Los Blandengues de la Frontera de Buenos Ayres

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Los Blandengues de la Frontera de Buenos Ayres: a 200 años de la Reconquista
Por el Teniente C MARTIN PELEITAY PINTO
Suboficial Mayor C EDUARDO ARCE
Suboficial Principal Músico LUIS OERLTY
Soldado Voluntario 2da LUIS ARMOA
La historia la hacen los hombres y los hombres promueven líderes. Los hay de todos los perfiles, tanto
en el diálogo como en el enfrentamiento, en los salones políticos y en los campos de batalla, los que
usan la palabra encendida como los que prefieren los gestos o se hacen
fuertes en el silencio.
Los Blandengues de la Frontera de Buenos Ayres aportaron su
sacrificio en los campos de batalla y se hicieron fuertes en el silencio,
ése que conmovía los confines de nuestro país
desde la época previrreinal, hasta nuestros días.
En conmemoración del segundo Centenario de
la Reconquista de Buenos Aires, el Regimiento
de Caballería de Tanques 6 “Blandengues”,
tiene el orgullo de sentirse partícipe de casi
Soldado Blandengue.
todos los hechos relevantes que fueron gestando
nuestra patria. Con este aporte, también se ha
pretendido mostrar fehacientemente que los Blandengues, dada la antigüedad de
Escudo del Regimiento de
Caballería de Tanques 6
Blandengues”.
su origen, constituyen el primer cuerpo de Caballería y la unidad militar criolla
más antigua que aún perdura en nuestros días.
BLANDENGUES: “CUERPO DE CABALLERIA MAS ANTIGUO DE LA NACION”
En el siglo XVIII las poblaciones del Río de la Plata habían
alcanzado un buen grado de desarrollo, en especial en la
ganadería. Esto significaba una gran oportunidad para los
aborígenes quienes, escasos de alimentos, practicaban
saqueos y malones que arrasaban las posibilidades de
progreso, ya que los poblados carecían de fuerzas militares
para detenerlos. La limitación más notoria radicaba en que el
soldado español difícilmente se adaptó al medio.
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Subteniente Javier Stamponi alocutando la reseña
histórica de la Unidad en el Aniversario del
Regimiento.
El Cabildo de Santa Fe envió en 1724 un comisionado a España para que explicase el lamentable
estado de la ciudad por las invasiones de los indios y gestionase la asignación permanente de
doscientos hombres de caballería, bien armados y equipados, a cuyo pedido accedió el rey por Real
Cédula del 18 de agosto de 1726. Pero ya antes, el gobernador de Buenos Aires, Bruno Mauricio de
Zabala, había autorizado a Santa Fe, el 31 de agosto de 1724, a reunir cien hombres del lugar, para
formar dos compañías a las órdenes de los capitanes Miguel de Siburu y Juan Gómez Recio. Esta
intención no se concretó tanto por no contar con los recursos para formar dicha tropa, como por la
escasez de gente que quisiera tomar servicio.
La necesidad de contar con tropas especiales permanentes para la
vigilancia y defensa de la frontera de Buenos Aires, era tan
apremiante como en Santa Fe. Pero uno de los hechos catalizadores
para la creación del Cuerpo de Blandengues fue el gran malón del 27
de julio de 1744 sobre las estancias de Luján. La Junta de Guerra de
1745 había determinado que la frontera de Luján era la más azotada
por los indios y por ello debía ser custodiada prioritariamente.
Una partida de milicias liderada por el Capitán José de Zárate, quien
tiempo después sería el primer jefe de compañía de Blandengues,
logró capturar al cacique Calelián y sus parciales, y recuperar ganado
El Abanderado, en una práctica de
formación.
robado y diez cautivos. Pero fue recién en el año 1752 cuando el
Cabildo ordenó crear tres compañías, recibiendo cada una de ellas nombres que indicaban de antemano
su vocación de victoria. La Valerosa, establecida en Luján, fue la primera en crearse, el 16 de abril de
1752, y puesta al mando del mencionado Capitán Zárate. Una segunda, La Invencible, quedó formada
el 21 de junio, radicándose en el paraje conocido como del Salto en las cabeceras del Río Arrecifes,
comandada por el capitán Isidro Troncoso. La tercera, La Atrevida, al mando del capitán Juan Blas
Gago, a establecerse entre el pago de Matanza y Magdalena, fue constituida recién el 8 de septiembre de
1752.
