CAPÍTULO I EDAD ANTIGUA: LOS DESPEGUES FRUSTRADOS

Anuncio
CAPÍTULO I
EDAD ANTIGUA: LOS DESPEGUES FRUSTRADOS
Egipto, India, China, Babilonia
Todos ellos fueron grandes imperios, donde la cultura y la
creatividad brillaron a altísimo nivel.
En Egipto hubo, desde tiempos muy remotos, escritura fonética, los
jeroglíficos. Se construyeron las pirámides, se usó el Nilo con
sabiduría. Naves egipcias circunnavegaron África, en un viaje de más
de un año.
Sus logros científicos fueron prácticamente nulos. Hay quien dice
que no tenían interés en la ciencia, pero ello no es cierto. Al menos,
les interesaba mucho la medicina, pues les atacaban enfermedades
degenerativas de los dientes y los huesos de las mandíbulas, entre
otras.
Una cosa es segura: no les faltaban genios, ni gente muy capaz, ni
largos períodos de tranquilidad y de paz. Sin embargo no pasaron del
nivel artesanal, de empíricos.
10
RAFAEL ESTARTÚS TOBELLA
La India es famosa por haber inventado la numeración decimal,
incluido el cero (lo que se puede considerar uno de los logros
matemáticos más importantes de la historia); las formas prácticas de
efectuar operaciones aritméticas.
No faltaron tampoco en la India grandes talentos; ni largas épocas
de estabilidad; ni necesidades que remediar; ni curiosidad por la
naturaleza. Pero la India se estancó, se degradó incluso, en el aspecto
científico.
Cosa similar sucedió en China. Los inventos en que China precedió
por siglos a Occidente son muchos, entre ellos la pólvora y los
cohetes, la brújula, la imprenta en bloques. Y otros tal vez menores,
como el trabajo de la seda, las cometas...
Cuando se atribuye a los chinos las cualidades de habilidad,
paciencia e ingenio sin límites, se les hace justicia. Pero tampoco se
pudo desarrollar la ciencia en la China. Algo fallaba, algo muy
importante.
Entre Babilonia, Asiria y Persia, colindantes y emparentadas, hay
más de dos mil años de continuidad cultural. La escritura cuneiforme,
conservada en grandes cantidades en forma de tablillas de arcilla,
indica un gran desarrollo en muchos temas que pudieron haber llevado
a la ciencia. Por ejemplo, observaciones astronómicas numerosas y
muy precisas, matemáticas prácticas para el comercio, plantas
medicinales... pero la ciencia tampoco pudo nacer en su seno (1).
El porqué del fracaso
La explicación puede ser compleja, pero hay unos motivos de bulto
que dan por sí solos razones de mucho peso. El nacimiento de las
ciencias no es tarea fácil. Exige mucho esfuerzo, sin que al principio
puedan verse los resultados. El caso es parecido al de un estudiante
(1) Jaki, The savior..., p. 11-70
EDAD ANTIGUA: DESPEGUES FRUSTRADOS
11
que se inicia en una carrera universitaria difícil: tiene que saltar una
barrera inicial, y para hacerlo tiene que tener mucha esperanza, mucha
confianza y acierto en la estimación de sus fuerzas; si piensa que no
podrá, o si elige una carrera para la que no está dotado, es muy difícil
que supere las horas de estudio ingrato, los desconciertos, el cansancio
y el desánimo de los primeros pasos.
Según las autorizadas opiniones de Pierre Duhem, de Stanley Jaki,
de Mariano Artigas y otros autores, para que la ciencia pueda nacer
hacen falta unas ciertas convicciones básicas que esos pueblos no
tenían. Al contrario, poseían una visión del mundo que ahoga
cualquier esfuerzo para la creación de la ciencia. Veamos algunos de
esos presupuestos que bloquean a la ciencia.
El Panteísmo: un mundo antojadizo
La naturaleza estaba dominada por dioses y espíritus caprichosos y
absurdos en el antiguo Egipto, que a veces tenían formas mitad
animales mitad humanas; los cocodrilos, por ejemplo, eran animales
sagrados.
En Babilonia, las tablillas cuneiformes hablan de gruesas
supersticiones. El mundo sería como un gran animal vivo, al que hay
que aplacar con prácticas orgiásticas, completamente impredecible en
sus reacciones. El mundo se ha hecho descomponiendo a trozos el
cuerpo de una diosa. El Génesis parece pura racionalidad cuando se lo
compara con la cosmogonía babilónica (2)
La India era, y sigue siendo, el país de la magia por excelencia. Las
vacas sagradas son mucho más estimadas y respetadas que los
ciudadanos humanos. Los mitos son pura irracionalidad.
China también pensaba que la naturaleza era como un gran animal,
que era imprevisible e ingobernable. Lo más que se podía esperar era
una cierta sintonía con los poderes ocultos, misteriosamente presentes,
(2) Jaki, The Savior..., p. 37.
12
RAFAEL ESTARTÚS TOBELLA
de la naturaleza. El budismo no mejoró el panorama, pues introdujo
otra fuente de pasividad, de resignación y de irracionalidad que se
sumó a la visión panteísta.
Un tiempo cíclico
La convicción general de esos pueblos era la de un tiempo
sempiterno, en el que la historia se repetía idénticamente, por ciclos.
Una época dorada, de ascenso, es seguida por una época de
degradación. Así ha sucedido desde siempre y así seguirá sucediendo
en adelante. El cosmos sería como una gran rueda de molino en que el
hombre está atrapado. De nada sirve la superación, ni siquiera es
posible. Una ciencia acumulativa, un progreso, no es posible en un
universo cíclico, de eterno retorno. Cuando un hombre piensa que no
hay nada nuevo en la historia, pierde todo interés por la innovación.
