SERMÓN DEL MONTE Esteban: Tuve un compañero

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SERMÓN DEL MONTE
Esteban: Tuve un compañero de facultad, comunista, sindicalista, estudiante de sociología,
ateo y me dijo: "si todos viviésemos con las normas del sermón del monte, creo que el mundo
sería mucho más justo y no habría tantos problemas como estamos viviendo".
¿Por qué incluso gente tan alejada de la fe cristiana, recurre a los principios del sermón del
monte como una fuente de inspiración? Es la pregunta que te hago hoy
Salvador: Se me ocurren dos respuestas. La primera es un poco sarcástica: diría porque no
lo ha leído, entonces el sermón del monte tiene un prestigio que trasciende haberlo leído o no.
Entonces creo que si lo leyera a fondo, una persona con esas características difícilmente
aceptaría, por ejemplo en el sermón del monte se habla de la oración, la importancia de esta,
por eso dudo que lo aceptara un comunista.
Esteban: Tal vez porque se refería más bien a la parte ética.
Salvador: Bueno. Si contestamos en serio la pregunta, sin sarcasmos, diría que es por la
declaración ética que hace Jesús.
El sermón del monte se llama justamente así, porque Él lo predicó sobre un monte. Es un
sermón público, se dice que es el más grande de los sermones que se hayan predicado.
¿Cómo sintetizaría lo que enseña el sermón del monte? El mismo, nos dice cómo debemos
comportarnos, cuáles son los principios de conducta para todos los tiempos.
Cuando uno lee el sermón del monte se da cuenta que está contextualizado en el momento
que Jesús estaba viviendo, con las presiones religiosas de su tiempo y tiene una cantidad de
críticas a ciertas posturas religiosas que había en la época, las depura para enseñar
realmente lo que debe ser. El sermón del monte, trae un contenido ético muy importante,
comienza con las bienaventuranzas, son como grandes contradicciones. Es un preámbulo del
sermón, la introducción, el pórtico, que nos está diciendo: "no todo lo que parece malo es
malo, ni todo lo que parece bueno lo es".
Hablar de las bienaventuranzas nos llevaría todo un programa y no es la idea, sino mirar el
sermón del monte en su gran extensión. Diría que las bienaventuranzas son la iniciación del
programa ético que Jesús propondrá a sus discípulos, comienza diciendo quienes serán los
felices en la tierra. Bienaventurado, quiere decir justamente eso, feliz.
Ahora bien, los felices en la tierra no son quienes pensamos. Creemos que los ricos son
felices, quienes viven alegres son felices, los que lloran infelices y Jesús dice todo lo
contrario.
Esteban: Da vuelta todo.
Salvador: Exacto.
Detrás de las bienaventuranzas subyace la idea de que las apariencias engañan. Por otro
lado está diciendo que no todo el que llora lo hará eternamente, hay una recompensa de Dios
y sostiene a su vez, que la soberbia Dios no acepta, sino la humildad. Se muestran esos
grandes contrastes que siempre nos negamos a ver en la realidad y en el sermón de la
montaña conforman "el pórtico".
Inmediatamente vinculamos la felicidad con dos cosas, el poder y poseer; a Jesús le parece
absurdo esto y plantea en las bienaventuranzas, cosas totalmente distintas.
El pórtico sería la entrada al sermón del monte. Pero más adelante Jesús entra a hablar sobre
una cantidad de elementos que conforman la vida de la persona, muy importantes para
considerarlos uno por uno. No solamente mirarlos en forma general. Pues habla de la vida
social de las personas. En la vida social siempre condenamos a la persona por el acto puro,
es decir, para que alguien sea condenado tiene que delinquir por ejemplo. Si comete el delito,
entonces ya es sancionado.
La sociedad no puede hacer menos que esto.
Esteban: No puede entrar en la cabeza del individuo.
Salvador: Claro, pero Jesús dice que uno puede tener instintos homicidas y no llegar a
concretarlo porque tiene frenos. Puede tener instintos adúlteros, pero no llega a concretarlos
porque tiene frenos.
Lo que Jesús plantea es: si no llego a concretar el mal, porque le puse un freno, por ello ¿Soy
una persona tan distinta a quien lo comete?
Entonces entra en el corazón de la persona, mira la interioridad y dice: si alguien tiene el
impulso de matar pero por un temor social no lo hace y canaliza esto descalificando a la otra
persona, porque de alguna manera intentó matarlo socialmente, Jesús dice que realmente,
desde el punto de vista ético y moral es tan censurable una cosa como otra. No es solamente
lo exterior, sino el mal, metido en el interior de la persona. Puede que no tenga una expresión
social condenable, pero muchas veces el hombre usa atajos y descalifica a la persona,
porque sabe que si la mata físicamente es sancionado socialmente, en cambio si lo
descalifica verbalmente por ejemplo no.