La solución del problema de los fondos para su sostenimiento fue mucho más lenta, pues recién el 7 de
septiembre de 1760, el Rey refrendó el establecimiento de estas compañías. Por ello esta última debe
considerarse la fecha de la creación oficial de los Blandengues de la Frontera de Buenos Ayres. Años
más tarde a propuesta del Virrey Vertiz se dictó la Real Orden del 3 de julio de 1784, disponiendo que
fuesen considerados como tropas veteranas o regulares.
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¿POR QUÉ BLANDENGUES?
Existen varias versiones sobre el origen del nombre. Una de ellas sostiene que
al pasar por la actual plaza de Mayo frente al Gobernador y Obispo, previa
salida a campaña, en señal de homenaje blandieron las lanzas con que estaban
armados. Por “blandir” las lanzas fueron llamados Blandengues.
Sin embargo, hay autores que, ensayando otras interpretaciones, discrepan con
esta tradición. Por ejemplo Roberto Marfany asevera que la compañía que
desfiló y fue revistada en la plaza, fue armada con sables y carabinas, y no con
lanzas como se ha sostenido, resultando, en consecuencia que mal podrían
Estandarte del Regimiento de
Caballería de tanques 6
“BLANDENGUES”
agitar sus lanzas si no las tenían, derivando el término, no de “blandir”, como
lo recoge la tradición, si no de “blandearse”, esto es moverse de una parte
hacia otra ya que su función era recorrer la campaña en continuas partidas.
BLANDENGUES: “PARTICIPES DE PERDRIEL”
Un número creciente de navíos de guerra y mercantes británicos en el Atlántico Sur movieron a las
autoridades españolas a fortificar Montevideo, Buenos Aires y otros puertos. Los planes para la defensa
de Buenos Aires requirieron el retiro de las autoridades virreinales al interior para montar un efectivo
contraataque en el caso que el enemigo capturase Buenos Aires, dependiendo de la diplomacia el
epílogo del conflicto. Al comienzo del siglo XIX se añadieron dos nuevos elementos: Inglaterra
industrializada necesitaba más fuentes de materias primas y alimentos, así como nuevos mercados para
sus manufacturas. El líder revolucionario venezolano Francisco de Miranda, había logrado un gran éxito
en convencer a las autoridades inglesas de que los territorios americanos podrían proveer a esos
mercados a cambio de ayuda británica para eliminar el dominio español. Entre estos convencidos estaba
el Comodoro Sir Home Popham, uno de los más hábiles y creativos oficiales de la Armada Inglesa,
quien decidió pasar a la acción en 1806. Habiendo asegurado Ciudad del Cabo en Sudáfrica como base
de operaciones en el Atlántico Sur, decidió poner a prueba la teoría de Miranda mediante la captura de
Buenos Aires. Popham navegó hacia el Río de la Plata y, evitando Montevideo por estar más fortificado,
desembarcó las tropas bajo las órdenes del General William Carr Beresford en Quilmes, el 25 de junio,
sin ser molestados.
Recién al día siguiente, se dispuso en Buenos Aires marchar contra ellos, bajo el mando del Coronel
Pedro de Arze. La infantería constaba de 400 hombres y 300 la caballería, a los cuales se incorporaron
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desde Luján 200 Blandengues de la Frontera y varios otros milicianos. Contaban con algunas piezas de
artillería arrastradas por bueyes. El mal tiempo, con el suelo pantanoso, hizo que los infantes fueran
quedando por el camino, y cuando se estuvo frente al enemigo se rompió el fuego, aunque la carga
posterior de las tropas invasoras forzó a una retirada general. Al atardecer del otro día se intentó una
nueva resistencia en el Riachuelo, sin éxito.
El virrey Rafael de Sobremonte, al considerar que no contaba con fuerzas adecuadas para defender la
ciudad, se retiró a Córdoba, llevándose la mayoría de las tropas
y el tesoro real, con el propósito de organizar un contraataque.
De todos modos los ingleses capturaron los caudales y dos días
después, el 27 de junio de 1806 luego del mediodía, bajo una
intensa lluvia, la columna del General Beresford entraba en la
capital del Virreinato.
Los conquistadores no eran muchos: 800 plazas del
Cuadro de la Reconquista de la Ciudad de Buenos
Aires, exhibida en el salón principal del Museo
Histórico Nacional.
