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MUTUA DE ACCIDENTES DE TRABAJO
Y ENFERMEDADES PROFESIONALES
DE LA SEGURIDAD SOCIAL Nº 151
Prevención
Documentación técnica
PERSONAS CON DISCAPACIDAD PSÍQUICA.
TRASTORNOS PSICÓTICOS
El concepto de “Psicosis”, en la actualidad, no es aceptado como término definitorio de
ninguna enfermedad mental sino que la consideración de psicótico hace referencia a
cualquier trastorno que tiene como característica central cursar con sintomatología
psicótica.
Podemos considerar, sin embargo, como característica definitoria, que engloba la
mayoría de los trastornos con sintomatología psicótica, al notable deterioro que se
produce sobre la capacidad de evaluación de la realidad, es decir la alteración de la
capacidad del individuo para percibir exactamente el mundo que le rodea y comportarse
adecuadamente ante él.
La personalidad del individuo psicótico, por lo general, es desorganizada en extremo, es
incapaz de desenvolverse socialmente de manera normal, y en ocasiones, en las fases
agudas, debe ser internado en un hospital.
En general, la sintomatología central de un trastorno psicótico se basa en la producción
de alucinaciones e ideas delirantes.
Sintomatología básica
• Pérdida de contacto con la realidad. Capacidad menoscabada para diferenciar
entre la realidad y experiencias subjetivas. Las fantasías son aceptadas como
hechos.
• Distorsión de la forma de ver la vida.
• Marcada pérdida del control voluntario de pensamientos, emociones e impulsos.
Manifestación anormal de las emociones (cambios de humor).
• Marcada desorganización de la personalidad. La capacidad para el
funcionamiento social afectivo y apropiado está particularmente afectada. Por lo
común se requiere hospitalización o cuidado supervisado en el hogar.
• Trastornos del pensamiento: confusión, creencias erróneas (ilusiones).
• Deterioro cognitivo: atención, memoria, razonamiento lógico.
• Excitación extrema (manía).
• Síntomas depresivos.
• Miedo.
• Ideas delirantes: alteración de los procesos lógicos mentales en los que cualquier
ideación incoherente se convierte en realidad.
• Alucinaciones: percepción a través de los órganos de los sentidos de fenómenos
que no tienen existencia real. Las más frecuentes son: visuales y auditivas.
• No hay conciencia de enfermedad, el sujeto no es consciente que tiene una
enfermedad mental.
 ASEPEYO. Dirección de Seguridad e Higiene, mayo de 2010
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Principales trastornos psicóticos
Esquizofrenia.
Trastorno esquizofreniforme.
Trastorno esquizoafectivo.
Trastornos delirantes.
Trastorno psicótico por uso de sustancias.
De los trastornos anteriores el más conocido y con mayor incidencia en la población es la
Esquizofrenia.
Esquizofrenia
Las características esenciales de la Esquizofrenia son una serie de síntomas y signos
peculiares que están presentes al menos durante 1 mes persistiendo la alteración
durante al menos 6 meses. Estos síntomas o signos representan una marcada
disfunción social o laboral.
Los síntomas característicos se clasifican en dos categorías:
Positivos: reflejan un exceso o distorsión de las funciones normales. Ideas delirantes,
Alucinaciones, Lenguaje desorganizado y comportamiento desorganizado.
•
Negativos: reflejan una disminución o pérdida de las funciones normales.
Aplanamiento afectivo (falta de emociones), Deterioro de funciones cognitivas, Abulia
(falta de concreción de objetivos).
La esquizofrenia tiene distintos subtipos:
a
a
a
a
a
Tipo paranoide (preocupación por una o más ideas delirantes o alucinaciones
auditivas frecuentes de tipo persecutorio, y si no hay lenguaje desorganizado, ni
afectividad aplanada).
Tipo desorganizado (con lenguaje desorganizado, comportamiento desorganizado y
afectividad aplanada).