Jesús nivela estas cosas.
Lo mismo cuando habla del adulterio, dice: Si el hombre mira a todas las mujeres y las codicia
en su corazón, no es adúltero para la sociedad (recordemos que el adulterio para muchas de
nuestras sociedades y para la judía era condenado legalmente y duramente). Era lógico que
una persona que adúltero en su corazón, pensara dos veces la consumación del acto. Jesús
sabía que no era la solución, que a pesar que el hombre no adultere en los hechos, estuviese
deseando permanentemente la mujer de su prójimo.
Jesús está señalando que el mal está en el corazón de la persona y desde el corazón de la
persona se proyecta a la realidad, pero el hecho que no se proyecte directamente a la
realidad no significa necesariamente que el mal no esté, puede estar frenado y condicionado
por las censuras sociales.
El mal está dentro del corazón del hombre, por eso el sermón del monte es un análisis
profundo de la naturaleza humana, está mostrando realmente lo que significa el corazón del
hombre.
Frente a las propuestas que todos los días tenemos de la sociedad, Jesús las analiza desde
otro punto de vista, no desde el social, es decir, cómo lo plantea la sociedad, sino desde el
punto de vista del corazón del hombre, como lo afecta.
Hay un análisis muy profundo de la conducta social del hombre, incluso también habla del
compromiso. Los hombres juraban para tomar compromiso, hoy conocemos cuando alguien
está bajo juramento. Si le pedimos a alguien que esté bajo juramento siempre, estamos
reconociendo que ese hombre es mentiroso siempre y es necesario ponerlo bajo juramento
para que diga la verdad. Entonces el hecho del juramento está denunciando que hay un
problema en el hombre, la mentira. Por eso le dice a sus discípulos: "ustedes no juren por
nada, que el si de ustedes sea sí y el no sea no", no es necesario jurar para decir la verdad.
La misma hay que decirla siempre. Son todas propuestas éticas que hace Jesús en el
sermón, para buscar que la ética cambie.
Esteban: Hacemos una pausa en la charla con Salvador Dellutri y ya volvemos en Tierra
Firme.
PAUSA...
Esteban: El sermón del monte, el más importante que haya sido predicado alguna vez en la
historia (según lo califican muchos analistas bíblicos y teológicos). Nos hablabas antes de la
pausa de todo el aspecto ético, conducta, cómo se va más allá de lo que dice la mera letra de
la ley, yendo a la intención, al corazón de la persona. Pero también hay un aspecto religioso
muy importante en este sermón de Jesucristo.
Salvador: Claro, porque siempre puntuamos y escuchamos calificar unida a la palabra
"religioso" la palabra "hipócrita" muchas veces.
Creo que es uno de los juicios más frecuentes con respecto a los religiosos, son hipócritas.
Jesús dice que es verdad (siendo contrario a todo lo que esperaríamos)...
Esteban: Esperaríamos que dijera que son "seres puros, santos..."
Salvador: Claro, pero Jesús dice la verdad, entonces analiza como debe vivirse la devoción
religiosa, de qué forma. Lo hace analizando la oración, diciendo que ésta no debe ser hecha
para ser vista de los hombres. A veces escuchamos de grupos de creyentes que se reúnen a
orar en plazas públicas porque "van a orar por el país" y uno ve cuánto de exhibicionismo hay
en esas manifestaciones. Jesús dice que la oración debe ser privada, no con la motivación
que el otro la vea, sino para que Dios la escuche.
También habla de los que dan limosnas. Dice que hay personas que las dan para sentirse
bien, para ser vistos por los demás, no cumple el propósito que debe tener. Es decir, si uno
está siendo caridad para que los demás digan "que buena persona es", o si uno está orando
simplemente para que los demás vean que es una persona devota, o si uno ayuna y lo
proclama a los cuatro vientos para decir que eso es la verdadera vida espiritual profunda.
Dice Jesús que si hacen eso ya tienen su recompensa, que lo aplaudan los hombres que no
tienen nada que ver con Dios. Pone las cosas en su lugar en el aspecto religioso.
Pero luego de la parte religiosa, hay una sección muy importante que habla acerca de la vida
del hombre y creo que tiene mucho que ver con el hombre de hoy.
