Fichero - Derecho Penitenciario

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El Diario Norte / Euskadi
"La 'doctrina Parot' es una salvajada jurídica"
Esther Pascual, coordinadora de los encuentros restaurativos entre presos disidentes de
ETA y sus víctimas, cree que esas reuniones son una "vía útil y pueden ayudar a la
convivencia pacífica en el País Vasco".
"Estos presos de ETA tienen un discurso crítico con lo que hicieron. Sienten que tienen
el deber de compartirlo para poder restaurar la paz en Euskadi. Es importante darles
voz, pero se la niegan".
"Para Instituciones Penitenciarias el mejor preso es el que está preso. Angel Yuste
nunca nos ha querido recibir. Debería interesarse por las iniciativas que hay dentro de la
prisión, que son muchas y muy buenas".
Aitor Guenaga
La mediadora y coordinadora de los encuentros entre terroristas y víctimas de ETA, Esther Pascual.
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"Con Maixabel Lasa tengo contraída una deuda a la que nunca podré hacer
frente"
Maixabel Lasa pide al Gobierno que recapacite y permita los encuentros entre
víctimas de ETA y presos arrepentidos
ETIQUETAS: 'Vía Nanclares', Tribunal de Estrasburgo, presos de ETA,
disidentes
La mediadora y doctora en derecho Esther Pascual (Madrid, 1978) recibió un buen día
de 2011 la llamada de Txema Urkijo. "Me dijo que había un grupo de presos de ETA,
disidentes, que quería empezar a tener contactos con sus víctimas. Y me preguntó si me
animaba a preparar esos encuentros. Así empezó todo", recuerda. Pascual ha coordinado
los 14 encuentros restaurativos que se han llevado a cabo entre presos de ETA
disidentes de la organización terrorista y sus víctimas, iniciativa que ha entrado en
barrena desde la llegada del PP al Gobierno. "Con el cambio de Gobierno todo era una
política de desgaste, de desgastarnos" para que arrojaran la toalla. "Ángel Yuste nunca
nos ha querido recibir", revela esta mediadora, que ha coordinado también del libro 'Los
ojos del otro. Encuentros restaurativos entre víctimas y exmiembros de ETA' (Ed.
Salterrae). A poco de que se pronuncie el tribunal de Estrasburgo, Pascual es muy
crítica con la 'doctrina Parot': "Es una salvajada jurídica que atenta contra los propios
fines de la reinserción, la Constitución española y espero que el tribunal de Estrasburgo
falle en el sentido de suprimirla".
P. ¿Cómo está ahora la 'vía Nanclares' y los encuentros restaurativos?
R. La 'vía Nanclares' es una denominación periodística y los encuentros restaurativos no
se insertan en esa vía. Es una iniaciativa que nace de los presos, ellos solicitan participar
en encuentros con víctimas y, desde ahí, tenemos un proceso amparado dentro de los
criterios de la justicia restaurativa. Pero no todos los presos de Nanclares han
participado en este tipo de encuentros.
R. Pero Instituciones Penitenciarias y el Ministerio del Interior han dejado en vía
muerta estos encuentros.
R. Sí, es cierto. Lo cierto es que todas estas iniciativas y otras, vengan de donde vengan,
el Gobierno y la Administración
P. ¿Esperaban del Gobierno vasco que presionara más al gobierno del PP para que esta
experiencia continuara?
R. Creo que el lehendakari Urkullu lo ha intentado. Ha mantenido reuniones para hablar
no solo de los encuentros, sino de otros muchos temas relacionados con el ámbito
penitenciario sobre ETA. Y creo que no se le ha escuchado. Este Gobierno escucha pero
no se atreve nunca a decir que no.
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P. El libro suena a balance final porque esta pieza, que ha sido importante no tanto para
la política antiterrorista, sino para avanzar hacia la justicia restaurativa, está agotada. No
hay impulso político.
R. Efectivamente. El libro lo que pretende es reivindicar un trabajo que ha estado muy
bien hecho, del que han salido satisfechos víctimas y victimarios y que es una pena que
se quede en el olvido. Por responsabilidad ética y por lo que han demostrado estos seres
humanos que han participado en los encuentros, creemos que teníamos que contarlo. Es
un libro ante todo técnico, no es una novela donde se cuentan los encuentros. Queremos
demostrar que es una vía útil, que es la vía del dialogo, y que puede ayudar a la
convivencia pacífica en el País Vasco.
P. Algunas asociaciones de víctimas se han mostrado muy críticas con todo esto. Y han
recordado que algunos de los presos disidentes podrían ayudar colaborando con los
jueces a resolver algunos de los crímenes pendientes de resolver, más de 300, en la
Audiencia Nacional.
