Efectos de la inscripción en el libro registro de acciones nominativas

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Andrés Recalde
Caracteres y efectos de la inscripción de la transmisión de acciones en el libro
registro de acciones nominativas
Andrés Recalde
1. Premisa:
a. Se va a tratar aquí de la inscripción de la transmisión de acciones en el libro
registro de acciones nominativas y de sus efectos. Todo ello sin perjuicio de
que convenga hacer alguna referencia, por comparación, a los registros de
anotaciones en cuenta, si las acciones se reflejan a través de esta forma de
representación, y a los libros de socios en otros tipos societarios
(señaladamente la SRL).
b. Los preceptos a considerar son, por tanto, el art. 55 (y, especialmente, el
apartado 2º), art. 58 segundo inciso y art. 56.1 párr. 2º LSA, que establecen
el régimen de legitimación de las acciones nominativas (puntualmente se
hará alguna mención a los arts. 11 LMV y 15 RD 116/1992, que regulan las
anotaciones en cuenta, o al art. 27.1 en relación con el 26.2 LSRL). No hay
problema en las acciones al portador, puesto que la legitimación que deriva
de la tenencia del documento basta para el ejercicio de los derechos del
accionista por lo que no se prevé libro alguno (art. 58 primer inciso LSA).
c. En principio no cabe un traslado por vía de analogía del régimen previsto en
alguno de estos preceptos a supuestos diversos, dado el especial ámbito de
aplicación de cada tipo societario y de cada instrumento de legitimación1. No
obstante, los principios que inspiran regímenes diferentes pueden coincidir 2,
ya que en las sociedades con estructura corporativa se prevé siempre algún
mecanismo que permite a la sociedad conocer con criterios objetivos quienes
son sus socios. Esto es especialmente necesario si el derecho de socio es
transmisible de acuerdo con un régimen ágil y simplificado.
2. Las causas que dificultan la interpretación de las normas:
a. En las SA las acciones se representan en títulos-valor o anotaciones en
cuenta. En ambos casos son valores mobiliarios (art. 51 LSA), lo que
comporta parecidos (aunque no idénticos) regímenes en relación con la
legitimación la transmisión con vistas a proteger al tenedor de buena fe.
i. Si se hubieran emitido acciones nominativas la legitimación derivada
del libro (art. 55 LSA) convive con la resultante del título (arts. 56 y
58 LSA). La eventual contrariedad entre uno y otro índice es una de
las razones que influyó en que el tema sea un banco de prueba de una
concepción unitaria de los títulos-valor3.
1
No obstante, a los resguardos provisionales (art. 54.2) sí que se les podrían aplicar las normas de las acciones
nominativas STS 30 de septiembre de 1997 RJ 1997/6461; STS 24 de enero de 2002 (Ponente Villagómez Rodil).
2
Algo que resulta particularmente patente en el caso del libro de socios de la SRL (p. ej. PERDICES/VEIGA, en
Uría/Menéndez/Olivencia, Comentario al régimen legal de las sociedades mercantiles, t. IV vol. 2ºA, Cizur Menor
2010, 167; PERDICES, “La transmisión de participaciones en la sociedad de responbsabilidad limitada”, en Tratando
d ela sociedad limitada, Madrid 1997, 423 y ss.). Y ello a pesar de que habitualmente se vena a atribuir al libro de
socios de la SL un valor relativo. Así, SAP Madrid 18 de diciembre de 2008 (y allí otras referencias) en relación con
la inoponibilidad de la discusión sobre la titularidad de las participaciones sociales, de las que se predica s u carácter
ganancial con motivo de un proceso de separación matrimonial, mientras no se acredite a quién corresponden las
participaciones, por lo que la sociedad puede estar a lo que resulte del libro registro (en este caso las participaciones
eran antes acciones nominativas, como consecuencia de la transformación de una sociedad anónima en limitada).
3
ANGELICI, “Note preliminari sulla legittimazione nei titoli azionari”, Riv. Dir. Comm, 1983, 35, 37; id., Le azioni,
en Schlessinger, El codice civile commentario, Milano 1992, 252; aunque, sin duda, más que en el ámbito de la
legitimación es en el de la inoponibilidad de las excepciones donde se suscita el centro de la discusión (PELLIZI,
Principi di diritto cartolare, Bologina 1967, 319; PAVONE LA ROSA, Studi sulla polizza di carico, Milano 1958,
1
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ii. En cambio el problema posee otros caracteres, debiendo valorarse
exclusivamente la legitimación derivada del libro,
1. cuando no se emitieron acciones nominativas, pues los
orígenes y caracteres del libro de socio son previos a la
emisión de las acciones como títulos-valor4,
2. en la SL, donde las participaciones no pueden representarse
mediante títulos o cualquier tipo de valores (art. 5.2 LSARL),
3. o en las anotaciones en cuenta, en las que el índice de
legitimación –los datos resultantes del registro de
anotaciones- es único e incide tanto en la sociedad como entre
las partes (art. 11 LMV).
b. El libro registro de acciones nominativas sólo es eficaz en el plano de la
legitimación; facilita la prueba de la titularidad de los derechos y de las
obligaciones derivadas de la relación entre la sociedad anónima y los
accionistas.
i. Pero la previsión de que se emitan acciones nominativas y que su
transmisión se inscriba en un libro registro supone la convivencia
de dos diferentes instrumentos de legitimación:
1. en primer lugar, el adquirente de una acción nominativa (art.
56 LSA) debe presentarla endosada a su nombre; el endoso es
un requisito para hacer valer la condición de accionistas de
acuerdo con las reglas de los títulos-valor. El endosatario se
presume titular de la acción, salvo que la sociedad demostrase
lo contrario (la carga de la prueba recae sobre ella). Si la
sociedad cumple frente a él se libera, a menos que así obrase
con mala fe o culpa grave porque supiera y dispusiera de
medios de prueba líquidos para demostrar que no había
adquirido las acciones en virtud de una causa lícita (analóg.
art. 46.3 LCCh5 y los mismos términos en art. 11.2 LMV).
2. Pero la adquisición de las acciones no otorga al adquirente la
legitimación para ejercitar frente a la sociedad los derechos
del accionista. Es sólo un prerrequisito para poder inscribirse
en el libro registro de acciones nominativas (arts. 56.1.
párrafo 2º y 58 inciso 2º LSA), pues la sociedad “sólo
reputará accionista a quien se halle inscrito en dicho libro”
(art. 55.2 LSA)6. En definitiva la legitimación propia de los
319; RECALDE, en Arroyo-Embid, Comentarios LSA, 2ª ed., Madrid 2010, art. 51, 537; pero, también, con
referencias a las especialidades de la acción respecto de todas las propiedades de los títulos, incluida la adquisición a
non domino, PÉREZ MILLÁN, “La transmisión de acciones representadas mediante títulos-valores”, RDM nº 264265, 2007, 413, 415).
4
El origen de los libros de socios es anterior a la documentación de la posición de socio en acciones. Instrumento
para que la sociedad conociera la identidad de sus socios: el “cartulario” del Banco de SanGiorgio Genova 1419 (ex
Lehman 42 y ss.), según sistema de folio personal, con meros fines probatorios y sin que, en todo caso, fuera
necesaria la inscripción. Evolución posterior (HAPP, “Vom Aktienbuch zum elektronischen Aktionärsregister”, en
Festschrift Bezzenberger,, Berlin-New York, 2000, 111, 115; más detalles en PERDICES/VEIGA, Comentarios art.
55 173).
5
SAP Navarra 19 de mayo de 2004; FERNÁNDEZ PÉREZ, “La eficacia legitimadora del libro registro de acciones
nominativas: el control de la regularidad de la inscripción como manifestación del deber de diligencia sobre los
administradores”, RdS, nº 30, 2008, 499.
6
EIZAGUIRRE, “El régimen de las acciones: documentación y transmisión”, en AAVV, Jornadas sobre el nuevo
régimen de la sociedad anónima, Madrid 1991, 79 y 85; RECALDE, voz “Título-valor”, 6579; id., Comentarios LSA,
art. 51; PÉREZ MILLÁN, RDM, nº 264-265, 2007, 421.
2
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títulos actúa como prelegitimación para acceder a la estricta
legitimación corporativa que deriva necesariamente del libro.
ii. Dado que con las acciones nominativas dos instrumentos que afectan
a la legitimación (y que en todo caso se superponen a los
instrumentos de prueba previstos en el Derecho común), esta
dualidad puede interpretarse de dos maneras:
1. Aunque en principio entre el Derecho de títulos y de SA no
hay contradicción en los asuntos fundamentales, el Derecho
de sociedades impondría una adaptación de las especialidades
propias del Derecho de títulos7.
2. Sin embargo, algunos defienden una interpretación que trata
de ajustar el valor del libro al que resulta del Derecho de
títulos-valor al afirmarse que “el libro no altera el régimen de
las acciones titulizadas”8.
3. La tesis que defenderé es que cada instrumento tiene una
función particular con un régimen también especial. Por
tanto, no sólo se crea un nuevo instrumento de legitimación
(el libro registro), sino que también difiere el régimen que
le es aplicable (el art. 55.2 difiere del art. 46.III LCCh). Es
lógico, por ello, que no sea posible extender normas que
pretenden proteger a la sociedad como corporación, frente a
las que primaria y fundamentalmente se ocupan de ofrecer
una tutela del accionista que adquiere valores en el mercado.
iii. Conviene advertir que el régimen del libro registro de acciones
nominativas no concierne a la disciplina cartular, sino que se
proyecta sólo en la esfera interna de la organización corporativa
y, en concreto en las relaciones entre el socio y la sociedad:
1. el libro no afecta, por tanto, a las relaciones del socio
transmitente y del adquirente, cuya confianza en los datos del
libro registro no se protege, a pesar del derecho de inspección
que se les reconoce9;
2. ni tampoco repercute en las relaciones entre el inscrito y el
verdadero accionista, quien siempre puede impugnar los datos
del libro registro10;
3. en fin, tampoco afectan a las relaciones entre el inscrito y
los terceros11; no obstante, en Alemania la jurisprudencia ha
reconocido efectos sobre los terceros en caso de fusión,
puesto que la presunción irrefutable de la condición de socio
derivada del libro registro operaría a favor de la sociedad
7
ZÖLLNER, Fest Raiser, 270; a quien sigue MÜLBERT, “Die Aktie zwischen mitgliedschafts- und
wertpaperrechtlichen Vorstellungen”, Fest. Nobbe, Köln, 2009, 691, 724. Y, para la doctrina italiana, supra nota 3.
