LA ILUSIÓN DEL FAR WEST Texto de Miguel Ángel Blanco, comisario de la exposición El Espacio Carmen Thyssen en Sant Feliu de Guíxols presenta una exposición que propone seguir los pasos de los artistas que en el siglo XIX se adentraron en los territorios del Oeste norteamericano, asumiendo el reto de mostrar sus paisajes, desconocidos, sublimes y exóticos, y de representar las formas de vida de los indios americanos que desaparecían ante sus ojos por efecto de un programa ideológico, político, militar y colonizador. Estos artistas contribuyeron a crear desde muy pronto una “ilusión” del Lejano Oeste, combinando el entusiasmo romántico y la admiración genuina con los tópicos, prejuicios y expectativas que enturbiaban la mirada del hombre blanco; una imagen que de ahora en adelante se convertiría en el mito del indio salvaje, viviendo en las praderas en comunión con la naturaleza, muy alejado de la visión que el cine popularizaría años más tarde y que estuvo centrada en mostrar el punto de vista de los ocupantes y las fatigas y peligros a los cuales tuvieron que enfrentarse. La muestra procede del Museo Thyssen-Bornemisza en Madrid, donde pudo verse entre noviembre de 2015 y febrero de 2016, y se adapta en el Espacio Carmen Thyssen. A través de una selección de pinturas de artistas como Karl Bodmer, George Catlin, Henry Lewis, Albert Bierstadt, Charles Wimar o Frederick Remington, entre otros, la exposición muestra este apasionante capítulo, poco conocido en España, de la historia del arte. Todos los lienzos y las esculturas pertenecen a la colección del Museo ThyssenBornemisza y a la de Carmen Thyssen, las únicas en España con obra de estos artistas, reflejo de la pasión del barón Hans Heinrich Thyssen-Bornemisza por las narraciones literarias, cinematográficas y artísticas sobre el Oeste. Miguel Ángel Blanco, artista y comisario de la exposición, interesado desde hace años en la cultura india, presenta una selección de libros-caja de su Biblioteca del Bosque, realizados con materiales que ha recogido en sus viajes por las llanuras y cañones de Estados Unidos. Más allá del Misisipí El recorrido se inicia con una sala dedicada a la larguísima frontera acuática después de la cual se situaba la gran tierra desconocida del Oeste, el Misisipí. El avanzado español Hernando de Soto, fue el primer europeo en atravesarlo el 1541, pero encontró la muerte en su valle y fue enterrado al río, como muestra el cuadro de Rafael Monleón que presta el Museo Naval. De este museo proceden dos mapas más: uno de ellos cartografía la Luisiana el 1764, justo cuando acababa de pasar, cedida por Francia a dominio español; otro refleja el que los geógrafos conocían del América septentrional en los años de la Guerra de Independencia, cuando franceses, españoles y británicos se disputaban los nuevos territorios. Los exploradores, muchas veces después de los pasos de los tramperos y siguiendo los cauces del Misisipí y del Misuri, abrieron con muchas dificultados rutas para la posterior colonización. La incipiente explotación por parte de los blancos de las riquezas naturales empezó rápidamente a transformar el paisaje. En el curso alto del Misisipí, las Cataratas de Santo Antonio, representadas en la exposición por George Catlin, Henry Lewis y Albert Bierstadt, se convirtieron en símbolo de pérdida de la naturaleza virginal. El camino del Sol Otro río, el Hudson, es fundamental en la historia del arte de este periodo en los Estados Unidos, pues dio nombre a la escuela pictórica que elaboró el marco conceptual y visual apropiado para la representación de la grandiosa naturaleza americana. Esta escuela adaptó el Romanticismo europeo a un paisajismo que diera a conocer la belleza y la sublimidad de unas tierras “edénicas”, prometidas, según la doctrina del “destino manifiesto” a los colonos blancos. Los pintores pusieron primero a punto sus capacidades para esta tarea en la naturaleza más cercana: a lo largo del río Hudson, en los bosques de Maine (Eastman Johnson), en las montañas Catskills (James Mcdougal Hart, Worthington Whittredge), en