LOS QUINCE PUNTOS PARA SABER SI ESTOY REALMENTE EN EL SENDERO por Conny Méndez (Extractado del libro Metafísica 4 en 1, Vol 1. Editorial Bienes Lacónica.) Conny Méndez (1898–1979) nació en Caracas, el 11 de abril de 1898. Hija del distinguido escritor y poeta Don Eugenio Méndez y Mendoza, y de Doña Lastenia Guzmán de Méndez y Mendoza. Como productora, directora y actriz, dedica varios años a actividades teatrales en actos celebrados a beneficio de la Cruz Roja Internacional, periodo en el cual Doña Margarita de Guinand es directora de dicha institución. Su obra musical consta de más de cuarenta composiciones entre las que se destacan, por su aceptación entre el público, aquellas de carácter popular (muchas de las cuales figuran en una importante discográfica), sin faltar algunas del género clásico y romántico, incluyendo un «Oratorio» de inspiración sacra. Fue autora de todos los textos de su obra musical y escritora de al menos 10 libros. Realizó giras internacionales ofreciendo conciertos de canto y guitarra. Funda en 1946 el movimiento de Metafísica Cristiana en Venezuela, consagrándose de lleno a la enseñanza esotérica a través de sus libros y conferencias. Fue condecorada en tres ocasiones con: Diploma y Botón de Oro Cuatricentenario, 1967: Diploma y Medalla de Buen Ciudadano, 1968; Orden Diego de Losada en 2a. Clase, 1976. Recibió además, en reconocimiento de su labor artística, cultural y humanitaria, numerosos homenajes y galardones, así como diversas placas en reconocimiento de su labor en el campo de la Metafísica Cristiana. Los quince puntos para saber si estoy realmente en el Sendero: 1. Si siempre busco el bien en cada situación, persona y cosa. 2. Si resueltamente le doy la espalda al pasado, sea bueno o malo, vivo únicamente en el presente y futuro. 3. Si perdono a todo el mundo sin excepción, no importa lo que hayan hecho; y luego me perdono a mí mismo de todo corazón. 4. Si considero mi trabajo o tarea diaria como cosa sagrada, tratando de cumplirla lo mejor posible (gústeme o no). 5. Si hago todo lo que está en mi poder para manifestar un cuerpo sano, y un ambiente armonioso en contorno mío. 6. Si trato de rendir servicio a todos los demás, sin hacerlo de manera majadera ni fastidiosa. 7. Si aprovecho todas las ocasiones de hacer conocer la Verdad o otros, de una forma sabia y discreta. 8. Si evito incondicionalmente la crítica, negándome a escucharla o a apoyarla. 9. Si le dedico por lo menos un cuarto de hora a la meditación y a la oración. 10. Si leo por lo menos siete versículos de la Biblia o un capítulo de algún libro instructivo sobre la Verdad para esta Era. 11. Si hago un tratamiento especial diariamente para pedir o demostrar la Comprensión. (Hay o que afirmarla sabiendo que Dios está con nosotros, o encargar a la Señora Maestra Ascendida Nada del Rayo Rubí, como a Las Huestes del Rayo Dorado). 12. Si me entreno a darle mi primer pensamiento a Dios al despertarme. 13. Si pronuncio el Verbo por el mundo entero todos los días, o bien en nuestros ejercicios diarios, o especialmente, digamos, a las doce del día. 14. Si practico la Regla de Oro de Jesús, en lugar de admirarla únicamente. Él dijo: “haz a otros lo que desees que te hagan a ti”. Lo importante de la Regla de Oro es que la debemos practicar aunque los demás no la practiquen hacia nosotros. Pero también, no hay regla que no tenga su opuesto, de manera que no permitas que otros te hagan lo que serías tú incapaz de hacerles a ellos. 15. Si me doy cuenta perfecta de que lo que yo veo no es sino un espejismo, el cual es posible transformar por medio de la Oración Científica. Para poder demostrar armonía y perfección de todo en tu vida, pregúntate una vez por semana si estás cumpliendo con todos estos puntos.