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Área Derecho y Procedimiento Administrativo
Área
Derecho y Procedimiento
Administrativo
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Ficha Técnica
Autor : Nelson Salazar Bustamante*
Título : Clasificación de los procedimientos administrativos: evaluación previa y aprobación
automática
Fuente : Actualidad Gubernamental, Nº 51 - Enero
2013
Sumario
1.
2.
3.
4.
5.
Introducción
El Texto Único de Procedimientos Administrativos - TUPA
Régimen del procedimiento de aprobación
automática
Régimen del procedimiento de evaluación
previa
Silencio administrativo
1. Introducción
El procedimiento administrativo es el
“conjunto de actos y diligencias tramitados
en las entidades, conducentes a la emisión de
un acto administrativo que produzca efectos
jurídicos individuales o individualizables
sobre intereses, obligaciones o derechos de
los administrados”1.
A través de estos procedimientos, las
entidades emiten declaraciones en el
marco del derecho público destinadas
a producir efectos jurídicos sobre los
intereses, obligaciones o derechos de los
administrados.
En el presente artículo queremos dar a
conocer al lector la clasificación de dichos
procedimientos en virtud de la forma en
que la administración resuelve estos procedimientos, sea de evaluación previa o
aprobación automática y sus vinculaciones
con el silencio administrativo.
* Egresado de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica
los Ángeles de Chimbote. Ha laborado en el Estudio Monteverde
Abogados, y en la Pontificia Universidad Católica como asistente
técnico en las áreas de gestión e investigación de bibliotecas.
1 Artículo 29° de la Ley de Procedimiento Administrativo General.
2. El Texto Único de Procedimientos Administrativos TUPA
Todos los procedimientos que realiza la
administración deben encontrarse en el
Texto Único de Procedimientos Administrativos - TUPA. El TUPA es un documento de gestión que contiene toda la
información relacionada a la información
de procedimientos que los administrados
realizan ante las distintas dependencias.
El objetivo de este es contar con un instrumento que permita unificar, reducir y
simplificar todos los procedimientos (trámites) que la entidad pone a disposición
de los usuarios. Este documento informa
a los ciudadanos sobre:
• Procedimientos y servicios prestados
en exclusividad.
• Base legal que otorga competencia y
crea procedimientos.
• Los requisitos.
• Plazos del procedimiento.
• Calificación de cada procedimiento.
• La aplicación de silencios administrativos.
• Los derechos de trámite que correspondan.
• Autoridades que aprueban el trámite
y recursos que proceden.
Ahora bien, debemos entender que al
interior del TUPA existen dos tipos de
procedimientos que se inician con la
presentación de la solicitud o petición
por parte de los administrados: los procedimientos de aprobación automática y
los procedimientos de aprobación previa,
como bien lo señala el artículo 30° de la
Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444, que nos dice: “Los
procedimientos administrativos que, por exigencia legal, deben iniciar los administrados
ante las entidades para satisfacer o ejercer sus
intereses o derechos, se clasifican conforme
a las disposiciones del presente capítulo, en:
procedimientos de aprobación automática o
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de evaluación previa por la entidad, y este
último a su vez sujeto, en caso de falta de
pronunciamiento oportuno, a silencio positivo o silencio negativo. Cada entidad señala
estos procedimientos en su Texto Único de
Procedimientos Administrativos - TUPA,
siguiendo los criterios establecidos en el
presente ordenamiento”.
3. Régimen del procedimiento
de aprobación automática
Como bien señala el artículo 31° de la
Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444, el procedimiento
de aprobación automática es aquel en el
que la solicitud o pedido formulado por
el administrado se considera aprobado
con la sola presentación de la solicitud,
en tanto que esta contenga los requisitos fijados por la Ley y el TUPA de la
entidad. Esto quiere decir que en los
procedimientos de aprobación automática no es necesario el pronunciamiento
de la entidad para que el administrado
considere concedido su pedido, puesto
que dicho procedimiento se encuentra
sujeto al principio de presunción de
veracidad. Generalmente, se regulan
como procedimientos de aprobación
automática a aquellos referidos a la inscripción del administrado en un registro
o listado, la presentación de determinadas declaraciones o información, la
concesión de determinados permisos o
licencias, etc.
