atmósfera - Colegio Maravillas

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PROGRAMA SELECTIVIDAD, PONENCIA 2011 ANDALUCÍA
LOS SISTEMAS FLUIDOS TERRESTRES EXTERNOS
ATMÓSFERA
1. La Atmósfera. Concepto, composición y estructura.
Conceptos básicos: homosfera, heterosfera, troposfera, tropopausa, estratosfera,
ozonosfera, estratopausa, mesosfera, mesopausa, termosfera, ionosfera, termopausa,
exosfera.
2. Función protectora y reguladora del a atmósfera. Efecto protector de la ionosfera y
de la ozonosfera. El efecto invernadero.
Conceptos básicos: tipos de radiaciones solares, formación del ozono, efecto albedo,
gases de efecto invernadero.
3. Recursos energéticos relacionados con la atmósfera. Aprovechamiento energético:
la energía eólica, la energía solar, ventajas e inconvenientes de cada una de ellas.
Conceptos básicos: Energía solar fotovoltaica, energía térmica solar, parques eólicos.
4. La contaminación atmosférica. Los contaminantes atmosféricos más frecuentes.
Efectos de los contaminantes atmosféricos: Alteración de la capa de ozono, lluvia ácida
y el aumento del efecto invernadero. El cambio climático global. Medidas de
prevención para reducir la contaminación atmosférica.
Conceptos básicos: Contaminante primario, contaminante secundario, isla de calor,
smog, inversión térmica.
1. La Atmósfera. Concepto, composición y estructura.
Conceptos básicos: homosfera, heterosfera, troposfera, tropopausa,
estratosfera, ozonosfera, estratopausa, mesosfera, mesopausa,
termosfera, ionosfera, termopausa, exosfera.
La atmósfera es la envoltura gaseosa que rodea al planeta. Posiblemente se formó
tras la desgasificación que sufrió el planeta después de la acreción de planetesimales.
Posteriormente meteoritos de diverso tamaño seguirían impactando contra el planeta;
sin embargo, las huellas de dichos impactos se borrarían por la actividad climatológica.
En la luna se siguen observando los impactos de esa época debido a la ausencia de
atmósfera que evita la destrucción, por meteorización, de las huellas de los impactos.
La fuerza gravitatoria de nuestro planeta ha permitido que los elementos más ligeros y
gaseosos queden atrapados en torno al planeta; sin embargo la Luna con una fuerza
gravitatoria mucho menor no pudo retener los gases que sin duda surgieron en su
formación y en la actualidad carece de atmósfera.
Los estromatolitos son estructuras fosilizadas que se forman por precipitación de
carbonato de calcio provocadas por algas cianotifas; esto demuestra que hace unos
3500 x 106 años comenzó el fenómeno fotosintético y la contaminación de los océanos
y posteriormente la atmósfera por oxígeno. Los minerales de hierro oxidado (red
beds), datan de hace 2000 x 106 años por lo tanto a partir de esa fecha los océanos
saturados de oxígenos liberaban oxígeno a la atmósfera.
COMPOSICIÓN:
La atmósfera no ha tenido una composición constante a lo largo de la historia. La
composición de la atmósfera inicial o protoatmósfera cambió paulatinamente de
reductora a oxidante después de la aparición de los seres vegetales. Igualmente la
concentración de algunos gases como el CO2 osciló dependiendo de la actividad
vegetal.
La composición actual es la siguiente:
Componentes constantes
Nitrógeno 78%
Oxígeno 20.95%
Argón 0.93%
Neón, Helio, Kriptón 0.0001%
Componentes variables
Dióxido de carbono 0.0003%
Vapor de agua 0-4%
Metano  trazas
Dióxido de sulfuro  trazas
Ozono  trazas
Óxidos de nitrógeno  trazas
Debido a la fuerza gravitatoria del planeta y también a la compresibilidad de los gases
(los gases se pueden comprimir. Ejemplo: las bombonas de gas propano), la mayor
parte de la masa atmosférica esta comprimida a lo largo de la superficie del planeta.
Concretamente en los primeros 6 Km. atmosféricos se concentra el 50% de su masa y
en los 15 km. restantes se encuentra el 95% total de su masa.
LA HOMOSFERA: Es una capa gaseosa que se extiende hasta unos 80 Km de altitud.
Vulgarmente se denomina aire. Debido a las turbulencias que existen en esta zona los
gases se mezclan y por lo tanto su composición es homogénea (homosfera).
LA HETEROSFERA: Es una capa en la que los gases están estratificados, de tal manera
que hay un nivel inferior compuesto por nitrógeno molecular que llega a 200 Km de
altitud; sobre esta hay una capa de oxígeno atómico hasta 1000 Km; posteriormente
una capa de helio hasta los 2500 Km y por último una de hidrógeno atómico que llega
hasta el límite de la atmósfera.
Además de estos gases, la atmósfera también contiene materias particulares como
polvo, cenizas volcánicas, lluvia, nieve. Normalmente su persistencia en la atmósfera
es corta; sin embargo, a veces las cenizas volcánicas pueden estar ahí durante años.
ESTRUCTURA DE LA ATMÓSFERA:
La atmósfera está dividida en una serie de capas superpuestas que son diferentes en
función de los parámetros que se consideren; por lo tanto, se puede considerar una
estructura térmica y otra estructura química.
ESTRUCTURA TÉRMICA: En función de la temperatura encontramos: TROPOSFERA,
ESTRATOSFERA, MESOSFERA Y TERMOSFERA:
1- TROPOSFERA: Situada sobre la superficie del planeta, su espesor varía desde
9km en los polos a 18 km sobre el ecuador. ES la zona más densa de la
atmósfera. Los primeros 500 m se denomina “capa sucia” ya que en ella está la
contaminación, polvos y cenizas. Cuando se observa un atardecer rojizo no es
otra cosa que la difracción de los rayos solares obre ese polvo en suspensión.
Precisamente para que se pueda condensar el vapor de agua es necesario ese
polvo atmosférico.
En esta capa se desarrollan los flujos convectivos de aire, verticales y
horizontales debidos al desequilibrio de presión y temperatura en distintas
zonas del planeta dando lugar a los típicos fenómenos meteorológicos: nubes,
vientos, lluvias etc.
En esta zona también ocurre el conocido “efecto invernadero” originados por
gases como el CO2, vapor de agua, metano y óxidos de nitrógeno. Resulta que
los gases no los calienta directamente el sol sino que estos gases se calientan
debido a la reflexión de la radiación infrarroja sobre la superficie del planeta.
Por esta razón la mayor temperatura se alcanza en su parte inferior (15ºC) de
media y conforme se va subiendo los gases están más fríos siguiendo un
gradiente térmico vertical (GTV), aproximadamente un descenso de 0.65ºC
cada 100 m, hasta alcanzar un valor mínimo de -70ºC en su límite superior, la
tropopausa.
La presión atmosférica varía desde 1013 milibares a nivel del mar hasta unos 200 mb
en la tropopausa.
2- ESTRATOSFERA. Se extiende hasta los 50-60 km de altura. La temperatura en
esta capa aumenta suavemente hasta alcanzar los 15ºC en su límite superior
(estratopausa). La temperatura aumenta gracias a la absorción por el ozono de
la parte de la radiación solar que corresponde al ultravioleta de alta energía.
Esta radiación disocia al oxígeno y éste se vuelve a unir a otras moléculas de
oxígeno formando el O3 en una franja denominada ozonosfera situada entre
los 25 y 50 km. La ozonosfera actúa como una pantalla protectora frente a
aquellas radiaciones mutágenas en los seres vivos, por esta razón hay que
protegerla y conservarla.
Aunque en la estratosfera no hay movimientos verticales, los movimientos
horizontales pueden ser muy rápidos (hasta 200 km/h), por esta razón no se
forman nubes y solo se detectan agrupaciones de cristales microscópicos de
hielo.
3- Mesosfera: se extiende hasta los 80 Km de altura. La temperatura disminuye
hasta alcanzar los -140ºC en su límite superior (mesopausa, límite de la
HOMOSFERA). La densidad en esta zona es baja aunque suficiente para
incendiar por rozamiento los meteoritos que llegan a nuestro planeta y
formando los bólidos y estrellas fugaces. Los trasbordadores espaciales tienen
que cubrirse con placas refractarias para poder soportar el incremento de
temperatura de la nave cuando pasa por esta zona.
4- Termosfera o ionosfera. Se denomina así porque gran parte de las moléculas
de nitrógeno y oxígeno están ionizadas por acción de las radiaciones solares de
alta energía(R-X; R-gamma; R-UV), llegando a alcanzar temperaturas de
1000ºC. Como resultado de la ionización se liberan electrones que circulan
libremente por esta capa, dotándola de propiedades electroestáticas y
permitiendo las telecomunicaciones a grandes distancias. Igualmente esta capa
nos protege de radiaciones nocivas para los procesos vitales.
Las líneas de fuerza de este campo electrostático actúan como medio
conductor para las partículas que nos llegan con el viento solar produciendo
las auroras boreales o astrales a unos 100 km de altura. Los electrones chocan
con las moléculas de oxígeno y nitrógeno excitándolas; cuando vuelven los
electrones a los orbitales permitidos ceden energía emitiendo luz.
Aurora boreal
El límite superior se
denomina
termopausa,
está a unos 700 km de
altura
5- La exosfera: Se encuentra por encima de la termosfera y está compuesta
principalmente por hidrógeno y helio. Su densidad es muy baja, muy similar al
espacio exterior. Al existir muy pocas moléculas no captan la luz solar y por eso
el color del cielo en esta zona es oscuro. De día alcanza los 2500ºC y de noche
se llega a -273ºC
2. Función protectora y reguladora del a atmósfera. Efecto protector de
la ionosfera y de la ozonosfera. El efecto invernadero.
Conceptos básicos: tipos de radiaciones solares, formación del ozono,
efecto albedo, gases de efecto invernadero.
