Mal cap 12x - Smartienda

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La música es importante para la ambientación de la escena.
La Maldición Capítulo 12
Amigos malditos
Anteriormente…
—Bill, tú eres mi gemelo… mi gemelo
—temía decir “maldito”.
—No Tom… yo… no.
____________Tom’s POV_____________
No podía creer lo que se me acababa de revelar en la carta de mi madre. Bill es en
verdad mi gemelo maldito. Pero entonces ¿por qué sus ojos sólo reflejan inocencia?
¿Por qué no puedo llenarme de odio contra él? Sólo tengo rabia.
—¿Me has estado mintiendo todo este tiempo?
apretando los puños.
—le pregunto decepcionado y
—¡No! ¡No te entiendo! —susurró mi pelinegro asustado de mis palabras.
—¿Me estabas enamorando para que cuando salieras de tu encierro yo te entregara
mi alma sin problemas? —pregunto triste y sin mirarle.
—Por supuesto que no, yo te amo, es lo único que recuerdo.
—Pérdida de la memoria, es muy oportuno, ¿no crees?
—No Tom, estás equivocado, estás mal interpretando todo. Yo no soy, yo no puedo
ser —se oía tan desesperado que mi corazón dolió.
—¡Me usaste! —le grité y al verlo me desarme, sus ojos transparentes estaban llenos
de lágrimas.
—No lo sé… ya no sé nada, no recuerdo nada —lloraba con la cabeza baja—. ¿Y si
soy malo? Debes encerrarme Tomi, no te quiero hacer daño, no puedo, me moriría si
te hago algo malo.
—Llamaré al Padre Jost, le diremos toda la verdad sobre ti, tal vez él pueda
ayudarnos.
—Tomi
abracé.
—me apretó el brazo—, por favor no me odies —sin poder resistirme, lo
—No podría odiarte, estoy enamorado de ti, pero será mejor que nos separemos, no te
enojes, pero te encerraré en la habitación de mamá.
—Es lo mejor —lentamente caminamos hacia la pieza de mamá, abracé a Bill y
deposité un suave beso en sus labios.
—Será sólo hasta que llegue el Padre, ¿sí? —él asintió, cerré la puerta y le puse
llave. Me dirigí a la sala y marqué el número del Sacerdote—. ¿Padre?, necesito que
venga es urgente.
—¿Ha pasado algo malo?
—Creo que ya sé quién es el gemelo maldito.
—Debemos reunirnos, pero el Padre Biagioni y yo estamos en la parroquia, nos
tardaremos un poco.
—No hay problema, estoy en casa.
—Pase lo que pase no hagas nada temerario.
—No lo haré —colgué. Fui a la habitación—. ¿Bill? —lo llamé, pude oír sollozos al
otro lado, era estúpido tenerlo encerrado, él estaba sufriendo. Abrí la puerta y lo
encontré en la cama hecho bolita con las mejillas mojadas. Corrí a él y lo abracé—.
Ellos ya vienen, calma.
—No puedo calmarme, no recuerdo nada ¿y si yo he matado a tu madre? Soy algo
maligno.
—No lo eres, calma cielo —le acaricié el cabello. Hipaba y cuando se hubo calmado
lo miré.
—Lo siento Tomi.
—No es tu culpa.
—Gracias
—le sonreí genuinamente.
—¿Tienes hambre?
—No
—pero su estómago rugió, ambos reímos—. Bueno, un poco.
—Hay una pizzería aquí a la vuelta, traeré una, ¿de qué quieres?
—Lo que sea, pero que tenga extra queso.
—Hecho, lávate esa carita y cuando vuelva comemos, ¿ok?
—Bien… Tom
—volteé para mirarlo—. Te quiero.
—Y yo a ti —le besé con suavidad.
______________Normal POV______________
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Mientras Bill estaba en el baño limpiándose la cara de los rastros de llanto. En el
espejo de su pieza se encontraba su reflejo con la melena alzada y los ojos oscuros.
—Ven querido “Ur-hur-Kai” —dijo sensualmente, casi al instante una sombra oscura
apareció y serpenteó en torno a su cuerpo—. Bien pequeño —le besó.
—Maestro
—se oyó la voz gutural de la criatura.