los Adirondacks (William Louis Sonntag) o en los Apalaches (Hugh Bolton Jones). Fue Albert Bierstadt quién lideró el camino de los encendidos atardeceres, hacia el Oeste, formulando un tipo de paisaje de enorme éxito popular e incluso de gran influencia política, pues fue determinante en la creación del innovador sistema de parques nacionales, que protegería áreas de especial interés natural, como el valle de Yosemite, que vemos aquí, en uno de sus cuadros. Karl Bodmer y la memoria de los manden Pero los primeros artistas que se adentraron en el Oeste en los años treinta del siglo XIX no fueron paisajistas sino retratistas y, con mayor o menor rigor científico, etnógrafos. Karl Bodmer es el máximo representante de esta aproximación científica a las tribus indias. El trabajo de campo que hizo entre 1832 y 1833 junto al antropólogo alemán Maximilian zu Wied-Neuwied a lo largo del curso del río Misuri, nos permite conocer en profundidad los campamentos, las costumbres y los rituales de numerosas tribus, así como sus fisionomías y sus vestidos, sus tocados, pinturas corporales y objetos de poder, con especial atención a los mandan, que quedarían extinguidos poco después. Los Viajes en el interior de Norteamérica del príncipe Maximiliam se ilustraron con un sorpresivo conjunto de postales de Bodmer; una de las primeras obras que adquirió el barón Thyssen fue una colección completa de las mismas, de la cual mostramos una amplia selección. Vida india A la segunda mitad del siglo XIX, los temas relacionados con la vida de los indios en la naturaleza ya se habían convertido en un subgénero pictórico con gran querencia popular, asociado a la pintura de historia o a la costumbrista. Algunos artistas continuaron desplazándose hacia el Oeste para conocer de primera mano los motivos – paisajes y tipos humanos- a representar, pero otros se conformaron con las descripciones visuales y literarias previas. Tal fue el caso del alemán Charles Wimar, quien, a pesar de que después viajaría a Yellowstone y a las orillas del Misuri, no había puesto pie en el Oeste cuando pintó la escena de caza El rastro perdido. El viaje de los pintores al Oeste no siempre tuvo motivos estrictamente artísticos; William Tylee Ranney se alistó para luchar en la guerra por la cual Texas se independizó de México, y más tarde incorporó la vida de la frontera a su repertorio, centrándose en las aventuras en tierras salvajes de los exploradores, cazadores y pioneros. A medida que crecían las ciudades del Oeste, surgía una nueva generación de artistas formados ya en ellas. Charles M. Russell nació a St. Louis pero fue en su juventud cowboy a Montana, lo cual le proporcionó un conocimiento muy directo de los paisajes y de las tribus que habitaban la zona, ya en las reservas. Su especialidad fueron las escenas de acción, como esta que representa a Los piegan preparándose para robar caballos a los crow. La reserva de esta última tribu fue visitada también por Joseph Henry Sharp, que se instaló durante un tiempo en Little Big Horn, donde retrató por encargo del presidente Roosevelt a los indios supervivientes de la mítica batalla y pintó motivos más cotidianos cómo Montando el campamento. También algunos escultores se interesaron por la vida india. El voto al Sol, de Hermon Atkins Macneil es la escultura más importante y conocida de este artista especializado en figuras de indios, con los cuales había entrado en contacto en un viaje al Oeste realizado en 1895. Este grupo representa una ceremonia de iniciación sioux: el adolescente disparaba una flecha hacia el Solo y si su examinador podía seguir su trayectoria el tiempo suficiente para quedar cegado por la luz, se consideraría la flecha perdida de vista y la prueba superada. Frederic Remington: He knew the horse Se destaca en la exposición a un artista muy muy conocido en Estados Unidos al que nunca se ha prestado suficiente atención en España, con un mayor número de obras en Sant Feliu que en Madrid. Frederic Remington, con sus ilustraciones y pinturas, contribuyó a poner de moda las aventuras del