H.Cámara de Diputados de la Nación

Anuncio
H.Cámara de Diputados de la Nación
PROYECTO DE LEY
Texto facilitado por los firmantes del proyecto. Debe tenerse en cuenta que solamente
podrá ser tenido por auténtico el texto publicado en el respectivo Trámite
Parlamentario, editado por la Imprenta del Congreso de la Nación.
Nº de Expediente
0835-D-2009
Trámite
Parlamentario
12 (17/03/2009)
Sumario
PENSION REPARATORIA. OTORGASE A EX SOLDADOS CONSCRIPTOS CLASES 53, 54, 55, 58 Y 59, Y
OTRAS QUE HALLAN SIDO INCORPORADAS CON ESTAS.
Firmantes
LLANOS, EDITH OLGA - ARGÜELLO, OCTAVIO.
Giro a Comisiones
PREVISION Y SEGURIDAD SOCIAL; DEFENSA NACIONAL; PRESUPUESTO Y HACIENDA.
El Senado y Cámara de Diputados,...
Art.1º- Otorgase pensiones reparatorias mensuales y vitalicias y obra social a los
ciudadanos que fueron reclutados como soldados conscriptos domiciliados legalmente
en territorio Argentino al momento de ser incorporados a las Fuerzas Armadas,
cualquiera haya sido la fuerza, Unidad o Destacamento de destino, en virtud de la ley
17.531 de Servicio Militar Obligatorio y modificatorias, entre los años 1.974 y 1978,
clases 53, 54, 55, 58 y 59, otras incorporadas con estas.
Art. 2º- La pensión contemplada en el artículo 1ro. Será fijada por el organismo
competente y que en ningún caso será inferior al ciento por ciento (100%) de la
jubilación mínima en vigencia. Dicha pensión será pasible de las variaciones que
resulten como consecuencia de los aumentos que soporte el haber mínimo de las
prestaciones a cargo del Régimen Previsional Público del Sistema Integrado de
Jubilaciones y Pensiones, instituido por la Ley Nº 24.241, sus modificatorias y
complementarias. Asimismo, será compatible con otras remuneraciones, percepciones
previsionales y planes sociales de carácter permanente, otorgado por el Estado
Nacional, Provincial y/o municipal; a excepción de sueldos militares y pensiones de
guerra. En caso de tratarse de una persona fallecida se comprenderá la extensión
prevista en el artículo 5º.
En todos los casos, se abonarán a los titulares de las pensiones que por la presente ley se
otorgan, las asignaciones familiares, con los mismos requisitos y derechos con que se
reconocen a los beneficiarios del citado Régimen Previsional.
Art. 3º- Los ciudadanos afectados a este beneficio deberán acreditar la condición de
soldados conscriptos en los años comprendidos mediante certificación expedida por el
Ministerio de Defensa, quien deberá otorgarlo en un plazo no mayor a los treinta (30)
días desde su solicitud. Asimismo, tener domicilio en el territorio Nacional al momento
de la sanción de la presente Ley.
Art 4° - Gozaran de los beneficios de esta Ley, durante su primer año de entrada en
vigencia, aquellos ex soldados conscriptos de la clases 53, 54, 55, 58 y 59 y otras
incorporadas con estas, que no perciban ningún tipo de ingresos por cualquier otra
actividad.
A partir del segundo año de haber entrado en vigencia, gozaran de los beneficios de esta
Ley, aquellos ex soldados conscriptos de la clases 53, 54, 55, 58 y 59 y otras
incorporadas con estas, que perciban por cualquier otra actividad un haber inferior o
igual al 100% de la jubilación mínima en vigencia.
A partir del tercer año de la entrada en vigencia, se extenderán los beneficios de la
presente ley a todas los ciudadanos inscriptos en el Registro de ex soldados conscriptos
de la clases 53, 54, 55, 58 y 59 y otras incorporadas con estas, creado por el artículo 8°
de la presente Ley
Art. 5º- Los beneficios acordados en los artículos precedentes se extenderán a los
derechohabientes, entendiéndose por tales los enumerados en el artículo 53 de la ley
24.241 y modificatorias.
