EPIDERMIS FOLIAR DE LAS «SELAGINELLA» E s o s espacios incoloros están localizados uno en cada convexidad de la línea serpenteante que marca los límites de las células. E n ningún caso los he visto del lado c ó n c a v o de ella. T a m bién faltan de un m o d o absoluto en los puntos d o n d e se tocan tres células (fig. i ) . Las dimensiones de esos espacios incoloreados son siempre m u y pequeñas, pero a pesar de ello oscilan entre límites bastante amplios. La observación atenta de esos espacios revela que no se trata, c o m o su e x a m e n superficial hace creer, de poros excava- F i g . 2.—Las mismas células d e la figura a n t e r i o r e n f o c a d a s un p o c o p o r debajo d e la cutícula. Hacia arriba s e ven los fondos d e las fositas; abaj o a p a r e c e n los e s p a c i o s intercelulares. C o n d i c i o n e s ópticas i g u a l e s a las de la figura i. dos en la pared exterior de las células epidérmicas, sino simplemente de huecos o fositas formados por la separación local y repetida de las paredes laterales contiguas de cada dos células a d y a c e n t e s . E n efecto: O b s e r v a n d o c u i d a d o s a m e n t e las células dibujadas en la figura I con enfoque paulatinamente descen- dente, se ve, junto con el suavizamiento progresivo de la curva sinuosa del contorno de las células, un progresivo angostamiento de los espacios incoloros (fig. 2), los cuales, finalmente, Trab. del Mus. N a c . de Cicnc. Nat. de Madrid. —Ser. líot., nlím. 19.—1925. des-