Primer Congreso Sionista en Basilea

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Herzl y el Sionismo
Biniamín Zeev Herzl (1860-1904 )
“En Basilea fundé el Estado
Judío...Quizás dentro de cinco años,
seguro dentro de cincuenta, todos lo
sabrán.”
Teodoro (Biniamín Zeev) Herzl, el visionario
del sionismo moderno, nació en Budapest en
1860. Fue educado en el espíritu del Iluminismo
germano-judío de la época, aprendiendo a valorar
la cultura secular. En 1878 su familia se trasladó
a Viena y en 1884 Herzl obtuvo su doctorado en
Derecho de la Universidad de Viena. Se convirtió
en escritor, dramaturgo y periodista. Herzl fue el
corresponsal en París del influyente periódico
liberal vienés Neue Freie Presse.
Herzl tropezó por primera vez con el antisemitismo,
que transformaría su vida y el destino de los judíos
en el siglo XX mientras estudiaba en la Universidad
de Viena (1882). Más tarde, durante su estadía en
París como periodista, se enfrentó directamente
con el problema. En aquel entonces Herzl
consideraba al problema judío como una cuestión
de carácter social y escribió un drama, El Gueto
Herzl en Basilea (1898)
(Archivo Sionista Central)
En 1894, el capitán Alfred Dreyfus, un oficial judío
del ejército francés, fue acusado injustamente
de traición, principalmente debido a la atmósfera
antisemita reinante. Herzl estuvo presente cuando
el populacho gritaba “Muerte a los Judíos” y llegó
a la conclusión que existía una sola solución a este
ataque antisemita: la emigración masiva de los
judíos hacia un país al que pudieran llamar propio.
Así, el Caso Dreyfus pasó a ser uno de los factores
determinantes en la génesis del Sionismo Político.
Herzl con una delegación sionista camino a Eretz Israel (1898)
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)
(1894) en el que la asimilación y la conversión eran
rechazadas como soluciones. Herzl esperaba que
El Gueto condujera a una polémica y finalmente
a una solución, que se basara en la tolerancia y el
respeto mutuos entre cristianos y judíos.
Herzl llegó a la conclusión de que el antisemitismo
era un factor estable e inmutable en la sociedad
humana, que la asimilación no sería la solución.
Consideró la idea de llegar a una soberanía judía
y, a pesar del ridículo al que sería sometido por
líderes judíos, publicó en 1896 Der Judenstaat (El
Estado Judío).
Herzl planteó que la esencia del problema judío no
era algo individual sino algo de carácter nacional.
Declaró que los judíos lograrían la aceptación
1
Póster del jubileo de la Organización Sionista Mundial
(Archivo Sionista Central)
El libro de Herzl, Der Judenstaat [El Estado Judío]
(Archivo Sionista Central)
del mundo solamente si dejaban de ser una
anomalía nacional. Los judíos son un pueblo,
dijo, y su condición puede ser transformada en
una fuerza positiva por medio del establecimiento
de un estado judío con el consentimiento de las
grandes potencias. Él vio la cuestión judía como un
problema de política internacional, que debía ser
tratado en la arena de la política internacional.
Palestina un hogar para el pueblo judío que esté
basado en la ley pública”. En el Congreso se fundó
la Organización Sionista como brazo político del
pueblo judío, y Herzl fue electo su primer presidente.
Ese mismo año, Herzl fundó el semanario sionista
Die Welt e inició las actividades para obtener el
reconocimiento internacional para un asentamiento
judío en la Tierra de Israel (Eretz Israel).
Herzl propuso un programa práctico para la
recolección de fondos de los judíos de todo
el mundo por medio de una organización que
trabajaría hacia la realización práctica de esta meta
(esta organización, cuando fue creada finalmente,
se llamó la Organización Sionista). Consideraba
que el futuro estado sería un estado modelo desde
el punto de vista social, basando sus ideas en
el modelo europeo de la época, una sociedad
ilustrada moderna. Debía ser neutral y a favor de
la paz, y de naturaleza secular.
Después del Primer Congreso Sionista, el movimiento
se reunió anualmente en los marcos de un
Congreso Sionista Internacional. En 1936 el centro
del Movimiento Sionista fue trasladado a Jerusalem.
Las ideas de Herzl fueron acogidas con entusiasmo
por las masas judías en Europa Oriental, aunque
los líderes judíos mostraron menos fervor.