1. Efecto protector de la ionosfera y de la ozonosfera
La atmósfera absorbe parte de la radiación que procede del sol antes de que esta
llegue a la superficie sólida del planeta. Las radiaciones de mayor energía que son las
de menor longitud de onda pueden ser especialmente nocivas para los seres vivos.
La ionosfera (entre 90 y 500 km), absorbe las radiaciones de onda corta y alta energía
(rayos X y rayos gamma) y parte de las radiaciones ultravioletas constituyendo un
escudo protector para el desarrollo de la vida. Esta energía se emplea en arrancar
electrones de los átomos de oxígeno y nitrógeno no alcanzando la superficie terrestre.
La ozonosfera, subcapa de la estratosfera está situada entre los 22 y los 35-50 km de
altura, absorbe la radiación ultravioleta de onda más corta que son las más letales para
los procesos vitales; esto provoca un aumento de la TºC en la zona; el ozono es el
responsable de dicha absorción. El ozono continuamente se forma y se destruye
siguiendo las siguientes ecuaciones:
Formación:
O2 + UV (<240 nm)  O + O
O + O2  O3
Destrucción:
O2 + UV (<320 nm)  O + O2
O + O3  O2 + O2
La unión del ozono a átomos de halógenos como el cloro, también destruye el ozono:
La ozonosfera, por lo tanto, constituye un escudo protector de importancia vital ya que
evita entre otras cosas:
- Cáncer de piel. (Debido a las alteraciones del material nuclear de las células que
reciben la radiación solar)
- Cataratas oculares. (Debido a la coagulación de las proteínas del humor vítreo
por parte de las mencionadas radiaciones)
- Atenuación del sistema inmunológico.
- Cambios en el rendimiento fotosintético de plantas.
- Efectos nocivos sobre el zooplancton y fitoplancton en aguas litorales de poca
profundidad.
Debido al intercambio de elementos entre la ozonosfera y la troposfera puede
encontrarse también ozono troposférico con efectos nocivos, pero de menor
intensidad, sobre los seres vivos.
2. EL EFECTO INVERNADERO.
Se denomina efecto invernadero al incremento de temperatura observado en la
atmósfera producido por la acción de algunos gases como el CO 2 que impiden la
salida de la radiación solar infrarroja reflejada por la Tierra.
La atmósfera es transparente a los rayos solares de onda corta, la mayor parte
corresponde al espectro visible; de esta forma los océanos y los continentes se
calientan contribuyendo al desarrollo de los procesos vitales. Parte de esta radiación
no es aprovechada y se refleja en forma de radiación infrarroja. Posteriormente esta
radiación al llegar a la capa de gases de la troposfera donde está presente el CO2,
metano, vapor de agua, óxidos de nitrógeno etc. refleja hacia el planeta dicha
radiación infrarroja en todas direcciones (contraradiación). Por estas razones la
temperatura media del planeta es de unos 15ºC permitiendo la existencia de agua en
sus tres estados fundamentales y favoreciendo todas las formas de vida. Si no
existiese este fenómeno natural la temperatura media del planeta sería de de -18ºC lo
que sería nefasto para el desarrollo de la vida. Por lo tanto el efecto invernadero es
beneficioso e imprescindible para los seres vivos.
Desde la era industrial la quema de combustible fósiles ha provocado un incremento
masivo de las concentraciones de gases invernadero en la troposfera, potenciando el
efecto invernadero de una manera artificial y provocando un incremento adicional de
la temperatura atmosférica. Se calcula que en este último siglo la temperatura ha
aumentado 0.5ºC, si este aumento sigue así podría provocar un calentamiento global
del planeta de consecuencias imprevisibles para la supervivencia de los humanos.
Según algunos autores podría provocar:
- Elevación del nivel eustático del mar entre 15 y 95 cm gracias al deshielo de los
polos.
- Alteración del ciclo del agua, variando el régimen de lluvias.
- Se alterarán las corrientes termohalinas de los océanos.
- Las zonas de latitudes medias se desertizarán.
- Aumento de la desforestación
- Aumentarán el número de ciclones tropicales.
Por estas razones parece imprescindible tomar medidas globales que provoquen una
disminución en la emisión de gases invernadero. Sin embargo, debido a que podría
provocar un detrimento de la actividad industrial muchos países no se comprometen a
disminuir su tasa de emisión (EEUU, Rusia, España). (Busca información sobre el
protocolo de Kioto y haz una relación de países que no firman dicho acuerdo)
BALANCE ENERGÉTICO DE LA RADIACIÓN SOLAR, efecto ALBEDO
El balance se refiere a la relación entre la energía recibida y la radiada al exterior. A lo
largo de la historia del planeta ha permanecido equilibrado con algunas oscilaciones
transitorias que se han traducido en cambios climáticos.
Un balance energético anual en condiciones normales sería:
Si suponemos que la energía solar que llega a la atmósfera es del 100%:
 Un 30% es reflejada por las nubes. Nubes altas de bajo albedo (5%) y nubes
bajas de alto albedo (25%) y enviada de nuevo al espacio exterior; esta energía
reflejada se denomina ALBEDO.


Un 25% es absorbido por la atmósfera: (un3% por la capa de ozono, un 17% de
energía es absorbida por el vapor de agua y las partículas del aire y un 5% por
las nubes. Es decir, que la cuarta parte de la energía incidente es absorbida por
la atmósfera).
El 45% restante la absorbe la superficie terrestre: (el 21% por los continentes,
el 23,8% por los océanos y solo el 0,2% es utilizado por los vegetales y el
fitoplancton para realizar la fotosíntesis.
De toda la energía recibida el 45% se libera de nuevo mediante la emisión de
radiaciones de onda larga y mediante procesos de convección:



Un 16% en forma de radiación de onda larga.
Un 24% se pierde mediante calor latente que es la energía necesaria para
evaporar el agua. Cuando el agua se condensa a cierta altura cede esta energía
aumentando la temperatura del aire.
Un 5% se pierde por conducción directa a la atmósfera, el calor sensible o
energía que produce el calentamiento del aire. El calor se transfiere
directamente desde la superficie del mar o del suelo al aire en contacto con él
calentando las masas de aire más bajas que se dilatan y tienden a subir.
Por estas razones la Tierra emite radiación infrarroja a través de su superficie no
iluminada y recibe radiación solar en el hemisferio iluminado.
El albedo es el porcentaje de radiación solar reflejada por la Tierra del total que nos
llega del Sol. Puede variar en función del color de la superficie reflectora. Cuanto más
clara es la superficie mayor cantidad de luz reflejará y mayor será su albedo y menor su
temperatura. Las zonas polares tienen mayor efecto albedo que las zonas ecuatoriales.
Su valor varía desde 0 (no reflejan nada) a 1(lo refleja todo).
En nuestro planeta este efecto es del 30%, lo que quiere decir que el 30% de toda la
energía solar que nos llega es reflejado.
3. Recursos energéticos relacionados con la atmósfera. Aprovechamiento
energético: la energía solar, la energía eólica, ventajas e inconvenientes de
cada una de ellas.
Conceptos básicos: Energía solar fotovoltaica, energía térmica solar,
parques eólicos.
LAENERGÍA SOLAR.
Características de la radiación solar.
La estrella que conocemos como SOL está compuesta por un 74% de hidrógeno, 24%
de helio y menos de 1% de oxígeno; los demás elementos juntos no llegan a un 1%. La
temperatura de la superficie del SOL es de cerca de 6000ºC debido a las reacciones
termonucleares de fusión de átomos de hidrógeno dando átomos de helio y liberando
una pequeña cantidad de masa que posteriormente se transforma en energía. Estas
reacciones solo pueden darse a una presión gigantesca ya a 15 x 10 6 ºC de
temperatura.
La fusión desprende energía en forma de
radiación electromagnética, está formada
por ondas y corpúsculos íntimamente
ligados, alcanzando la Tierra a 300000
km/s. La naturaleza ondulatoria se
caracteriza por un espectro de ondas
electromagnéticas de una amplia gama de
longitudes de onda tal como se observa en
el dibujo:
En el gráfico se puede observar que el espectro se puede dividir en tres segmentos:
a- Radiación visible, comprendida entre 0.4 y 0.8 µm (400-700 nm), (colores del
arco iris)
b-
Zona de λ< 0.4 µm, en ella la mayor parte de la energía llega en forma de rayos
ultravioleta.
c-
Zona de
λ< 0.8 µm, donde la mayor parte de la energía llega en forma de
radiación infrarroja de menos de 4 µm
La energía solar que llega al planeta puede oscilar dependiendo de las erupciones
solares, además se refleja aproximadamente un 30% de la energía solar (EFECTO
ALBEDO).
Aunque la Tierra solo intercepta una mínima parte de la energía solar, es la principal
fuente de energía ya que todas las energías renovables dependen en mayor o menor
medida de la energía solar. Se han ideado distintos dispositivos para poder usar esta
energía a nivel doméstico (calefacción, agua caliente, luz, frío).

Sistemas arquitectónicos pasivos: Construcciones que se calientan o enfrían
pasivamente usando la luz solar y diseños arquitectónicos tradicionales que se
observan en construcciones persas, griegas, romanas, fenicias etc. Ahora se
denomina arquitectura bioclimática a la heredada de las construcciones
tradicionales donde el espesor de muros, tamaño de ventanas, diseño,
orientación, materiales de construcción etc. intenta minimizar los gastos
energéticos y buscar una mejora en el confort.

Centrales térmicas solares: Se usa la energía solar para producir electricidad; para esto
hay que usar un colector que concentra la luz solar con diversos diseños: disco parabólico;
conducto parabólico o un conjunto de espejos planos que reflejan la luz en una torre
colectora. Posteriormente la energía concentrada servirá para calentar un fluido (aceite)
que podrá calentar a su vez un recipiente con agua cuyo vapor moverá una turbina para
fabricar energía eléctrica.