Tipo catatónico (inmovilidad motora manifiesta negativismo extremo o mutismo, o con
movimientos estereotipados o por adoptarse posturas raras)
Trastorno indiferenciado (cuando no se cumplen ninguno de las tres subdivisiones
anteriores, paranoide, desorganizado o catatónico).
Tipo residual (cuando hay ausencia de ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje
desorganizado y comportamiento catatónico o desorganizado, salvo que estén
presentes en forma atenuada).
Tratamiento de los Trastornos Psicóticos
El tratamiento en este tipo de trastornos se divide en tres grupos:
•
Farmacológico
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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Para poder realizar intervenciones de otro tipo sobre el enfermo primero y principal hay
que reducir la sintomatología psicótica. Esto sólo puede hacerse por medio de la
farmacología psicotrópica, concretamente con los denominados Antipsicóticos. Hay que
tener en cuenta la gran cantidad de efectos secundarios que producen este tipo de
fármacos.
Los antipsicóticos más utilizados son los denominados neurolépticos que controlan la
sintomatología positiva (delirios, alucinaciones, comportamiento desorganizado...), dando
al enfermo la posibilidad de llevar una vida mucho más adaptada, no obstante, producen
muchos efectos secundarios molestos que en ocasiones interfieren con el rendimiento
del sujeto (muchas personas con este tipo de tratamiento consideran, que éste, dificulta
el rendimiento laboral).
•
Psicológico y Psicosocial
Son una serie de medidas dirigidas a minimizar la vulnerabilidad del paciente ante las
situaciones de estrés y a reforzar su adaptación y funcionamiento social. Estas
intervenciones aportan beneficios en la prevención de recaídas, adquisición de
habilidades sociales y adecuado funcionamiento social y ocupacional. Estas
intervenciones se realizan a través de distintas técnicas:
a
a
a
Psicoterapia. Individual o grupal.
Intervenciones familiares.
Rehabilitación.
Por su interés en el ámbito laboral abordamos la Rehabilitación en mayor profundidad.
a
Rehabilitación psicosocial
Es un conjunto de métodos con el objetivo de conseguir el máximo de funcionamiento
social y minimizar las incapacidades resultantes de la enfermedad mental. Pretende la
readaptación u el desarrollo de nuevas habilidades para compensar las deficiencias
provocadas por el trastorno.
Los métodos en que se basa son:
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Tratamiento de los déficit cognitivos: distraibilidad, déficits de memoria, reducción
de la capacidad de atención, dificultades de planificación y toma de decisiones.
Entrenamiento en habilidades sociales: están centrados en enseñar
sistemáticamente conductas y habilidades clave para la interacción social.
Rehabilitación Ocupacional.
Rehabilitación Ocupacional
El mejor momento para encarar la rehabilitación laboral es aquel en el que los pacientes
se han mantenido estables, con un control razonable de sus síntomas psicóticos, han
adquirido la capacidad de reconocer sus propios síntomas tempranos y han aumentado
su participación y responsabilidad en la familia.
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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Estos programas persiguen el objetivo de obtener el máximo ajuste posible al entorno
laboral. Se clasifican en dos grandes grupos:
-
Empleo a personas con discapacidad psíquica. Se desarrolla en instalaciones
especialmente diseñadas para el personal con deficiencias muy notables y por largos
períodos de tiempo. Talleres protegidos: proporcionan un ambiente estructurado, con
jornadas cortas y tareas sencillas.
-
Integración en el mercado laboral. Persigue la incorporación total del enfermo en la
sociedad a través de un trabajo remunerado. Está orientado a personal sin grandes
deficiencias cognitivas y con historial ocupacional previo.