A pesar de eso, Herzl convocó y presidió el
Primer Congreso Sionista en Basilea, Suiza del
29 al 31 de agosto de 1897, la primera reunión
internacional de judíos sobre una base nacional y
secular. Aquí los delegados adoptaron el Programa
de Basilea, el programa del movimiento sionista, y
declararon que “el sionismo pretende establecer en
2
En 1902, Herzl escribió la novela sionista,
Altneuland (Vieja Nueva Tierra), en la que presentó
el futuro estado judío como una utopía social. Tuvo
la visión de una nueva sociedad que surgiría en la
Tierra de Israel sobre una base cooperativa, que
utiliza la ciencia y la tecnología para el desarrollo
del país. Incluyó ideas detalladas respecto a la
forma en que veía la estructura política del futuro
estado, la inmigración, la recaudación de fondos,
las relaciones diplomáticas, las leyes sociales y las
relaciones entre religión y estado.
En Altneuland, el estado judío aparecía como una
sociedad pluralista y progresista, una “luz para las
naciones”. Este libro tuvo un gran impacto entre los
judíos de la época y se convirtió en el símbolo de
la visión sionista en la Tierra de Israel.
Herzl con una delegación sionista en Jerusalem (1900)
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)
Póster de la película Terre Promise [La Tierra Prometida] de
1935, que se proyectó en Francia
(Arhivo Sionista Central)
Herzl comprendió la necesidad del estímulo de las
grandes potencias para los objetivos nacionales
del pueblo judío. Por eso, viajó a la Tierra de Israel y
a Estambul en 1898 para encontrarse con el Kaiser
Guillermo II de Alemania y el Sultán del Imperio
Otomano. Cuando estos esfuerzos demostraron
ser estériles, se volvió hacia Gran Bretaña y se
reunió con Joseph Chamberlain, el ministro de
colonias británico y con otros. La única oferta
concreta que recibió por parte de los británicos fue
la propuesta de una región autónoma judía en el
Africa Oriental, en Uganda.
Presentó al Sexto Congreso Sionista (1903) la
propuesta británica de Uganda como refugio
temporario para los judíos de Rusia que se
encontraban en un peligro inmediato. Si bien Herzl
dejó en claro que esta proposición no afectaría la
meta final del sionismo, una entidad judía en la
Tierra de Israel, la propuesta despertó una gran
tormenta en el Congreso y casi provocó un cisma
en el movimiento sionista. El Programa de Uganda
fue rechazado finalmente por el movimiento
sionista en el Séptimo Congreso Sionista, en 1905.
El pogrom de Kishinev en 1903 y la difícil situación
de la judeidad rusa, que conoció de cerca durante
una visita a Rusia, le causó una fuerte impresión.
Herzl murió en 1904 de una neumonía, y de una
debilidad cardíaca debido al exceso de trabajo por
sus incesantes esfuerzos en pro del sionismo. Mas
para entonces el movimiento había encontrado ya
su lugar en el mapa político mundial. En 1949 los
restos mortales de Herzl fueron traídos a Israel e
inhumados en el Monte Herzl, en Jerusalem.
Herzl acuñó la frase “Si lo queréis, no será
una leyenda”, que se convirtió en el lema del
movimiento sionista. Si bien en su momento nadie
lo hubiera imaginado, el movimiento sionista
condujo, en tan sólo cincuenta años después del
Primer Congreso, al establecimiento del soberano
Estado de Israel.
La Tumba de Herzl, en el Monte Herzl, en Jerusalem
(Archivo Sionista Central)
3
El Congreso Sionista: de la Diáspora a Israel
Herzl en el Primer Congreso Sionista (1897)
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)
Una sesión del 27o Congreso Sionista en Israel (1968)
(Archivo Sionista Central)
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Sionismo
El sionismo es el movimiento nacional que aboga por el retorno de los
judíos a su patria ancestral - la Tierra de Israel - y la reanudación de una vida
judía soberana allí
Las añoranzas por Sión y la inmigración judía
continuaron durante todo el período del largo
exilio que siguió a la conquista por parte de Roma
y a la destrucción del Templo en el año 70 EC.
Estas nostalgias adquirieron una nueva forma en
el siglo XIX, cuando el nacionalismo moderno,
el liberalismo y la emancipación obligaron a los
judíos a hacer frente a las nuevas interrogantes
que el movimiento sionista procuraba responder.
El movimiento de Jibat Tzión empezó a formarse
en la segunda mitad del siglo XIX, pero el cambio
sustancial ocurrió posteriormente, cuando
Teodoro Herzl activó y consolidó el sionismo en
un movimiento político, al convocar el Primer
Congreso Sionista en 1897. Herzl fue el primero
en llevar el problema judío a la atención mundial e
hizo aparecer al pueblo judío en la escena política
internacional. El movimiento sionista que se
desarrolló a partir de su iniciativa creó también los
instrumentos organizativos, políticos y económicos
para la implementación de su visión e ideología.
