«Que vuestra caridad no sea una farsa: aborreced lo malo y

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RETIRO JUNIO
«Que vuestra caridad no sea una farsa:
aborreced lo malo y apegaos a lo bueno. Como buenos hermanos, sed cariñosos
unos con otros,
estimando a los demás más que a uno mismo»
(Rom: 12,9-10).
I.
TIEMPO PARA ABRIRME Y ACOGER LA GRATUIDAD
bueno marcar el tiempo)
(Para cada momento sería
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En cierta ocasión, una niña con cara de distraida con la que conversaba, me hizo un comentario que
cuando lo recuerdo me refresca, especialmente esos días en que me siento extraña aún a mi misma.
Ella me miró como tomando distancia, aun cuando nos sabíamos cercanas puesto que me veía todos
los días en la residencia y me dijo: “Oiga madre: ¿Cuántas veces a usted le habrán dicho, ¡gracias
madre?”. Guardó silencio y se sonrió como repitiendo y afirmando la frase con sus ojos achinados, a la
vez que me clavaban cientos de flechas con aquella frase, puesto que recordé en un segundo a muchas
niñas como ella, a mujeres, a familias completas. La miré con amor, sólo sonreí levemente y le dije:
¡vamos que tenemos que hacer! La abracé y juntas caminamos por el pasillo de la casa pasando frente
a una imagen de la Santa Madre y de San Juan Eudes, que estaba decorada con una de esas plantas
que llamamos “mala madre”. En cada paso sentía que me repetía la pregunta.
Dejamos unos segundos de silencio…
Momento personal
1. La experiencia de gratuidad está en el centro de mi vida. Esta experiencia está ahí, no la puedo
negar, me resulta imponente, innegable. Dejo sentir en mí la sensación del agradecimiento. Me
abro a ser una persona a la que se le agradece.
2. Si, es verdad hemos sido educadas para decir “sólo con el deber he cumplido”, pero ahora
recuerdo a todas las personas que me han dicho: “Gracias, madre”, veo sus rostros llenos de
gratuidad, de fraternidad evangélica, llenos de verdad, de autenticidad. Escribo sus nombres.
3. Me quedo en alguna experiencia de gratuidad vivida con mi comunidad o en otra donde haya
estado. Recuerdo como nos sentimos, los rostros, lo que significó para nuestra comunidad.
Diálogo espiritual comunitario
Comparto mi reflexión con la comunidad
Nos escuchamos y acogemos sin cuestionar las respuestas de unas y otras. Cada experiencia de
gratuidad es escuchada, recibida en la fraternidad y vivida como verdad.
II.
UN TIEMPO PARA CONTEMPLAR, dar gracias por el amor gratuito e
indestructible de Dios.
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Momento personal
1. Doy gracias al Señor por las gracias recibidas, por sus delicadezas, su amor y su cariño.
Me dejo ayudar por algunos textos de la Palabra de Dios:
1 Jn. 3,1a
1 Jn. 4,10
1Cor. 2,9
Leo también, de manera agradecida estos textos de Caritas in Veritate de Benedicto XVI
Texto 1
“Como el amor, no nace del pensamiento o la voluntad, sino que en cierto sentido se impone al ser
humano”. (Cin V 34)
Agradezco las veces en que me he dejado acariciar por las gracias del Señor, por su amor que
me llega, me abraza.
Texto 2
“…si quiere ser auténticamente humano, dar espacio al principio de gratuidad como expresión de
fraternidad.” (Cin V 34)
Acojo los espacios de formación a la gratuidad que me brinda la congregación: la vida
comunitaria, las jornadas y paseos. Alabo y agradezco por ello a Dios providente
Diálogo espiritual comunitario
Invocamos al Espíritu Santo con una oración o canto.
Comparto con mi comunidad las gracias que he recibido en mi consagración y los espacios que
se nos regalan, como también mis experiencias apostólicas en que he dado sin esperar “NADA”
a cambio.