8
PERDICES, Libro registro de acciones nominativas, 119 (entre otros lugares) trata de ajustar la lógica del 55.2 a la
del art. 46.3 LCCh y, en general, al Derecho de los títulos-valores, pero también al régimen de las presunciones del
Derecho común; PERDICES/VEIGA, Comentario, art. 55, 171.
9
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 184.
10
HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, München 1973, § 67 Rdn. 36; FERNÁNDEZ
PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 486.
11
HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, § 67 Rdn. 37; CAHN § 67 Rdn. 27, quienes
resolverán sus relaciones por vías extrañas a las que vinculan a la sociedad.
3
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absorbente o de la resultante de la fusión que entregara sus
acciones al inscrito12.
4. En este estudio sólo se considerará esa vertiente del libro
registro de acciones nominativas como instrumento de
legitimación, y no se atenderá a la otra función que había
venido cumpliendo tradicionalmente: la de facilitar a los
accionistas conocer la identidad y otros datos relevantes
de los demás accionistas (art. 55.3 LSA)13.
5.
El Derecho de sociedades anónimas establece a veces otros requisitos de legitimación, que
condicionan la valida constitución de los órganos sociales;
a.
Así ocurre con la lista de asistentes que debe elaborar el presidente de la junta
(art. 111 LSA), aunque desde el punto de vista de la legitimación es irrelevante14;
b. otras previsiones imponen requisitos adicionales para asistir a la junta, como la
necesidad de que el accionista esté inscrito con cierta antelación a su celebración
(art. 104 LSA) 15, para asegurar que las acciones no circulan en ese intervalo16.
i. La única excepción a la necesidad de una estricta correspondencia
entre la notificación para la inscripción y la legitimación se produce
cuando se prevé que el derecho de asistencia a la junta sólo deba
reconocerse a quienes están inscritos con cierta antelación (record
date) (§ 123 AktG)17. Esta exigencia se adecúa a lo previsto en la
directiva 2007/CE sobre ejercicio de los derechos de los accionistas de
las sociedades cotizadas, que pretendía dar respuesta a la exigencia del
Plan de Acción de la Comisión en materia de Derecho de sociedades
que pretendía reforzar los derechos de los accionistas 18. Según el §
121.3 frase 2ª AktG, el cumplimiento de este requisito podría ser
condición para el ejercicio del derecho de asistencia en la junta. La
admisión de esta posibilidad por la jurisprudencia no obsta a que
en alguna decisión reciente se admitiera la impugnación de la junta si
el “bloqueo” de nuevas inscripciones en el libro registro en las fechas
previas a la celebración de la junta no se mencionó en la
convocatoria 19. En todo caso, el tema ha quedado oportunamente
regulado en el § 123.2 AktG, tras la ARAG de incorporación de la
12
BAYER, Münchener Komm 3. Aufl. München 2008, § 67 Rdn. 37, por lo que quien no estuviese inscrito no podrá
pretender el ejercicio de los derechos que la ley le reconoce en caso de modificación estructural o en cualquier otro
ámbito en el que el accionista está legitimado frente a la sociedad al ejercicio de determinados derechos, también
otras decisiones para squeeze out, contratos de dominación y otros supuestos de modificaciones estructurales; crítico
CAHN en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengesetz, München 2007, § 67 Rdn. 29 y 30, indicando que ello no
resulta del § 67.Abs.2 AktG).
13
RECALDE, “Publicidad de los datos personales incluidos en los registros de accionistas”, RdS, nº 18, 2002-1, 77 y
ss. Esto ya no sucede en Alemania tras la reforma del par. 67 párr. 5º (NaStraG 2000) en Alemania no es ya un medio
de conocimiento recíproco entre los accionistas (CAHN, en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengeset § 67 Rdn. 3),
por discutibles razones traídas de la normativa de “protección de datos”.
14
RDGRN 13 de febrero de 1998 (FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 486 nt. 3); STS 30 de abril de 1999 (RJ
1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales Morales). Es un error decir que como el presidente
debe elaborar la lista de asistentes, su juicio en esta tarea deba prevalecer sobre el control de cumplimiento de las
normas legales de legitimación y de la inscripción anticipada, como sostiene RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\8241).
15
STS 6 de junio de 2005, RJ 2005\4420 Pnte. Almagro Nosete (caso “Fotofilm”).
16
RECALDE, art. 55, 574; PERDICES, El libro registro, 99; PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 197. Contra,
reconociendo el derecho de asistencia, aunque no se cumplieran los requisitos de inscripción y depósito en el libro,
STS 30 de septiembre de 1997, 14 de noviembre 1997 RJ 1997/8184; SAP Navarra 19 de mayo de 2004;
FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 489 y s.; el sentido de STS 6 de junio de 2005, es oscuro.
17
CAHN, § 67 Rdn. 68, SPINDLER, ZGR, 2000, 423; WIENECKE, en Bürgers/Körber, Aktiengesetz, Heidelberg
2007, § 67 Rdn. 27.
18
Sobre los problemas que plantea el art. 104 LSA desde la perspectiva del art. 7 de la Directiva 2007/26/CE ¿???,
modificación del art. 2370 Cc italiano (De LUCA, BBTC 2010, 257), el depósito previo (record date) que prohíbe la
directiva con un plazo superior a 2?? días, sólo afecta acciones depositadas o gestionadas en un sistema de
administración centralizado, pero no a títulos. El problema es que el 104 LSA se refiere a títulos o anotaciones en
cuenta.En su origen la propuesta de Directiva trató de ocuparse de los problemas del cross-border voting, (NOACK,
“Anlegerrechte bei mittelbar gehaltenen Wertpapieren. Bemerkungen zu dem Dreieck aus Emittent – IntermediärAktionär”, en Baums/Cahn, Die Zukunft des Clearing und Settlement, 85), cuestión que luego se abandonaría en el
proceso de discusión de la directiva.
19
LG Köln 5.12.2008, OLG Köln 11-2-2009 (QUASS, “Nichtigkeit von Hauptversammlungsbeschlüssen wegen
eines Umschreibesstopps im Aktienregister?”, AG, 12/2009, 432 y ss.). El argumento es de carácter formal pero
afecta a los acuerdos de la junta; en concreto que dice que no se mencionó en la convocatoria el record date, o sea el
bloqueo del libro de acciones con la antelación respecto de la junta relevante. En esa sociedad no se preveía antes la
necesidad de una inscripción anticipada de los accionistas para poder acceder a la junta.
4
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Directiva de derechos del accionista, aunque no tengo claro si en ella
se exige que la existencia del bloqueo debe constar o no en la
convocatoria.
c. En todo caso, la inscripción en el libro registro de acciones nominativas sólo es
eficaz para la legitimación, pero resulta irrelevante tanto para la constitución
de las acciones como para su transmisión.
i. En otro momento, la transmisión era consecuencia del transfert
realizado en el libro registro, de manera que la referencia a la
transmisión en el documento sería consecuencia de la realizada a
través del libro-registro20.
ii. Desde 1989 este planteamiento se supera. Aunque aún se manifiesta
alguna posición contraria21, hoy tiende a aceptarse22:
1. que la acción nominativa se configura como un título a la
orden endosable nato; ello incide en el plano del tráfico y de
la transmisión, donde prima el Derecho de títulos-valor,
mientras que el libro de socio carece de cualquier eficacia a
estos efectos. Sobre esta cuestión, pudo crear alguna
confusión el art. 56.1.párr. 2º LSA, que, para las acciones
nominativas, prevé “también” la inscripción por los
administradores en el libro registro de acciones nominativas.
Pero la concepción tradicional que exigía un transfer a los
efectos de la transmisión quedó hace tiempo arrumbada 23.
2. Las posiciones de socio se transmiten, por tanto, de
conformidad con el régimen que les es aplicable (art. 56 LSA)
y la legitimación propia de los títulos-valor permite forzar al
cambio en la referencia del libro registro (art. 58 LSA 24).
3. La acción puede circular también con arreglo al Derecho
común en caso de transmisión mortis causa o por cesión, tal
como ocurre si no se han emitido los títulos accionariales o si
se produce una circulación impropia. Ahora bien, incluso aquí
la sociedad puede exigir la entrega del título si no quiere
correr el riesgo de un cumplimiento que no la libere25.
d. Teorías sobre el alcance de la presunción de titularidad del inscrito.
20
Sobre los orígenes de este modelo en el Derecho francés e italiano PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 174.
ALONSO ESPINOSA, RDBB, nº 45, 1992, 78; MADRID PARRA, RDM 203-204 (1992), 194. Y este tipo de
imprecisiones, en obiter dicta, es STS 6 de junio de 2005 (Pnte. Almagro Nosete Caso Fotofilm).
22
VELASCO SAN PEDRO, “La documentación de la posición de socio”, 321; RECALDE, Comentario Art. 55, 536;
EIZAGUIRRE, “El régimen de las acciones: documentación y transmisión”, en AAVV, Jornadas sobre el nuevo
régimen de la sociedad anónima, Madrid 1991, 80 y 85; TAPIA SÁNCHEZ, voz “Libro registro de acciones”, en
Diccionario de sociedades, coord. Alonso Ledesma, 2006, 757; PÉREZ MILLÁN, RDM nº 264-265, 2007, 421;
PERDICES/VEIGA, en Uría-Menéndez, Comentarios al régimen legal de las sociedades mercantiles , T. IV vol.1º2, 2010, 4096; PERDICES, El libro registro de socios, Madrid 2000, 64; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008,
485. SAP Navarra 15.5.1992 AC 1992\795 “la anotación en el Libro-registro no es un requisito constitutivo y surte
plenos efectos en las relaciones internas –entre cedente y adquirente-, según el negocio causal específico de que se
trate”. STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva Business SL c. Sevilla
Club de Fútbol SAD”): la inscripción de la transmisión en el libro registro de acciones nominativas ... no tiene la
condición de elemento constitutivo del efecto traslativo, el cual se produce sin intervención de la sociedad y
conforme a las normas que regulan la circulación de los títulos”. Ya GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas,
Valladolid 1952, 247.
