por las investigaciones

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CAUMONT, A., MOLLA, R. y GNAZZO, T.- El mandato verbal.
Rev. A.E.U.. 74 (NP Extr.): 503 512. 1988.
-
1.6. El mandato verba!
por les Eses. Arturo Caumont,
ESCRIBANO VILLANUSTRE.- El tema que
el día de hoy es "El mandato verbal para
ttataremos en
negocios solemnes", y estará a cargo de los distinguidos
colegas Escribanos Gnazzo, Mella y Caumont, que
Roque Molla y Teresa Gnazzo.
La tesis se basa en dos pilares: por un lado, en un
aspecto teórico y, per otto, en un aspecto de Derecho
Positivo. El aspecto teórico guarda directa relación o
atingencia
con
principios
de la Teoría General del
ttavés de la docencia
Derecho Civil y, en particular, con la teoría General del
que ejercen en la Facultad, por la vocación decente de
todos ellos y per la pasión que sienten per les temas de
Negocie Jurídico. O sea que partimos de la base de que
no pueden darse soluciones prácticas que no estén
informadas por conceptualizaciones teóricas claras y
muchos de ustedes conocerán
a
Derecho Civil.
El tema que hemos seleccionado esta noche es de
indudable practicidad. El mandato, en términos genera-^
les, y el que
nos va a
ocupar esta
noche, tiene todavía
muchos aspectos no aclarados aún sobre los que la
doctrina no es unánime. Estamos convencidos -y segu
también lo estarán ustedes- de que los distin
guidos colegas que nos visitan habrán de echar un poce
ramente
más de luz sobre
sobre el mandato
La
penumbra que todavía se cieme
verbal para negocios solemnes.
esa
primera parte
de la charla de esla noche
estar a cargo del Escribano
la
palabra el
Escribano
idea
Roque Molla
y, por
último, la
Después dispondremos
de
breves momentos para hacer preguntas porque la
que esto no sea una clase magisttal sino que
es
queremos dar la posibilidad de intercambiar puntos de
vista y salir todos enriquecidos de esta charla.
Con ustedes el Escribano Caumont.
co
ESCRIBANO CAUMONT.- Ante todo, agradez
las palabras del colega y la distinción que se hace,
inmerecidamente de mi persona, pero muy merecida
mente de la persona de los ettos dos disertantes.
Per disponer solamente de 15 minutos de acuerdo
reglas preestablecidas, el tema que voy a ttatar no
podrá desanollarse sino de manera muy limitada. Por lo
tanto, comprenderán que en tan corto lapso no puede
emitirse o realizarse un desanoUo completo de la temá
tica; sin embargo intentaré hacerlo. Posteriormente, per
a
las
medio de la intervención a ttavés de preguntas de todos
ustedes, podremos aclarar ciertos aspectos que, even
tualmente, hayan quedado
en
el tintero.
Cabe aclarar que la posición que he adoptado con
respecto al tema es compartida técnicamente por el
Doctor Andrés Marino, a tiavés de dos trabajos que se
publicaron
sucesivamente
en
los Anuarios de Derecho
Civil. Por esta razón hablaré en plural, a modo -en cierta
forma- de homenaje al Doctor Marino, quien también es
coautor del
pensamiento.
como
últimos en criterios que no guardan relación directa con
la ciencia,
per ejemplo, el desvirtuado criterio de
notarial a tiavés de cuyo desnaturalizado
incumplen muchas veces claros dictados e
como
seguridad
empleo se
imperativos técnicos emanados de forma directa de
principios científicos insusceptibles de desobediencia.
Caumont. Luego hará uso de
Escribana Teresa Gnazzo.
unos
va a
realidad, el derecho es una ciencia, y
tedas, tiene un método científico, y si no partimos
de elementos teóricos, no vamos a peder tomar decisio
nes prácticas con fundamente, o tal vez diluiremos estos
coherentes. En
En el aspecto teórico, la tesis se basa, más que nada
imposibilidad de ttansferir una forma solemne
requerida a texto exprese, que es la única manera en que
la solemnidad puede ser legítima en nuestto derecho. Es
decir, debe o es impuesta por una norma jurídica expre
sa. En concreto, un negocio que requiere solemnidad no
puede ttaspasarla hacia otto que no la requiera. En estos
términos, la solemnidad como forma especial de emi
sión del consentimiento tiene dos perspectivas de aná
en
la
lisis:
una
formal y otta sustancial.
es asi porque en verdad
Y elle
muchas
ocune
-como
ignora al olvidar injustificadamente el
propio texto explícito y semánticamente implícito del
art. 1261 ce, que estatuye sólo cuatio requisitos de
veces se
validez de los conttatos y, no cinco- que la solemnidad
constituye en elemente autónomo de validez
no se
conttactual respecto de les componentes del elenco de
requisitoria de vaüdez, porque desde todo punto ontoló
gico de referencia ella es en realidad consentimiento en
sí misma, sólo que emitido con forma especial: La
solemnidad es una forma especial de emisión del
consentimiento, aserto a ttavés del cual pedemos inttoducimos en la única aprehensión cognoscitiva cientifíváUda del art. 1261 C.C. que conduce a con
cluir en lo único que al respecto admite dicho texto en
sede de interpretación, es decir, que siendo cuatto
camente
solamente les
requisitos de vaüdez -y/o de existencia
según la problemática planteada por las investigaciones
civilistas de mayor enjundia que desgranan sutiles dife-
504
REVISTA DE LA A.E.U.
renciaciones claves
entte validez y
entte elementes, presupuestos y
existencia y aún
requisitos- la solemni
dad no puede ser sino en verdad une de eses cuatto
requisitos, pero configurado de manera especial. Y ese
requisito que configurado de modo especial se convier
te en tal solemnidad no puede ser sino únicamente el
consentimiento, entte otras causas, porque no puede ser
razonablemente referido ni al objeto, ni a la causa ni a
la capacidad. Siendo, pues, la solemnidad una forma
especial de emisión (configuración/conformación) del
consentimiento, el tema no puede dejar de reconocer
come base técnica de su propio plantee una disquisición
científica entte forma y contenido, disquisición -a su
vez- que hunde sus más preciadas raíces en dominios
propies de la filosofía (general) y de su rama especial la
lógica, teneno en el cual y más allá de las legítima
discrepancias que respecte de ottes segmentos de su
pensamiento puedan plantearse, trazó Hegel un lineamiente cognoscitivo de cuya firmeza todos los pensado
han nutrido y que radica en sostener que forma y
materia se implican de manera tan inescindible como
res se
en
materia, siendo sólo
intelectuales que ambos conceptos
en
dominios
pueden independi
zarse.
Es
a
partir de la fijación conceptual de estas bases
teóricas que configuran el marco técnico dentto del cual
se plantea el problema en estudie, que surge la primera
argumentación científica en favor de la tesis que sosten
go y defiendo con aportación de fundamentos nuevos
respecto de su formulación originaria promovida en el
país por Aguine González, pero reestmcturada y reelaborada con mayor desanolle y profundidad en virtud de
las investigaciones que con el Dr. Marino he emprendi
do. Esta primera argumentación reside en afirmar que el
tiaslado de la solemnidad de un negocie a otto no puede
realizarse de ninguna otta manera que no sea, indefec
tiblemente, con el consentimiento del cual aquella so
lemnidad es forma especial emisión, y ello porque como
vengo de explicar forma y materia, vale decir, solemni
dad y consentimiento son de verdad inescindibles.
