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Capítulo XI
Jesús en El Corán
El Corán, el último de los Libros Sagrados revelado por el Creador al
último de los Mensajeros —Muhammad, a quien Allah bendiga y conceda
paz— es una fuente de conocimiento sobre Jesús, la paz sea con él, que
es generalmente desconocida para la mayor parte de los que estudian el
Cristianismo. El Corán no sólo nos proporciona una mayor comprensión de
quién era Jesús sino que también, y gracias a esta comprensión, hace que
aumente nuestro respeto y amor por él. La última Revelación, descendida
unos seiscientos años después del nacimiento de Jesús, indica lo importante
que es para nosotros conocer su vida y enseñanzas, además de situar su papel como Profeta en la vasta perspectiva que los Unitarios habían atisbado
y que existía detrás del hecho profético en sí. El Corán es el único medio de
alcanzar esta perspectiva sin que haya en la actualidad una fuente similar.
El Corán no proporciona detalles sobre la vida de Jesús en lo que se refiere a sucesos específicos. Los milagros y poderes conferidos a Jesús, son
mencionados junto con otros no incluidos en la Biblia, pero suelen serlo de
forma general. De igual manera, el Libro que Allah dio a Jesús, el Inyil, es
mencionado en varias ocasiones sin detallar su contenido. No obstante, y en
lo que se refiere a la figura de Jesús, el Corán muestra con claridad su misión en la tierra, cómo aparece en este mundo, la naturaleza de su persona,
y cómo finalizó su misión.
Antes de estudiar los versículos que describen la vida de Jesús, es de
gran ayuda examinar los que explican la función de Jesús en la tierra.
En el Corán se declara una y otra vez que Jesús pertenecía a la larga
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Jesús, Profeta del Islam
línea de Profetas que habían sido enviados a las gentes de esta tierra; era un
Mensajero cuya guía y enseñanzas eran una prolongación y confirmación
de lo que habían traído los Profetas anteriores, y una preparación para la
guía que iba a traer el Profeta siguiente, a quien Allah bendiga y conceda
paz.
El Corán especifica con claridad que Jesús era el hijo de María, la hija
de Imran, uno de los descendientes del Profeta Salomón, el hijo del Profeta David que descendía de Judá, uno de los doce hijos del Profeta Jacob
—también conocido con el nombre de Israel— que descendía a su vez del
Profeta Isaac, hijo del Profeta Abraham, que Allah bendiga y dé paz a todos
y cada uno de ellos.
El Corán clarifica también que no existe duda alguna acerca del hecho
de que Jesús era el Mesías prometido —descendiente de la familia de David, de la familia de Jacob, de la familia del Profeta Abraham a través de su
hijo Isaac— cuya venida había sido profetizada en la Torá de Moisés, que
Allah bendiga y dé paz a todos y cada uno de ellos:
“Ya le dimos el Libro a Moisés y enviamos, tras él, a otros mensajeros.
A Jesús, el hijo de María, le dimos las pruebas evidentes y le ayudamos
con el Espíritu Santo (el ángel Gabriel)” (Corán, 2: 87).
El siguiente pasaje menciona la línea de Profetas de la cual forma parte
Jesús. Tras referirse a Abraham, continúa diciendo:
“Y le (a Abraham) concedimos a Isaac y Jacob, a los que guiamos,
como antes habíamos guiado a Noé. Y son descendientes suyos: David,
Salomón, Job, José, Moisés y Aarón. Así es como recompensamos a los
que hacen el bien. Y Zacarías, Juan (el Bautista), Jesús y Elías, todos de
entre los justos. E Ismael, Alyasa, Jonás y Lot. A todos los favorecimos por
encima de los mundos. Y a algunos de sus padres, descendientes y hermanos, también los escogimos y los guiamos por el camino recto” (Corán 6:
84-87).
Y esta lista de Profetas ni siquiera es completa, tal y como demuestra el
siguiente pasaje dirigido al Profeta Muhammad:
“Es verdad que te hemos inspirado (Muhammad) al igual que inspiramos a Noé y a los profetas anteriores a él. Y también le inspiramos a
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Capítulo XI. .Jesús en El Corán
Abraham, Ismael, Isaac, Jacob, las Tribus (de Israel), Jesús, Job, Jonás y
Salomón. Y a David, al que dimos los Salmos. Hay Mensajeros de los que
te hemos referido y Mensajeros de los que no te hemos contado nada. Y a
Moisés le habló Allah directamente. Mensajeros portadores de buenas noticias y de advertencias, para que así los hombres, después de su venida, no
tuvieran ningún argumento frente a Allah. Allah es Poderoso, Sabio”(Corán
4: 163-165).