23
RECALDE, RDBB, nº 50, 1993; PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 176 y s. con abundantes citas
24
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 178; con cita de EIZAGUIRRE, “La opción por el concepto amplio”,
1139 nt. 28; y VELASCO SAN PEDRO, “La documentación de la posición de socio”, 323.
25
STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva Business SL c. Sevilla Club de
Fútbol SAD”): el adquirente no pudo presentar las acciones para su inscripción, porque estaban pignoradas.
21
5
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i.
Teoría tradicional y dominante: el texto del art. 55.2 LSA es claro
cuando dice que “la sociedad sólo reputará accionista a quien se halle
inscrito”. Siempre se interpretó como una presunción fuerte, que operaba
incluso si los administradores eran conscientes de que el inscrito no es el
titular real de las acciones. La justificación del reconocimiento de un
especial valor a las indicaciones del libro registro de acciones
nominativas está en las exigencias organizativas de la sociedad
anónima.
1. La condición de accionista supone una relación jurídica que
determina un ejercicio continuado de derechos por los socios,
que no se agota en un sólo acto. A estos efectos se crea el libro
registro, que facilita a la sociedad la acreditación permanente de
quien es accionista. Pero este instrumento opera, también, en
beneficio del socio pues estando inscrito no necesita acreditar
su condición de socio cada vez que ejercita un derecho.


protege fundamentalmente a la sociedad, que se libera de sus
obligaciones en el cumplimiento de sus obligaciones para con los
socios; con ello se trata de tutelarla frente al riesgo de que su
actuación se vea comprometida por vicisitudes ajenas que afectan a
las relaciones entre el transmitente y el adquirente de acciones,
respecto de las cuales carece de cualquier control26;
indirectamente, los libros de socios permiten a los accionistas
acreditar su condición una sola vez, sin necesidad de una costosa
prueba y continuada de que mantiene esa condición; por ello, una vez
inscrito, el accionista no tiene que demostrar más su condición27.
2. La condición de accionista eventualmente conlleva también
obligaciones y cargas para los accionistas (desembolso de
dividendos pasivos, deberes de fidelidad, prestaciones
accesorias). El libro registro protege a la sociedad
simplificándole la prueba del sujeto frente a quien tiene derecho
a reclamar esas obligaciones
3. El libro ofrece así, seguridad, pues la decisión de considerar o
no accionista se liga a un dato formal fácilmente verificable, y
se excluye cualquier discrecionalidad de los administradores.


En caso de discordancia entre los datos del libro registro y la eventual
titularidad real, prevalecen los primeros, siendo indiferente la buena o
la mala fe de la sociedad, o el conocimiento de la inexactitud de los
datos del libro registro28.
Si la sociedad considera que los datos del libro registro son erróneos
debería proceder a instar su rectificación de conformidad con lo
previsto en la LSA. La sociedad no puede cumplir frente a quien no
está inscrito y, si lo hace, será a su riesgo29.
26
RECALDE, Comentarios, art. 55 537; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 487.
HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, , § 67 Rdn. 5; Bayer, AktG Münchener Komm, § 67
Rdn. 1 y ss.; CAHN, en Spindler/Stilz, Kommentar z. Aktiengesetz, § 67 Rdn. 1.
28
STS 6 de junio de 2005 (Fotofilm); STS 16 de febrero de 2007 RJ 2007\687 (Embutidos Turón): “objeto de este
proceso no es directamente dependiente de aquél otro en que se discute quien es el propietario de las acciones y en
definitiva quien debe figurar en el libro-registro de las acciones nominativas, pues como se expondrá más
adelante, no hay más realidad jurídica que la de la constancia registral”. Cualquier modificación posterior sin el
consentimiento del anteriormente inscrito es irregular e ineficaz. Más referencias en RECALDE, 572. En la RDGRN
4 de marzo de 1993, Ar. 10.184, con ocasión del ejercicio del derecho a nombrar auditores ex art. 205, se entendió
que la presunción de la condición de accionista no puede ser desvirtuada por la sociedad mediante la presentación de
un documento privado de transmisión, cuando este documento se opone a los datos del libro de socios; también PAZARES, y PERDICES, «Libro registro de acciones», p. 4098).
29
Se ha distinguido cada derecho indicado que la posibilidad de que la sociedad cumpla a su propio riesgo cabe para
el cobro de los dividendos que la sociedad acuerde repartir por tratarse de una relación externa, pero no para el
27
6
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4. El origen de esta posición está en la legislación alemana donde
el término “nur” en el precepto equivalente (par. 67 AktG) da
lugar a una interpretación que se generaliza entre nosotros30 y no
parece que quepa duda alguna de que esta interpretación es el
antecedente directo del art. 55.2 LSA, que iría en contra del
principio general sobre ficciones y presunciones del art. 1251 Cc,
esta presunción no admitiría prueba en contra.
 En Alemania este precepto se dice que refleja una
mera eficacia legitimatoria. La mayoría entiende que
ello no es correcto, pues no cabe prueba en contra de sus
indicaciones31, por lo que el valor de las indicaciones del
libro operaría incluso si a la sociedad le fuera conocida la
discordancia entre las indicaciones del libro y la realidad.
La norma establecería una ficción o una presunción
que no admite prueba en contrario 32. Por ello, no es
que la sociedad no tenga (nicht muss) o no esté obligada a
reconocer el ejercicio de derechos al no inscrito, sino que
no debe hacerlo (nicht darf)33.
ejercicio del derecho de voto ni para la impugnación de acuerdos que se proyectan en el ámbito interno de la
organización corporativa (ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 61 y s.):
30
PAZ-ARES/PERDICES, voz “Libro registro de acciones nominativas”¸ EJB, Madrid 1995, 4096; EIZAGUIRRE,
“La opción por el concepto amplio”, Madrid 1996, 1140: la sociedad puede reconocer al inscrito como accionista
“aunque no ignore su falta de titularidad; PANTALEÓN, Las acciones. Copropiedad, usufructo, prenda y embargo,
en Uría-Menéndez-Olivencia, Comentarios al régimen legal, 38 y ss.; RECALDE, Homenaje Broseta, 3108 y ss.;
RDBB, 386; RECALDE, en Arroyo-Embid, Comentario, art. 55, 571; más referencias, aunque para manifestar una
posición contraria a esta posición PERDICES/VEIGA, Comentarios art. 55, 186 y ss. y ya PERDICES, Libro, 68 y
ss. También la jurisprudencia sigue generalimente esta tesis: STS 2 de diciembre de 1999 (Ponente Vázquez Sande,
“Termas Pallarés 1”); 22 de febrero de 2000 RJ 2000\1168 (Pnte. Vázquez Sande, “Termas Pallarés2”) ; STS 30 de
septiembre de 1998 (Pnte O’Callaghan) RJ 1997/6461 ¿??; STS 6 de junio de 2005 RJ 2005\4420 (“Fotofilm”, a
quien no se ha inscrito y no se le ha reconocido la legitimación correspondiente frente a la sociedad, no puede ejercer
los derechos de socio y esta no está obligada a tenerle por accionista); STS 16 de febrero de 2007 RJ 2007\687
(Embutidos Turón) (la sociedad no puede unilateralmente rectificar el libro registro si se opone el inscrito); SAP
Navarra 15.5.1992 AC 1992\795 “la anotación en el Libro-registro no es un requisito constitutivo... Pero sin
embargo se precisa la inscripción, a los efectos legitimatorios”; SAP Valencia 21 de marzo de 2001, 9 de mayo de
2001; SAP Madrid 18 de diciembre de 2008, para el libro de socios de una SRL; también SAP Valencia 3 de
noviembre de 2001 JUR\2002\40295, aunque allí se dice que la “rigidez (del art. 55. LSA) iría contra el verdadero
sentido de la norma y del derecho de defensa del socio. Las sentencias del TS transcritas más arriba condicionan la
aplicación de la drástica disposición del art. 55-2º a que las acciones del socio no se hayan inscrito en el libro
correspondiente por causa achacable al propio socio, singularmente por su pasividad en el ejercicio de sus derechos
para promover tal inscripción. Sin embargo, en el caso de autos el socio nunca se aquietó a la actuación societaria
que estimó ilegal o conculcadora de sus derechos. Es verdad que LIDO YARIN, SA, acordó la conversión de
acciones al portador en nominativas en la Junta Extraordinaria celebrada el 11 de marzo de 1994; pero también lo
es que este acuerdo fue impugnado por el hoy actor, que aún no ha recaído sentencia firme, y que la sociedad le ha
reconocido siempre la condición de socio. En tales condiciones, sostener que el socio no puede ejercer sus derechos
societarios más relevantes (los de asistencia a la Junta e información) por la mera falta de inscripción de las
acciones en un libro, cuya existencia legal pende todavía de que recaiga sentencia firme, constituye un formalismo
exacerbado y desproporcionado, que no debe sobreponerse al legítimo ejercicio de los derechos que integran la
cualidad de socio, que todos reconocen en el demandante, sin que exista discusión ninguna sobre la titularidad de
las acciones que, nominativas o al portador, inscritas o no, todos afirman que pertenecen al actor”.
31
LUTTER, Kölner Kommentar § 67 Rdn. 19.
32
Tesis más correcta según BAYER§ 67 Rdn. 39; LUTTER, cit. en SPINDLER, ZGR, 2000, 423; en
HUECK/FASTRICH, en Baumbach/Hueck GmbHG Kommentar, 18. Aufl. §16, Rdn. 1, considera se equivalente la
calificación como “ficción” o “presunción que no admite prueba en contrario” en relación con la GmbH donde opera
igualmente el principio de que la legitimación opera desde la notificación a la sociedad.
33
En Alemania se dice que el pago a favor de un no inscrito no tendría ningún efecto liberatorio con carácter
definitivo, incluso aunque conozca que quien pretende hacer valer sus derechos sin estar inscrito realmente es el
titular de las acciones. El § 67 Abs.2 AktG sería un precepto puro de organización DRYGALA, NZG 19/2004, 894
(importante); LUTTER, en Kölner Kommentar z. AktG, § 67 Rdn. 23.
