Material 3(a) PERSPECTIVA TEXTUAL Y PERSPECTIVA

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Universidad Nacional Abierta
Dirección de Investigaciones y Postgrado
Maestría en Educación Abierta y a Distancia
Área de Incumbencia: Diseño y Medios
Unidad Curricular: Comunicación Interpersonal
Análisis del discurso: posibilidades de aplicación
Material 3(a)
(Unidad 2)
PERSPECTIVA TEXTUAL Y
PERSPECTIVA DICURSIVA
EN EL ANÁLISIS PRAGMÁTICO
DEL DISCURSO
Martín, S. (1997). Perspectiva textual y perspectiva
dicursiva en el análisis pragmático del discurso. Actas del
I
Coloquio
Latinoamericano
de
Analistas
del
Discurso. Caracas, 13 al 17 de febrero de 1995. Adriana
Bolívar y Paola Bentivoglio Editoras. U.C.V. Facultad de
Humanidades y Educación. Comisión de Estudio de
Postgrado
(Compilación con fines instruccionales)
SALVIO MARTÍN MENÉNDEZ
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PERSPECTIVA TEXTUAL Y PERSPECTIVA DICURSIVA
EN EL ANÁLISIS PRAGMÁTICO DEL DISCURSO
SALVIO MARTÍN MENÉNDEZ
Universidad Nacional de Mar del Plata
Universidad de Buenos Aires
1. INTRODUCCIÓN: EL ANÁLISIS PRAGMÁTICO DEL DISCURSO
El análisis del discurso es un amplio campo en el que confluyen distintas
interdísciplinas de base lingüística (etnografía del habla, análisis conversacional,
lingüística interaccional, sociolingüística, gramáticas textuales, para citar las más
representativas) y cuyos límites no permiten delimitar un objeto de estudios con
precisión, ni definir una unidad de análisis en forma operativa. Esta imprecisión se
hace manifiesta en la vastedad (y muchas veces vaguedad) con que se define
dicha unidad de análisis que le da nombre.
El análisis pragmático del discurso se propone superar -aunque sea
parcialmente- estos problemas.. Supone no sólo una perspectiva definida, la
pragmática, sino también la definición de una unidad de análisis en términos
operativos que permite abordarla de manera más efectiva para poder analizarla.
Entendemos perspectiva pragmática (Verschueren y Bertuccelli 1987) como
aquella que privilegia la interpretación de los discursos a partir del uso de las
estrategias discursivas que los hablantes, sus sujetos productores, llevan a cabo en
contextos específicos. Esto supone una doble inscripción de la unidad discurso:
a)
inmediata, en situaciones comunicativas determinadas simultáneamente a su
producción concreta y efectiva; y
b)
mediata, en series discursivas particulares que incluyen a las anteriores y
permiten su interpretación e incluyen necesariamente el recorte que lleva a
cabo el analista.
Cuando nos referimos tanto a la categoría de sujeto como a la de contexto, a
la de situación comunicativa y a la de serie, pensamos exclusivamente en
categorías de orden discursivo que pueden caracterizarse, en un primer momento,
PERSPECTIVA TEXTUAL Y PERSPECTIVA DISCURSIVA...
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a partir del principio formal característico del análisis lingüístico tradicional pero
que no implica, de ninguna manera, que deba ser este el punto final del
análisis. El principio formal es el punto de partida imprescindible si lo entendemos
en términos funcionales, es decir, comunicativos; su superación es necesaria para
el tipo de análisis que proponemos.
El análisis pragmático del discurso es pragmático y discursivo, justamente,
porque depende del uso que los hablantes en tanto sujetos discursivos hacen de
su lengua en contextos particulares, i.e., situaciones comunicativas, a partir de la
producción de discursos.
Este análisis es interpretativo. El tipo de interpretación que provee, la
interpretación pragmática, depende, entonces, de un conjunto de variables
discursivo-contextuales que permite lograr lo que finalmente en toda interpretación
se lleva a cabo, i.e., la asignación de un sentido determinado. Y es importante
remarcar el hecho de que hablamos de un sentido ya que la operación que
produce un análisis de esta naturaleza fija los límites en que los sentidos posibles
de un discurso se transforman en un sentido específico y determinado.