Oeste, protagonizadas casi siempre por un cowboy o un soldado de caballería, convirtiendo a la antes “noble salvaje” en enemigo de la voluntad patriótica. Trabajó con gran éxito como ilustrador para las revistas Harper’s, Scribner’s y Outing pero el que le dio prestigio como artista fue su serie de nocturnos, uno de los cuales se incluye en la exposición Señal de fuego apache; reflejan una visión menos narrativa, más oscura y silenciosa sobre el Oeste. A partir de 1894, su inquietud artística le trajo a explorar el campo de la escultura, con piezas de enorme dinamismo que a menudo representan a jinetes, blancos o indios. Las cuatro esculturas que pertenecen a la colección de Carmen Thyssen figuran entre las más apreciadas. Una de ellas, El domador de caballos broncos, forma hasta tal punto parte del imaginario norteamericano del Oeste que ha sido seleccionada para adornar el Despacho Oval de la Casa Blanca. A las esculturas de Remington queda manifiesta su pasión por los caballos, animales por los cuales sentía tanta afección que mandó que en su epitafio rezara: He knew the horse. Etnografía La colonización supuso un violento impacto sobre las culturas indias, en un proceso muy rápido que los trajo casi a la desaparición. Hubo quienes quisieron preservar dentro de lo posible los restos de este hundimiento, iniciando unas colecciones que han llegado hasta nuestros días. Una selección de vestidos, objetos cotidianos y rituales, armas y adornos de las culturas nativas se expondrán a lo largo del recorrido de la exposición, ilustrando algunos detalles de la forma de vida de las tribus. También se podrán ver unas películas etnográficas procedentes de la Smithsonian Institution, con el ritual de la serpiente de los Hopi y las grabaciones que hizo Thomas Alva Edison de la Danza de los Espíritus y la Danza del Búfalo, ejecutadas por unos sioux que participaban en el show del Wild West, de Buffalo Bill. Cultura popular Además, y como muestra de la gran divulgación y el potencial de fascinación que han tenido las leyendas del Lejano Oeste en todo el mundo y hasta hoy mismo, se presentará un conjunto de libros, cómicos, carteles de cine y películas procedentes del archivo gráfico de la Filmoteca Nacional y de la colección particular del editor Alfredo Lara, así como un gran número de objetos cedidos por la Baronesa ThyssenBornemisza. Esta sección cobra especial relevancia al traerlo a la Costa Brava, frecuentada por las estrellas de Hollywood, y muy estimada por el célebre actor Lex Barker, a quien se recuerda a través de los carteles de sus westerns y su colección de revólveres. Bajo la luna comanche Como artista de la naturaleza, el comisario de la muestra Miguel Ángel Blanco se ha interesado desde hace años por el arte y la cultura de las tribus -el que ha afianzado su “admiración por la capacidad de interpretar las señales naturales y por su atención a las fuerzas sobrenaturales”- y ha hecho suyo el ideal de vida indio de “andar en la belleza, armonizando tierra y cielo, cuerpo y espíritu”. Cerrando la exposición, se presenta una selección de 13 libros-caja, relacionados con el Oeste americano, que forman parte de su Biblioteca del Bosque. Iniciada en 1985 y compuesta en la actualidad por 1.148 libros-caja, esta biblioteca es un proyecto escultórico vital que recrea paisajes, experiencias y visiones, expresados en dibujos, imágenes y composiciones con elementos o materiales de la naturaleza. El artista ha realizado además una instalación con cráneos de animales simbólicos para los indios (prestados por el Museo Nacional de Ciencias Naturales), que estaban plenos de poder, conservaban de alguna manera la energía vital y eran utilizados en vestimentas ceremoniales y en rituales. Esta instalación nos invita a buscar la visión mágica que, a través del animal de espíritu afín, nos devuelve la comprensión llena de la naturaleza. Más información en la web del artista (www.bibliotecadelbosque.net) LA ILUSIÓN DEL FAR WEST Texto de Pilar Giró, directora artística del Espai Thyssen de Sant Feliu de Guíxols La exposición del Espacio