Oramos juntas y damos gracias
Gracias Padre de bondad por haberme creado
y por el mundo que creaste para mí;
gracias por las personas que pusiste a mi alrededor.
Gracias Padre de amor,
Señor de la vida del pasado, del presente y del futuro,
Padre bueno que quieres lo mejor para nosotros y nosotras.
Gracias Padre de misericordia,
porque te conozco y tengo la alegría de amarte.
Gracias porque puedo refugiarme en tu amor,
invocarte en mis necesidades
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y sentir tu presencia.
Gracias, Señor del don de la gratuidad,
porque nada de lo que tengo y de lo que soy
lo obtuve por mérito de mi parte,
todo es fruto de tu amor y bondad. AMEN
“Tienen un corazón hecho para amar, para ser agradecido; pues bien, que la expresión de su gozo y
gratitud suba constantemente hacia nuestro Bienhechor por la insigne gracia de su vocación.
Deseen tener mil vidas para ofrecerlas al Señor y esfuércense en devolverle amor por amor”
(SME)
.
III.
VIVO EL PERDÓN
Momento personal
Me retiro para revisar mi vida de gratuidad vivida en la verdad de la fraternidad. Lo hago a la
luz de algunos textos de Caritas in Veritate.
Texto 1:
“El desarrollo conlleva atención a la vida espiritual, tener en cuenta seriamente la experiencia de fe en
Dios, de fraternidad espiritual en Cristo, de confianza en la Providencia y en la Misericordia divina, de
amor y perdón, de renuncia a uno mismo, de acogida del prójimo, de justicia y de paz.”(CinV 79)
Dejo que este texto me cuestione y pido perdón al Señor porque he desarrollado poco la
dimensión de la fraternidad empobreciendo mi vida espiritual. Pido perdón por la desconfianza
hacia alguna hermana que es desconfianza en la Providencia. Pido perdón por la escasa
renuncia a mi misma, por la poca acogida a la hermana. Por no siempre vivir en la verdad y en
la caridad.
Texto 2
“…el auténtico desarrollo del hombre concierne de manera unitaria a la totalidad de la persona en todas
sus dimensiones” (CinV 11)
Me dejo cubrir por la misericordia del Señor para que me señale las dimensiones de mi persona
que podría poner en práctica para contribuir a que en la vida comunitaria sea más autentica y
verdadera.
Texto 3
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“Por lo demás, sólo el encuentro con Dios permite no «ver siempre en el prójimo solamente al otro»,
sino reconocer en él la imagen divina, llegando así a descubrir verdaderamente al otro y a madurar un
amor que «es ocuparse del otro y preocuparse por el otro»”. (CinV 11)
Pongo ante mí a las hermanas en las cuales me cuesta ver la imagen Dios. Pido perdón al Señor
por ello y busco las gracias que a través de ellas el Señor me ha regalado.
Texto 4
“En la actualidad, muchos pretenden pensar que no deben nada a nadie, si no es a sí mismos. Piensan
que sólo son titulares de derechos y con frecuencia les cuesta madurar en su responsabilidad respecto
al desarrollo integral propio y ajeno”. (CinV 43)
Pido perdón al Señor por querer muchas veces construir la comunidad por mis propias fuerzas
invocando sólo los derechos.
Texto 5
“Una de las pobrezas más hondas que el hombre puede experimentar es la soledad. Ciertamente,
también las otras pobrezas, incluidas las materiales, nacen del aislamiento, del no ser amados o de la
dificultad de amar. Con frecuencia, son provocadas por el rechazo del amor de Dios, por una tragedia
original de cerrazón del hombre en sí mismo, pensando ser autosuficiente, o bien un mero hecho
insignificante y pasajero, un «extranjero» en un universo que se ha formado por casualidad”. (CinV 53)
Busco en mi vida cotidiana las trampas que me pongo muchas veces para aislarme, para
parecer autosuficiente, para no aceptar que hay hermanas que me aman y que me hacen
presente el amor de Dios.