Dificultades en la inserción al mercado laboral:
a
La persona todavía no tiene hábitos o capacidades necesarias para desempeñar un
trabajo, pero desde su entorno se plantea la necesidad de dar ese paso. Esto puede
estar asociado al desconocimiento del deterioro que haya podido producir la
alteración psiquiátrica, a la existencia de una idea previa y firme de la orientación
vocacional y laboral basada en capacidades que el usuario poseía antes de la
enfermedad y también al desconocimiento del riesgo que supone volver a enfrentarse
a un estilo de vida cargado de presiones y exigencias.
a
Trabajar implica levantarse a una hora determinada, desplazarse hasta el puesto de
trabajo, establecer y mantener relaciones con los jefes y los compañeros, pasar de
una tarea a otra en el momento oportuno. Por otro lado es preciso obtener un
rendimiento acorde con el que mantienen la media de los trabajadores y en
ocasiones es inevitable, para los enfermos, hacer comparaciones entre el rendimiento
de unos y otros. Todo esto constituye responsabilidades, exigencias y presiones, que
hay que estar preparado para afrontar, o en su defecto, prepararse para ello. El
desconocimiento de estas circunstancias y la no aceptación del proceso, también,
puede crear problemas cuando algunas personas se arriesgan a comprometerse con
un contrato laboral sin estar preparados para ello y sin conocer su alteración
partiendo del planteamiento de que el primer episodio queda atrás y nunca más
volverá a ocurrir.
a
La rehabilitación debe entenderse como un proceso en el que el usuario pueda ir
adquiriendo competencias paulatinamente, teniendo en cuenta la vulnerabilidad de
las personas diagnosticadas así como los factores protectores y de riesgo de recaída.
a
Deben ajustarse las expectativas entre la valoración de competencias del enfermo en
un momento determinado y la elección de las tareas que pueda realizar con esas
capacidades.
a
Pretender alcanzar metas para las que no se está capacitado, en un momento
determinado, puede conllevar rechazo de opciones menos ambiciosas; que ,en
principio, podrían constituir un buen contexto de entrenamiento para favorecer el
alcance posterior de objetivos más exigentes. Además, puede conllevar fracasos
asociados, como son, la pérdida de la autovaloración del usuario como trabajador y el
desánimo en los familiares respecto al mundo laboral.
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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a
El cambio de estilo de vida del usuario puede romper el ritmo habitual de
funcionamiento del resto de la familia. Cubrir necesidades o apoyar en el momento de
la incorporación puede traducirse en acomodar horarios a las necesidades de los
usuarios, (llamarle por las mañanas, ajustar horarios de comidas), ocuparse de
responsabilidades que antes asumía, interrumpir planes de vacaciones o de
actividades de ocio etc. Además, no hay que olvidar, el coste económico que supone
el inicio del empleo: transporte, comidas fuera de casa, ropas adecuadas, etc.
a
Abandono del tratamiento. Los efectos secundarios de los fármacos interfieren con el
rendimiento laboral del sujeto. Por otro lado, el estilo de vida que impone el trabajo
dificulta tomarse el tratamiento, conlleva olvidos de algunas tomas, hace que algunas
personas no acudan a las revisiones periódicas con sus especialistas etc. También
se produce con frecuencia la identificación entre trabajo y curación, que contribuye al
abandono del tratamiento farmacológico y a la renuncia del apoyo por parte del
equipo de rehabilitación por considerarlo innecesario, basándose en que la meta ya
se ha alcanzado, y por tanto el proceso se da por concluido.
a
La euforia de tener un trabajo y el estrés que el mismo produce; puede ocurrir que las
personas inicien un ritmo de vida con otros estresantes añadidos: actividades
formativas complementarias, obtener el permiso de conducir, nuevas amistades,
nuevas relaciones, aumento de los compromisos sociales y actividades de ocio, etc.
Todo esto aumenta el riesgo de recaídas y es preciso, que en los primeros meses se
lleve a cabo una supervisión que permita valorar si aparecen señales que indiquen
riesgo de aparición de nuevas crisis.