El movimiento sionista enunció sus metas - un
hogar nacional para el pueblo judío en la Tierra
de Israel - en el Programa de Basilea. Fuera de
los movimientos que rechazaban la idea de un
renacimiento nacional, el sionismo incluyó diversos
grupos, desde el sionismo religioso al sionismo
socialista. Todos los cuales cooperaron hacia la
meta de un Hogar Nacional Judío, una empresa
que culminó con el establecimiento del Estado de
Israel en 1948.
Una interpretación moderna de un
antiguo concepto
El origen del término “sionismo” es la palabra
bíblica “Sión”, frecuentemente empleada como
sinónimo de Jerusalem y de la Tierra de Israel
(Eretz Israel). Sionismo es la ideología que refleja
los anhelos de los judíos de todo el mundo hacia
su patria histórica - Sión, la Tierra de Israel.
La esperanza de un retorno a su patria ancestral
fue sustentada primeramente por los judíos
exiliados en Babilonia hace unos 2.500 años
atrás - una esperanza que subsecuentemente
se hizo realidad. (“Junto a los ríos de Babilonia,
nos sentábamos y llorábamos, acordándonos de
Sión”. Salmos 137:1). Así, el sionismo político,
que surgió en el siglo XIX, no inventó el concepto
y no la acción del retorno. Más bien, se adueñó de
una antigua idea y de un movimiento activo y en
marcha, y los adaptó para que hicieran frente a las
necesidades y al espíritu de los tiempos.
El núcleo de la idea sionista aparece en la
Declaración del establecimiento del Estado de
Israel (14 de mayo 1948), que sostiene, entre otras
cosas, que:
“Eretz Israel fue la cuna del pueblo judío.
Aquí se forjó su identidad espiritual,
religiosa y política. Aquí logró por primera
vez su soberanía, creando valores
culturales de significado nacional y
universal, y legó al mundo el eterno Libro
de los Libros.
Luego de haber sido exiliado por la fuerza
de su tierra, el pueblo le guardó fidelidad
durante toda su dispersión y jamás cesó
de orar y esperar su retorno a ella para la
restauración de su libertad política.”
La idea del sionismo se basa en la larga conexión
entre el pueblo judío y su tierra, un vínculo que
comenzó hace casi 4.000 años atrás cuando
Abraham se estableció en Canaán, posteriormente
conocida como la Tierra de Israel.
En el pensamiento sionista es central el concepto
de la Tierra de Israel como el lugar del nacimiento
histórico del pueblo judío y la convicción de que
la vida judía en cualquier otro lugar es vivir en el
exilio. Moses Hess, en su libro Roma y Jerusalem
(1844), da expresión a esta idea:
“Dos períodos conformaron el desarrollo
de la civilización judía: el primero, después
de la liberación de Egipto, y el segundo, el
retorno de Babilonia. El tercero vendrá con
la redención del tercer exilio”.
Durante siglos en la diáspora, los judíos
mantuvieron una fuerte y singular relación con su
patria ancestral y manifestaron su anhelo hacia
Sión por medio de ceremonias y la literatura.
El antisemitismo como factor en la
formación del sionismo
Si bien el sionismo es la expresión del vínculo
histórico que relaciona al pueblo judío con la Tierra
de Israel, el sionismo moderno podría no haber
surgido como movimiento nacional activo en el
siglo XIX sin la aparición del antisemitismo de la
época, al que precedieron siglos de persecución.
Este capítulo fue extraído de la obra “Sionismo” (1995), del Prof. Biniamín Neuberger.
5
Con el correr de los siglos,
los judíos fueron expulsados
de prácticamente todos los
países europeos - Alemania
y Francia, Portugal y España,
Inglaterra y Gales - una
experiencia acumulativa
que tuvo profundo impacto,
especialmente en el siglo
XIX cuando los judíos habían
abandonado la esperanza de
un cambio fundamental en sus
vidas. De este medio surgieron
líderes judíos que llegaron al
sionismo como resultado del
virulento antisemitismo en las
sociedades en las que vivían.
