l ,'u •'11 TI bi ' . " . • ' . )(guo. C uand o os I mencIona explícitamente los _ .11Jea d~ ( nst n~c:lO nes lógicas, pero en el curso de su ensayo los ;rata •,"UJI,I.O. T< ('~ I ~uL e Justamente Belo\\'- de puntos focales en una evolución histórica unilineal, Por otra parte, en cierta ocasión dice que desea "dividir ~O(lo ,el (;urs~ del desarrollo económico, al menos en el caso de la Europa l.~ntr,lI y occidental, .. , en tres estadios" v en otro IU<7ar habla el l " si ón históri d " . . 1:> , e a succ', uu ca e. SIstemas Industriales" (Tndust rial Evolution, págs, 89 y ~ 54), Esta ?1aner<l de presentar las cosas puede f ácilmente producir malas lIltcrpretacrones. • 111 " I ' l ' 6 1: 1: . U ' , 1 ': J ,1 ( 1,' l. ~:-,\,. i . S~I1. cl11b~rgo, después ~e la primera guerra mundial el magisterio me~d~log~~O de ,Weber 1;(' habla abierto camino entre los sociólogos alemanes , ) tam~)Jcn gradualmcn.te entre los demás, hasta el punto de que la ín t er ;;~laclón ~e los estadl~!; económicos como tipos ideales era comúnmente ep tad a, ~ solamente algunos contumaces se negaban a admitirla E t." los que aceptar l ' •. 11 1 ~ • . 'J. • <, ,o n as concepciones webcrianas sobre el método de la s el :1ClaS sociales, destaca Akxander von Schelting Cfr su "D' 1 lsc. . h Th cor ie del' historischen Kulturwissenschaft van' Ma~ W'b le ogd e b .so nd er c . B iíf d . e er un im ~'_ . . ~ .sem cgrrr cs. Idc~ltypus" Archiv [iir So::.ialwissc1'Isclzalt und So..~alF~J¡,t¡f,., XLI.X: , 1922, paps. 101-726. Cfr. también el Prólogo de Edward A, Shíls en 1.\ ed ici ón amcncana de la Mcthodology de '''''eber /. Oo. SO V' " pags. iu-x . dle, case: .Spam\cnbcrg, op. cit., pág. 1; Y Johann Plenze "G ~Il der vc r glc ichc nd en Wirtschaftstlworic" All/'wlen [iir soziale 'por;tn ~ G ' ~ ' l ;:.g e !J111I g , V , 1917, p ágs. 52 v xius . 1 1 un 81. Franz Oppcn eimer, S'\'S/~;1I del' So ziologie, Jcna, ]923, IIr, l' pa r te, págs. 275-300. . 82. 1bid. p ágs. 277 v 300. lB. Schumpetcr, op. cit, pág. 442. 1; 84. lIe.rbcrt Gicrsch, "Stugcs and Spurts 01' Economic Developmcnt" ~. 1 tzcononuc Progress, Lcon H , Dupdicz, ed. Lovaina, 1955, pág. 194. , 85, Andreas Prcdohl, Aussenwirtschatt Güttül"cn 1949 especialrnenrs ') ' \1 " 46136 W I H ff r <=, , • J • J'~ ' a ~CI'O mann, St adi cn und T'y pen der Industrialisierung l-: .. a, 1931; y Colin Clark, op. c i t., pág. 395 " s igs . ' . 86." Cfr., por ~jemplo, W. W. ROSI\lW, "rhe Take-Off into Sclf-Sustained ~r:()~vt/¡ .', E~OllOnll~ Journal, .LXVI, 1956, págs. 2548; y mi artículo "Nont.: ~or:.~mlC Fdct~rs 1lI ECOnOITI!C Dcvdopment" Americall EcollOmic Review, XL\ .I. 1957, pags. 2R.41. 87. V~ansc los escritos de Arthur Spicthoff, citados en la nota 65. " . 88. Ye~se L~ne y. Riemersma, cds" 0[1 . cit., págs. 341443; F. C. Lane (r,JIIclUSlOl1 , ¡bu/., pags. 522.534. y, - ; ' i' . 89. Cfr. ,~o\Vman y Anderson, op. cit., págs. 533·534 . Tampoco se ha l..)rado de cntlcas la obra de Spicthof. Quiz{t el ataque más agrio contra ella y contra los .estadios económicos, sea la formulada por Walter Eucke:l (en T~'e FOlll1dal101tS of Ecollomics, Chicago, 1951, págs. 64·102). Muchos d e I~s ?lgun;entos de .Eucken so~ repeticiones de críticas anteriores a las t 'O~laS de los ~stadlos ~c~)UómIcos, p. e., que los estadios son arbitrarios, qu<: no se aplIcan emplncamente a las situaciones para las que fueron 'FIIIU,t ' ,,1. /IJ'. I L I M I/u 11/ t. r 111 e uu¡ NIO ¡ ( '(11 ' (1 .