Regimiento Nro 71 de Infantería Escocesa, 150 infantes y un
centenar de artilleros, un Batallón de Infantería de Marina,
algunos Dragones del Regimiento Nro 20 y todos los marineros de la escuadra del Comodoro Popham
que se pudieron vestir los uniformes rojos del Ejército, porque resultaba imprescindible aparentar
poderío para dominar una población de cerca de 45.000 almas.
Al mismo tiempo en Buenos Aires, Don Martín de Álzaga, poderoso y prestigioso funcionario,
suministró los fondos necesarios para la Reconquista. Desde las afueras concurrían simultáneamente las
partidas voluntarias armadas que organizaba Juan Martín de Pueyrredón en la chacra de don Domingo
Belgrano en Perdriel, situada aproximadamente a diecinueve kilómetros de Buenos Aires, más los
refuerzos del Cuerpo de Blandengues de la Frontera que marcharon desde Luján, mandados por el
Teniente Coronel Antonio de Olavaria para unirse con aquellos hombres.
Al enterarse de esto, las tropas del General Beresford salieron al encuentro el 1ro de agosto con una
columna de 500 hombres y 6 piezas de artillería. El enfrentamiento fue sangriento, pero la bravura de
los Blandengues y Húsares no fue suficiente. Los invasores pudieron dispersar a los patriotas,
destacándose el valor de Pueyrredon, quien mas tarde pudo pasar a la Banda Oriental y conferenciar allí
con el Capitán de Navío Santiago de Liniers, conviniendo que retornaría para reunir nuevamente a sus
partidarios y esperar el arribo de éste para la Reconquista.
Liniers había logrado conformar un ejército similar en número al de sus enemigos. El 3 de agosto sus
tropas se deslizaron desde Montevideo por entre la flota Inglesa, azotada por los vientos invernales, para
unirse a las milicias de Pueyrredón y a los abnegados Blandengues de la Frontera.
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El 12 de agosto, las fuerzas criollas, dividas en tres columnas, marcharon hacia la Plaza Mayor, centro
de la resistencia británica, que estaban atrincherados en el Cabildo, la Catedral y la Recova, siendo
desalojados de sus posiciones bajo un intenso fuego. Finalmente el General Beresford izó una bandera
para suspender el combate, enarbolando luego la enseña española en señal de rendición.
El 14 de agosto de 1806, dos días después de la Reconquista se reunió formalmente un cabildo abierto
en Buenos Aires, ratificó formalmente la victoria sobre Beresford, censuró la conducta del Virrey y
colocó a Liniers en la comandancia militar. No pasó mucho tiempo hasta que comenzaron los
preparativos para la defensa contra una nueva invasión.
BLANDENGUES: “DE LA PAMPA A LOS CAMPOS DE BATALLA EUROPEOS”
Después de la Reconquista en 1806, la amenaza británica siguió latente sobre el Río de la Plata. A
principios de 1807 Liniers destaca una importante fuerza para reforzar la defensa de Montevideo, entre
ellos, trescientos veinticinco Blandengues. Los invasores vuelven a atacar y vencen la resistencia
criolla, toman la ciudad y los Blandengues que allí se encontraban son capturados y remitidos a
Inglaterra junto a su Jefe, Nicolás de la Quintana y otros Oficiales. Los Ingleses pretenden usar esto
como elemento de presión para negociar el intercambio de prisioneros de la 1ra invasión y exigir la
rendición de la capital virreinal. Como Buenos Aires no aceptó esta pretensión, los prisioneros son
desembarcados en Inglaterra. Iniciada la guerra entre España y Francia, y firmada la paz entre ibéricos y
británicos, los Blandengues son devueltos a la corona española en territorio peninsular. Al verse España
amenazada por las tropas napoleónicas, los criollos son uniformados y organizados en una unidad que
llevo el nombre de Batallón Fixo de Buenos Ayres, también conocidos como “los Colorados de Buenos
Aires” dado el color de sus uniformes ingleses. Es así que nuestros Blandengues combatieron a órdenes
del General español Blacke, el 14 de julio de 1808 en la Batalla de Moclín, próximo al pueblo de
Medina de Río Seco (Valladolid). Los Blandengues sobrevivientes de éste y otros combates, como
Nicolás de la Quintana, José Rondeau, los hermanos Antonio, Diego y Marcos Balcarce, de regreso al
Plata, actuaron en la guerra de la Independencia, mientras otros guerreros anónimos dejaron sus vidas en
la Madre Patria.
