Las normas internacionales podrían promover una estandarización

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Las normas internacionales
podrían
promover
una
estandarización
de
las
condiciones de las ciudades
para
mitigar
el
impacto
ambiental.
Por William H. Alfonso P. (*)
Algunas
condiciones
de
la
globalización, han servido para
revisar los aspectos de crecimiento
y desarrollo de las ciudades:
Existe una presión de la “red
global de ciudades” para que se
consideren como competitivas,
sólo aquellas urbes que atiendan o
mitiguen
los
fenómenos
de
contaminación, incluyan medidas
para disminuir el impacto en el
cambio climático y garanticen las
condiciones de seguridad de sus
habitantes, incluyendo mejoras en
las condiciones de habitabilidad y
calidad de vida.
El
proceso
de
urbanización
mundial avanza exponencialmente
de igual forma que la demanda de
bienes y servicios, la generación
de basuras, aguas residuales, aire
contaminado, lo que altera la
calidad de vida y la seguridad en
general de la población. Entre las
mayores preocupaciones de las
ciudades con mayor tasa de
crecimiento se encuentran el tema
del abastecimiento de agua y
alimentos, la contaminación, las
dinámicas
inmobiliarias
y
la
competitividad global que exige la
incorporación de tecnologías más
limpias en la productividad.
Una iniciativa de la “International
Organization for Standardization”
ISO,
busca estandarizar o
normalizar ciertos procesos en las
ciudades
para
mejorar
la
utilización
de
los
limitados
recursos
y
disminuir
la
vulnerabilidad de sus habitantes,
mejorando
a
su
vez
las
condiciones de calidad de vida,
bienestar y habitabilidad. La ISO
anunció en su publicación ISO
Focus+ del 15 de enero de 2103
que va a promover la difusión
pública e incentivar la aplicación
de algunos estándares en las
ciudades a través de las normas
internacionales y a través de los
Comités técnicos de normalización
a nivel nacional y regional, con el
fin de volver inteligentes ciertos
aspectos
en
las
ciudades:
“mejorar
de
la
eficiencia
energética, el aumento de la
seguridad, la planificación de un
desarrollo urbano sostenible, el
desarrollo de redes de carreteras
fiables y medios de transporte
efectivos, la reducción de la
contaminación, el tratamiento del
agua y la gestión de las aguas
residuales, entre otros”.
La crisis financiera internacional y
los cambios en la distribución del
poder
mundial
han
afectado
especialmente a las ciudades: En
la medida en que cada día la
población se concentra más, es
necesario cambiar ciertos aspectos
que van más allá de los atributos
económicos,
tales
como
las
racionalidades de consumo y
percepciones culturales, aunque
también se busca frenar riesgos,
como las burbujas inmobiliarias,
procesos de sobre inversión, entre
otros, que afecten la seguridad de
la población.
La
disponibilidad
de
esta
información
estandarizada,
proporciona a las ciudades nuevos
retos
y
oportunidades
que
permiten institucionalizar algunas
metas, gracias a que permiten
contar una línea base pública que
facilita la gestión y desarrollo de
proyectos para disminuir las
brechas existentes entre ciudades
y acercar más la gestión exitosa
con un enfoque más sostenible.
Las ciudades comienzan a aceptar
cambios para volver inteligentes
ciertos procesos con un paralelo
de estándares, mejorando la
productividad a base de la
innovación tecnológica, como es el
caso de redes inteligentes para
distribución eléctricas, edificios
con certificación de estándares
ambientales y sostenibles, manejo
integral de residuos sólidos con
mayor reciclaje y reutilización, el
uso de energías renovables y el
mejor uso del recurso hídrico.
Otra aplicación de las normas o
estándares en las zonas urbanas
es la de aumentar la conciencia
sobre el valor ecosistémico y
paisajístico que tiene el medio
natural en su desarrollo, donde se
quiere evitar el impacto ambiental
y estético por la construcción de
estructuras
urbanísticas
sobre
unidades paisajísticas, buscando
generar ciudades acogedoras y no
sólo
conglomerados
de
edificaciones para producir y vivir.
