Primer Curso de Divulgación Científico-Médica FEM. Molina de Segura. Curso 2010-2011 (11-01-2011) Biología Humana, Salud y Hábitos Saludables Estrés Oxidativo, Antioxidantes y Salud. Índice: Estrés oxidativo, patologías y envejecimiento ¿Qué y cuales son los radicales libres? ¿Qué es un antioxidante? Cuando y cómo pueden actuar los antioxidantes Antioxidantes naturales más importantes Antioxidantes en: dieta, suplementos nutricionales, y alimentos funcionales. Algunos ejemplos de oxidación fisiológica (patologías): o Envejecimiento oxidativo vascular: hipertensión, arterioesclerosis, insuficiencia cardiaca, IAM,.…. o Síndrome metabólico, diabetes o Estrés oxidativo “deportivo” o Envejecimiento oxidativo cerebral: neurodegeneración Antioxidantes, nutrición y envejecimiento El concepto o idea de “OXIDACIÓN” aparece íntimamente unido a los aparentes efectos provocados por el paso del tiempo (envejecimiento) pero, además, nuestra actual vida acelerada provoca un desequilibrio de las defensas en nuestro organismo y genera lo que llamaríamos “estrés oxidativo”, lo que mucos consideran la “enfermedad” de nuestro tiempo. De cualquier modo cada vez somos más conscientes de que existe una relación evidente entre este estrés oxidativo y un buen número de patologías. Ya en 1980, Walton y Parker establecían: “en un entorno dado, las células sufren una cierta cantidad de daño, si la velocidad a la cual éste se acumula excede el potencial genético de las células para corregirlo por división, biosíntesis o reparación, el daño se irá acumulando y conducirá al envejecimiento o a la enfermedad”. Diversos investigadores indican además que la principal causa del envejecimiento celular es la producción de Radicales libres (RL) en las mitocondrias, especies que desencadenan una cascada de interacciones moleculares que provocan lesiones en las membranas celulares y, finalmente, daños al ADN. La historia de los RL transcurre paralela a la del descubrimiento del oxígeno y el metabolismo energético de los seres vivos y nos conduce a la paradoja del oxígeno: vida y degeneración simultáneas. Rebeca Gerschman (1962), sugirió una teoría general de los potenciales efectos tóxicos del oxígeno: “oxidaciones incontroladas debidas a un “escape” suave pero continuo en el sistema protector podrían ser un factor importante en el proceso de envejecimiento y también un factor importante y contributivo en la esperanza de vida”. Posteriormente, otros investigadores como Harman, Slater, Packer, etc.., han ampliado el conocimiento de la importancia de los RL en el campo de la medicina y salud. En definitiva, nos encontramos ante una situación de desequilibrio entre los agentes oxidantes y las defensas antioxidantes de nuestro organismo. Pero, ¿qué es un RL?; de forma general, es cualquier especie que contiene uno o más electrones desapareados, ocupando un orbital atómico o molecular por si mismo. Tienen una alta reactividad comparada con especies no radicales y una alta inespecificidad, siendo capaces de reaccionar con muchos tipos de moléculas. Es decir una especie incontrolada que genera una cascada de deterioro oxidativo. Las más importantes desde el punto de vista fisiológico son radicales de oxigeno (superóxido, hidroxilo, peroxilo, ...) y de nitrógeno (peroxinitrito…). Estos radicales son capaces de generar patologías asociadas tales como: Insuficiencia cardíaca, cáncer, parkinson, alzheimer, diabetes, accidentes cerebrovasculares, etc.. ¿Qué hacemos cuando se rompe este equilibrio fisiológico?, es entonces cuando necesitamos recurrir, como ayuda y complemento a nuestros sistemas endógenos de protección, a la ingesta de antioxidantes. Pero, ¿qué es un antioxidante?, por definición un antioxidante es un “donador” de hidrógeno a RL, y además, el radical que se forma en la especie antioxidante debe ser estable y capaz de “detener” la cadena radical. Existen diversos tipos de antioxidantes, tanto en función de su capacidad como captadores de RL, como por su estabilidad oxidativa. De cualquier modo, desde el punto de vista fisiológico, estudios profundos permiten establecer una relación bien definida entre estructura y actividad. Adicionalmente, si consideramos, además de su estructura molecular, sus propiedades físicas, podemos establecer dos actividades antioxidantes estructuralmente diferentes, una frente a especies radicales más simples antes de que estas produzcan un daño evidente y, otra, frente a especies radicales más complejas capaces ya de provocar un daño fisiológico. Es evidente que la naturaleza nos proporciona la más amplia gama de antioxidantes, cuyas familias más importantes son: algunas