“En este procedimiento, las entidades no
emiten ningún pronunciamiento expreso
confirmatorio de la aprobación automática, debiendo solo realizar la fiscalización
posterior. Sin embargo, cuando en los procedimientos de aprobación automática se
requiera necesariamente de la expedición de
un documento sin el cual el usuario no puede
hacer efectivo su derecho, el plazo máximo
para su expedición es de cinco días hábiles,
sin perjuicio de aquellos plazos mayores
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Informe Especial
Clasificación de los procedimientos administrativos:
evaluación previa y aprobación automática
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Informe Especial
fijados por leyes especiales anteriores a la
vigencia de la presente Ley2”.
“Este tipo de procedimiento tiene como objetivo el dotar de celeridad al procedimiento,
sustituyendo íntegramente las técnicas de
autorización (licencias, permisos y autorizaciones) todo de manera documentada
señalando el inicio de la actividad social o
económica del particular y teniendo la potestad la autoridad a ya no emitir una resolución
previa, sino exclusivamente a posteriori ,
pudiendo investigar y, en su caso, prohibir
dicha actividad si comprueba la falta de los
presupuestos para estar habilitado a ejecutar
la actividad, o de idoneidad de la información
proporcionada.
Por esta razón se eliminan los procedimientos
de manera tradicional y se abre paso a una
simple comunicación que viene documentada desde el exterior, en vez de tener que
documentarla durante el procedimiento.
A su vez el administrado informa e instruye
desde fuera presentando toda la probanza
necesaria desde su solicitud. Con la calificación de procedimientos de aprobación automática, todos los permisos y autorizaciones,
se convierten en simples avisos del inicio de
actividades”3.
Como ejemplo de procedimientos de
aprobación automática podemos encontrar:
• Procedimientos conducentes a la obtención de licencias y autorizaciones.
• Procedimientos para el otorgamiento
de constancias y copias certificadas.
• Procedimientos que habiliten para el
ejercicio continuado de actividades
profesionales, sociales, económicas
o laborales en el ámbito privado,
siempre que no afecten a terceros
(por ejemplo, habilitaciones profesionales, locales comerciales, etc.).
Como hemos mencionado antes, la única
acción que corresponde a la administración en esta clase de procedimientos es la
fiscalización posterior, pues la ley prevé de
forma excepcional que la administración
realice un muestreo a fin de verificar de
oficio todas las actuaciones que se realizan
en este procedimiento.
Casuística
Supongamos que la obtención de un pasaporte se considere de aprobación automática
y así haya acontecido, sin embargo, para el
ejercicio del derecho de tránsito no será de
utilidad el cargo, sino será necesario obtener
el documento en sí, por ser una convención
internacional. Para tal caso, se ha previsto a
criterio del administrado, adicionalmente se
pueda exigir el otorgamiento del documento
dentro del plazo de cinco días hábiles, sin
ningún trámite adicional ni procedimiento.
2 Artículo 31° de Ley de Procedimiento Administrativo General,
Ley N° 27444
3 MORÓN URBINA, Juan Carlos. Comentarios a la Ley de Procedimiento Administrativo General. Octava edición. 2009. Editorial
Gaceta Jurídica, p. 225.
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3.1. La fiscalización posterior en los
procedimientos de aprobación
automática
La Ley de Procedimiento Administrativo
General, Ley N° 27444 establece en su
artículo 32° que los procedimientos administrativos (sean de evaluación previa o
aprobación automática), luego de concluir
por aprobación automática o por silencio
administrativo, deben estar sucedidos por
un mecanismo de control posterior.
Para ello, la administración efectúa una
fiscalización de oficio y por muestreo de
un grupo selecto al azar de procedimientos, realiza para confirmar la autenticidad
del documento presentado y la veracidad
de la información; este mecanismo es
de indispensable realización para que la
factibilidad de la presunción de veracidad
no se convierta en un incentivo para desviaciones, abusos o fraudes.
A efectos de su caracterización jurídica,
debemos tener en cuenta las siguientes
particularidades:
• La fiscalización posterior es un procedimiento administrativo interno de
oficio (artículo 104°, Ley N° 27444).
• Es un procedimiento gratuito, por lo
que su realización no es financiada
por los fiscalizados mediante tasas,
sino por el presupuesto público.
• Es un procedimiento continuado, por
lo que la normativa no plantea un
plazo conminatorio o prescriptorio
para que la administración lo realice.
