PRIMEROS TIEMPOS DE LA MONARQUIA NAVARRA (1) 3.ª PARTE. CAPÍTULO XIII. Reyes de Pamplona y de Sobrarve y Condes de Rivagorza y de Aragon. SUMARIO. —Años: del 711 al 886. —Eran libres los montañeses de Navarra y Aragon, ántes de la invasion arábiga. —Origen de la monarquía pirenáica. —Corte en Pamplona, hasta que el 1035, la traslada á Nájera García VI de Navarra. —Cronología de los Reyes de Pamplona y Sobrarve y sus hechos principales. —Los vascones salvan á Europa de la invasion arábiga, conteniéndola al pié de sus montañas, é inauguran la reconquista tan pronto como los asturianos. —Batalla y toma de Ainsa, aparicion de la cruz sobre el árbol y reconquista de las riberas del Ebro. —Aparicion de la Vírgen de la Paloma, en Uxué. —Fracasan intentos de los mirandeses y treviñeses para separarse de Astúrias y unirse á Pamplona. —Derrota de Carlo-Magno en Altabiscar, el año 778, á la que concurren los vasco-navarros y jaqueses. —Acometen los árabes por Aragon y Jaca y se retiran los cristianos á los montes Pirineos (1) Con el mayor gusto publicamos el presente capítulo de una obra inédita del ilustrado escritor D. Ramon Ortiz de Zárate, al cual damos gracias por su amabilidad en remitírnoslo. —93— —Batalla de Olaast, derrota de los árabes, al regresar de Francia. La heroína del Roncal. —Ludovico-Pío invade á Pamplona, el 812, y pacta su retirada. —Otra sorpresa de los franceses á Pamplona y su derrota al repasar los Pirineos, año 824. —Batalla de las Bárdenas con los árabes y triunfo de los cristianos —Orígen de los ricos-hombres en Pamplona y Sobrarve. —Paces con Francia. —Nuevas tentativas de Miranda y Treviño que erróneamente se atribuyen á toda Álava. —Visita de San Eulogio y traslaciones de reliquias de Santos. —Algarada mahometana á las cercanías de Pamplona. —Reconoce Astúrias la independencia de Pamplona y Sobrarve. Alianza. —Union del Condado de Aragon, al reino pirenáico, el año 886. —Sucesos en Cellórigo, La Bureba, Treviño y Arganzon, que erróneamente se atribuyen á toda Álava. —Condes de Rivagorza y Aragon. —Legislacion especial. —Carácter de la monarquía pirenáica y sus diferencias y contrastes con la asturiana. Para poder penetrar en el oscuro laberinto de los orígenes de los reinos de Navarra y Aragon, ha de servirnos de faro luminoso el hecho histórico indubitable, de que los vascones, en luchas constantes con los monarcas godos, eran independientes y libres en el año 711 á 714 al verificarse la invasion de los árabes. Los historiadores convienen en que el infortunado RODRIGO, se hallaba entretenido en la vasconia, con el proyecto de conquistarla definitivamente, cuando el general Teodomiro, que mandaba en Andalucía, le avisó que habia sido vencido por los mahometanos que desembarcaron en las costas de Tarifa, llamados por los partidarios de Witiza. Trasladóse RODRIGO con su ejercito á donde tan grande era el peligro, y desapareció el último Rey godo, con la independencia española, en la batalla del Guadalete. Eran, pues, libres, los habitantes de las montañas navarras y aragonesas, en aquel entónces, y acostumbrados á rechazar toda invasion extranjera, inclusa la góthica, permanecieron firmes en sus puestos de combate. Cuando la morisma se desparramó por la Península, sin hallar resistencia en parte ninguna, encontró á los vascones armados y resueltos á defender sus hogares, por lo cual hicieron alto en las llanuras, los ejércitos de la media luna. No puede negarse, de buena fé, que los moradores de los montes Pirineos, tenian una organizacion civil y —94— militar independiente, más ó ménos perfecta, al hollar los mahometanos con su inmunda planta, el noble suelo de España. Existia un Estado Pirenáico de mas ó ménos extension territorial, y aquel Estado, al verse libre de los proyectos conquistadores de RODRIGO, se sintió amenazado por las armas agarenas. La guerra adquiria un carácter más grave y trascendental, como que se trataba de