Carmen Thyssen nos traslada al Lejano Oeste americano, un territorio mítico donde la leyenda siempre ha precedido la realidad. Nos propone ser exploradores contemporáneos de una historia que conocemos de manera sesgada. La muestra rememora desde las imprentas de los primeros conquistadores españoles del siglo XVI, hasta el imaginario que se ha popularizado en gran medida por la difusión cinematográfica del género del western. Para construir este relato, la exposición presenta mapas de época, pinturas, esculturas, grabados, acuarelas y objetos antropológicos que muestran la idealización de un territorio que pasa a ser el contexto perfecto para la proyección de los sueños, pinturas que muestran un Nuevo Mundo que pocos habían pisado y que el arte occidental representa por primera vez. Obras que plasman, entre la antropología y la fantasía, la vida en estos paisajes de las tribus indias. Las piezas provienen de varias colecciones privadas y museos: Colección Carmen Thyssen, Museo Thyssen-Bornemisza, Museo Nacional de Antropología, Museo Naval, Museo Nacional de Ciencias Naturales, Filmoteca Española y Museo del Cine Colección Tomàs Mallol. La Colección Carmen Thyssen y el Museo Thyssen-Bornemisza conservan las únicas obras de arte del Estado Español que permiten ilustrar este importante episodio de la historia del arte norteamericano. ACTIVIDADES PARALELAS A LA EXPOSICIÓN Las actividades programadas en motivo de la exposición son las siguientes: visitas familiares, visitas guiadas y espacio infantil, conciertos con la colaboración del 54 Festival de la Porta Ferrada y actividades formativas a educadores, docentes y conferencias. Más información en: http://www.espaicarmenthyssen.com/ca/espai-educatiu/ Conciertos al 54 Festival de Puerta Ferrada 2016 La programación del Festival de este año incluye tres conciertos en la Sala de exposiciones: 19.07- Rick - banjo 26. 07- Vidal & Morata dúo - cello/violín 09.08- Jordi Ortega- cello Más información en http://www.festivalportaferrada.cat/ca/ Sesiones universitarias Conferencia de Àngel Quintana, profesor de la Universitat de Girona y ciclo de films paralelos a los Cines Truffaut de Girona. Más información en: http://www.espaicarmenthyssen.com/ca/exposicio/ IMÁGENES DE PRENSA CONDICIONES DE USO DE LAS IMÁGENES Las imágenes se pueden utilizar única y exclusivamente para la difusión de la exposición del Espacio Carmen Thyssen No se pueden utilizar más de 3 imágenes para la misma publicación Por otro uso de las imágenes, por favor contactáis con el Espacio Carmen Thyssen de Sant Feliu de Guíxols 1 Albert Bierstadt Las cascadas de San Antonio, c. 1880-1887 Óleo sobre tela Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid 2 Karl Bodmer Mato Tope ataviado con sus atributos bélicos. Grabado de la serie Viajas en el interior de Norteamérica, 1839-1843 Aguatinta con trazas de aguafuerte y manera negra iluminada a mano sobre papel Colección Carmen Thyssen-Bornemisza 3 Charles Wimar El rastro perdido, c. 1856 Óleo sobre tela Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid 4 George Catlin Las cascadas de San Antonio, 1871 Óleo sobre cartón Museu Thyssen-Bornemisza, Madrid 5 Joseph Henry Sharp Montando el campamento, Little Big Horn, Montana, 1895-1912 Óleo sobre tela Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en depósito en el Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid 6 Publicidad de la película El forastero (1940) dirigida por William Wyller Colección Rodríguez - Sáiz 7 Cartel de Lex Barker – Winnetou II, 1964 Colección Carmen Thyssen-Bornemisza 8 Miguel Ángel Blanco Biblioteca del Bosque (1985-2015) Colección del artista 9 Miguel Ángel Blanco 1146. 33 Lágrimas de apache, 19-6-2015 4 páginas de papel reciclado cubierto de arena y quemaduras. Caja: gotas de obsidiana recogidas al pie de la montaña Apache Leap a Superior, Arizona, y roseta de ciervo sobre arena Colección del artista 10 Muñeca kachina hopi, c. 1900-1940 Madera de álamo, caolín, ocre, azurita, malaquita, hematites, hollín, lana blanca y hierro Museo Nacional de Antropología, Madrid