proyecto de departamento derecho (gambarte) 2016

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Universidad de Buenos Aires
Escuela Superior de Comercio
“Carlos Pellegrini”
Propuesta para la
Dirección
del
DEPARTAMENTO DE DERECHO
y
FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA
Profesora
CRISTINA ROSARIO GAMBARTE
Año
2015
DIAGNÓSTICO DEPARTAMENTAL
A partir de la reforma curricular de 1999 se establece el plan de estudios
vigente en la Escuela, que contempla para el actual Departamento de Derecho
y Formación Ética y Ciudadana la siguiente carga horaria:
ü Segundo Año: “Formación ética y ciudadana” (dos horas semanales)
ü Cuarto Año: “Derecho I” (D. Civil) (tres horas semanales)
ü Quinto Año: “Derecho II” (D. Comercial y de las Organizaciones) (tres
horas semanales); y “Taller de Formación ética y ciudadana” (dos horas
semanales).
En el momento de implementarse el plan de estudios, se consideró la
conveniencia de abordar la enseñanza de la Formación ética y ciudadana
desde un punto de vista multidisciplinario, por lo cual los docentes a cargo de la
materia de Segundo Año, como los del Taller de Quinto Año, provienen de
diversos campos disciplinares: Filosofía, Derecho, Ciencia Política, Historia o
Sociología.
La idea primigenia era conformar parejas pedagógicas para brindar a las
mencionadas asignaturas un abordaje enriquecido desde diversos ámbitos.
Finalmente nunca se llegó a poner en práctica esta modalidad de trabajo
docente, debido principalmente a incompatibilidades horarias de los profesores
a los que se les encomendó la tarea.
En definitiva, resultó en la práctica que la enseñanza de la materia de
segundo año como el taller de quinto tienen, podríamos decir, enfoques
disciplinares diversos. El producto de esta situación es una gran disparidad en
el resultado del aprendizaje, ya que los abordajes son distintos aunque se
trabaje sobre el mismo programa. Estos extremos pueden corroborarse
fácilmente haciendo algunos ejercicios diagnósticos de evaluación cuando los
alumnos inician la cursada de la materia “Derecho I” de Cuarto año.
En lo que respecta a las materias Derecho I y Derecho II, sus contenidos
mantuvieron los tradicionales en la Escuela (Derecho Civil y Derecho Comercial
respectivamente), aunque a partir del cambio del plan de estudios, se intentó
modificar en parte el programa de quinto año, por uno más relacionado con el
estudio de la Estructura Jurídica de las Organizaciones.
Este objetivo no se vio plasmado en la estructura de los programas de las
dos asignaturas, a los que se les introdujeron pequeñas modificaciones,
principalmente debido a su gran extensión.
La materia “Derecho I” está actualmente desarticulada de Formación ética y
ciudadana de segundo año.
La forma de producir una articulación curricular entre ambas, sería
incorporar al programa de cuarto año una unidad temática introductoria sobre el
estudio de la Constitución (y el Bloque de Constitucionalidad Federal, art. 75
(inc 22) de la C.N.) como basamento del Estado democrático actual.
Asimismo la materia se encuentra incompleta en el abordaje de los temas
del Derecho Civil: no hay ninguna unidad temática que se ocupe de la riqueza
actual de los temas vinculados al Derecho de Familia, las obligaciones, los
derechos reales, entre otros. En cuanto a la última parte del programa, los
hechos y actos jurídicos están separados del estudio de los contratos, cuando
podrían unificarse en su estudio para ganar espacio de cursada para la
incorporación de otros contenidos.
Al programa anterior de Derecho Comercial, hoy “Derecho II” se le suprimió
una unidad temática relacionada con el Derecho Concursal, y se le anexaron
en su lugar algunos elementos de Derecho Laboral bajo la denominación de
“Organización de la comunidad Laboral del empresario”. Este programa de
Quinto año se podría decir que carece de un eje estructurante en algunos
trayectos, y resulta a simple vista un compendio enciclopedista de temas
vinculados con un concepto más bien tradicional de la empresa comercial,
omitiendo otros que deberían estar, relacionados con las organizaciones no
lucrativas (ONG´s) o empresas organizadas a partir de la economía social
(cooperativas, mutuales, fábricas recuperadas, etc.)