Por ello es que si, per ejemplo, al mandato con
representación para celebrar una compraventa de un
bien inmueble se le ttasvasa la solemnidad de ésta, se le
impondrá necesariamente la forma especial de emisión
del consentimiento de esa compraventa que se compone
de la acumulación sucesiva y cualitativa de propuesta de
vender y aceptación de comprar, segmentes configuratíves del consentimiento de la compraventa, que por
hipótesis son completamente diferentes a les
propia
segmentos constitutivos del consentimiento del manda
es decir, propuesta de encargar la realización de un
to,
de realizarlos.
negocio de gestión y aceptación
Una segunda línea argumental teórica
sostener que riñe con
principios
reside
Negocio Jurídico
siempre a la que con respetuoso y silencioso sacrificio
oscuridad
me he empeñado en rescatar de la inmerecida
General del
(N' Extr.). 1988
que se la ha sumido en menoscabe de la insoslayable
puede imponer a un
celebrar
una
mandato
con
representación para
compraventa de inmueble requisitos de
validez propios y específicos de este último negocio que
en
-realidad al memento de perfeccionarse aquél- tiene
posibilidades de existir como de no existir. Tal
lanías
mecanismo conduce además a plantees abiertamente
opuestos al propio planteo técnico de insubordinación
que Narvaja trató operacionalmente al centtato de
mandato haciéndele de veras insusceptible de subordi
con
dependencia estmctural respecto de ettos
específico del negocio de gestión
cual se concluyó o perfeccionó y con el cual
nación y de
conttatos y
de modo
para el
únicamente tiene
un
vínculo de funcienaUdad sólo
negocio de gestión se perfeccio
se actualiza jurídicamente.
actualizado cuando el
na, esto es, a su vez,
Esto, que parecería bastante sencillo, adquiere un
vise de
complejidad en este aspecto. Supongamos que
cuando confiero el mandato o, inclusive, el poder,
habrán podido notar que se pueden utilizar cualquiera
-
de les des términos- para celebrar una compraventa de
un bien inmueble, resulla claro que la compraventa
puede o no llegar a otorgarse, no sé si ese negocio se va
a actuaUzar jurídicamente. Es verdad que puede fmsttarse; puede existir o no. Tiene tantas posibilidades de
existir come de no existir. Al momento en que se celebra
el mandato, esa eventualidad es una contingencia in
cierta de realización o no. Entonces, ¿cómo es posible
que se le esté imponiendo por un centtato que, repito,
tiene tantas posibilidades de existir como de no existir,
un
requisito de solemnidad a otio? Esto parecería con
equivocación de la tesis conttaria.
firmar la
Supongamos que la compraventa no existe. Efec
tivamente, ese mandato quedó con un requisito de
solenmidad -que es un requisito de validez del contato-
impuesto por ote que no llegó a existir. Parecería que
conttadice el plantee de insubordinación del man
dato a cualquier otto negociojurídico centtactural o no,
que Narvaja hace en su plantee en el Código Civil.
esto
La tercera
argumentación teórica
en
favor de la
tesis que propongo radica en afirmar que si se procede
a ttansferir la solemnidad de un negocie a otto, come tal
solemnidad
es
insusceptible de separarse del consenti
miento que es a su vez la materia que ella delimita, se
colocará a los conttatantes del mandato en un proceso de
consentimiento que no es el perteneciente a dicho
mandato y se colocará específicamente al mandante
porque teóricamente es el que micia el íter consensual
-
en
básicos de la Teoría
gran olvidada de
-esa
T. 74
precisión conceptual con que todo jurista debe frabajarla idea de imponerle a un contiato, requisitos de validez
preveitíentes en verdad de otio centtato que con respec
to a aquél se sitúa en ineversibles términos de eventua
lidad pura. Basta pensar para concluir así, en que no se
inexorable: la materia sólo existe formada y la forma es
la delimitación de la
-
la propuesta- ante un interlocutor recepticie inváli
do puesto que el destinatario mandatario no tiene onto
vocación de recibir una propuesta de venta,
con
lógicamente
(que es la que se ttasvasa junto con la solemnidad cuya
505
DERECHO CIVIL
ttansferencia viene a exigirse por la tesis mayoritaria
conttaria), smo de mandato.
Y una cuarta argumentación teórica reside en
sostener que con la tesis que prepongo no hay desvirtuación alguna de la función de la solemnidad, es decir, de
advertencia al centtatante sobre la importancia del
negocio que va a realizar, porque en términos estticta
mente
técnicos cuando el representante actúa en el
solemne de gestión es advertido por dicha
negocio
solemnidad, pero
a su
ttavés
advertido también el
es
representado puesto que por obra y mérito del artículo
125 del Código Civil -que consagra la esencia misma de
la representación- la centtatación por un representante
produce les mismos efectos que se producirían si hu
biera contatado el representado y desde que la sustan
cia o médula de este
singular instituto no es sino lo que
el propio vocablo que lo significa jurídica y semántica
mente
indica
con
claridad
=
hacer presente
a
aquél
en
cuyo nombre se actúa.
Todos los planteamiento teóricos se basan o tienen
una
conexión funcional
con un
aspecto de Derecho
Positivo pero, antes de éste, con un principio general del
admitirá en juicio la pmeba testimonial, sino de confor
midad con el articule 1594 y siguientes del Código
Civil; y agrega: "ni la escritura privada cuando las
leyes requieran
escritura pública"
.
funcionalmente con la
de Derecho Positivo. Nosottes entendemos que el ar
tículo 2053 del Código Civil legisla en materia de con
La base teórica
se conecta
Repito que es el contenido de la solemni
es forma especial de emisión del
consentimiento. Y ahí eslá el requisito de validez del
sentimiento.
dad, puesto que ésta
contiato. El
inciso 2-, reitero, eslablece que el mandato
expreso puede otorgarse per escritura pública o privada,
por carta, conespondencia y aún verbalmente. Con
infrecuente permisibilidad, el Código autoriza la oralidad en la centtatación, lo que me parece muy conecto
porque se atiende a la buena fe y al la libertad de la
centtatación. Cuanto menos reglado sea un comporta
es. Ustedes saben que existe una super
abundancia de normas y, muchas veces, cuantas menos
miento, mejor
normas
haya, mejor es.
Pues, muy bien. Entendemos que ahí se está regu
lando el aspecto del consentimiento, algo que la tesis
Derecho Civil que es aquel que, en materia de solemni
dad sostiene que no hay solemnidad sin texto exprese.
conttaria, por supuesto,
Ese
es un principio general que informa al Derecho
Positivo. Así, el artículo 1261 in fine dice: "lasformas
que la ley imponga" De esa forma se concluye que no
hay solemnidad sin texto legal expreso.
imposición de la solemnidad a texto exprese.
La interpretación que nos parece conecta, desde el
punto de vista técnico, es que en este inciso 4' no hay una
Si ese es el plantee inicial, parece una paradoja que
hay que moverse cuando se ttata del perfeccionamiento
válido de un contrato. Consideramos que hay, sí, un
problema de pmeba enjuicio, tal come reza literalmente
.
las dos posiciones, más
o menos
perfiladas
con
nitidez,
partan del mismo principie pero lleguen a conclusiones
diferentes. Hoy en día ambas posiciones parten de un
denominador común, que es ese principie de Derecho
Positivo: no hay solemnidad sin texto legal expreso.
Ahora bien, una dice que eso es así, pero que no hay
expreso que legalmente imponga al mandato con
representación para celebrar un negocio solemne, for
ma especial de emisión del consentimiento; la otia
posición, per el conttario, sostiene que tal texto existe y
es el inciso 4' del art. 2053 de nuestto Código Civil.
texto
una
Hay que enconttar, entonces, el fundamente -que
de las tesis reconoce- que hace viable sostener la
solemnidad del mandato verbal. El art. 2053, inciso 4°
del Código Civil es ese fundamento, a pesar de ser
inciso 4-
es
utilizado
Código impene
deben guardar armonía entte sí.