7
Borrador
Andrés Recalde
5. La misma posición se sigue mayoritariamente en Italia 34. La
consecuencia de esta desviación de las reglas se produce en dos
ámbitos:
 Por un lado, el titular verdadero no inscrito no está
legitimado al ejercicio del derecho de voto, pues la
legitimación conforme al régimen propio de la sociedad
anónima constituye un requisito necesario para el correcto
desenvolvimiento de la junta y de los órganos sociales 35.
 Se discute si, además, esa legitimación es suficiente
para el legitimado no titular, que es donde se produce la
mayor desviación del régimen de los títulos-valor. La
condición de accionista no es comparable a la del deudor.
Para evitar la discrecionalidad y la incertidumbre sobre la
validez de los acuerdos de la sociedad, debe admitirse que
en principio son válidos los acuerdos adoptados por quien
está legitimado de conformidad con el índice objetivo o el
procedimiento creado por el Derecho de sociedades para
garantizar un seguro funcionamiento de la sociedad36.
 El ser titular de las acciones no puede estimarse un
requisito para la validez de los acuerdos de la junta. A ello
se opone tanto el tradicional anonimato de las acciones
como, sobre todo, la indiferencia para la persona jurídica
respecto de las posiciones de quienes votan o ejercen
otros derechos37. En definitiva, los mecanismos formales
de tipo procedimental agotan los temas de validez de
acuerdos, mientras que es indiferente la imputabilidad del
voto al que realmente es socio38.
 El interés de los demás socios en garantizar la affectio
societatis de los verdaderos accionistas pasa por corregir
o modificar el instrumento de legitimación erróneo.
6. También en nuestro país generalizadamente esta tesis. La Ley
establecería una presunción iuris et de iure o una “ficción
irrebatible”39, que sólo se rompería o con la rectificación de
los asientos del libro registro (art. 55.4) con la inscripción del
cambio de accionista (art. 55.1). Esa “contradeclaración” que
modifica la anterior afecta a la titularidad de la participación,
pero, en principio, no impide el normal desenvolvimiento de la
vida social de los órganos de la sociedad. Aunque aquí, como se
34
ANGELICI, GATTI, ambos cit. en Perdices, Libro, 97.
ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 44 y 46.
36
ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 46 y s.
35
37
38
ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 50.
ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, 52.
39
En cambio, se dice que en las SRL no operaria la presunción absoluta. En SAP Madrid 5.2.2010 se advierte que
como no existe en la LSRL un término como el “sólo se reputará” similar al del art. 55.2 LSA, por lo que el valor de
los asientos del libro de socios es relativo “en el sentido de que el meritado libro no legitima por sí solo el ejercicio
de los derechos de socio cuando por cualquier circunstancia le consta a la sociedad que el inscrito ha dejado de
ostentar tal condición” (de donde se asume que esta es la regla en la LSA), pero se señala que “ello no autoriza a
privar a los asientos del meritado libro registro de todo valor fuera de los derechos derivados de la condición de
socio a quien la ostenta con arreglo al mismo y por tanto reconocer eficacia a la apariencia que de esos asientos
resulta, en tanto dicha apariencia no haya sido desvirtuada por el cauce judicial adecuado (o, al menos, dejada en
suspenso por medio de la correspondiente medida cautelar) con intervención de todos los afectados” (lo que no
sucedió en el caso).
8
Borrador
Andrés Recalde
indicará, habrá que valorar las causas de la inscripción errónea,
pues estas conllevan consecuencias diversas.
ii. Una propuesta alternativa ha pretendido corregir esta tesis, al
destacar que las presunciones iuris et de iure son excepcionales en
nuestro Derecho (art. 1251 Cc) y reivindicando una interpretación
del art. 55.2 LSA armónica con el Derecho de títulos40. En esta línea
que relativiza los términos del art. 55.2 LSA también se sitúa,
aparentemente, la RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\824141. A partir de ello
1. se considera que la inscripción tendía “una mera función
facilitadora”, que atenuaría la necesaria presentación de la acción
agotándose en ello su función42. La presunción de titularidad
sería admitiría una prueba en contra de los datos registrales por
quien alega la condición de accionista; la sociedad podría no
cumplir frente al inscrito e, incluso, no debería hacerlo si dispone
de medios de prueba líquidos para demostrarlo. En el lado de las
deudas del socio frente a la sociedad, se priva de un valor
especial al libro registro. En cambio sí que se considera que se
produce una monopolización en relación con el título, pues
“sólo” el tenedor del título puede reclamar el cumplimiento y
sólo frente al tenedor el cumplimiento libera al deudor43.
2. Esta posición se sustenta en varios argumentos.
 En primer lugar, en la contradicción valorativa entre la
tesis tradicional y la teoría de títulos-valor44. Pero con
ello se olvida que los intereses y valores que concurren
40
Fundamentalmente PERDICES, Libro registro, apoyándose en la doctrina suiza¸ p. 94 nt. 108 y, con variaciones
no matizadas PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 185 y ss., aunque esta postura no toma casi nunca en cuenta
una jurisprudencia claramente contraria a su posición, que, simplemente, no se cita.
41
“La inscripción en el libro registro de acciones nominativas tiene una finalidad legitimadora, no constitutiva, de
suerte que la sociedad ha de reputar como accionista a quien figure inscrito como tal en aquel libro... la inscripción
en el libro registro genera una presunción iuris tantum (art. 1251 Cc y que actúa a favor del socio (en el sentido de
que le libera de la obligación de exhibir el título de la acción (cfr. Art. 58 LSA) y, fundamentalmente, en beneficio de
la sociedad, que podrá reputar como socio a quien figure en dicha anotación, lo que no impide que dicha entidad
pueda, a riesgo suyo, permitir el ejercicio de tales derechos a quien según le conste ostente dicha titularidad
societaria aunque ésta no haya no haya obtenido el oportuno reflejo librario” (en las alegaciones se decía que “la
legitimación para el ejercicio de los derechos de asistencia y voto en las juntas Generales derivado (sic) de la mera
inscripción de los accionistas en el libro registro, ex artículos 55.2 y 104 LSA ... sólo puede tener un carácter
absoluto y excluyente para la sociedad cuando en aquí se contemple, de forma certera e inequívoca, todo el capital
social, y no así en otros supuestos como el presente cuyas copias del libro registro arrojan un contenido que no se
ajusta a la realidad jurídica...el libro registro es un documento privado (art. 25 Ccom y 1225 Cc) y sus inscripciones
no tienen carácter constitutivo, sino tan sólo legitimador de la cualidad de accionista siempre y cuando reflejen con
precisión la verdadera titularidad del capital, por lo que su contenido permite ser desvirtuado mediante prueba en
contra ofrecida por otros medios como en el presente caso por los títulos públicos exhibidos” (títulos de adquisición
de las acciones en ejercicio de un derecho estatutario de adquisición preferente). Con cita, entre otras, de SAP
Cantabria 8.11.1999; en SAP Castellón 20 de diciembre de 2002 jur 2003\107687 realmente se instó a la
rectificación del libro de socios, razón que justificó la legitimación del socio cuya condición de tal no fue atendida; en
SAP Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 el valor presuntivo del art. 55.2 se condiciona al
aquietamiento del accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de
socio no se había negado por la sociedad, frente a un accionista que se había opuesto a la conversión de acciones al
portador en nominativas y ejerció un derecho de información en una junta, que, al serle denegado, impugnó (yo:
realmente es diferente cuando se le deniega el acceso al libro, que cuando se opone a un acuerdo de conversión
de acciones y transformación del régimen de legitimación, que, mientras no se haya suspendido es eficaz y hay
que atenerse al mismo). En STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931 (Pnte. Ferrándiz Gabriel) (Caso “Huelva
Business SL c. Sevilla Club de Fútbol SAD”) se afirma que la presunción es iuris tantum, pero no se niega
básicamente la fundamentación de la tesis tradicional.
42
PERDICES/VEIGA, Comentario, 169 y s.
43
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 205; PERDICES Libro, 119; (contra PÉREZ MILLÁN). Aunque luego se
dice que la legitimación a través del registro es tan necesaria como en el título.
44
PERDICES, Libro registro, 76; PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 191 y ss.
9
Borrador
Andrés Recalde


aquí son especiales, frente a los de los títulos-valor; el
libro registro no sólo supone un nuevo instrumento de
legitimación estable, sino también diferencias en los
efectos respecto de la legitimación cartular.
a. Si la legitimación pasiva no deriva de la
inscripción, y si la sociedad corre el riesgo de no
liberarse cuando cumple frente al inscrito
conociendo que no es el socio, se la obliga a
adentrarse en la relación interna, lo que en el
fondo supone un riesgo grave para garantizar el
funcionamiento corporativo. En definitiva no se
cubre a la sociedad frente al coste de tener que
verificar con ocasión de cada ejercicio de derechos
sociales si el accionista inscrito que pretende hacer
valer su derecho realmente lo es45.
En que la sociedad no debería inscribir al accionista
ficticio, si conoce que realmente no adquirió la
condición de socio (art. 56.1. párr. 2º LSA, la sociedad
debe inscribir al endosatario en el libro registro “una vez
que resulte acreditada la transmisión”). Si el endoso es
fruto de una cesión fiduciaria de la legitimación
dirigida a facilitar el ejercicio de los derechos, sin que
el cedente-endosante realmente deje de ser socio
(cesión por actio)46, no debería proceder a inscribirlo,
debiéndose considerar accionista al inscrito. En contra de
lo que generalmente se suele entender, quienes defienden
esta postura consideran que lo mismo debe concluirse si
las acciones se hubieran transmitido a un tercero,
conservando el transmitente la legitimación a través del
libro registro (legitimación por retentio o deductio47).
De manera discutible se afirma que la sociedad puede
negarse a inscribir al fiduciario y a permitirle el ejercicio
de los derechos en caso de una cesión legitimatoria o que
no debería reconocer al inscrito que ha dejado de ser
socio48. La legitimación fiduciaria del socio es una forma
de apoderamiento ineficaz si se manifiestan expresamente
en el libro registro pues las transmisiones válidas son sólo
45
Que PERDICES, Libro registro, 93 y ss. reconoce que es función del libro. Esa es la razón por la que la doctrina
alemana –y nuestro Derecho la seguía- optaba por el recurso a la presunción irrebatible, que sólo se podía desmontar
mediante la inscripción de la nueva adquisición o la corrección del registro (algo que a PERDICES, Libro, 94, le
parece que “no es admisible”).