Actualmente no hay en los programas ninguna clase de abordaje para los
Derechos de Incidencia colectiva, incorporados a la Constitución Nacional a
partir de la reforma constitucional de 1994.
Un análisis de la situación permite deducir la existencia de un amplio y
heterogéneo currículum oculto, que en este caso obra positivamente, ya que
resulta ser la herramienta que poseen los profesores ante programas
desactualizados y en algún caso sin ejes estructurantes, para evitar una
banalización de los contenidos disciplinares; abriendo a partir de un
determinado contenido, un mapa conceptual por donde llegar a temas como el
matrimonio igualitario, la bioética, la ingeniería genética aplicada a la
procreación asistida, la muerte digna, el consentimiento informado, la
legitimación de los cónyuges de hecho, etc.), y de esta forma quitarle en gran
medida la impronta romanista y ius naturalista al Derecho Privado, para
colocarlo bajo el prisma del actual Bloque de Constitucionalidad Federal
(integrado por la Constitución Nacional y los Pactos de Derechos Humanos
incorporados a ella).
Por supuesto la situación descripta dista mucho de ser lo deseable, ya que
resultaría más conveniente trabajar sobre la articulación conceptual de las
distintas asignaturas del Departamento, y de acordar entre los profesores que
lo integran un estudio para la reforma de los contenidos curriculares,
actualizándolos y otorgándoles coherencia discursiva.
PROPUESTA DE DESARROLLO PARA EL DEPARTAMENTO
Sobre la base de lo expuesto anteriormente, se proponen algunas
acciones destinadas a promover cambios en la enseñanza de la Formación
ética y ciudadana y del Derecho en la Escuela.
a) FORMACIÓN ÉTICA Y CIUDADANA
Ésta es una asignatura con una escasa carga horaria, ubicada en segundo
año del plan de estudios, que luego es retomada en parte, con un taller en
quinto año.
Lo ideal sería mantener la actual disposición curricular para una asignatura
que trabaje conceptos relacionados con la construcción de ciudadanía,
especialmente a partir de los fundamentos teóricos e históricos de los Estados
modernos, analizados desde distintos enfoques ideológicos.
Los abordajes disciplinares derivados de la formación académica de los
docentes que enseñan esta materia, deberían confluir en la profundización de
un abordaje multidisciplinario. Para ello, partiendo de la base que las
incompatibilidades horarias dificultan la enseñanza a partir de la conformación
de parejas pedagógicas, se puede considerar el intercambio de información
mediante el uso de las Tic, definiendo los contenidos a planificar por
determinados grupos de docentes según su formación disciplinar.
Se observa la conveniencia de buscar un espacio en el plan de estudios de
tercer año para dar continuidad a los ejes del área, profundizando en este caso
los contenidos de segundo año, enriquecidos con los saberes previos de los
alumnos, promover un aprendizaje significativo de esos contenidos, y avanzar
hacia una mayor especificidad en materia de Derechos Humanos y ejercicio
activo de la ciudadanía.
A favor de esta postura se puede mencionar que tanto en la Ciudad como
en la Provincia de Buenos Aires, los espacios curriculares para lo que en esas
jurisdicciones se denomina “Formación Cívica” son mucho más amplios.
En caso de lograrse este espacio, sería saludable buscar la asignación de
cursos a partir de la conformación de parejas pedagógicas para promover una
enseñanza verdaderamente multidisciplinaria del nuevo espacio curricular.
Cabe aclarar que si se analiza el plan de estudios no es imposible asignar
una carga horaria en tercer año: Ello es posible si el Taller para la Economía
personal que se dicta en tercer año pasa a cuarto (donde nunca se
implementaron los talleres), y así se produce una disponibilidad horaria de dos
horas semanales para aplicarlas a la Formación Cívica ó Formación Ética y
Ciudadana.
