Pensador latinoamericano destacado: Héctor Alberto Álvarez Murena*1 mn Latin American outstanding thinker: Héctor Alberto Álvarez Murena m n * 1 Reseña por Ricardo Garzón Cárdenas. Abogado Universidad Externado de Colombia. Profesor de las áreas de Argumentación y Hermenéutica, así como de Ética y Filosofía del Colegio Jurídico de la Institución Universitaria Colegios de Colombia –unicoc–. Coordinador del Departamento de Ciencias Sociales y Humanísticas del mismo centro. Investigador del Instituto Latinoamericano de Altos Estudios –ilae–. Actualmente estudiante regular de cursos de Doctorado en Derecho de la Universidad de Buenos Aires –uba–, e-mail: [[email protected]]. Imagen tomada de [http://blog.eternacadencia.com.ar/archives/2011/16947]. Nuevos Paradigmas de las Ciencias Sociales Latinoamericanas issn 2346-0377 vol. V, n.º 9, enero-junio 2014 pp. 133 a 136 134 Nuevos Paradigmas de las Ciencias Sociales Latinoamericanas issn 2346-0377 vol. V, n.º 9, enero-junio 2014 Pensador latinoamericano destacado Héctor A. Murena (1923-1975), como fue más conocido, fue un poeta, ensayista, narrador y traductor argentino. Inició, pero luego abandonó, estudios en Ingeniería en la Universidad de La Plata y después Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, aún así tuvo una compulsión temprana por la lectura y la escritura. Su vida literaria la inicia con los cuentos de Primer testamento (1946) y luego adquiriría fama como ensayista con el artículo Reflexiones del Pecado original de América (1948), que ampliaría en 1954 en El pecado original de América, donde revisa los dilemas históricos y culturales de América atribuyendo a la europeización, producto de la inmigración, la dificultad de pensar el continente en términos puramente americanos. Aunque su producción literaria es importante, sin duda su aporte intelectual de mayor relevancia radicará en su labor como traductor y gestor editorial. Siendo codirector de la Colección de Estudios Alemanes, de la editorial Sur de Buenos Aires, lugar que ocupó junto con el colombiano Rafael Gutiérrez Girardot (1928-2005) y el argentino Ernesto Garzón Valdés (1927-) se encargó de difundir a los pensadores alemanes de la Posguerra, en particular relacionados con la escuela de Frankfurt, como Herbert Marcuse, Max Horkheimer, Walter Benjamin, Theodor Adorno y Jürgen Habermas. En 1967 realizó las traducciones de una serie de escritos, extraídos del volumen Schriften de 1955, compilados bajo el nombre de Ensayos Escogidos de Walter Benjamin, razón por la cual se le atribuye el haber introducido al berlinés al mundo castellano. La traducción tuvo tal éxito, que fue reimpresa en su totalidad por la editorial Edhasa de España, bajo el nombre Angelus Novus en 1971. Dentro de sus múltiples traducciones se destacan Dialéctica del iluminismo de Theodor Adorno y Max Horkheimer en 1969 y, en compañía de David J. Vogelmann, Crítica de la razón instrumental de Horkheimer, el mismo año. El trabajo de selección, edición y traducción realizado por Murena y sus compañeros de ediciones Sur, no solo repercutió en el contexto latinoamericano, sino en el español, donde, debido al franquismo, los pensadores alemanes, en particular los frankfurtianos de corte izquierdista eran del todo desconocidos. Fernando Savater comenta: “Gracias a Sur leímos la Dialéctica del iluminismo de Adorno y Horkheimer, los primeros ensayos de Walter Benjamin y otros pen- Nuevos Paradigmas de las Ciencias Sociales Latinoamericanas issn 2346-0377 vol. V, n.