Art. 6º- La pensión será otorgada por el Poder Ejecutivo Nacional, dicho beneficio
comenzará a devengarse a partir del primer día del mes siguiente en que se dicte el
respectivo acto administrativo.
La Administración Nacional de la Seguridad Social, ANSES, tendrá a su cargo la
recepción del trámite correspondiente a la pensión que se concede a los beneficiarios de
la presente Ley, como así también su correspondiente liquidación.
Art. 7º- Los beneficiarios de esta Ley gozarán de una Obra Social con las mismas
coberturas que otorga a todos los pensionados de Administración Nacional de la
Seguridad Social (ANSES), a partir del primer día del mes siguiente al otorgamiento de
la pensión, debiendo practicarse a tal efecto los mismo descuentos que se realizan al
resto de los pensionados sobre los haberes que perciben.
Art. 8º - Por cuanto no se puede establecer fehacientemente la cantidad de ciudadanos
en condiciones de percibir dicho beneficio, quien Reglamente la presente Ley, tendrá la
facultad de crear un Registro de Inscripción, el mismo deberá tener un plazo perentorio
no mayor de 90 días para que el ex soldado se pueda inscribir en diferentes Instituciones
del territorio Argentino según lo dispuesto en el art. 1º de la presente Ley.
Art. 9º - Los beneficios que otorga esta Ley serán atendidos conforme a una partida
presupuestaría que se fije al respecto. Pudiéndose obtener los recursos que se destinen
por leyes especiales, donaciones o legados que se realicen a favor del organismo que
corresponda.
Art. 10º- El Poder Ejecutivo reglamentará la presente Ley dentro de los noventa (90)
días de su sanción.
Art.11º- Comuníquese al Poder Ejecutivo.
.
FUNDAMENTOS
Señor presidente:
Nuestro país, hasta lograr nuevamente el estado de derecho y afianzar el sistema
democrático, debió padecer un proceso de facto, cuyos actos de violencia tiñeron de
sangre su historia, pero que, a diferencia de la que se perdió en épocas de la colonia y
que luego se justificaría en la obtención de nuestra independencia y condición de país
soberano, la derramada durante la dictadura militar, mancilló el pasado de esta gran
Nación con sangre de inocentes, durante una época signada por el terror en la que primó
el más absoluto desprecio por las vidas humanas.
Es así que hasta estos días, el dolor por las pérdidas ocurridas resuena en todos los
rincones del país, con gritos ahogados de dolor, que no encuentran respuesta por las
ausencias ocurridas en tan nefasto periodo y que tampoco han podido ser suplidas de
alguna manera.
El "Proceso de Reorganización Nacional", instaurado por las fuerzas militares y
denominado así para justificar la voracidad del poder de lamentables personajes que
tomaron de manera ilegítima los destinos de nuestro país, les sirvió para utilizar las
fuerzas que tenían a su cargo y enfrentar a las falanges "terroristas" o "subversivas",
como les dieron en denominar entonces . Bajo estas circunstancias impartieron ordenes
de muerte contra jóvenes idealistas que solo representaban la propia rebeldía de la
juventud, valiéndose para sus objetivos de una estructura conformada con armamentos y
personal militar que descargaron sin piedad.
Esta porción de nuestra historia, caracterizada por el miedo y la confusión, dejó la más
triste de las estadísticas: la muerte de seres humanos. Sabemos de los mártires que
desaparecieron entonces y que representaron los ideales de una Latinoamérica libre,
pensante y desatada de la tiranía de los opresores, a ellos, numerosos homenajes se les
han rendido, como también se han reivindicado sus nombres e indemnizado los males
económicos causados.
Pero tampoco debe pasarse por alto que en la misma porción, se encontraban otras
víctimas del sistema: los soldados conscriptos que prestaban el Servicio Militar
Obligatorio. Debemos tener presente que estos jóvenes de 20 o 18 años, no pudieron
ejercer su derecho de elección y mucho menos opinar o declinar sus conductas, toda vez
que, su libre albedrío y voluntad, estuvo siempre manejada por la cobarde conducta de
superiores en el mando, que aprovechando el verticalismo militar, abusaban de esta
situación dominante dada su condición de jefes y los reducían a una servidumbre de la
milicia que los convertía en herramientas de su cruel cobardía.