Perfil laboral de personal con trastorno mental
a
Se caracteriza por un buen nivel en cuanto a la capacidad de aprendizaje, y
cumplimiento de instrucciones; un nivel medio-alto de respuesta a exigencias de
calidad y de conductas que denotan constancia y algo menor en relación al
rendimiento y la polivalencia. Se observa, además, una necesidad elevada de
supervisión y una ausencia significativa de conductas que impliquen iniciativa.
a
El desarrollo formativo de la constancia y la calidad o autocontrol en la realización de
tareas y actividades, unido a estrategias de apoyo que potencien actitudes y
motivación hacia el quehacer laboral, pueden favorecer la mejor adaptación de la
persona con trastorno mental al medio de trabajo.
Ventajas de la inserción en el mercado laboral
a
a
a
a
La participación en programas de rehabilitación ocupacional contribuye a mejorar las
expectativas sobre las capacidades de los enfermos.
El desarrollo de una actividad laboral contribuye a ampliar la red social y da lugar a la
creación de soportes emocionales.
El desempeño de una actividad laboral mejora la autoestima y aumenta la motivación
por modificar hábitos y estilos de vida.
La realización de un trabajo ayuda a regular la estructuración mental del individuo.
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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Prevención de Riesgos Laborales
Los trabajadores que sufran trastornos psicóticos deben ser considerados, según el
artículo 25 de la LPRL, como Trabajadores Especialmente Sensibles ya que existe en
ellos una discapacidad psíquica reconocida. Por tanto deberá tenerse en cuenta esta
situación cuando se proceda a la evaluación de riesgos del puesto de trabajo.
En el caso de trabajadores con trastorno psicótico el tipo de trabajo a realizar y los
riesgos asociados a él dependerán de:
a
a
a
a
a
tipo y características del trastorno psicótico del que se esté tratando
grado de estabilización
si hay o no deterioro intelectual producido por la enfermedad
nivel de agresividad de los sujetos
grado de cumplimiento del tratamiento, tanto terapéutico como farmacológico
Si las condiciones anteriores son satisfactorias la prevención de los riesgos asociados al
puesto de trabajo puede tener el mismo tratamiento que cualquier otro trabajador en ese
mismo puesto. Aunque, siempre, se deberá tener presente la existencia de trastorno
mental, en tratamiento, en la evaluación de riesgos de ese puesto de trabajo.
Hemos de tener presente que este tipo de trastornos tienen un continuum de
consecuencias que va desde personas con una casi completa desaparición de la
sintomatología psicótica y, por tanto, un nivel de funcionamiento independiente e
integrado socialmente, a personas con un grado de deterioro extremo, no recuperable,
que les imposibilita la subsistencia independiente y necesitan de atención y cuidados
constantemente.
Existe una excepción a la afirmación anterior que se produce cuando el trabajador debe
manipular determinadas sustancias tóxicas. Se ha descrito un grupo de estas sustancias,
las denominadas neurotóxicos, que en caso de intoxicación, algunas de ellas, producen
sintomatología psicótica, fundamentalmente alucinaciones e ideas delirantes. Por tanto,
siguiendo las directrices del art. 25 de la LPRL, deberán evitarse trabajos donde se
utilicen este tipo de sustancias ya que pueden contribuir, de forma determinante, en
personas con el trastorno ya estabilizado, a nuevas y más graves recaídas.
Entre las sustancias que a través de su intoxicación producen sintomatología psicótica
podemos encontrar:
•
•
Según NTP-487 del INSHT sobre Neurotoxicidad, el Disulfuro de carbono produce
trastornos psicóticos.
Según el DSM-IV Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales, de la
American Psychiatric Association, existen una serie de sustancias que pueden inducir
síntomas psicóticos:
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Sustancias que inhiben la colinesterasa como: Insecticidas organofosforados
Gases nerviosos
Monóxido de carbono
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Dióxido de carbono
Sustancias volátiles como: Hidrocarburos alifáticos y aromáticos que se
pueden presentar en la composición de: gasolinas, pegamentos, disolventes y
pinturas en spray
Sustancias como los hidrocarburos halogenados que pueden presentarse en la
composición de: limpiadores, líquido corrector de máquinas de escribir, sprays
Estas sustancias pueden dar lugar a lo que se conoce como Trastorno psicótico inducido
por sustancias, que puede venir provocado bien por la ingestión o por la exposición, a
altas dosis, de dichas sustancias. Las consecuencias de ello es la aparición de
alucinaciones o ideas delirantes.