La regla de toda actividad de fiscalización
es su economía, lo diligente es que la
administración realice la fiscalización mediante el muestreo aleatorio, en función
de aquellos procedimientos de mayor
impacto económico o administrativo,
aquellos en los que sea más concurrente
la ocurrencia de fraude.
Por ejemplo para los casos de contrataciones, se acostumbra enfocar los estudios en
las áreas denominadas, “zonas de riesgo”,
como logística o abastecimiento, donde la
cantidad, procedimientos, volumen y costos generan muchas fugas y desviaciones
en la legalidad.
En todo caso, la entidad debe de cumplir
con el mínimo de fiscalización, esto es,
una verificación no menor al 10 % de
los expedientes acogidos a la presunción
de la veracidad hasta un máximo de 50
expedientes por cada procedimiento
previsto en el TUPA.
Las expresiones escritas del administrado
(declaraciones juradas), con carácter de
juramentadas, mediante las cuales los
administrados afirman su situación favorable (el cumplirlas) en relación con los
requisitos que solicita la entidad se suelen
emplear en tres casos distintos:
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• Para sustituir un certificado oficial
proveniente de una autoridad pública
sobre un estado o sobre la calidad
del administrado (por ejemplo, una
certificación de buena conducta, de
domicilio, de ser pensionista, de supervivencia, etc.).
• Para sustituir una prueba privada sobre un estado de cosas sobre las cuales
no hay certificación oficial alguna (por
ejemplo, la declaración jurada de los
linderos de una propiedad, los bienes
que ingresan al país proveniente de un
viaje).
Aquí la actividad de fiscalización es la
inspección física para corroborar la información dada por el administrado.
• Para acreditar la ausencia de una
situación personal del administrado
del cual no existe otro medio de
prueba (por ejemplo, la declaración
jurada de haber sido destituido de la
Administración Pública, de no tener
impedimento para contratar, etc.).
En estos casos la Administración difícilmente cuenta con instrumentos
confiables para fiscalizar, solo mantiene aproximaciones, debido a que
las fuentes de información disponibles
no tienen un registro oficial para estos
casos.
“En caso de comprobar fraude o falsedad
en la declaración, información o en la
documentación presentada por el administrado, la entidad considerará no satisfecha
la exigencia respectiva para todos sus
efectos, procediendo a comunicar el hecho
a la autoridad jerárquicamente superior, si
lo hubiere, para que se declare la nulidad
del acto administrativo sustentado en dicha
declaración, información o documento;
imponga a quien haya empleado esa declaración, información o documento una
multa en favor de la entidad entre dos
y cinco Unidades Impositivas Tributarias
vigentes a la fecha, de pago; y, además,
si la conducta se adecúa a los supuestos
previstos en el Título XIX Delitos contra
la Fe Pública del Código Penal, esta
deberá ser comunicada al Ministerio Público para que interponga la acción penal
correspondiente”4.
4. Régimen del procedimiento
de evaluación previa
A diferencia de los procedimientos de
aprobación automática, los procedimientos de evaluación previa requieren de un
examen de forma y de fondo por parte
del órgano administrador, que tiene por
finalidad conceder o denegar la solicitud o petición del administrado. Como
resultado del examen, el funcionario
emitirá una resolución que contendrá los
4 Numeral 3 del artículo 31° de la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444.
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fundamentos de su decisión y el sentido
de esta. Generalmente, se regulan como
procedimientos de evaluación previa a
aquellos destinados a conceder un derecho sustantivo, resolver un recurso, etc.
En la legislación pasada estos procedimientos de evaluación previa eran
regulados por los artículos 33° y 34° de
la Ley de Procedimiento Administrativo
General, Ley N° 27444, no obstante se
derogaron por la Novena Disposición
Transitoria, Complementaria y Final de
la Ley Nº 29060, publicada el 7 julio
2007, Ley del Silencio Administrativo.
Son características de los procedimientos
de evaluación previa las siguientes:
• Requiere de una instrucción, substanciación, probanza y finalmente la
pronunciación de la entidad.
• La petición del administrado queda
en suspenso hasta que se resuelva el
trámite.
• Plazo máximo de la evaluación: Plazo
general: 30 días hábiles (artículos 35°
y 142° Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley N° 27444).
