Universidad de Buenos Aires Escuela Superior de Comercio “Carlos Pellegrini” Propuesta para la Dirección del DEPARTAMENTO DE DERECHO y FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA Profesora CRISTINA ROSARIO GAMBARTE Año 2015 DIAGNÓSTICO DEPARTAMENTAL A partir de la reforma curricular de 1999 se establece el plan de estudios vigente en la Escuela, que contempla para el actual Departamento de Derecho y Formación Ética y Ciudadana la siguiente carga horaria: ü Segundo Año: “Formación ética y ciudadana” (dos horas semanales) ü Cuarto Año: “Derecho I” (D. Civil) (tres horas semanales) ü Quinto Año: “Derecho II” (D. Comercial y de las Organizaciones) (tres horas semanales); y “Taller de Formación ética y ciudadana” (dos horas semanales). En el momento de implementarse el plan de estudios, se consideró la conveniencia de abordar la enseñanza de la Formación ética y ciudadana desde un punto de vista multidisciplinario, por lo cual los docentes a cargo de la materia de Segundo Año, como los del Taller de Quinto Año, provienen de diversos campos disciplinares: Filosofía, Derecho, Ciencia Política, Historia o Sociología. La idea primigenia era conformar parejas pedagógicas para brindar a las mencionadas asignaturas un abordaje enriquecido desde diversos ámbitos. Finalmente nunca se llegó a poner en práctica esta modalidad de trabajo docente, debido principalmente a incompatibilidades horarias de los profesores a los que se les encomendó la tarea. En definitiva, resultó en la práctica que la enseñanza de la materia de segundo año como el taller de quinto tienen, podríamos decir, enfoques disciplinares diversos. El producto de esta situación es una gran disparidad en el resultado del aprendizaje, ya que los abordajes son distintos aunque se trabaje sobre el mismo programa. Estos extremos pueden corroborarse fácilmente haciendo algunos ejercicios diagnósticos de evaluación cuando los alumnos inician la cursada de la materia “Derecho I” de Cuarto año. En lo que respecta a las materias Derecho I y Derecho II, sus contenidos mantuvieron los tradicionales en la Escuela (Derecho Civil y Derecho Comercial respectivamente), aunque a partir del cambio del plan de estudios, se intentó modificar en parte el programa de quinto año, por uno más relacionado con el estudio de la Estructura Jurídica de las Organizaciones. Este objetivo no se vio plasmado en la estructura de los programas de las dos asignaturas, a los que se les introdujeron pequeñas modificaciones, principalmente debido a su gran extensión. La materia “Derecho I” está actualmente desarticulada de Formación ética y ciudadana de segundo año. La forma de producir una articulación curricular entre ambas, sería incorporar al programa de cuarto año una unidad temática introductoria sobre el estudio de la Constitución (y el Bloque de Constitucionalidad Federal, art. 75 (inc 22) de la C.N.) como basamento del Estado democrático actual. Asimismo la materia se encuentra incompleta en el abordaje de los temas del Derecho Civil: no hay ninguna unidad temática que se ocupe de la riqueza actual de los temas vinculados al Derecho de Familia, las obligaciones, los derechos reales, entre otros. En cuanto a la última parte del programa, los hechos y actos jurídicos están separados del estudio de los contratos, cuando podrían unificarse en su estudio para ganar espacio de cursada para la incorporación de otros contenidos. Al programa anterior de Derecho Comercial, hoy “Derecho II” se le suprimió una unidad temática relacionada con el Derecho Concursal, y se le anexaron en su lugar algunos elementos de Derecho Laboral bajo la denominación de “Organización de la comunidad Laboral del empresario”. Este programa de Quinto año se podría decir que carece de un eje estructurante en algunos trayectos, y resulta a simple vista un compendio enciclopedista de temas vinculados con un concepto más bien tradicional de la empresa comercial, omitiendo otros que deberían estar, relacionados con las organizaciones no lucrativas (ONG´s) o empresas organizadas a partir de la economía social (cooperativas, mutuales, fábricas recuperadas, etc.) Actualmente no hay en los programas ninguna clase de abordaje para los Derechos de Incidencia colectiva, incorporados a la Constitución Nacional a partir de la reforma constitucional de 1994. Un análisis de la situación permite deducir la existencia de un amplio y heterogéneo currículum oculto, que en este caso obra positivamente, ya que resulta ser la herramienta que poseen los profesores ante programas desactualizados y en algún caso sin ejes estructurantes, para evitar una banalización de los contenidos disciplinares; abriendo a partir de un determinado contenido, un mapa conceptual por donde llegar a temas como el matrimonio igualitario, la bioética, la ingeniería genética aplicada a la procreación asistida, la muerte digna, el consentimiento informado, la legitimación de los cónyuges de hecho, etc.), y de esta forma quitarle en gran medida la impronta romanista y ius naturalista al Derecho Privado, para colocarlo bajo el prisma del actual Bloque de Constitucionalidad Federal (integrado por la Constitución Nacional y los Pactos de Derechos Humanos incorporados a ella). Por supuesto la situación descripta dista mucho de ser lo deseable, ya que resultaría más conveniente trabajar sobre la articulación conceptual