La sal y la enfermedad cardiovascular

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Publicado en agosto de 2010
La sal y la enfermedad
cardiovascular
Introducción
Enfermedad cardiovascular (ECV) es un término amplio que incluye accidentes cerebrovasculares,
enfermedades coronarias del corazón (ECC) e insuficiencias cardíacas.
Accidente cerebrovascular (ACV): Un accidente cerebrovascular ocurre cuando parte del flujo sanguíneo
hacia el cerebro se interrumpe. Esto provoca la interrupción del suministro de oxígeno y causa la muerte de
las células. Los accidentes cerebrovasculares son la tercera causa más común de muerte en Inglaterra y
Gales¹, con una estimación de 150,000 accidentes y mini accidentes², y 67,000 decesos anuales por esta
razón (Fundación Británica del Corazón [BHF, por sus siglas en inglés], 2005). Esto equivale al 9% de decesos
masculinos y 13% de decesos femeninos.³
Los ACV, comparados con otras enfermedades crónicas, causan más discapacidades. Las consecuencias de
un ACV son diversas, y quienes lo sufren pueden presentar parálisis, dificultad en el habla, y problemas de
memoria que pueden ser muy frustrantes y difíciles, tanto para quien los sufre como para la familia. Más de
300,000 personas viven con discapacidades, de moderadas a severas, como resultado de un ACV.⁴ El costo
directo de los ACV para el sistema nacional de salud [NHS, por sus siglas en inglés], se estima en £ 2.800
millones.⁵
Enfermedades coronarias del corazón (ECC): ECC es el término utilizado para describir lo que sucede cuando
se reduce o interrumpe el flujo sanguíneo del corazón. La presión sanguínea elevada es un factor mayor de
riesgo para padecer enfermedades circulatorias y del corazón, incluyendo ataques al corazón e insuficiencia
cardíaca. Con el paso del tiempo, la hipertensión sin tratar puede ocasionar un engrosamiento del músculo
cardíaco que puede reducir la eficacia de bombeo del corazón.
La ECC es la causa principal de muerte en el Reino Unido, ya que uno de cada cuatro hombres y una de cada
seis mujeres fallece debido a esta enfermedad. En el Reino Unido, aproximadamente 300,000 personas
sufren ataques al corazón cada año.⁶
¿Quién tiene más riesgo de padecer una enfermedad
cardiovascular?
Las personas mayores, personas que padecen de presión alta,
diabéticos, personas con ascendencia negra y sud asiática, y
fumadores, todos tienen un alto porcentaje de riesgo de sufrir un
ataque al corazón.
Figura 1- Relación entre el consumo de sal y la mortandad por ACV
en Europa occidental. Adaptado de Perry et al 1992
¿Cómo contribuye la sal?
La elevación de la presión sanguínea es una causa importante de las enfermedades cardiovasculares, y es
responsable del 62% de los accidentes cerebrovasculares y del 49% de las enfermedades coronarias. Es
importante destacar que el riesgo de ECV aumenta en todo el rango de la presión sanguínea a partir de
115/75mmHg.⁷ La sal es el factor principal que eleva la presión sanguínea, y por consiguiente, es la
responsable de muchos accidentes cerebrovasculares y ataques cardíacos cada año.⁸ A partir de la reducción
de la presión sanguínea observada en un metaanálisis⁹, se estimó que reduciendo el consumo de sal a 6g
diarios se reduciría el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular en un 24%, y de padecer enfermedad
coronaria en un 18%. Esto prevendría aproximadamente 35,000 muertes por accidentes cerebrovasculares y
ECC al año en el Reino Unido; y aproximadamente 2.5 millones de muertes alrededor del mundo.¹⁰
Dos grandes ensayos aleatorios (Ensayos para la prevención de la hipertensión [TOHP, por sus siglas en
inglés] I y II), analizaron los efectos a largo plazo de la reducción de sal en ECV en más de 3,000 participantes
durante períodos de 18 meses (TOHP I), ó 36-48 meses (TOHP II). Comparados con el grupo de control, los
individuos en los grupos de intervención redujeron su consumo de sal en un 25-30% de un promedio de
aproximadamente 10g diarios, lo cual dio como resultado una disminución de 1.7/0.9mmHg en la PS (presión
sanguínea) en TOHP I, y 1.2/0.7mmHg en TOHP II. Un estudio de seguimiento efectuado 10-15 años
después, mostró que los individuos que originalmente se ubicaron en el grupo de reducción de consumo de
sal, presentaban un 25% menos de incidencia de enfermedades cardiovasculares.
