El ex comandante en jefe del Ejército, general (R

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LATERCERA Domingo 8 de mayo de 2016
Las cuentas
pendientes del
“conde” Fuente-Alba
El ex comandante en jefe del Ejército, general (R) Juan Miguel Fuente-Alba, enfrenta dos investigaciones
judiciales para aclarar el origen de su patrimonio, avaluado en más de mil millones de pesos. En privado, el ex
militar ha señalado que lo sorprendió el estallido del escándalo, debido a que mientras desempeñó su cargo
presentó regularmente declaraciones sobre sus bienes ante la Contraloría, las que no fueron objetadas.
TEXTO: Francisco Artaza FOTOGRAFIA: AgenciaUno/ Archivo
“
Un general es siempre observado, razón por la que debe
ser, en consecuencia, la suma
de las virtudes militares, un
paradigma de nobleza”. El párrafo del discurso que a fines
de 2010 dio el entonces comandante en jefe del Ejército, Juan Miguel Fuente-Alba Poblete, durante la ceremonia de ascenso de dos nuevos miembros del alto mando castrense, figura en
una de las cartas apócrifas que circulan
en internet, en blogs donde se articulan
ex militares que reclaman por la liberación de sus compañeros de armas detenidos por violaciones a los derechos humanos y que ha puesto a Fuente-Alba en la
mira de dos investigaciones judiciales y
de una fiscalización de Contraloría por
eventual enriquecimiento ilícito.
Fue en una de esas cartas anónimas, difundida en internet a mediados de 2011,
justo después de que Fuente-Alba autorizara la presencia de dos generales, en representación del Ejército, en el lanzamiento de la serie de televisión de TVN
Los Archivos del Cardenal -que aborda
casos emblemáticos de violaciones a los
DD.HH. cometidos en dictadura y que
fueron investigados por la Vicaría de la
Solidaridad- cuando se cuestionó por primera vez el patrimonio del ex comandante en jefe, ascendente hoy a cerca de mil
millones de pesos, según quienes conocen
el tema.
La carta, en la que se detallan las propiedades, vehículos y acciones que tenía el
general Fuente-Alba, fue la base de la investigación desformalizada que de oficio
abrió a fines de 2014 el fiscal de la Centro
Norte, José Morales. También fue parte de
los antecedentes que llegaron a manos del
ministro en visita de la Corte Marcial,
Omar Astudillo, en el marco de la investigación por fraude al interior del Ejército de
fondos de la Ley Reservada del Cobre, co-
metidos fundamentalmente entre 2010 y
2014, período en que la institución estuvo
bajo el mando del general Fuente-Alba,
por lo que abrió una arista paralela para
indagar el patrimonio del ex comandante
en jefe.
Duro golpe
El jueves 28 de abril, cerca del mediodía, el
general (R) Juan Miguel Fuente-Alba llegó
a las oficinas de Imaginacción, la empresa
de comunicación estratégica y de lobby del
ex ministro Enrique Correa. Ese día, había
aparecido un artículo en The Clinic en el
que se daba cuenta de la investigación que
llevaba adelante la Fiscalía Centro Norte y
por la cual será citado a declarar en los
próximos días, para aclarar las sospechas
sobre el origen de su patrimonio. Parte importante de éstas se centran en que el ex
militar tenía en el Ejército un sueldo de $ 4
millones.
Fuente-Alba ya había sido contactado por
el programa de TVN Informe Especial, el
que había adelantado para ese domingo un
reportaje sobre las investigaciones relacionadas con su patrimonio y el de sus familiares más directos.
Aunque aparentaba estar tranquilo, el general (R) no ocultó el duro golpe que había
recibido con estas denuncias. Le preocupaba, es especial, que su esposa e hijos se
vieran arrastrados en este escándalo. Tras
contactar al abogado Alejandro Espinoza,
comenzó a reunir la información financiera para intentar aclarar las denuncias. Una
de las prioridades fue conseguir copia del
cheque y la boleta de depósito del banco
Security por $ 14 millones con que acredita
el pago que le hizo en diciembre de 2011 su
hijo Fernando Fuente-Alba por el pie del
departamento 143 de Los Militares 4915.