Plazo especial: por norma especial.
• Está sujeto a los silencios administrativos: positivo y negativo
Ahora bien, por la Ley del Silencio Administrativo las peticiones tramitadas a
través de los procedimientos de evaluación previa pueden, en caso de no ser
aprobados dentro del plazo previsto,
ser resueltas de manera que se dé por
denegado el pedido y se pueda acceder
a la siguiente instancia (silencio administrativo negativo) o por el contrario puede
darse por admitida su demanda y crear
una ficción a través de la cual la Administración siempre que no vaya contra el
ordenamiento jurídico, le otorga el visto
bueno a la petición del administrado
(silencio administrativo positivo).
5. Silencio administrativo
El silencio administrativo es un mecanismo de protección de los administrados
que tiene por finalidad que estos no se
vean perjudicados por la demora o la
inacción de las entidades públicas. De tal
modo que:
• Busca limitar la arbitrariedad del poder público y de sus agentes; y poner
freno a la lentitud, discrecionalidad, y
al abuso que los distintos agentes de
la Administración Pública, realizados
frente a una petición de los administrados, imponiendo que frente a la
inacción, en los supuestos que la ley
señala, la petición del administrado
se da por aceptado, dentro de los
límites de su solicitud, más aún crea
la figura de la declaración jurada
para convalidar la declaración ficta
de su solicitud y hacerla valer no solo
frente a la misma administración, sino
también frente a otros entes públicos
administrativos.
Asimismo, la Ley citada, con esta modificación, busca dinamizar la economía
y la iniciativa privada, combatir la informalidad en el país, que como todos
sabemos, deviene en un lastre, más que
por voluntad de los administrados, debido
a la ineficiencia del aparato burocrático
del país que retarda innecesariamente
las peticiones de contenido económico
empresarial de los ciudadanos.
Para que sea de aplicación el silencio administrativo, es necesario que concurran
dos requisitos:
• Que exista la obligación de la entidad
pública de emitir un pronunciamiento
sobre la solicitud presentada por el administrado dentro de un plazo fijado
por ley.
• Que la entidad incumpla con emitir su
decisión en el plazo fijado por ley.
El silencio administrativo es de dos clases:
a) El silencio administrativo negativo
(SAN)
(1.ª Disposición Transitoria Complementaria y Final de la Ley Nº 290605
y el Art. 188° de la Ley de Procedimiento Administrativo General, Ley
N° 27444).
b) El silencio administrativo positivo
(SAP)
(Ley Nº 29060 y el Art. 188° de la
Ley de Procedimiento Administrativo
General, Ley N° 27444)
Tenemos entonces que el silencio administrativo puede ser de carácter positivo
o de carácter negativo.
5.1. Procedimientos sujetos a silencio
administrativo positivo
Son procedimientos por los cuales una
vez transcurrido el plazo establecido
para su resolución sin que la entidad
administrativa emita el pronunciamiento
correspondiente, el administrado puede
dar por concedida su solicitud.
5 Disposiciones Transitorias, Complementarias y Finales
Primera.- Silencio administrativo negativo
Excepcionalmente, el silencio administrativo negativo será aplicable en aquellos casos en los que se afecte significativamente
el interés público, incidiendo en la salud, el medio ambiente, los
recursos naturales, la seguridad ciudadana, el sistema financiero
y de seguros, el mercado de valores, la defensa comercial; la
defensa nacional y el patrimonio histórico cultural de la nación,
en aquellos procedimientos trilaterales y en los que generen
obligación de dar o hacer del Estado; y autorizaciones para
operar casinos de juego y máquinas tragamonedas.
Asimismo, será de aplicación para aquellos procedimientos por
los cuales se transfiera facultades de la Administración Pública,
y en aquellos procedimientos de inscripción registral.
En materia tributaria y aduanera, el silencio administrativo
se regirá por sus leyes y normas especiales. Tratándose de
procedimientos administrativos que tengan incidencia en la
determinación de la obligación tributaria o aduanera, se aplicará
el segundo párrafo del artículo 163° del Código Tributario.
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Estos procedimientos se suscitan cuando
por inacción procedimental, la Administración Pública, no ha resuelto la
petición y/o recurso del administrado, al
vencimiento del plazo: 30 días hábiles,
artículo 35°, de la Ley de Procedimiento
Administrativo General, Ley N° 27444;
15 días para la licencia de funcionamiento, artículo 8°, de la Ley Nº 28976.
