TRABAJO PEC 1

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TRABAJO PEC DE LITERATURA COMPARADA
Neus Rogert
René Venegas González
TEORIA DE LA ESTETICA DE LA RECEPCION Y LOS POLISISTEMAS.
La Teoria de la estética de la recepción es una teoria literaria que analiza la
respuesta del lector ante los textos literarios; en esta teoria se hace enfasis
especial en el modo de recepción de los lectores, concebidos como un
colectivo histórico. Uno de los representantes de esta teoria es Hans Robert
Jauss, quien escribe desde finales de los años 1960, junto con Wolfgang Iser
y Harald Weinrich. La teoría de la recepción ha ejercido una gran influencia
en nuestro tiempo, siendo gestada en Alemania principalmente y despues al
resto de Europa. Considero que fue influenciada por los estudios sobre el
"lector modelo" de Umberto Eco y a la teoría literaria inglesa del "reader's
response criticism”.
Reader-response criticism
Richard Harris1 en su ensayo dice que la crítica del lector-respuesta es una
teoría literaria que se centra en el lector (o la audiencia) y su experiencia de
una obra literaria, en contraste a otras escuelas y teorías que enfocan la
atención principalmente en el auto, su contenido y su forma. Esta teoría
literaria habla mucho acerca del papel del lector frente al significado y su
experiencia en la lectura de una obra literaria, la crítica moderna de lector
respuesta empezó en los años setentas, especialmente en América y
Alemania, con el trabajo de la Americana Stanley Eugene Fish y los
alemanes Wolfgang Iser, y Han Robert Jauss entre otros.
La teoría del lector-respuesta reconoce al lector como un agente activo que
imparte una "existencia verdadera" al trabajo y completa su significado por
medio de la interpretación. La crítica del lector-respuesta discute la literatura
de una forma en que cada lector lo asume desde el punto de vista artístico
posiblemente extraordinario, con base al desempeño de texto relacionado. Se
opone totalmente a las teorías del formalismo y de la Nueva Crítica, en que
el papel del lector recrea las obras literarias que han sido ignoradas. La
nueva crítica dice que sólo el que está dentro del texto forma parte del
significado de un texto. Nada distrae la autoridad, ni la intención del autor,
1
ni la psicología del lector, estas críticas fueron permitidas en las discusiones
de los nuevos críticos ortodoxos. La posición de los nuevos críticos asumió
un objetivo, la lectura del texto fijo que podría ser estudiado por parte de
cualquier humano que tenga la necesidad de una clarificación, esta posición
continua hoy en día en la crítica postmoderna.
La hermenéutica como método de interpretación.
En el análisis textual de un libro, una película o cualquier expresión artística
implica que no es pasivamente aceptado por la audiencia, sino que el lector
interpreta los significados del texto basado en su bagaje cultural individual y
experiencias vividas. La variación de este "fondo cultural" explica por qué
algunos aceptan ciertas interpretaciones de un texto mientras otros las
rechazan. De esto se desprende que la intención del autor puede variar
considerablemente de la interpretación que le dé el lector.