\1/111 onc 'bidos, que nu ( 11 verdaderos 1 ipos idl alcs, xinu • !:l . I lt 111 11I I idea les y reales: y que son la consecuencia de un puntu de vista hi' t' l 1 ' t i Eucken arguye que, en lugar de construir estadios o estilos de ti.. I Lr ·11.. económicos, la única manera de tender un puente entre la historia J' la { 11 nomía es tomar de la historia "hechos" económicamente relevant ' . y C lit diar las formas de actividad económica y características de esos hechos . En este sistema estudia Eucken un monasterio medieval típico y las relaciones económicas en las que estaba envuelto, o un artesano medieval representativo o un intermediario en el comercio o en la industria o un hombre que toma dinero a interés. Eucken cree que con ese método se puede llegar a aislar un "cierto número limitado de formas básicas que pueden combinarse de diversos modos en estructuras económicas reales" (p ág. 116). A partir de esas estructuras se pueden construir tipos ideales que es posible clasificar y examinar sistemáticamente, A consecuencia de ello, Buckcn llega a una serie de tipos ideales de sistemas económicos u "órdenes económicos" que se convierten en terna de análisis comparativo. A pesar de la crítica de Euckcn a los métodos de sus predecesores, resulta difícil estimar que sus propuestas positivas equivalgan a algo que no sea un método alternativo de formular los tipos económicos. Su interés principal estriba en que desarrollar tipos contemporáneos de sistemas económicos para fines comparativos. E:-; evidente que no hay ninguna indicación de líneas de desarrollo que lleven de un tipo al siguiente. Los tipos están colocados, por así decirlo, en compartimientos completamente estancos. Pero no hay nada cn la exposición de Spiethoff que haga que ese procedimiento resultara inaplicable. Es cierto que Eucken llama a su s tipos "tipos ideales" mientras que Spiet hoff les llamaría "tipos reales": pero se trata simplemente de una discrepancia terminológica mínima y, como lo ha demostrado Alexander van Shelting (op. cit., págs. 726-731). incluso Max Weber tenía dos conceptos de "tipo ideal": el uno designaba una combinación concreta de sistemas históricos de acción (p. e., la eCO\1(¡· mía urbana medieval) y el otro, una pauta puramente abstracta de variables que no tiene en la realidad ninguna contrapartida, y forma, por lo tanto, una pura "utopía" (p. e., ciertas proposiciones de la teoría económica, como el concepto de hombre económico), En la medida en que WCbCl' intervino en la discusión de la aplicabilidad de las teorías de los estadios a los problemas de la historia económica, aludía a la primera clase de sus tipos ideales, como veremos más adelante. Igualmente, hay que entender la concepción de Hintze, citada anteriormente (véase la pág. 264 de ('sil' libro) como implicando el concepto de "tipo ideal" en el primero de los sentidos weberianos, esto es, en un sentido que Spiethoff hubiera l'alific,¡JI' de "tipo real". En mi opinión, todo conflicto entre Euckl'n y los L'slTilorL'~, qUl~ critica se resume en dos puntos: en primer lugar, Euckl.'T1 clllp1t:a sus tipos para un propósito diferente que el que Biichcr 11 Schlllollcl' tellían presente al pensar en sus estadios. EuekclI Sl' intl'resa s illlp ll'n lt,:u t . por una tipología compuesta exclusivamellte: por variahles l.'I;OIlC'Jlll icas para t:omparar sistemas; Büchcr y SchnlOllcr Sl: inll'r ':111;111 l'U las 1ipologías con el fin de reconstituir los carnllins insliltll·illll.I!(·s, tal y ('011\0 Ol:llrricron en un proceso de dcsal'rollo hist( 'll'ico, La se lInd .1 dil l"c n ia es qu ..~ Eucken se opone al historicismo quc d l'nClIl:ul ra t'n los c. critus de la Escuela , ! I (lJ I I 1 I J, 1 IU / , ~ {¡ ' 1'1 ¡ I f (1 " ,tl/ I (J 111• ¡Ü 1" it:.'. , ,,1 11 111 l I , " 1 ' pu 1 1 ' t , , . \ , . 11 lJ , 1 '. p U . Il lu n l • t!.u kvu ' ,1' 1:Nl l'l'U : U J I url PuPflt·I ' 1' II I ro U]JI'II So ci ctv 1 11 1[.,' E iuun ¡ 's ( Lu l d res JI N.o P Id ' n ll" , ', ' UII l '~ r :l I,u "1 d e a rgu lll L'l ll ac!ó lI p r u c l () ' 11" ,, ' , ~' disgre I n i' . ,~ 0.; . 1 1.1 , 1 1111. 