NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 FUERZA GLOBAL La longevidad de las empresas familiares japonesas y su desafío Japón es conocido por albergar empresas de larga duración. De acuerdo con Toshio Goto, profesor de la Universidad de Economía de Japón, en el mundo hay 8.783 empresas de larga duración con más de 200 años de historia. De estas, 3.937 (44,6 %) son empresas japonesas. La mayoría son empresas familiares que son propiedad o son administradas por las familias fundadoras. También señala que, en la actualidad, el 97 % de las empresas japonesas son empresas familiares, y el 77 % del empleo japonés a tiempo completo es generado por empresas familiares. Muchos de los elementos que han contribuido a la longevidad de las empresas japonesas ya han sido abordados, como el compromiso con la continuidad, el beneficio ético, la planificación a largo plazo y la relación duradera con los stakeholders. Estas filosofías empresariales fueron instauradas a finales del siglo XVII bajo el nombre de “Sekimon Shingaku”, y se basaban en los pensamientos budista, sintoísta y confuciano. El “Sekimon Shingaku” se popularizó a partir del siglo XVIII, fomentando los beneficios justos y la ética comercial entre los comerciantes, lo que garantizó la longevidad de las empresas japonesas. El 97 % de las empresas japonesas son empresas familiares, y el 77 % del empleo japonés a tiempo completo es generado por empresas familiares. Cabe destacar, asimismo, otro elemento que contribuyó a la longeva vida de las empresas japonesas: se trata del sistema “IE” como principio de organización. “IE” se traduce literalmente como ‘casa’. Pero el sistema “IE” se refiere a la familia, la empresa y los activos en su conjunto. Implica también la tradición de los antepasados. En el antiguo Japón, el principio fundamental de la organización era la sangre (la familia imperial japonesa ha seguido estrictamente este principio). En el siglo XV, sin embargo, en la parte oriental de Japón surgió otro nuevo principio: tenían la necesidad de proteger su territorio de otros guerreros, así como de mejorar las actividades agrícolas mediante el cultivo y el control del río. Los sucesores debían tener un elevado nivel de inteligencia, así como de fuerza física. Aunque esas familias guerreras valoraban mantener los vínculos de sangre, a veces nombraban como sucesores a jóvenes talentosos pertenecientes a las familias de sus criados o se aliaban con otras familias guerreras. En esos casos, el patriarca adoptaba al joven de la otra familia, de modo que oficialmente mantenían una relación de padre-hijo. Esa práctica creaba pseudolíneas de sangre y garantizaba la validez de la sucesión. El sucesor era nombrado cuando era joven, con el fin de ser educado y formado junto a otros jóvenes de las familias de criados, que se convertirían en sus sirvientes en el futuro. De este modo, en el sistema “IE”, la sostenibilidad superaba en importancia a los vínculos de sangre, y la combinación entre el patriarca y el sucesor era una parte importante del sistema. NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 El sistema “IE” creó una cultura especial de contexto familiar en su organización. Las capacidades de independencia económica de los bienes que viven y de autodefensa hicieron de la IE una organización independiente. Una decisión tomada por una mezcla de ascendentes y descendentes para finalizar en unanimidad. Los criados eran tratados como si fuesen miembros de la familia del patriarca. A mediados del siglo XIX, la familia Tokugawa Shogun refinó y organizó este sistema como principio rector de las familias samurái. A finales del siglo XIX, después de que el gobierno de Tokugawa fuese depuesto, el nuevo gobierno aplicó el sistema “IE” como principio de la nueva constitución y el derecho civil. Por lo tanto, el sistema “IE” se convirtió en una norma de aplicación a todos los ciudadanos japoneses. Los derechos del patriarca se protegieron por ley. Las propiedades familiares las heredaba el primer hijo (o hijo adoptado) o quien fuese asignado por el patriarca como sucesor. Bajo la protección de esta ley, muchas empresas japonesas fundadas en la era Tokugawa se mantuvieron como empresas de larga duración hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. El sistema “IE” creó una cultura especial de contexto familiar en su organización. Las