Centrales solares fotovoltaicas: En este caso la energía solar se convierte
directamente en electricidad debido a propiedades específicas de materiales
semiconductores (silicio) que al absorber fotones provoca una corriente de electrones
(electricidad). Es necesario que las células fotovoltaicas usen silicio monocristalino que
es muy costoso; en la actualidad se están haciendo células fotovoltaicas con una
mezcla de silicio monocristalino y amorfo como el que se usa en relojes y calculadoras
que es de menor rendimiento pero es mucho más económico.
Ventajas: Estas células fotovoltaicas no generan ningún tipo de contaminación, no
hacen ruido, no requieren agua y su mantenimiento es mínimo. Sería un sistema
idóneo para países en vías de desarrollo que no poseen una infraestructura de red
eléctrica, aunque su coste todavía es elevado.
Inconvenientes: El único inconveniente es que necesitan una gran superficie; sin
embargo, en zonas desérticas o semidesérticas esto no sería un problema.
La Junta de Andalucía está promocionando este tipo de instalaciones y hoy día parece
un buen negocio asociarse para construir “huertas solares” cuya principal dificultad
está en la ubicación del punto donde hay que conectar la central con la red de
distribución ya que esto puede aumentar el coste de la inversión.
La energía eólica.
La energía eólica es la energía producida por el movimiento del aire, es decir, por el viento,
que, a su vez, es una consecuencia de la radiación solar; y se origina, en la mayoría de los
casos, por diferencias en la insolación de zonas distintas de la superficie de la Tierra.
La energía cinética del viento ha sido empleada por el ser humano desde el comienzo de la
historia en diferentes aplicaciones: mover embarcaciones, bombear agua o moler grano;
incluso su aplicación en la producción de energía eléctrica no es nueva, ya que, a principios del
siglo XIX, Dinamarca poseía alrededor de 200 Mw de potencia electro-eólica.
Actualmente se desarrollan soluciones tecnológicas que permitan un mayor y mejor
aprovechamiento de la energía eólica en la producción de electricidad. Para esto no sólo es
necesario la mejora de la maquinaria, sino también un .profundo estudio de las zonas
adecuadas para la instalación de centrales de este tipo, es decir, la elaboración de mapas
eólicos, ya que para poder utilizar la energía eólica con cierta eficacia en una zona
determinada, el viento deben cumplir una serie de condiciones relativas a la velocidad,
continuidad, estabilidad, etc.
Un aspecto importante al respecto es la densidad de potencia del viento, es decir, la potencia
máxima que puede conseguirse por cada unidad de área barrida por el mismo. En concreto,
por debajo de los 50 w/m2 no tiene interés la colocación de instalaciones eólicas y sólo por
encima de los 200 w/m2 comienzan a resultar rentables los sistemas eólicos para la
producción de energía eléctrica.
Las máquinas que se están utilizando son los denominados aerogeneradores o turbinas eólicas.
En la actualidad hay dos modelos: los de eje horizontal y los de eje vertical. En cuanto a la
potencia, también hay máquinas de pequeña y mediana potencia para aplicaciones aisladas y
máquinas de alta potencia
Su funcionamiento es muy simple: en las de eje horizontal, como la de la figura anterior, se
coloca sobre una torre el generador, que tiene en su interior una turbina conectada, mediante
una caja de cambios, a un conjunto de aspas.
La energía eléctrica generada por el movimiento de la turbina es transportada mediante cables
conductores a un centro de control donde se almacena en acumuladores o se distribuye
directamente a los centros de consumo. Una central de este tipo, dada la aleatoriedad del
viento, debe tener una fuente auxiliar para garantizar en todo momento el suministro de
energía.
Visita esta página: http://www.energy-spain.com/energia-eolica
Para el control del movimiento de la turbina se dispone de un volante de inercia que, actuando
como carga de frenado, permite controlar en todo momento las revoluciones de las aspas
independientemente de la velocidad del viento. Por otra parte, debido a la altura en que se
encuentra el generador y el rozamiento que el aire produce sobre él, es conveniente que el
equipo esté conectado a tierra para evitar la electricidad estática que, de otro modo, se
produciría sobre la instalación.
Los aerogeneradores de alta potencia o los de media potencia conectados entre sí (parques
eólicos) se utilizan para la producción de energía eléctrica que verterán a la red de distribución
general. Las máquinas de baja y media potencia se utilizan de forma aislada para uso directo
de la energía mecánica en el bombeo de agua, o para generar energía eléctrica de uso
doméstico o agrícola como complemento a otras fuentes tradicionales de energía. También se
usan en instalaciones desalinizadoras de agua de mar.
Ventajas. Además de todas las ventajas de ser una fuente de energía renovable:
• Se consigue un alto rendimiento en la transformación de energía mecánica en eléctrica.
• Tiene bajos costes de mantenimiento.
Inconvenientes. Como en el caso de la energía solar, es una fuente de energía aleatoria, con
fuertes fluctuaciones.
• Es de difícil almacenamiento cuando la producción supera a la demanda. El rendimiento
económico todavía no es el adecuado.
• Produce contaminación acústica por el giro del rotor de la turbina. Los aerogeneradores son
un peligro para los animales voladores. Pueden producirse interferencias en las transmisiones
de televisión y de radio, sobre todo si las palas del rotor son metálicas.
• Los aerogeneradores producen un impacto visual inevitable, debido a que deben emplazarse
en lugares bastante evidentes.
• Los parques eólicos necesitan grandes extensiones de terreno que no se puede utilizar para
otros usos.
4. La contaminación atmosférica. Los contaminantes atmosféricos más
frecuentes. Efectos de los contaminantes atmosféricos: Alteración de la capa
de ozono, lluvia ácida y el aumento del efecto invernadero. El cambio climático
global. Medidas de prevención para reducir la contaminación atmosférica.
Conceptos básicos: Contaminante primario, contaminante secundario, isla de
calor, smog, inversión térmica.
1. La contaminación atmosférica.
Desde la revolución industrial, como consecuencia de la actividad humana, que produce
grandes cantidades de residuos siendo los gaseosos el origen de la contaminación atmosférica.
Según la Ley 38/1972, de 22 de diciembre, de Protección del Ambiente Atmosférico, se
entiende por contaminación atmosférica “la presencia en el aire de materias o formas de
energía que impliquen riesgo, daño o molestia grave para las personas y bienes de cualquier
naturaleza”.
Por otra parte, la OMS establece que hay contaminación en la atmósfera «cuando en la
composición del aire aparecen una o varias sustancias extrañas, en tales cantidades y
durante tales períodos de tiempo, que pueden resultar nocivas para el hombre, los animales,
las plantas o las tierras, así como perturbar el bienestar o el uso de los bienes».
2. Fuentes de contaminación
Las fuentes contaminantes del aire se pueden agrupar, atendiendo a su origen, en:
Naturales. Comprenden la actividad geológica de la Tierra y otros procesos de la naturaleza.
Los volcanes son una de las fuentes naturales que aportan mayor cantidad de polvo que puede
diseminarse, debido a la acción del viento, por la atmósfera. Otra fuente de emisión de
partículas sólidas son los incendios forestales de origen natural.
Artificiales. Son consecuencia de la presencia y actividades del hombre. La mayor parte de la
contaminación procede de la utilización de combustibles fósiles (carbones, petróleo y gas).
Las emisiones de origen natural son más elevadas a nivel global, mientras que las de origen
humano lo son a nivel local o regional.
Entre las actividades humanas contaminantes podemos destacar las siguientes:
a. En el hogar, el uso de calefacciones y otros aparatos domésticos que emplean combustibles
como el carbón, gasóleo y gas natural como fuentes degeneración de calor. El mayor o menor
grado de contaminación se debe al tipo de combustible utilizado (el carbón es más
contaminante que el gas), así como al diseño y estado de conservación de los aparatos
empleados.
b. En el transporte, el automóvil y el avión son la causa de un mayor grado de contaminación.
La incidencia del ferrocarril y la navegación es menor, ya que éstos suelen estar alejados de los
núcleos de población. El grado de contaminación provocada dependerá de la clase de
combustible empleado, del tipo de motor, del empleo de catalizadores y de la densidad del
tráfico.
c. En la industria, el aporte de contaminación al aire depende del tipo de actividad, siendo las
centrales térmicas, las cementeras, las siderometalúrgicas, las papeleras y las químicas las más
contaminantes.
3. Los contaminantes más frecuentes y sus efectos.
Podemos clasificar los contaminantes en dos grupos: las sustancias químicas y las formas de
energía.
Sustancias químicas.
Dentro de este grupo hay que diferenciar:
a. Contaminantes primarios. Sustancias de naturaleza y composición química variada, emitidas
directamente a la atmósfera
• Partículas, que son sustancias sólidas o líquidas que se depositan por la acción de la gravedad
y se convierten en polvo. En su mayor parte provienen de combustiones industriales o
domésticas y de las actividades de industrias extractivas como la minería o fábricas de
cemento. De forma natural proceden de incendios y de volcanes.
• Compuestos de azufre, como el dióxido de azufre (S02) y el trióxido de azufre (S03), que
resultan de la oxidación del azufre presente en los combustibles fósiles al quemarse, y el ácido
sulfhídrico (H2S), que procede de escapes de refinerías de petróleo, fábricas de gas y, de forma
natural, de erupciones volcánicas o del metabolismo anaerobio.
• Compuestos orgánicos, como los hidrocarburos (HC). En la atmósfera existen de forma
natural en zonas pantanosas y en áreas próximas a los pozos petrolíferos; su origen
antropogénico radica en las industrias petrolíferas, las plantas de tratamiento de gas natural y
los vehículos.
Cabe destacar el metano (CH4), cuyo origen natural es la descomposición anaerobia bacteriana
en zonas húmedas y las fermentaciones en el intestino de seres vivos, como en los rumiantes.
Su origen antropogénico radica en la producción y utilización de combustibles fósiles
(plataformas petrolíferas, yacimientos de gas ... ), en la agricultura del arroz y en los procesos
de descomposición de materia orgánica en vertederos y depuradoras.
Los compuestos orgánicos volátiles (COV) se producen en la evaporación de sustancias
orgánicas y participan en las reacciones fotoquímicas de la atmósfera. Las dioxinas y furanos se
forman en el transcurso de reacciones durante el tratamiento de productos químicos clorados
y en la incineración de residuos que contienen sustancias cloradas.