—Tomi desconfía de Bill, lo cual es muy, muy malo.
—Manda maestro.
—Irás con George, el amigo de Tomi y usarás su cuerpo, debemos hacer que Tomi
rompa el lazo y a la vez vuelva a confiar en Bill. Vendrás cuando yo te indique y
abusarás de Bill, eso te encanta, ¿cierto? Pero no lo lastimes mucho, recuerda que
necesito ese cuerpo. Y luego te irás.
—¿Los curas?
—No te preocupes, no podrán hacerte nada, yo te cuidaré querido. Ahora ve —tanto la
sombra como el chico del espejo se desvanecieron.
&
En otro lugar, Georg estaba cerca de la casa de su amigo, en un café. Tras terminar
su tasa, se dirigió al baño, y entonces el demonio “Ur-hur-Kai” entró en su cuerpo,
volviéndole los ojos completamente negros.
___________Tom’s POV______________
No podía dejar de pensar que mi gemelo llevara el nombre de Bill, ¿sería realmente
una coincidencia? ¿O se trataría inequívocamente de mi Bill? Después de todo a
¿cuántas personas conoces que salgan de un espejo? Pero a pesar de que todas las
pruebas acusaban a Bill, no podía eliminar este sentimiento tan profundo que siempre
he sentido por él. Yo lo amo, y si resulta ser mi gemelo maldito, entonces estoy
perdido, porque lo dejaré hacer lo que quiera conmigo, ¿cómo podría negarme a él?
Es imposible.
La pizza no tardó mucho en estar lista y me puse en camino de regreso a casa. Como
estaba cerca, fui caminando y regresé de la misma manera. Estaba a sólo una cuadra
de llegar, cuando veo a Geo que se acercaba también, pareció no verme y golpeó la
puerta, la vi abrirse y cerrarse de inmediato. ¿Qué le habrá pasado a Geo? Conforme
me acercaba oí gritos y me asusté.
—¡Tooooom! —la voz inconfundible de Bill, hizo que corriera los pocos metros que me
quedaban. Abrí la puerta rápidamente y lo que vi me horrorizó. Georg estaba sobre Bill
y le había quitado los pantalones, intentaba abusarlo. Salté sobre él y lo golpeé tan
fuerte como pude.
—¡Déjalo estúpido! —le grité, pero él estaba como enceguecido y volvió a arrojarse
sobre Bill.
—Vamos, comparte a tu putita —me dijo forcejeando conmigo. Eso me sacó de mis
casillas y lo golpeé tan fuerte que quedó inmóvil cerca de la muralla, me puse como
escudo ante Bill y le grité lleno de ira.
—¡Estás completamente loco!, ¿cómo se te ocurre tocar lo que más amo en esta
vida?, te odio, ya no quiero verte cerca de Bill ni de mí nunca más, nuestra amistad ha
terminado —Geo me miró con una sonrisa de medio lado.
—No me importa tu puta amistad.
—Entonces vete, no tienes nada que hacer aquí —tranquilamente se paró y se fue.
Sólo cuando oí la puerta cerrarse, me volteé y vi a Bill completamente traumatizado—
Cielo, ¿estás bien?
—¿Tomi?
—sollozaba sin parar, tratando de cubrirse las desnudas piernas.
—Tranquilo, estás bien ahora —lo tomé en brazos y lo cargué a la habitación. Lo
acosté en la cama y lo cubrí con las mantas.
—¿Tomi? Sus ojos…
—No lo recuerdes, fue un mal momento, sólo eso.
—Tomi, él no era él, sus ojos eran completamente negros.
—Tal vez estaba drogado, de otra manera no me explico que Geo te hiciera daño —
Se oyó un golpe en la puerta.
—¿Es él?
—casi gritó Bill, totalmente aterrorizado. Lo abracé.
—Cálmate, iré a ver —fui dispuesto a darle una paliza a mi ex amigo, pero me
encontré con los dos Sacerdotes.
— Tom, ¿qué ocurre? Te ves alterado —me preguntó David.
—Se trata de Bill, Georg vino completamente loco y lo atacó.
—¿Está bien?
—me preguntó Biagioni.
—Sólo está asustado.
—Pero por teléfono me hablaste del gemelo maldito —insistió Jost.