El artículo 2053 es muy especial.
El codificador
existente, porque sino, mal puede hablarse de
A texto expreso, Y muy claramente, el codificador
dice que, con todo, no se admitirá la pmeba en juicio.
Eso aleja la cuestión del área del perfeccionamiento del
contiato y del consentimiento. No puede ser de otia
manera, a nuestio
que el mandato puede ser expreso o tácito. El inciso 2°
dice que el expreso puede otorgarse per escritura públi
Pero
privada, por carta, conespondencia
mente.
El inciso 3** establece cuándo
o
aún verbal-
hay
mandato
tácito, y el cuarto, en el que se basa la tesis conttaria para
requisito de solemnidad
ley, sostiene que, con todo, no se
sostener la existencia de un
impuesto
per la
base de
en Derecho umguayo.
Por lo tanto, un requisito de pmeba presupone que
lo que debería eventualmente probarse es un objete que
comienza haciendo una clasificación del contrato. Dice
ca o
tesis, el
come
existente
es válido o
hay que olvidarse de la regla que el
el sentido de que todas las normas
en esa
Todos sabemos que les requisitos se distinguen en:
requisitos de pmeba y requisitos de solemnidad. El
requisito de prueba, presupone, lógicamente, un objeto
probable válido; de lo conttario, mal se puede estar
hablando de requisitos de pmeba. En este sentido, hay
una anteposición entológica y lógica de los asuntes. En
definitiva, cuando se habla de requisitos de prueba de
está presuponiendo que el objeto de la pmeba es un acto
o una situación jurídica, un hecho o le que fuera,
requisito de pmeba.
en
imposición,
el artículo.
leer no solamente el inciso 4^ de dicho artículo sino todo
texto, porque no
admite. Pero
referencia al ámbito del consentimiento, que es en el que
bastante cuestionado en la actualidad. Es recomendable
su
no
como
juicio, porque el problema del con
sentimiento se ha resuelto en el inciso 2^ de ese artículo.
además, supongamos que el artículo 2053 inciso
4^, hablara de un problema de requisitoria de validez, y
no
de prueba. Este
lo jurídico,
es
es un
decir,
método de análisis
aplicable a
por el absurdo. Entonces
de que en el inciso 4° se esté
razonar
planteemos la hipótesis
legislando sobre un problema de validez y perfecciona-
506
REVISTA DE LA A.E.U.
miento válido del contiato. Sin embargo tampoco existe
aquí ninguna imposición de solemnidad, porque la letia
bastante clara al establecer que
es
admitirá la
no se
escritura
privada cuando las leyes requieran un insttumente público. Cree que en semántica es bastante clare
que el modo en que está utilizado el verbo "requerir" no
indica al interprete que ese sea el inciso que impene la
solemnidad. Entiendo que hay allí una norma de remi
sión
en
blanco
a otras normas.
Reitero que no creo que se ttate de un problema de
validez sino de
requisito de prueba. Cuando se dice
Damos por sentado que
en
-
T. 74
(N= Extr.), 1988
materia de representa
con carácter
ción, la teoría aceptada prácticamente
es la Uamada teoría de la representación, para
distinguirla de la teoría de nuncio o mensajero que
pattecinaba Savigny, quien entendía que no había vo
luntad del representante en el negocie final, sino que ese
representante simplemente ttaía un mensaje: era un
simple portador de la voluntad del representado.
Tampoco participamos de la llamada teoría inter
media, que fue depurando la posición de Savigny en
unánime
mérito de la docttina alemana
que no se admitirá la pmeba en juicio si no es de
conformidad con..., hay, exclusivamente, una repeti
a ttavés de autores que
entendían que, en realidad, había una cooperación de
ambas voluntades: la del representante y la del represen
ción de les principios
tado.
un
generales de prueba en materia de
obligaciones y conttatos.
Para finalizar, tal vez
sea
conveniente recordar des
puntos.
En primer lugar, si hago
lo
2053, inciso 4-,
hablando de
un
como
interpretar o leer el arti'cu
si efectivamente
problema
se
de validez, sería
estuviera
caer en
el
absurdo de hacer sostener al codificador que no se puede
probar por insttumento privado un acto que es nulo por
no haberse hecho en insttumento público.
Ejerzo
mi
profesión
mucha
preocupación,
márgenes
de riesgo muy grandes. Per eso pediría que no se
ttaspasaran los límites de la ciencia en peijuicio de esta
misma, atendiendo a problemas personales de temor,
como
con
todos, porque muchas
veces tenemos
porque eso está más acá de la ciencia. Prefiero que me
observen eventualmente un título con la verdad y no con
un
desajustado
criterio de
seguridad.
Una
cosa es no
nulo y otta porque no se puede
probar que lo que viene a decir una persona con mandato
aceptar algo porque
verbal
es
cierto. En este sentido la teoría que hemos
diariamente el Derecho Civil, es en verdad un intento de
reafirmar a éste en su propio carácter científico.
ESCRIBANO MOLLA.- Ante todo
quiero preci
que, por primera vez en este tipo de charlas me toca
a mi hacer el papel de villano de la petícula. Y le digo
con total responsabilidad, porque dentto de mis posibi
sar
lidades, creo haber estudiado el problema y, lamenta
blemente, no puede acompañar la teoría del doctor Cau
mont y de laEscribana Gnazzo. Y es hasta con pesar que
puedo abdicar de lo que es,
en
realidad, la posición
el tema, porque las consecuencias que
derivan de ese mantenimiento de la tesis ttadicional sen
ttadicional
en
gravedad.
En primer lugar quiero sentar algunos presupues
deben
tes, es decir algunos conceptos que entiende
convenirse entte las partes de una discusión. Siempre
digo que para peder discutir, lo primero que hay que
hacer es ponerse de acuerdo. En ese sentido, simple
mente lo hago a ti'tulo enunciativo porque conozco la
opinión de les colegas y se que tienen el mismo pensa
realmente de exttema
miento.
teoría recibe la perfección, desde el punto de visla de la
misma teoría, de un autor austríaco, que recoge todas
estas opiniones, las decanta y llega a la concepción que
actualmente
predomina, es decir, que hay un primer
negocio que es el que llamamos poder o negocie de
apoderamiento, en el que hay una sola voluntad, que es
la del futuro representado en el acto. El poderdante da
el poder que une lateralmente, por un negocio jurídico
unilateral.
Esta relación de
puede
o no estar
peder,
vinculada
en
mi criterio
a una
discutible,
relación llamada
"base". El caso más típico es el que estamos manejando,
o
sea, cuando estamos en
rido
con una
presencia de un poder confe
relación base de mandato.
En realidad ,tenemos ttes conceptos a diferenciar:
y representación. El mandato es un
es
elaborado con el Dr.Mariño con tanta preocupación por
los sutiles problemas de alta juridicidad que plantea
no
Finalmente, está la teoría llamada de la representa
ción, que distingue netamente des negocios y dos vo
luntades, sin ningún tipo de conexión entre ambas. Esta
poder, mandato
centtato, un acuerdo de voluntades. El poder o negocio
de apoderamiento, es un acto unilateral de voluntad. La
representación es un fenómeno que se da con dos
elementos: el poder y el actuar en nombre ajene. Es
decir que determinada la absoluta autonomía de este
negocio de apoderamiento, con su voluntad única come
negocio jurídico unilateral, tenemos una voluntad que
es la del representado. Y aquí discrepo con el Escribano
Caumont. Y en un segundo memento, cuando el desig
nado apoderado resuelve -porque, evidentemente, es
una declaración de voluntad recepticia la que le expide
el poderdante- hacer use de ese poder conferido, cuando
actúa en el negocio final o en el de gestión, tenemos otta
voluntad, la del representante, que
independiente de la
del
es
absolutamente
representado.