• Óxidos de nitrógeno (NOx), que tienen su origen en algunos procesos naturales (descargas
eléctricas en tormentas, erupciones volcánicas, acción bacteriana del suelo) y en actividades
humanas que implican un uso de combustibles fósiles (calefacciones, centrales térmicas,
automóviles).
• Óxidos de carbono, como el monóxido de carbono (CO) y el dióxido de carbono (C02). El ca
es el contaminante que más abunda en la atmósfera próxima a la mayor parte de las ciudades.
Es un componente natural en la atmósfera, pero si aumenta su concentración a causa de las
actividades humanas que requieren procesos de combustión de combustibles fósiles,
incrementa el efecto invernadero natural, lo que lleva a modificaciones importantes en el
clima terrestre, como ya vimos en el tema anterior.
• Compuestos halogenados y derivados. Son sustancias que contienen cloro y flúor en su
molécula. Destacan como contaminantes el cloro (CI2), el cloruro de hidrógeno (HCI) y el
fluoruro de hidrógeno (HF), y entre los derivados, los clorofluorocarbonos (CFC’s), gases
estables, no tóxicos ni inflamables, empleados por ello en aerosoles, refrigerantes y
frigoríficos.
• Metales pesados, considerados muy peligrosos, puesto que no se degradan ni química ni
biológicamente, acumulándose en las cadenas alimentarias. Entre los más nocivos se
encuentran el plomo, el mercurio y el cadmio. El plomo procede de la combustión de gasolinas
que lo llevan como aditivo antidetonante. El mercurio y el cadmio tienen su origen en
actividades mineras, en la incineración de residuos y en actividades agrícolas.
• Olores, definidos como estímulos captados por el olfato y producido por partículas de
diversas sustancias que se encuentran en el aire.
b. Contaminantes secundarios. Se originan a partir de los primarios mediante reacciones
químicas en la atmósfera, formando otros elementos nuevos por transformación de los ya
existentes. Los más importantes son el NO3, SO3, H2SO4 HNO3, el O3 (ozono troposférico) y los
PAN (nitratos de peroxiacilo).
El SO3 formado a partir del SO2 es un gas incoloro que se condensa rápidamente y reacciona
con el agua para pasar a ser H2SO3 contaminante secundario responsable de la lluvia ácida,
junto con el HNO3 . EI NO3 procede de la oxidación del NO2 por el O3, y posee un papel
destacado en la formación del smog fotoquímico. Los PAM se originan en el transcurso de
reacciones foto químicas a partir de los hidrocarbonos.
El ozono troposférico es un gas de fuerte poder oxidante. De forma natural procede de
intrusiones estratosféricas, erupciones volcánicas, descargas de tormentas y su orien
antropogénico se debe a las reacciones fotoquímicas de contaminantes primarios (NO2 y COVs)
generados por el tráfico en los ambientes urbanos. Es por tanto un componente del
denominado smog fotoquímico y a su vez participa en la formación de una gran variedad de
contaminantes secundarios.
Formas de energía como contaminantes atmosféricos
Las formas de energía constituyen el segundo gran grupo de contaminantes y se dividen, a su
vez, en tres tipos: las radiaciones ionizantes, las radiaciones no ionizantes y el ruido.
Las radiaciones ionizantes. Son una serie de partículas u ondas electromagnéticas que pueden
ionizar átomos o moléculas de la materia sobre la que actúan directamente. Se clasifican en
cuatro tipos: radiaciones alfa, beta, gamma y rayos X
El origen natural de estas radiaciones se encuentra en los procesos de transformación de los
materiales radiactivos de la corteza terrestre y en las radiaciones cósmicas. Ciertas actividades
médicas de tratamiento y exploración, escapes en centrales nucleares y actividades de
investigación, que emplean isótopos radiactivos, son fuentes de estas radiaciones.
Cuando las radiaciones ionizantes alcanzan a los seres vivos, pueden afectar a los procesos
biológicos y provocar mutaciones.
Radiaciones no ionizantes. Son aquellas que no modifican la estructura de la materia al no
provocar ionización de los átomos. Tienen su origen natural en el Sol y en la superficie de la
Tierra y su origen antropogénico en los cables de fluido eléctrico y aparatos eléctricos. Son las
radiaciones ultravioleta, radiaciones infrarrojas, ondas de radio, TV y microondas.
El ruido. Se considera en la actualidad un tipo especial de contaminación atmosférica con una
gran incidencia sobre las poblaciones.
Los efectos más importantes ocasionados por la presencia de cada uno de los contaminantes
sobre las personas, animales, la vegetación y los materiales. Hay que destacar que las plantas
muestran una especial sensibilidad y especificidad de respuesta a la mayor parte de los
contaminantes atmosféricos, sufriendo daños significativos a unas concentraciones mucho
más bajas que las que afectan a las personas y a los animales. La sensibilidad de los vegetales,
como las coníferas o los líquenes, a determinados contaminantes es tal que se les utiliza como
indicadores biológicos de la contaminación y de la calidad del aire.
Los daños causados observables en estos vegetales pueden ser:
Necrosis foliar: áreas de tejido muerto, de coloración marrón-rojizo-blanco. Clorosis:
coloración de las hojas verde pálido o amarillo.
Manchado moteado: manchas puntuales oscuras.
Detención del crecimiento.
Además de los efectos ocasionados por la presencia de cada uno de los contaminantes, hay
que tener en cuenta las posibles acciones sinérgicas de dos o más de ellos. Este aspecto es
prácticamente desconocido, pero es perfectamente posible que el efecto conjunto de dos o
más contaminantes sea superior a la suma de los efectos provocados de manera aislada por
dichos contaminantes.
Por otra parte, los efectos sobre los ecosistemas pueden ser inmediatos, a medio o a largo
plazo. Recientemente se ha sabido que la contaminación atmosférica, al cabo de tiempo, es
una de las mayores fuentes de contaminación de los océanos, en especial la de metales
pesados y aerosoles minerales.
Por último, es de suma importancia considerar el área de influencia de la contaminación
atmosférica que, debido a las especiales características del medio difusor y de los
contaminantes atmosféricos, puede ser local, regional o global.
4. Factores que influyen en la contaminación local.
Para que se produzca contaminación atmosférica, además de la emisión de los contaminantes,
se tiene que producir su acumulación hasta alcanzar unas concentraciones determinadas.
Hay una serie de factores que facilitan o dificultan dicha concentración. Los más importantes
son los siguientes:
Características de las emisiones
• Naturaleza del contaminante. Si es un gas permanecerá mucho más tiempo que si es un
sólido o un líquido, cuyas partículas se depositarán más rápidamente.
• Concentración del contaminante en el momento de la emisión.
• Temperatura de emisión. Los gases, si poseen mayor temperatura que la del aire
circundante, ascenderán hasta las capas altas, facilitándole su dispersión.
• Velocidad de salida. A mayor velocidad, más rápido asciende y, en caso de inversión térmica
podría atravesar la capa de inversión y dispersarse más fácilmente.
• Altura del foco de la fuente emisora. A mayor altura, mayor facilidad para que se produzca la
dispersión del contaminante.
Condiciones atmosféricas locales.
• Estabilidad o inestabilidad atmosférica, propiciarán la acumulación o dispersión de los
contaminantes.
• Velocidad del viento. Determina una mayor o menor rapidez en la dispersión de los
contaminantes
• Dirección del viento. Determina el área hacia donde se pueden desplazar los contaminantes
emitidos. Cuando se estudian los posibles emplazamientos de fuentes emisoras de
contaminantes hay que considerar las direcciones de los vientos dominantes en la zona.
•Precipitaciones. Producen un efecto de lavado sobre la atmósfera, arrastrando los
contaminantes al suelo.
• Insolación. La radiación solar favorece las bajas presiones o las reacciones que dan lugar a
algunos contaminantes secundarios.
Características geográficas y topográficas.
• Las brisas marinas. En las zonas costeras, la existencia de las brisas marinas hace que los
contaminantes se desplacen de día hacia el interior del continente y de noche hacia el mar,
provocando su fácil dispersión.
• La topografía. La topografía puede favorecer las situaciones de inversión térmica, bien por la
presencia de montañas costeras que dificultan la acción de las brisas marinas, o configurando
valles profundos en los que, en invierno, la insolación llega con dificultad al fondo del valle.
• La presencia de núcleos urbanos. Influye en el movimiento de las masas de aire,
disminuyendo o frenando su velocidad por la presencia de edificios. Además aparece el efecto
denominado Isla de calor, que hace que la temperatura en el interior de la ciudad sea más alta
que en su periferia, por el calor que se produce en las combustiones de vehículos automóviles,
calefacciones y el desprendido por edificios y pavimento. Ello favorece la aparición de las
brisas urbanas, circulaciones cíclicas de las masas de aire frío de la periferia.
Estos hechos contribuyen a dificultar la dispersión de los contaminantes, favoreciendo su
concentración y originando la típica formación urbana denominada cúpula de contaminantes,
que se ve incrementada por situaciones anticiclónicas y que puede ser eliminada por la llegada
de frentes fríos que aporten vientos y lluvias a la ciudad.
Efectos locales. «Smog»
Además de los efectos nocivos sobre los seres vivos y los materiales, un efecto local típico es la
formación de nieblas contaminantes o smog (palabra formada por los términos anglosajones
smoke = humo y fog = niebla). El smog es una niebla (nubes bajas) estable, formada
normalmente en situaciones anticidónicas o, mejor, de inversión térmica, que acumula
grandes cantidades de contaminantes, ocasionando graves efectos sobre los seres vivos y los
materiales. Hay dos tipos de smog:
• Smog clásico, «puré de guisantes» o smog invernal. Se estudió por
primera vez en Londres, en 1952. El Támesis produce nieblas que, en
invierno (diciembre y enero), se hacen estables debido al fenómeno
de la inversión térmica; estas nieblas acumulaban contaminantes
procedentes de las industrias que, a principios de siglo, abundaban en
ambas orillas del río cerca o, incluso, dentro de la ciudad.