Uno de los métodos utilizados para la interpretación de textos escritos desde
la época medieval fue la hermenéutica que después de permanecer recluida
durante varios siglos en el ámbito de la Teología, la hermenéutica se abrió en
la época del Romanticismo a todo tipo de textos escritos. En este contexto se
sitúa Friedrich Schleiermacher 1 quien argumenta que la hermenéutica “es un
proceso de reconstrucción del espíritu de nuestros antepasados”. Así,
Schleiermacher plantea en la hermenéutica el poder interpretar los textos,
postula que la correcta interpretación debe tener una “dimensión objetiva,
relacionada con la construcción del contexto del autor, y otra subjetiva y
adivinatoria, que consiste en trasladarse al lugar del autor”. Para
Schleiermacher la hermenéutica no es un saber teórico sino práctico, esto es,
la práctica o la técnica de la buena interpretación de un texto hablado o
escrito. Desde luego el significado de una obra literaria no solo depende de
la buena utilización de la hermenéutica o de la estética de la recepción como
tal, Laura Borras 2 dice: "En este sentido, desde la estética de la recepción se
supone que las lecturas no tienen idéntico valor y que, en todo caso, del
texto emana siempre de una lectura a la que solamente el lector preparado
puede llegar. Esta afirmación delicada presupone un retorno a algunos de los
postulados de la crítica tradicional con los que, paradójicamente, querían
romper la hermenéutica y la estética de la recepción, a saber, la noción de un
significado propio del texto frente a otros con menos legitimidad. "
Han Robert Jauss, definió la teoría literaria como un proceso dialéctico de
término de producción y recepción. Para Jauss, los lectores tienen un cierto
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conjunto mental, un "horizonte" de esperanzas según las perspectivas de
cada lector, en algún tiempo dado en la historia. La crítica del lectorrespuesta establece estos horizontes de esperanza para los lectores de obras
literarias en sus diferentes períodos así como los de la escuela de Iser y
Jauss. Las consecuencias de poner al lector en el centro del pensamiento
teórico sobre la literatura hace que el lector ya no sea un sujeto pasivo, sino
que pasa a la acción y las obras literarias tendrán una calidad y categoría no
por la biografía de sus autores, sino por el criterio de la recepción que el
lector haga de las mismas. El efecto de la obra se incluye lo que se realiza
tanto en el consumidor como en la obra misma. Para conseguirlo se analiza
la teoría literaria formada por el autor, la obra y el lector, este último como
un individuo sujeto a una constante formación. El papel del receptor como
del lector que traslada al presente los textos del pasado, y que, a su manera,
puede romper con el espíritu de la obra. Pero la obra va más allá de ella
misma y tiene en el receptor a su principal aliado para la difusión de la
misma, el que le da vida ante múltiples receptores e interpretaciones.
El ámbito histórico y el estético permiten que la comprensión de los
primeros lectores prosiga y pueda mantenerse de una generación a otra, por
un lado el ámbito histórico y por otro la recepción primaria donde el lector
hace una comprobación estética comparando otras obras ya leídas por otros
lectores. Esta concepción del ambito historico de la literatura nos permite
evocar al historiador German Arciniegas4 que afirma: al leer los clasicos en
especial la historia de la literatura griega y romana, la lectura que ahora
hacemos de ellos es diferente a la que se hacia anteriormente y desde luego
su interpretación, ya que tenemos toda una concepcion historica que nos
obliga a hacer una lectura diferente. Debemos extraer nuevas enseñanzas por
el hecho de tener más experiencias. Así, algunas obras que en un momento
dado pudieron parecer lo más encumbrado de la literatura, que al ser
revisadas, o al pasar a generaciones posteriores, parecen desfasadas porque
no han logrado trascender la época o el momento de su creación.
Wolgang. Iser6 argumenta que existen dos clasificaciones en la estética de la
recepción de una es la obra literaria el artístico, que es donde se situaría el
autor y el estético, donde se ubicaría el lector. Una obra literaria se situaría
siempre en medio de estos dos niveles. Según Iser, “el texto presenta unos
"vacíos" que el receptor de la obra debe llenar de significado”. Un
significado en continua reforma a medida que avanzamos en el acto de leer.
Iser resalto la idea de que la indeterminación constituye al mismo tiempo la
miseria y el esplendor del texto literario en tanto que espacio
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constitutivamente imperfecto y el concepto de "espacios vacíos" o lugares de
indeterminación como espacios en los que se manifiesta plenamente la
estructura de apelación del texto y en los que se reclama la integración del
lector. Concepto que Laura Borras 1 tomo para ampliar mas el tema del
Hipertexto. Según Iser el texto literario no puede reducirse a un significado
determinado, porque se limitaría a ser sólo la ilustración de un significado
dado previamente. Así, "el texto literario ha sido leído algunas veces como
testimonio del espíritu de la época, otros como expresión de su autor, otros
como reflejo de la situación social o política y así sucesivamente.” Y
continua Iser diciendo que en la estructura apelativa de los textos, se afirma
que "el coeficiente de indeterminación literaria de la literatura es el principal
elemento de conmutación entre texto y lector." No hay intención explícita en
un texto para que ésta se encuentra en la capacidad interpretativa, en la
imaginación del lector. Al hacer una lectura hay que llenar y concretar estos
espacios vacíos, o “espacios indeterminados” según los llamaba Román
Ingarden porque el significado no está estrictamente en el texto, sino que,
como dice Iser, se va construyendo en el proceso de la lectura.