Entiende que el poder puede ser totalmente inde
pendiente de una relación base de mandato y, justamen
te, por ese carácter autónomo, independiente e instmmental, puede quedar en una etapa de absoluto estatis
mo, como un date meramente histórico, en la medida en
que
nunca es
utilizado.
Puede suceder también que, simultáneamente con
el conferimiento del poder, que es la situación más
común -per eso la confusión que realizamos entte peder
DERECHO CIVIL
507
y mandato- tengamos la propuesta de un contrato de
mandato. Cuando el apoderado está actuando en repre
sentación de su poderdante ejercita ese peder y, a la vez,
perfecciona el contrato de mandato.
El segundo concepto o presupuesto de esta discu
sión
que tenemos que hablar de conttatos, porque es
la situación que plantea mayores vicisitudes. Como
todos sabemos, uno de los elementos del centtato es el
es
consentimiento. Este es un resultado que se compone,
ahora sí, de dos volunlades: la de la propuesta y la de la
aceptación. Considere ajeno a un estricto rigor científi
co pensar en la posibilidad de utilizar un poder verbal
para adquirir y exigir un peder solemne para vender. La
solución tiene que ser la misma, o sea, admitir -y en ese
también han coincidido los compañeros- que el poder
verbal
es
apto
tanto para una cesa como para
porque, justamente a lo que van
do, que es el consentimiento.
a
la otta
llegar es a un resulta
El tema, se puede analizar desde des ángulos. El
primero de ellos es el más conttovertido y el segundo no
le
es tanto.
El Derecho
es una
ciencia distinta de la
lógica;
justamente, existen les llamados elementos extialógicos. ¿Cuáles son? No son los que digamos, están fuera
,
de la
lógica sino fuera de la lógica formal. Une que en
mi concepto no se tuvo en cuenta en este análisis es el
fundamento de la solemnidad del negocio final, la ratíe
legis de la solemnidad. Además, existen ettos elemen
paralogices, que sen aquellos como el
de
autoridad
y también el que nos permite el
principie
parcialmente derogado inciso 5° del artículo 2053.
tos, Uamados
Con respecte al empleo de esa henamienta que, a
mi juicio, no tuvieren en cuenta les compañeros -la ratio
legis, el fundamento jurídico de la solemnidad del
negocie final-, me voy a referir al autor austíaco que
mencioné porque fue él quien, con total claridad, distin
guió el negocio de apoderamiento o poder del negocio
final.
Savigny opinaría que se requiere la forma; para él
era la del representado. En la posición
intermedia había cooperación entte las voluntades. Pero
este autor distingue claramente las dos voluntades sin
ningún tipo de intercomunicación. El razonamiento que
la voluntad
hacer alusión al caso que ha puesto este
sobre el tapete. Me refiero a la consulta
evacuada por varios distinguidos compafieros, algunos
el fundamento de la docttina ttadicional.
fallecidos, de esta Asociación. Cuál es el interés prote
forma
gido que define la cuestión? Desde el punto de vista de
la forma, coincido con el doctor Caumont. No estamos
hablando de un requisito que se anexa a los clásicos de
políticas. La forma solemne requerida para algunos
actos, dice este autor, en función de la superior reflexi
bilidad que el mismo supone
les centiatos, sino que la forma solemne es ese, es una
manifestación de voluntad de acuerdo con una forma
negocio importante y, per tanto, es totalmente
lógico conceder a quien va a realizarlo una mayor
exigida por el
reflexión sobre el acto-
Voy
problema
a
ordenamiento. Tenemos que vincular el
concepto de forma con el principio rector en materia de
derecho, de las obligaciones: el consensuaUsmo. Auto
nomía privada, consensualismo, asimilación del centta
to a la ley y buena fe, son los cuatto principios rectores
el hace
me
en
ha
permitido cambiar no la conclusión sino
Distingue la
función de varios estados
o
de varias decisio
nes
-se
entiende que
se
está
ante un
no es, en mi concepto la que
define la cuestión. La mayor reflexibilidad está vincu
lada a oto tipo de negocios. El case más típico es el de
la donación. Como todos sabemos, la donación es un
acto per el cual por una causa, que es la mera liberalidad
materia de derecho de las obligaciones y, por le tanto,
salve ley expresa, rigen plenamente. Consecuentemen
te, si no hay disposición que imponga la forma solemne,
del bienhechor,
tenemos que arriar banderas y reconocer que la teoría de
algunos autores- de la imposibilidad de donar per medio
de apoderado, per le menos, en forma general.
El segundo caso es la forma considerada a los
en
les compañeros es conecta. El problema es que han
parcializado el estudio en mi concepto, es decir, le han
talado
a
nivel exclusivamente del derecho de las obli
y, más
ha recurrido
específicamente,
procedimientos que impenen un análisis jurí
dico de la situación. Se ha empleado la lógica pero no la
que conesponde cuando se trata de analizar un proble
ma jurídico. Para la lógica formal, el silogismo es
gaciones
no se
a
todos les
absolutamente irrebatible. Come lo ha
expresado el
compañero Caumont, el principio general es la forma
libre. No hay forma especial para el negocio de apode
determina un título hábil para adqui
caso es imperioso que la
la misma del acto final con la reserva -para
se
rir determinado bien. En este
forma
sea
efectos de
cidad del
teda duda con respecto a la autenti
negocio. La tercera es aquella que quiera
enervar
aventar toda vaguedad en la manifestación
de voluntad,
decir, que el negocio sea serie. La cuarta es aquella
que simplemente lo exige a los efectos de que se
es
perfeccione el centtato. El caso más ti'pice es el ti'tulovaler. Y la quinta es la que procura la forma solemne
para obtener determinadas ventajas procesales.
De este espectto, y
en
ramiento ni tampoco para el contato de mandato.
Entonces, la conclusión es conecta en el sentido de que
el negocio de apoderamiento para el negocie final
forma de manifestación del
solemne -más específicamente, el poder para actuar en
una compraventa de un inmueble- no requiere solemni
el
dad. Pero entiendo que
se
ha
parcializado
el análisis
porque no se han utilizado todos los procedimientos que
exige la hermenéutica.
sede exclusivamente de
negocio -o sea, come ele
mento integrante del negocio- decimos que no tenemos
dudas en ubicar la carga de asumir la forma solemne en
negocio final. Porque la razón por la cual Narvaja
o consagra la solemnidad en el negocio de
inttoduce
compraventa de inmuebles -y esto creo que está fuera de
toda discusión-
es
la autenticidad y la seriedad
materia de ttasmisiones inmobiliarias.
en
508
REVISTA DE LA A.E.U.
Desde el punto de vista de la forma, decimos que
la norma no es el artículo 2053 inciso 4^ sino el artículo
1664 del Código Civil, que impene a la compraventa de
,
inmuebles la forma solemne. El fundamento es que esta
solemnidad viene impuesta para que la propiedad in
mueble
tenga ningún vise de incertidumbre.
El segundo aspecto es el vinculado a si biunfara la
posición de les compañeros. Si en definitiva no fuera un
no
no se
reaUce la ratificación
en
-
T. 74
(N= Extr.). 1988
forma idónea, solemne,
patrimonio del vendedor, con todas la vicisi
tudes que pueda determinar algún embargo genérico o
está
en
el
al bien.