Estos elementos son claves en los
nuevos estándares y normas para
ciudades donde se establecen
criterios para determinar cuál
sería el óptimo de las unidades de
paisaje con relación al porcentaje
de obras urbanas, lo que puede
generar ciudades más amigables y
armónicas
fomentando
mayor
calidad de vida y bienestar de la
población.
Sin embargo, las condiciones
estandarizadas pueden afectar a
las ciudades, que normalizan
procesos. Las ciudades están
ejerciendo una mayor autonomía
en todos los aspectos, con nuevas
concepciones de estado, soberanía
y
territorialidad.
La
estandarización que va de la mano
con la Globalización, promueve la
uniformización,
facilita
la
interconectividad de las ciudades y
aumenta
la
vulnerabilidad
a
factores
de inseguridad tales
como la migración de agentes,
riesgos biológicos, amenazas de
terrorismo, aumento de la pobreza
y el crimen organizado, entre
otros.
A nivel internacional, la Unión
Europea ha financiado proyectos
como
SAVE,
ALTERNER,
CONCERTO
y
SHE
para
promocionar
el
uso
de
las
viviendas sostenibles en países
como Italia, Francia, Dinamarca,
Portugal, etc. utilizando sistemas
pasivos de enfriamiento y la
utilización de la energía solar
donde se ha evidenciado que la
normalización de este tipo de
prácticas tiene resultados positivos
como
la
reducción
de
un
20% aproximadamente en
el
consumo de energía en los
sistemas
de
calefacción
y
enfriamiento. Adicionalmente, se
han
promovido
diversos
estándares para este tipo de
construcciones como el BREEAM
(Building Research Establishment
Environmental
Assessment
Method) en el Reino Unido
que evalúa y
clasifica
las
edificaciones
con
mejores
prácticas en diseño sostenible y
desempeño ambiental, el Consejo
de certificación de Edificios verdes
de
Estados
Unidos
USGBC
promueve y apoya el desarrollo de
proyectos relacionados con uso
eficiente y ahorro de agua y
energía
y
ha
desarrollado
el estándar LEED (Leadership in
Energy & Environmental Design)
que es un sistema de certificación
de
edificios
sostenibles
que comenzó en el año 1998 con
el fin de evaluar la eficiencia
energética, el uso de energías
alternativas, la mejora de la
calidad ambiental interior, la
eficiencia del consumo de agua, el
desarrollo
sostenible
de
los
espacios libres y la selección de
materiales
otorgando
certificaciones en cuatro niveles:
LEED Certificate, LEED Silver,
LEED Gold y LEED Platinum.
Actualmente en Colombia existe el
comité
de
construcción
sustentable, en Icontec en asocio
con
diferentes
organismos
nacionales e internacionales, que
promueven construcciones con
estándares mínimos y que aspiran
a tener el avance que se tuvo en
construcción sismo resistente. Las
edificaciones sustentable buscan
un
uso
eficiente
de
la
infraestructura, la energía, el
agua, los materiales y el suelo
como una estrategia para ahorrar
recursos económicos y generar
espacios más confortable que
mejoren la calidad de vida y el
bienestar de la población, proteger
el medio ambiente al utilizar
materiales,
equipamientos
y practicas ecológicas
y
los
recursos
naturales
y
genera
instrumentos
económicos
que
estimulan el ahorro a través de un
uso eficiente de recursos.
A manera de conclusión, se puede
afirmar,
que
los
estándares
internacionales o normas pueden
ayudar a las ciudades con mayor
crecimiento
y
sus
diferentes
actores
a
identificar
las
necesidades de los habitantes,
contribuyendo a tomar medidas y
acciones para contribuir a mitigar
los factores que inciden en la
contaminación ambiental que se
ve reflejada en fenómenos como
el cambio climático, lluvia ácida,
menos
tierras
para
cultivo,
detracción del paisaje, entre otros.
Adicionalmente
todos
estos
estándares promueven la calidad
de vida de la población, debido a
que se mejoraran los sistemas de
transporte, la calidad de los
servicios de agua, la seguridad
física y alimentaria, incluyendo la
gestión de riesgos y desastres.
(*) Profesor de la Facultad de Ciencia
Política y Gobierno y del Programa en
Gestión y Desarrollo Urbanos, Ekística.
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