Escuela de Ciencias Políticas Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico Av. Alicia M. de Justo 1500 – 1° piso – of. 103 1107 – Buenos Aires (011) 4338-0750 // [email protected] El Regionalismo Ad Intra Por Augusto J. Cervo i Buenos Aires, noviembre de 2002 El Regionalismo Ad Intra Augusto J. Cervo El Regionalismo Ad Intra Es común sentir hablar por estos días sobre la “regionalización”, la “descentralización”, el “regionalismo” y la “integración”, por lo que puede ser útil reflexionar sobre sus verdaderos significados y consecuencias. El Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico (PIGPP), que funciona en la Universidad Católica Argentina de Buenos Aires lleva adelante investigaciones sobre el Ordenamiento Territorial del Estado, donde se analizan, entre otros temas, el Regionalismo y que podrán ser consultadas para ampliar el interés al respecto. A los fines del presente artículo, se presentan sólo algunas de las conclusiones más fundamentales sobre el Regionalismo que el PIGPP investiga. En primer lugar, es útil recordar que el vocablo regionalismo, al igual que el de regionalización, deriva del término latín regire, que a su vez proviene de regio, o resgire; lo que se puede interpretar como la facultad política que tiene un estado para ordenar su territorio, o más sencillamente, el ordenamiento territorial del estado. Ahora bien, si se habla de “regionalización”, se hace referencia a un proceso que comienza en algún momento determinado pero que aún no ha concluido, pero siempre en el orden de la acción. Por lo tanto, en el caso que se analiza, un estado no estaría definido territorialmente si se discute la “regionalización” de su territorio entre su población. En cambio, el término “regionalismo”, además de referir un proceso práctico, implica una actitud frente a un fenómeno determinado. Representa la posibilidad de sentar una posición respecto de algo. Esta diferencia que parece insignificante permite discutir el tema con una visión crítica y de ese modo arribar a juicios de valor, permitiendo que se observen los fenómenos sociales (y políticos), como actos libres, y por lo tanto modificables, de los hombres y no como cosas determinadas del destino, y por lo tanto sin nada que hacer. El regionalismo así entendido pude considerarse como una promoción de una política localista, sustentada en un paradigma pluralista que respeta y sostiene las identidades de los pueblos, ordenadas al Bien Común. El regionalismo puede ser Ad Extra o Ad Intra. El regionalismo ad extra, ya sea abierto o cerrado, busca la promoción de una política localista en el orden de las relaciones internacionales. El Mercosur, o algunos procesos de integración africanos, se muestran como el mejor ejemplo de este tipo de regionalismo, aunque en ningún caso se brinda de manera pura. El regionalismo ad intra, en cambio, se concentra en el ordenamiento territorial interno de un estado. De esta manera, se pueden encontrar tantos ejemplos de 2 El Regionalismo Ad Intra Augusto J. Cervo organización política como estados existen en el mundo, pero no todas implican una genuina promoción del Bien Común Nacional. En el caso de la Argentina, el ordenamiento territorial ha sufrido numerosos cambios a lo largo de su historia colonial e independiente. Dentro de esta última, en el período constitucional se avanzó hasta la reforma de 1994, y luego de ésta con mayor intensidad, en distintos modelos de regionalización del país. Pero en todos los casos siempre subsistía una especie de dialéctica histórica que la Argentina parecía condenada a padecer; el federalismo, o regionalismo, y el unitarismo, o centralismo. Esta visión, que llevó a diseñar modelos concretos de organización política del territorio, puede distorsionar el tema de fondo que se debate. En efecto, es cierto que la historia argentina muestra una fuerza antagónica entre el centro y la periferia, o si se prefiere, interior y la ciudad de Buenos Aires, pero el ordenamiento territorial no debe hacerse sobre la base de recelos históricos ni resentimientos localistas. El fin último de la política es el Bien Común de la población del estado, y por lo tanto la Nación en su conjunto tiene que verse beneficiada si se diseña un modelo territorial. El fin no puede ser sólo la economía, o la eficiencia del gasto público, o la disposición geográfica de una región. Debe ser la población del país. En este sentido, todo plan de acción