Parece sensato atender con este silencio
la situación insatisfecha y frustrada de
aquel ciudadano que no obtiene una
respuesta en el plazo debido cuando en
cumplimiento de un deber legal acude
a la autoridad competente para obtener
el título habilitante (licencia, inscripción,
autorización, aprobación, dispensa, admisión, etc.), con la finalidad de ejercer
algún derecho o alguna libertad de la cual
ya es titular, pese a haberse sometido a la
comprobación administrativa.
Por ello es que el silencio positivo tiene
la virtud de sustituir la capacidad resolutiva de la entidad competente, por el
mandato superior de la ley en el sentido
de que el ciudadano queda autorizado a
ejercer aquello que pidió, mientras que
los terceros y la propia administración
deben de respetar esa situación favorable
del ciudadano.
Están sujetos a silencio administrativo
positivo, los procedimientos de evaluación
previa, que estén en los siguientes supuestos normativos, previstos en el artículo 1°,
de la Ley Nº 29060:
a) Solicitudes cuya estimación habilite
para el ejercicio de derechos prexistentes o para el desarrollo de actividades
económicas que requieran autorización previa del Estado, y siempre
que no se encuentren contempladas
en la Primera Disposición Transitoria,
Complementaria y Final.
b) Recursos destinados a cuestionar la
desestimación de una solicitud o actos
administrativos anteriores.
c) Procedimientos en los cuales la
trascendencia de la decisión final no
pueda repercutir directamente en administrados distintos del peticionario,
mediante la limitación, perjuicio o
afectación a sus intereses o derechos
legítimos.
Así, estos procedimientos se considerarán
aprobados si vencido el plazo establecido,
la entidad no hubiera emitido su pronunciamiento, sin que sea necesaria la
expedición de documento alguno, pues
el silencio opera por el solo transcurso
del tiempo.
5.1.1. Requisitos para la aplicación
del silencio administrativo
positivo
Conforme a la doctrina y a la legislación
nacional, los requisitos legales para que
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Informe Especial
pueda operar el silencio administrativo
son los siguientes:
a) El silencio administrativo positivo
solo es aplicable a los procedimientos
administrativos promovidos por los
ciudadanos que sean de evaluación
previa y no en los procedimientos
iniciados por la administración de
oficio (ejemplo, fiscalización, acotaciones tributarias, etc.) siempre que
la solicitud haya sido admitida, esto
es, haya superado las observaciones
que se le hubiesen presentado.
b) Las materias que son objeto del
silencio positivo son previamente
calificadas por la ley y no surgen de
la voluntad del ciudadano ni de la
autoridad.
c) El petitorio del ciudadano deber ser
jurídico y físicamente posible, en
función del marco legal vigente y de
la idoneidad de los documentos presentados a la autoridad en el procedimiento, ya que la autoridad mantiene
la potestad invalidatoria del silencio
positivo, cuando ha sido otorgado sin
considerar esta condición.
d) Debe haber transcurrido el término
preciso que tiene la administración
para resolver y notificar su decisión, sin que el ciudadano haya
sido notificado válidamente con
la decisión.
e) La autoridad administrativa debe
haber incurrido en una inactividad
total durante el término habilitado
para producir su resolución y no haber
observado la solicitud, ni información
adicional, etc.
f) El administrado debe haberse conducido con buena fe, esto es, no
haber propiciado con sus acciones
u omisiones la inactividad de la
autoridad.
5.1.2. Reglas para la producción del
silencio administrativo positivo
Son reglas para la producción del SAP:
1) Una petición válidamente admitida a
trámite.
2) La provisión del SAP debe estar señalada expresamente en TUPA o en una
norma expresa.
3) El petitorio del administrado debe ser
jurídicamente posible.
4) El transcurso del plazo legal para
aprobar y notificar la resolución administrativa.
5) La actuación de buena fe del administrado.
5.1.3. Responsabilidad de los funcionarios
Los funcionarios que se nieguen a recono-
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cer los efectos del silencio administrativo
positivo o que se negaran a recibir la
declaración jurada que acredita los efectos
del silencio administrativo, incurrirán en
falta administrativa, de acuerdo con el
artículo 239º de la Ley de Procedimiento
Administrativo General, Ley N° 27444.
