PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 El tiempo subjetivo, una aportación de las neurociencias a la cuestión “conciencia e identidad personal” Natalia López Moratalla Resumen. Investigaciones recientes en Neurociencia apoyan la hipótesis de que, si bien el estado consciente es una propiedad emergente de la actividad neuronal, es el sujeto, liberado del encierro en el presente, quien asume el control del código del tiempo. Se da un reclutamiento secuencial, progresivo, de diferentes áreas que procesan la información en función a la realización de las diferentes tareas o procesos mentales. La capacidad de cambiar el ritmo temporal, traer al presente el pasado y simular el futuro –viajar en el tiempo- tiene como presupuesto necesario la labor reguladora, de frenado de la excitación neuronal, que permite coordinar los diversos ritmos en unidades de tiempo. La sincronización en uniones temporales de oscilaciones en diversas estructuras cerebrales aporta la conciencia del yo, anclada en el cuerpo. La conciencia relaciona el yo con las experiencias de los sucesos y reconoce la propia identidad personal a través de la sucesión temporal de las vivencias del pasado, el presente y un presagio de futuro, lo que indica que el yo posee una estructura temporal somatizada en el cuerpo. La sincronización en uniones temporales de oscilaciones se percibe como “yo siento, yo pienso, yo recuerdo, yo decido”. En circunstancias excepcionales -como son las experiencias humanas de “yo sin mi cuerpo”-, la percepción continua de si mismo, la mismidad, se da separada de la percepción del cuerpo. El conocimiento de las des-sincronizaciones que ocurren en el cerebro en este tipo de fenómenos, como lo que ocurre en las experiencias de meditación y éxtasis, sin una percepción sensorial normal, deben ser incorporadas a las teorías científicas y filosóficas de la relación mente-cerebro. Justamente, la autoconciencia se manifiesta en la liberación de cada ser humano del automatismo del aquí y ahora, como una dimensión extra-cósmica que le hace capaz de abarcar todo espacio y todo tiempo. 1. Hacia una síntesis Investigaciones recientes aportan un nuevo marco conceptual que cambia la clásica metáfora del cerebro como “orquesta sinfónica” a otra en que la actividad cerebral se parece a "los golpes polirrítmicos de un baterista de jazz que combina diferentes ritmos sin esfuerzo tocando en el tambor1”. Las neurociencias actuales nos permiten indagar qué pasa en el cerebro humano en diferentes estados de conciencia. Algunos logros recientes nos aproximan a la tarea de dar responder a la pregunta acerca del tipo de relación que existe entre los fenómenos corpóreos y los fenómenos mentales, que obviamente no es la de causa-efecto. La reflexión filosófica podrá integrar aquellas hipótesis científicas que permitan explicar mejor, y con más amplitud de perspectiva, tal correlación. Hoy, el estudio científico de la conciencia no trata de buscar posibles redes que sustenten las interacciones requeridas para que se produzca. Ciertamente, diversos autores han buscado la sede neurológica de la conciencia en un intento de comprender cómo tiene lugar a partir de las interacciones entre neuronas de la corteza y el tálamo. La conciencia es vista, actualmente, como sincronización de patrones de actividad: una coordinación, o unión temporal, de actividades oscilatorias. Puesto que tal sincronización puede desaparecer, por un tiempo breve, o perdurar por lesiones neuronales, es posible analizar el fenómeno de la conciencia de sí mismo ligada al cuerpo, desde la perspectiva temporal de sincronización/des-sincronización de patrones de actividad neuronal. 1 Battaglia, F.P., McNaughton, B.L. (2011) “Polyrhythms of the Brain” Neuron 72, 6-8. - 1/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 Patrones de actividad y representación mental Todo procesamiento de información sensorial origina un patrón de actividad neuronal específico. Millones de conexiones posibles entre terminaciones de las neuronas, sinapsis, disparan unos signos concretos y específicos que representan el objeto visto, el sonido escuchado, etc. Esto es, existe una correspondencia entre el mundo externo tal como es captado por los sentidos y el patrón de actividad nerviosa generado en el área correspondiente del cerebro del individuo que mira el objeto, oye, toca, gusta o huele. Sin embargo, estos patrones de actividad no son pasivos, sino que son el resultado de una elaboración. Para construir la “representación mental”, o modelo interno, del mundo exterior el cerebro combina entre sí las informaciones entrantes y también con las almacenadas. Es sabido que la representación mental de un objeto percibido visualmente exige que los diversos aspectos de un objeto –como color o movimiento- se procesen en diferentes áreas y es imprescindible una integración de la información entre los sistemas que operan en paralelo y que fluya en ambas direcciones en los diversos niveles de la jerarquía de control cerebral2. Una integración requiere que las células de las áreas visuales que responden a distintos atributos del mismo objeto se exciten en sincronía temporal. El hecho de que la percepción del mundo no venga dada exactamente por una proyección directa del entorno sino por un proceso de elaboración activa de las neuronas3, no implica que la mente construya la realidad, sino que lo que construye es la propia experiencia de la realidad. Algunos estímulos que tienen importancia para el organismo pueden disparar una reacción corporal, y la percepción de esos cambios automáticos se experimenta como emoción. A su vez, cada situación emocional provoca un patrón diferente de cambios -como secreción de lágrimas, latidos del corazón, posturas y gestos corporales-, que se perciben como emociones diferentes. La conciencia de esas emociones son los sentimientos. Con tales patrones el cerebro elabora las representaciones del mundo interno. Para el filósofo de la mente Thomas Mensinger4 el yo sería un tipo de estructura representativa. Su teoría de la experiencia subjetiva se basa en el modelo que uno se hace de sí mismo, de tal forma que según afirma “soy el contenido de un modelo transparente de mi mismo”. Algunos aspectos significativos de las teorías neurocientíficas de la conciencia anclada al cuerpo. En la corteza visual se habían observado oscilaciones de frecuencia gamma, a las que se denominó “oscilaciones de 40 hz“, lo que significaría que las neuronas que procesan la percepción de aspectos concretos de un objeto se enlazan entre sí por un disparo correlacionado, conjunto y sincrónico. Crick y Koch5 propusieron que ese disparo sincronizado a un ritmo de unos 40 hz podría ser el correlato neuronal de la conciencia visual. Sería función de la conciencia presentar el resultado de las computaciones que subyacen al proceso de poner juntas todas las características del objeto; unión que realiza la atención. Damasio6 aportó que el cerebro dispone de un medio natural, el sistema tálamo-cortical, para relacionar las referenciales sensoriales del mundo externo a las motivaciones y memorias generadas internamente. Los mecanismos que mantienen constantes los equilibrios internos del organismo en 2 Cheadle, S.W., Zeki, S., (2011) “Masking within and across visual dimensions: Psychophysical evidence for perceptual segregation of color and motion”. Visual Neuroscience, 1-7; Haan, E.H.F., Cowey, A. (2011) ”On the usefulness of ‘what’ and ‘where’ pathways in vision”. Trends in Cognitive Sciences, 15, 460-466. MacEvoy, S. P., Epstein, R.A. (2011) “Constructing scenes from objects in human occipitotemporal cortex”. Nature Neurosceince 14, 1323-1331. 