que el Estado Argentino proyecte debe inscribirse en esta línea. Los distintos modelos de regionalización que hoy se discuten en el país no se orientan necesariamente hacia la consecución del Bien Común, e incluso, en algunos casos, se apartan. En el caso de la Patagonia Argentina, el Gobernador de la Provincia del Neuquen Jorge Sobisch (Movimiento Popular Neuquino), promueve una fusión de provincias patagónicas, a la que sólo ha adherido el Gobernador de la Provincia de Río Negro Pablo Verani (UCR). Este proyecto de regionalismo podría redundar, según nuestro criterio, en distintos peligros para la Región y el país. En primer lugar, el proyecto de Sobisch busca potenciar un modelo primarioexportador que combine los recursos energéticos neuquinos, principalmente hidrocarburíferos, con la posibilidad de sacar la producción por puertos rionegrinos. Este punto lejos de favorecer el desarrollo de la población patagónica lo posterga. En efecto, la riqueza generada por la producción petrolera tiene como destino principal la ganancia que deben obtener las acciones de las empresas energéticas, cuyos beneficiarios son mayoritariamente extranjeros; y en cambio, lo que queda en las provincias, que se concentra básicamente en las regalías que tributan las petroleras, 3 El Regionalismo Ad Intra Augusto J. Cervo además de representar un porcentaje menor de las ganancias de las empresas, se distribuye regresivamente entre la población. En segundo lugar, justamente esas estructuras burocráticas son el pretexto que utilizan los señores Sobisch y Verani para justificar el achicamiento de los estados provinciales (y municipales), buscando eficientizar la política fiscal con menores gastos y mayores ingresos. Seguramente que mejorar los pésimos resultados obtenidos en las cuentas públicas hasta ahora es un buen objetivo, pero con la fusión de las provincias, sólo se conseguiría perder peso político en el Congreso de la Nación, ya que de seis Senadores se pararía a tres, y de diez Diputados, según la población, a seis. Además, en una región como la Patagonia, donde entre el 60% y el 80% de su población depende del empleo público, la reducción de los estados crearía peores condiciones socioeconómicas. De esta manera sólo se consigue una región más débil, que encaja en un paradigma adverso a la naturaleza de nuestro pueblo, ya que lo condena a vivir dentro de un esquema de división internacional del trabajo, postergando toda posibilidad de crecimiento y desarrollo industrial y tecnológico. Lo que hay que hacer es distribuir con justicia la renta de las riquezas provinciales, evitando contraer compromisos financieros exorbitantes en un territorio tan rico y despoblado. Por último, se destaca la obsesión de Sobisch por atraer inversiones extranjeras a su Provincia, haciendo de sus giras por Estados Unidos una verdadera maratón de lobbies empresariales donde se ofrece, como elemento atrayente, un territorio rico con mano de obra barata y con mínima injerencia política del estado. Una vez más, hay que destacar que el producto de las empresas extranjeras, su ganancia, se va afuera del país, y si bien se puede generar empleo, hay que analizar el costo que se paga para que se radiquen los capitales, sobre todo en la explotación de recursos agotables. El regionalismo ad intra en la Patagonia, y en el país, debe basarse en los siguientes principios: -Principio de subsidiariedad inverso; es decir, suplir al estado nacional cuando éste no pueda en la consecución del Bien Común, ya sea a través de Cuerpos Intermedios o Municipios. -Respeto del municipalismo; la Ciudad es el ámbito perfecto para el desarrollo del potencial de la persona humana, es allí donde su dignidad puede ser realizada. .Refuerzo de la Unidad Nacional; fortaleciendo las partes se fortalece el todo, y una región debe estar reforzada para evitar el desmembramiento del país al que corresponde. 4 El Regionalismo Ad Intra Augusto J. Cervo -Sentido verdadero del Federalismo; hay que promover armonía entre las regiones del país que garanticen autonomía política e identidad nacional, pero teniendo siempre presente que se pertenece a una Nación, ya que de otro modo se fomentaría el separatismo y la división, que lejos de fortalecer a una región la debilitan. i Lic. en Ciencias Políticas con Especialización en Relaciones Internacionales (UCA), miembro del Programa de Investigación Geográfico Político Patagónico, UCA en el Área Política. 5