capacidades de independencia económica de los bienes que viven y de autodefensa hicieron de la IE una organización independiente. Muchas grandes empresas, como Mitsui, Mitsubishi y Yasuda, llamadas “Zaibatsu”, habían crecido durante ese periodo, bajo el sistema “IE”. Las familias Zaibatsu crearon a finales del siglo XIX un sistema de gobernanza muy sofisticado: incluía no solo la gestión de las empresas, sino también de la familia. Esas reglas fueron articuladas como “Kakun” (filosofía de gobierno, declaración de valores) o “Kaken” (constitución de la familia), y tenían un fuerte poder gobernante. Sus constituciones familiares incluían, entre otros, artículos como los siguientes: - Las empresas y las propiedades no son de propiedad privada. Pertenecen a los antepasados y estamos velando por ellos. El patriarca no puede desprenderse de las propiedades familiares sin el consentimiento de los demás miembros de la familia. La familia principal y las ramas familiares deben respetarse unas a otras. Las decisiones importantes deben tomarse en las reuniones familiares Los ejecutivos que no sean miembros de la familia deben participar en las reuniones familiares. Algunas familias tenían regulaciones aún más específicas, como las compensaciones que debían percibir los empleados de la familia. Muchas empresas pequeñas y medianas habían aspirado a ese sofisticado sistema de “IE”, lo que estrechó los lazos entre los miembros de la familia, los ejecutivos que no eran miembros de la familia y los trabajadores. Gracias a ello pudieron superar varias dificultades, como la inestabilidad política, la guerra, los terremotos y los incendios. La derrota en la Segunda Guerra Mundial supuso un gran cambio en las empresas familiares. El sistema “IE” fue retirado de la nueva constitución y del derecho civil. El concepto de IE desapareció del derecho civil, y el individuo y la familia se convirtieron en componentes de la familia. NEWSLETTER NOVIEMBRE 2014 A causa de la disolución de “Zaibatsu”, el concepto de empresas de propiedad/gestión familiar se convirtió en un tabú en Japón. Incluso las pequeñas y medianas empresas dejaron de ver a la familia y a la empresa como un sistema interrelacionado. Todo el mundo se convirtió en “separatistas” entre familia y negocio. Es por eso que se tiene tendencia a mirar con desdén a las empresas familiares. La mayoría de los propietarios y gerentes de empresas familiares no se sienten orgullosos de ser una empresa familiar. Las empresas familiares creadas después de la Segunda Guerra Mundial se enfrentan a la gran crisis de su continuidad. Están realizando la transición de la segunda a la tercera generación. La generación anterior que tiene en su memoria el sistema “IE” cuenta con un principio de la organización diferente del de la siguiente generación, que ha crecido en la cultura “separatista”. Lo “natural” para la generación anterior no lo es para la siguiente generación. Y esa brecha aflora especialmente durante la época de la transición. La derrota en la Segunda Guerra Mundial supuso un gran cambio en las empresas familiares. El sistema “IE” fue retirado de la nueva constitución y del derecho civil. Muchos propietarios/directivos de empresas familiares quieren ceder el liderazgo y la propiedad a sus hijos, pero cada vez hay menos hijos interesados en ello. La Agencia de la Pequeña y Mediana Empresa ha estado apoyando su transición dentro de la familia, pero la disminución del número de transiciones dentro de la familia les hizo cambiar su política para apoyar la transición a directivos no familiares, así como las fusiones y adquisiciones. Eso significa que quizás tengamos que ceder el título de “hogar de empresas de larga duración” a otros países. El reto para las empresas familiares japonesas es que los propietarios de la empresa familiar se sientan orgullosos de ser una empresa de propiedad y gestión familiar. Deben comunicarse de forma activa con los miembros de la empresa que son de la familia y los que no lo son, aprender de todo el mundo y crear su propio principio de organización que sustentará a la familia, la empresa y los individuos. Autor: Kazuoshi Takei, consultor de empresas familiares, presidente de WellSpring, director de la FBAA de Japón (Family Business Advisors Association) y autor de Why Family Businesses Fail in Three Generations? (Cross Media Publishing)