Un metaanálisis¹¹ reciente de 19 muestras cohortes independientes de 13 estudios, con 177,025
participantes, mostraron que el alto consumo de sal se asocia con un incremento significativo del riesgo de
padecer ECV. La reducción del consumo de sal de 10g a 5g diarios reduciría la tasa de accidentes
cerebrovasculares en un 23% y la totalidad de ECV en un 17%. Esto evitaría 0.25 millones de muertes por
ACV y casi 3 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares cada año. Estos resultados sustentan
el papel de la reducción sustancial del consumo de sal para la prevención de las enfermedades
cardiovasculares.
En junio de 2010, el National Institute for Health and Clinical Excellence [NICE, por sus siglas en inglés]
publicó un estudio acerca de la prevención de las enfermedades cardiovasculares, el cual resaltaba la
reducción de sal como la prioridad número uno de las medidas preventivas cardiovasculares. También
recalcó que nuestro objetivo debiera ser lograr un consumo de sal de 6g diarios para el año 2015, y de 3g
para el 2025.¹²
Efecto directo en los accidentes cerebrovasculares
La evidencia indica que el alto consumo de sal también tiene un efecto
directo en los accidentes cerebrovasculares, independiente del efecto
de la sal sobre la presión sanguínea.⁸, ¹³, ¹⁴ Cuando se comparan
diferentes poblaciones, hay una correlación muy estrecha entre el
consumo de sal y la mortandad por accidentes cerebrovasculares,
independiente de la presión sanguínea (Fig. 2).¹³ Otro estudio ha
confirmado esto en un solo país.
Figura 2- Relación entre el consumo de sal y la masa ventricular izquierda
en individuos con presión sanguínea sistólica >121mmHg.
Adaptado de Schmieder, et al 1998.
Efecto directo en la masa ventricular izquierda
El consumo de sal puede producir directa e independientemente el aumento del tamaño del corazón (Fig 2).
Se ha demostrado que la disminución del consumo de sal reduce la hipertrofia¹⁵ de la masa ventricular
izquierda, que es un factor mayor de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Una serie de estudios transversales ha mostrado una correlación positiva entre el sodio en la orina de 24
horas y la masa ventricular izquierda.¹⁵⁻¹⁷ La reducción del consumo de sal ha demostrado una disminución
de la masa ventricular izquierda en personas hipertensas.
Efecto directo en la densidad capilar
Estudios recientes han proporcionado evidencia adicional sobre el efecto dañino directo que el alto consumo
de sal tiene en la densidad capilar, independiente y adicionalmente al efecto que tiene sobre la presión
sanguínea. Un estudio realizado con personas que sufren de PS ligeramente alta encontró que una
reducción modesta en el consumo de sal puede aumentar la densidad capilar de la piel, y que mientras más
grande sea la reducción de sal, más se incrementa el número de capilares. ²²
Consumo actual de sal y consejos dietéticos
Casi todas las personas en el Reino Unido (y en el resto del mundo occidental) consumen demasiada sal. La
cantidad diaria recomendada en el Reino Unido es de no más de 6g al día; el consumo promedio actual de sal
es de 8.6g al día, aunque muchos consumen cantidades aún mayores.
Se ha demostrado que un alto consumo de sal, un bajo consumo de frutas y vegetales (lo que significa un
bajo consumo de potasio), la obesidad, el consumo de alcohol y la falta de ejercicio físico, contribuyen a
padecer presión sanguínea alta. Sin embargo, la diversidad y peso de la evidencia, es mayor para la sal que
para los otros factores. Las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular o enfermedad del
corazón, o que se consideran en riesgo de éstos, deben tener especial cuidado y asegurarse de mantener su
consumo diario de sal debajo de los 6g máximos recomendados.
Referencias
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Hypertension. Published online June 2010. Available at; http://www.actiononsalt.org.uk/evidence/docs/na_capillary_density_hypertension_20101.pdf
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