1 ." u \ 1 I ~o 1'" q u ' d csl urd a los lirni i cs de es tu ensa vo, Ca h rf S"I"' II ' , ' o J 1" " . • ." ••L , S IJI ' m il' ' ,. ' 'i ll~' l' ISlo n Cl sm o d e los <lU [U I' IlS d e la Escuela hi stórica (. ~ ec n o rn ja " ) 'Ir""" mue! ,' , I d ' ...J • 1 e 10 rna a es cr ito por MOI'!on Wh'! , S' . s. 1¡" lIgJ!r m '1m · · · · . Tf • R 1 ' , 1 ,l • • OLla • • <:U C;{1" re ~ I' O I agains Form alisin (Boston ICJS-, .; 12) IJc ']1 u ' [ ' ' - , p ug, , , , 1m a ~n' a m e n r e co m ba u,o, Po p pe r , ~ ~O ' ..' , S . B: Gras, "Stngcs in Ec ono m ¡ . Hi story", .1()u1'II ol o ] f~c()J/()¡¡IÍ(' :Jr¡; L . .. . . . b o r.z eció n contemporánea el , crecimiento econorruco l u stness Hist or y, n. 1930, p ág . 395." 18, 91. Au nq ue no a ta ñe cle rt amen to a c xt ~ !St ud io jo, lista dud: . "" S interesa I I E l ' ' e, . .I ( a PO! -, , 1 c. snt re os cscrtto ' q e 110 han ut il izado lo s esta Ii ' Y a los qu~ califica d e "hi storiado res on ó ri cos no ceo no;;l is hS 'h ist ' ~ ,o~ ,) ec onorn rs tas gené t' ''' '1 L ' . e storicos / iris . " leo s e l a ' l e\'a SSCllI', ClInnillgham, B ol les , Hauscr, ~ p~o~, Y, Boga rt . n s egu ndo "TUpO, que emplean los estadios "co n rnod e~~~¡()I~, ' 1I1~'Iuye a ~\s.h kY y Hea ton ( a m bo s infl u id os por S chrnoller}, Hecks. , r .) . Po~t~lUmus, ,:1 que xe desl aca por ha ber consi derado lo s zs tnd io s e,o,n~o ~~?OS Id~al ~s: E,l, I, cn:cr grupo, q t e " ha ce de los estad ios el • 'qUdc t~l (k su ca r ne h ist órica inclu ve a Unwin v ." p ro p io Gras ( Cfr '¡ ' 1 . 4 144 15 ) t . ,, ' , I . ' - ' " . I nu. pags. . '. ' 1 ~.I C l,l~P o n :CIL'l11l' cid em p ic o de clasifica ción por est udios C'll hi " t 1 n .l l ', nonuca es el ensayo de Ar t hu ¡: H Co le.... ' .... N C\\' " ' S et 0,-r: ,S ta gcs ' ' F _. l , 1 reJ , IOII.' 111 zn t r cp r ene u r i a t Hist ory, VIlI, 1955, 99.107. ;2 , e) :r. ~\-[er~j()dtllol!,, " p ág . 102. ( , 1 subrayado cs t ú en d ori ina l. ) . . ~3:, UIi , llIdl~;ll'J Ón ele la dir ección que pod ría to mar u na teor a d e 1 , ': tacho" , d e . ' í.' u po L::. la cont enida en m i e n. ayo "Econom i por , ' O~J Ec no mi D 'vd o ¡) ' 1" t " , TI S 1<':. anc J 1\' 1 1I en en le . tate ti /Id EC{!/1ol12;C Growt h Hu uh e " 11 cvn, -d . ti 'va Yo rk . 1959, p ágs , 32.5,352. '" 1, au d T .Ó: , , ' po r l-fE1>iR y .J, BRU TON o exis te CU C t1lO de doc t rina o COI j un to de prin cipios que pueda n con co nfi an za ca lifi ca r se ele "l a teor ía mode r n a del crecimi ento económico". Los libros recientes a bundan en ideas seminales , re vel a do r as percep cio nes, fragmen to s de penetrante análisis, cabos sue ltos e hipótesi s irreales, Existen modelos elegantes y riguro s os, preocupados de explicar un Ien órncno concebido muy est ric tamente: ha y estudios genera les , que pres entan de modo arnbigu e impreciso todos los factores que cabe concebir como rclacion d os con el proceso ec on ómico; y hay aportaciones de todo tipo , in te r med ias entre estos c..trcrnos. Correlativamente, hay escritores que creen que lo único que puede espera¡' alcanzar una teoría del crecimiento econ ómico es el est ablecimiento de un marca m uy laxo que consis ta en un cie rto número de proposiciones ge nerales. unidas entre sí por la intuición y por una teorización ad ho c; y están también aquellos que creen posible elaborar una do ctrina del crecimiento comparable en elegancia y precisión, por ejemplo, con la moderna teoría a corto plazo de la determinación de la renta. A pesar de este modo de caracterizar la situación y el pensamiento sobre la teorización en torno al crecimiento económico, un en sayo que se proponga informar sob re esas teorízac íones tiene que esta r ordenado dC' al g ún moJ o, A fin de c!derminar ese orden , se r á ueccsa r io 0.<.10])1 , r u n p lll11 0 de vista co nc re to por lo que se rd iere al ámbito de la teo rí a clel crecimi ento y, a continuación, procurar formular una de scripciún co he ren te y unificada del ensami ento que cae dent ro de esa zona arbitrariamente delimitada, ~ E xc ep tua ndo unu.; c ~\I11 iJ i os estilísticos tI.:: m enos importancia 'Y la adición de alguna .; [lo ta s . e sle l'l1sa yo fue terminado en 1957, 319