Estas mentes inocentes fueron taladradas y manipuladas, sufriendo las mismas
consecuencias que las padecidas por las demás víctimas: Torturas, denigración,
privación de la libertad y tantos otros tormentos que entonces se utilizaban con quienes
pensaban distinto.
Sin lugar a dudas, esa Dictadura Militar fue el suceso más nefasto desde que tenemos
memoria como Nación, que concluyó después del desastre de Malvinas. Esta guerra ha
sido un hecho de tal conmoción y tan profundamente grave, por la perdida de vidas
humanas, por la derrota militar y diplomática, los inmensos gastos (nunca revelados)
que insumió la operación militar y la pesada sensación de desilusión en que cayo el
pueblo Argentino, que podría decirse que actuó como un telón sobre situaciones tan
dramáticas como las que se vivieron durante 1978, donde se creía inminente la Guerra
contra Chile.
Con el paso de los años y tantas situaciones de crisis que ha vivido el País, parecen irse
olvidando los momentos de dolor y las penurias, quizás porque el tiempo ayuda a
cicatrizar esas heridas o en parte también porque las crisis se fueron renovando y
tapando unas con otras.
Por ello, parece haberse olvidado aquellos días de 1978 donde los gobiernos de
Argentina y Chile, concretaron la mayor crisis bilateral de la historia entre ambos
países, donde de uno y otro lado, las dictaduras militares se fortalecían de la mano del
terror y sometían a sus habitantes a la miseria a cambio de la militarización
descontrolada que incluía la compra de equipos bélicos, de comunicación y logísticos de
altísimos costos, que además encubrían suculentos negocios.
Por entonces, en las regiones de frontera se encontraban a fines de 1978 más de 250.000
efectivos de todas las fuerzas, preparados para entrar en combate. La escalada de
tensión llego a su punto máximo el día 22 de diciembre, donde se estuvo a pocas horas
de comenzar el enfrentamiento, a tal punto que todas las unidades militares recibieron la
novedad de que el País se encontraba en guerra con Chile.
En tanto que la situación evolucionaba hacia el conflicto armado, la diplomacia se
esforzaba por encontrar una salida viable para ambos países, que finalmente llego en la
misma jornada del 22 de diciembre cuando Su Santidad Juan Pablo II acepto mediar en
la disputa, encomendando la misión al recordado Cardenal Samore.
Aun bajo la negociación diplomática y bajo la supervisión de los Dignatarios de la
Iglesia Católica, ambos países mantuvieron en estado de alerta y movilización sus
fuerzas armadas, en la que muchos efectivos permanecieron hasta seis meses sin
retornar a sus hogares, con un estrés psicológico provocado por estar bajo la tensión de
una guerra inminente y soportando todo tipo de penurias.
Muchos de esos hombres eran jóvenes de apenas 18 años, que habían egresado de la
escuela un tiempo antes, y que así como los "Héroes de Malvinas" fueron puestos en esa
situación sin ninguna posibilidad de opción, bajo riesgo de ser declarado "Traidor a la
Patria" si se opinaba en contrario, situación que por entonces, el Código de Justicia
Militar sancionaba con la muerte del detractor.
Estos jóvenes soldados que debían cumplir con la Ley de Servicio Militar Obligatorio
eran sometidos a una constante humillación psicológica y a agotadoras actividades
físicas, que se podrían catalogar de torturas, y a actitudes delictivas de los superiores
como estaqueamientos o golpes cuya denuncia y conocimiento es de dominio público,
como el lamentable deceso del Soldado Carrasco, que dieron lugar a profundas reformas
del Servicio Militar.
El actual Gobierno ha señalado el camino para la reivindicación de la memoria colectiva
de aquellos años de la Dictadura Militar, y en ello se inscriben la reactivación de los
juicios a torturadores, el destacar la labor de las entidades de Derechos Humanos, y
muchos actos que tienden a rescatar la verdad objetiva.