Asignar un sentido no pretende negar la polisemia. Simplemente la confirma
al restringir sus alcances y marcar los límites que permiten interpretar de una
manera determinada. Una vez interpretado, un discurso dentro de una serie tiene
un sentido y no otro; es decir, se lo debe interpretar de esa manera y no de
otra. Si cambian las variables, cambiará el sentido. En definitiva, la interpretación
pragmática depende de la inscripción del discurso en una serie determinada. Son
las series discursivas las que permiten llevar a cabo interpretaciones y no los
discursos aislados.
Esta perspectiva pragmática tiene como condición de posibilidad un proceso
comunicativo-que debe entenderse no simplemente como un proceso de
codificación y decodificación de señales a partir de un código común (Jakobson
1960) sino como un pacto intencional en el que son relevantes las capacidades de
los participantes para poder tener y reconocer intenciones (Grice 1975, 1989) a
partir de la activación de los distintos grados de conocimientos compartidos que
poseen (Sperber y Wilson 1988).
El análisis pragmático del discurso se ubica, entonces, dentro de una teoría
pragmático-discursiva que está orientada con el fin de dar cuenta de cómo los
discursos se producen con un fin comunicativo que permite, en definitiva, dar
cuenta del funcionamiento social del lenguaje (Halliday 1982).
El privilegio no solo reside en la perspectiva sino también en la unidad
mínima de análisis que la representa, i-e., que permite operar con ella.
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Es fundamental, entonces, una vez precisados sus alcances, fijar las
características de la unidad de análisis y, por consiguiente, la metodología para
poder abordar un análisis de estas características.
2. LA UNIDAD DE ANÁLISIS: DISCURSO
La unidad de análisis es discurso. Lo entendemos a partir del axioma S+T
donde S se lee como sujeto discursivo y T como texto. Esta unidad es el punto de
partida del análisis pragmático del discurso ya que puede ser descriptiva y
explicada pero debe necesariamente insertarse dentro de una unidad mayor para
poder ser interpretada. Los limites de la interpretación discursiva son los de las
series discursivas. Los discursos particulares la constituyen.
Analicemos cada uno de los elementos que conforman un discurso.
La categoría, a la que podemos denominar tentativamente sujeto-discursivo,
es la que permite asignar a un discurso determinado su coherencia, es decir, un
sentido determinado que no es otra cosa que una explicación que depende de la
situación y de la interpretación de la serie en la que esa situación se inserta. El
sujeto se caracteriza por producir estrategias discursivas que el analista
reconstruye a partir de la descripción de sus recursos, la explicación de su
funcionamiento y su interpretación.
El texto es una unidad semántica que se define por la propiedad que to
caracteriza: La cohesión. Es una propiedad gramatical: está inscripta en el léxico y
en la gramática (Halliday y Hasan 1976).
La dependencia de ambas es mutua: no hay texto sin sujeto. Y no hay
discurso Sin ambos. No es posible un discurso cohesivo sin que sea coherente, La
cohesión es, entonces, una propiedad textual, gramatical. La coherencia,
discursiva, estratégica.
La situación comunicativa es la interacción en la que se produce el
intercambio discursivo por parte de los sujetos que intervienen en ella.
Una serie discursiva es el conjunto de situaciones comunicativas, es decir,
una red de discursos que se relacionan entre si, en principio, a partir de un sujeto
y/o de un tópico común que la limitan al establecer su carácter diferencial.
La descripción de los recursos (gramaticales y pragmáticos) y su explicación
en función de las estrategias discursivas que conforman permiten la interpretación
discursiva ya que necesariamente se ubican en una situación comunicativa y, por
consiguiente, en una serie discursiva particular.
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3. EL PRINCIPIO METODOLÓGICO: LAS ESTRATEGIAS DISCURSIVAS
Las estrategias discursivas son el principio metodológico del análisis
pragmático del discurso. Pero su establecimiento depende de haber, previamente,
establecido las relaciones cohesivas que permiten asignar el significado semántico
del texto y, por ende, del discurso.
Comprender un discurso es básicamente operar sobre la planificación de las
acciones (discursivas) que los sujetos intentan llevar a cabo. Por esta razón, la
interpretación depende de esa comprensión que supone una adecuada descripción
y explicación de recursos.