46
En todo caso estas no se pueden inscribir porque no cabe el acceso al libro registro de supuestos de desmembración
de derechos (en el caso de los derechos políticos de voto) más allá de los casos tipificados y, por tanto, no en los
casos de cesiones legitimatorias RDGRN 9 de diciembre de 1997 RJ 1997\197.
47
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 190; PERDICES, Legitimación, 85y s. y nt. 100. Lo cierto es que algunos
de los casos que este autor cita no serían invocables porque falta el libro registro de acciones nominativas que es,
precisamente, el que suscita el problema de régimen especial que aquí se considera.
48
“En el actual estado de la doctrina la sociedad no puede tolerar a sabiendas y disponiendo de los medios de
prueba necesarios para su corrección situaciones de cesión de la legitimación. La sociedad viene, en consecuencia,
obligada a denegar la inscripción y, si la misma se llegó a producir, a la corrección del libro y a no realizar la
prestación hasta que la misma se verifique. No obstante, si la sociedad cumpliese, habría que admitir su liberación
aunque se pudiese remover a los administradores por esa causa o eventualmente indemnizar a algún perjudicado”
(PERDICES, Libro registro, 92). Contra ANGELICI, Riv. Dir. Comm, 1983, 52.
10
Borrador
Andrés Recalde
las que la Ley prevé49, en las que el cesionario actúa en
nombre propio pero en interés del cedente (con o sin
instrucciones sobre el sentido del ejercicio de los derechos
sociales). Pero en una representación indirecta, oculta, por
transmisión fiduciaria no hay nada ilícito que permita
oponerse a ello ni con relación al ejercicio de los derechos
económicos (mera “cesión anticipada de los créditos
futuros”) ni, incluso, de los derechos políticos50. Por ello,
la sociedad debe tolerar estas cesiones si consienten a
ellas cedentes y cesionarios.
 Más peso tiene el que en el Derecho español existe una
contradicción valorativa con la discrepancia con el
modelo recogido en el art. 11 LMV51.
a. No hay duda de que este se sitúa en clave
tradicional del Derecho de títulos, en el que el
dolo y la culpa grave son límites a la eficacia
liberatoria, mientras que en la norma de la ley de
anónimas opera el régimen especial52. Pero es
discutible que una inadecuada configuración del
régimen de las anotaciones o su falta de
coordinación con las normas de legitimación de
las acciones-título53 favorezca una interpretación
correctora del art. 55.2 LSA para adecuarla a la
lógica cartular, como pretende PERDICES.
b. La contradicción con el art. 11 LMV es una
objeción fuerte, pero no obliga a interpretar el art.
55.2 LSA en un sentido que lo acomode a una
preconcepción de la misma, manifiestamente
contraria a su literalidad a los intereses que
subyacen tras ella. Conviene recordar que en las
anotaciones en cuenta la legitimación queda fuera
del ámbito de la sociedad; tiene efectos
constitutivos frente a los terceros adquirentes de
buena fe, pero también en el plano de la
legitimación.
3. La consecuencia de esta posición es que la sociedad a su costa
puede y debe denegar al inscrito, que no es socio, el pago de
dividendos, el derecho de información o el de asistir a la
junta54.
49
RDGRN 9 de diciembre de 1997 RJ 1997\197.
50
PERDICES, Libro registro¸ 88 y 89.
51
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 189.
52
RECALDE, Est. Broseta, 3108 y s.; RECALDE, Comentarios art. 55, 569.
53
Por otro lado, habitual en otros países. Piénsese en la reforma introducida por el d. lgs. De 27 de enero de 2010 de
adaptación a la Directiva 2007/36/CE sobre ejercicio de algunos derechos del socio, en Italia, que armoniza el
régimen de legitimación del sistema centralizado de administración de acciones representadas en títulos
inmovilizados (Monte Titoli) y el sistema de administración de instrumentos financieros desmaterializados (De
LUCA, BBTC, 2010, 255)
54
Para PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 192 no sólo se requiere la buena fe (falta de pruebas líquidas) de la
sociedad cuando se solicita la inscripción, sino en cualquier otro momento posterior, pues si esta dispone de pruebas
de que quien ejercita el derecho no es socio debe denegarle el ejercicio e iniciar la rectificación.
11
Borrador
Andrés Recalde

“La buena fe en el momento de la inscripción
(legitimación cartular, ex art. 58 LSA) no obsta a que la
misma deba reproducirse en cada concreto acto de
ejercicio”... “No sólo es preciso que la sociedad no
disponga o pueda disponer de pruebas líquidas de la
falta de titularidad del que solicita su inscripción; es
preciso que eso se reproduzca en cada concreto supuesto
de ejercicio de derechos. La buena fe de la sociedad no se
agota en el acto de la inscripción –como se desprende de
las teorías de la ficción-, sino que es preciso que se dé en
todos los actos de ejercicio de derechos por el inscrito. Si
la sociedad tiene dichas pruebas desde el inicio, deberá
denegar la inscripción; si viene a tenerlas con
posterioridad, deberá desde luego denegar el ejercicio
solicitado e iniciar la rectificación del libro”55.
 Frente a la reclamación presentada a quien se halla
inscrito relativas a las obligaciones que recaen sobre el
socio, este podría negarse aunque soportaría la carga de la
prueba de que realmente él no es el socio56.
iii. Por mi parte, considero más ajustada a nuestra Ley la opción
estricta que atribuye un valor fuerte a la presunción de titularidad
que deriva del libro registro de acciones nominativas57 Ahora bien,
¿debe concluirse con ello que cualquier decisión de la sociedad en
sentido contrario al libro es anulable por vía de impugnación?
1. Entiendo que no. Las reglas procedimentales sobre la correcta
llevanza del libro registro de acciones nominativas y las
soluciones excepcionales que prohíben un ejercicio abusivo de
los derechos y obligan a actuar de buena fe pueden resolver los
supuestos particulares.
2. La sociedad debe poder pasar por una verificación formal del
cumplimiento de los mecanismos procedimentales de
legitimación. Y sólo debería denegar el ejercicio de los derechos
al inscrito si que la inscripción de la transmisión fue el “resultado
de un acto inconsentido” por el anterior socio, tal como ocurre en
caso de simulación58.
55
PERDICES, Libro registro, 78.
PERDICES, Libro, 73; aunque en algunos lugares, p. ej. Libro 91, admite la eficacia liberatoria del pago frente a
quien le consta como cesionario, no considera que la sociedad esté obligada a cumplir con él (si quiere puede hacerlo,
aun obviamente lo hace “a su costa”) si no está inscrito; pero otras veces dice que la sociedad no se libera si cumple
frente a quien se halla inscrito, cuando conocía que no era socio y tenía medios de prueba líquidos para demostrarlo
(Perdices, Libro, 76, 94 y s.: sólo cumpliendo –de buena fe- frente al inscrito la sociedad tiene la seguridad de su
liberación... la sociedad se libera cumpliendo frente al no inscrito si tiene pruebas líquidas de su condición de socio
y no se libera cumpliendo frente al inscrito si tiene pruebas líquidas de que nunca lo fue o de que ha dejado de ser
socio”; No obstante reconoce que, en el primer caso debe entenderse como solicitud de inscripción, y en el segundo
procederá a la corrección del libro. En PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55 p. 206 aclara que al no inscrito no le
puede permitir el ejercicio del derecho, pues debe proceder a inscribirlo si lo solicita, pues no cabe otra legitimación
que la que resulta del libro registro.
57
También FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 489.
58
ANGELICI, Riv. Dir. Comm, 1983, 53; PERDICES, Libro, 93 se refiere a la falsificación del endoso e inscripción
en el libro, nulidad del negocio, el título constitutivo no puede determinar ese régimen, porque no existe, por lo que el
verdadero titular tendrá derecho a lo que le pudiera corresponder por enriquecimiento sin causa o por gestión de
negocios ajenos, aparte de las responsabilidades delictivas que cupiesen.
56
12
Borrador
Andrés Recalde
3. Trataremos de justificarlo desde forma casuística, analizando la
solución alcanzada en varios casos por la jurisprudencia 59.
4. Conviene seguir, ante todo, a los alemanes, quienes advierten que los efectos
reconocidos a la inscripción en el libro registro de acciones nominativas
presuponen una regular llevanza del mismo. En efecto la condición para la
eficacia atribuida a la inscripción es que se hubiese realizado una anotación
formalmente regular. Ello a su vez se basa en que se hubiera comunicado a la
sociedad, también regularmente, el cambio de la persona que debe constar en el
libro registro. La presunción de eficacia de los datos del libro registro no opera si la
inscripción no se efectuó correctamente60.
a. La llevanza del libro registro corresponde al órgano de administración,
directamente o con la colaboración de terceros, de cuya gestión responde 61. La
primera inscripción la efectúa la sociedad de oficio a favor del accionista que
suscribe las acciones, sin que este pueda oponerse a ello.
b. El adquirente sucesivo debe notificar a los administradores la realización de
la transmisión y solicitar su inscripción. Será normalmente el adquirente
quien comunique la transmisión, demostrando que adquirió las acciones de
quien se encontraba inscrito con arreglo a los mecanismos formales de
transmisión propios del Derecho de títulos o conforme al Derecho común
(aunque en este caso deberá, también, presentar el título si quiere garantizarse el
cumplimiento)62.
c. La inscripción es un acto debido para los administradores a cuyo cumplimiento
quedan obligados como manifestación del deber general de diligencia (art. 127).
Una vez que se les comunica la transmisión, los administradores deben proceder
a la inscripción “de inmediato” (art. 56.1 LSA)63. Cualquier violación de esa
obligación de los administradores afecta a los datos del libro registro.
i.
En caso de una denegación maliciosa a la inscripción (incluso
aunque ello se deba a la ausencia del libro registro de acciones
nominativas) o de demoras o retrasos injustificados en la
inscripción (p. e. a la espera de que tenga lugar la junta general en la
que se pretende denegar al accionista su derecho a votar) se produce
una conducta irregular de los administradores que afecta a la
llevanza del libro, cuyas consecuencias se imputan a la sociedad.
ii.
