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Laura Gallego, Belianís de Grecia (III-IV) de Jerónimo Fernández (2003)
INTRODUCCIÓN
La Tercera y quarta parte del imbencible príncipe don Belianís de Grecia vio la luz en Burgos,
en el taller de Pedro de Santillana, en 1579, treinta y dos años después de que se publicasen
la primera y segunda parte de la novela. La Hystoria del magnánimo, valiente e inuencible cauallero
don Belianís de Grecia (Burgos, Martín Muñoz, 1547) gozó de un notable éxito en la primera
mitad del siglo XVI, coincidiendo con el auge de los libros de caballerías durante el reinado
de Carlos I. A lo largo de esta etapa, las hazañas de don Belianís se reeditaron en diversas
ocasiones, pero seguía sin aparecer la continuación que el autor había prometido. La
segunda parte finalizaba con un momento dramático importante, puesto que las principales
damas y doncellas del relato habían sido secuestradas en un carro mágico, y sus caballeros
se disponían a remover cielo y tierra en su busca. Cuando por fin se publicó la Tercera y
quarta parte (especificando en la portada “en que se cuenta la libertad de las princessas que
de Babylonia fueron llevadas”, para tranquilidad de los lectores de la primera entrega), su
autor, Jerónimo Fernández, ya había fallecido, según nos informa en el prólogo su
hermano, Andrés Fernández, que es quien costea la edición.
Es bien conocido el gusto de Carlos V por los libros de caballerías y por éste en
particular, como recuerda Andrés Fernández al comienzo de la novela, justificando así, en
parte, su decisión de publicarla; sin embargo, y aunque la primera entrega siguió
reeditándose a lo largo del reinado de Felipe II, sólo nos han llegado noticias de una
reedición de la Tercera y quarta parte, que no conservamos.
Don Belianís de Grecia relata la historia del heredero del imperio griego; hijo
primogénito del emperador don Belanio de Grecia, debe hacerse un nombre antes de
considerarse digno de suceder a su padre. Sus aventuras caballerescas y sus vivencias
amorosas se desarrollan tanto en Occidente como en Oriente, donde queda prendado de la
princesa Florisbella, hija del soldán de Babilonia. Tras multitud de hazañas y aventuras,
complementadas también por las vividas por sus hermanos, amigos y compañeros, don
Belianís alcanza por fin la fama como caballero y el amor de la hermosa Florisbella. Sin
embargo, antes de que la boda pueda celebrarse, un carro encantado secuestra a las
protagonistas femeninas del relato, comenzando así una nueva aventura cuya resolución se
anuncia para la siguiente entrega de la novela.
La Tercera y Quarta Parte relata, en primer lugar, la búsqueda de las princesas
desaparecidas. Todos los caballeros protagonistas parten en su rescate, en grupo o en
solitario, en una queste a lo largo de la cual correrán diversas aventuras, participarán en los
famosos torneos de Londres e incluso lucharán por la conquista de Troya. El héroe deberá
así superar una serie de pruebas que lo hagan digno de recuperar a su amada. Una vez
alcanzado el objetivo (el Castillo de la Sabia Medea), la queste se transforma en una especie
de juego caballeresco en el cual todos compiten entre sí para llegar en primer lugar y lograr
así ser proclamados por Marte y Cupido como señores absolutos de la caballería y el amor.
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Laura Gallego, Belianís de Grecia (III-IV) de Jerónimo Fernández (2003)
Tras el rescate de las doncellas y la posterior conquista de Troya se produce el
esperado matrimonio público de don Belianís y su amada Florisbella, pero sus aventuras no
terminan aquí: durante su estancia en el castillo encantado, Florisbella dio a luz Belflorán, el
hijo de ambos —cuyo nacimiento extraordinario revela su condición heroica—, y el sabio
Merlín se llevó al infante a lejanas tierras. En la cuarta parte, don Belianís se embarca en
una nueva queste que lo llevará por tierras africanas hasta encontrarse por fin con Belflorán,
que ya tiene edad para ser armado caballero. Este viaje está también complementado por la
búsqueda de la princesa Hermiliana quien, traicionada por su caballero, toma ella misma las
armas, siguiendo el modelo clásico de la virgo bellatrix, y corre diversas aventuras tratando de
encontrarlo; sin olvidar tampoco las peripecias de Perianeo de Persia, enemigo y rival de
don Belianís, quien desciende a los mismos infiernos en busca de su sobrina Belinda. Pero
el cuerpo principal de la cuarta parte es el relato de una sangrienta guerra en la que
caballeros de oriente y occidente se enfrentarán no por motivos religiosos, sino, sobre todo,
por una cuestión de amor y de celos. Esta contienda supone la iniciación caballeresca del
nuevo héroe, Belflorán, y de todos los jóvenes caballeros de su generación. Tras el final de
la guerra se suceden nuevas batallas, torneos y aventuras que colocarán a Belflorán en el
escalafón más alto de a caballería de su tiempo, superando incluso a su padre, don Belianís.
El joven héroe obtendrá finalmente el amor de su adorada Belianisa; pero el relato volvía a
quedar incompleto: el libro termina con los principales caballeros dirigiéndose a participar
en los torneos del Cayro, mientras el niño Fortimán de Grecia, nieto del protagonista, a
quien todos dan por perdido en altamar, se cría lejos de su hogar y desconociendo su linaje.
El autor echa la culpa del final abrupto de la novela al sabio Fristón, el cronista
imaginario de las hazañas de don Belianís. Puede que Jerónimo Fernández tuviese
intención de continuar la historia; sin embargo, como él mismo confiesa en el último folio
del libro, lo había terminado estando ya mayor y enfermo; por tanto, no proseguirá la obra,
aunque invita al lector a continuar donde él lo deja.
Según nos cuenta Cervantes, don Quijote estuvo tentado de escribir él mismo la
continuación; Don Belianís de Grecia aparece ampliamente citado en la novela cervantina,
donde, a pesar de ser criticado por su exageración y su “inacabable aventura”, fue salvado
de las llamas en el célebre episodio del escrutinio de la biblioteca e inspiró a don Quijote
algunas de sus extravagantes hazañas.
Fue un autor desconocido, Pedro Guiral de Verrio, quien finalmente tomó la pluma
para escribir una quinta parte que nunca llegó a publicarse, aunque nos ha llegado una
versión manuscrita.
La Tercera y Quarta Parte de don Belianís de Grecia está marcada por multitud de influencias
literarias. Además de seguir en gran parte el modelo amadisiano, hay episodios inspirados
en la mitología artúrica, en la tradición ariostesca o en las historias troyanas; todo ello,
combinado con todos los elementos clásicos de los libros de caballerías y un gran dominio
del arte narrativo, hace de esta novela una obra de referencia dentro del género.
Laura Gallego García
Universidad de Valencia
© Centro de Estudios Cervantinos
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