salvar la religion y la familia y las libertades cristianas, ó de caer en la servidumbre mahometana. En tan critica situacion, trataron los vascones de robustecer su gobierno, creando la monarquia; y en la imposibilidad de consignar aquellos sucesos, detalladamente, por lo contradictorio de los historiadores, referiremos los que, segun la tradicion y la critica, nos parecen, más fundados. En el momento de conocerse la disolucion de la monarquía goda, ó poco despues, se reunieron los caudillos y magnates navarros y aragoneses, en número de 300 á 600, en la ermita de San Pedro de Alsasua, en la barranca. de la Borunda, ó en Sobrarve, ó en San Juan de la Peña de Urruel, y acordaron establecer la monarquía bajo las bases cardinales siguientes: 1.ª Que el Rey electo velase en la Iglesia Catedral de Pamplona, la noche anterior á su proclamacion y jura, y en la mañana siguiente oyese misa, comulgando en ella y ofreciendo púrpura y moneda, y jurando sobre la Santa Cruz y Evangelios, la observancia de los Fueros. 2.ª Que el Rey se ciñera á sí propio la espada en señal de supremacia, y puesto sobre su escudo le alzaran los nobles magnates clamando en alta voz ¡Real! ¡Real! ¡Real! 3.ª Que el Rey quedaba obligado á la mejora del Reino y reparacion de agravios; á repartir con los naturales y no extranjeros, los bienes y territorios que se reconquistaran; á no dar participacion en el gobierno ni cargos públicos á los extranjeros, fuera de los cinco empleos exceptuados; á no administrar justicia por sí solo, sino asociado á doce sábios ó ancianos; y á no hacer guerra, paz, ni tratados de alianza, sino con intervencion de doce ricos hombres y sabios de la tierra. —95— Reyes de Pamplona y de Sobrarve. GARCÍA I GIMENEZ. Constituida la monarquia fué electo como primer soberano, GARCÍA I GIMENEZ, señor de Abárzuza y las Améscoas, noble de inmenso prestigio en el país. Si esta eleccion tuvo lugar en uno ú otro pueblo; si concurrieron á ella mayor ó menor número de magnates; si estos eran todos navarros ó se hallaban reunidos con los aragoneses; si el acto se verificó en el año 714, ó en el 716, ó en el 718, ó en el 724, ó en el 738; si los electos se titularon reyes, condes ó señores del Pirineo, de Pamplona, de Sobrarve, de Barbastro, de Rivagorza, de Aragon ó de Navarra; son cuestiones que han ocupado mucho á los eruditos, impropias de una obra popular. Bástanos saber que en las montañas de Pamplona y Jaca, se creó un Estado independiente, y que dió origen á los reinos que más tarde llevaron los nombres de Navarra y de Aragon. Por lo demás, atendiendo al espíritu y tendencias del pueblo vascon, debemos creer que los navarros y aragoneses, formando dos estados separados, se unieron por los fuertes vínculos de una religion y un rey, y conservando su respectiva autonomia, proclamaron á GARCÍA I GIMENEZ, los montañeses de Pamplona, en la Borunda, y los de Barbastro, Jaca y Rivagorza, en San Juan de la Peña ó Cueva de Urruel, ó en otro punto del territorio aragonés. Hallóse GARCÍA I GIMENEZ al frente de estos reinos unidos, aunque pequeños en territorio, grandes por el valor de sus moradores y acrecentados estos por los que emigraban á las montañas, abandonando los terrenos llanos de Navarra y Aragon y aun del interior de la Península, huyendo de la tiranía de los mahometanos. Contaba además, como los reyes de Astúrias y como todos —96— los españoles que han batallado por la independencia de la patria, con la alianza y ayuda de las tres provincias vascongadas. La capital y córte de la nueva monarquía se fijó en Pamplona; donde permanece hasta que se traslada á Nágera el año 1035, al comenzar el reinado de GARCÍA VI SANCHEZ. El primer acto del nuevo monarca fué solicitar la bendicion y aprobacion del soberano Pontífice, y aun se añade que los aragoneses, consultaron previamente, al Papa, á los Francos y Lombardos, pura estatuir la monarquia. Con tales elementos organizó