Dice Jesús: "ninguno puede servir a dos señores, porque va a aborrecer a uno y amar al otro,
o a la inversa". "No se puede servir a Dios y a las riquezas". Entonces hace un énfasis muy
fuerte entre lo material y lo que esto representa para el hombre. Cómo la búsqueda de lo
material produce en el hombre afán, ansiedad, y cómo hay que frenar esto porque hay que
aprender a depender de Dios en estas cosas y no sumarle a la vida el afán y la ansiedad.
Jesús dijo: "basta a cada día su propio mal". No le sumemos entonces al día de hoy el de
mañana, porque con hoy basta. Es algo muy interesante para el hombre moderno.
En la antigua forma de colocar la electricidad dentro de las casas se ponían unos fusibles que
eran unos alambrecitos de cobre, o plomo en algunos países y cuando subían la tensión eso
se fundía. Entonces no permitía que los gastos de tensión, o problemas eléctricos afectaran la
casa. Estallaba el fusible, en lugar de toda la instalación. Jesús nos está diciendo que el
hombre tiene "un fusible" le alcanza para un sólo día, cuando le suma el afán del día siguiente
estalla toda la instalación. Esto estamos viendo, lo que llamamos estrés está en el sermón
del monte, está bajo la forma de afán y ansiedad, termina por destruir al hombre.
En medio de todo eso, Jesús coloca la clave fundamental de la ética cristiana, con el tiempo
fue llamada como: "la regla de oro". Después de hablar acerca de cómo depender de Dios
nos dice: "así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así
también haced vosotros con ellos". En esa frase, Jesús está dando vuelta totalmente el
problema ético.
Los hombres en la ética decimos "no quiero hacer al otro lo que no quiero que me haga a mí",
Jesús se opone a eso. No hacer lo que no quiero que me hagan, es una ética de protección,
para protegerme no le hago al otro lo que no quiero que me hagan a mí. Jesús va más allá,
propone otra ética, no de protección sino de acción. Hay que hacerle al otro lo que quiero que
me hagan a mí. Entonces no me protejo egoístamente, por el contrario, soy generador del
bien. En esto Jesús claramente aventajó a quienes hablaron de ética antes de Él y a todos
quienes hablaron después de.
Porque en la cultura religiosa, la máxima ética era: "no te vengarás ni guardaras rencor hacia
los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo".
La filosofía china por ejemplo, en la persona de Confucio, decía que "la palabra que debe
gobernar la vida es reciprocidad"..."no le hagas al otro lo que no te gustaría que te hagan a ti".
Los griegos decían: "si evito un determinado sufrimiento no tengo que infligirle el mismo
sufrimiento al otro".
Estas son todas normas excelentes pero protectivas, Jesús dijo al revés, hay que hacer el
bien. El ser humano debe ser productor de bien.
Cuando Jesús termina el sermón del monte pone el sello final diciendo: "el que hace estas
cosas va a edificar bien su vida y quien no, tendrá un desastre" (en otras palabras).
Jesús, pone la piedra fundamental de la ética cristiana y allí marca cuáles son los problemas
y las ventajas que podemos tener si cumplimos con esa ética.
Esteban: Entonces esto hace del sermón del monte, el más importante de la predica de
Jesucristo y para cualquiera que se precie de vivir en esta cultura judeo-cristiana, o decirse
cristiano/a, debería asumir como estilo de vida.
Salvador. Sí. Y creo que deberíamos terminar con una frase genial sobre el sermón del
monte, del escritor inglés Chesterton. Él leyó mucho los evangelios y particularmente el
sermón del monte. Dijo así: "al leer por primera vez el sermón del monte uno siente que todo
está invertido. Pero cuando lo lee por segunda vez descubre que todo está visto desde la
correcta perspectiva. La primera vez que lo lee uno siente que es algo imposible. Pero la
segunda vez, uno comprende que no existe otra alternativa." Creo que estas palabras son las
que mejor definen al sermón del monte.
Cuando uno empieza a leerlo se asusta, pues se da cuenta que está todo al revés de lo que
cree y hace, es imposible de cumplir, pero luego, cuando uno reflexiona, se da cuenta que
Jesús enseñó la única alternativa. No hay otra. Estamos descubriendo, a fuerza de golpes
que Jesús enseñó el único camino, no hay otro, ni otra opción, o posibilidad.
Por eso debemos invitar a nuestra audiencia que tome el evangelio, lo abra en San Mateo,
capítulos cinco, seis y siete, y volvamos a leer el sermón del monte.
Nos ocurrirá lo de Chesterton, al comienzo creeremos que está todo “patas para arriba”. Pero
luego que sigamos leyéndolo, nos mostrará que no hay otra alternativa, Jesús trazó el camino
ético por excelencia y nadie más lo superará, pues Él era el hijo de Dios encarnado, no hay
mayor ética que la descendida del Cielo.
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