La mayoría de los modelos de comprensión da cuenta de los recursos en
términos estructurales más que estratégicos. Describe los procesos de
comprensión e intenta su explicación en términos de análisis que se basan en
reglas. Estas reglas operan sobre las unidades estructurales o categorías tanto
discursivas como cognitivas. El análisis que proponemos incorpora las reglas pero
a partir de los recursos que permiten dar cuenta de las estrategias.
Si el modelo es estratégico y no estructural se debe fundamentalmente a que
tanto las explicaciones semánticas como las interpretaciones pragmáticas
privilegian las acciones que los sujetos producen sobre la organización de
producto, i.e., la estructura textual; por eso nuestro enfoque privilegia su
planificación discursiva, i.e., las estrategias que la conforman.
Por consiguiente, la comprensión de las estrategias discursivas, como de
otras estrategias, debe ser óptima. Deben producir los mejores resultados con un
mínimo de "costo". Este "costo" puede formularse en términos de la elección y
combinación de recursos. De ahí que las estrategias difieren de un tipo de
discurso a otro y de un tipo de contexto a otro.
Podemos, a partir de lo dicho, caracterizar una estrategia discursiva en
relación con el fin de la comprensión e interpretación pragmática, como un plan
(pre)programado para la ejecución de una secuencia de pasos con el objeto de
que el resultado final sea óptimo en relación con los otros usuarios de la
lengua. Las estrategias tratan de obtener fines satisfactorios intermedios que en
un momento determinado son (o se supone que son) condiciones óptimas para los
pasos subsiguientes (van Dijk y Kintsch 1983).
Las estrategias discursivas son representaciones globales de los medios que
utilizamos para obtener determinado fin y representan también un estilo, un modo
de llevar a cabo esa acción global de la manera más efectiva posible (Gumperz
1982, Brown y Levinson 1987).
Las estrategias son, en definitiva, modos particulares de combinar recursos
para lograr un determinado fin de la manera más eficaz posible.
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Los recursos que constituyen las estrategias discursivas son de dos tipos:
a) gramaticales: inscriptos en el texto a partir de las distintas marcas que le dan
cohesión.
b) pragmático-discursivas: inscriptos en el sujeto discursivo y, por consiguiente,
en la situación comunicativa. Asignan coherencia.
A su vez dentro de los recursos pragmático-discursivos reconocemos:
b1) pragmático-verbales: son los que tienen una relación directa por su naturaleza
con los aspectos verbales del discurso pero no están directamente inscriptos
en la gramática ya que dependen del sujeto discursivo y de su situación
comunicativa. Por ejemplo: las fuerzas ilocucionarias y las implicaturas
conversacionales.
b2) pragmático-no verbales: son los que tienen una relación directa por su
naturaleza con los aspectos no verbales del discurso que dependen del sujeto
discursivo en la situación comunicativa de la serie que se elige
analizar. Tienen, además, un amplio alcance. Por ejemplo: los recursos
proxémicos, los diferentes tipos de diseño gráfico (en el discurso escrito).
Una estrategia discursiva, entonces, se compone de una combinación de, por
lo menos, un recurso gramatical y uno pragmático-discursivo- No es necesario que
sea solamente una relación uno a uno pero no puede no haber uno de cada uno
de los tipos mencionados. De ahí la dependencia texto/ discurso de la que
hablábamos anteriormente.
En función de las características de estos recursos podemos distinguir dentro
del análisis, pragmático del discurso dos perspectivas complementarias: la textual
y la discursiva.
4. LA PERSPECTIVA TEXTUAL
Hablar de texto como unidad de análisis lingüístico supone adoptar una
perspectiva gramatical. La entendemos en este sentido como un relevo de
principios y reglas que permiten describir y explicar -en términos lingüísticos, al
menos en principio- una materialidad discursiva producida en determinadas
circunstancias por determinado sujeto con una intención determinada que produce
(o se propone, al menos) determinados efectos sobre otro u otros sujetos que
participan de esa interacción. El análisis textual permite dar cuenta
funcionalmente de cómo operan las relaciones léxico-gramaticales en el texto en
tanto una unidad de significado y no de forma. Importa en un análisis de este tipo
describir tas distintas relaciones que son la condición de posibilidad de constitución
del texto: las relaciones cohesivas.