Situación de los ex soldados conscriptos:
La ley 17.531 se Servicio Militar Obligatorio disponía que "el servicio de conscripción
es el que cumplen con carácter de obligatorio y durante la paz los argentinos
convocados al efecto en el año que cumplen 18 años ( 20 hasta 1976)". (Cap.III, art.11).
La normativa disponía también que esa incorporación tenía por motivo otorgar a los
ciudadanos "una instrucción militar" para que, una vez dados de baja de servicio,
integrar la fuerza de reserva como soldados instruidos hasta los 35 años de edad, que
podían ser convocados en caso de guerra mediante una ley de convocatoria del
Congreso de la Nación ( art. 75, inc. 27 de la Constitución Nacional). De lo antedicho se
entiende que los ciudadanos incorporados como soldados conscriptos no podían ser
afectados al cumplimiento de tareas profesionales ya que lo eran "para ser instruidos", y
por lo tanto obviamente carecían de la preparación física, psicológica y profesional que
se requiere para el manejo de equipamientos militares de gran poder destructivo y
afrontar situaciones especiales de enorme riesgo y tensión, que los cuadros permanentes
adquieren después de largos años de formación y adiestramiento especifico.
Durante el periodo que nos ocupa los soldados conscriptos fueron ilegalmente sacados
de su ámbito de instrucción y obligados a participar de tareas profesionales como
patrullaje, allanamientos, requisitorias, control de rutas, retenes, seguridad pública, etc.
que indudablemente no correspondía. Asimismo fueron "movilizados bajo estado
bélico" por el Operativo Independencia y el Conflicto del Beagle. En este último caso
incluso, por primera vez se reincorporaron soldados de reserva sin la necesaria ley del
Congreso, ya que fue dispuesto por un gobierno de facto. Este conflicto produjo además
un desfasaje en los tiempos de convocatoria y duración del reclutamiento perjudicando
la formación y/o actividad laboral de los implicados.
Para ser afectados a esas tareas bajo las circunstancias de ilegalidad y falta de
preparación, se sometió a los soldados conscriptos "de manera sistemática" a maltratos,
castigos, amenazas, humillaciones y tormentos como modo de manipulación física y
psicológica, siendo en la práctica colocados en calidad de rehenes sociales y reducidos a
la servidumbre. De esta manera se excedió permanentemente los alcances de ley de
servicio militar obligatorio y se vulneraron elementales derechos humanos y
constitucionales con la mayor impunidad, sin ninguna posibilidad de defensa ni amparo
para los conscriptos, produciéndoles daños terribles e irreversibles, agravados por su
corta edad, que arrastran hasta nuestros días como pesadas mochilas sin que jamás
hayan recibido algún tipo de atención ni reparación.
Se debe considerar que todo derecho implica obligaciones. El derecho que tenía el
Estado de imponer a los ciudadanos un servicio obligatorio no lo eximía, y por el
contrario reforzaba, su responsabilidad de velar por sus vidas, seguridad, integridad
física y moral y demás derechos previstos en la carta magna, que indudablemente no se
cumplió. Los organismos de Derechos Humanos registran unos 200 casos de
conscriptos desaparecidos, y otros centenares que perdieron su vida, fueron heridos,
mutilados o quedaron con graves secuelas físicas, producto de enfrentamientos armados,
copamientos de cuarteles, accidentes, penurias, maltratos, etc. La totalidad, de alguna
manera, quedaron afectados psicológicamente por presenciar o tomar conocimiento de
esos hechos o por el estrés provocado por las situaciones de terror generalizado y de
riesgo vital que se vivía.
El objeto del proyecto de Ley:
El principal objetivo del presente proyecto es el de otorgar a quienes fueron soldados
conscriptos del servicio militar obligatorio durante los años 1.974 a 1.978, los
beneficios de una pensión y la cobertura de asistencia social, mediante el acceso a una
obra social que les cubra una asistencia en su salud y la de sus familiares y que sería
abarcativo de las clases 53, 54, 55, 58 y 59 y otras incorporadas con estas.