Si por el contrario no fuera posible esta ampliación de la carga horaria para
el Departamento, resultaría conveniente repensar el programa de Derecho de
cuarto año, incorporando una primera unidad que aborde sumariamente los
principales derechos consagrados en la Constitución y los Tratados de
Derechos Humanos con jerarquía constitucional, antes de pasar a la
enseñanza del Derecho Civil.
El taller de Formación ética y ciudadana de quinto año, debería generar el
andamiaje para un trabajo de campo. Aquí sería interesante el trabajo con
situaciones reales donde se encuentran comprometidos los Derechos
Humanos o el ejercicio de la ciudadanía, detectándolos y proponiendo
soluciones. Es posible asimismo su articulación con las actividades que se
desarrollan actualmente en el área de Acción Solidaria.
b) DERECHO I y II
En las materias “Derecho I” y “Derecho II”, la propuesta de desarrollo para
el próximo periodo de gestión es intensa en lo que a programación se refiere.
Es necesario trabajar hacia el interior del Departamento con los profesores
de estas dos materias, para pensar un nuevo diseño curricular, que adecúe los
programas a las nuevas realidades socioeconómicas y jurídicas que los
tiempos actuales presentan.
En primer término cabe destacar que a partir de la reforma constitucional de
1994 se produce un cambio de paradigmas en el Derecho que no pudieron ser
contemplados en de plan de estudios de 1999, debido a que los debates
jurídicos que la reforma constitucional generó comienzan a desarrollarse años
después de esa reforma.
La incorporación a la Constitución Nacional de los tratados de Derechos
Humanos enumerados en el art. 75 (inc. 22), genera un cambio profundo en el
Derecho Positivo, que coloca al país en una situación de vanguardia jurídica.
La situación normativa argentina es, actualmente, similar a de los países de la
Comunidad Europea en cuanto a las normas de jerarquía constitucional. Pero
Argentina no es un país europeo: ese status normativo se pone en vigencia en
un país con grandes brechas de probreza estructural y desigualdad social.
Las nuevas normas constitucionales en definitiva, ponen permanentemente
en crisis a un importante número de normas de jerarquía inferior cuando
generan contradicción con los principios consagrados en la Constitución de
1994.
Esto auspicia un interesante proceso en el campo del Derecho, donde la
jurisprudencia y la doctrina de los autores van marcando la inconstitucionalidad
de muchas normas que se oponen a los nuevos principios consagrados por la
Constitución.
Este proceso es eminentemente discursivo y dialéctico, lo que permite
redefinir al Derecho ya no como un conjunto de normas impuestas por el
Estado, sino más bien como una práctica social discursiva que se construye y
reconstruye a sí misma permanentemente.
Los principios filosóficos supra – legales que otrora conformaran el
denominado Derecho Natural, hoy no son más que una entelequia, una
abstracción, frente al enorme influjo de principios derivados del Derecho
Internacional de los Derechos Humanos, hoy receptados en la Constitución
Nacional, que permanentemente ponen en crisis al ordenamiento jurídico tal
como se encuentra plasmado desde antiguo, generando un importante trabajo
de hermenéutica jurídica por parte de los jueces, para adecuar la aplicación de
las normas inferiores al nuevo orden constitucional.
Esto implica repensar los programas a partir de nuevos paradigmas
considerando sobre la base de la carga horaria disponible, los contenidos que
prioritariamente deben incorporarse a los programas para adecuarlos a las
nuevas realidades jurídicas.
Desde este punto de vista no pueden soslayarse en programas actualizados
de Derecho entre otros, los siguientes temas: Protección del medio ambiente,
protección constitucional de los Derechos de los Consumidores y Usuarios,
hábeas data, recursos judiciales expeditos (hábeas corpus y amparo), nuevos
paradigmas del Derecho de Familia, Derecho a la Igualdad como Derecho al
respeto de la Diversidad, Derecho a la Vida y la Integridad Física y Moral como
Derecho a disponer sobre el propio cuerpo, Derecho a una muerte digna, etc.
