¿En qué consiste la figura del Consejero de Seguridad?

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¿En qué consiste la figura del Consejero de Seguridad?
El Consejero de Seguridad es una figura que deriva de la Directiva 96/35/CE del Consejo de 3
de junio de 1996 (desarrollada en España a través del RD 1566/1999 de 8 de octubre), que
consiste en un experto que se encarga de la seguridad de las operaciones de carga, transporte
y descarga de mercancías peligrosas según reglamento ADR en las empresas que se encargan
de estas operaciones.
Las empresas deben comunicar al Ministerio de Fomento y a la Comunidad Autónoma donde
figure su domicilio social quién es su consejero de seguridad y cualquier modificación que
ocurra.
Existen cinco especialidades distintas de consejeros:
•
Clase 1: Explosivos.
•
Clase 2: Gases.
•
Clase 7: Radiactivos
•
Hidrocarburos
•
Resto de las materias incluidas en las clases: 3, 4.1, 4.2, 4.3, 5.1, 5.2, 6.1, 6.2, 8 y 9
El Consejero de Seguridad realizará anualmente un informe sobre las actividades de carga,
descarga o transporte de mercancías peligrosas efectuadas por las empresas a las que están
adscritos. Estas empresas lo remitirán o presentarán en la Comunidad Autónoma donde tenga
su sede social. Igualmente si se produce un accidente los Consejeros de Seguridad deberán
redactar un informe de sucesos que deberá ser comunicado a la Dirección General de
Transportes por Carretera, al órgano competente de la Comunidad Autónoma y al
Ayuntamiento del ámbito territorial en el que se ha producido el accidente, en un plazo
máximo de 30 días.
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Aparte de las obligaciones documentales, el Consejero velará por el cumplimiento de la
norma (ADR, Prevención de Riesgos Laborales, Medioambiente, etc.), colaborando con la
empresa en la evaluación, seguimiento y control de los procedimientos de transporte, carga y
descarga, proponiendo alternativas si se detectara un riesgo. Se comprobarán, entre otros
aspectos, la documentación de los vehículos, las instalaciones, los propios vehículos, la
formación del personal implicado en las operaciones, las medidas preventivas implantadas y
su aplicación, los planes de protección en caso de accidente, etc.
¿Plan de Emergencia o Plan de Autoprotección?
En el ámbito preventivo muchas veces aparecen estas dos acepciones indistintamente,
produciéndose en no pocos casos confusión respecto a si son lo mismo, son distintos, cuándo
son obligatorios, cuando no, etc. Hay que reconocer que la legislación existente tampoco
ayuda demasiado, con lo que la confusión es aún mayor. Intentaremos aclarar un poco el
asunto.
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales en su artículo 20 de Medidas de Emergencias
establece que “El empresario, teniendo en cuenta el tamaño y la actividad de la empresa, así
como la posible presencia de personas ajenas a la misma, deberá analizar las posibles
situaciones de emergencia y adoptar las medidas necesarias en materia de primeros auxilios,
lucha contra incendios y evacuación de los trabajadores, designando para ello al personal
encargado de poner en práctica estas medidas y comprobando periódicamente, en su caso, su
correcto funcionamiento….”. Esta obligación básica es aplicable a todas las empresas
indistintamente de su tamaño, actividad productiva, número de trabajadores, etc. Eso sí,
teniendo en cuenta sus características particulares la extensión y complejidad del documento
será distinta. Este documento es lo que normalmente se define como Plan de Emergencias y
como ya se ha mencionado es obligatorio para todas las organizaciones. En ausencia de una
normativa más definitoria el contenido de dicho Plan se ha basado históricamente en la Orden
Ministerial de 29 de noviembre de 1984, del Ministerio del Interior por la que se aprueba el
Manual de Autoprotección. Guía para desarrollo del Plan de Emergencia contra Incendios y
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de Evacuación de Locales y Edificios. Este reglamento establecía la redacción de cuatro
documentos:
•
Evaluación de Riesgos.
•
Medios de Protección.
•
Plan de Emergencia.
•
Implantación.
Sin embargo a través del Real Decreto 393/2007 esta Orden Ministerial queda derogada. De
forma que el RD 393/2007 de 23 de marzo, por el que se aprueba la Norma Básica de
Autoprotección de los centros, establecimientos y dependencias dedicados a actividades que
puedan dar origen a situaciones de emergencia, queda como única referencia legal,
estableciendo el contenido del Plan de Autoprotección, pero no siendo aplicable a la totalidad
de las empresas, sino solo a algunas que por sus características, por su peligrosidad, por sus
dimensiones deben establecer el citado Plan de Autoprotección.
Así, en la actualidad nos encontramos dos situaciones:
•
Empresas que por sus características especiales, dimensiones, peligrosidad, etc. entran
dentro del ámbito de aplicación del Real Decreto 393/2007. Estas empresas están
obligadas a redactar un Plan de Autoprotección según lo establecido en la citada
norma. La redacción del plan implica el cumplimiento del artículo 20 de la Ley de
Prevención. Con lo que el Plan de Autoprotección es su Plan de Emergencias.
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•
Empresas que no entran dentro del ámbito de aplicación del Real Decreto 393/2007
(empresas más pequeñas, poco peligrosas, con pocas personas involucradas, etc).
Estas empresas deben disponer no obstante de un Plan de Emergencias. Para la
redacción de este documento no hay referencias legales que obliguen a un contenido
mínimo, como el caso anterior. Se puede tomar la propia Orden Ministerial
derogada, un documento parecido al Plan de Autoprotección o cualquier otra
metodología, pero sí debe establecer claramente lo que especifica el artículo 20 de la
Ley 31/1995: los riesgos, las medidas implantadas, la designación del personal y los
procedimientos a seguir en caso de emergencia.
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