Así Moses Hess, estremecido
por el libelo de la sangre de
David Ben-Gurión declara la independencia de Israel (14 de mayo, 1948)
Damasco (1840) se convirtió
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)
en el padre del Sionismo
Socialista; León Pinsker,
estremecido por los pogroms
Europa, refugiados de los países árabes que
(1881-1882) que siguieron al asesinato del Zar
escapaban de las persecuciones que siguieron
Alexander II, asumió el liderazgo del movimiento
al establecimiento del Estado de Israel, los
de los Jibat Tzión; y Teodoro Herzl, quién como
remanentes de la judeidad polaca que huyeron
periodista en París presenció la virulenta campaña
del país cuando se reinflamó el antisemitismo en
antisemita del caso Dreyfus (1896) organizó al
tiempo de Gomulka y Muzcar y los judíos de Rusia y
sionismo como un movimiento político.
otras ex repúblicas soviéticas que temían un nuevo
arrebato de antisemtismo después del colapso de
El fin del movimiento sionista era solucionar el
la Unión Soviética.
“problema judío”, el problema de una eterna
minoría, un pueblo sujeto a repetidos pogroms
La historia de las olas de aliá sirven de firme
y persecuciones, una comunidad sin hogar
evidencia al argumento sionista según el cual un
cuyo carácter extranjero era subrayado por la
estado judío en la Tierra de Israel, con una mayoría
discriminación en todo lugar en el que éstos se
judía, es la única solución para el “problema judío”.
asentaran. El sionismo aspiró hacer frente a esta
situación por medio de un retorno a la patria
Surgimiento del sionismo político
histórica de los judíos - la Tierra de Israel.
El sionismo político, el movimiento de liberación
De hecho, la mayoría de las olas de aliá (inmigración
nacional del pueblo judío surgió en el siglo XIX
masiva a la Tierra de Israel) en la era moderna
dentro del contexto del nacionalismo liberal que
fue una respuesta directa a actos de asesinato
entonces se expandía por Europa.
o discriminación contra los judíos. La Primera
Aliá siguió a los pogroms en Rusia en la década
El sionismo sintetizó los dos objetivos del
de 1880. La Segunda Aliá fue impulsada por el
nacionalismo liberal, liberación y unidad, que
pogrom de Kishinev y una serie de masacres
aspira liberar a los judíos del dominio extraño,
en Ucrania y Bielorrusia a fines del siglo XIX. La
hostil y opresor, y restablecer la unidad judía por
Tercera Aliá se produjo después de la matanza
medio de la reunión a los exilios de los cuatro
de judíos en la guerra civil rusa. La Cuarta Aliá se
confines del mundo en una patria judía.
originó en Polonia en la década de 1920 después
que la legislación de Grawski afectó la actividad
El surgimiento del sionismo como movimiento
económica judía. La Quinta Aliá estuvo formada
político fue también una respuesta al fracaso de
por judíos alemanes y austríacos que escapaban
la Haskalá,, el iluminismo judío, para solucionar el
del nazismo.
“problema judío”. De acuerdo con la concepción
sionista la razón de este fracaso fue que la
Después del establecimiento del Estado de Israel
emancipación e igualdad personal no era posible
en 1948, las inmigraciones masivas siguieron
sin la emancipación y una igualdad nacional, dado
estando relacionadas con la discriminación
que los problemas nacionales requieren soluciones
y la opresión. Sobrevivientes del Holocausto de
nacionales. La solución nacional sionista fue
6
El sionismo y el nacionalismo
árabe
La mayoría de los fundadores del
sionismo sabían que en Palestina (la
Tierra de Israel) vivía una población
árabe (a pesar de que algunos hablaron
ingenuamente de “una tierra sin pueblo
para un pueblo sin tierra”). No obstante,
sólo unos pocos de ellos consideraron
que la presencia árabe era un obstáculo
real para el cumplimiento del sionismo.
En aquel tiempo, a fines del siglo
XIX, el nacionalismo árabe aún no se
manifestaba de ninguna forma, y la
población árabe de Palestina estaba
dispersa y era apolítica.
(Jerusalem Post)
el establecimiento de un estado nacional judío
con una mayoría judía en su patria ancestral,
haciendo realidad así el derecho del pueblo judío
a la autodeterminación. El sionismo no considera
que la “normalización” de la condición judía sea
opuesta a los objetivos y valores universales. Éste
abogó por el derecho de todo pueblo en la tierra a
tener su hogar propio y sostuvo que sólo un pueblo
soberano podría ser miembro de igual rango en la
familia de las naciones.
Sionismo: un movimiento pluralista
Si bien el sionismo fue básicamente un movimiento
político que aspiraba al retorno a la patria judía con
libertad, soberanía y seguridad para el pueblo judío,
promovió también una reafirmación de la cultura
judía. Un importante elemento en este despertar fue
el renacimiento del hebreo, largamente restringido a
la liturgia y a la literatura, como un idioma nacional
vivo para su uso en el gobierno y en el ejército, en
la educación y en la ciencia, el mercado y la calle.