el rey de Pamplona y Sobrarve, un ejército pura defender las montañas y molestar á los árabes en los territorios de que se habian apoderado, y en incesante guerra de sorpresas, en que tanto se distinguen los guerrilleros vasco-navarros-aragoneses, les causaba daños importantes. Desde que los mahometanos dominaron España, trataron de llevar sus conquistas al otro lado de los Pirineos y apoderarse de la Europa. Hemos dicho en el capitulo II, cuán desgraciados fueron en tal empresa y que los tres Emires de Córdoba Alzamah, Ambiza Abderrahman, que en los años 721— 23—y 32, se aventuraron á intentarla, perecieron en manos de los cristianos. Si los navarros, aragoneses y vascongados, no hubieran causado grandes perdidas á los musulmanes, al cruzar los Pirineos en sus expediciones de ida y vuelta, aquellos hubiesen llevado sus estandartes por toda Europa. No cejaban, sin embargo, en sus propósitos, y en el año 734, acometió de nuevo Abelmelek, con un poderoso ejercito, pero GARCÍA I GIMENEZ, le cerró el paso por los Pirineos y obtuvo una victoria brillantísima sobre la morisma, salvando á Francia y á la Europa de tan terrible plaga, y demostrando al mundo que, las banderas de la media luna, no rebasarian jamás las altas cumbres de las montañas vasco-navarras-aragonesas. El primer rey de Pamplona y de Sobrarve grabó, en los limites de sus estados, el non plus ultra, á la raza de Mahoma. Una vez contenida al pié de los montes pirenáicos, la —97— marcha triunfal de los árabes, comenzó su retroceso y la reconquista de la patria por esta parte, al tiempo que sucedia lo propio en Astúrias, y en Cataluña, empresa santa que favorecian las discordias y guerras intestinas de los mahometanos, asi en Africa como en España. Zaragoza, Tudela y Huesca, eran los centros de operaciones, de los hijos del falso Profela, frente á los cristianos vascones, y contra aquellos puntos dirigia principalmente sus ataques el rey navarro. Una de las primeras victorias que le atribuye la tradicion, es la toma del castillo y villa de Ainsa, en cuya empresa se le apareció la Santa Cruz encima de la copa de una encina, por lo que tomó el reino el nombre de Sobrarve, sobre el árbol, y por escudo de armas, una encina con una cruz roja sobre la copa. Como capitan prudente, aseguró primeros sus estados, construyendo fortalezas entre Lumbier y Aibar, Navardun, valle de Roncal, tierras de Lumbier y otras montañas; y luego descendió á los llanos de la rivera en Navarra y de la Rioja en Logroño, marchando Ebro arriba hasta la Bureba, mientras que el rey ALFONSO I de Astúrias, caminando en direccion inversa, ganaba á Miranda de Ebro y pueblos comarcanos. Batalló GARCÍA I GIMENEZ sin descanso, treinta y seis años, y á su muerte, el año 758, dejó acrecentados sus dos reinos. Favoreciéronle, las discordias y guerras intestinas que destrozaban á los árabes, y la situacion excepcional del estado pirenáico. Colocado en el estremo de la Península, tenia guardados los límites de Oriente y Norte por los altos Pirineos, desde Endarlaza, por Vera, Urdax, valle del Baztan, Roncesvalles, Orbaiceta y el Roncal en Navarra, y por Ansó, Canfran y Jaca en Aragon; y las fronteras de Poniente y Norte las cubrian las provincias de Guipúzcoa y Álava, países aliados, á sus hermanos de los Pirineos, comenzando esta línea en Irún y viniendo por cerca de Tolosa á la Borunda, sierra de Andía, y lo que hoy es Viana. Quedaba haciendo frente al enemigo, la línea del mediodia de este triángulo, rota en las llanuras de la Rivera, y como las bases de operaciones militaRevista Euskara. —I. 13 —98— res de los mahometanos eran, Huesca, Zaragoza, Tudela y Logroño, los cristianos los vigilaban y molestaban á los de Huesca desde las peñas de Urruel y sierra de Guesa á los de Zaragoza y Tudela, desde las bárdenas y montes de Uxué y San Martin de Unx, y á los de Logroño desde lo que ahora son Lapoblacion, Viana y Estella. (Se continuará)