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Básicamente, este análisis provee un mapa textual que representa la
operación que llevamos a cabo para dar cuenta de que efectivamente hemos
comprendido el texto de la situación en la que estamos interactuando (Menéndez
1993). La perspectiva textual es semántica: las relaciones, que se establecen
entre sus partes son constantes aunque sus actualizaciones dependan de cada
texto en particular.
El texto como unidad semántica puede ser explicado a partir de relaciones
cohesivas gramatical izadas como, por ejemplo, la referencia, la elipsis o la
conjunción y lexicalizadas como los distintos grados de la reiteración y la
colocación.
La cohesión textual tiene una doble direccionalidad: por un lado, apunta al
establecimiento de la estructura semántica global del texto, la macroestructura
(van Dijk 1980); por el otro, apunta a fijar las condiciones necesarias pero no
suficientes que permiten interpretarlo adecuadamente, es decir, asignarle
coherencia. El pasaje de la cohesión a la coherencia marca el pasaje del análisis
textual al discursivo ya que la coherencia es básicamente un problema
discursivo. Depende de la situación comunicativa que es la que permite finalmente
que la interpretación que se lleva a cabo sea adecuada en función de su inscripción
en una serie. Los criterios de adecuación son centrales para este tipo de
asignación particular.
5. LA PERSPECTIVA DISCURSIVA
La discursiva es un punto de vista complementario del anterior puesto que su
punto de partida supone el análisis textual. Una vez que se ha llegado a describir
y explicar la conformación del texto, puede intentarse la asignación de una
interpretación a partir de las operaciones que lleva a cabo el sujeto discursivo con
ese texto, es decir, a partir de la conformación del discurso como tal.
La interpretación es un (tal vez, el) problema discursivo y es en la producción
discursiva donde la asignación de sentido se lleva a cabo; asignación de sentido
que da al texto coherencia, es decir, un contexto que lo hace posible en tanto
discurso.
La interpretación depende de la coherencia y la forma de describirla es llevar
a cabo un análisis en término de estrategia» discursiva.
Una estrategia discursiva es un plan que el hablante lleva a cabo con un fin
determinado en función de la situación interactiva en la que se encuentra. Su
conformación depende, como hemos dicho, de la combinación de recursos
gramaticales y pragmáticos.
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Los recursos gramaticales dependen del análisis textual. Los pragmáticos, de
cómo se inscribe el sujeto en una situación particular.
Describir esta combinación de recursos es dar cuenta de una planificación
discursiva particular. Explicar esa planificación permite llevar a cabo, finalmente,
la interpretación de una situación determinada dentro de una serie específica.
6. UN EJEMPLO: UN AVISO CLASIFICADO DE VENTA DE DEPARTAMENTO
Tomemos el siguiente ejemplo. Primero, lo citamos tal como aparece en la
sección de avisos clasificados, del rubro inmuebles, del diario La Nación de Buenos
Aires del día 4 de febrero de 1995.
A 100 mts. Av. Alvear
Dueño Vende
Quintana – Montev
S-piso al frente c-bcon corrido
Gran living comedor 3 amplios
Dorm 2 bños y toilette comedor
Diario cocina office lav depenDencias cochera en alquiler a
Mts. Intermediarios No. Ver 1014hs Quintana 175 1° ‘A’
Luego lo transcribimos segmentado en cláusulas (Halliday 1985) para llevar a
cabo el primer paso del análisis que proponemos, el de la cohesión. Los ángulos
marcan las elisiones, los subrayados, negritas y cursivas, tres ejemplos de
colocación de acuerdo con cada campo semántico pertinente.
1. A 100 mts. [de la] Avenida Alvear, dueño vende <su apartamento>
2. <El departamento queda en> Quintana y Montev[ideo]
3. <El departamento es> un semipiso al frente con balcón terraza.
4. <El departamento tiene> gran living comedor, 3 amplios dormitorios, 2 baños y
toilete, comedor diario, cocina, office, lavadero, dependencias.
5. Cochera en alquiler a metros <del departamento>
6. Intermediarios no <admite el dueño>
7. Ver <el departamento> de 10 a 14 hs.
8. <La dirección del departamento es> Quintana 175, 1ero. ‘A’
El segundo paso del análisis es el estratégico. En nuestro caso la estrategia
discursiva involucrada en este aviso puede denominarse: intentar vender un
departamento a partir de un aviso clasificado.