3 Nishimoto, S., Vu, A.T.,Naselaris, T., Benjamini, Y., Yu, B., Gallant, J. L. (2011) “Reconstructing Visual Experiences from Brain Activity Evoked by Natural Movies”. Current Biology ,21, DOI 10.1016/j.cub.2011.08.031. 4 Cfr. para un resumen de varios autores: Blackmore, S. “Conversaciones sobre la conciencia” Paidós. Madrid. 2010; Metzinger, T. (2003) “Phenomenal transparency and cognitive selfreference”. Phenom. Cogn. Sci. 2, 353–393; Metzinger, T. (2008) “Empirical perspectives from the self-model theory of subjectivity: a brief summary with examples”. Prog. Brain Res. 168, 215–245. 5 Crick, F., Koch, C. (1990) “Towards a neurobiological theory of consciouness”. Seminars Neurosc 2, 263-275; Crick, F. “La búsqueda científica del alma. Una revolucionaria hipótesis para el siglo XXI”. Circulo de Lectores. 1994. 6 Damasio, A.R. "Creación cerebral de la mente" Investigación y Ciencia, enero de 2000, pág. 66. "El error de Descartes. La emoción, la razón y el cerebro humano" Ed. Crítica, 2007. - 2/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 permanente cambio, representan la continuidad del mismo organismo y se convierte en el fundamento biológico del sentido del yo. Durante una fracción de tiempo, las representaciones del organismo y de los objetos externos se aúnan en un único constructo, una representación de segundo orden, el sí mismo, en una fracción de tiempo para crear una nueva representación de segundo orden que ocurre entre el tálamo y corteza cingulada. Del “diálogo” entre el tálamo y la corteza emerge la subjetividad: la información de que yo soy el propietario de ese proceso, titular de ese cuerpo. Tendiendo en cuenta que el principal mapa sensorial pertenece a los estados del cuerpo y se configura en forma de sentimientos, el sentido del yo -en el acto de conocer- emerge en el interior del proceso como un tipo especial de sentimiento. De hecho, ser consciente quiere decir estar despierto, estar vivo por dentro, recrear el mundo en el interior y darle sentido, darle un significado. También Edelman y Tononi7 implican la emergencia al afirmar que cada percepción es un acto creador, que construye escenas en la mente con las que cerebro realiza mapas de sus propios mapas y categoriza su propia actividad. De ahí que Edelman compare el cerebro a una orquesta sin director: cada músico interpreta individualmente la música y es modulado por los demás dando lugar a una interpretación creativa colectiva. Posiblemente Edelman da el paso más significativo en la comprensión de la conciencia al aportar la razón de la distinción entre la conciencia primaria, que alcanzan algunos animales, y la conciencia de orden superior, que sólo poseen los seres humanos: el hecho que el hombre incorpora a la identidad personal el pasado y el futuro. Ciertamente todos los estados mentales -conocimientos, voliciones, creencias, sentimientos- se dan ligados al cuerpo, y por tanto ligados a estructuras espacio-temporales del cerebro, biológicas; pero los estados mentales no son espacio-temporales. La conciencia, como el conocimiento, es intemporal. Resumiendo, el acto consciente es un acto único de dos dimensiones, dos dinamismos, que remiten a un único sujeto. La integración de patrones de actividad en el dialogo tálamo-cortical aporta el componente específico, el contenido relacionado con el mundo externo; mientras que el componente no-especifico daría la unión temporal del fenómeno. Esto es, la dimensión crucial de la mente -de los procesos mentales- es el tiempo, no el espacio. La consciencia se considera un fenómeno de la mente implicado en el sentido de la identidad personal, del “yo” como un ser-en-elmundo. El yo somatizado en el cuerpo. La autoconciencia de asocia con otros fenómenos mentales como la memoria, la atención, las emociones y también con el comportamiento,- que se acompañan de la experiencia subjetiva. Aproximación desde otros estados de conciencia La investigación científica sobre la conciencia del yo se enriquece con el análisis de otras formas de conciencia, que tienen en común una des-sincronización de los procesos sensoriales. De especial interés, y gran actualidad, son los estudios acerca de las experiencias del “yo sin mi cuerpo”8 un estado especial de conciencia que incluye la sensación de estar fuera del cuerpo, observándose así mismo desde una altura y volviendo conscientemente después al cuerpo. Se trata de una de las vivencias que forman parte de la experiencia de la inminencia de la muerte con idénticas características en personas de todas las culturas y todas las épocas. Más aún, es universal también que tras esas experiencias, se produzca un cambio en las formas de entenderse, entender la vida y la relación con los demás9 (10). Esta experiencia de eventos conscientes, recordados después, mientras las personas están inconscientes, por una anestesia general o clínicamente muertas por un paro cardiaco, plantea que existe más conciencia y memoria de lo que puede ser explicable solamente por una buena integración de actividad neuronal. 7 Tononi, G., Edelman, G.M. (1998) “Consciousness and Complexity” Science 282, 1846-1851. Metzinger, T. (2009 ) “Why are out-of-body experiences interesting for philosophers? The theoretical relevance of OBE research” Cortex, 45, 256–258. 9 Klemenc-Ketis. Z. (2011) “Life Changes in Patients After Out-of-Hospital Cardiac Arrest.The Effect of Near-Death Experiences”. Int.J. Behav. Med. DOI 10.1007/s12529-011-9209-y. 8 - 3/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 La hipótesis de trabajo En la búsqueda de los tiempos de la mente ha supuesto una ayuda innegable las técnicas que registran los campos eléctricos del cerebro y que pueden obtenerse en forma de potenciales a través de electrodos situados en el cráneo. Se mide así los tiempos de activación en las diversas áreas del cerebro y su relación con la actividad concreta mental que se les indica realizar a los voluntarios de los ensayos. El resultado más importante al respecto de estas investigaciones es que existe una secuencia en la activación/inhibición de la actividad de las diversas regiones del cerebro. Hay un reclutamiento secuencial, progresivo de diferentes áreas que procesan la información en función a la realización de las diferentes tareas o procesos mentales. La perspectiva de este estudio se dirige al dinamismo sistémico propio de la realidad estrechamente interrelacionada del viviente. Planteamos que la emergencia de los procesos mentales desde los procesos neuronales significa que el principio organizador de la función cortical no reside en las áreas ni en las conexiones fijas entre circuitos, sino en el código de tiempo, secuencia temporal, en que esos módulos, activados o silenciados, son reclutados o des-sincronizados. Es decir, la dinámica del sistema es una dinámica epigenética. Resumiendo, el acto consciente es un acto único de dos dimensiones, dos dinamismos, que remiten a un único sujeto. La integración de patrones de actividad en el dialogo tálamo-cortical aporta el componente específico, el contenido relacionado con el mundo externo; mientras que el componente no-especifico daría la unión temporal del fenómeno. Esto es, la dimensión crucial de la mente -de los procesos mentales- es el tiempo, no el espacio. La consciencia