Con esto discrepo con la posición el eminente
jurista que es el doctor Gamana, cuando considera que
la ratificación -afiliándose a la posición ttadicional-
requisito de forma, que sucedería? El compañero Cau
tiene efecto rettoactivo. Entiendo que el efecto rettoac
tivo en las relaciones obligacionales es absolutamente
ha dicho que el inciso 4* del arti'culo 2053 se
a un requisito de pmeba. Pero vean
que la
conclusión, el resultado, es el mismo. Por consiguiente,
lógico y posible. No es posible vuhierar los derechos
adquiridos, o sea, aquellas situaciones que determinan
la openibilidad de la ratificación. Esas van a quedar
pmeba insustituible, una pmeba solemne. O sea
que si descartamos que sea un problema ubicado en la
etapa del perfeccionamiento del centtato -si está pues
firmes, y es el case del embargo que hubiere ttabado el
perfeccionado, o si el negocio jurídico unilateral Peder
está perfeccionado con la manifestación de voluntad
verbal- va a suceder que incluso aceptando la posición
figura de la estipulación para otto. En
mi concepto -y siguiendo a Gamana- comete un enor
porque no hube una centtatación come exige la ley en
del compañero, la única forma de probar, de acuerdo
con el inciso 4" del arti'culo 2053, es la forma solemne.
el am'culo
Se da la situación inversa a la que
Creo que el Escribano Miranda se da cuenta de la
situación al final de la consulta porque habla de una
mont
refiere
es una
El
case
siempre manejamos.
de la consulta del Escribano Miranda
era
una compraventa en la que
comparecía una persona para
adquirir para sí la nuda propiedad y para otta persona el
usufmcte de determinado inmueble. Se inscribió
en
el
Registro de Traslaciones de Dominio y al poco tiempo
comparece la "usufmctaria" a decir que nunca había
conferido poder y que si era una denación la rechazaba,
aceptaba y la repudiaba.
segunda vicisitud que puede tener esla situa
ción es que entte el negocie de gestión realizado per el
apoderado verbal y la ratificación que realiza el sujeto
del interés se embargue, ya sea el derecho de propiedad
del vendedor, ya sea genéricamente su patiimonio. Son
las dos situaciones que ponen al rojo vivo el problema.
no
la
La
Creo que este caso de Miranda resuelve definitiva
mente
la cuestión porque si
esa
persona supuestamente
acreedor del vendedor.
Cuando evacuó la consulta, el Escribano Miranda
se
a
inclinó por la
escritura de ratificación
conjunta entte vendedor y
comprador. Creo que allí Miranda se dio cuenta de que
el bien permanecía todavía en el patrimonio del vende
dor, con las consecuencias que podrán concluir.
ESCRIBANA GNAZZO.- 1. Poco queda por decir
después de todo le que se ha expuesto. Se han desano
llado las des posiciones que en estos momentos dividen
a la doctrina nacional: la posición del Escribano Cau
mont, que aparece como la más moderna, y la del
Escribano Mella, que sigue la posición ttadicional, aún
cuando agregando argumentos nuevos. Las des solucio
planteadas son antagónicas, en cuanto a la esencia
problema, ya que para una, el otorgamiento del
poder para negocio solemne es consensual, y para la
otta, debe revestir la misma solemnidad que el negocio
nes
del
usufmctuaria, que tenía su derecho seudotitulado en el
Registix) de Traslaciones de Dominio, tiene la potestad
de
de manifestar que no quiere esa adquisición, se produce,
justamente, lo que en mi concepto Narvaja quiso impe
sar
Por último,
no es un
tiasvasamiento de forma
solemne. Le que está en juego es el derecho que Narvaja
tuteló con mayor celo: el derecho de propiedad, más
específicamente,
el derecho de
propiedad inmueble,
el desanoUo
cuyo custodio es el Escribano. Es decir que
ulterior de esta posición que llamo consensualisla con
a que esta escritura pública -o sea, el título de
propiedad que entiegamos al comprador- tenga necesa
riamente que llevar un aditamento: título de propiedad
duce
ad referéndum. Así la persona que adquirió con poder
verbal, el sujeto del interés, no podrá venir a manifestar
Ahí el problema
que nunca había conferido poder.
esbiba en ubicar el bien, en qué patrimonio se encuentia
el inmueble. Como comprenderán, sólo hay dos posibi
está en el patiimonio del vendedor o en el del
comprador. A mi juicio hay una sola: ese bien, hasta que
lidades:
o
gestión.
Como bien decía el Esc. Caumont, hay que preci
poder y mandato. El poder, tal
la diferencia entte
señaló el Esc. Mella,
es un negocio unilateral, y
negocio bilateral, se integra por una
propuesta que debe ser aceptada, y es, por lo tanto, un
centtato. Esto nos permite aseverar que cuando habla
mos de "mandato verbal para negocio solemne" debe
mos hacer la cenección terminológica, y referimos al
"poder verbal para negocio solemne".
Pero esa no es la única precisión referida a les
vocablos utilizados. El Código Civil, en el art. 1252
como
el mandato
dir la incertidumbre.
a nombre propio, sino que se centtato
después comprobado seudopoderdante.
1256,
nombre de su
es un
clasifica los contratos en "solemnes", "consensúales" o
"reales". No existe
"verbal"
centtato
como categoría legal el centtato
negocio "verbal", sino que, cuando el
carece de forma reglada, es "consensual".
e
el
Significa que enfrentados al censensualismo del
dato
podemos encontiar
que este
es
verbal,
o
man
tácito,
o
que incluso ha sido consentido por carta, o telefónica
mente. De la misma manera en le que tiene relación con
el poder. El peder puede ser consensual o solemne, y
DERECHO CIVIL
509
cuando
se refiere al "poder verbal" deber referirse al
"poder consensual", es decir: que carece de forma
reglada. Con esto rectificamos terminológicamente el
contenido de esta exposición, que versa sobre "El
poder consensual para negocio solemne".
Y cabe agregar una precisión más. Cuando deci
mos "negocio o centtato solemne", no estamos signifi
cando "negocio o centtato en escritura pública", sino
que estamos expresando "negocie o contiato con forma
reglada", porque como surge del art. 1252 citado: "El
contrato se llama solemne cuando está sujeto a la
observancia de ciertas formalidades especiales de
manera que sin ellas no produce ningún efecto civil".
La escritura
pública es
una
de las tantas formalidades
que puede exigir el legislador, pero no la única.
Así, por
ejemplo, ha exigido esta formalidad en la compraventa
de inmuebles (art. 1664 N- 1), servidumbres, censos,
etc. La ha exigido en la permuta de bienes raíces, etc.
(art. 1 770), también en la donación de bienes inmuebles
(art. 1619 inc. 1), de igual forma en la hipoteca (art.
2323), por citar algunos ejemplos. Pero en la tiansacción, que es solemne, el art. 2147 inc. 2 exige, "Cual
quiera que sea la entidad del objeto u objetos sobre que
verse la transacción, se requiere para su validez que
conste por acto Judicial, o por escritura pública o
privada" Es la llamada solemnidad alternativa,
.
también
que
la promesa de enajenación
regulada por la Ley 8.733, que en el art. 2 exige para su
validez que se otorgue "en instrumento público o
se encuentta en
privado";
en este
caso, tanto come en la
ttansacción, el
documento
privado es solemnidad, y lo es también el
instmmento público, cuyo concepto es mucho más
amplio que el de escritura pública (art. 1574 del C.
Civil), siendo ésta una especie de aquel. Por otra parte,
ha sido señalado por el legislador en algún contato, sólo
el documento escrito
de la
como
solemnidad: así en el art. 4
Ley 14.384, de anendamientos rurales, dispone
que "debe
ser
extendido por escrito,
so
pena de nuli
dad".