Tiene su origen en la quema de combustibles fósiles, especialmente el carbón, con la
consiguiente emisión de CO, COz, S02, S03 y una gran cantidad de partículas en suspensión
(hollines y humos) que daba a la niebla un color pardo grisáceo y cierta consistencia, de ahí la
denominación de «puré de guisantes». Los efectos que producía se centraban en el aparato
respiratorio: irritación de las mucosas, tos, asma, etc. También provocaba una disminución
considerable de la visibilidad.
• Smog fotoquímico o smog estival. Se estudió por primera vez en Los Ángeles (EE UU), en
1944. Se origina en situaciones anticidónicas, con poca dispersión de los contaminantes, y con
fuerte insolación; en estas condiciones se producen muchas reacciones fotoquímicas entre
dichos contaminantes (NOx COVs) y el O2 atmosférico, dando lugar a la aparición de otras
moléculas, especialmente moléculas oxidantes (O2, PAN Y radicales libres).
De todos los compuestos formados, el más destacado es el ozono, y la medida de su
concentración se utiliza como índice de la gravedad de la contaminación fotoquímica.
El O3 se forma a partir del NO2 la radiación solar y el O2 atmosférico, pero se destruye al
reaccionar con el NO dando NO2 y O2 en una serie de reacciones cíclicas, de manera que no se
acumularía en la atmósfera. Pero en presencia de COVs, estos reaccionan con el NO formando
nitrato de peroxiacetileno (PAN) y el 03 se acumula al descender la [NO].
Asimismo, si existen hidrocarburos, el ciclo fotolítico se desequilibra al reaccionar sus radicales
orgánicos oxidados con el NO, oxidando lo y originando radicales libres activos. Así aumenta la
concentración de ozono troposférico puesto que no participa en la oxidación del NO a N02.
Los efectos del smog fotoquímico sobre las personas se localizan fundamentalmente en las
mucosas, produciendo irritación en los ojos y la nariz y complicaciones respiratorias en niños,
en ancianos y en personas con trastornos respiratorios. Sobre las plantas actúa reduciendo la
actividad fotosintética. También tiene un efecto corrosivo importante sobre los metales y
sobre el caucho, produciendo, entre otros efectos, la degradación de los neumáticos de los
vehículos en las ciudades con smog fotoquímico frecuente. Y, además, el 03 es un gas con
efecto invernadero.
4. Los grandes impactos.
Los más importantes son la lluvia ácida a nivel regional y la destrucción de la capa ozono a
nivel global.
Lluvia ácida
La lluvia puede tener de manera natural un cierto grado de acidez llegando, como mucho, a
valores de pH de 5,6. Esta acidez natural se produce por la disolución del CO2 atmosférico en
las gotas de agua, originando H2C03 que posteriormente precipita con la lluvia.
El término de «lluvia ácida» se empleó por primera vez en 1853, en la ciudad inglesa de
Manchester, al observarse que la lluvia corroía los metales, desteñía la ropa tendida y dañaba
gravemente a los vegetales, atribuyéndose estos efectos a la acidez del agua de lluvia. Hasta
1965 no se descubrió el origen de este fenómeno, que es la presencia de óxidos de nitrógeno
(NOx) y, sobre todo, de óxidos de azufre (S02, S03) en la atmósfera. Estos compuestos, una vez
en la atmósfera, pueden caer a la superficie terrestre de dos maneras:
• Deposición seca. Cuando se depositan en la superficie terrestre al poco tiempo de ser
emitidos. Ocurre en las proximidades de los focos emisores, provocando altas concentraciones
de estos elementos que resultan perjudiciales para la vegetación, los suelos y la fauna,
llegando, incluso, a afectar a las personas que los respiren.
• Deposición húmeda. Si, por el contrario, estos compuestos permanecen más tiempo en la
atmósfera, sufren un proceso de oxidación dando lugar a H2S04 y H2S03. Estos ácidos se
disuelven en las gotas de lluvia produciendo una precipitación ácida, la lluvia ácida, aunque
también pueden depositarse como nieve, rocío o niebla.
Puesto que estos compuestos que producen la lluvia ácida, dependiendo de las condiciones
meteorológicas, pueden ser transportados a largas distancias desde las fuentes emisoras,
dicha lluvia podrá afectar a zonas y ecosistemas muy diversos, a cientos de kilómetros de los
focos emisores. Así, en Europa, los contaminantes emitidos por los países más industrializados
como Gran Bretaña y Alemania se trasladan hacia Noruega, Dinamarca y los países del Este,
donde se depositan.
Los efectos más importantes de la lluvia ácida son:




Acidificación de las aguas superficiales, sobre todo de las estancadas, los lagos y las
lagunas. Los más susceptibles son los de menor volumen, hasta el punto de hacerlos
inviables para la vida. Así ha sucedido con la cuarta parte de los numerosos lagos
suecos, que han sido contaminados por las industrias británicas.
Acidificación de los suelos, modificándose el equilibrio iónico. Se produce una
disminución de los iones necesarios para las plantas como el Ca y el Mg y aumentan
otros potencialmente tóxicos como el Al y el Mn.
Destrucción de la vegetación, especialmente los bosques, debido al contacto directo
de la lluvia ácida sobre los árboles que provoca la caída prematura de las hojas y la
destrucción de la corteza.
Ataque a diferentes materiales, como corrosión de metales y la degradación y
alteración de los materiales de construcción (el llamado «mal de la piedra»).
Destrucción de la capa de ozono estratosférica
Entre los años 1977 y 1984 se detectó que la cantidad de ozono existente durante la primavera
en la Antártida había disminuido en un 40 %. Los científicos denominaron a este fenómeno «el
agujero de ozono». Sin embargo, el término no se ajusta a la realidad, ya que lo que realmente
se produce es una disminución del espesor de la capa de ozono, entre 1 y 2 km, a una altura de
unos 16 km.
En la estratosfera, el ozono se forma y se destruye mediante un conjunto complejo de
reacciones simples. El oxígeno molecular absorbe la radiación ultravioleta originando oxígeno
atómico que, al reaccionar con el oxígeno molecular, produce ozono. Esta reacción es
reversible, el ozono absorbe luz ultravioleta disociándose en oxígeno molecular y oxígeno
atómico.
Formación de ozono:
O2 + UV « 240 nm  O + O
O+O2  O3
Destrucción del ozono:
O3 + UV « 320 nm O + O2
O+O3  O2 + O2
Además, algunos compuestos presentes en la atmósfera (H2O, N2O) actúan como
catalizadores en una serie de reacciones que consumen ozono y oxígeno atómico para dar
oxígeno molecular. Éste se convierte de nuevo en ozono, en un proceso continuo de formación
y destrucción.
El problema surge cuando se incrementa la concentración de los compuestos que favorecen la
transformación de ozono en oxígeno molecular o aparecen compuestos nuevos con las mismas
propiedades como el N02 o los clorofluorocarburos (CFC), usados como agentes refrigerantes,
disolventes, espumas aislantes, propelentes de aerosoles, plaguicidas agrícolas, etc.
Cada átomo de CI puede permanecer en la estratosfera alrededor de 100 años, y puede
catalizar la destrucción de unas 100.000 moléculas de ozono
Si la pérdida de ozono se produce precisamente sobre los polos, es porque a temperaturas
muy bajas (-80 °C), los NOx se hielan, se inactivan y no pueden capturar átomos de cloro. Los
NOx al helarse actúan como núcleos de condensación cayendo junto con la nieve. Esto explica
por qué después de la estación fría, en primavera, es más acusado el adelgazamiento de la
capa de ozono y por qué esta pérdida es más acusada sobre el polo sur, al ser más fría la
estratosfera sobre la Antártida que sobre el Ártico.
Las consecuencias de la pérdida de la capa de ozono estratosférica son potencialmente graves
para la biosfera, ya que la radiación ultravioleta es un potente agente mutagénico: el ADN
absorbe esta radiación modificando su estructura.
En 1985 se firma el Convenio de Viena para la protección de la capa de ozono, como
instrumento marco en el que se identificarán los problemas y se desarrollarán las acciones de
cooperación internacional.
En 1987 se firma el Protocolo de Montreal para la eliminación de las sustancias que agotan la
capa de ozono. Se espera la lenta recuperación de la capa de ozono en los próximos 50 años.
El CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL
Actualmente, la temperatura media global del planeta es de 15°C; sin embargo, parece que no
siempre fue así. Al estudiar el registro geológico se llega a la conclusión de que tal clima
terrestre ha variado, a veces de manera extrema.
Si consideramos globalmente la historia de la Tierra, el clima «normal» es mucho más cálido
que el actual, con las regiones polares libres de hielo e, incluso, las zonas templadas cubiertas
de vegetación exuberante.
Pero a lo largo de sus 4.500 millones de años, la Tierra ha conocido períodos fríos
denominados épocas glaciales. A excepción de la primera, ocurrida hace entre 2.500 y 2.300
m.a., las seis restantes han tenido lugar en los últimos 1.000 m.a., es decir, parece un
fenómeno «reciente».
Cada época glacial puede durar millones o decenas de millones de años, y dentro de la época
glacial se da una sucesión rítmica de glaciaciones propiamente dichas, separadas por
interglaciaciones de corta duración, más cálidos; durante los últimos 800.000 años las
glaciaciones han tenido una duración de alrededor de 100.000 años. En cada período
interglacial se producen oscilaciones climáticas más cortas, que se suelen denominar óptimos
c1imáíicos y crisis climáticas. Ahora estamos en un período interglacial, el último, de la actual
época-glacial que comenzó hace más de tres millones de años.
La Tierra empezó a enfriarse hace 65 millones de años, poco después de la desaparición de los
dinosaurios, pero hasta hace sólo unos 3 m.a. no se estableció la presente época glacial. Antes,
durante todo el Mesozoico (entre 200 y 50 m.a.), los dinosaurios, cocodrilos y grandes
serpientes vivían cerca de los polos.