BLANDENGUES: “DESDE ANTES DEL VIRREINATO, JUNTO A NUESTRA HISTORIA Y
FORJANDO EL FUTURO DE LA PATRIA”
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Desde sus comienzos, “cabalgando en la frontera”, en defensa de la ley, el soldado Blandengue
contribuyó a forjar los principios morales de la revolución y al
mismo tiempo robusteció los valores republicanos de sencillez
y de austeridad, que son señal inconfundible de nuestra
nacionalidad.
Esta unidad histórica fue reestructurada varias veces durante el
Virreinato, hasta el movimiento de mayo de 1810. El 30 de
junio de aquel año el cuerpo fue reestructurado como
Batalla de Tupiza. 1810.
“Regimiento de Caballería de la Patria”.
Participa también de la “Expedición Auxiliar de las Provincias Interiores’ comandada por el General
Antonio González Balcarce, batiéndose en el combate de Cotagaita, y el 7 de noviembre de 1810 en
Suipacha, primera victoria de las armas de Mayo. Paralelamente el Regimiento proporcionó soldados a
la campaña de Belgrano al Paraguay.
En febrero de 1812 es reorganizado, incorporándose parte de su tropa al “Regimiento de Dragones de la
Patria”.
Más tarde, en diciembre de 1816, el Director de las Provincias Unidas, Don Juan Martín de Pueyrredón
decretará el reestablecimiento del antiguo “Regimiento de Caballería de la Frontera”, que será
nuevamente reorganizado en 1822 con su vieja denominación. En los años 1823 y 1824 participa de las
dos expediciones contra los indios llevadas a cabo por el gobernador de Buenos Aires General Martín
Rodríguez.
Por decreto del Presidente Bernardino Rivadavia del 10 de julio de 1826 se denominó “Regimiento 6
de Caballería de Línea”, prestando guarnición en los Fuertes Independencia – que tiempo después sería
el núcleo fundacional de la ciudad de Tandil - y Patagones, así como en la frontera de Lobos y
Chascomús.
En 1826 y 1827 participa de las expediciones que contra los indios lleva adelante el Coronel Rauch.
Producido el movimiento del General Juan Lavalle, el 1ro de diciembre de 1828, integra las fuerzas
leales al gobernador de Buenos Aires Manuel Dorrego que el día 13 son derrotadas en los campos de
Navarro. La caída y posterior fusilamiento de Dorrego determina que fuese reorganizado al año
siguiente como “Regimiento 6 de Caballería de Campaña”.
Parte de sus efectivos participan de la dura expedición de 1833 contra los indios, operando sobre el río
Colorado. También formó parte del Ejército de la Confederación Argentina, participando en los
combates de Chascomús, Quebracho Herrado, Famaillá, Rodeo del Medio y Arroyo Grande.
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Después de Caseros, se lo bautiza como “Regimiento de Dragones Nro 6” con destino en la frontera de
Salta .Y luego en 1856 como “Regimiento Nro 6 de Caballería de
Línea”. Como tal, participa de las fuerzas al mando del General
Justo José de Urquiza batiéndose contra las de Buenos Aires al
mando del General Bartolomé Mitre en las Batallas de Cepeda
(1859) y Pavón (1861).
Con la nueva reestructuración de Ejército, pasa en 1863 a ser otra
Batalla de Caseros.1852.
vez “Regimiento 6 de Caballería de Línea”, permaneciendo en
Santa Fe hasta 1873. Al año siguiente a órdenes del General Julio
A. Roca, se bate en Mendoza contra las fuerzas sublevadas partidarias de ex-presidente Mitre
comandadas por el general Arredondo, y también bajo el mando de Roca tomará parte de la campaña al
Desierto Austral.
En 1880, se sumará a las fuerzas sitiadoras de Buenos Aires con motivo de los conflictos por su
federalización. Cuatro años más tarde,
participó en las acciones del Chaco
Austral que llevaron la frontera
militar hasta el Río Bermejo.
Aquí los Blandengues ocuparon su
primer
cuartel
permanente
en
Tostado, al norte de la provincia de Santa Fe, entre 1888 y hasta fines de 1911. Desde allí destacaría
patrullas y piquetes, instalaría nuevos fortines monte adentro, permitiendo la penetración y el dominio
del territorio nacional por primera vez en ese frente. Esta campaña cobra gran importancia para la
Nación, puesto que con el brazo armado llegó la integración territorial mediante el ferrocarril y el
telégrafo, la alfabetización y la evangelización, y la fundación de núcleos poblacionales como
Presidencia Roque Sáenz Peña en la provincia de Chaco. Tras guarnecer puestos en Santa Fe, Chaco,
Corrientes y Córdoba, participa en la consolidación de la Frontera Norte, en los Ríos Bermejo y
Pilcomayo.
