Muerte y vida Escritores Actuales / Schwizer Nicolás Por: Padre Nicolás Schwizer | Fuente: Homilías del Padre Nicolás Schwizer Juan 11, 1-45 En aquel tiempo, se encontraba enfermo Laro, en Betania, el pueblo de Mar y de su hermana Marta. Mar era la que una vez ungial Ser con perfume y le enjuglos pies con su cabellera. El enfermo era su hermano Laro. Por eso las dos hermanas le mandaron a decir a Jess: Ser, el amigo a quien tanto quieres estenfermo. Al o esto, Jess dijo: esta enfermedad no acabaren la muerte, sino que servirpara la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella. Jess amaba a Marta, a su hermana y a Laro. Sin embargo cuando se enterde que Laro estaba enfermo, se detuvo dos ds m en el lugar en que se hallaba. Despu dijo a sus disculos: Vayamos otra vez a Judea. Los disculos le dijeron: Maestro, hace poco que los juds quern apedrearte y tu vas a volver all Jess les contest Acaso no tiene doce horas el d? El que camina de d no tropieza, porque ve la luz de este mundo, en cambio, el que camina de noche tropieza, porque le falta luz. Dijo esto y luego adi Laro, nuestro amigo, se ha dormido; pero yo voy ahora a despertarlo. Entonces le dijeron sus disculos: Ser, si duerme, es que va a sanar. Jess hablaba de la muerte, pero ellos creyeron que hablaba del sue natural. Entonces Jess les dijo abiertamente: Laro ha muerto, y me alegro por ustedes de no haber estado ah para que crean. Ahora, vamos all Entonces Tom, por sobrenombre el Gemelo, dijo a los dem disculos: Vayamos tambi nosotros, para morir con . Cuando llegJess, Laro llevaba ya cuatro ds en el sepulcro. Betania quedaba cerca de Jerusal, como a unos dos kiletros y medio, y muchos juds habn ido a ver a Marta y Mar para consolarlas por la muerte de su hermano. Apenas oyMarta que Jess llegaba, salia su encuentro; pero Mar se queden casa. Le dijo Marta a Jess: Ser, si hubieras estado aqu no habr muerto mi hermano. Pero an ahora estoy segura de que Dios te concedercuanto le pidas. Jess dijo: Tu hermano resucitar Marta respondi Ya sque resucitaren la resurrecci del ltimo d: Jess le dijo: Yo soy la resurrecci y la vida. El que cree en m no morirpara siempre. Crees t esto? Ella le contest S Ser, creo firmemente que t eres el Mess, el Hijo de Dios, el que ten que venir al mundo. Despu de decir estas palabras, fue a buscar a su hermana Mar y le dijo en voz baja: Ya vino el Maestro y te llama. Al o esto, Mar se levanten el acto y salihacia donde estaba Jess, porque no hab llegado an al pueblo, sino que estaba en el lugar donde marta lo hab encontrado. Los juds estaban con Mar en la casa, consoldola, viendo que ella se levantaba y sal deprisa, pensaron que iba al sepulcro para llorar ahy la siguieron. Cuando llegMar adonde estaba Jess, al verlo, se echa sus pies y le dijo: Ser, si hubieras estado aqu no habr muerto mi hermano. Jess, al verla llorar y al ver llorar a los juds que la acompaban, se conmovihasta lo m hondo y pregunt Dde lo han puesto? Le contestaron: Ven, Ser, y lo ver. Jess se puso a llorar y los juds comentaban: De veras cuto lo amaba!. Algunos decn: No pod te, que abrilos ojos al ciego de nacimiento, hacer que Laro no muriera?. Jess profundamente conmovido todav, se detuvo ante el sepulcro, que era una cueva sellada con una losa. Entonces dijo Jess: Quiten la losa. Pero Marta, la hermana del que hab muerto, le replic Ser, ya huele mal, porque lleva cuatro ds. Le dijo Jess: No te he dicho que si crees, ver la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra. Jess levantlos ojos a lo alto y dijo: Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Yo ya sab que t siempre me escuchas; pero lo he dicho a causa de esta muchedumbre que me rodea, para que crean que t me has enviado. Luego gritcon voz potente: Laro, sal de ah. Y saliel