De hecho, el Profeta Muhammad dijo que Jesús era uno de los 124.000
Profetas, que las bendiciones y paz de Allah sea con todos y cada uno de
ellos, entre los que no hay motivo para conflicto o discusión. Así es como
ordena Allah a los musulmanes:
“Dí: creemos en Allah y en lo que se ha hecho descender para nosotros
y en lo que se hizo descender sobre Abraham, Ismael, Isaac, Jacob y las Tribus, así como lo que le fue dado a Moisés, a Jesús y a los Profetas, procedente de su Señor; no excluimos a unos y aceptamos a otros y a Él estamos sometidos. Y quien desee otra práctica de Adoración que no sea el Islam, no le
será aceptada y en la última Vida será de los perdedores”(Corán 3: 84-85).
El Corán muestra claramente que todos los Profetas era conscientes de
que habían sido enviados por Allah con el mismo propósito y, básicamente,
con el mismo mensaje:
“Y cuando hicimos que los Profetas aceptaran su compromiso. El tuyo
(Muhammad), el de Noé, el de Abraham, el de Moisés y el de Jesús, hijo
de María. Les hicimos aceptar un compromiso firme. Para que los veraces
respondieran de su veracidad. Para los incrédulos Allah ha preparado un
doloroso castigo”(Corán 33: 7-8).
Y también:
“Mensajeros, comed de las cosas buenas y obrad con rectitud que Yo sé
lo que hacéis. Y realmente vuestra comunidad es una única comunidad y Yo
soy vuestro Señor; por lo tanto, tened temor de Mí” (23: 51-52).
Y también:
“Os ha legislado, dentro de la práctica de Adoración, lo que encomendamos a Noé, lo que te hemos inspirado a ti (Muhammad) y lo que encomendamos a Abraham, Moisés y Jesús: que establecierais firmemente la práctica
de Adoración y no os dividierais en ella” (42: 13).
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Jesús, Profeta del Islam
Parte del compromiso asumido por los Profetas ante Allah, era el de informar a sus seguidores de la venida de Muhammad, a quien Allah bendiga
y conceda paz, y de que lo siguieran si su venida tenía lugar en el transcurso
de sus vidas:
“Y (ten presente) el compromiso que Allah pidió a los Profetas:
Os damos parte de un Libro y de una Sabiduría; luego vendrá a
vosotros un Mensajero que confirmará lo que tenéis; en él habéis
de creer y le habréis de ayudar. Dijo: ¿Estáis de acuerdo y aceptáis,
en estos términos, Mi pacto? Dijeron: Estamos de acuerdo. Dijo:
Dad testimonio, que Yo atestiguo con vosotros. Quien dé la espalda
después de eso... ésos son los que se salen del camino” (3: 81-82).
La imagen de Jesús que surge del Corán, no es la de un hombre extraordinario que aparece en la tierra como un suceso aislado en un mundo caótico; es un Mensajero que, como todos los demás Mensajeros, fue enviado
para su época como parte del desarrollo pre-ordenado del universo:
“E hicimos que tras ellos, siguiendo sus huellas, viniera Jesús,
hijo de María, confirmando aquello que ya estaba en la Torá. Y le
dimos el Inyil en el que había guía, luz y una confirmación de lo
que ya estaba en la Torá, así como guía y amonestación para los
temerosos. Que la gente del Inyil juzgue según lo que Allah ha hecho descender en él. Quien no juzgue según lo que Allah ha hecho
descender... esos son los descarriados”(5: 46-47).
Más aún: Jesús era consciente que tenía un tiempo determinado; un
tiempo limitado por el tiempo anterior a su tiempo y por el tiempo posterior
a éste.
“Y cuando Moisés dijo a su gente: ¡Gente mía! ¿Por qué me
perjudicáis si sabéis que yo soy el Mensajero de Allah para vosotros? Y cuando se apartaron, Allah apartó sus corazones. Allah no
guía a la gente descarriada.
Y cuando dijo Jesús, hijo de María: ¡Hijos de Israel! Yo soy
el Mensajero de Allah para vosotros, para confirmar la Torá que
había antes de mí y para anunciar a un Mensajero que ha de venir
después de mí cuyo nombre es Ahmad”.
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(Nota: Ahmad es uno de los nombres del Profeta Muhammad, a quien Allah
bendiga y conceda paz, y significa ‘el que más alaba’, ‘el que distingue entre lo
verdadero y lo falso’ y el ‘confortador’. La palabra equivalente en griego es ‘Parakletos’ o ‘Parakleitos’, que significa ‘el confortador’ el ‘alabado’).
“Pero cuando fue a ellos con las pruebas evidentes, dijeron: esto es
pura magia. ¿Pero quién es más injusto que quien inventa mentiras sobre
Allah habiendo sido llamado al Islam? Allah no guía a la gente injusta.
Quieren apagar la luz de Allah con lo que sale de sus bocas, pero Allah
hace culminar Su luz por mucho que les pese a los incrédulos. Él es Quien
ha enviado a Su Mensajero con la guía y la verdadera práctica de Adoración para hacerla prevalecer sobre todas las demás, por mucho que les
pese a los asociadores.
