DAMA MENTIRA Lizeth Betzaida Martínez Pereira 902 Triste soledad, que amarga mi alma, Triste mi alma, sin tu rocío; Tristes mis manos, sin tu piel adorada, Yacería en mi pecho, tu divina estaca. Muere en mi lecho, tu deseo intrépido, Muere bajo la palma, un sueño enjaulado, Muere la esperanza, de tus ojos cerrados Apagase la luz, de tus brillantes ilusiones, Tu despampanante mirada, Y tus desesperadas razones. Una mentira, ha propagado en mí ser Una mentira, ilusionando mi alma, Perdiendo la calma, Inundando maravillas, Como regalo indecente en ojos de infante. Alas negras, despliegan por los vistos de tu espalda Hirientes deseos, de asesinar con palabras Profanar con tus gestos Violentar, con tu promiscua mirada. ¿Te gusta la guerra? Amor… ¿Por qué me hieres?, ¿No te basta con clavar tu divina estaca?, Con inundar mi alma; Sangrar mi pecho Revista virtual @cción y s@ber Como las crecientes olas del nocturno mar. Tus ojos negros, llenos de miseria, Tu delgada figura, cual sirena encantada; Tu delicada piel, con espinas rodease, Por las sendas, tu cintura Donde perdido, caminaba. Hoy muestras tu máscara, Tus absurdos sueños; Tus perturbadoras palabras, Como tus alas decoloradas por un maltrato inexistente. Eres sólo, una figura resentida, Eres sólo una imagen sagrada; Eres sólo un sueño enjaulado Eres tan sólo, una meta desesperada. Amor… ¿Te gusta la guerra?, Amor, me duele el alma; Amor… ¿No alcanza tu herida para otro corazón? Quizás, la ausencia te marque, Quizás, tu mente esté nublada Quizás, la pena te invade Quizás te ahogarás en calma; Quizás, luego sonrías. Quizás…Estarás mejor mañana. Volumen 1. 60 Años. Colegio I.E.D. Andrés Bello.