se considera un fenómeno de la mente implicado en el sentido de la identidad personal, del “yo” como un ser-en-elmundo. El yo somatizado en el cuerpo. La autoconciencia de asocia con otros fenómenos mentales como la memoria, la atención, las emociones y también con el comportamiento,- que se acompañan de la experiencia subjetiva. La hipótesis de trabajo En la búsqueda de los tiempos de la mente ha supuesto una ayuda innegable las técnicas que registran los campos eléctricos del cerebro y que pueden obtenerse en forma de potenciales a través de electrodos situados en el cráneo. Se mide así los tiempos de activación en las diversas áreas del cerebro y su relación con la actividad concreta mental que se les indica realizar a los voluntarios de los ensayos. El resultado más importante al respecto de estas investigaciones es que existe una secuencia en la activación/inhibición de la actividad de las diversas regiones del cerebro. Hay un reclutamiento secuencial, progresivo de diferentes áreas que procesan la información en función a la realización de las diferentes tareas o procesos mentales. La perspectiva de este estudio se dirige al dinamismo sistémico propio de la realidad estrechamente interrelacionada del viviente. Planteamos que la emergencia de los procesos mentales desde los procesos neuronales significa que el principio organizador de la función cortical no reside en las áreas ni en las conexiones fijas entre circuitos, sino en el código de tiempo, secuencia temporal, en que esos módulos, activados o silenciados, son reclutados o des-sincronizados. Es decir, la dinámica del sistema es una dinámica epigenética. En segundo lugar, el estudio plantea que, si bien el estado consciente es una propiedad emergente de la actividad neuronal, es el sujeto, liberado del encierro en el presente, quien asume el control del código del tiempo. La estructura temporal de la identidad personal, exige como presupuesto necesario que el cerebro trabaje en un código temporal. Distinguimos la conciencia en “on”, en presente, como un simple “percatarse de”, de la autoconciencia o conciencia en “off” que manifiesta la liberación del hombre del encierro en el aquí y ahora. En tercer lugar, se trata de poner de manifiesto que la conciencia de la propia identidad, como sentimiento consciente, necesariamente anclado al cuerpo en condiciones habituales, no lo está en otros estados de autoconciencia, lo que apoya que ésta no se confunde ni se identifica con los procesos neuronales. - 4/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 2. Identidad y autonomía La Biología ha alcanzado una profunda comprensión de los procesos vitales del mundo animal que se entienden hoy como una cooperación dinámica de genes y medio, que da lugar a la expresión regulada de la información genética inmaterial y constante. Esta información de segundo nivel o epigenética, inmaterial como toda información, aumenta durante la constitución del individuo, su desarrollo, especialmente de su cerebro, y a lo largo de la vida. Gracias a esta información epigenética la vida es una trayectoria unitaria, dinámica y ordenada, en continua actualización de las potencialidades que corresponden a la identidad biológica, específica de la especie. La información genética se amplia, paso a paso, con esta nueva información epigenética que aparece con el proceso vital mismo; la retroalimentación hace que en cada proceso el resultado sea más que la suma de las partes y el beneficiario sea siempre el individuo. Las capacidades y operaciones, que corresponden a la identidad biológica como individuo de la especie, no están contenidas en los materiales constituyentes, sino que emergen de las nuevas configuraciones que los materiales adquieren con el paso del tiempo. La diversa intensidad de vida animal depende del desarrollo del sistema nervioso. La complejidad de la configuración cerebral es dependiente a su vez de la información epigenética, permitida por la identidad genética específica de especie y que aumenta con la actividad cerebral misma. La conciencia “biológica” se sitúa en la relación del viviente con su medio. Todos los seres vivos necesitan actuar en el mundo desde el todo de su existencia dinámica, y de la manera específica que dicta la pertenencia a la especie. Esto es, la conciencia biológica es información de sus posibilidades vitales y de su individualidad. Hasta el ser vivo más simple tiene un en sí mismo, porque se constituye desde un material informativo, es decir, contiene un mensaje inmaterial. La complejidad de la configuración cerebral permite una mayor capacidad de adaptación al medio, una mayor autonomía, que es característica de los individuos de una especie. Esa configuración cerebral puede denominarse identidad neurobiológica, como punto nuclear de la identidad biológica. Es un segundo nivel de conciencia, es conciencia de la individualidad en “on”, en presente. A estos dos niveles, cada hombre suma integradamente la conciencia de la personalidad, propia de un ser relacional cuyo mundo no es sólo biológico sino fundamentalmente cultural. La autoconciencia, o conciencia en “off”, es decir memoria del pasado y simulación del futuro, es conciencia del yo propio como sujeto de esa trayectoria autobiográfica. El yo personal a diferencia del yo neurobiológico –encerrado en el presente- tiene una estructura temporal. El cerebro humano, a diferencia del cerebro animal y a diferencia de cualquier otro órgano, tiene un desarrollo y una maduración abierta en el tiempo. Autonomía respecto del medio e identidad neurobiológica Una mayor complejidad funcional del cerebro permite una mejor capacidad de adaptación al medio, una mayor autonomía. A lo largo del proceso evolutivo han aparecido sucesivamente cerebros con una, dos y tres capas, con la consiguiente necesidad de aumento progresivo de integración de funciones en cada capa y entre las capas. Y, con ello, el aumento de autonomía respecto del medio. La etapa reptiliana aportó el tronco encefálico y el cerebelo que controlan la motricidad básica y los instintos relacionados con la supervivencia. Esta capa basal tiene un tiempo de reacción de décimas de segundo y no permite un control de las respuestas, por lo que la autonomía es muy escasa. A este cerebro reptiliano debemos los hombres las respuestas automáticas viscerales. En el hombre los estados muy vegetativos -como el proceso que va desde sentirse sediento a la satisfacción de la sed- implican de forma ordenada activación y desactivación de áreas “ancestrales” del cerebro10 sobre las que no tiene un control voluntario. En situaciones de daño o decadencia de las otras capas cerebrales, como ocurre en los anencéfalos11 estructuras del tronco cerebral que 10 Denton, D., Shade, R., Zamarippa, F. Egan, G., West, J. B., Mckinley, M., Lancaster, J., Fox, P. (1999) “Neuroimaging of genesis and satiation of thirst and an interoceptor-driven theory of origins of primary consciousness”. Proc. Natl. Acad. Sci. USA. 96, 5304–5309. 