En lo que respecta al estudio del Derecho de las Organizaciones, las
situaciones que plantea la economía a partir del default de 2001, implican
ponderar las nuevas incógnitas que se plantearon en materia jurídica y que
fueron resueltas a través de la jurisprudencia.
Fábricas recuperadas, revaloración del movimiento cooperativo, de las
organizaciones del llamado tercer sector, implican considerar una enorme
cantidad de situaciones que hasta hace poco tiempo no eran significativas (o
simplemente no existían).
Cuando se desarrollaron los contenidos del actual plan de estudios de la
Escuela, preponderaba una tendencia a enaltecer la economía de mercado.
Actualmente son otros los modelos económicos preponderantes, y por ello
también muta el Derecho hacia nuevos criterios de solución de las
controversias.
Resultaría conveniente considerar las dos materias del área como un
bloque de tiempo con el que se cuenta para poner a disposición del estudiante
un conjunto de conocimientos y situaciones problemáticas a resolver,
independientemente si forman tradicionalmente parte del Derecho Civil o del
Derecho Comercial, ya que se trata de un espacio acotado temporalmente, que
ha de aprovecharse en aras de proporcionar al estudiante de un conjunto de
elementos conceptuales vinculados con el pensamiento jurídico. En definitiva,
aprovechar ese tiempo para trabajar, a partir de situaciones problemáticas, la
práctica de un ejercicio discursivo que se retroalimenta permanentemente de lo
social.
El Derecho no debe pensarse más en términos de verdades absolutas e
inmutables, sino como un discurso que se reconstruye una y otra vez a medida
que es pronunciado e interpretado; no sólo por los especialista del Derecho,
sino por el ciudadano de a pié, aquel que resulta destinatario de las normas
jurídicas.
En razón de lo dicho, el trabajo docente de los profesores de estas materias
va mucho más allá de la transmisión de conocimientos relacionados con las
normas (que hoy están y mañana cambiaron), sino más bien ayudar a los
alumnos a pensar el Derecho; a ser parte de esta práctica social – discursiva
que denominamos “Derecho” pensado como herramienta de las personas para
la defensa de su dignidad, y no como mecanismo de dominación y control
social.
Para llegar a este cambio de paradigmas en la enseñanza del Derecho, se
propone la utilización de un conjunto de recursos como la capacitación
continua, el intercambio de experiencias y saberes a través de las Tic ´s
(habida cuenta la conocida dificultad para generar reuniones de cátedra), la
elaboración de material de estudio y evaluación a partir del uso de las nuevas
tecnologías; pero primeramente el debate amplio, abierto y democrático de los
contenidos a desarrollar, que deben surgir de acuerdos entre los profesores del
Departamento.
CONCLUSIÓN
La propuesta de desarrollo para el Departamento de Derecho y
Formación Ética y Ciudadana, contempla entonces el desarrollo de una
planificación estratégica, donde se realice en primer término un ejercicio de
diagnóstico para determinar el estado de situación, la identificación de
problemas, objetivos, fortalezas y debilidades; y que estos pasos puedan ser
dados conjuntamente entre todos los profesores del Departamento, para que
sean ellos en su conjunto quienes puedan encontrar a partir de su propia
práctica discursiva, los nuevos contenidos, objetivos y propósitos, para los
próximos cuatro años de gestión docente. Básicamente propiciar en los
participantes una actitud proactiva y reflexiva, para seguir desarrollando el
Departamento.
Entiendo en las líneas precedentes haber expresado el estado de
Nuestro Departamento, algunos de los objetivos propuestos, y la metodología
fundamentalmente holística que se pretende propiciar. En definitiva “el qué”,
“para qué”, y “el sentido” de la PROPUESTA.-
Cristina Rosario Gambarte
Legajo 82160
(Noviembre de 2015)
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