Determinismo absoluto: estaba escrito
El hado, el destino, los dioses, tomaban todas las decisiones y no
dejaban al hombre margen de maniobra.
El hombre no sería libre, sería un esclavo con una esclavitud a
ratos dorada, pero insuperable. Nada de lo que pueda hacer puede
aliviarle. El desánimo era completo. En esas condiciones, no puede
nacer la ciencia, que exige, como hemos dicho, confianza y esperanza.
Una organización social inadecuada
La esclavitud, la tiranía de cuerpo y de alma, y el régimen de castas
motivaron que sólo los hombres libres pudieran dedicarse a la ciencia.
Esto restringió mucho el número de personas hábiles, y además, los
hombres libres tenían muchas oportunidades de ocupaciones más
placenteras que el estudio.
Por otra parte, el trabajo lo hacían los esclavos, que eran baratos.
Ningún invento para aliviar el trabajo pesado del hombre, tenía la
menor oportunidad de interesar a quienes decidían. Tampoco se pudo
EDAD ANTIGUA: DESPEGUES FRUSTRADOS
13
conseguir la feliz conjunción del trabajo intelectual con el manual y
artesanal, que hicieron posible el nacimiento de la ciencia.
Grecia: la misma dinámica de muerte prematura
Grecia recibió el aporte de Egipto, de Persia y hasta de la India (en
forma indirecta). Durante 900 años brilló la cultura griega, con
altibajos notables. En ese período nacieron muchas ciencias, pero
murieron más tarde por sí mismas.
La Geometría llegó a una gran perfección. Es una ciencia estática,
basada en unos pocos datos empíricos y luego sustentada en
deducciones.
En Astronomía lograron también algunos avances, que resumimos
en los nombres de Aristarco y de Ptolomeo. La capacidad de los
pensadores y científicos griegos, es proverbial: Arquímedes es aún
considerado como uno de los mayores matemáticos y físicos que ha
producido la humanidad.
En Biología y Medicina, los trabajos de Aristóteles y de la escuela
de Alejandría son aún de actualidad.
El fracaso griego más notable sucedió al tomar contacto con la
dinámica. Según Aristóteles, los cuerpos caen con velocidad
proporcional a su peso: el más pesado llega al suelo antes. Cómo pudo
introducirse semejante error, tan fácil de comprobar, es un misterio.
Y duró años y siglos. Hasta el siglo XIII, o sea mil seiscientos años
después, nadie le contradijo. Los operarios pudieron hacer caer dos
herramientas de peso distinto desde las murallas, y hubieran visto que
llegaban al mismo tiempo al suelo. Ningún estudioso griego pudo
legar a sus sucesores ese modesto grado de curiosidad, que hubiera
mostrado si hubiera realizado y consignado tal experimento.
14
RAFAEL ESTARTÚS TOBELLA
La materia tan pronto se consideraba penetrada de propósitos,
como cuando caía "porque buscaba su bien, que estaba en el centro de
la tierra", o desprovista completamente de finalidades, incluso en
hombres y animales, como acaecía en Demócrito, llevando a otra
imagen totalmente irreal, panteísta, y llena de contradicciones.
¿Por qué todo quedó en casi nada? Por motivos muy parecidos a
los de los demás imperios antiguos. Se creía en la eternidad del
mundo, en los ciclos de eterno retorno (Aristóteles lo considera un
hecho, lo consigna explícitamente; dice que todas las opiniones que
asignan un comienzo al universo son contradictorias; y afirma luego
que el universo es inmortal y divino) (3).
Se creía en el hado y en la inexorabilidad de los acontecimientos.
La perspectiva del mundo era panteísta, pan-emanacionista, panbiológica. La naturaleza no sería racional, sino mágica. Pitágoras
atribuye a los números poderes divinos. La esperanza retrocede.
Los juguetes mecánicos ideados en Alejandría no sirvieron para
producir máquinas que ayudasen a los mineros: no hacía falta, porque
los mineros eran esclavos que "no las necesitaban". La dignidad de la
persona humana era desconocida: en el Museum de Alejandría, se
hacía vivisección con seres humanos (Hull, L. W. H., "Historia y
Filosofía de la Ciencia", Ariel, Barcelona, 1989, p.123). La ciencia
acabó siendo agobiante y desesperante. No se pudo continuar.
El Imperio Romano: No a la ciencia
Los romanos, inteligentes y prácticos, estuvieron en íntimo
contacto con las culturas orientales y conocieron bien lo que de
ciencia quedaba en ellas. Con certera perspicacia, se desinteresaron
(3) Jaki, The Savior..., p. 50.
EDAD ANTIGUA: DESPEGUES FRUSTRADOS
15
totalmente del tema. Sólo asimilaron algunos aspectos muy prácticos:
mapas, construcciones... pero comprendieron que la ciencia era una
utopía fracasada, que no era viable. Un pasatiempo, un juego del
espíritu sin consecuencias, que no merecía la pérdida de tiempo que
ocasionaba.
Conclusión
En la Edad Antigua, las grandes culturas no llegan a desarrollar una
ciencia acumulativa y sistemática; por no tener unas bases
conceptuales firmes bien compartidas ni una adecuada visión de la
naturaleza, de la historia y del hombre. Los nacimientos de la ciencia,
acaban en frustración e indiferencia, por falta de resultados, de
convicciones directrices adecuadas y de ilusiones. La sociedad era,
respecto a la ciencia, como un magnífico automóvil, pero sin motor
(4).
(4) Jaki, The Savior...; Artigas, Ciencia...; Artigas, Filosofía..., p. 351-352.
Descargar