11 Werth, R. (2009) “En busca de la consciencia perdida” Mente y cerebro, 36-41. - 5/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 asumen, al menos en parte, la elaboración de los estímulos simples y la transmisión de la reacción ante dichos estímulos. La segunda capa encefálica, la intermedia o sistema limbico, junto con un brusco aumento de la corteza cerebral, aparece con los mamíferos. Contiene el tálamo, el hipotálamo, el hipocampo y el complejo amigdalino. Su tiempo de respuesta es más lento pero su promedio no llega al segundo. La liberación de neurotransmisores produce el efecto de frenar o acelerar la actividad neuronal y, con ello, la velocidad de la respuesta ante la emoción suscitada por un estímulo. Esto es, permite la perfecta adaptación del organismo al medio, en la que el estímulo es la ocasión, no la causa, de la respuesta instintiva del animal, según sus necesidades biológicas y siempre que esté presente el estímulo. A esta organización deben los hombres el olfato, las hormonas, la expresión facial y corporal que comunica con nuestros interlocutores nuestro estado de ánimo, etc. Corresponden a ella fundamentalmente el procesamiento de las emociones y el recuerdo del impacto emocional positivo o negativo (placer u odio) de nuestras vivencias, que suponen un conocimiento intuitivo que se adelanta al razonamiento y nos guía para aceptar o rechazar las experiencias repetidas. En la etapa de los primates se formó el neocortex. El aumento de la superficie de la corteza y la subdivisión de la misma en áreas especializadas lleva a la máxima complejidad el encéfalo animal y hace posible combinar los patrones acumulados de percepciones y emociones. Algunos primates tienen una conciencia primaria, “un percatarse de” meramente biológico, en presente, como lo ponen de manifiesto ciertos “estados mentales”. Por una parte, reconocen inter-subjetivamente a sus congéneres. Por otra, como sugieren los controvertidos experimentos de Gallup, contemplando su imagen en un espejo, algunos chimpancés reconocen su propia figura. Recientemente12 se ha llevado a cabo un sofisticado análisis de aquellos gestos y vocalizaciones, incluida la evaluación de su valencia emocional, que permiten a los primates la vida en el entorno social de un grupo. Los videos de contenido social captaron con más frecuencia su atención, y durante más tiempo, que los vídeos de contenido no social. Más aún, los primates de este estudio prestaban más atención si las señales y expresiones faciales de sus congéneres, captadas en el vídeo, se dirigían directamente a ellos. El despliegue de la información epigenética en las neuronas, que permite que se expresen genes diferentes, marca una trayectoria de las capacidades que siempre es paralela a la edad del individuo, e idéntica para los individuos de la especie. Siempre el paso del tiempo y las operaciones -propias de cada etapa- dejan huella en el cerebro, por lo que el comportamiento específico ante un mismo estímulo, como puede ser una situación que provoca el miedo, es diferente a las diversas edades. La información epigenética cerebral, el solapamiento en el tiempo de patrones de actividad, supone un aumento de información que es más que la mera suma; en este sentido se habla de emergencia de operaciones. Podemos presumir, por tanto, que con el desarrollo del encéfalo y la organización neuronal que procesa la relación del individuo y su medio, puede alcanzarse “conciencia neurobiológica” de la individualidad en presente, que no implica ni la reflexibilidad, ni la autoposesión, dimensiones exclusivas de la realidad del hombre. Es meramente un “yo biológico” encerrado en el automatismo de la zoología, de las relaciones con los individuos del grupo a que pertenece, y encerrado en el presente. Autonomía respecto de sí e identidad personal Por ultimo, la aparición de los hombres trae el desarrollo de los lóbulos pre-frontales, sobre las cuencas de los ojos. El peculiar funcionamiento del cerebro humano, con un sistema jerárquico de control con neuronas localizadas en áreas de la corteza pre-frontal, es presupuesto para que la autonomía respecto al medio sea en él en autonomía de sí. Las capacidades específicamente humanas descansan sobre el control jerárquico que ejerce esta área. El humano es un cerebro racional -por la integración de lo emocional con lo cognitivo-, y tiene 12 Machado, C.J., Bliss-Moreau, E., Platt, M.L., Amaral, D.G. (2011) “Social and Nonsocial Content Differentially Modulates Visual Attention and Autonomic Arousal in Rhesus Macaques”. PLoS ONE 6, 10, e26598. - 6/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 en cada persona como presupuesto biológico la capacidad de frenar la excitación automática13. El frenado de la excitación de los circuitos neuronales rompe el automatismo de las respuestas. La liberación del encierro en el aquí y ahora se manifiesta, entre otras características genuinamente humanas, en la capacidad de abstraer al captar simultáneamente lo general y lo particular; la de dilatar en el tiempo la satisfacción de los deseos y no tener que responder inmediatamente a los estímulos que recibe. Es capaz de planificar acciones, la prever las consecuencias futuras y adelantarse a ellas. También de entender que existen otras mentes y ponerse en el lugar de los otros. En el hombre, a la información genética y epigenética del cerebro se agrega intrínsecamente la información relacional hacia dentro de sí y hacia los demás que potencia a otro nivel los flujos de información. Los estados mentales que emergen de la actividad de un cerebro configurado por su biografía tampoco determinan la conducta. La posibilidad de frenar la excitación y pensar, valorar y viajar en el tiempo a las experiencias del pasado y pre-experimentar el futuro, le permite tomar decisiones. Como se muestra en el esquema, los flujos de información desde diferentes niveles informativos, es siempre causado en más direcciones que el mero nivel mecanicista de abajo hacia arriba. Puede causarse desde arriba, desde un nivel superior, por coordinar los flujos de la información de un nivel inferior y puede hacer crecer la estructura informativa en el mismo nivel como retroalimentación del contenido informativo. El nivel inferior es la representación de los estímulos en patrones de actividad de neuronas. Los estados mentales emergen desde ellos, de abajo hacia arriba, por la reunión en unidad temporal de patrones de actividad. La regulación secuencial de la sincronización/des-sincronización de los procesos neuronales, es un proceso mental que no se identifica con los patrones de activación neuronal. Esta función coordinadora modifica el modo de acción propio del nivel inferior tanto por cambiar los patrones mismos de actividad, como por dejar huella en la expresión de los genes de las neuronas implicadas14. La modificación de las relaciones causales del nivel inferior genera la plasticidad cerebral. La eficiencia está en el proceso mismo; no se introduce un estimulo que modifique la integración del las representaciones de los estímulos, sino que usa los patrones que se generan en el proceso. El estado de conciencia animal, conciencia exclusivamente en “on”, emerge ante un estimulo externo, causándolo el individuo desde arriba automáticamente y permitiéndole una cierta autonomía respecto al medio. La autoconciencia humana, conciencia en “off”, emerge en presencia o ausencia de estímulos externos e internos, sin encierro en el automatismo de los procesos neuronales, ya que cada hombre 13 López Moratalla, N (2009) “Una lectura de la neurobiología actual desde la antropología trascendental de Leonardo Polo”, Studia Poliana,11, 21-46; López Moratalla, N (2010) “Dotación ética universal del cerebro” Acta Philos, 19, 297-310. 