También recuperó la copia de la escritura
suscrita ante el notario Eduardo Avello por
el general Fuente-Alba, su hijo y el banco
Security, en el que consta la venta del in-
mueble y el traspaso del saldo del mutuo
hipotecario. Todo esto para desmentir la
acusación que se hizo en el abogado Raúl
Meza respecto a que la operación era un
venta simulada. Según lo que el general (r)
ha comentado en su círculo estas no son
operaciones de compraventa simuladas,
sino que se limitó a ayudar a sus hijos en la
compra de casas y que éstas fueron canceladas por ellos.
A sus cercanos, Fuente-Alba les afirmó
que no era efectivo que tuviera un patrimonio de tres mil millones de pesos, como
se dijo inicialmente. Negó también que hubiera dineros mal habidos y les aseguró
que aclararía la situación. Así se lo dijo
también al ex ministro de Defensa Francisco Vidal en una breve conversación telefónica que sostuvieron el viernes 29 de abril.
Vidal lo había llamado para advertirle
que las acusaciones en su contra eran graves y que pediría públicamente que diera
explicaciones. Avisarle era un pequeño
gesto para quien fuera su compañero de
curso hasta quinto básico en el Colegio
Alemán, y con quien volvió a toparse varias veces en los años siguientes. En la Escuela Militar, en los 70, y mucho después,
durante el primer gobierno de Michelle
Bachelet, cuando a Vidal como ministro de
Defensa le correspondió intervenir en el
proceso de nombramiento de Fuente-Alba
como comandante en jefe del Ejército.
No fue una decisión fácil. En el primer
Las sospechas sobre el
patrimonio del general (R) se
originaron en círculos
militares, donde
trascendieron cartas
anónimas que dieron origen a
las investigaciones.
lugar de la quina venía el nombre del general Alfredo Ewing, quien era el preferido
dentro del Ejército. Fuente-Alba no gozaba
de la misma popularidad entre sus compañeros de armas, pues muchos lo consideraban con escasa experiencia de mando directo de tropas. Un militar pomposo y demasiado intelectual -incluso había
estudiado filosofía política-, con una carrera ligada al mundo de la academia (fue
director de las escuelas de suboficiales y de
oficiales y profesor de Inteligencia en la
Academia de Guerra) y a cargos administrativos o de representación (fue jefe de
Comunicaciones en los últimos años de
mando de Pinochet; agregado militar en El
Salvador, Argentina y Estados Unidos y secretario general del Ejército durante el primer año de Juan Emilio Cheyre al mando
del Ejército). Pero nunca fue comandante
de un regimiento.
Una breve comisión de servicio en la CNI,
el aparato represivo de Pinochet, marcó el
destino de Ewing. Aunque aseguró que había sido sólo para funciones administrativas, la mancha en el currículum le cerró la
puerta de la comandancia en jefe. FuenteAlba llegaría al más alto puesto, sin embargo, con muchos detractores.
Si a Ewing se le solía ver de tenida de
combate, a Fuente-Alba le encantaba vestir
la chaqueta blanca de gala, recuerdan ex
oficiales de Ejército. Por eso, y por sus modales siempre correctos, su cuidado lenguaje y por el hecho de que había cambiado su apellido de Fuentealba al más aristocrático de Fuente-Alba, los demás oficiales
terminaron apodándolo a sus espaldas
como el “Conde”.
Ex militares recuerdan que en sus visitas
e inspecciones a los regimientos, a FuenteAlba le gustaba quedarse hablando con los
oficiales y clases más jóvenes, a quienes les
contaba con detalle la historia de la unidad
en la que servían. También acostumbraba
pelear para que retiraran las pinturas blan-
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