Fluir no es naufragar - Ateneo Ciudad Galdós

Feb 2014
Mente y cuerpo en equilibrio
Psicología y vida mental sana
Vida Serena es un boletín
online, de distribución
gratuita con temas de índole
psicológica, y aplicación
práctica para la vida diaria.
Detrás de cada paciente
subyace el deseo de
encontrar o recuperar una
existencia serena. Con
frecuencia, la curación llega
cuando se aprende a vivir
serena y armónicamente.
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Pedro Alonso Cabrera
c/ Buenos Aires, 3
Las Palmas de Gran Canaria
[email protected]
Fluir no es naufragar
Algunos pacientes acuden a mi consulta
porque su vida se ha bloqueado. Diversas
razones o circunstancias, hicieron que
terminaran aferrados a algo o alguien en
un intento de parar el devenir que la vida
les impuso en contra de sus deseos o
planes.
Cuando les hablo de “fluir”, de hacer que
su vida y sus proyectos naveguen
armónicamente con todo lo que ocurre a
su alrededor, no suelen entenderlo. Y es
lógico que eso ocurra, porque ¿cómo van
a renunciar a su vida y sus proyectos por
culpa de lo que está pasando a su
alrededor? Pero lo cierto es que de una
forma u otra, esos proyectos, esa vida, ha
quedado bloqueada por esos hechos
inesperados, imprevisibles; por eso que
muchas personas en términos coloquiales
llamamos: “los palos que nos da la vida”, o
también “los sablazos que me he llevado”.
A fin de cuentas, se trata de algo que no
sabemos de qué manera colocar en nuestra
historia vital, algo que no habíamos
imaginado o para lo que no fuimos
educados. Tampoco tenemos un modelo
de respuesta que hayamos aprendido de
alguien, porque sencillamente nunca
conocimos a alguien que le haya pasado
algo así o al menos nunca nos lo contó.
Solos; en medio de una corriente
amenazante en la que estamos inmersos y
no podemos salir. Y aparece el miedo
primero y el pánico después: el temor a
avanzar los ha inmovilizado y renuncian a
cualquier intento de volver al camino de la
vida, del fluir con todos esos
acontecimientos.
En esas circunstancias, como los consejos
desde la cómoda posición del terapeuta
son poco útiles, lo tomo de la mano y le
digo sencillamente que voy a acompañarlo
en el camino de vuelta a la vida. Tendrá que
aprender a fluir en esa corriente contra la
que tanto ha luchado y que lo ha dejado
aconsejame.net
varado en una orilla que no eligió.
Y en ese momento de la partida, del inicio
del viaje o del retorno al mismo, le explico
que fluir no es naufragar. En absoluto
tendrán que renunciar a sus planes y
proyectos, en definitiva: sus sueños. Al
contrario, partimos para recuperarlos, tal vez
con unos retoques, tal vez con algún retraso,
pero en definitiva, fluyendo hacia ellos.
En ese acompañamiento, mis pacientes
aprenden y yo junto a ellos, que fluir no es
dejarse llevar por la corriente, sino navegar
hacia sus sueños, llevando con seguridad
el timón, pero adaptando la navegación a
las circunstancias del momento. Fluir es
aprender a aprovechar un remanso para
recuperar el rumbo después de una
tormenta o un tramo peligroso. Y fluir es,
también, aprovechar cualquier impulso
(temporal) que aparezca en nuestra vida para
avanzar más rápidamente.
Sí, impulso temporal, por eso lo he puesto
entre paréntesis. Porque aceptar que los
impulsos, los apoyos, las ayudas, las
personas que reman con nosotros y nos
hacen avanzar mucho en poco tiempo
pueden no estar siempre. O a veces,
estándolo, pudieran convertirse en una
rémora en lugar del apoyo que fueron. Pero
también son temportales los contratiempos
y las dudas del camino.
Fluir es aceptar esos cambios del devenir
de nuestra vida, y adaptarla a los mismos.
Saber navegar según el momento, pero
teniendo presente nuestro sueño. Y llegado
el caso, ser valiente para ajustar lo idealizado
que era cuando partimos con la fuerza de
la juventud, al sueño real que sí podemos
conseguir con la experiencia del camino y
las energías menguadas de las tormentas a
las que sobrevivimos.
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