La situación comunicativa está dada por la publicación en un medio gráfico
que actúa como intermediario entre los sujetos discursivos intervinientes
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en esa situación comunicativa particular: el vendedor (el dueño del departamento)
y los posibles compradores. El diario actúa como medio para que esta situación se
concrete. Por otra parte, se inscribe dentro de una serie mayor conformada (de
acuerdo a un posible recorte específico) por los diferentes tipos de avisos
clasificados de ventas de departamentos que aparecen en toda la sección de este
diario. Este recorte, que no es objeto de nuestro análisis presente, puede variar
de acuerdo con el punto de vista del analista en función del objetivo que se
proponga.
Los recursos que aparecen en la estrategia deben ser dos y cada uno de
ellos, por lo menos, de distinta naturaleza.
Por un lado, tenemos los recursos gramaticales (cohesión gramatical y
léxica), descritos en el análisis de la cohesión en el primer paso. Por el otro, los
pragmáticos; dos de naturaleza pragmático-no verbales: el orden de los elementos
que permiten describir el producto que se intenta vender y el criterio del diseño del
aviso. Dentro de este último podemos distinguir, a su vez: el criterio para la
utilización de las abreviaturas y la utilización de los distintos tipos de
letras. Veamos cómo funcionan. En primer término:
a) Orden de los elementos que aparecen (los números de la derecha remiten, de
aquí en más, al número de cláusula de la segmentación anterior)
1ero. Lugar (general; indica zona) [1]
2do. Quién vende [1]
3ero. Lugar (más preciso) [2]
4to. Características generales del departamento [3]
5to. Características particulares del departamento [4] [5]
6to. Características del tipo de operación (sin intermediarios) [6]
7mo. Horario de visita [7]
8vo. Lugar exacto en donde está ubicado. (8)
b) El criterio de diseño del aviso.
b1) Criterio para utilización de abreviaturas.
En este caso particular se da en: tis. por metros [1]; Montev. por
Montevideo [3]; S. por semi; dorm. por dormitorios [4]; lav. por lavadero
[4]. No hay particularidades en ellas. Son usuales, esperables y fácilmente
comprensibles.
b.2) Utilización de los distintos tipos de letras
Aparecen cuatro tipos de letras:
a) Mayúsculas cuerpo menor para encabezar el mensaje que marcan la zona en
que está ubicado el departamento. [1]
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b) Mayúsculas/minúsculas cuerpo muy grande para destacar el hecho de que es
el, dueño el que vende (luego reafirmado en el aviso por la mención explícita
de que | los intermediarios deben abstenerse). [1]
c) Mayúsculas/minúsculas cuerpo grande que indica el lugar de ubicación. [2].
d) Cuerpo chico: descripción del departamento, condiciones de venta y dirección
puntual chico. [3-8]
Los efectos posibles de esta planificación estratégica ya están enunciados, 'f
parcialmente, en el nombre de la estrategia analizada: vender un departamento. A
su vez, podemos distinguir, cómo llevar a cabo esta operación a partir: de
Jerarquización del producto (resaltando en tres oportunidades la zona en que está
ubicado por tres tipos de letras diferentes que resaltan la cohesión f léxica por
colocación) y las condiciones de venta del producto (resaltado por dos tipos de
letras y por cohesión gramatical (elisión)). Se ve, creo, claramente como los
recursos de distinta naturaleza se complementan para constituir la estrategia
discursiva particular que analizamos.6
Esta estrategia nos permite ver cómo funcionan los recursos de una manera
determinada y a partir de ese funcionamiento podemos llevar a cabo una
explicación particular de la situación en cuestión (Por ejemplo: la zona se privilegia
sobre la mención del precio de la unidad y sobre el hecho de que no tenga
teléfono).
7. CONCLUSIONES
Hemos tratado el análisis pragmático del discurso a partir de enunciar las
características que lo constituyen y ver, luego, cómo operan en el análisis de un
texto particular. Específicamente en este análisis focalizamos el complemento de
las perspectivas textual y discursiva y sus respectivos recursos para llevar a cabo
un análisis de las estrategias discursivas dentro de un tipo de discurso particular:
el de un aviso clasificado. Las características que constituyen este tipo de análisis
fue lo que originalmente nos propusimos y lo que, en definitiva, intentamos
demostrar.
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