de las distintas asignaturas del Departamento, y de acordar entre los profesores que lo integran un estudio para la reforma de los contenidos curriculares, actualizándolos y otorgándoles coherencia discursiva. PROPUESTA DE DESARROLLO PARA EL DEPARTAMENTO Sobre la base de lo expuesto anteriormente, se proponen algunas acciones destinadas a promover cambios en la enseñanza de la Formación ética y ciudadana y del Derecho en la Escuela. a) FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA Ésta es una asignatura con una escasa carga horaria, ubicada en segundo año del plan de estudios, que luego es retomada en parte, con un taller en quinto año. Lo ideal sería mantener la actual disposición curricular para una asignatura que trabaje conceptos relacionados con la construcción de ciudadanía, especialmente a partir de los fundamentos teóricos e históricos de los Estados modernos, analizados desde distintos enfoques ideológicos. Los abordajes disciplinares derivados de la formación académica de los docentes que enseñan esta materia, deberían confluir en la profundización de un abordaje multidisciplinario. Para ello, partiendo de la base que las incompatibilidades horarias dificultan la enseñanza a partir de la conformación de parejas pedagógicas, se puede considerar el intercambio de información mediante el uso de las Tic, definiendo los contenidos a planificar por determinados grupos de docentes según su formación disciplinar. Se observa la conveniencia de buscar un espacio en el plan de estudios de tercer año para dar continuidad a los ejes del área, profundizando en este caso los contenidos de segundo año, enriquecidos con los saberes previos de los alumnos, promover un aprendizaje significativo de esos contenidos, y avanzar hacia una mayor especificidad en materia de Derechos Humanos y ejercicio activo de la ciudadanía. A favor de esta postura se puede mencionar que tanto en la Ciudad como en la Provincia de Buenos Aires, los espacios curriculares para lo que en esas jurisdicciones se denomina “Formación Cívica” son mucho más amplios. En caso de lograrse este espacio, sería saludable buscar la asignación de cursos a partir de la conformación de parejas pedagógicas para promover una enseñanza verdaderamente multidisciplinaria del nuevo espacio curricular. Cabe aclarar que si se analiza el plan de estudios no es imposible asignar una carga horaria en tercer año: Ello es posible si el Taller para la Economía personal que se dicta en tercer año pasa a cuarto (donde nunca se implementaron los talleres), y así se produce una disponibilidad horaria de dos horas semanales para aplicarlas a la Formación Cívica ó Formación Ética y Ciudadana. Si por el contrario no fuera posible esta ampliación de la carga horaria para el Departamento, resultaría conveniente repensar el programa de Derecho de cuarto año, incorporando una primera unidad que aborde sumariamente los principales derechos consagrados en la Constitución y los Tratados de Derechos Humanos con jerarquía constitucional, antes de pasar a la enseñanza del Derecho Civil. El taller de Formación ética y ciudadana de quinto año, debería generar el andamiaje para un trabajo de campo. Aquí sería interesante el trabajo con situaciones reales donde se encuentran comprometidos los Derechos Humanos o el ejercicio de la ciudadanía, detectándolos y proponiendo soluciones. Es posible asimismo su articulación con las actividades que se desarrollan actualmente en el área de Acción Solidaria. b) DERECHO I y II En las materias “Derecho I” y “Derecho II”, la propuesta de desarrollo para el próximo periodo de gestión es intensa en lo que a programación se refiere. Es necesario trabajar hacia el interior del Departamento con los profesores de estas dos materias, para pensar un nuevo diseño curricular, que adecúe los programas a las nuevas realidades socioeconómicas y jurídicas que los tiempos actuales presentan. En primer término cabe destacar que a partir de la reforma constitucional de 1994 se produce un cambio de paradigmas en el Derecho que no pudieron ser contemplados en de plan de estudios de 1999, debido a que los debates jurídicos que la reforma constitucional generó comienzan a desarrollarse años después de esa reforma. La incorporación a la Constitución Nacional de los tratados de Derechos Humanos enumerados en el art. 75 (inc. 22), genera un cambio profundo en el Derecho Positivo, que coloca al país en una situación de vanguardia jurídica. La situación normativa argentina es, actualmente, similar a de los países de la Comunidad Europea en cuanto a las normas de jerarquía constitucional. Pero Argentina no es un país europeo: ese status normativo se pone en vigencia en un país con grandes brechas de probreza estructural y desigualdad social. Las nuevas normas constitucionales en definitiva, ponen permanentemente en crisis a un importante número de normas de jerarquía inferior cuando generan contradicción con los principios consagrados en la Constitución de 1994. Esto auspicia un interesante proceso en el campo del Derecho, donde la jurisprudencia y la doctrina de los autores van marcando la inconstitucionalidad de muchas normas que se oponen a los nuevos principios consagrados por la Constitución. Este proceso es eminentemente discursivo y dialéctico, lo que permite redefinir al Derecho ya no como un conjunto de normas