Por ello, tiende a aceptarse que el accionista al que maliciosamente
no se le hubiese inscrito o que hubiese sido borrado del libro-registro
podría impugnar las juntas que se celebraron sin su presencia64. En
59
Hace unos años se proponía ya estudiar el tema de la legitimación del accionista desde una perspectiva operativa
que se ocupase de la disciplina que se ocupa de la legitimación, más que de la fattispecie (ANGELICI, Riv. Dir.
Comm, 1983, 35), propuesta que entendemos que es la correcta.
60
STS 16 de febrero de 2007 (Embutidos Turón), comentado por FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 483 y ss.; STS
6 de junio de 2005 (Ponte. Almagro Nosete, Fotofilm): “la transmisión de las acciones no fue justificada en forma
ante la sociedad, ni inscrita en el libro-registro de las acciones nominativas, omisiones que no cabe desdeñar, puesto
que ... era necesario comunicar la transferencia de sus títulos a la entidad mercantil para gozar del derecho de
asistencia a la Junta, comunicación que, en el caso, no pudor producirse”, que estimó la legitimación para impugnar
la junta a los antes inscritos; CAHN, AktG § 67 Rdn. 31; HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz
Kommentar, § 67 Rdn. 39 y s.
61
HAPP, “Vom Aktienbuch zum elektronischen Aktionärsregister”, en Festschrift Bezzenberger, Berlin-New York,
2000, 111, 117; CAHN, § 67 Rdn. 10.
62
CAHN, § 67 Rdn. 50. Contra PERDICES, Libro registro, 149, aunque reconoce al transmitente el derecho a
resolver la transmisión si el adquirente no solicita la inscripción como supuesto de negativa a recibir la cosa (art.
1505 Cc y 332 Ccom, por analogía); a quien sigue FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 491.
63
FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 492. STS 28 de febrero de 2008 RJ 2008\2931.
64
SÁNCHEZ CALERO, La junta general,212 y FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, citan tres sentencias:
SSTS 19 de diciembre de 1990 (RJ 1990, 10318) (Pnte. Barcala Trillo-Figueroa) (aunque el inscrito se había venido
13
Borrador
Andrés Recalde
este caso, el no inscrito no necesita proceder a rectificar el libroregistro para, luego, impugnar65. Pero debe demostrar la conducta de
la sociedad contraria a la buena fe que afectó a la correcta llevanza
del libro-registro.
c. No obstante, es necesario el consentimiento del anteriormente inscrito. En el
caso de que los transmitentes o adquirentes (condominio de acciones) fuesen
varios, todos deben consentir salvo que hubieran designado un representante
común. Si quien o quieres estaba inscritos manifestaran su oposición a
que se inscriba al pretendido adquirente, la sociedad sólo puede el libro
registro por la vía judicial, sin que pueda proceder unilateralmente o a
instancia del adquirente. Si procedió a inscribirle sin el consentimiento
del anteriormente inscrito, habrá una inscripción irregular. Al que
pretende alegar su condición de accionista no le cabe otra vía que el ejercicio
jurisdiccional de una demanda dirigida a rectificar el libro-registro, pues en
el conflicto sobre la titularidad, la sociedad debe protegerse estando a lo que
resulta del libro.
i. Si la sociedad inscribió al pretendido adquirente contra la voluntad
del transmitente inscrito, que habría dejado de constar en el libro,
este puede impugnar la junta66, ya que la inscripción habría sido
irregular. Así resulta de la interpretación del art. 55.4 LSA en la STS
16.2.2007 (caso Embutidos Turón): si la inscripción del adquirente
se realizó por los administradores contra la voluntad del
anteriormente inscrito es irregular e ineficaz, de manera que quien
ya no consta como inscrito, pero lo estaba, podrá impugnar la junta
celebrada con la presencia del supuesto adquirente.
ii. La sociedad, por tanto, no puede inscribir de oficio las
transmisiones de que fuese conocedor sin una previa notificación
por las partes67. Si la acción circuló sin que se hubiese solicitado la
inscripción de la transmisión, aunque ello sea conocido por la
sociedad, ésta no puede inscribir al adquirente.
iii. No obstante, podría proceder a la inscripción, a falta de una solicitud
expresa del adquirente, si la voluntad de inscribirse pudiera deducirse
reconociendo como socio, y no pretendía impugnar acuerdos de una junta), 20 de marzo de 1999 (RJ 1999, 1712)
(NO ENCUENTRO); STS 30 de abril de 1999 (RJ 1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales
Morales): legitimación para impugnar la juta de quien se opuso a un acuerdo anterior de transformación de acciones
al portador en nominativas que no se inscribió en el libro-registro; STS 24 de enero de 2002 (Ponente Villagómez
Rodil): dos libros registros, uno legalizado en el que consta el antiguo titular y otro que lleva la sociedad en el que
consta el adquirente, pero como quiera que en otra sentencia se constata la adquisición de las acciones por el
adquirente, aunque este no estaba inscrito en el primer libro procede la impugnación de la junta ejercitada por este. Y
antes STS 30 de septiembre de 1997 (RJ 1997, 6461) (caso Papelera de la Riba SA, Ponente O’Callaghan): “al
accionista demandante le fue privada la asistencia a la Junta General cuya nulidad de acuerdos es objeto de la
acción ejercitada. Y le fue impedida por, no habiéndose impreso los títulos de una serie de acciones de que era
titular y careciendo de los resguardos provisionales (no importa porque), no fue comprobada (porque no pudo o no
quiso) su titularidad en el Libro-registro de acciones que debe llevar la sociedad (al aplicarse a aquellos resguardos
el régimen de las acciones nominativas) y pese a que nunca se le negó su carácter de accionista). SAP Valencia 3
de noviembre de 2001 JUR\2002\40295: la condición o presupuesto para la aplicación del art. 55.2 LSA es que la
falta de inscripción no sea achacable al socio por su pasividad en el ejercicio de sus derechos para promover la
inscripción, como ocurre cuando no se ha inscrito tras un acuerdo válido de conversión de acciones al portador en
nominativas. pero no cuando se produjo una conculcación por la sociedad de sus derechos, que supone una infracción
del derecho de asistencia e información.
65
Como dice SÁNCHEZ CALERO, La Junta general en las sociedades de capital, 2007, 212.
66
STS 16 de febrero 2007 (“Embutidos Turón”); y para las mismas partes STS 17 de marzo de 2006 RJ 2006\1886
non vidi.
67
Ya GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas, 249; FERNANDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008 491 nt. 19.
14
Borrador
Andrés Recalde
de los actos implícitos de las partes68, ya que no se requiere ningún
tipo de formalidad para la comunicación69.
d. Los administradores deben controlar la inscripción:
i. en primer lugar, ese control afecta a la regularidad formal:
1. control de si la transmisión recogida en la acción nominativa
se realizó conforme a la ley de circulación de ésta o a las
previsiones de Derecho común (documento privado o
escritura de cesión de créditos, o escritura de aceptación de la
herencia en caso de sucesión mortis causa70). Una
transmisión formalmente irregular (p. ej. cuando en el
título se ha roto aparentemente la cadena regular de endosos)
carece de aptitud para ser inscrita, incluso aunque la
transmisión se correspondiera con la realidad.
2. Con ocasión del control de la regularidad de la notificación de
la transmisión, la sociedad –a través de los administradoresdebe actuar de buena fe71. Aquí sí que son aplicables las
previsiones generales del Derecho de títulos. Si los administradores
conocen o debieran conocer, disponiendo de medios de prueba
líquidos, que quien solicita la inscripción no es el accionista,
debería rechazar la inscripción. Sin embargo, si la transmisión es
consecuencia de un negocio fiduciario con fines representativos
(cum amico) es cuestionable que pueda rechazar la inscripción,
pues responde a una causa perfectamente lícita.
ii. Pero también debe procederse a un control material, que, en
primer lugar, afecta
1. a los requisitos para transmitir y adquirir (capacidad, poder de
representación) 72: la transmisión que realice un representante
sin poder, en caso de falsedad, de vis absoluta o ante
cualquier supuesto que condujera a la inimputabilidad de la
transmisión al transmitente, la transmisión no es imputable al
transmitente y no debería tener efectos;
2. El control material afecta, igualmente, al cumplimiento de las
previsiones estatutarias, entre las cuales se hallan las
restricciones a la transmisión de las acciones. Si estas no se
satisfacen, la sociedad no sólo puede no proceder a la
inscripción del adquirente, sino que debería negarse a la
inscripción73. En todo caso no serán oponibles al adquirente
68
RECALDE, Comentario, 570; PERDICES, El libro registro de socios, p. 155; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30,
2008, p. 483, p. 490.
69
Puede ser oral, escrita o electrónica o por hechos concluyentes (CAHN, § 67 Rdn. 57; para la GmbHG).
70
En este caso la prueba de la condición de socio y la modificación del libro debe realizarse de conformidad con las
reglas del derecho común; pero si el heredero no se inscribe no puede ejercitar los derechos de socio (SAP Navarra15
de mayo 1992, AC 1992/795, exigiéndose la inscripción del heredero como requisito de legitimación).
71
FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008 499; RECALDE, Comentario, art. 55, 573, decía lo contrario, pero en
realidad me refería a la irrelevancia de la buena o mala fe en momentos sucesivos a la inscripción, pero no con
ocasión de la inscripción, donde juegan los principios del Derecho de títulos-valor.
72
Por ello, falta la imputabilidad de la comunicación si alguna de las partes era incapaz para intervenir en el negocio
jurídico o tuviesen la capacidad limitada y a través de la inscripción no hubiese obtenido obtuviese sólo ventajas (§
107 BGB) (HEFERMEHL/BUNGEROTH, en Aktiengesetz Kommentar, § 67 Rdn. 45).
73
FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS nº 30, 2008, 494 y s.; STS 2 de diciembre de 1999 (Pnte. Vázquea Sande, Termas
Pallarés 1” (“la denegación de la inscripción de su adquisición de acciones, inscripción a la que el recurrente cree
tener derecho, constituye un acto posiblemente impeditivo de ese derecho contra el que no cabe otra solución ... que
el ejercicio de la correspondiente acción por la vía jurisdiccional legalmente establecida quedando entre tanto, por
pasividad en este caso de la única parte interesada en el remedio, incompletas las consecuencias del acto al no
haberse consolidado el mismo, respecto a la sociedad, a falta del registro que aquel precepto establece”) , y STS 22
15
Borrador
Andrés Recalde
las restricciones a la transmisión introducidas después de la
adquisición de las acciones74.