Por lo tanto, el hombre surge sobre el planeta en una época glacial, si bien aparece en África,
cerca del ecuador, donde las condiciones climáticas no eran tan duras. Y, como es lógico, las
variaciones climáticas que se han producido a lo largo de esta época (glaciaciones y períodos
interglaciales) han tenido una influencia fundamental en el desarrollo de la humanidad.
Algunos hechos históricos muestran claramente esta influencia:
• Nacimiento de la agricultura y la ganadería en el Neolítico hace alrededor de 11.000 años.
Coincide con una retirada drástica de los hielos hacia latitudes más altas.
• La aparición de civilizaciones importantes y prósperas, primero en latitudes más bajas
(Oriente Medio, India, China) y luego con mayor dispersión geográfica (Grecia, Fenicia, Roma).
Coincide con un óptimo climático.
• El descubrimiento de Islandia y Groenlandia por los vikingos, entre los años 800 y 1250,
coincidente con otro óptimo climático. Hasta tal punto era favorable el clima en el norte de
Europa que en Groenlandia se cultivaba avena, centeno y cebada (Groenlandia significa «tierra
verde» en escandinavo).
• Entre 1645 y 1715 hubo una crisis climática que hizo avanzar a los glaciares de todo el
planeta. Este período, en Europa, se conoce como «la pequeña edad del hielo» y durante ese
tiempo el río Támesis se heló.
Causas naturales de los cambios climáticos
La pregunta que surge es: ¿Cómo se pueden explicar estos cambios climáticos a lo largo de los
4.500 m.a. de existencia de la Tierra? Para contestarla se han propuesto factores de tres tipos.
2.1. Oscilaciones climáticas debidas a los ciclos astronómicos
La Tierra no siempre la recibe la misma energía procedente del Sol. La órbita de la Tierra es
elíptica, ocupando de manera que en su movimiento de traslación alrededor del Sol, que se
encuentra en uno de los halla más lejos (afelio) y otras más cerca (perihelio)
Al mismo tiempo que la Tierra se traslada alrededor del Sol, gira sobre sí misma de oeste a
este según un eje que no es exactamente perpendicular al plano de la eclíptica (plano que
contiene a la órbita de la Tierra), sino que se desvía de esa perpendicular un ángulo de 23,5°
(oblicuidad o inclinación del eje de rotación). Este hecho determina que, conforme se realiza la
traslación alrededor del Sol, se produzcan cambios en la distribución de la radiación solar que
llega al planeta, lo que provoca la existencia de las estaciones.
En la actualidad, las estaciones cálidas (primavera y verano) son más largas que las frías en el
hemisferio norte (exactamente siete días de diferencia), aunque al ocupar la Tierra la posición
más alejada son algo más suaves que los del hemisferio sur, donde la menor distancia entre el
Sol y la Tierra intensifican los rigores de las estaciones.
Pero no siempre ha sido así, ni lo será en el futuro, porque las constantes astronómicas de la
Tierra cambian de manera cíclica:
Precesión de los equinoccios. El eje de rotación de la Tierra tiene un movimiento de
«bamboleo» semejante al giro que describe el eje de una peonza, denominado precesión axial.
Este movimiento del eje produce en sentido contrario al de rotación del planeta y determina la
posición de las estaciones en la órbita terrestre, es decir, de los solsticios y equinoccios. Las
posiciones se repiten de manera cíclica cada 22.000 años y a este ciclo se le denomina
precesión de los equinoccios.
La precesión de los equinoccios determina si el verano de un hemisferio coincide en una zona
de la órbita alejada o próxima al Solo, dicho de otra forma, si la inclinación del eje y la distancia
Tierra-Sol colaboran entre sí para reforzar los rigores estacionales en un hemisferio y
suavizarlos en el otro.
La excentricidad de la órbita terrestre. A causa de las Interacciones gravitatorias entre los
planetas del Sistema Solar, la forma de la órbita terrestre, definida por su excentricidad,
cambia de manera continua, oscilando entre casi circular (excentricidad = 0,005) Y bastante
elíptica (excentricidad = 0,06), con un período de alrededor de 100.000 años. El valor de la
excentricidad determina la variación en la energía recibida por la Tierra a lo largo del año.
Cuando la órbita es muy elíptica, la diferencia de la radiación solar puede llegar a ser grande
entre el afelio y el perihelio, lo que, a su vez, hace que en un hemisferio (aquel para el cual el
perihelio y el solsticio de verano estén más próximos) se intensifiquen las estaciones
aumentando el contraste entre ellas, mientras que en el otro hemisferio se suavicen.
En la actualidad, la órbita de la Tierra tiene una excentricidad baja, de 0,0167, y está
disminuyendo; aun así, los veranos en el hemisferio sur son más cálidos y los inviernos más
fríos que en el hemisferio norte.
Oblicuidad del eje de rotación de la Tierra. El ángulo de inclinación del eje de rotación de la
Tierra varía entre 21,6° y 24,5°, con una periodicidad de 41.000 años, En la actualidad está
desviado 23,5° con respecto a la perpendicular a la eclíptica y estamos en fase de disminución.
Cuanto más inclinado está el eje, mayor es el contraste entre el verano y el invierno en las
latitudes altas de ambos hemisferios y más insolación reciben los polos en verano, mientras
que en el ecuador no se nota este efecto.
La combinación de estos tres parámetros orbitales controla la cantidad de radiación solar
recibida en cualquier latitud de la Tierra en períodos de tiempo de miles a cientos de miles de
años.
Figura: Precesión de los equinoccios. La línea gruesa indica la latitud intertropical en donde en alguno de los últimos
22.000 años, coinciden la época en la que el Sol pasa por el zénit (verano local) con el perihelio (época de mayor
proximidad de la Tierra y el Sol) (nota: el mapa de fondo sirve únicamente de referencia geográfica para situar los
paralelos).
Teoría astronómica de las glaciaciones. Teoría de Milankovitch
De todos los cambios climáticos ocurridos, los que primero se descubrieron y más interés
generaron fueron las glaciaciones del Cuaternario. La teoría astronómica de las glaciaciones o
teoría de Milankovitch, llamada así en honor del astrónomo serbio Milutin Milankovitch, trata
de relacionar esas glaciaciones con los ciclos de las tres constantes orbitales terrestres
mencionadas
Parte de una idea: lo que conduce a una glaciación es una reducción de la insolación en verano
y no una sucesión de inviernos rigurosos, ya que la causa de que se extienda la cobertura de
hielo sobre el planeta es la reducción de la fusión estival y, de esta forma, en el invierno
siguiente el crecimiento de los hielos compensa y supera las pérdidas estivales.
Según esta idea, el verano es la estación clave: cuando el verano coincide con el perihelio y la
inclinación del eje de rotación de la Tierra es superior a 23,8° se produce la máxima insolación
estival y comienza un período interglacial.
Sin el perihelio en verano (junio), el efecto de la inclinación del eje por sí solo no basta para
producir una retirada importante de hielo; de la misma manera, sin el efecto de la inclinación
del eje, aún con el perihelio en junio, el calor estival tampoco es suficiente. Sin embargo,
cuando la inclinación es pronunciada, de modo que la diferencia entre estaciones es grande, y
el perihelio tiene lugar en junio, produciéndose veranos muy cálidos e inviernos muy fríos,
ambos efectos juntos son capaces de fundir suficiente hielo como para suavizar de manera
temporal las condiciones de una glaciación.
Mantos de hielo Laurentino y
Finoescandinavo
en
el
hemisferio norte durante el
Ultimo Máximo Glacial, hace
22.000 años.
Circulación marina superficial
en el Atlántico (líneas blancas)
y frente oceánico polar (línea
roja), hasta la cual llegaban los
icebergs antes de derretirse.
Es posible que al comienzo de
la glaciación hubiese existido
un manto de hielo sobre los
mares de Barents y Kara
Distintas técnicas, especialmente mediante el análisis isotópico del oxígeno demostraron que
los grandes cambios climáticos ocurridos en los últimos 500.000 años se habían producido, con
un período dominante de 100.000 años, gracias al cambio de la excentricidad de la órbita
terrestre. Además, en segundo término, pero claramente, aparecían ciclos en torno a 43.000 y
20.000 años, que debieron ser responsables de cambios menores en la extensión de los hielos
glaciares.
La teoría de Milankovitch es hoy aceptada mayoritariamente. Sin embargo, aún queda una
cuestión fundamental por dilucidar: se sabe el origen de todo el proceso, que son las
variaciones en la insolación producidas por los ciclos orbitales, y se conoce el efecto final, que
son los cambios climáticos, pero no sabemos casi nada sobre los mecanismos que determinan
que las pequeñas modificaciones en el balance energético producidas por ligeros cambios en la
insolación provoquen, en ocasiones, cambios c1imáticos tan bruscos como las glaciaciones.
Esos mecanismos deben comprender procesos de realimentación positiva que amplifiquen la
respuesta del sistema climático global. Los mecanismos que actuarían pueden ser numerosos y
parece que dependen de la configuración del sistema terrestre en cada período de tiempo.
En el Cuaternario, los tres elementos determinantes para poder explicar el papel
preponderante de los cambios de excentricidad en la alternancia de períodos fríos
(glaciaciones) y cálidos (períodos interglaciales) parece que son:



La distribución de los continentes y océanos
La configuración de las corrientes oceánicas
El comportamiento inestable del hielo cuando alcanza grandes acumulaciones. Sin
embargo, durante el Terciario, etapa en la que no existieron épocas glaciales, el ciclo
orbital que más influencia tuvo en el clima fue el de oblicuidad. Y en el Mesozoico, la
etapa más cálida de la Tierra, el papel preponderante en las fluctuaciones c1imáticas
parece que correspondió a la precesión de los equinoccios.