—Pasen por favor, necesito que Bill también esté presente —al entrar a la pieza vi
que Bill terminaba de ponerse un pantalón—. Los Sacerdotes están aquí.
—Bien, hay que aclarar las cosas —me tomó de la mano, dispuesto a salir, pero lo
detuve.
—Bill, pase lo que pase debes saber que te amo
me hizo olvidar todo por un segundo.
—me sonrió y ese rostro alegre,
—Y yo te amo tanto que no lo puedes imaginar —nos besamos castamente y salimos.
—Aquí estamos —dije para llamar la atención de los otros hombres—. Padre Jost,
ayer leí la carta y mi ma… Simone, me contaba que mi madre Helen ya tenía
escogidos los nombres de sus gemelos, Tom y Bill.
—¿Y?
—me miraron confundidos.
—Deben saber la verdad sobre mi novio Bill.
—¿No entiendo de qué va todo esto? —dijo Biagioni mirando de uno a otro.
—Yo conozco a Bill, desde que éramos niños, y hemos mantenido contacto a través
de toda nuestra vida hasta enamorarnos.
— ¿Qué es lo anormal de eso?
—volvió a preguntar Biagioni.
—Siempre vi a Bill a través de un espejo. Él estaba encerrado en el espejo.
—¿Qué?
—dijo horrorizado Jost.
—Siempre estuvo retenido tras el cristal, hasta que…
—Murió Simone
—David terminó la frase por mí.
—Así es —agregó mi moreno, sosteniendo mi mano—. El problemas es que desde
hace unos días algo ha estado manipulando mi mente y he perdido todos mis
recuerdos, excepto a Tom.
—¿Cómo es eso? —Inquirió Biagioni.
—Alguien lo maltrató estando aun encerrado en los cristales —dije defendiéndolo.
—Entonces piensas que él es el gemelo maldito, pero que hay alguien más
manipulándolo —comentó Jost muy sorprendido.
—No sé si Bill es el gemelo maldito. Nunca ha demostrado un comportamiento
violento, al contrario, es muy dulce. Pero nuestra relación no es exactamente normal,
¿cierto?
—Es verdad. A propósito, que te ocurrió en el ojo, parece que recibiste un golpe —
hasta ahora o me había dado cuenta que su ojo se había hinchado.
—Georg
—susurró bajando la mirada.
—Georg lo atacó, lo tuve que echar, estaba completamente loco.
—Padre —dijo mi moreno asustado—. Georg… sus ojos eran muy negros, me
atemorizo de sólo recordarlos.
—Padre Biagioni
—lo miró David—, ¿es posible?
—Tal vez estaba poseído. ¿Tom? ¿Le dijiste algo más?
—Que ya no sería mi amigo… estaba furioso, es normal, ¿no?
—Estaba poseído justamente para que apartaras la protección que tu amistad le
proporcionaba, ahora el gemelo podrá matarlo y como él es un buen amigo tuyo, se
hará muy poderoso.
—Entonces Bill no es el gemelo maldito —dije contento, sin importarme la verdad que
los curas habían dicho—, porque no podría auto agredirse, ¿cierto? —todos asintieron
y yo solté un suspiro.
—Ahora, será mejor que busquemos a tu amigo, si está poseído puede dañar a más
personas.
—Gustav —susurré considerándolo—. Vamos al departamento de los chicos
Nos dirigimos al hogar de mis amigos. Afortunadamente tenía una copia de las llaves,
porque nadie abría la puerta. Al entrar casi nos dio un ataque a todos. Gustav yacía
inconsciente en el suelo con la cabeza sangrante. Se escuchaban jadeos desde la
habitación. Entramos y la imagen se hizo más bizarra. Geo, mi amigo, estaba violando
el cuerpo de una chica, compañera de la Universidad, ella tenía el cuello abierto y
mucha sangre brotaba de allí. Bill se giró y me abrazó llorando. Geo ni siquiera paró,
estaba completamente embrutecido, como un animal en celo, violando el cuerpo sin
vida una y otra vez. Me fijé en su rostro y vi que efectivamente sus ojos eran negros,
no había pupila, nada, era una sola sombra negra.
—¡Georg detente!
—le ordené.
—Déjame, no ves que la puta lo disfruta —dijo con una voz gutural. Definitivamente
no era mi amigo.