14 Ho, V.M., Lee, J.A., Martin, K.C, (2011) “The Cell Biology of Synaptic Plasticity”. Science, 334, 623-628. - 7/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 ejerce un control de más arriba por auto-frenado de la excitación neuronal y des-automatización de funciones. Lo que pone de manifiesto la autonomía de sí mismo, liberación del encierro en el presente, de cada ser humano. La autoconciencia es otro nivel de la conciencia primaria; es conciencia en off, fuera del presente. En el hombre, a la información genética y epigenética se une la información relacional hacia dentro de sí y hacia los demás. Le permite un nuevo nivel de control jerárquico al controlar el tiempo en la actividad neuronal y en su sincronización/des-sincronización. Conclusión 1: Ni la conciencia en “on” ni la autoconciencia, conciencia en “off”, se identifican con los procesos neuronales. Los procesos cerebrales son sistémicos, es decir con una dinámica epigenética en que los flujos de información fluyen de abajo-arriba y aumentan con el proceso mismo con el control de arriba-abajo. 3. La percepción subjetiva del tiempo Los hombres experimentan el tiempo a pesar de no tener ni estímulos, ni receptores temporales. Lo hacen de forma subjetiva según su situación, estado emocional y atención prestada. Unas veces el tiempo parece eterno y otras transcurre sin que nos demos cuenta. El tiempo humano es subjetivo. Para percibir conscientemente el tiempo y evaluar el transcurrido entre dos eventos disponemos de dos mecanismos diferentes según la duración. Un reloj interno mide la duración de un acontecimiento breve, o el intervalo entre dos acontecimientos recientes. Pero, se requieren “los viajes al pasado y al futuro” para medir los tiempos fuera del presente, los tiempos en “off”. El tiempo en “on” y el reloj interno El reloj interno tiene como patrón de medida la actividad cerebral en áreas de la capa cortical y de la subcortical. Todo procesamiento cerebral supone descargas neuronales, impulsos, a una frecuencia media constante; estos impulsos se acumulan y se almacenan en una red de memoria15 y es la cantidad de descargas neuronales acumuladas lo que mide el tiempo. Funciona, por tanto, como un cronometro, que para evaluar la duración, cuenta el número de impulsos. Para algunas actividades automatizadas y con control rápido, como los movimientos rítmicos, el control motor, la percepción de la palabra, el tiempo de la música, es imprescindible el lado derecho del cerebelo. Este tipo de procesamientos se realizan en el área motora suplementaria, la corteza sensomotora izquierda, la corteza promotora lateral, los ganglios basales, y el tálamo. Un trabajo realizado en monos rhesus16 ha permitido estudiar las propiedades funcionales de las neuronas de corteza premotora media durante la ejecución de una tarea rítmica. Han podido observar que intervienen dos poblaciones de células diferentes de la corteza promotora; un grupo codifica el tiempo que resta para la siguiente acción y el otro grupo codifica el tiempo transcurrido desde el último movimiento. Los comportamientos rítmicos complejos, como tocar música, posiblemente dependan de la interacción cíclica entre diferentes cronómetros neuronales.Sin embargo, cuando la tarea no es automática sino que requiere el control cognitivo, se activan el cerebelo izquierdo, la corteza prefrontal y la corteza parietal derecha. La estimación y percepción de las duraciones en intervalos superiores a un segundo, y hasta una hora, la conciencia del tiempo requiere las áreas prefrontal derecha, motriz y el núcleo estriado. El cuerpo estriado, una especie de director de orquesta, que determina con su batuta el principio y el fin de las duraciones importantes a evaluar. Por otra parte, la percepción del tiempo depende de las condiciones fisiológicas, de las drogas y ciertos medicamentos, del estado psicológico y especialmente de las emociones. Precisamente la liberación de neurotransmisores que intervienen en el procesamiento emocional, la dopamina entre otros, ejerce una función activadora de los ganglios basales que intervienen en la acumulación de impulsos, base de la evaluación del tiempo. 15 Pouthas, V. (2011) “Bases neuronales de la percepción del tiempo”. Mente y Cerebro, 51, 68-75; Droit-Volet, S. (2011) “Las ilusiones temporales”. Mente y Cerebro, 51, 58-63; Gil, S., Droit-Volet, S. (2011) 16 Merchant, H., Zarco, W., Pérez, O., Prado, L., Bartola. R. (2011) “Measuring time with different neural chronometers during a synchronization-continuation task”. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1112933108. - 8/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 El hecho de que el reloj interno cambie nos permite acoplarnos voluntariamente al tiempo de los demás para conectar con ellos. Por ejemplo, el cronómetro se acelera ante una situación interpersonal que requiere nuestra cooperación, como ante una persona triste, mientras que se ralentiza si nos sentimos tristes. Los animales se rigen por los ritmos biológicos, como el de 24 horas o circadiano de forma automática. Además, son capaces de aprender, siempre que se consiga condicionarles, a calcular bien un intervalo de tiempo. Los animales sólo predicen las consecuencias de los acontecimientos de los que antes han tenido experiencia, con un “entonces si”. Muchos animales aprenden a asociar placeres y dolores con sucesos ocurridos con anterioridad – por ejemplo, el olor de un depredadorque les capacita para dirigirse hacia el placer o huir del dolor antes de que lo estén experimentando, pero sólo si se presenta en presente el estimulo sensorial que habían experimentado anteriormente. El tiempo en “off”, fuera del presente Para evaluar duraciones más largas –semanas, años- no sirve el reloj interno, sino que resulta necesaria la memoria y la atención, a fin de mantener la evaluación del tiempo que ha pasado y prestar atención al que está pasando. El hombre tiene capacidad para la retrospección, reexperienciar el pasado, y para la prospección, pre-experienciar el futuro simulándolo en la mente. En ello la corteza frontal desempeña un papel fundamental. De hecho, los pacientes con daño en la corteza prefrontal están atados al estimulo en presente y en lo inmediato, de forma similar a los niños pequeños que no han madurado aún esta área cerebral. En diversos experimentos se ha medido, con los “viajes imaginarios en el tiempo”17 la conciencia del tiempo subjetivo. Y se ha podido poner de manifiesto que se solapan los patrones de activación neuronal del recuerdo autobiográfico con los patrones de la imaginación que simula el futuro, y lo hacen en la corteza frontal inferior, giro fusiforme, cingular/pecúneo posterior y corteza inferior parietal. Esta memoria es episódica, autobiográfica, y requiere activación de la corteza prefrontal, parietal y temporal izquierda. Cuando el recuerdo no es autobiográfico se requiere sobre todo la memoria semántica, asociada principalmente a la actividad del hipocampo y más en relación con el mensaje en sí, con el contenido de la experiencia, que con la conciencia temporal de su duración. La percepción del tiempo subjetivo requiere activación diferencial en el lóbulo parietal izquierdo según el tiempo sea breve o largo. Poder imaginar y así proyectar el futuro –lo que está en la base de la tecnología progresiva, exclusivamente humana ya que la simple fabricación de un instrumento de piedra no sería concebible sin la imaginación de su futuro-, lo hacemos evocando el pasado, combinando nuevos retazos de memoria y almacenando el resultado. Y puesto que la imaginación de una escena desencadena casi siempre sentimientos, las emociones desempeñan