Esto
nos
clarifica el concepto de solemnidad y lo
del reducido ámbito de la escritura
pública para
de las formas que exige el
legislador, ya sea la meramente escrita, o el instiumento
saca
llevarlo
a
cualesquiera
general (dentto del que se encuentta la
pública), o propiamente la escritura pública,
así como el acto judicial.
2. Respecto al centtato de mandato, el legislador
ha sido más explícito que en ottes conttatos, con refe
rencia a sus exigencias de expresión del consentimien
to. Ha regulado la propuesta separadamente de la acep
tación, por lo que puede afirmarse que el art. 2053
refiere a la propuesta -y asimismo al peder, come
negocio unilateral-, y los arts. 2058 y 2059 refieren a la
aceptación -completando el consentimiento del manda
público
en
escritura
refiriéndose al mandato. Tan claramente que luego de
excluir teda forma reglada, permitiendo en el inc. I que
sea
"expreso
o
en
el inc. 2 que: "El
carta o
sabe la
silencie;
que otro hace por él y calla o no lo
En el tácito, el legislador interpreta el
gestión
contradice"
en
verbalizar
.
el expreso, el poderdante debe manifestar,
escribir, sin forma especial alguna, su
o
prepuesta de mandato.
De la lectura de este artículo, y de
su
análisis
que exigen la so
lemnidad, no sólo para determinados conttatos, sino
también para negocios declarativos o dispositivos,
como son las normas que refieren a la partición o a la
comparativo con
ottas
disposiciones
ttadición ficta, en que el legislador exigió la forma
reglada (así en el art. 1 128: "Toda partición extrajudi
cial, para que produzca efecto, habrá de reducirse a
escritura pública" ; o en el art. 767 inc. final: "Para que
esta cláusulas surtan efecto de tradición real, se nece
sita que resulten de instrumento público" etc.), de este
análisis surge el consensuaUsmo del poder, así como de
la propuesta y aceptación del mandato.
3. El Esc. Molla señaló hace
un momento, en su
que la tesis del consensualismo del peder
parte de una "parcialización", que "no se ha recunido a
todos los procedimientos que imponen un análisis jun'
exposición,
dico de la situación", y que "Se ha empleado la lógica;
no la que conesponde cuando se ttata de analizar
pero
un
problema jurídico", afirmando que "no se han utili
procedimientos que exige la hermenéu
zado todos los
tica".
No compartimos esa afirmación. Los principies de
hermenéutica básicos, que conducen a cualquier intér
prete, no sólo de normas en materia de obligaciones o
centiatos, sino en normas de todo el ordenamiento,
están dados en el Título Preliminar del Código Civü. El
16 dispone: "Cuando ocurra un negocio civil, que
pueda resolverse por las palabras, ni por el espíritu
de la ley de la materia..." El legislador exige recunir
primero a las palabras de la ley. Per su parte el art. 18,
refiriendo a "las palabras de la ley" dispone que: "se
entenderán en su sentido natural y obvio, según el uso
general de las mismas palabras; pero cuando el legis
lador las haya definido expresamente para ciertas
materias, se les dará a éstas su significado legal" A su
art.
no
.
.
vez
el art. 19 respecto a "las palabras técnicas" de toda
ciencia o arte" exige que se tomen: "en el sentido
que les
den los que profesan la misma ciencia o arte; a menos
que aparezca claramente que
El art. 2053 del C. Civil en sus ttes primeros incisos
caUfica, claramente de consensual a la propuesta de
mandato, y en el mismo sentido al poder, aún cuando
tácito", agrega
o priva
correspondencia y aún verbalmente".
Significa esto que el poder conferido verbahnente es un
poder expreso, por opuesto a tácito, y es consensual. De
ahí que el inc. 3 fija el concepto de tácito, que es el que:
"tiene lugar cuando el dueño del negocio está presente
da, por
diverso"
to-.
o
expreso puede otorgarse por escritura pública
se
han tomado en sentido
.
4. Vayamos pues a las palabras de la
ley, tomadas
significado
en su
sentido natural y obvie, así como en su
legal
y
en su
significado técnico.
510
REVISTA DE LA A.E.U.
La
del art.
disposición
que debe
interpretarse es
el inc. 4
2053, que textualmente dice: "Con todo,
no se
admitirá enjuicio la prueba testimonial sino en confor
midad a las reglas establecidas en los artículos 1594 y
siguientes, ni la escritura privada cuando las leyes
requieran un instrumento público" y cuyo texto ya ha
,
sido analizado por el Esc. Caumont. De la fácil lectura
del artículo surge que se refiere a la pmeba. Su lectura
resulta clara, per lo que el intérprete debe atender a las
palabras
de la
Pero si
ley.
estas
claras, el intérprete debe, por
palabras
no
resultaran
orden, consultar "el
espíritu de la ley", y si aún no se enconttare la solución,
de acuerde al art. 16 del C. Civil, deberá recunirse, por
su orden también, a "los fundamentos de
leyes análo
gas; y si todavía subsistiere la duda, se ocurrirá a los
su
principios generales de derecho y a las doctrinas más
recibidas, consideradas las circunstancias del caso".
El art 20
complementa
ción, disponiendo que: "El
las
reglas de interpreta
de la ley servirá
contexto
para ilustrar el sentido de cada
una
de
sus
partes, de
haya entre todas ellas la debida correspon
dencia y armonía" De manera que, luego de seguido el
orden del art. 16, debe integrarse armónicamente esa
interpretación en el contexto, proclamándose así el
manera
que
.
derecho
como una
unidad armónica.
en
T. 74
(N« Extr.), 1988
Cabe, sin embargo, preguntarse a qué situaciones
refiere el legislador cuando, al final del inc. 4 del art.
2053 dispone que no se admitirá en juicio la pmeba por
se
"escritura privada cuando las
leyes requieran un ins
el Código Civil, y en
ese memento, des tipos de poderes eran ciertamente
solemnes, y lo siguen siendo: el "post-mertem" regula
do en les arts. 2096 y 2097, que "será nulo, si no puede
valer como disposición de última voluntad" ; y el poder
para pleitos, que en la remisión del art. 2063 al Código
de Procedimiento, resulta solemne por imposición de
trumento
público".
Sm
duda,
en
éste último.
La remisión del art. 2053 inc. 4
no es
al vacío,
principio sen los
indicados, y si estos no se otorgan bajo la forma reglada,
no podrán probarse por documente privado, ni serán
válidos. Se integra la norma con el principio del art.
1578 del C. Civil: "La falta de instrumento público no
puede suplirse por otra prueba en los actos y contratos
en que la ley requiere esa formalidad..." Se integra
armónicamente el art. 2053 con el 1578, incluyendo el
existen
poderes solemnes,
que
en
.
2097, el 2063, y asimismo el art. 1594 (norma de
remisión) que establece: "No se admitirá prueba de
testigos respecto de una obligación que haya debido
consignarse por escrito" sentando una regla general en
materia de pmeba que se completa con el art. 1595 C.
,
lógico jurídico, la conecta regla de
hermenéutica es la que el legislador nos indica, y aún
contariando al Esc. Molla, no podemos acudir a los
principios generales, ni a las doctrinas más recibidas,
sin agotar primero las palabras de la ley, y su espíritu,
El camino
insertándolo armónicamente
-
el contexto.
El art. 2053 del C. Civil es de una claridad meridia
na, refiere a que el mandato es expreso o tácito y puede
probarse según las reglas generales, remitiéndose al art.
1594. Narvaja siguió la misma sistemática de regula
Civil.
