leonardo nierman

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LEONARDO NIERMAN
JUNIO - JULIO 2006
ATARAZANAS
La obra de Leonardo Nierman, relevante artista mexicano que consolidó su reputación en el
extranjero antes de ser reconocido y galardonado en su propio país de origen, es una rica
mezcla de elementos que constituye la experiencia del artista, su personal evolución y los
temas relacionados con su otra gran pasión: la música, a la que se dedicó antes de iniciarse
en el mundo de la plástica. Precisamente su condición de profundo conocedor del mundo
musical le lleva, en ocasiones, a utilizar las formas de los instrumentos musicales junto a
otras expresiones más abstractas con las que describir paisajes y en las que se encuentran
los cuatro elementos: fuego, aire, agua y tierra.
Las obras de Nierman han recorrido gran parte del mundo. Después de haber recibido el
premio de Arte Mexicano Contemporáneo otorgado por el Instituto de Arte de México en
1964, y tras la presentación de su primera gran exposición en el Museo de Arte Moderno
de la Ciudad de México en 1972, sus obras están presentes en numerosos museos de Asia,
Australia, Europa, EE.UU. y México.
Es una satisfacción como Alcaldesa de Valencia recibir en nuestra ciudad esta muestra de
Leonardo Nierman ubicada en este privilegiado espacio junto al mar, e invitar a los valencianos,
siempre tan sensibles al arte, a que la visiten y descubran el talento y la capacidad creativa
de este artista mexicano.
Rita Barberá Nolla
Alcaldesa de Valencia
Leonardo Nierman, pintor y escultor nacido en México D.F., es un artista de reconocido
prestigio que cuenta con obra en las principales colecciones de museos y edificios públicos
de Australia, Austria, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, España, Israel, Italia, Japón,
México, Mónaco, Panamá, Suecia y Tailandia.
Artista inquieto, que en sus inicios pensó dedicarse en cuerpo y alma a la música, descubrió
que su maestría se encontraba en los pinceles, y con ellos fue creando sinfonías de color, de
forma, junto con elementos no meramente anecdóticos, como los instrumentos musicales
que suelen encontrarse en sus cuadros cual forma de expresión y de vinculación con su
interpretación armónica de la vida. Leonardo Nierman alcanzó prestigio fuera de su país
antes de ser reconocido y galardonado en México, aunque en 1964 recibió el Premio de Arte
Mexicano Contemporáneo otorgado por el Instituto de Arte de México, y a partir de 1972,
tras la presentación de su primera gran exposición en el Museo de Arte Moderno de la Ciudad
de México, sus obras están presentes en numerosos museos del mundo.
Para el Ayuntamiento de Valencia, es una ocasión especial poder mostrar, por primera vez en
nuestra ciudad, una muestra de la obra de Nierman, y hacerlo en las Atarazanas, edificio de
importante referencia tanto histórica como cultural, y que tan próximo está
a uno de los elementos que conforman el mundo material: el agua. Este elemento, a su vez,
constituye junto con el fuego, el aire y la tierra, uno de los intereses pictóricos del artista y
que los ciudadanos van a tener la oportunidad de contemplar en esta exposición.
Mª José Alcón Miquel
Concejala de Cultura.
Preludio
Para comenzar, agradezco a las editoras de este libro el haber pensado en mí para redactar
algunas notas referentes a la relación de Leonardo Nierman y su obra con la música. La tarea
es satisfactoria porque conozco los trabajos plásticos de Leonardo y también su amor por la
música, desde hace muchos años. En efecto, ya en mi infancia pude observar con frecuencia
la pintura de Nierman, y recuerdo con fascinación sus ciudades encantadas (o encantadoras),
sus pájaros de fuego y sus buques fantasmagóricos. Con el correr del tiempo conocí al
artista, pero no en una galería o en un museo sino en salas de conciertos y teatros de México
y el extranjero, de tal suerte que al cabo de incontables encuentros y coincidencias surgió
entre nosotros una interlocución amistosa que mucho me honra.
Siempre he desconfiado del propósito de reducir con palabras la eclosión poética –la poiesís
de los griegos- al tratarse de las artes visuales o de la música, pues estas disciplinas son,
en sí mismas, lenguajes; por ello, se antoja arduo precisar los vínculos que la mente fabril
de Leonardo ha entablado entre su obra y la música que le nutre. Con todo, intentaré una
aproximación de índole personal a estos temas.