una función capital en la elaboración del futuro. Con frecuencia sólo nos imaginamos el futuro para comprobar de qué manera nos sentiríamos. Esto es, sentimos por adelantado, facultad que aprovechamos para colocarnos a modo de prueba ante una situación. Más aún, se ha descrito18 que se predice con una precisión de unos pocos cientos de milisegundos, incluso segundos, el momento de iniciar un acto voluntario. Es decir, la volición emerge, generada internamente, una vez que el cambio en la tasa de encendido del conjunto de neuronas traspasa un umbral. Mientras que la memoria episódica es una memoria explícita de la que se tiene conciencia, sin embargo, la prospección y la simulación se desarrollan inconscientemente y constituye factores de influencia en las decisiones. En efecto, al elaborar las evocaciones almacenamos lo imaginado que por eso también se puede recuperar posteriormente. Al mismo tiempo, el pasado se reconfigura en la memoria episódica, con el riesgo de desordenar los recuerdos basados en vivencias reales. Es 17 Nyberg, L., Alice, S. N., Habib, K. R. Levine, B., Tulving, E. (2011) “Consciousness of subjective time in the brain”.PNAS. www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1016823108. “Gilbert, D.T., Wilson, T.D. (2007) “Prospection: Experiencing the Future” Science, 317, 1351-1354. 18 Fried, I., Mukamel, R., Kreiman, G. (2011) “Internally Generated Preactivation of Single Neurons in Human Medial Frontal Cortex Predicts Volition” Neuron 69, 548–562. - 9/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 decir, al igual que el contexto de lo que ocurre en el presente influye en las predicciones de futuras experiencias, la experiencia en el presente es influida por la simulación del futuro. La facultad de asociar cada vez los nuevos patrones de recuerdo a los anteriores actúa como un modo de auto-proyección que permite predecir y permite además viajar a la mente de otras personas Conclusión 2. La perspectiva temporal surge de procesos cognitivos, que dividen la experiencia humana en pasado, presente, y futuro. Todo hombre echa mano del pasado, memoria, para evaluar las opciones presentes y para imaginar y simular el futuro. De forma que el contenido de la memoria es un componente de la conciencia. 4. Atención y conciencia La atención constituye un estado especial de conciencia. La atención se adelanta a la conciencia y se solapa en el tiempo con las dos memorias declarativas: la memoria semántica de los conocimientos memorizados, y la memoria episódica cuyo núcleo central son las vivencias personales. La memoria autobiográfica –los recuerdos personales que a su vez se rememoran para la simulación del futuro- representa el fundamento de la conciencia del yo. Los numerosos estudios sobre la visión permiten afirmar que se es consciente de aquello a lo se presta atención. Por un breve tiempo se forma una representación de la figura completa, que no es consciente para el observador pero que es, sin embargo, la materia prima para la atención. La conciencia fenomenológica es una memoria que mantiene disponibles los estímulos para la vivencia. La atención selecciona entonces lo que realmente se hace consciente, de forma que la persona lo puede relatar19. Es la conciencia dirigida al foco de atención, puesto que sólo se hacen conscientes aquellas percepciones que la atención mantiene en presente. La región prefrontal se ocupa de la atención selectiva, de retener únicamente determinada información durante un corto periodo de tiempo. Cuando se mantiene focalizada la atención en algo un grupo de neuronas, situadas a lo ancho y largo de la corteza cerebral y el tálamo, sincronizan un disparo y se es consciente. La atención induce sesgos subjetivos a la percepción20 al modular las primeras señales sensoriales, ejerciendo su influencia en el tálamo, antes de modular las señales en la corteza. A su vez, la atención es modulada por las estructuras subcorticales -el tálamo devuelve información a la corteza21- y los sistemas de recompensa. Permite así, sin desconectarse del interior22, filtrar la información sensorial para prestar atención a lo más relevante. En el animal la atención es atraída en dependencia del significado biológico del estímulo y en función de la supervivencia. Un reciente estudio23 analiza los mecanismos por los que se produce una rápida modulación de los circuitos corticales en dos procesos diferentes: el cambio de estado para generar una alerta en roedores, y el efecto de la atención en el sistema visual de primates. La visión clásica de los estados corticales de forma global, como sincronizan o des-sincronizan de forma simultánea en todas las áreas corticales, da paso a la idea de que el cambio de un estado a otro, o la atención selectiva, afecta a la des-sincronización cortical a nivel local. En ambos casos aumenta la representación del estimulo y se suprime los patrones de actividad generados en el interior, lo que sugiere que la atención no selecciona entre estímulos sensoriales competitivos sino entre el mundo interno y externo. En efecto, el estado sincronizado representa un modo de ahorro de energía. La actividad sináptica usa una gran cantidad de energía y la actividad fluctuante significa que una parte esté activa durante menos tiempo. Al des-sincronizar se aumenta la respuesta al estimulo atendido y decrece la respuesta a los no atendidos. De esta forma el estimulo puntual es capaz de generar una gran 19 Lamme, V.A.F. (2003) “Why visual attention and awareness are different”. TRENDS in Cognitive Sciences, 7, Rahnev, D., Maniscalco, B., Graves, T., Huang, E., de Lange F. P., Lau, H. 2011 “Attention induces conservative subjective biases in visual perception”. Nature Neuroscience, 14, 1513-1515. 21 Saalmann,Y. B., Kastner, S. (2011) “Cognitive and Perceptual Functions of the Visual Thalamus” Neuron 71,. 209223 22 Baluch, F., Itti L. (2011) “Mechanisms of top-down attention” Trends in Neurosciences, 34, 210-224. 23 K.D.,Harris, Thiele A. (2011) “Cortical state and attention”. Nature Reviews Neuroscience, 12, 509-522. 20 - 10/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 respuesta en todos los estados, mientras que el que se extiende en el tiempo no está representado fielmente en la corteza durante el estado des-sincronizado. Esta regulación fijada desde el interior tiene, por ello, un enorme valor de adaptación del animal a las circunstancias cambiantes del medio, ya que es propio de los animales analizar la percepción de lo inmediato como único horizonte de su operación. En el hombre la atención, además de atraída, puede ser puesta, fijarla desde su interior, ya que elige qué información es relevante para él. Se ha podido comprobar que la atención no está fijada de ante mano al analizar como se mantiene en la memoria a tiempo real una tarea visual en presencia o ausencia de distracciones24. Existe en el hombre un mecanismo de control cognitivo, jerárquico, de arriba-abajo, que promueve y potencia el mantenimiento adecuado de la información relevante, en la memoria en presente, cuando existen estímulos que suponen distracciones. El procesamiento cortical refleja la interacción de la excitación sináptica y de la inhibición sináptica. La inhibición tiene un papel crucial de en cortical actividad y empiezan a conocerse mejor los circuitos inhibitorios en la función cortical25. Se ha investigado la actividad cerebral en personas con experiencia de meditar comparándola con controles que no tenían esa experiencia26 El estado mental de meditación requiere mantener la atención en un objeto, evitando el vagabundeo de la mente, y redirigir la atención a este objeto cuando se desvía; la mente concentrada en el instante se correlaciona con la activación de áreas asociadas al procesamiento auto-referencial. Se implican en ellos las regiones prefrontal medial y la corteza cingulada posterior. Además, se observó un acoplamiento más fuerte entre la corteza cingulada posterior, cingulada anterior dorsal y corteza prefrontal dorsolateral, regiones implicadas en la atención y el control cognitivo, tanto al inicio como durante la meditación, en los experimentados que en los controles. 