5. Se pudo demosttar que las palabras de la ley son
claras y se pude integrar esto en el contexto, armónica
mente. Debe verse ahora si estas palabras son acordes al
"espíritu de la ley". Al respecto, Miranda (en Rev.
A.E.U.,Tomo56,Nes. 11-12, pág.483),comentando el
inciso 4° del art. 2053 dice que "se ha entendido que los
,
terminología empleada en el mandato, que en les demás
citados, en que claramente, también, exige la
pasajes subrayados expresan que no obstante el manda
to ser consensual, cuando la ley requiere insttumento
público para el acto encomendado al mandatario, aquél
no se admitirá en escritora privada". Del estudio de les
antecedentes y fuentes del referido art. 2053, y especial
mente del inciso 4-, Miranda (en pág. 485, ep. cit.,
donde hay un más detallado análisis) encuentta elemen
tos coadyuvantes con su posición, por ser la norma en
estudio similar a la norma paralela en el Proyecto de
Bello, y tener como fuente citada per Narvaja al Proyec
solemnidad cuando refieren a inmuebles, etc. Así, el art.
to
ción de los demás centiatos. Le define en el art. 2051,
regula el consentimiento en el art. 2053 (similar al orden
seguido en la denación, definida en el art. 1613, regula
do el consentimiento en el art. 1619; o a la compraventa,
definida en el art. 1661, regulado el consentimiento en
el art. 1664; o a la permuta, etc.). Y es muy distinta la
centiatos
1619 comienza
con
la
expresión
de Freitas.
Sin embargo, la consulta de
"No valdrá la dona
Narvaja,
a
ttavés de
ción..."; el art. 1664 N° 1 "... no se consideran perfec
tas..."; el art. 1770 "para la perfección del contrato
"Fuentes, netas y concordancias del Código Civil" -que
ante la ley" ; el art. 2323: ''sin cuyos requisitos no tendrá
valor alguno" ; el art 2147: "requiere para su validez" ;
ficador-, nos lleva a distintas conclusiones. En la pág.
282, en la neta al art. 2024, inc. 4 (el actual art. 2053,
inc.4), dice: "Conforme dicho Proyecto de Freitas, art.
el art 2183, para la renta vitalicia: "deberá otorgarse,
la anticresis: "no
pena de nulidad"; el art. 2350, para
no consta por escritura pública" De
si
produce efecto,
todas estas normas surge como sanción la nulidad, o la
fueron
se
observa la forma reglada.
cambio, no sólo da libertad de
2053,
sin establecer sanción
al
consentimiento,
expresión
alguna, sino que, además, reitera los principios genera
En el art.
les
en
materia
en
probatoria.
por Ricardo
Narvaja, hijo del codi
2903".
Con la lectura de esta neta, y el comentario de
.
ineficacia total, cuando no
recopiladas
Miranda, deberíamos quedar convencidos de cual debe
ser la lectura del art. 2053 inc. 4, además de que el art.
2903 del Proyecto de Freitas impone la solemnidad en
cuestión. Pero si leemos el citado Proyecto de Freitas,
veremos que el art. 2903 no refiere a la solemnidad, sino
a
la
pmeba. Establece:
"Fuera de estos
casos...
Si
no
DERECHO CIVIL
511
excede la tasa
legal, el mandato puede ser probado por
cualquier medio" Y los "cases" a que remite el acápite
.
de
ese
artículo
sen
les que refiere el 2902 del mismo
Proyecto, que a su vez tiene come norma sustancial el
art. 2892, que exige: "procuración por instrumento
público, siempre que el objeto del mandato fuera cual
quiera de los actos para los cuales la ley decreta
exclusivamente, o con pena de nulidad, la forma de la
escritura pública" Así se ve clare que el hUo conductor
per el cual se llega a interpretar nuestio inc. 4 del art.
2053 como se lo interpreta, no es en absoluto lineal.
Llama la atención que, siendo Narvaja tan prolijo en su
.
análisis y teniendo una norma tan clara para ttanscribir
como lo era el art. 2892 -recién citado-, en que Freitas
expresamente impone la solemnidad del mandato para
negocie solemne, llama la atención, decimos, que no
rozara siquiera el texto cementado, y que, en cambio, se
remitió solamente al art. 2903 norma que dispene sobre
,
la
pmeba. Este hace pensar también, que deliberada
mente Narvaja excluyó la solemnidad, y por tal razón no
sólo no tanscribe en nuesto texto al Proyecto de
Freitas, sino que -sin que quede citado en sus netasttanscribe, casi al pie de la letta, el inc. 4 del art. 2123
del
Proyecto de BeUo.
A nuestto juicio, el legislador no quiso imponer
forma alguna al apoderamiento y, si bien regulándolo
dentto de la figura del mandato, no lo vinculó en
ninguna disposición de nuestto Código Civil a la forma
reglada del negocie de gestión. Es más: con la ttanscripción del artículo del Proyecto Bello, desestimó total
mente el arü'culo, tan claro y preciso del Proyecto de
en que allí sí, se establecía la vinculación en
razón de su forma reglada, entie el negocio de apodera
Freitas,
miento y el negocio de gestión. Esta elección de nuestto
legislador confirma la tesis de la independencia formal
negocio. En consecuencia "el espíritu
de la ley" es acorde con "las palabras de la ley". Se le
entte une y oto
hace decir al artículo lo que no dice, y se fundan los
antecedentes de la norma en cuestión donde no están. El
antecedente no es la disposición del Proyecto de Freitas,
sino la del
Proyecte de Bello.
No existe ota solución
hermenéutica.
6.
Apoyando la tesis sustentada por el Esc. Cau
puede afirmarse que el camino interpretativo
seguido, no sólo es lógico, sino que, además, respeta
puntualmente las reglas dictadas per el legislador, que
conforman nuestios principios hermenéuticos básicos.
Y en el orden de prioridades marcado por la ley para
interpretar e integrar, respecto al problema en discu
sión, encontiamos la debida conespondencia y armonía
de las palabras y espíritu de la ley insertados en el
mont,
contexto.
legislador en el art. 2053 inc. 4 mencio
reglas de pmeba, y señala que no se admitirá
(come pmeba) "la escritura privada cuando las leyes
requieran un insttumento público", se está refiriendo al
poder, no al negocio de gestión. En ottas palabras, el
legislador no dije, ni quise decir (como bien podría
Cuando el
na
las
haberlo hecho si hubiera
ttanscripto
el art. 2892 del
Proyecto de Freitas) que -por ejemplo- el poder era
solemne cuando se confería para que el apoderado
otorgara una compraventa de inmueble. No;
se
Umitó a
exigir, coherentemente con el art. 1578 que: si para un
peder se exigía insttumento público, éste no podría se
probado por instiumento privado. Nada más. Reafirmó
un principio de pmeba básico: lo que es solemne no
produce efecto civil fuera de la solemnidad, por ende,
tampoco puede ser probado. Esto se conciUa también
con el art. 1442 N^ 2, que incluye, dentto de las obUgacienes naturales "las que proceden de actos o instru
mentos nulos porfalta de alguna solemnidad que la ley
exige para su validez"
.
En estos momentos
podemos citar algunos ettos
poderes solemnes, además del mandato
post mertem y del poder para pleitos impuesto por el
CPC. Es solemne también el poder para administtar
bienes rurales, según surge del art. 49 de la Ley 14.384,
que exige "El poder para administrar deberá otorgarse
por escrito... y con certificación notarial de las respec
tivasfirmas" O la Ley 1 5.284, en que la forma especial
es el "escrito o acta judicial" para que el abogado
firmante quede investido "en especial y para ese pleito
del carácter de representante judicial".
ejemplos
de
-
.