El 1ro de Junio de 1914 accede a su actual emplazamiento en Concordia, y el 14 de mayo de 1964
recupera el viejo nombre de “Blandengues” que todavía conserva, aún cuando en 1969 fuera
denominado “Regimiento de Caballería de Tiradores Blindados 6” y en 1975 el de “Regimiento de
Caballería de Tanques 6”.
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Desde 1992 hasta 2002 se denominó “Regimiento de
Caballería 6 - Escuela “Blandengues”, con la misión de
apoyar el desarrollo de los cursos de perfeccionamiento
para el personal de Oficiales y Suboficiales del Arma .
El 6 de septiembre de 2003 pasa a constituirse
nuevamente como “Regimiento de Caballería de Tanques
6 Blandengues”, completando la dotación de vehículos de
combate TAM a fines de ese año.
BLANDENGUES DEL SIGLO XXI
Mirada al frente y cabeza en alto, rostro aguerrido, templanza de bravos. Esa es la herencia del soldado
Blandengue que traspasa los tiempos y flota hidalga sobre los
integrantes del Regimiento de Caballería de Tanques 6. Ese tesoro
histórico ineludible forma parte de su tradición y fomenta el
profesionalismo. Actualmente ubicado al norte de la provincia de
Entre Ríos, precisamente en la
ciudad de Concordia, forma
Subteniente Gonzalo Gottifredi en realizando
una practica de procedimientos de combate con
su sección.
parte de la
IIda Brigada
Blindada.
Desde 2005, el Regimiento de Caballería de Tanques 6
“Blandengues” se adiestra y
entrena
con
la
siguiente
El Regimiento realizando tiro de combate en
Campo de General Avalos.
organización: Escuadrón de Tanques A “La Valerosa”, Escuadrón
de Tanques B “La Atrevida”, con sus dotaciones de tanques TAM y
tripulaciones
completas;
Escuadrón Comando y Servicio
El regimiento practicando procedimientos
de combate en su campo de instrucción.
“La Invencible”, y la Banda
Militar. Los Blandengues de hoy
mantienen aquellos tradicionales nombres que son un compromiso
de honor, vivo y vigente. Sus jefes y tropas serán distintos, sus
armas habrán cambiado, pero su valor y abnegación siguen siendo
inmutables.
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Integrantes del Regimiento realizando defensa
Personal.
La jornada habitual de trabajo comienza a las 06:30 horas con adiestramiento físico militar, donde los
distintos escuadrones ejercitan el pasaje de la pista de combate, defensa personal o. carrera a través del
campo.
Posteriormente, se imparten instrucciones hasta cerca del mediodía
buscando la perfección de los procedimientos de combate. Por las
tardes, las tripulaciones se adiestran en el simulador de situaciones de
combate del Aula de Tiro de Tanques. Todo esto mantiene incólume la
figura abnegada, diestra y heroica del soldado del Cuerpo de
Blandengues, que convive hoy entre relinchos del pasado y ruidos de
Vista actual del Casino de Oficiales del
Regimiento de Caballería de Tanques 6
“Blandengues”
acero en movimiento del presente. El mítico traspaso de la historia por
sus instalaciones obliga al Blandengue de hoy a perfeccionar su
capacitación profesional diaria al servicio de la Nación Argentina.
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Bibliografía consultada
-
TABOSSI, RICARDO: Historia de la Guardia de Luján durante el período Hispano – indiano.
Bs. As. 1989.
-
RODRÍGUEZ OTHEGUY, VICTOR. DELLEPIANE, NELSON: Cabalgando en la Frontera –
Historia de los Blandengues Orientales. Montevideo. 1997.
-
RUIZ MORENO, ISIDORO: Campañas Militares Argentinas. Bs. As. 2005.
-
BEVERINA JUAN: El virreinato de las Provincias del Río de la Plata. Su Organización Militar.
Bs. As. 1992.
-
CIRCULO MILITAR: Reseña Histórica y Orgánica del Ejercito Argentino. Tomo I. Bs As.
1971.
- WRIGHT, IONE. NEKHOM,LISA: Diccionario Histórico Argentino. San Pablo. Brasil. 1994.
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