muerto, atados con vendas las manos y los pies, y la cara envuelta en un sudario. Jess les dijo: Desenlo, para que pueda andar. Muchos de los juds que habn ido a casa de Marta y Mar, al ver lo que hab hecho Jess, creyeron en . Reflexi Las lecturas de este domingo nos invitan a mirar la muerte cara a cara. Pienso que todos hemos tenido que llorar la muerte de un pariente o amigo. Probablemente habrpocos entre nosotros que no hayan visto a un muerto, que no hayan rezado al lecho de un difunto. Al morir alguna persona amada, quiz sentimos la tentaci de pedirle a Dios que le devuelva la vida. Pero si seguimos pensando en esto, nos daremos cuenta de que esta petici es hecha un poco a ciegas. No se trata de hacer que nuestros muertos vuelvan a esta vida terrenal. La resurrecci de Laro no es la resurrecci que se nos ha prometido a todos. No es una resurrecci satisfactoria, ya que no es definitiva y en nada cambia la condici humana. Laro salivivo de su sepulcro, pero tuvo que volver a tarde o temprano. El milagro es un signo. Cristo no ha hecho este milagro para trastornar las leyes naturales y suprimir en este mundo la muerte. El milagro es un signo, una manera de enser, la revelaci de una verdad duradera con ocasi de un hecho pasajero. El que se aferra a un prodigio como tal, cierra los ojos ante su significado. El que quiere forzar un milagro, se interesa en smismo, pero no en Dios. Cu es, entonces, el mensaje de este milagro? Por medio de la resurrecci de Laro, Cristo quiere ensernos que es el Ser, el Due de la vida, y que cuantos se ponen en sus manos, vivir. Marta cree en la resurrecci universal, pero ignora que la Resurrecci esta su lado. ta es la gran revelaci cristiana: Yo soy la resurrecci y la vida: el que cree en mi, aunque haya muerto, vivir De este modo, Jess ense la existencia de otra vida, de la que mismo es el origen y la clave. Nos dice que mismo tiene poder sobre la vida y la muerte, y que para los que creen en la muerte es como un sue - despertar es resucitar para la verdadera vida. En la primera lectura, Ezequiel habla del poder del Espitu Santo para devolver la vida a lo que estaba muerto. Y el mismo Espitu vivificante es el que resucita a Jess de entre los muertos. Y con Cristo resucita a todos los que creen en . El cristiano es un hombre que ha recibido el Espitu y con la vida, ense San Pablo en la segunda lectura. Este Espitu de Dios darla nueva vida tambi a nuestros cuerpos y hardesaparecer nuestro natural temor a la muerte. La muerte del hombre es un nacimiento. Existe una ley natural: el hombre debe morir. Pero hay tambi una ley sobrenatural que no contradice a la natural, sino que la complementa: la muerte del hombre es un nacimiento. Si el grano de trigo que cae en la tierra, no muere, queda solo, pero si muere produce mucho fruto (Jn 12,24). Por eso, pensando en nuestros muertos, todos sabemos que no est muertos de verdad: sabemos que sus almas viven, piensan, aman y nos ven; sabemos, adem, que sus cuerpos volver a vivir, transformados, algn d. Pero, sobre todo, sabemos que existe un Dios que resucita a los muertos, un Dios que ha vencido a la muerte. Es un Dios que, en cada misa, en cada una de nuestras comuniones, introduce en nuestros cuerpos una levadura de inmortalidad. Queridos hermanos, la resurrecci de Laro es como un anticipo de la Resurrecci de Jesucristo en Pascua. Ojalsea tambi anticipo de nuestra propia resurrecci, al final de nuestra vida: la culminaci de una vida autticamente cristiana, una vida que nos ha preparado y madurado para ese momento tan decisivo... Que la Virgen Mar, nos acompa y fortalezca en nuestro caminar hacia la victoria final. Quassea! En el nombre del Padre, del Hijo y del Espitu Santo. Am. Padre Nicol Schwizer Instituto de los Padres de Schoenstatt Comentarios al autor