—¡¿Dime cuál es tu nombre?!
—le mandó el Padre Biagioni.
—¿Para qué quieres saberlo cura?
chica muerta.
—respondió mientras seguía embistiendo a la
—¡Ya detente por Dios! —corrí y lo aparté de la mujer muerta. Bill se agachó y siguió
llorando, volví a su lado y lo estreché contra mi pecho.
—Tanto escándalo por una follada, están todos frígidos, necesitan follar con urgencia
jajajaja.
—¿Padre qué hacemos?
amigo de esa manera.
—Hay que atarlo
—le pregunté harto de la situación. No soportaba ver a mi
—dijo el Padre Biagioni.
—Josepe Biagioni, te conozco… —dijo Geo con esa voz que cada vez odiaba más.
—Tom, ayúdame
—me pidió David Jost.
—Claro átenme, no me importa, después de todo la mayoría de tus conjuros terminan
mal, ¿no Josepe? —el padre pareció dudar—. Ahora no importa que este cuerpo
muera, mi maestro lo necesita para hacerse más fuerte.
—¡Cállate criatura del demonio!, Georg no va a morir y a ti te mandaremos al infierno
—gritó mi pequeño desde un rincón.
—Hagan lo que quieran, con gritos nada funciona. Jajaja.
De pronto una risa cristalina llenó todo el ambiente, la risa de Bill, lo miré pero él
estaba completamente asustado y serio. Miré entonces en todas direcciones hasta que
di con el dueño de aquella melodiosa risa. Ya lo había visto antes. Era el reflejo de Bill,
pero con el cabello levantado y los ojos pintados de negro. Su mirada, todo él, era
intimidante. Corrí hacia mi Bill y lo abracé, temblaba de la impresión. Los Sacerdotes
lo miraron y luego a mi pequeño, sin creer a sus ojos.
—Vamos, ya sé que soy guapísimo, ¿pero no creen que exageran? —dijo burlándose
de nosotros.
—¿Quién eres tú, demonio? —e preguntó demandante el Padre Biagioni.
—Soy Bill, el gemelo de Tom. Ven, Tomi, dale un beso a tu hermanito —dijo
burlonamente, estirando los labios, esperando un beso.
—¿Qué haces aquí Bill? —preguntó el Padre Jost, un poco intimidado, tratando de
que sus nervios no se notaran demasiado.
—Vengo por dos cosas. Primero él —apuntó a mi amigo—. Pequeño regresa con papi
—una sombra oscura salió por la boca de Geo y entró en el espejo—. Buen trabajo,
ahora Georg: ¡MUERE! —y el cuerpo de mi amigo cayó inerte al piso.
—¡Nooooooo!
—grité, quise correr a él, pero Bill me sujetó del brazo.
—Él viene por mí
—dijo Bill muy bajito.
—Bill —se oyó otra vez la voz cantarina—, eres mío.
Todo pasó en cámara lenta. El espejo se quebró en mil pedazos y una sombra salió de
él. Bill se puso rígido, sus ojos se volvieron blancos y abrió la boca, por donde toda la
sombra negra entró. Cayó al piso inconsciente, me arrodillé a su lado, no respondía,
grité su nombre, pero no había ninguna reacción y de pronto desapareció. Mis brazos
quedaron vacíos.
—¡Biiiiiiiilllllll! —grité a todo pulmón, pero ya no estaba.
—Tom, es él, siempre lo fue, tu gemelo maldito.
—Noooooo, él no es mi gemelo, yo lo amo, no es mi gemelo, no puede ser, no lo
acepto, no lo es, no, no, me niego, me niego.
—Ya Tom, cálmate.
—No me calmo una mierda. ¡¡¡Biiiiiiillllll!!! Vuelve, llévame contigo, mátame y llévame
contigo —grité desesperado, pero todo estaba vacío.
—Eso es lo que él quería desde un principio.
—No me importa, sin él no quiero vivir, que me mate, que me lleve al infierno, no
importa, nooooooo —lloré como un crio—, no me importa. Biiiilll —seguí llorando—,
te amo Biiiillll.
Continuará…
Wow, Se pone buena la historia. ¿Quieres seguir leyendo? Eres valiente >_<
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