¿Cuándo empezará la próxima glaciación? Por el momento estamos aprovechando los
beneficios acumulados del último óptimo climático del actual período interglacial, y nos
aproximamos a una configuración orbital propicia para desencadenar una intensa glaciación: el
ángulo de inclinación del eje de rotación de la Tierra ha llegado ya a 23,5° y sigue
disminuyendo, la diferencia entre las estaciones se está reduciendo y, además, el afelio actual
se da en julio, con lo que los veranos del hemisferio norte son ya lo bastante frescos como
para que las capas de hielo permanezcan. En términos de geometría orbital, el período
interglacial ha terminado ya.
Lo que tendría que ocurrir, por tanto, es que la temperatura descienda notablemente desde
ahora hasta la próxima glaciación, que tendrá lugar aproximadamente dentro de 4.000 años,
quedando el planeta quedará inmerso en una glaciación durante otros 100.000 años hasta el
siguiente período interglacial.
Influencia de la configuración de continentes y océanos por los movimientos de las
placas litosféricas.
La dinámica de la litosfera, según la teoría de la tectónica global, explica por qué la
distribución de los continentes y océanos ha variado a lo largo del tiempo geológico. Esta
distribución de los continentes y océanos afecta al clima global en un doble aspecto.
Por un lado, determina la cantidad de radiación solar que puede ser absorbida por la superficie
terrestre, ya que el albedo de los> océanos, no así el de los continentes, varía notablemente en
función del ángulo con que inciden los rayos solares: a menor ángulo de incidencia, mayor
albedo (se comprueba fácilmente al observar una superficie de agua al amanecer o al
atardecer: se reflejan los rayos solares mucho más que en las horas centrales del día).
Con los océanos en latitudes altas (ángulo de incidencia pequeño) su albedo provoca que el 25
% de la radiación incidente se refleje, absorbiéndose el 75 % restante. Contrariamente, con la
mayor parte de la hidrosfera en latitudes bajas (ángulo de incidencia próximo a 90°), se refleja
sólo un 5 %, absorbiéndose un 95 % de la radiación solar incidente.
Por otro lado, la presencia de masas continentales sobre los polos o en latitudes altas impide
la llegada de las aguas cálidas ecuatoriales a los polos, provocando la acumulación de nieve
durante los inviernos que no se fundirá con la llegada de los veranos. Esa acumulación
incrementará el albedo de esas zonas que, a su vez, favorecerá más acumulación de nieve, y
así sucesivamente. En poco tiempo se pueden formar gruesas y extensas capas de hielo sobre
los polos, lo que podría ser el inicio de una glaciación.
En parte, ésta es la situación actual: en el hemisferio norte, en latitudes altas, se encuentran
Islandia y Groenlandia cubiertas de hielo que, además, rodean a un mar polar, el Ártico, que
está helado porque el agua cálida de la Corriente del Golfo no puede llegar hasta él. En el polo
sur se encuentra otro continente helado, la Antártida. De esta forma, en la época actual, por
primera vez en la historia de nuestro planeta tenemos dos casquetes de hielo en los polos.
2.4 Crisis climáticas por eventos catastróficos
La influencia de la actividad volcánica sobre el clima es un hecho comprobado con las
erupciones ocurridas durante las últimas décadas.
En una erupción volcánica, especialmente si presenta un carácter explosivo, se emiten a la
atmósfera importantes cantidades de gases y polvo que ascienden hasta la estratosfera, donde
las fuertes corrientes horizontales los dispersan por todo el planeta y los mantienen en
suspensión durante largo tiempo, aumentando el albedo y reduciendo, por lo tanto, la
radiación que llega al suelo. En 1883, el volcán Krakatoa lanzó a la atmósfera 54 km3 de polvo y
gases que provocaron una disminución de un 10% en la radiación que llegaba al suelo durante
años.
Sin embargo, hay que tener en cuenta el efecto contrario de estos productos emitidos a la
atmósfera: el calentamiento del propio polvo por absorción de la radiación solar y el
incremento del efecto invernadero provocado por el aumento del CO2 y de otros gases con
efecto invernadero. Por lo tanto, parece que las erupciones volcánicas pueden producir un
enfriamiento transitorio, pero no es probable que lleguen a provocar una prolongada crisis
c1imática y, menos aún, un período glacial.
El impacto de cuerpos extraterrestres es uno de los sucesos que más llama la atención de la
gente, no sólo por sus implicaciones c1imáticas, sino, sobre todo, por sus efectos catastróficos
sobre la biosfera, ya que pueden provocar la extinción de numerosas especies.
El impacto de un objeto celeste que tenga entre 0,5 y 5 km de diámetro provocaría un cambio
drástico y global en las condiciones climáticas del planeta que podría acabar, incluso, con la
humanidad. La capa de polvo que cubriría el planeta durante mucho tiempo reduciría
notablemente la radiación solar que llega a la superficie, afectando a la fotosíntesis y,
consecuentemente, a todas la cadenas tróficas.
Estos cálculos indican que las posibilidades de que un cuerpo celeste de esas dimensiones
colisione con la Tierra en el siglo XXI son muy bajas, pero no desestimables: 1 entre 10.000.
Actualmente, la NASA tiene establecido un servicio de vigilancia espacial mediante satélites, en
conexión con una red de misiles nucleares para desviar la trayectoria del posible cuerpo
celeste que se acerque a nuestro planeta.
1.4 Cambios en la intensidad del efecto invernadero
El Sol en sus comienzos tenía que ser más frío y emitir una radiación mucho menor que en la
actualidad, como ocurre con todas las estrellas; en consecuencia, toda la hidrosfera y toda la
superficie terrestre debería de haber estado helada hasta hace 2.000 m.a. y, sin embargo, no
fue así. Este problema teórico se conoce como «la paradoja del Sol joven frío». ¿Por qué,
entonces, no hay indicios de glaciaciones muy antiguas? La mejor explicación disponible es que
la Tierra primitiva tenía en su atmósfera una cantidad de CO2 mucho mayor que la actual, que
retenía el poco calor que el Sol enviaba gracias a un intenso efecto invernadero.
Existen evidencias de que a finales de la Era Primaria, hace 250 millones de años, al océano le
faltaba oxígeno y estaba repleto de bacterias amantes del sulfuro. Este hallazgo sería la
consecuencia de erupciones volcánicas que podrían haber propagado gases de efecto
invernadero por el aire, lo que habría elevado las temperaturas de una atmósfera envenenada
por emisiones volcánicas calientes y sulfúricas. Puede que este hecho tuviera alguna incidencia
en la extinción masiva de especies que tuvo lugar en este periodo como consecuencia de la
formación del supercontinente Pangea II.
Se sabe que en los últimos miles de años la concentración de CO2 atmosférico se mantuvo
alrededor de 280 ppm, pero a partir de la Revolución industrial, con la quema de combustibles
fósiles y la deforestación de los bosques, comenzó un vertiginoso ascenso hasta las 366,7 ppm
en 1998.
Existen otros gases de invernadero (metano, óxido nitroso, CFC, .. ) mucho más potentes que
el CO2, pero su incidencia en el efecto no es tanta, dada su menor concentración en la
atmósfera.
Las previsiones realizadas si el incremento del efecto invernadero continúa son:
• Subida del nivel del mar por el deshielo, de 15 a 95 cm., durante los próximos 100 años, con
inundaciones en las zonas costeras.
• Disminución del albedo, con lo que se elevarían aun más las temperaturas.
• El océano Ártico se descongelaría y el agua sería menos densa, lo que originaría problemas
en la cinta transportadora oceánica.
• Aumento generalizado de las temperaturas de la troposfera, sobre todo en los continentes
del hemisferio norte: las temperaturas subirían entre 1 y 3,5 cC.
• Cambios en la distribución de las precipitaciones según las regiones, lo que traería
inundaciones, sequías, huracanes y avance de los desiertos subtropicales.
• Problemas de salud a causa del hambre y las enfermedades derivadas de una disminución de
las cosechas.
• Reactivación de ciertas enfermedades producidas por mosquitos y otros vectores de
transmisión, debido a la expansión de las zonas ,ás calientes. Por ejemplo, la reintroducción de
la malaria en Europa.
3. Grandes crisis en la historia de la Tierra
La distribución de los continentes ha sufrido grandes modificaciones a lo largo de los tiempos
geológicos. Este hecho influyó en el clima y, como consecuencia en las extinciones de las
especies. A continuación veremos los cambios más relevantes:
3.1. Conjunción continental en el Paleozoico Superior.
Desde el Devónico (385 m.a.) los continentes comenzaron a aproximarse hasta que formaron,
a finales del Pérmico (alrededor de 240 m.a) un supercontinente sobre el polo Sur que hemos
llamado Pangea II.
La presencia de este supercontinente frenó y modificó las corrientes atmosféricas y oceánicas,
impidiendo el transporte de calor hasta los polos, lo que significó que las zonas polares
estuvieron más frías de lo habitual: fue el periodo de la glaciación carbonífera que ha quedado
registrada con tillitas en África del sur, Suramérica, India y Australia. El nivel del mar alcanzó
niveles muy bajos y las tierras emergidas fueron las más numerosas de la historia del planeta
La presencia de un continente fomenta, cuando hace frio, que se forme un anticiclón
persistente sobre él. Eso le ocurrió a Pangea ", existiendo grandes contrastes de temperatura
entre las zonas ecuatoriales y polares. El viento frío y seco que saldría del centro de este
anticiclón, acabaría originando un clima árido y desértico cuando la unión de los continentes se
completó. Esta desertización comenzó en el Pérmico, último periodo del Paleozoico, y se
prolongó hasta el Triásico medio (primer periodo de la Era secundaria), momento en el que
Pangea comenzó su fragmentación.
Este gran cambio climático tuvo el mayor impacto sobre la biodivesidad que conocemos pues
supuso la extinción del 52 % de las especies.
3.2 Evento catastrófico del final del Cretácico
Durante el Jurásico los océanos eran 15°C más cálidos que hoy; las latitudes templadas se
prolongaban hasta los polos, impidiendo la formación de casquetes de hielo. Parece que esta
situación se mantuvo así hasta bien entrado el Terciario (hace 40 millones de años
aproximadamente). Por este motivo resulta difícil demostrar las extinciones de los dinosaurios
a partir de glaciaciones u otros cambios c1imáticos.