º 9, enero-junio 2014 Héctor Alberto Álvarez Murena 135 sadores alemanes relevantes, en las traducciones de H. Murena: ¿qué habría sido de nosotros sin ellas...?2” . La lectura y traducción de los filósofos alemanes le permitieron fusionar el pensamiento místico, la teoría crítica y la labor de la traducción en La metáfora y lo sagrado. Una muestra de esta amalgama es el siguiente fragmento: La dispersión por la tierra, la confusión de la lengua tienen por fin indicar otra vez al hombre cuál es su naturaleza, cuál es su destino: la diversidad, el reino de las diferencias. El gesto de Yahveh libera al hombre de la locura del discurso único, de la obsesión del regreso: le indica que el camino de retorno está para él solo a través de la aceptación de la diversidad3. Al parecer por un asunto que tiene que ver más con incorrección política, Murena es olvidado y luego empieza a ser rescatado tímidamente por estudios críticos que reviven diversos aspectos de su obra. Entre los estudios generados por su obra se destacan: Murena, la palabra injusta de Hugo Savino (1985); H. A. Murena de Héctor Schmucler (1994); Relámpago de la duración de David Lagmanovich (1998); Murena un crítico en soledad de Américo Cristófalo (1999); El intelectual ultranihilista: H. A. Murena antisociólogo de Leonora Djament (1999); Murena en busca de una dialéctica trascendental de Silvio Mattoni (1999); El silencio imposición-incomunicación con el nuevo mundo en la perspectiva mítica de H. A. Murena de Leonor Arias Saravia (2000) y Visiones de Babel, una antología de su obra realizada y prologada por Guillermo Piro (2002). Es, en definitiva, un intelectual, un escritor y un traductor con un compromiso con la cultura de su continente, que acercó a la lengua española lo más excelso de los pensadores fundamentales de la Alemania de la segunda mitad del siglo xx; alguien que, con el anacronismo y la intemporalidad que orgullosamente se atribuía, puso una pieza fundamental para la reflexión en las ciencias sociales en Latinoamérica. 2 Fernando Savater. “Ángeles decapitados. La desertización cultural bajo el franquismo”, en revista Claves para la Razón Práctica no 59, de enero y febrero de 1996, citado por Ernesto Garzón Valdés en El velo de la ilusión. Apuntes sobre una vida argentina y su realidad política, Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000, p. 279. 3 H. A. Murena. “La metáfora y lo sagrado”, incluido en Visiones de Babel, México D. F., Fondo de Cultura Económica, 2002, p. 454. 136 Nuevos Paradigmas de las Ciencias Sociales Latinoamericanas issn 2346-0377 vol. V, n.º 9, enero-junio 2014 Pensador latinoamericano destacado Sobre su muerte, circularon versiones acerca de un posible suicidio, que su propio hijo, Sebastián, desmiente así: H. A. Murena se casó dos veces. Su primera mujer fue Alicia Justo; la segunda, mi madre, Sara Gallardo, que tenía ya dos hijos de su primer matrimonio, Paula y Agustín, de hecho mis medio hermanos, pero afectivamente mis hermanos. Durante toda su vida él bebió mucho, probablemente demasiado. Y por cuanto yo sé, bebió aún más durante sus últimos días, en su departamento de Buenos Aires, en la calle San José. Allí fue a buscarlo mi madre un día y lo llevó a nuestra casa en la calle Carlos Pellegrini, donde el cinco de mayo de 1975, a las diez de la noche, murió de un paro cardíaco. Por lo que yo y cuantos estaban presentes en el momento de su muerte sabemos, no se trató de un suicidio4. ef 4 Tomado de una interesantísima “nota aclaratoria”, por llamarla de alguna manera, de Sebastián Álvarez Murena. “Sobre el ‘suicidio’ de mi padre”, en lanacion.com, Suplemento Cultura, disponible en [www.lanacion.com.ar/461942-sobre-el-suicidio-demi-padre], que aporta mucho al conocimiento de Álvarez Murena como persona. 5 Imagen tomada de [http://campodemaniobras.blogspot.com/2009_08_01_archive.html].