Jauss dice: "El lector sólo puede convertir en habla un texto en la medida en
que introduce en el marco de referencia de los antecedentes literarios de
percepción su propia comprensión previa el mundo. Una comprensión que
incluye sus expectativas concretas procedentes del horizonte de sus
intereses, deseos, necesidades y experiencias, condicionado por las
circunstancias sociales, las específicas de cada estrato social y también las
biográficas”. Jauss continua diciendo: “La historia de la literatura es un
proceso de recepción y producción estética que se realiza en la actualización
de textos literarios por el lector receptor, por el crítico que reflexiona y por
el propio escritor que vuelve a reproducirse.” El lector que dirige las lecturas
de los demás a partir de textos ya existentes y que los traslada a nuevas
lecturas. De ahí sugerimos al lector y a su memoria, como receptor y difusor
de aquellas obras relevantes para él y que, como dice “todo lector es un
antologador que a su vez engendra nuevos lectores”. Es por esto que el
lector es una parte muy importante del proceso de creación literaria, que de
hecho, éste participa en la creación literaria de la misma forma que el autor y
el texto. Con esta participación se da a la obra un pasado en la época en que
fue escrita, un presente en la época del lector que lee y un futuro con el
lector, se da importancia a la subjetividad individual y al condicionamiento
social frente a las teorías que solo daban acceso a un sistema a salvo de
cualquier influencia temporal, y que posibilitaban su condición de obras
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eternas y por tanto, la creación de un canon universal no puede ser
cambiante.
Humberto Eco3 por su parte dice: “Un texto es un producto la interpretación
del cual debe formar parte de su propio mecanismo generativo." Es decir,
que el lector tiene un papel pasivo y no puede en ningún caso realizar un
acto de lectura que escape de las posibles intenciones del autor. El autor
pues, de la misma manera que el lector, escribe el texto desde la propia
circunstancia histórica, personal y social.
Iser nos habla de las "significaciones y las verdades que estas no son, en
principio, invulnerables a la historicidad. Tampoco lo son los textos
literarios”. Iser termina afirmando que la clave que se considere un texto
poseedor y transmisor de valores eternos es porque su estructura
(indeterminada) permite al lector interpretativo, a lo largo del tiempo,
insertar en ella una y otra vez.
El canon y la teoría de la recepción.
En cuanto al Canon pienso que con las teorías de la recepción vistas
anteriormente en cierta manera, el lector puede hacer un ejercicio de su
gusto literario donde puede existir una correlación entre canon y el éxito
editorial; es decir, la valoración de la obra no sólo por el juicio estético sino
por su recepción entre el público. Los lectores que posteriormente han
pasado a ser creadores de sus propias obras. La historia de la literatura no
sólo refleja las obras de mayor éxito entre los lectores comunes, sino
también aquéllas que han sido reconocidas por otros autores como
pertenecientes a sus “influencias” o, mejor dicho, a su canon particular. En
este sentido, Jauss propone que “la historicidad de la literatura, al igual que
su carácter comunicativo, presupone una relación de diálogo, y al mismo
tiempo, de proceso, entre la obra, el público, y la nueva obra”. El canon
puede concebirse como el tema más urgente y necesario de la cultura actual
y, al mismo tiempo, puede aparecer como un componente más dentro del
repertorio de conceptos que motivan el discurso cultural contemporáneo. Por
otra parte, adherirse al canon equivale a la defensa de un orden y estructuras
culturales que se juzgan imprescindibles para producir una discusión
productiva sobre el tema. Harold Bloom 6 nos dice que: “el canon constituye
un edificio conceptual dentro del cual ampararse para la protección de unos
principios éticos y estéticos juzgados como inviolables”. A partir de esta
definición, el canon se vincula con la preservación y el mantenimiento de un
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modelo normativo de civilización y cultura. De esta manera oponerse al
canon ha propiciado la legitimización de las opciones periféricas, la
inclusión dentro de la crítica cultural de objetos, textos y fenómenos que, sin
el modelo anticanónico que las justifica y promueve, no hubieran podido
alcanzar la dignidad de ser estudiados y considerados con la comprensividad
analítica que la crítica sistemática provee. El modelo anticanónico ha
permitido, además, la incorporación a la discusión de categorías por
ejemplo, la música popular, el arte callejero que normalmente hubieran
quedado limitadas a ser consideradas como experiencias vivenciales,
esporádicas y dispensables, al margen de la reflexividad y estructuración
lógica que el discurso académico conlleva.