vitaminas, carotenoides, compuestos de azufre, diterpenos, ácidos fenólicos y los denominados polifenoles, una amplia familia de compuestos muy heterogénea y de enorme potencialidad. ¿Dónde y cómo podemos obtener estos antioxidantes?, las fuentes son diversas, siendo la propia dieta la más evidente, un claro ejemplo es nuestra dieta mediterránea. Adicionalmente, disponemos de los denominados: nutracéuticos, alicamentos, suplementos nutricionales y los alimentos funcionales. Más de 2.000 estudios epidemiológicos muestran que la mayoría de los efectos protectores contra una variedad de enfermedades principalmente cardiovasculares y cáncer, están correlacionados con una elevada ingesta de frutas y verduras, la mayoría ricas en compuestos antioxidantes. Los nutracéuticos y alicamento, suelen proceder de alimentos naturales y materiales vegetales diversos, pero se presentan en forma farmacéutica: píldoras, cápsulas ó tinturas. Permiten la ingesta de cantidades mayores, conocidas y controladas de antioxidantes. ¿Qué es un alimento funcional?. La primera referencia data de 1935, cuando el Dr. Minoru Shirota inicia en Japón la investigación y desarrollo de una leche fermentada, con fines de prevención de enfermedades gastrointestinales; se han definido como: “todos aquellos alimentos o productos alimenticios que además de su aporte natural de sustancias nutritivas, proporcionan un beneficio específico en la salud de la persona”. El alimento además de su valor nutritivo debe influir positivamente sobre la salud. Los beneficios nutricionales y saludables de los alimentos, o de los ingredientes antioxidantes específicos, deben fundamentarse en una sólida base científica. La cantidad apropiada de ingesta diaria del alimento debe ser establecida por expertos y, una vez ingerido, debe ejercer en el organismo una función específica, que permita la regulación de algún proceso fisiológico concreto, bien previniendo una enfermedad específica, o bien, reforzando los mecanismos antioxidantes de defensa corporales. Nuestro grupo de investigación está trabajando con intensidad en diversas patologías relacionadas con el estrés oxidativo, fundamentalmente a través del uso de antioxidantes polifenólicos de la familia de los flavonoides. Unas de las más importantes son las relacionadas con el sistema cardiovascular y, sobre todo, con el deterioro de la funcionalidad del endotelio vascular. La destrucción del NO (células endoteliales y vasculares), en gran parte responsable de la hemostasia vascular conduce a la generación de RL (peroxinitrito), a la disfuncionalidad de la vasodilatación, la aparición de una respuesta inflamatoria y, finalmente, hipertensión y arterioesclerosis. Otras áreas de investigación están siendo: las hipercolesterolemias, en las que la oxidación del LDL conduce a la generación de placas aterogénicas; la relación entre insuficiencia cardiaca y estrés oxidativo; las interacciones globales que el estrés oxidativo manifiesta en el llamado síndrome metabólico y, finalmente la generación de RL en el desarrollo del ejercicio físico incontrolado. Otra de las áreas fundamentales de investigación es la que estudia la relación entre estrés oxidativo y enfermedades neurodegenerativas. El cerebro es un órgano con una elevada tasa metabólica que genera una gran cantidad de RL, además existe una evidente vulnerabilidad neuronal, debido a la escasa “protección” antioxidante endógena. La neurotoxicidad incide en el incremento de la peroxidación de los lípidos de la membrana neuronal y en la generación de gran número de factores neuroinflamatorios. Nuestras investigaciones nos muestran resultados prometedores con el uso de ciertos compuestos, muy definidos, antioxidantes y antiinflamatorios. Finalmente, debemos considerar globalmente los conceptos de oxidación, nutrición y envejecimiento, lo cual nos conduce a establecer cuales deberían ser las posibles interacciones de la nutrición, como fuente de antioxidantes, con el proceso de envejecimiento. Nuestro objetivo debería ser lograr un proceso “armónico” de envejecimiento intentando establecer una especie de estrategias preventivas en el tratamiento de diversas patologías asociadas al envejecimiento. El desafío que nos planteamos en nuestra investigación es el de intentar fijar las condiciones dietéticas y de estilo de vida que preserven las funciones corporales y minimicen las enfermedades crónicas en las personas de edad avanzada. Los antioxidantes pueden constituir una ayuda significativa en el mantenimiento de nuestra salud, ¡¡pero hagamos las cosas bien!!, sin “humos”, ni pócimas milagrosas, ni píldoras de la eterna juventud.