En los estratos del final del cretácico de todo el mundo aparece una capa de arcilla gris de unos
cuantos milímetros de espesor, haciéndose más espesa en el mar Caribe y la península de
Yucatán. Algún acontecimiento repentino depositó esa extraña capa de sedimentos en el lapso
de menos de un año. En los estratos que quedan encima de esta capa hay fósiles muy
distintos. La banda gris marca la gran extinción que dio lugar a nuevas especies y permitió la
diversificación de los mamíferos.
En esa capa de arcilla gris se encontraron elementos químicos que son poco abundantes en la
Tierra. La composición química del material que la compone no se parece a la de ninguna roca
terrestre, pero en cambio es casi idéntica a la de muchos meteoritos y asteroides,
especialmente por su contenido de iridio. Entre la arcilla iridiada hay trozos de cuarzo con
huellas de haber sufrido un golpe muy violento.
En 1980 Walter Álvarez elaboró una hipótesis que reconstruyo los
hechos de la siguiente manera: hace 65 millones de años, en lo que sería
el final del periodo cretácico, un asteroide de unos 10 kilómetros de
diámetro chocó con la Tierra. La colisión lanzó tanto calor y polvo a la
atmósfera, que produjo incendios por todo el planeta e impidió el paso
de la luz del Sol durante muchos meses. Con la falta de sol, la mayoría de
las plantas murieron. Como las plantas son la base de la cadena
alimenticia, su exterminio casi total desencadenó la ola de extinciones
de ese periodo, entre ellas, las de todos los dinosaurios.
Límite K-T
Con el paso de los años se fueron acumulando pruebas:
• La capa rica en iridio contiene también hollín, señal de incendios forestales por todo el
planeta.
• Hay indicios, asimismo, de acidificación repentina de los mares (otra posible consecuencia
del impacto),
• Se encontraron minerales que se forman sólo en condiciones de grandes presiones y
altísimas temperaturas, como las que acompañarían al supuesto impacto.
Pero a fines de los años 80 faltaba aún la prueba mayor, el rastro inequívoco de un impacto: un
cráter del tamaño y la antigüedad adecuados. En 1990, se localizó un cráter semisumergido de
la península de Yucatán,(cráter de Chicxulub) que no estaba a la vista pues se encontraba
enterrado bajo cientos de metros de sedimentos depositados a lo largo de 65 millones de
años. El diámetro -más de 20 kilómetros-coincidía bien con lo que se esperaba de un impacto
capaz de producir semejante catástrofe.
La influencia de la actividad humana en el cambio climático
El aumento de la concentración de gases invernadero en la atmósfera es realmente algo
científicamente comprobado, pero no se puede asegurar científicamente, con total evidencia,
por ahora, que se esté produciendo un calentamiento global y un cambio climático como
consecuencia del aumento de gases emitidos por la actividad del hombre a la atmósfera.
Pero como hay importantes sospechas de que sea así, y las consecuencias pueden ser muy
graves, lo lógico y prudente es tomar las medidas oportunas para impedir que las emisiones de
dióxido de carbono sigan creciendo mientras se sigue estudiando este efecto con gran
atención.
En el Convenio sobre el Cambio Climático de la Conferencia de Río de 1992, se concluyó que si
los países en vías de desarrollo siguen nuestro modelo de explotación incontrolada en cuanto
al consumo de los recursos, las emisiones de gases de efecto invernadero se dispararán. La
solución que se propuso fue la de propiciar su desarrollo económico mediante el uso de
energías renovables, limpias y sostenibles, siendo ésta una labor global que habrían de
subvencionar los países ricos.
El primer intento de poner un límite a las emisiones de gases de efecto invernadero lo supone
el Protocolo de Kioto, de diciembre de 1997. Su objetivo es reducir en los países desarrollados
una media de un 5,2 por 100 hasta el año 2012, respecto a las emisiones correspondientes a
1990, con el fin de estabilizar su concentración en la atmósfera. Sin embargo, no se impone
ningún límite a las emisiones de los países pobres.
Pronto se comenzó a hablar de los mecanismos de flexibilidad con la finalidad de que las
reducciones no fueran tan drásticas:
• El primero de dichos mecanismos se basa en la compraventa de emisiones (un país puede
comprar a otro los derechos de las emisiones, de forma que pueda alcanzar sus objetivos).
• El segundo se denomina Mecanismo de Desarrollo Limpio (invita a los países desarrollados a
invertir en proyectos de desarrollo del Sur)
• El tercero consiste en la inclusión de sumideros de carbono (aumentar las emisiones a
cambio de plantar árboles y otros vegetales).
El sistema de compraventa de emisiones de gases de efecto invernadero debatido en la
Cumbre de Buenos Aires [1998) y en la Cumbre de la Haya (2000) se basó en que los países
ricos podrían aumentar su cuota de emisiones en función de sus inversiones en tecnologías
limpias, llevadas a cabo en los países pobres. Este mecanismo se podría aplicar también a los
países ricos que lograsen rebajar sus emisiones más allá de las establecidas en Kioto y podrían
vender las sobrantes para que otros países lograsen sus objetivos.
Los datos de que disponemos en la actualidad nos hacen ser pesimistas respecto al control
propuesto: Estados Unidos se ha negado a reducir sus emisiones y en la Comunidad Europea,
las emisiones de los gases de efecto invernadero presentan una tendencia ascendente. De
seguir así, no se podría alcanzar los objetivos de la Cumbre de Kioto y para el año 2012 podrían
incrementarse entre un 6 y un 8 por 100 en vez de reducirse el 8% previsto.
Medidas de corrección de la contaminación atmosférica
Tienen por objeto reducir o eliminar la emisión de contaminantes en el foco de emisión. Esto
se puede conseguir de dos maneras, o bien captando los gases contaminantes en este foco, o
bien modificando el proceso industrial, transformando los productos peligrosos en otros
menos perjudiciales. Algunas medidas correctoras que se utilizan con frecuencia son:

Chimeneas de gran altura. Estas chimeneas favorecen la buena dispersión de los
contaminantes emitidos diluyendo la contaminación local. Pero hay que recordar que
la emisión global no disminuye.
 Filtros. La utilización de filtros es efectiva para el caso de partículas sólidas (99,9 % de
efectividad). Se fabrican de diferentes materiales.
 Precipitadores. Hay de muchos tipos. Según el sistema que se use para conseguir la
precipitación de los contaminantes tenemos:
Precipitadores electrostáticos. Cargan a las partículas con un voltaje alto para luego atraerlas
sobre unas placas cargadas eléctricamente.
Precipitadores electrostáticos húmedos. Iguales que los anteriores pero pasando el aire
contaminado a través de una niebla de agua. Así se capturan más eficazmente las partículas
sólidas y, además, se disuelven algunos gases.
Precipitadores electrostáticos húmedos con soluciones limpiadoras. Se utilizan soluciones de
cal (CaO) o caliza (CaCO3) que reaccionan con los gases de azufre. Es la mejor solución en
chimeneas de centrales térmicas, aunque generan residuos líquidos contaminados.



Procesos de combustión. Los contaminantes se queman en quemadores especiales.
Utilización de vehículos eléctricos. Es una buena solución para evitar la contaminación
en zonas urbanas.
Convertidores catalíticos (catalizadores). Su empleo en los motores de los vehículos
limita la cantidad de contaminantes emitidos por los tubos de escape (CO, COVs),
transformándolos en vapor de agua Y CO2. Por desgracia también favorecen la
oxidación de las trazas de azufre y nitrógeno presentes en la gasolina, produciendo
óxidos de azufre y de nitrógeno.
Medidas preventivas a la contaminación atmosférica: Medidas
individuales.
Cambiar las bombillas incandescentes por las de bajo consumo (CFL) ya que consumen 60%
menos electricidad que una bombilla tradicional, con lo que este simple cambio reducirá la
emisión de 140 kilos de CO2 al año.
Regular la temperatura de calefactores y aire acondicionado a 22 0 23 ºC se podrían ahorrar
unos 900 kilos de dióxido de carbono al año.
No usar la bañera, una ducha de 5 minutos es suficiente, ahorrando gran cantidad de
combustible.
Tender la ropa en vez de la usar una secadora eléctrica. Si se seca la ropa al aire libre la mitad
del año, se reduce en 320 kilos la emisión de dióxido de carbono al año.
Comprar productos de papel reciclado. La fabricación de papel reciclado consume entre 70% y
90% menos de energía y evita que continúe la deforestación mundial.
Comprar alimentos frescos. Producir comida congelada consume 10 veces más energía. Se
evita el transporte que también consume energía.
Evitar comprar productos envasados. Si se reduce en un 10% la basura personal se puede
ahorrar 540 kilos de dióxido de carbono al año.
Reciclar, se pueden ahorrar hasta 1000 kilos de residuos en un año reciclando la mitad de los
residuos de una familia.
Elegir un vehículo de menor consumo. Un vehículo nuevo puede ahorrar 1.360 kilos de
dióxido de carbono al año si este rinde dos kilómetros más por litro de combustible (lo mejor
sería comprar un vehículo híbrido o con biocombustible)
Usar menos el vehículo. Caminar, ir en bicicleta, compartir el vehículo y usar el transporte
público. Además es saludable para el sistema circulatorio.
Reducir el uso del vehículo propio en 15 kilómetros semanales evita emitir 230 kilos de
dióxido de carbono al año.
Revisar frecuentemente los neumáticos. Una presión correcta de los neumáticos mejora la
tasa de consumo de combustible en hasta un 3%. Cada litro de gasolina ahorrado evita la
emisión de tres kilos de dióxido de carbono.
Plantar árboles. Una hectárea de árboles, elimina a lo largo de un año, la misma cantidad de
dióxido de carbono que producen cuatro familias en ese mismo tiempo. Un solo árbol elimina
una tonelada de dióxido de carbono a lo largo de su vida.
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