Como todo otro nacionalismo, el sionismo se
interrelacionó con otras ideologías, lo que formó
corrientes y subcorrientes dentro de su campo de
acción. La combinación de nacionalismo y liberalismo
dio nacimiento al sionismo liberal; la integración
del socialismo hizo surgir el sionismo socialista;
la mezcla de sionismo con una profunda fe
religiosa creó el sionismo religioso y la influencia
del nacionalismo europeo inspiró una facción
nacionalista de derecha. En este aspecto, el
sionismo no fue diferente de otros nacionalismos,
que también abrazaron diversas tendencias
liberales, tradicionalistas, socialistas (izquierdistas)
y conservadoras (derechistas).
Muchos líderes sionistas creyeron que dado
que la comunidad local era relativamente
pequeña, la fricción entre ella y los judíos que
retornaban podría ser evitada; asimismo estaban
convencidos de que el subsecuente desarrollo del
país beneficiaría a ambos pueblos, ganando así el
apoyo y la cooperación de aquéllos. Sin embargo,
esas esperanzas no se cumplieron.
Contrariamente a las posiciones declaradas y a las
expectativas de los ideólogos sionistas que habrían
aspirado a lograr sus objetivos a través de medios
pacíficos y de cooperación, la renovada presencia
judía en la Tierra tropezó con una oposición árabe
militante. Durante algún tiempo a muchos sionistas
les fue difícil comprender y aceptar la profundidad e
intensidad de la disputa, que se convirtió de hecho
en un choque entre dos pueblos que consideraban
al país como propio - los judíos en virtud de su
conexión histórica y espiritual, y los árabes debido a
su presencia centenaria en el país.
A lo largo de los años 1936-1947 la lucha por
la Tierra de Israel se intensificó. La oposición
árabe pasó a ser más extrema al aumentar el
crecimiento y desarrollo de la comuniad judía.
Simultáneamente, el movimiento sionista consideró
necesario incrementar la inmigración y el desarrollo
de la infraestructura económica del país para salvar
la mayor cantidad posible de judíos del infierno nazi
en Europa.
El inevitable choque entre judíos y árabes llevó
a la ONU a recomendar, el 29 de noviembre de
1947, el establecimiento de dos estados en el
área al oeste del río Jordán - uno judío y otro árabe.
Los judíos aceptaron la resolución, los árabes la
rechazaron.
El 14 de mayo de 1948, de acuerdo con la
resolución de la ONU de noviembre de 1947, fue
establecido el Estado de Israel.
7
El Estado de Israel: De un sueño a la realidad
El sionismo en el siglo XXI
El establecimiento del Estado
de Israel marcó el cumplimiento
del objetivo del sionismo para
la obtención de un hogar
internacionalmente reconocido
y legalmente garantizado para el
pueblo judío en su patria ancestral,
en el que éstos estuvieran libres
de persecuciones y pudieran
desarrollar sus propias vidas e
identidad.
Herzl habla ante el Congreso Sionista en Basilea
(Oficina de Prensa del Gobierno de Israel)
La Knéset (Parlamento de Israel) en sesión
(Yoav Loeff)
8
Desde 1948, el sionismo ha
visto como tarea propia la
continuación de la promoción del
“crisol de las diasporas”, que a
veces ha exigido extraordinarios
esfuerzos para el rescate de
comunidades judías en peligro
físico y espiritual. Asimismo el
sionismo lucha por preservar la
unidad y continuidad del pueblo
judío en el mundo, así como por
destacar la centralidad de Israel
en la vida judía en todo lugar.
A lo largo de los siglos, el deseo
de la restauración del pueblo
judío en la Tierra de Israel ha
sido el lazo que ha mantenido al
pueblo judío unido. Los judíos en
todo lugar aceptan el sionismo
como un principio fundamental
del judaísmo, apoyan al Estado
de Israel como la realización
básica del sionismo y se ven
enriquecidos cultural, social
y espiritualmente por el hecho
de que Israel - un miembro de la
familia de las naciones - es una
vibrante y creativa realización
del espíritu judío.
Centro de Información de Israel Diseño gráfico: Bárbara Gur Impreso por Imprenta Ahva, Jerusalem 2004
Copias adicionales pueden ser obtenidas en las misiones diplomáticas de Israel o en la Internet: http://www.mfa.gov.il
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