5. Integración de poli-ritmos cerebrales y memoria a tiempo real Los sistemas de transmisión de información usan oscilaciones electromagnéticas de diversas frecuencias. Las ondas actúan como eficientes canales que aúnan diversos mensajes sin interferencias. De forma similar, el cerebro usa oscilaciones como un modo de procesar en diversas áreas. Las oscilaciones de la actividad permiten la comunicación transitoria a través de diferentes estructuras cerebrales por mantenerlas en fase constantemente, instante a instante. El hipocampo y la corteza prefrontal son nudos de intercomunicación de estructuras. Ambas son capaces de orquestar la actividad de muchas áreas corticales y subcoticales que subyacen funciones cognitivas, adquisición y consolidación de memoria, y la toma de decisiones. Estas estructuras reciben entradas de áreas asociativas sensoriales. La tarea de retener en el tiempo solamente la información seleccionada por la atención desde el presente o el pasado, la realiza una memoria de trabajo, memoria a tiempo real o en presente, que requiere la tarea de regulación jerárquica de la región prefrontal. El trabajo de Fujisawa y Buzsaki27 con el que arranca la visión de la actividad cerebral como coherencia oscilatoria, o unión temporal de actividades oscilatorias, nos permite una penetración en la memoria a tiempo real, hasta ahora no alcanzada. Los investigadores entrenaron las ratas para elegir en un campo en “T” entre ir hacia la derecha o la izquierda y así alcanzar comida, asociando la orientación a un olor concreto en el punto de partida. Posteriormente, midieron los potenciales generados en áreas concretas del cerebro, mientras los animales mantenían la información en la memoria. En este caso de orientación espacial 24 Feredoesa, E., K. Heinena, Nikolaus Weiskopf, Christian Ruffb,Jon Drivera, (2011) “Causal evidence for frontal involvement in memory target maintenance by posterior brain areas during distracter interference of visual working memory. pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1106439108. 25 Isaacson, J.S , Scanziani, M. (2011) , “How Inhibition Shapes Cortical Activity” Neuron 72, 231-243. 26 Brewera, J.A., Worhunskya, P.D. Gray, J.R., Tangc, Y-Y , Weberd, J., Kobera, H. “Meditation experience is associated with differences in default mode network activity and connectivity” PNAS www.pnas.org/cgi/doi/10.1073/pnas.1112029108. 27 Fujisawa, S., Buzsaki, G., A (2011) “4 Hz Oscillation Adaptively Synchronizes Prefrontal, VTA, and Hippocampal Activities”. Neuron 72, 153–165 - 11/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 condicionada a recompensa, las áreas cerebrales implicadas y que han de integrarse son la corteza prefrontal el sistema hipocampo-entorrinal que guarda la memoria cartográfica, y el sistema de recompensa (el área tegmental ventral). Estas áreas procesan a ritmos muy diferentes: la corteza prefrontal mantiene un potencial con oscilaciones de 4 y 8 Hz de frecuencia. Las de 8 Hz están en fase con las del hipocampo de 8 Hz, mientras que las de 4 Hz están en fase con cada segundo pico de las de 8 Hz del área tegmental ventral VTA. Además entre la corteza prefrontal y esta última se observan oscilaciones gamma (30-80 Hz). Estas altas frecuencias se generan por las complejas interacciones neuronales en el interior de cada área. De hecho, la actividad cortical es modulada y retroalimentada por neurotransmisores de acción rápida como son el glutamato y el inhibidor GABA. Y en la región tegmental ventral, interaccionan las neuronas generadoras de dopamina y las productoras del neurotransmisor inhibidor GABA. Pues bien, las interacciones a 4 Hz entre corteza prefrontal y el área tegmental ventral pueden modular estas relaciones neuronales locales, de las que surgen las oscilaciones gamma, y las ponen en fase con las de 8 y 4 Hz. Hay, por tanto, un triple control de tiempos entre las tres áreas. Al converger tres ritmos independientes (4 Hz, 8 Hz y gamma) de forma transitoria -una unión temporal de actividades oscilatorias- se permite realizar la acción específica: mantener información en la memoria en presente. Conclusión 3. El cerebro usa oscilaciones como modo de reunir coherentemente lo que se está procesando en diversas áreas. Las oscilaciones mantienen en fase, instante a instante, las ondas de diferente frecuencia permitiendo la comunicación de informaciones del presente y del pasado. 6. Autoconciencia independizada de entradas sensoriales y des-somatizada La contemplación y el éxtasis El estado mental de intensa contemplación, y el estado de éxtasis, se alcanzan por dos vías que son complementarias. Bien por concentrar la atención en algo, religioso o no, anulando al mismo tiempo el pensamiento discursivo. O, por la renuncia de pensamientos, distracciones y placeres. Se consigue así deshacer la automatización respecto al entorno, al desconectar los procesos que organizan, limitan, seleccionan e interpretan los estímulos preceptúales que llegan del exterior. El yo se percibe habitualmente somatizado, anclado al cuerpo y distinto del entorno, gracias a la actividad del lóbulo parietal derecho encargado de la orientación en el espacio. Moverse en el entorno requiere un mapa corporal, que realiza el área de orientación del parietal izquierdo y otro mapa del entorno. El parietal derecho aporta las coordenadas espaciales para que el cuerpo pueda orientarse. Ambos lados reciben información constantemente y cooperan en la percepción del yo anclado al cuerpo y diferenciado del entorno. En actividades intensas con la atención muy focalizada, como la contemplación, se desconectan ambas zonas. Poco a poco va desapareciendo la percepción del yo, se borran los límites y el cerebro interpreta que no hay distinción entre el yo y el mundo que le rodea, una sensación unitiva característica de esta experiencia. Al mismo tiempo aumenta la actividad de áreas pre-frontales capaces de centrar la atención. En la experiencia de éxtasis, el hipocampo derecho y el complejo amigdalino – en el interior del lóbulo temporal- que están asociados con el sentido del yo en relación con el tiempo y el espacio, se hiper-estimulan. Actúan a su vez sobre las regiones del sistema parasimpático del hipotálamo dando lugar a un ciclo de excitación que se retroalimenta. Es un estado emocional intenso que - 12/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 cambia la forma de percibir y puede incluso distorsionar las entradas sensoriales. De hecho, el hipocampo, a través del tálamo, puede bloquear las entradas sensoriales a la corteza cerebral. El estilo intelectual activo –que asocia la realidad a los estímulos externos- es reemplazado por un modo de percibir pasivo, en el que se produce una des-diferenciación y fusión de las modalidades sensoriales. Se gana