¡Vosotros que creéis! ¿Queréis que os diga un negocio que os salvará
de un doloroso castigo? Que creáis en Allah y en Su Mensajero, y que luchéis en el camino de Allah con vuestros bienes y personas. Eso es lo mejor
para vosotros, si queréis saberlo. Él os perdonará vuestras faltas y os hará
entrar en jardines por cuyo suelo corren ríos, y en buenas estancias en
los jardines del Edén. Y ese es el gran triunfo. Y otra ganancia que amáis:
una ayuda de Allah y una próxima victoria. Anuncia buenas nuevas a los
creyentes.
¡Vosotros los que creéis! Sed auxiliares de Allah; tal y como dijo Jesús,
el hijo de María, a los discípulos: ¿Quién me ayudará a favor de Allah? Y
dijeron los discípulos: nosotros somos los auxiliares de Allah. Hubo una
parte de los hijos de Israel que creyó, pero otros descreyeron. Dimos apoyo a los que habían creído contra sus enemigos y fueron los vencedores”’
(61: 5-14).
La concepción y nacimiento de Jesús, aparecen narrados en el Corán
con todo detalle. Sería interesante comenzar con el nacimiento y educación
de su madre, puesto que ello nos ayudaría a comprender cómo María fue
escogida y preparada por Allah para ser la madre de Jesús:
“Dios eligió a Adán, a Noé, a la familia de Abraham y a la familia de
Imrán por encima de los mundos. (Los eligió) generación tras generación.
Allah es Oyente y Conocedor. (Y recuerda) cuando dijo la mujer de Imrán:
¡Señor mío! Hago la promesa de ofrecerte lo que hay en mi vientre para
que se dedique exclusivamente a Tu servicio, libre de las obligaciones del
mundo. Acéptalo de mí; verdaderamente Tú eres Quien oye y Quien sabe.
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Jesús, Profeta del Islam
Y una vez hubo parido dijo: ¡Señor mío! He dado a luz una hembra —y
bien sabía Dios lo que había parido— y no es el varón como la hembra. La
he llamado María: a ella y a su descendencia los refugio en Ti del shaytán
lapidado.
Su Señor la aceptó con buena acogida, hizo que se criara bien y la
confió a Zacarías. Cada vez que Zacarías la visitaba en su lugar de oración, encontraba junto a ella provisión. Decía: ¡María! ¿Cómo es que
tienes esto? Decía ella: Esto procede de Allah; es cierto que Allah provee a quien quiere sin limitación. Entonces Zacarías suplicó a su Señor y
dijo: ¡Señor mío! Concédeme una buena descendencia procedente de Ti;
realmente Tú eres el que atiende las súplicas. Y los ángeles lo llamaron
mientras permanecía en pie rezando en el lugar de oración: Allah te anuncia la buena noticia (del nacimiento) de Juan, que traerá confirmación de
una Palabra de Allah (se refiere a Jesús), y será un líder, casto, Profeta y
uno de los justos. Dijo: ¡Señor mío! ¿Cómo es que voy a tener un hijo si
he alcanzado ya la vejez y mi mujer es estéril? Dijo: así es, Allah hace lo
que quiere. Dijo: ¡Señor mío! Dame una señal. Dijo: Tu señal será que,
durante tres días, no podrás hablar a la gente excepto por señas. Invoca
mucho a tu Señor y ora mañana y tarde.
Y cuando dijeron los ángeles: ¡María! Allah te ha elegido, te ha purificado y te ha escogido entre todas las mujeres de la creación. ¡María!
Dedícate por entero al servicio de tu Señor y póstrate e inclínate con los
que se inclinan. Estas son noticias del No-Visto que te inspiramos. Tú
(Muhammad) no estabas con ellos cuando echaron a suertes con sus flechas para saber cuál de ellos sería el tutor de María, ni estabas allí cuando discutieron” (3: 33-44).
Juan era el Profeta que precedió a Jesús. Se dice que su madre, Isabel, y
la madre de María, Ana, eran hermanas o primas; en cualquier caso Jesús
y Juan eran primos. El milagroso nacimiento de Juan se menciona en los
siguientes pasajes del Corán:
“Y (recuerda) a Zacarías cuando llamó a su Señor: ¡Señor mío! No me
dejes solo. Y tú eres el mejor de los herederos. Y le respondimos y le concedimos a Juan restableciendo para él a su esposa (la fertilidad). Todos ellos
se apresuraban a las buenas acciones, Nos pedían con anhelo y temor y
eran humildes ante Nos. Y aquélla que conservó su virginidad, insuflamos
en ella parte de Nuestro espíritu e hicimos de ella y de su hijo un signo
para todos los mundos” (21: 89-91).
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