Diálogo espiritual comunitario
Compartimos en comunidad la gracia recibida del Señor en este paso. ¿Qué proceso espiritual viví
en este paso?
Oramos
Padre,
Aquí me tienes, con las manos vacías, recordándome por el ejemplo de
santa María Eufrasia, que Tú eres rico en misericordia.
Dame un corazón nuevo, dame tu propio corazón para que yo pueda
cambiar mis actitudes. Si Tú me das tu Corazón podré entender que cada
persona es preciosa y capaz de cosas admirables.
A quien me golpea, me hiere, yo le abriré mi mano de donde florecerá
el perdón; a los que me rodean les ofreceré lo mejor que hay en mí,
sin esperar nada a cambio; frente a las debilidades y caídas de mis
hermanas no me comportaré como juez y sacaré de mis ojos el tronco
que me impide ver los tesoros escondidos que hay en ellas. AMEN
Danos Señor un corazón nuevo,
derrama en nosotras un espíritu nuevo
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IV.
UN TIEMPO PARA DARME A JESUS
En este paso del método que hemos seguido en el retiro me dejo llevar por el gozo de la vida en común
y hago mis propósitos.
Momento personal
Texto 1
“Al ser un don recibido por todos, la caridad en la verdad es una fuerza que funda la comunidad, unifica
a los hombres de manera que no haya barreras o confines. La comunidad humana puede ser organizada
por nosotros mismos, pero nunca podrá ser sólo con sus propias fuerzas una comunidad plenamente
fraterna ni aspirar a superar las fronteras, o convertirse en una comunidad universal. La unidad del
género humano, la comunión fraterna más allá de toda división, nace de la Palabra de Dios-Amor que
nos convoca.” (CinV 34)
Me hago el propósito de estar día a día con el Señor meditando su Palabra, haciendo mi oración
como una verdadera Lectio Divina.
Texto 2
“…el desarrollo económico, social y político necesita, si quiere ser auténticamente humano, dar espacio
al principio de gratuidad como expresión de fraternidad. (CinV 34)
Me propongo aprovechar y dejar espacio para estar con las hermanas escuchándolas cuando
regresan de una actividad, preguntarles como les ha ido, servirles un té, escuchar con ellas las
noticias, etc.
Texto 3
“Mientras antes se podía pensar que lo primero era alcanzar la justicia y que la gratuidad venía después
como un complemento, hoy es necesario decir que sin la gratuidad no se alcanza ni siquiera la justicia”
(CinV 38)
Me propongo buscar en la Palabra de Dios el tema de la justicia y meditarlo durante un tiempo.
Sugerencia: profeta Amós, carta de san Pablo a los Romanos, 1ª.Cor. 13, etc.
Texto 4
“La criatura humana, en cuanto de naturaleza espiritual, se realiza en las relaciones interpersonales.
Cuanto más las vive de manera auténtica, tanto más madura también en la propia identidad personal.
El hombre se valoriza no aislándose sino poniéndose en relación con los otros y con Dios. Por tanto, la
importancia de dichas relaciones es fundamental.” (CinV 53)
Me propongo no perder ocasión de compartir con mis hermanas los espacios y momentos
comunitarios, preocuparme, interesarme más por las comunidades de la provincia, si es posible
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visitar las comunidades, quedarme algunas veces en ellas cuando estoy de paso, no andar apurada,
disfrutar de cada comunidad de sus sueños y frustraciones, del paso del Señor en cada una.
