RAFAELLO SANZIO DE URBINO (RAFAEL), "Sagrada Familia del Cordero" (1507) Rafael (1483-1520), junto con Leonardo y Miguel Angel, fueron las tres cumbres del Renacimiento italiano (llamado "Cinquecento") y, sin duda, unos de los pintores más apreciados de la Historia del Arte. Rafael se formó en el taller de Perugino, de donde tomó su gusto por: • • • • Los personajes delicados y elegantes. La amplitud de los escenarios. Las espectaculares perspectivas. Las composiciones equilibradas, estables y simétricas. Sobre esta base, que constituye el dominio de lo que podemos llamar "clasicismo" en el Renacimiento, Rafael se deja influir por los otros dos grandes artistas de la época: • • De Leonardo toma el "sfumatto" (o difuminado: superposición de varias capas de color para ir de los tonos oscuros a los claros, dando sensación de volumen y profundidad) que une las figuras al medio en el que se mueven y les confiere un aire delicado y elegante; también es leonardesca su forma de tratar el paisaje, con una visión diluida y atmosférica, como si se espesase el aire con la lejanía. Miguel Angel toma el tratamiento monumental de los personajes y su tendencia expresionista, novedad en la época y rasgo que hace aun más moderna, si cabe, su obra. Esta Sagrada Familia hay que encuadrarla en su fase más leonardesca. Rafael, "retrato de cardenal" (1510-11) Este retrato es uno de los más importantes de la historia de la pintura. Desconocemos la identidad del retratado, sólo sabemos su rango, pero, al contemplarlo, el espectador nota la fuerza psicológica del personaje, su mirada, muy humana, es distante y fría, la de alguien acostumbrado a mandar, a estar por encima de los demás. Esta búsqueda de la psicología del personaje viene reforzada por la composición del cuadro: sentado, lo capta de medio cuerpo, mirando al espectador. Destaca sobre un fondo oscuro, neutro, atrayendo toda la atención hacia el rostro. El vestuario rojo, perfectamente trabajado (se intuye incluso la textura del tejido), da suntuosidad al cardenal.