3. Ahora bien, si la sociedad inscribió al adquirente, habiendo
estimado que la transmisión procedía, los que la impugnan
alegando una violación de las normas estatutarias deben
solicitar la rectificación del libro registro, que mientras tanto
será eficaz75.
4. El TS no ha reconocido la legitimación para impugnar la
junta si el pretendido adquirente no solicitó la inscripción
ejercitando una acción “tendente a obtener la plenitud de su
invocada condición de accionista, también ante la
sociedad”76. En estos casos de litigio sobre la realización de
la transmisión, la sociedad puede estar a lo que resulta del
libro registro de acciones nominativas y liberarse en
consecuencia.
e. En fin, a pesar del valor que puede y debe otorgarse a los datos del libro
registro, la sociedad está vinculada por sus propios actos. Si venía
admitiendo la asistencia de un socio no inscrito, no pueden impugnarse
los acuerdos de la junta celebrados con él77 ni oponerse el libro a una
lista de asistentes que se venía otorgando conforme a una realidad ajena al
libro de socios.
i. Sin necesidad de acudir a una interpretación “laxa” de la presunción
del art. 55.2 LSA, la buena fe permite llegar a esta interpretación
incluso en la RDGRN 26.11.2007 RJ 2007/8241: la “negativa a
inscribir el documento presentado (lista de asistentes) implica una
visible contradicción con otras calificaciones anteriores practicadas
sobre la base de la misma realidad” pues ello supondría ir contra
los propios actos y por tanto sería una conducta contraria a la
buena fe. En estos casos debe prevalecer la realidad extrarregistral
sobre el libro de socios. Si la legitimación derivada del libro registro
se establece en favor de la sociedad y ésta ha prescindido de la
de febrero 2000 (Termas Pallarés2). SAP Madrid 29 de abril de 2002: “si la sociedad no ha reaccionado frente al a
transmisión antiestatutaria llegando a reconocer a los adquirentes su condición de socios y a inscribir en el Libro de
Registro de acciones nominativas a favor de los terceros adquirentes las acciones transmitidas con vulneración de la
norma estatutaria, podría debatirse la responsabilidad del administrador e incluso, la legitimación de los socios,
cuyo derecho de adquisición preferente se ha impedido para instar la nulidad o ineficacia de la enajenación, pero no
por ello se subsana la nulidad o ineficacia de que adolece la transmisión que incumple la comunicación
estatutariamente prevista al órgano de administración de la intención de transmitir, para que a su vez lo comunique
a los socios a fin de que puedan ejercitar el derecho de tanteo en el plazo estipulado, de modo que no puede
aceptarse la alegación de la actora apelante de que la transmisión es válida con el fin de transformar el derecho de
tanteo cuyo ejercicio se ha impedido en un derecho de retracto, y la nulidad o ineficacia, que sería su consecuencia
necesaria, no puede dar lugar a un derecho de retracto a favor de los socios, pues dicho derecho de retracto no está
contemplado en la norma estatutaria...”.
74
Laudo de Abriani; FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, 496.
75
STS 19 de diciembre de 1990, (Pnte. Barcala Trillo-Figueroa), en la que, sin embargo, no se anuló la transmsión.
También STS 30 de abril de 1999 (RJ 1999/3425) (Construcciones y Edificaciones SA) (Pnte. Morales Morales):
ineficacia de una transmisión en violación de las normas sobre restricciones, lo que da lugar a la ineficacia de la junta
y de los acuerdos adoptados en ella.
76
STS 22 de febrero de 2000, “2ªTermas Pallarés SA”.
77
recordar la cita de Pérez Millán Supuestos en que se reconoce al accionista el derecho a ejercitar los derechos de
socio, a pesar de no estar inscrito en el libro registro de socios: PÉREZ MILLÁN, Documenti di legittimazione e titoli
impropri, Padova 2005, 79, NT. 154, cita el caso de los accionistas no inscrito en el ibro, cuando la sociedad les
hubiera reconocido en el pasado dicho ejercicio y, consiguientemente, la cualidad de socio (con cita de GALGANO,
“Mancata esecuzione del “transfert” ed essercizio dei diritti sociali nel trasferimento per girata delle azioni
nominative”, en Riv. Dir. Civ., 1962, II, 400, 420 y ss.). PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 196;
16
Borrador
Andrés Recalde
misma, no puede alegarse con posterioridad. En particular cuando la
sociedad78 y su secretario (que es el que alega la falta de coincidencia
con el libro registro) y el registrador mercantil -con reflejo en la hoja
abierta a la sociedad el Registro Mercantil- habían venido admitiendo
una realidad de la sociedad ajena al libro de socios, no podría estarse
a la nueva realidad derivada de un libro de socios (que antes no
existía). Máxime cuando se ofrecen elementos suficientes de prueba
de que una irregular llevanza del libro de socios, cuyos datos no
serían compatibles con la titularidad material de las acciones tal
como resulta de otros documentos.
1. Cualquier ejercicio por un no legitimado por el libro (a riesgo
de la sociedad) o cualquier denegación de ejercicio al inscrito
(a riesgo de la sociedad) pasa por la apertura del
procedimiento de modificación del libro registro. Si no es así,
no cabe un ejercicio de los derechos sino es por el inscrito (p.
ej. el de impugnar los acuerdos sociales STS 6.6.2005 79).
ii. De la misma manera que es abusiva la actitud de la sociedad que
infringiendo las normas sobre regular llevanza del libro registro, se
niega a la inscripción de quien sabe que es socio, porque así lo ha
reconocido en alguna ocasión, y sin embargo, no le inscribe 80.
3. Consecuencias o efectos de la irregularidad de los administradores en la llevanza del
libro registro:
a. A la “comunicación” o “notificación” deben aplicarse las reglas generales de
las declaraciones de voluntad negociales (ya los sean estrictamente, o se
trate, más bien, de actos con efectos jurídico-negociales, pues en ambos
casos, se aplican las normas de las declaraciones de voluntad).
i. Si se cuestiona la validez de la transmisión debe solicitarse que se
declare la ineficacia de lo que resulta del libro registro mediante la
correspondiente demanda contra la sociedad y el inscrito.
ii. Si el conflicto se da entre el pretendido enajenante y el adquirente, la
sociedad debe esperar a la decisión judicial81. Cualquier decisión
unilateral de la sociedad a favor del segundo, podrá impugnarse por
el primero. En efecto, en caso de discrepancia, a los efectos de la
legítima constitución de la junta, la sociedad puede y debe depositar
78
La lista de asistentes elaborada por el presidente y reflejada en el acta de la junta levantada en la junta constó con la
aquiescencia de todos los accionistas asistentes, por lo que estos no pueden oponerse ahora a sus indicaciones y la
condición de accionista de los asistentes a la junta que constan en la lista no sólo no fue negada sino que fue
reconocida expresamente en distintas ocasiones, (RDGRN 26.11.2007 RJ 2007\8241, resolución en la que se alega,
también, que en la LSA existen casos de legitimación ajena al libro registro como el de la copropiedad (art. 66 LSA)
o el de prenda de acciones (artículo 2???).
79
RECALDE, Comentario, 572; PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 197. Creo que es diferente el caso de SAP
Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 en que se condiciona el valor presuntivo absoluto a un
aquietamiento del accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de
socio no ha sido negada y se ha opuesto a la conversión de acciones al portador en nominativas; por lo que en el caso
se admite la legitimación para la impugnación de los acuerdos sociales (yo: realmente es diferente cuando se le
deniega el acceso al libro, que cuando se opone a un acuerdo de conversión de acciones y transformación del régimen
de legitimación, que, mientras no se haya suspendido es eficaz y hay que atenerse al mismo).
80
En este sentido STS 30 de septiembre de 1997 (caso “Papelera de la Riba, SA”, Ponente O’Callaghan) SAP
Valencia 3 de noviembre de 2001 JUR 2002\40295 se condiciona el valor presuntivo absoluto a un aquietamiento del
accionista que no ejercita su derecho a acceder al libro registro, pero no cuando su condición de socio no ha sido
negada y se ha opuesto a la conversión de acciones al portador en nominativas. Aunque la decisión es discutible
porque la litis proviene de la falta de aquiescencia del socio a la conversión de sus acciones al portador en
nominativas y, como consecuencia de la falta de canje, la sociedad no le inscribió.
81
HUECK/FASTRICH, §16 GmbHG Rdn. 4.