impuestas por el Estado, sino más bien como una práctica social discursiva que se construye y reconstruye a sí misma permanentemente. Los principios filosóficos supra – legales que otrora conformaran el denominado Derecho Natural, hoy no son más que una entelequia, una abstracción, frente al enorme influjo de principios derivados del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, hoy receptados en la Constitución Nacional, que permanentemente ponen en crisis al ordenamiento jurídico tal como se encuentra plasmado desde antiguo, generando un importante trabajo de hermenéutica jurídica por parte de los jueces, para adecuar la aplicación de las normas inferiores al nuevo orden constitucional. Esto implica repensar los programas a partir de nuevos paradigmas considerando sobre la base de la carga horaria disponible, los contenidos que prioritariamente deben incorporarse a los programas para adecuarlos a las nuevas realidades jurídicas. Desde este punto de vista no pueden soslayarse en programas actualizados de Derecho entre otros, los siguientes temas: Protección del medio ambiente, protección constitucional de los Derechos de los Consumidores y Usuarios, hábeas data, recursos judiciales expeditos (hábeas corpus y amparo), nuevos paradigmas del Derecho de Familia, Derecho a la Igualdad como Derecho al respeto de la Diversidad, Derecho a la Vida y la Integridad Física y Moral como Derecho a disponer sobre el propio cuerpo, Derecho a una muerte digna, etc. En lo que respecta al estudio del Derecho de las Organizaciones, las situaciones que plantea la economía a partir del default de 2001, implican ponderar las nuevas incógnitas que se plantearon en materia jurídica y que fueron resueltas a través de la jurisprudencia. Fábricas recuperadas, revaloración del movimiento cooperativo, de las organizaciones del llamado tercer sector, implican considerar una enorme cantidad de situaciones que hasta hace poco tiempo no eran significativas (o simplemente no existían). Cuando se desarrollaron los contenidos del actual plan de estudios de la Escuela, preponderaba una tendencia a enaltecer la economía de mercado. Actualmente son otros los modelos económicos preponderantes, y por ello también muta el Derecho hacia nuevos criterios de solución de las controversias. Resultaría conveniente considerar las dos materias del área como un bloque de tiempo con el que se cuenta para poner a disposición del estudiante un conjunto de conocimientos y situaciones problemáticas a resolver, independientemente si forman tradicionalmente parte del Derecho Civil o del Derecho Comercial, ya que se trata de un espacio acotado temporalmente, que ha de aprovecharse en aras de proporcionar al estudiante de un conjunto de elementos conceptuales vinculados con el pensamiento jurídico. En definitiva, aprovechar ese tiempo para trabajar, a partir de situaciones problemáticas, la práctica de un ejercicio discursivo que se retroalimenta permanentemente de lo social. El Derecho no debe pensarse más en términos de verdades absolutas e inmutables, sino como un discurso que se reconstruye una y otra vez a medida que es pronunciado e interpretado; no sólo por los especialista del Derecho, sino por el ciudadano de a pié, aquel que resulta destinatario de las normas jurídicas. En razón de lo dicho, el trabajo docente de los profesores de estas materias va mucho más allá de la transmisión de conocimientos relacionados con las normas (que hoy están y mañana cambiaron), sino más bien ayudar a los alumnos a pensar el Derecho; a ser parte de esta práctica social – discursiva que denominamos “Derecho” pensado como herramienta de las personas para la defensa de su dignidad, y no como mecanismo de dominación y control social. Para llegar a este cambio de paradigmas en la enseñanza del Derecho, se propone la utilización de un conjunto de recursos como la capacitación continua, el intercambio de experiencias y saberes a través de las Tic ´s (habida cuenta la conocida dificultad para generar reuniones de cátedra), la elaboración de material de estudio y evaluación a partir del uso de las nuevas tecnologías; pero primeramente el debate amplio, abierto y democrático de los contenidos a desarrollar, que deben surgir de acuerdos entre los profesores del Departamento. CONCLUSIÓN La propuesta de desarrollo para el Departamento de Derecho y Formación Ética y Ciudadana, contempla entonces el desarrollo de una planificación estratégica, donde se realice en primer término un ejercicio de diagnóstico para determinar el estado de situación, la identificación de problemas, objetivos, fortalezas y debilidades; y que estos pasos puedan ser dados conjuntamente entre todos los profesores del Departamento, para que sean ellos en su conjunto quienes puedan encontrar a partir de su propia práctica discursiva, los nuevos contenidos, objetivos y propósitos, para los próximos cuatro años de gestión docente. Básicamente propiciar en los participantes una actitud proactiva y reflexiva, para seguir desarrollando el Departamento. Entiendo en las líneas precedentes haber expresado el estado de Nuestro Departamento, algunos de los objetivos propuestos, y la metodología fundamentalmente holística que se pretende propiciar. En definitiva “el qué”, “para qué”, y “el sentido” de la PROPUESTA.- Cristina Rosario Gambarte Legajo 82160 (Noviembre de 2015)