así en intensidad y riqueza sensorial global, a expensas de la categorización abstracta y la diferenciación sensorial. De esta forma, estas experiencias de contemplación aprovechan las memorias –hipocampo- que ahora están sometidas a otro tipo de auto-conciencia, global, holística, con sentido intenso de la propia mismidad. Como señala Rubia28, estas experiencias significan que el sentido religioso es innato; nuestro sentido de la espiritualidad esta ligado a una parte del cerebro. Es decir, existen en el cerebro estructuras que las hacen posibles. La existencia de las estructuras responsables no dice nada a favor, o en contra, de la creencia en seres sobrenaturales. Para el creyente hacen posible comunicarse con Dios. Para el no creyente no serian esas experiencias más que proyecciones al mundo exterior de nuestro cerebro. Des-somatización del yo: “yo fuera de mi cuerpo” Se ha analizado ampliamente la experiencia del “yo sin mi cuerpo” en personas que han sobrevivido a una parada cardiaca de pocos minutos de duración. Los pacientes, en aparente coma, tienen un claro aumento de la conciencia, recuerdan después con nítida memoria, mantienen su autoidentidad, conocimientos y emociones intensas. Este tipo de experiencias extracorpóreas supone la disolución de la sensación de unidad en el cerebro entre las dos representaciones corporales, y una debilitación de la conexión entre tales representaciones y las del entorno espacial inmediato. Se han analizado los correlatos neuronales29 de un tipo de alucinaciones en que el daño cerebral genera desconexión en regiones temporo-parietal y en algunos también del temporo-occipital de la corteza. Los pacientes ven un segundo cuerpo propio en el espacio corporal extrapersonal y se identifican y localizan en uno o en otro. La localización extracorporal y la identificación de sí mismo en el cuerpo ilusorio es completa en las experiencias de “yo fuera de mi cuerpo” que miles de personas relatan haber tenido en situación de muerte inminente. La desconexión se asocia a la corteza alteración temporo-parietal derecha. La estimulación de la parte posterior del giro temporal superior de la derecha reproduce esta experiencia30; durante este estado el cerebro de los pacientes muestran aumento de actividad en el pecúneo y tálamo posterior hasta el vermis superior, lo que sugiere que la activación de estas regiones es el correlato neural de la des-somatización que forma parte de la experiencia “yo sin mi cuerpo”. Se han señalado varios mecanismos que realizan la desconexión de áreas, que se percibe como dessomatización del yo; desde falta de oxigeno -que destruiría interneuronas que inhiben la actividad cortical, disparando la actividad de otras muchas-, a liberación de endorfinas u otros neurotransmisores31. Todo estado de la mente se corresponde con una situación del cerebro. Esta experiencia, no puede ser reducida, afirma Lomme32 a la imaginación, miedo a la muerte, alucinaciones, psicosis, uso de drogas o deficiencia de oxigeno en el cerebro, sino que significa una 28 Rubia, F.J. “La conexión divina”. Ed. Crítica, 2º edición, 2004 Blanke, O., S. Ortigue, T. Landis, et al. (2002) “Stimulating illusory own-body perceptions. The part of the brain that can induce out-of-body experiences has been located”. Nature 419: 269–270; Blanke, O., Metzinger, T.(2008) “Fullbody illusions and minimal phenomenal selfhood”. Trends Cogn. Sci. 13, 7–13 30 De Ridder, D., Van Laere, K., Dupont, P., Menovsky, T., Van de Heyning, P. (2007). “Visualizing out-of-body experience in the brain”. N. Engl. J. Med. 357, 1829–1933. 31 Lempert T. (1994) “Syncope and near-death experience”. Lancet, 344:829-830; Saavedra-Aguilar JC, Gómez-Jeria JS. (1989) “Aneurobiological model for neardeath experiences”. J Near-Death Studies, 7, 205-222; Carr D. (1982” Endorphins at the Approach of Death”. Lancet, 1, 390. 32 van Lommel, P., R. VanWees, V. Meyers, et al. 2001. “Neardeath experiences in survivors of cardiac arrest: a prospective study in the Netherlands”. Lancet 358: 2039–2045. van Lommel, P. (2011) “Near-death experiences: the experience of the self as real and not as an illusion”. Ann. N.Y. Acad. Sci 1234, 19–28; van Lommel, P. (2004) “About the continuity of our consciousness” .Adv. Exp. Med. Biol. 550: 115–132 29 - 13/14 - PUSC – TESTO PROVVISORIO del XX Convegno della Facoltà di Filosofia 2012 continuidad de la conciencia en el tiempo. Para otros es una alucinación más, aunque es no es fácil de explicar33. Conclusión 4. La naturaleza subjetiva y la falta de un marco de referencia para esta inefable experiencia hacen que el vocabulario usado para describirla dependa del individuo, de su cultura y religión. Así, lo que estas experiencias ponen de manifiesto es que la conciencia puede ser experimentada en otra dimensión aparte de nuestro espacio-tiempo convencional, en la cual todos los eventos pasados, presentes y futuros pueden ser observados simultánea e instantáneamente. La identificación conciencia-cerebro resulta restrictiva para el intento de explicar el significado de estos fenómenos. 7. La estructural temporal del yo La autoconciencia manifiesta una dimensión extra-cósmica del hombre, intemporal. La dimensión extra-cósmica del ser humano le permite la posibilidad de introducir la racionalidad en el tiempo. Al no estar encerrado en el inmediato presente ni en el instinto, gracias a su inteligencia, puede configurar su acción mentalmente antes de realizarla, puede ordenarla según fines y destinarla. “Para y piensa!” es la forma de introducir la racionalidad en el tiempo. La vida de cada uno es empresa moral en el tiempo en cuanto es organización de su biografía. Puede vivir en el tiempo sin ceder a la inmediatez o a discontinuidades impuestas desde fuera de sí, esclavizantes. Esa liberación del encierro es lo que le permite crecer. Y crecer es ganar tiempo al tiempo biológico; en ese nivel del liberarse de los límites de las leyes de lo biológico, está su ser personal34. Cada vez que un hombre piensa, quiere, recuerda, va creando “un dentro”, que se retroalimenta y reconfigura y se abre al futuro. Retiene el tiempo y crece. El tiempo no pasa simplemente. Ponerse metas supone meter en el tiempo lo que es intemporal: las operaciones no atadas al presente. Es el tiempo interior el que está abierto al futuro. Por ello, la organización del tiempo interior es una tarea encargada a su libertad. En conclusión, solamente el hombre, liberado del encierro en el presente, del aquí y ahora, del automatismo de los procesos cerebrales, posee conciencia en “off”, superior. La autoconciencia manifiesta la dimensión extra-cosmica del hombre, que abarca mentalmente todo posible espacio y todo posible tiempo. La neurociencia, por si misma, no tiene nada que decir acerca del origen último de la capacidad de cada hombre de liberarse del aquí y ahora. Sin embargo, en el dialogo interdisciplinar la apertura de la biología humana al nivel de la persona debería estar presente de la explicación racional de los fenómenos mentales genuinamente humanos universales. 33 Cfr el interesante debate celebrado el 7 de diciembre de 2010 en la New Cork Academy of Sciences in Ney cork City moderato por Krista Tippett en el que participaron Thomas Metzinger, Evan Thompson y Pim van Lommel (2011) “To be o not to be: The self as illusion”. Ann.N.Y.Acad.Sci. 1234, 5-18. 34 Cfr. entre otras obras de Leonardo Polo “Presente y futuro: presente y futuro del hombre”. Rialp, Madrid, 1993 - 14/14 -