Texto 5
“A este respecto, la razón encuentra inspiración y orientación en la revelación cristiana, según la cual la
comunidad de los hombres no absorbe en sí a la persona anulando su autonomía, como ocurre en las
diversas formas del totalitarismo, sino que la valoriza más aún porque la relación entre persona y
comunidad es la de un todo hacia otro todo” (CinV 53)
Muchas veces me cuesta aceptar hermanas muy diferentes a mi personalidad, me propongo buscar
lo que el Señor desea aportar a la comunidad y a mi vida con esa o esas hermanas.
Texto 6
“El desarrollo conlleva atención a la vida espiritual, tener en cuenta seriamente la experiencia de fe en
Dios, de fraternidad espiritual en Cristo, de confianza en la Providencia y en la Misericordia divina, de
amor y perdón, de renuncia a uno mismo, de acogida del prójimo, de justicia y de paz. Todo esto es
indispensable para transformar los «corazones de piedra» en «corazones de carne» (Ez 36,26), y hacer
así la vida terrena más «divina» y por tanto más digna del hombre. Todo esto es del hombre, porque el
hombre es sujeto de su existencia; y a la vez es de Dios, porque Dios es el principio y el fin de todo lo que
tiene valor y nos redime: «el mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros
de Cristo, y Cristo de Dios» (1 Co 3,22-23).” (CinV 79)
Hago el ejercicio de buscar mis “parientes” sobrenaturales, para ello me propongo retomar la
lectura de la vida de los santos partiendo por el santo y santa de mi predilección, Santa María
Eufrasia, San Juan Eudes, etc. Hacerlo de a poco en la noche o en el momento que dedico a mi
lectura espiritual.
Texto 7
“La naturaleza es expresión de un proyecto de amor y de verdad. Ella nos precede y nos ha sido dada
por Dios como ámbito de vida. Nos habla del Creador (cf. Rm 1,20) y de su amor a la humanidad. Está
destinada a encontrar la «plenitud» en Cristo al final de los tiempos (cf. Ef 1,9-10; Col 1,19-20).” (CinV
48)
Me hago el propósito de ser más contemplativa del espacio en que vivo, de los jardines, de mi
habitación, de los espacios comunitarios. Cuidarlos, hacerlos acogedores.
Diálogo espiritual comunitario
Invocamos al Espíritu Santo con una oración y/o canto
Compartimos en comunidad los propósitos que nos hemos dado y buscamos uno que entre todas
podamos vivir para ganar en hondura en nuestra vida fraterna.
Podemos terminar orando el siguiente salmo:
Si tú, Señor, no construyes nuestra casa en vano nos esforzamos en ponerla de pie.
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Si tú, Señor, no guardas nuestra ciudad, en vano se esfuerzan los que la vigilan.
Construye Señor nuestra casa: afírmala en la verdad
Construye Señor nuestra casa: levántala sobre el amor
Construye Señor nuestra casa: ponla en pie sobre la fe
Construye Señor nuestra casa: ciméntala en la esperanza.
Guarda nuestra ciudad: libéranos del egoísmo
Guarda nuestra ciudad: sálvanos del pecado de la indiferencia
Guarda nuestra ciudad: rescátanos de la mentira disfrazada
Guarda nuestra ciudad: libéranos del mundo de las injusticias.
Queremos madrugar, Señor, para gastar la vida en tu servicio
Queremos madrugar, Señor, para ayudar a ponerse en pie a los débiles
Queremos madrugar, Señor para comprometernos con los que sufren
Queremos madrugar, Señor, para construir un mundo cimentado en la verdad y la justicia
Danos a entender, Señor, que tú lo das todo y lo pides todo
Danos a entender, Señor, que todo es gracia y todo exige esfuerzo
Danos a entender, Señor, que tu amor es siempre grande, sin medida
Danos a entender, Señor, que somos siervas inútiles a tu lado.
Tú has llenado nuestras vidas con tus dones y riquezas.
Nos has engrandecido porque sencillamente eres bueno y gratuito.
Danos un corazón capaz de compartir con las hermanas.
Danos un corazón capaz de ser en el amor, las PRIMERAS.
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