Antecedentes:
Como antecedente traigo a colación legislación comparada y cito el modelo español que
reparó a quienes combatieron en ambos frentes en la Guerra Civil Española, con una
pensión otorgada a estos por una suma de Seiscientos Euros (€ 600) y que son enviadas
a sus beneficiarios en toda España e inclusive a algunos que se encuentran residiendo en
lo que fue la Unión Soviética, como un reconocimiento de los daños padecidos por sus
ciudadanos que se vieron afectados por un accidente histórico.
En nuestro país, la ley 24.411 de "Desaparición Forzada de Personas", acordó
beneficios extraordinarios, a personas que al momento de sancionarse dicha ley, se
encontraban en situación de desaparición forzada de personas, cuando se hubiere
privado a alguien de su libertad personal y el hecho fueses seguido por la desaparición
de la víctima, o si hubiere sido alojada en lugares clandestinos de detención o privada
bajo cualquier forma del derecho a la jurisdicción.
En idéntico sentido, la ley 24.823, modificó algunos recaudos de la mencionada 24.411,
pero siempre manteniendo los beneficios que la misma les acordaba a las personas que
acreditaren encontrarse dentro del mencionado marco normativo, ampliando, aclarando
e incorporando en algunos casos, situaciones particulares de los potenciales
beneficiarios que no habían sido contempladas en la ley modificada.
La ley 24.652/96, modificatoria de la ley 23.848/90, también otorga una pensión de
guerra a los ex soldados conscriptos de las fuerzas armadas que hayan estado destinados
en el teatro de operaciones Malvinas, o entrado efectivamente en combate en el área de
operaciones del Atlántico Sur y a los civiles que se encontraban cumpliendo funciones
de servicio y/o apoyo en los lugares antes mencionados, entre el 2 de Abril y 14 de
Junio de 1.982.
En ambos casos, las mencionadas leyes, no solo otorgaron los beneficios de la pensión a
quienes fueron directos protagonistas, sino que además, posibilitaron que familiares
directos, abuelos o concubinos, pudieran gozar de tal beneficio, acreditando
debidamente las condiciones que esgrimían para la solicitud.
La situación de los ex conscriptos de las clases mencionadas se encuentra amparado por
los Convenios de Ginebra del 12 de Agosto de 1949, como así también por sus dos
Protocolos Adicionales: tanto en el Protocolo I Adicional a los Convenios de Ginebra,
en el Título III, Sección II, Artículo 43, incisos 1 y 2; y el Protocolo II Adicional a los
Convenios de Ginebra, Artículo 1, inciso 1; como así también el Pacto de San José de
Costa Rica, la Convención Americana sobre Derechos Humanos, art. 5º, incisos 1 y 2 y
la Convención contra tortura y otros tratos, o penas crueles, inhumanos y degradantes.
Argentina es uno de los países suscriptores de esos pactos internacionales.
No puede dejar de mencionarse la vulneración de la Ley 17.531 de Servicio Militar
Obligatorio, el Código de Disciplina Militar y la Constitución Nacional, artículos 14 bis,
15, 17, 18, 21 y 75 incisos 25 y 27.
En definitiva, existen antecedentes legislativos ciertos que posibilitan el conocimiento,
estudio, análisis y resolución de este proyecto que sustentan los fundamentos vertidos.
Los hechos que aquí se describen, además de encontrarse avalados por abundante
documentación, se mantiene en la memoria del pueblo y merecen ser auspiciados por las
Instituciones, como manera de formular un reconocimiento histórico a quienes fueron
protagonistas involuntarios de estos hechos.
Además, estas generaciones fueron las mas cruentamente castigadas por las políticas
económicas implementadas durante la dictadura militar y las mantenidas luego, que
produjo que la mayoría padezcan gravísimas dificultades ocupacionales, que por su
edad, encima de los 48 años, es casi imposible su reinserción en las condiciones
vigentes, como tampoco acceder a beneficios previsionales, permaneciendo marginados
del mundo laboral y social, soportando todo tipo de penurias degradantes. Esta ley
aliviaría en alguna medida la angustia de estos argentinos y sus familias poniendo
justicia a estas situaciones como lo indican las normas morales y constitucionales.
Que los fundamentos expresados sean interpretados en su literalidad y oportunamente
aprobado.
Descargar