Contentos, pero sin presumir

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Contentos, pero sin presumir
Había avisado Luis las semanas previas del estilo que quería para el equipo nacional. Tener la
iniciativa, relacionarse con el balón el mayor tiempo posible, crear, recuperar para volver a
atacar, penar en marcar antes que no encajar, actuar (no reaccionar),… Lo que generaba más
escepticismo era la elección de los jugadores. Y ahí Luis fue valiente y la selección rompió con
el pasado. Entregó el partido a un equipo español dominado por los centrocampistas creativos
y de toque, que no vagos. Y ahí se sintió cómoda España. Si hay algo que distingue al fútbol
español del resto es su nómina de centrocampistas de calidad. En el ataque se apostó por un
4-3-3 sin extremos (poco útiles en los últimos tiempos), y con un juego de asociación en el
mediocampo capaz de alternar el juego corto y horizontal con un juego largo y vertical. Para
ello resultaba clave disponer de delanteros rápidos y de gran movilidad (Torres, Villa y Luis
García) capaces de generar desmarques de ruptura lejos del balón, dos laterales profundos
capaces de ocupar toda la banda cuando los delanteros tiran los desmarques hacia dentro y
buenos pasadores que dominan el juego corto y largo. Este variado arsenal ofensivo volvió loca
a Ucrania. La velocidad de la pelota junto con la gran cantidad de líneas de pase que propuso
el equipo hicieron muy difícil el juego defensivo de Ucrania. Si no había pase largo, se jugaba
rápido en corto y se abrían las bandas con los laterales. Si el equipo rival se cerraba en la zona
del balón, había una circulación rápida hacia el otro lado en corto o con desplazamientos largos
del balón hacia los demarques de los delanteros.
En defensa, varias cosas muy bien hechas. Primero se buscó un modelo defensivo compatible
con la forma de atacar. El objetivo era reducir la distancia entre las líneas, tener superioridad
numérica en el medio del campo y evitar desgastes innecesarios. España tiró el fuera de juego
muy arriba (recuerden como Pujol ordenaba salir a los jugadores después de cada robo o
rechace) y los delanteros defendieron cerca de la línea del medio del campo. Consecuencia:
una gran densidad defensiva que hizo muy difícil para Ucrania realizar un juego combinativo.
Tuvo que buscar el pase largo y ahí cayó siempre en el fuera de juego. Se defendió muy bien,
sobre todo porque permitió atacar mejor. Finalmente, valorar el más que bueno juego a balón
parado (¡qué importante va a ser en el Mundial¡).
Dos pequeños matices al juego español. Sergio Ramos tuvo problemas para ejecutar con éxito
el fuera de juego y es posible que con extremos que busquen el 1x1 pueda tener problemas
(lleva jugando demasiado tiempo como central) y, desde luego, cuidado con las euforias. Los
beneficios de la victoria deben ir en la dirección de reforzar este estilo de juego y de mejorar
aún más las asociaciones en el juego entre los jugadores.
Ya lo ha avisado Luis: contentos, pero sin presumir.
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