17
Borrador
Andrés Recalde
su confianza en lo que resultaba del libro-registro, reconociendo sólo
la legitimación al que constaba como inscrito antes de la pretendida
transmisión. Únicamente se liberará si obra de conformidad con lo
que de él resulta. El pretendido adquirente al que se le ha denegado la
inscripción no puede impugnar los acuerdos de la junta82 (salvo que
se demuestre la conducta maliciosa de la sociedad denegando o
demorando la inscripción).
b. La inscripción que se declara irregular por el incumplimiento de las normas
sobre llevanza del libro registro por los administradores será ineficaz y no
producirá efecto alguno la modificación ulterior del libro registro (efectos ex
tunc)83.
i. La modificación unilateral del libro registro realizada por la
sociedad no es eficaz si no consintieron los interesados, por lo que
quien antes estaba inscrito puede impugnar los acuerdos
adoptados por los inscritos y sin su participación84.
ii. El adquirente no inscrito como consecuencia de una conducta
maliciosa de la sociedad (rechazo o demora injustificados) puede
impugnar los acuerdos sociales adoptados en la junta sin su
participación, como consecuencia de la irregular llevanza del
libro-registro85.
iii. El accionista cuya inscripción se rechazado podrá, también, plantear
acción individual de responsabilidad contra los administradores
por los daños que estos le causen por violación de su derecho a
legitimarse. E incluso, puede plantearse el ejercicio de acciones
penales por infracción de un delito societario como consecuencia de
la infracción al derecho del accionista a legitimarse mediante la
inscripción en el libro registro de acciones nominativas (art. 293
Cp)86
c. En cambio, los defectos en el negocio de transmisión afectan a la validez
de la adquisición, pero la apariencia de titularidad derivada del libro
registro es eficaz y la sociedad puede depositar en ella su confianza. La
pérdida sobrevenida de la condición de socios obliga a una modificación de
los datos del libro registro, pues la sociedad podía y debía confiar en la
apariencia del libro.
i. La irregularidad que se alega ante el previo ejercicio de derechos
por el inscrito o la corrección de la irregularidad sólo es eficaz
desde el momento en que se proceda a esa corrección del libro
registro, que tendrá efectos ex nunc. Por tanto, inscrito el
adquirente sin que la sociedad pudiera demostrar su falta de
titularidad, no deberá procederse a la mera rectificación sino a una
82
STS 22 de febrero de 2000 RJ 2000\1186 (Ponente Vázquez Sande) “Termas Pallarés, SA”: la negativa de la
sociedad a inscribir al adquirente exige que se inste la rectificación en la vía jurisdiccional pero no procede reconocer
la legitimación para impugnar la junta y los acuerdos adoptados en ella, ya que no se puede resolver sobre un
supuesto en el que late, como fondo, un litigio sobre la adquisición de las acciones; también STS 2 de diciembre de
1999 RJ 1999/9749; en contra RDGRN 26 de noviembre de 2007, RJ 2007/2841.
83
Por ello se equivoca la RDGRN 26.11.2007 RJ2007\8241, cuando advierte que la admisión de la validez de la
realidad derivada del libro registro supondría “predicar retroactivamente la invalidez e inexactitud de los acuerdos
que sí causaron inscripción” a partir de una realidad ajena al libro cuando, ahora, con las indicaciones del libro,
conducen a la modificación de esa realidad.
84
Embutidos Turón y Fotofilm.
85
RDGRN 9 de diciembre de 1997, RJ 1997/9.197.
86
FERNÁNDEZ PÉREZ, RdS, nº 30, 2008, p. 508 y s.
18
Borrador
Andrés Recalde
nueva inscripción de la titularidad, mediante la acreditación de la
falta de titularidad de quien estaba inscrito. Pero los actos realizados
por la sociedad para con el inscrito (pagos, reconocimiento del
derecho de asistencia o voto) serán válidos, sin perjuicio de las
relaciones internas.
ii. La rectificación posterior sólo puede producirse cuando la sociedad
compruebe la irregularidad de la inscripción.
iii. Se dice por algunos que si se le aportan medios de prueba líquidos, la
sociedad podría y debería rectificar 87. Yo tengo mis dudas. En mi
opinión, si se respetó la regularidad del procedimiento, aunque
disponga de pruebas líquidas de la falta de concordancia entre los
datos del registro y la titularidad real de las acciones, no puede
proceder a modificar unilateralmente el libro si a ello se opone quien
constaba como titular.
4. Eficacia del libro registro a los efectos de las reclamaciones por la sociedad de
las obligaciones (dividendos pasivos, prestaciones accesorias) y otras cargas.
a. Junto a la simplificación de la prueba para el accionista, el libro opera una
función especialmente relevante desde el punto de vista del ejercicio por la
sociedad de sus derechos pendientes de satisfacer frente a los accionistas
(lado pasivo de la legitimación)88. El sentido del libro registro es aquí
facilitarle a la sociedad la reclamación de sus derechos, en defensa de
intereses que se consideran prevalentes, como es el de la integridad del
capital.
b. Como se presupone la existencia de obligaciones de los socios para con la
sociedad, el libro registro sólo se prevé cuando se emitieron acciones
nominativas, pues las acciones no enteramente desembolsadas o con
prestaciones accesorias a cargo de los socios sólo pueden representarse en
acciones nominativas (art. 52.1 LSA)89.
c. Los intereses que se ven afectados en relación con el ejercicio de estos
derechos (y, señaladamente, los de los acreedores en la integridad del
capital) justifican que a la sociedad
i. Se le ofrezcan mecanismos de autotutela para reclamar el pago de los
dividendos pasivos: la venta de la acción (ex art. 45.2 LSA90) y la
solidaridad de quienes constaban como inscritos en el libro registro
de acciones nominativas durante los últimos tres años (art. 46 LSA).
ii. Pero también que se cree un instrumento para facilitarle la prueba de
la condición de socio y acreditar con suficiente garantía quién es el
obligado es el libro registro. Ello permite a la sociedad individualizar
al deudor (el socio), dispensándole de una costosa prueba.
iii. La obligación de pago de dividendos pasivos o la de cumplimiento de
prestaciones accesorias es una obligación propter rem, que sigue a la
titularidad de la condición de socio. Pero al ser la relación de socio
un derecho subjetivo naturalmente transmisible que se realiza sin
necesidad del consentimiento del acreedor, es imprescindible facilitar
87
PERDICES, Libro registro, 184; FERNÁNDEZ PÉREZ, 504.
Según PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 171, es aquí donde se “justifica en mayor medida la existencia del
libro registro”. Esto es correcto, pero parece suponer un cambio radical sobre la posición de PERDICES en Libro
registro, 107 y ss.
88
89
90
PERDICES/VEIGA, Comentario, art. 55, 170 y s.
PERDICES Libro, 115.
19
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Andrés Recalde
al acreedor –la sociedad- mecanismos que le permitan conocer
quiénes son las personas obligadas.
d. De ahí que la responsabilidad de quien estaba inscrito en el libro registro
constituya, también, doctrina dominante en Alemania91, Italia92.
i. También en España93 es doctrina general la de que la sociedad
anónima puede tener por accionista al socio inscrito en el libro de
acciones nominativas (legitimación suficiente). Incluso los que
propugnaban una interpretación más laxa, conceden últimamente que
el alcance constitutivo de la inscripción deriva de su carácter de
declaración de voluntad en que el inscrito reconoce la deuda. De
ahí que la sociedad le es dado exigir el pago al que reconoció esa
deuda inscribiéndose94. Contra el inscrito puede reclamar “a pesar
de tener pruebas líquidas de otra titularidad”95 y el inscrito no puede
oponerse negando su condición de accionista.
ii. Al no tener que probar su derecho, se le facilita enormemente el
ejercicio a través de la responsabilidad del inscrito, lo que asegura la
individualización de un sujeto legitimado pasivamente. En las
relaciones del socio con la sociedad el instrumento de legitimación
activa y pasiva «sólo» lo constituye la inscripción en el libro registro
de acciones nominativas. Por ello,
1. Si las acciones se transmitieron sin procederse a la
inscripción, el transmitente seguirá obligado, aunque haya
dejado de ser socio y hayan transcurrido más de tres años
desde la transmisión. La transmisión no reflejada en el libro
registro de acciones nominativas no será oponible a la
sociedad porque el adquirente no constaba como socio.
2. Como la inscripción es suficiente, el transmitente no puede
oponerse a ella sin modificar el libro.
iii. Pero la inscripción en el libro registro también es necesaria para
poder reclamar el pago de los dividendos pasivos, pues también el
principio de que la sociedad sólo reputará accionista al inscrito,
también le perjudica a ella.
iv. Y, por esta razón, sólo podría reclamar el pago de los dividendos
pasivos al accionista que no estuviera inscrito, si procediese
previamente a una modificación de la inscripción, peor no puede
reclamar el pago a quien no está inscrito 96. En realidad, la posibilidad
91
KRAFT, Kölner Kommentar z. Aktiengesetz, 2.ª ed., Colonia/Berlín/Nueva York, 1988, § 10, Rdn. 19. Para que
proceda al pago o desembolso de los dividendos pasivos pendientes o al cumplimiento de prestaciones accesorias
vinculadas a la condición de accionista (CAHN Rdn. 26). En Alemania se dice que este efecto opera incluso aunque
la sociedad sepa que el que está inscrito no es realmente el accionista (CAHN Rdn. 26; BAYER § 67 Rdn. 39;
NOACK CB 1999, 1306 y s.)
92
ANGELICI, Riv. Dir. Comm., 1983, p. 43, 65, que dice que no se discute la responsabilidad del inscrito, aunque
luego se adentra en la posibilidad de reclamar el pago del accionista no inscrito.
93
PERDICES, Libro registro, 111.
94
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 218 creo que en el libro originario Perdices no mantenía lo mismo.
95
PERDICES/VEIGA, Comentario art. 55, 220, aunque luego dice que en este caso puede proceder por propia
iniciativa a instar la rectificación del libro de socios oponiendo la falta de titularidad (pero no reclamar directamente
al verdadero socios sobre la base de la prueba de su titularidad, p. 221).
96
RECALDE, Comentario, art. 52, 550; GIRÓN, Derecho de sociedades anónimas, 250, recoge la posición de la
doctrina tradicional alemana y advierte que no existiendo un derecho de la sociedad a obligar a inscribir y si la
elusión de la responsabilidad por el adquirente se considera legítima, debe primar el interés en el tráfico sobre el
interés de la sociedad en conocer al accionista. Contra, LÓPEZ ORTEGA, op. cit., 152, entendiendo que el deudor de
los dividendos pasivos lo es el accionista real y no el accionista aparente inscrito, salvo que hayan transcurrido tres
años desde la transmisión ex art. 46.2; PERDICES, El libro registro de socios, 111 ss.; MUÑOZ MARTÍN, “La
20
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que tiene el accionista de acciones no liberadas de evitar las
consecuencias de la norma que establece la responsabilidad resulta
tanto del endoso en blanco, que conduciría a una circulación de las
acciones nominativas como si de títulos al portador se tratasen.
v. Ahora bien, la pretensión de la sociedad de reclamar el pago al
accionista actual no inscrito puede resolverse si se le reconoce a
aquella la legitimación para rectificar el libro registro (art. 55.4
LSA), demostrando un interés legítimo. Eso sí, como ya se indicó, en
caso de oposición del no inscrito, deberá hacerlo judicialmente, pues
en cualquier otro caso la persona frente a la que se reclame el
dividendo podría oponer la falta de legitimación pasiva.
obligación de pago de los dividendos pasivos”, Derecho de sociedades Libro homenaje a Sánchez Calero, I, Madrid
2002, pp. 681 y ss., p. 685 y s.).
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