Se tendrá presente, también, que para que el personal que sufre trastornos psicóticos
pueda desarrollar un trabajo debe haber existido un dictamen previo, por parte de un
profesional con experiencia, que determine esta posibilidad, por tanto, es conveniente
valorar las recomendaciones que, sobre el contenido del trabajo, habrá hecho este
profesional.
Finalmente, y tal como indica el artículo 37.3 apartado g) del RD 39/1997, Reglamento
de los Servicios de Prevención, deberá ser el personal sanitario quién estudiará y
valorará los riesgos que pueden afectar a los trabajadores especialmente sensibles a
determinados riesgos y propondrá las medidas preventivas adecuadas.
Indicadores de posible trastorno psicótico
Se exponen a continuación una serie de indicadores a tener en cuenta para la detección
del inicio de un trastorno psicótico.
1- Conductas bizarras. Conductas extrañas, no adecuadas al contexto donde se
desarrollan por exceso o por defecto.
2- Desgana. Sensación de cansancio extremo que dificulta la realización de la más
mínima actividad
3- Descuido personal. Falta de higiene (mal olor, pelo sucio), vestimenta
exageradamente inadecuada y sucia.
4- Pérdida de interés por las actividades diarias cotidianas
5- Altos niveles de desconcentración y pérdida de la atención. La persona no entiende
aspectos simples de la realidad.
6- Principios de lenguaje desorganizado, caótico e inconexo. Frases sin sentido, sin
ordenación lógica.
Programas de prevención de recaídas
Después de un primer brote psicótico, a pesar de los antipsicóticos, casi un 50% de las
personas recaen otra vez. Los factores que favorecen estas recaídas son:
-
Falta de cumplimiento terapéutico
Duración o tratamiento insuficiente
Factores personales de mal pronóstico de la enfermedad
Falta de información sobre la propia evolución
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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-
Falta de apoyo y motivación de terapeutas, familiares y entorno social
Factores de estrés psicosocial
Legislación relacionada con los trastornos mentales
La legislación básica relacionada con personas con trastornos mentales se fundamenta
en legislación tanto estatal como autonómica. Se relaciona, a continuación, la principal
normativa estatal sobre el tema:
•
•
•
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•
•
•
Ley 13/1982, de 7 de abril, de Integración social de los minusválidos.
Real Decreto 1451/1983, de 11 de mayo, por el que en cumplimiento de lo previsto
en la Ley 13/1982, de 7 de abril, se regula el empleo selectivo y las medidas de
fomento del empleo de los trabajadores minusválidos.
Real Decreto 2273/1985, de 4 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de
los Centros Especiales de Empleo definidos en el artículo 42 de la Ley 13/1982, de 7
de abril, de Integración Social del Minusválido.
Real Decreto 1368/1985, de 17 de julio, por el que se regula la relación laboral de
carácter especial de los minusválidos que trabajen en los centros especiales de
empleo.
REAL DECRETO 4/1999, de 8 de enero, por el que se modifica el artículo 7 del Real
Decreto 1451/1983, de 11 de mayo, por el que, en cumplimiento de lo previsto en la
Ley 13/1982, de 7 de abril, se regula el empleo selectivo y las medidas de fomento
del empleo de los trabajadores minusválidos.
REAL DECRETO 427/1999, de 12 de marzo, por el que se modifica el Real Decreto
1368/1985, de 17 de julio, por el que se regula la relación laboral de carácter especial
de los minusválidos que trabajen en los centros especiales de empleo.
Ley 14/1986, de 25 de abril, General de Sanidad, en su Capítulo III, de la Salud
Mental
Personas con discapacidad psíquica. Transtornos psicóticos
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 ASEPEYO. Dirección de Seguridad e Higiene
www.asepeyo.es
www.formacionsh.asepeyo.es
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