El canon aporta un orden y una estructura. Tiene, además, una dimensión
política particularmente notable en la era global. Como dice Hobsbawm7
“Proporciona unos referentes de identidad cultural comunes en un momento
en que el concepto de nación se devalúa, los fundamentos de la identidad
nacional se resquebrajan y la hibrides y la indiferenciación reemplaza a la
sólida homogeneidad de las entidades nacionales del pasado”. Esa es la
razón primordial por la que los nacionalismos actuales necesitan iconos
culturales que contrarresten el impulso de devaluación nacional que la
globalización conlleva. Un canon sobre el que todos estemos de acuerdo es
la garantía de nuestra identidad frente al gran desafío de la humanidad
globalizada.
En los cambios de la evolución cultural, el canon continúa siendo un punto
decisivo de la discusión académica e intelectual porque esa actividad
conlleva a una ordenación y clasificación. La revolución postmoderna y
deconstructiva ha obtenido unos logros significativos pero parciales. El
modelo canónico subsiste. En los medios académicos sigue utilizándose un
repertorio de referentes inalterados que se extiende desde Homero, la Divina
Comedia y el Quijote hasta Proust, García Lorca y Borges entre otros. Han
habido dos transformaciones significativas en este planteamiento canónico:
Primero los clásicos son en principio incuestionables existe otra vía
alternativa que son los textos periféricos, que pueden ser pasajeros y
caducos, pero también vitales e impactantes. A diferencia del canon, que es
básicamente invariable en su forma, esta segunda vía es cambiante y los
textos que la integran lo son también. Segundo los clásicos continúan pero
ha cambiado nuestra apreciación y metodología con relación a ellos. El
clásico ha dejado de percibirse como un monumento sagrado inviolable. Se
ha hecho más próximo, dialoga con el lector, y sobre todo, sin dejar de ser
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nunca la voz de un pasado y, siguen siendo leídos según los parámetros
críticos actuales.
El canon se presenta con un carácter urgente y dispensable al mismo tiempo.
Imperativo, porque el archivo cultural requiere estructura para organizar lo
que de otro modo sería un desvorde indiscriminado de títulos y obras. Y
también dispensable porque los modos culturales no literarios, vinculados a
la instantaneidad visual y digital, no son consensuales: se nutren de la
destrucción de normativas y regulaciones y crecen y se desarrollan
precisamente a partir de la superación de lo culturalmente preexistente y
establecido. Los movimientos de ruptura, desde el romanticismo hasta el
surrealismo, han conocido desde siempre el poder de la oposición a lo
convencional y prescriptivo. André Breton aludía a la necesidad de la
destrucción de los museos en cuanto que templos de un concepto del arte
que él juzgaba estéril. No obstante, de manera ilustrativamente paradójica,
su obra y sus principios han acabado por ser asimilados e integrados en el
medio estático de la enciclopedia artística y se han convertido en objetos
canonizados de museo, no muy diferentes en este aspecto de los cuadros de
los grandes pintores de la antiguedad. Nos hallamos en un momento de
ruptura anticanónica. Tendremos que ver cuándo empezará la tarea de
asimilación y definición de este momento que lo convertirá a su vez en un
componente más del medio académico y canónico.
Los polisistemas y la estética de la recepción.
Ahora bien con base en los polisistemas Itamar Even –Kohar nos dice que
“los estudios sistemicos analizan la cultura como un sistema global , como
un conjunto heterogeneo de parámetros con cuya ayuda los seres humanos
organizan sus vidas, la teoria de los polisistemas sugiere que la organización
de la vida no consiste simplemente en una necesidad de comprensión del
mundo en la cual solo la comprensión es uno de los factores, el repertorio
cultural vendría siendo una herramienta de habitos, tecnicas y estilos con los
cuales la gente construye sus estrategias conceptuales, es decir aquellas
estrategias mediante las cuales entienden el mundo”.
En la globalización, el Mercado y el producto juegan un papel importante y
su dominio profundiza la manera en que el capitalismo se transforma en la
única manera de entender el desarrollo de la raza humana. Para autores
contemporáneos que trabajan el tema de hegemonía y cultura (Noam
Chomsky, Ignacio Ramonet, Samir Amin), la globalización extiende el
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control de la minoría privilegiada contra la mayoría subordinada en un
marco en el cual se anexa progresivamente el pensamiento desregulado de
Mercado con un proyecto cultural hegemónico en el planeta.