En estos
apoderamientos sí,
enconttamos -en los
términos del art. 1261 del C. Civil último inciso- "la
solemnidad requerida por la ley en ciertos contratos"
(léase asimismo "en ciertos negocies"). Porque la esen
norma es disponer, preceptivamente, que no
hay solemnidad sin ley que la establezca. En conse
cuencia, el principio general a aplicar en la interpreta
ción e integración del tema que discutimos, no es "el
negocio de apoderamiento debe revestir la misma forma
que el negocio de gestión". No. El principie que rige y
que es un principio general indiscutible, es el que ya
señalamos, y volvemos a reiterar: no hay solemnidad
sin ley que la establezca. Ese es el principio que se ha
seguido por quienes adherimos a esta tesis, y que se
resume, en nuestta opinión, en la afirmación de que: El
poder será solemne cuando la ley así lo disponga
especialmente; fuera de esos casos, el poder será
cia de la
consensual.
En
consecuencia, fuera de los
casos
citados de
apoderamientos solemnes (o sea: fuera de las situacio
nes en que la ley estableció la solemnidad del
poder), el
poder es consensual.
7. Estas afirmaciones no implican negar,ni olvidar,
todas las demás
disposiciones legales que refieren a la
prueba. Tampoco excluyen la consideración de las
dificultades enormes que deberá afrentarse para probar
un poder que no esté conferido
por escrito. Pero estes
sen
requisitos
ad
probationem,
llevar, per confusión
a
que
convertirlos
no nos
pueden
requisitos
ad
solemnitatem. Unos refieren a la posibilidad o no de
probar la existencia de un negocie, los ottes refieren a
la existencia misma del
negocie.
en
512
REVISTA DE LA A.E.U.
Si
algo no puede
probado, no significa que no
no puede ser
probada su existencia; en el ámbito negecial, y especial
mente en las obligaciones, implica el ingreso al campo
de las obligaciones naturales -como ya lo señalamos-.
Sin duda que debemos tomar en cuenta este riesgo:
el de la pmeba. Por tal razón, quienes, en carácter de
exista:
esa
técnicos
ser
circunstancia sólo implica que
en
derecho, debemos
actuar con esta clase de
negocies, no podemos excluir la búsqueda de las máxi
mas garantías probatorias, debiendo siempre exttemar
las exigencias para proveemos de un medie probatorio
idóneo.
Per este, en la elección libre para el conferimiento
de
poder (cuando éste no sea solemne: per ejemplo
cuando no sea un poder para pleitos, o un poder para
anendar bienes inmuebles, etc.), será preferible, si a
nuestta decisión compete, optar por la realización escri
que la verbal; dentto de la escrita atender más
aquellas medaüdades que revistan mayor eficacia pro
ta antes
batoria, come la escritura púbUca o el documento privade con firmas certificadas y protocoUzación. Así obten
dremos la máxima fuerza
probatoria (art. 1575 del C.
Civil), quedando excluido todo Utigio que cuestione la
pmeba de la existencia del peder.
8. La incoherencia que
se
da
en
la realidad del
jurídico es que: por un lado se sostiene la
solemnidad del peder para negocio solemne,porotto, se
realizan ciertos negocios solemnes con poder verbal.
Me expUce: medie Punta del Este está comprado por
exttanjeros (generalmente argentinos) que comparecen
a la escritura de compraventa representados por un
mandatario verbal. Si la regla es la sostenida por la
comercie
doctiina ttadicional, por ser ciertamente solemne la
compraventa de inmuebles -art. 1664 N' 1 yacitado-,no
podría comparecer per mandatario verbal ni el compra
dor ni el vendedor. La compraventa es tan solemne para
el que compra como para el que vende cuando de un
-
T. 74
(N= Extr.), 1988
ser solemne, el acto realizado por el apoderado verbal es
nulo. Lo que es nulo no puede ratificarse, debe reotorgarse. Para ser coherente con la posición tradicional y
Uevar hasta las últimas consecuencias
su
proyección se
deberá afirmar que hay nuUdad en eses negocios, que la
ratificación tácita posterior no tiene jerarquía jurídica, y
que deben reetorgarse. ¡Grave problema a resolver per
quienes, esgrimiendo la tesis tiadicional la desvirtúan
aplicación práctica! Y no hay dudas que en esa
postura, el negocie de gestión (la compraventa realizada
del inmueble) adolece de nulidad absoluta, porque lo
que se ve afectado es el propio consentimiento, dada la
exigencia -dectiinaria en nuestio sistema- de solemni
dad para el poder.
en su
Cambia la situación en la postura que sustentamos:
consensual el
apoderamiento -ya que no hay
exija poder en escritura pública para la
compraventa de inmuebles-, el comprador así come el
vendedor, podrán comparecer por mandatario "verbal",
y el negocio reaUzade será válido y desplegará sus
máximos efectos. Quedará solamente pendiente la
pmeba de la existencia del poder. Pero no se pondrá en
juego la validez del negocio de gestión (es decir de la
compraventa). Una vez probada la existencia del poder
no habremos de enconttar ottes problemas.
por
ser
norma
que
Pero ya hemos señalado que existen dificultades
para la pmeba. De ahí que volvamos a insistir sobre la
necesidad de proveer al peder de un medio probatorio
idóneo. Por
ejemplo:
documento
privado
con
firmas
certificadas, etc., que vuelvan indiscutible la existencia
del apoderamiento en cuestión. No olvidemos, asimis
mo, que si el apoderado esgrimiera la existencia de un
poder que, en realidad, nunca se le confirió, será de
aplicación el art. 1255 del C. Civil: "El contrato cele
brado a rwmbre de otro por quien no tenga su represen
tación voluntaria o legal (art. 1311) será nulo, a no ser
que lo ratifique la persona a cuyo nombre sé haga" Lo
.
ttata, por le que el poder -en esa tesistendrá que ser necesariamente en escritura pública para
una y para la otta parte. ¿A qué se debe la ligereza del
que ttae otta serie de consideraciones y de discusiones,
como de si al ser nulo el negocio debe "ratificarse"
cambio de criterio? Se deberá a que el vendedor además
de vender hace la tadición y se desprende de un bien, y
de
por otto lado el comprador solamente se desprende
nesponde
de dinero, haciendo ingresar a su patiimonio
un bien que, de no estar legitimado el vendedor, no
ingresaría porque la ttadición no sería eficaz. No. Nunca
tos
esgrimió ni éstas, ni ottas razones para justificar
la comparecencia per mandatario verbal del comprador.
verbal" es la dificultad de su pmeba; y la consecuencia
de esta falta de elementos probatorios puede derivar en
inmueble
se
una suma
nadie
Solamente se ha sostenido que, cunde ese comprador
decida enajenar el bien otorgará la respectiva escritura,
ratificando aquella adquisi
y allí, tácitamente, estará
verbal.
mandatario
el
realizada
ción
por
to es
De sostenerse la postura ttadicional, este argumen
si el
para negocio solemne debe
inoperante:
peder
como
dice el artículo,
a un
o debe "reetorgarse"
negocio nulo, y para cuya
come co
discusión
varias respuestas, entte las que está la del
Dr. Gamana, que en su Tratado sostiene con argumen
enconttamos
más que
convincentes, que conesponde el "reotor
gamiento".
De modo que el
que el
realmente
poder
encenttemes
riesgo
del llamado "mandato
haya conferido y nos
apoderado, generando su
no se
frente a un falso
aplicación del artículo ya cementado.
Con esto damos por terminada la exposición de lo
actuación la
que
nos
quedado por decir.
gracias.
había
Muchas
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