R. Nosotros somos mediadores. Nuestro trabajo consiste en conseguir que las personas
enfrentadas por el delito consigan dialogar. Pero se nos escapa el tema de las
necesidades de todas la víctimas y de sus asociaciones. Queremos hacerles ver que tan
legítimo es querer participar en esto como no querer hacerlo.
P. Lo pregunto porque algunas víctimas también plantean que ayudar a resolver esos
casos, muchos de ellos prescritos, es una forma de reparación para la víctima.
R. Sí, puede ser que eso sea también reparación, pero eso se lo tendrían que plantear a
otras personas. Y lo que es muy importante destacar es que la iniciativa de participar en
estos encuentros parte de los presos. No se puede imponer las voluntariedades. A lo
mejor es que las víctimas están imponiendo algo.
P. ¿Qué les ha parecido que el preso disidente de ETA no haya podido venir a la
presentación del libro en Bilbao y volver a ver cara a cara a Maixabel Lasa? Su abogado
decía que parece bastante extraordinario un encuentro de esos como para que el juez
hubiera autorizado su salida.
R. Creo que los dos extremos están muy satisfechos de que Luis Carrasco no haya
podido venir. Tanto el extremo de la derecha como el otro. Creo que habría sido muy
interesante y muy importante haberle podido dejar venir hoy y dejarle decir todo lo que
tenía que decir. Sobre todo para demostrar que sí que hay gente que es capaz de cambiar
y de reconocer y de hacerlo además públicamente. Precisamente una de las
reivindicaciones de las víctimas era precisamente esa. Choca que desde los gobiernos y
las asociaciones de víctimas pidan ésto y cuando existe la posibilidad de hacerlo
públicamente entre todo hayan conseguido que no venga.
P. ¿Ve falta de voluntad en este caso por parte del juez de Vigilancia Penitenciaria de la
Audiencia Nacional o simple aplicación de la ley?
R. Creo que el juez no ha resuelto bien lo que tenía que resolver.
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P. ¿En qué contexto se han producido estos 14 encuentros y cuáles han sido las
dificultades añadidas para el trabajo de los mediadores?
R. Cuando estaba Mercedes Gallizo al frente de la secretaría general de Instituciones
Penitenciarias todo era mucho más fluido y mucho más fácil. Sí que había mucho
control por su parte, pero dejaba hacer el trabajo. Con el cambio de Gobierno, sin nunca
decir 'no', ya no lo hacéis más, pero todo era una política de desgaste, de desgastarnos,
P. ¿Qué tipo de trabas?
R. Pues, por ejemplo, trasladarnos hasta la prisión y luego no dejarnos entrar o llegar a
que se produzca el encuentro y no dejar salir al preso para que tuviera lugar, no dejar
entrar a las víctimas. Muchísimas trabas.
P. ¿Lo lógico entonces no hubiera sido pedir explicaciones a la punta de la pirámide
penitenciaria?
R. Nosotros hemos intentado ponernos en contacto con el actual director general de
Instituciones Penitenciarias, Ángel Yuste, y nunca nos ha querido recibir.
P. ¿Nunca?
R. Nunca. Con lo cual hemos entendido, sin ser un 'no' expreso, que ha sido un 'no'
tácito.
P. Hay un debate sobre la necesidad del arrepentimiento y otro sobre el perdón, algo
casi más de una cuestión de sacristía, dicho de manera metafórica.
R. Bien, creo que es importante desvincular el perdón de la fe cristiana. El Catolicismo
ha hecho acopio del perdón y que lo han convertido en un patrimonio exclusivo de
ellos. El perdón es inherente al ser humano. Ha habido personas que han participado en
los encuentros que no han pedido perdón expreso, pero a través de su relato y de
mostrar arrepentimiento han dicho muchas cosas. Las víctimas, además, siempre nos
dijeron que no acudían para buscar el perdón.
P. Algunos de los victimarios también han sido víctimas. Víctimas de la violencia
ilegítima del Estado, las torturas, etc.
R. Sí, pero cuando acudían a los encuentros tenían claro que venían como victimarios.
Algunos han sido víctimas de la violencia estatal, pero ese es un problema distinto que
tendrá que abordar el Estado. Y eso hay que hacerlo.
Hay que empezar a quitarles ya el calificativo de sanguinarios, terroristas. Han sido
personas que han cometido unos delitos atroces, que están cumpliendo pena por ello y
que están con un discurso crítico por todo lo que hicieron en el pasado y tienen ganas de
compartirlo con la sociedad porque sienten que tienen el deber de hacerlo para poder
restaurar la paz en Euskadi.
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P. Los encuentros vienen a demostrar que la reinserción, precepto constitucional,
funciona. Ahí están los casos de etarras sanguinarios que se han descolgado de ETA.