En lo cultural
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El intercambio cultural que amenaza una pérdida en la integridad de
las culturas o identidades nacionales de los países participantes versus
la oportunidad de diversificar y enriquecer las costumbres.
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Conflicto entre la concepciones de la cultura como "civilización" o
'Alta Cultura' versus la extensión de la "Cultura del Hombre Común"
o cultura popular).
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La posibilidad del reflorecimiento de culturas regionales o folclóricas
y valores individuales versus la homogenización producto de la
masificación e internacionalización de los medios.
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El reforzamiento de una conciencia de "comunidad humana" versus la
adquisición acrítica de elementos culturales de sociedades
dominantes.
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Posible sobrevaloración de lo material por sobre lo social o moral
versus la satisfacción de necesidades materiales mínimas de amplios
sectores.
Even –Zohar va más alla y describe el producto como el factor denominador
común de todas manifestaciones posibles de un producto en la cultura
estriba en estar en la disposición de activar un producto, a diferencia de estar
en posición de descifrar o interpretar el significado o la función de un
producto. La noción de producto potenciales, la podemos definir como un
modelo literario. Ahora bien dicho modelos se producen, o bien
directamente, mediante la elaboración de elementos para un posible
repertorio, o bien indirectamente, el producto modelo puede individualizar
una serie de caracteristicas, que mas tarde se transformaran en modelos para
la producción directa, finalmente llega al consumidor que lo podemos definir
como el individuo que utiliza un producto ya realizado operando
pacivamente con el repertorio, operar pacivamente significa identificar
relaciones (conexiones) entre el producto y el conocimiento, las instituciones
que son un conjunto de factores implicados en el control de la cultura juega
un papel vital en la producción de modelos literarios y cuando estos son
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relevantes serán conservados por una comunidad por un largo periodo de
tiempo es decir (Popularidad como elemento del Canon), y dice Even-Zohar
“...Al preservar un repertorio canonizado para transmitirlo de una generación
a otra”. Para finalizar Even –Zohar comenta acerca del mercado que media
entre el intento de un productor de crear un producto para que alcance
satisfactoriamente un objetivo (un consumidor o varios consumidores).
Even-Zohar nos habla de los factores y dependencias en la cultura y explica
los fenómenos sociosemióticos o culturales donde se muestran estos factores
que son: (Productor, repertorio, mercado y consumidor).
Teniendo en cuenta este analisis del escrito de Even-Zohar solo me cabe
decir que todo este proceso de producto literario trae como consecuencia la
diversificación de la cultura tanto en la literartura postcolonialista por hablar
de los menos favorecidos y las tendencias actuales culturales, de igual forma
concluyo que en la vida moderna es necesario tener este sistema para
popularizar una obra y que llegue a todos los estratos sociales,
lamentablemente existe dentro de la Empresa literaria monopolios que
manejan interéses creados y son ellos quienes mediante un estudio de
mercados deciden que obras puewden llegar a ser canonizadas y cuales no,
por otro lado pienso que el mercado ha hecho que el consumidor crea un
interés en la literatura tribial o consumista y solo una pequeña elite mantiene
la literatura de peso o de importancia, los académicos, políticos o
intelectuales influyentes por ejemplo.
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ORDEN DE CITAS Y BIBLIOGRAFIA
1-Harris, Richard. Issue Reader Response Criticism, New York, Columbia
University, 2003. (La traducción es mia)
2-Schleiermache, Friedrich. Sobre los diferentes metodos de traducir.
Traducción Valentín Garcias Yebra. Editorial Gredos. Madrid, 2000.
3- Borràs, Laura. De la estética de la recepción a la estética de la
interactividada. Notas para una hermeneutica de la lectura hipertextual.
4-Eco, Humberto, Simiotica y filosofia del lenguaje, Editorial Puccini,
Buenos Aires, 1984
5-Arciniegas, German. El continente de los siete colores, Buenos Aires,
Editorial Suramericana, 1965
6-Bloom, Harold. The Western Canon. Nueva York: Harcourt Brace, 1994
7-Hobsbawm, E. J. Nations and Nationalism since 1780. Cambridge:
Cambridge U. P, 1990.
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