En tales casos, los administrados podrán
interponer un recurso de queja, de conformidad con el artículo 158º de la Ley
de Procedimiento Administrativo General,
Ley N° 27444, o presentar una denuncia
ante el órgano de control interno de la
entidad.
5.2. Procedimientos sujetos a silencio
administrativo negativo
La Ley N° 29060 prevé que el silencio
administrativo negativo será aplicable
en los casos en que se afecte el interés
público, incidiendo en la salud, el medio
ambiente, los recursos naturales, la seguridad ciudadana, el sistema financiero
y de seguros, el mercado de valores, la
defensa comercial, la defensa nacional
y del patrimonio histórico cultural de la
nación, en procedimientos trilaterales
y en los que generen obligación de dar
o hacer a cargo del Estado, y autorizaciones para operar casinos y máquinas
tragamonedas.
Asimismo, se aplicará el silencio negativo
en los procedimientos por los cuales se
transfiera facultades de la Administración
Pública, y en aquellos procedimientos de
inscripción registral.
En los procedimientos tributarios y aduaneros, el silencio administrativo se regirá
por sus leyes y normas especiales. Cuando
se trata de procedimientos administrativos
que tengan incidencia en la determinación
de la obligación tributara o aduanera, se
aplicará el segundo párrafo del artículo
163º del Código Tributario.
En el mismo sentido, los procedimientos
de petición graciable y de consulta, se
rigen por sus disposiciones específicas.
5.2.1. Aplicación del silencio administrativo negativo
Excepcionalmente, el SAN será aplicable
en:
1) Casos que afecten significativamente
el interés público, incidiendo en
salud, medio ambiente, recursos naturales, seguridad ciudadana, sistema
financiero y de seguros, mercado de
valores, defensa comercial, defensa
nacional y patrimonio histórico cultural de la nación.
2) Procedimientos trilaterales.
3) Procedimientos que generen obligación de dar o hacer del Estado.
4) Autorizaciones para operar casinos de
juego y máquinas tragamonedas.
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5) Procedimientos tributarios.
6) Procedimientos de inscripción registral.
5.2.2. Efectos del silencio administrativo
En el caso de los procedimientos administrativos de evaluación previa sujetos
a silencio administrativo positivo, el
administrado puede considerar automáticamente aprobada su solicitud en los
términos en que fue presentada.
Cabe señalar que para que opere el silencio administrativo, bastará con que la entidad no hubiera comunicado o notificado
su resolución dentro del plazo de treinta
días hábiles previsto en el artículo 35º de
la Ley Nº 27444 o en el plazo previsto por
otra ley especial.
Es decir, que para evitar la aplicación del
silencio administrativo la entidad pública
tendría que haber notificado su resolución antes del vencimiento del plazo y
no simplemente haberla emitido, pues
si fuera así, cabría la posibilidad de que
la entidad maneje sus plazos internos,
pudiendo incluso alterar la fecha de
emisión de la resolución para perjudicar
al administrado.
Para que tenga plenos efectos, la Ley
Nº 27444 le otorga al silencio administrativo el mismo valor y carácter
que una resolución expresa que pone
fin al procedimiento, por lo que no
cabe que la entidad pretenda modificar
posteriormente sus efectos mediante
otras resoluciones o actos, salvo que se
hubiera incurrido en alguna causal de
nulidad del acto administrativo.
Por otra parte, el efecto del silencio
administrativo negativo tiene por efecto
que el administrado considere denegada su solicitud y proceda a la interposición de los recursos administrativos
o las acciones judiciales pertinentes.
Como hemos señalado anteriormente,
la aplicación del silencio administrativo
negativo no da inicio al cómputo del
plazo para la interposición de los recursos, de tal manera que el administrado
puede optar también por esperar a que
la entidad pública emita un pronunciamiento expreso.
Sobre este punto, debemos señalar
que incluso si el administrado aplica el
silencio administrativo negativo, persiste la obligación de la entidad pública
de emitir su pronunciamiento, bajo
responsabilidad del funcionario competente, obligación que se mantiene
hasta el momento en que se le notifique que el administrado ha hecho uso
de los recursos administrativos o que
se han iniciado las acciones judiciales
respectivas.
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