Valentín Lasarte, Luis Carrasco… ¿Por qué no se da entonces aire desde instancias
políticas?
R. Es una pregunta que yo también me hago y me gustaría que alguien la respondiera.
P. E incluso a costa de que muchos de ellos queden estigmatizados y tachados de
"traidores".
R. Creo que hay que empezar a quitarles ya el calificativo de sanguinarios, terroristas.
Han sido personas que han cometido unos delitos atroces, que están cumpliendo pena
por ello y que están con un discurso crítico por todo lo que hicieron en el pasado y
tienen ganas de compartirlo con la sociedad porque sienten que tienen el deber de
hacerlo para poder restaurar la paz en Euskadi. Es importante darles voz, pero se la
niegan.
P. Poca gente sabe que este tipo de encuentros nunca han ido vinculados a ningún tipo
de beneficio carcelario.
R. Así es, desde el principio se dejó claro que los beneficios que podían tener de estos
encuentros eran de carácter personal, que cada uno tenía que ver las ventajas como
persona. Ninguno ha tenido un beneficio penitenciario por participar en ellos.
P. ¿Cuál ha sido la situación más dura y la más reconfortante en los encuentros?
R. No ha habido ninguna dura y, sin embargo, todas han sido muy, muy reconfortantes.
P. ¿Algún elemento de síndrome de Estocolmo ha planeado en alguna ocasión?
R. No.
P. ¿Nunca?
R. No, y de manera taxativa. Las víctimas, al salir del encuentro, logran ver a una
persona que fue y ejerció como terrorista, pero ya no lo es.
P. ¿Los encuentros buscaban también humanizar al preso, al victimario?
R. No ha sido uno de los objetivos humanizar, dentro del proceso de duelo de la víctima
y dentro del proceso del victimario, supongo que para ellos les supondrá una
redignificación personal, pero no es uno de los objetivos.
P. Imagínese que mañana le nombran asesora del ministro Jorge Fernández Díaz. ¿Qué
consejo le daría den relación con la política penitenciaria de este país?
R. Para Instituciones Penitenciarias el mejor preso es el que está preso. Partiendo de esa
premisa sería difícil trabajar como su asesora y creo que tampoco él quisiera tenerme de
asesora, la verdad. Pero le aconsejería que viera, que aprendiera a escuchar, hablar,
interesarse por las iniciativas que hay dentro de la prisión, que son muchas, muy buenas
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y muy positivas, y muchas no se conocen. Y no solo con estos reclusos, también con
presos comunes. Hay directores de prisiones muy implicados en tareas de reinserción,
que les escuche y que intente ver de qué manera eso puede ayudar a que eso se extienda.
P. Hay un debate ahora, en relación con el Plan de Paz y Convivencia en Euskadi y el
final definitivo de ETA, sobre la justicia restaurativa en contraposición a la justicia
transicional. ¿Qué opina?
R. Los encuentros se inscriben dentro de la justicia restaurativa. Lo de la justicia
transicional lo tendrían que valorar otras personas.
P. Pero la justicia transicional se vincula históricamente con la salida de una dictadura.
¿No parece que estemos en esa tesitura, no?
R. No conozco a fondo los fundamentos de la justicia transicional. Lo que sí creo es que
España y Euskadi tienen mucho que resolver en torno a esto y hay mucho que hablar. Y
no hay que tener miedo al diálogo. Esta experiencia, si algo ha demostrado, es que el
diálogo, acerca. Y creo que esto se puede trasladar a las altas esferas.
P. Parece que la Gran Sala del Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo va a
tumbar la denominada ‘doctrina Parot’. ¿Qué opinión le merece? ¿Qué ha supuesto para
los presos de ETA esa doctrina?
R. La doctrina Parot es una salvajada jurídica, un invento jurídico que está cogido con
encaje de bolillos. Es nefasta, no solo para los terroristas, sino también para cualquier
otro preso. Atenta contra los propios fines de la reinserción, la Constitución española y
espero que el tribunal falle en el sentido de suprimirla.
P. ¿Qué mensaje daría usted para romper esa dicotomía existente entre la opinión
pública y publicada en Euskadi y el resto de España?
R. La opinión pública de Pancorbo hacia el sur somos, y me incluyo, muy poco
conocedores de lo que pasa. No tiene nada que ver verlo desde aquí, escucharlo desde
aquí que como lo vivimos nosotros. No tiene nada que ver. Creo que habría que
acercarlas para entender muchas más cosas. Este es un conflicto poliédrico, que hay que
hacer una revisión crítica de la historia, que ETA empezó por lo que empezó, sin que
por supuesto sirva de justificación porque, nunca, en ningún caso matar a un ser
humano se puede justificar, bajo ningún concepto. Pero hay que ser crítico con lo que
sucedió cuando nace ETA.
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