En primer lugar, destaca la amplitud del gusto musical en la afición de Leonardo como
melómano, que le permite referir su obra a compositores disímbolos y a partituras musicales
de características y naturaleza variadas. Así, en la sensibilidad de Nierman conviven todo
tipo de tendencias estéticas de la historia de la música, pero de manera admirable el artista
las sintetiza con sutilezas en lienzos, tapices y esculturas, ora abstractos, ora más o menos
concretos.
Con frecuencia se emplean términos pictóricos para intentar describir la música. Unas veces
se habla de la “paleta de colores” empleada por un compositor particular, del “cromatismo”
de tal o cual obra, del “color” del sonido, de las “pinceladas” de una partitura determinada,
etcétera. Por lo demás, en una obra plástica también se puede hablar de ritmo, armonía y
melodía, y quizá no sea excesivo hablar del sonido y del silencio que el espectador percibe
a través de la vista. Todo esto aparece en la obra de Leonardo Nierman, y es que, a fin de
cuentas, la terminología artística usual evidencia la permeabilidad de las artes.
En realidad, no es extraño que el panteón artístico de los griegos desconozca una musa
de la música, porque mousiké es el nombre colectivo del culto o el servicio de las hijas de
Zeus (por lo que “museo” implica la reunión de las nueve hermanas) y, acaso, porque todas
las artes tienden o aspiran a la poética musical. En rigor, como lo he dicho en otro lugar,
los fueros y privilegios de las musas no son defendidos por ellas a ultranza, y los artistas
genuinos saben de la amplitud del diálogo en el Parnaso.
Al tener entre sus manos este volumen, el “lector” de las obras de Leonardo Nierman
hallará series reunidas en capítulos alusivos a compositores particulares. Sería erróneo, sin
embargo, reducir el contenido de las obras que integran cada serie a meras traducciones
visuales de la estética de cada uno de los creadores musicales a los que recurre el artista,
porque en realidad Leonardo Nierman dialoga como creador con la música que siempre lo
ha acompañado. En este sentido, él es un ejecutante de sus propias partituras –unas veces
tan limpias como las de Mozart, otras tan aritméticas como las de Bach, y otras más tan
abigarradas como las de Stravinsky-, y su obra trata lo mismo de la creación como de la recreación, así como de la interpretación y la re-interpretación.
Una de las hazañas más prodigiosas en la historia de la música occidental es el temperamento.
Por mi parte, quisiera ver siempre en los arpegios, los acordes y las escalas de Leonardo
Nierman y en su labor plástica bien temperada el flujo deslumbrante de una obra que parte
de la misteriosa relación de los sonidos y los silencios en el tiempo y que, al final, vuelve a
ellos.
Sergio Vela
En una tonalidad más allá de sol
Con el brío tan característico de su temperamento, el maestro Leonardo Nierman discurre acerca de
los veinte años que le tomó descubrir, según él, su propia mediocridad como violinista de concierto.
Mientras considera su perdurable amorío con la música clásica, sus dedos doblan y tuercen con
habilidad el metal recién desprendido de uno botella de vino. Con una destreza inconsciente,
lo acaricia y lo convierte en elegantes formas abstractas –espirales y curvas diminutas, plantas
aplanadas que reflejan la luz de la vela- sólo para ser apañuscado y arrojado casualmente al
cenicero vació.
Como en todos los elementos de su obra, en cada uno de sus gestos –hasta en el más nimio- hay
una autoridad que nada tiene que ver con afectaciones y que, en cambio, forma parte de una
vigorosa elocuencia personal, de una resonante ejecución, templada a lo largo de una vida de
búsqueda artística.
Siendo uno de los artistas más populares y admirados de su país, evade los caprichos de la fama
y busca sustento en el sentido inherente del juego y en el ilimitado optimismo que inspira gran
parte de su arte.
Siempre hay música –inspiradora, colorativa, vigorizante- que influye en este personaje
excepcional y creativo, a quien sir Neville Mariner describió alguna vez como “un músico que
pinta”. Cuando ha sido homenajeado públicamente, puede que su reconocimiento predilecto no
fuese un listón tricolor, ni un medallón, ni un ceremonioso pergamino sellado. Ahora, igual que
muchas veces antes, a Nierman se le honra con un concierto –de Brahms, por ejemplo, como
el que recibió en el elegante salón donde se firmó la Constitución de México- ejecutado por una
orquesta cuyos integrantes, espíritus creativos afines, inclinan sus cabezas hacía él, reconociendo
a un compatriota que construye –con toneladas de acero retorcido y piedras- lo que ellos mismos
luchan por proyectar a través de una efímera onda de sonido.
Nierman posee muchas de las cualidades del genio, caracterizado por Goethe como “el poder de
producir” aquellas acciones y consideraciones que generan “consecuencias con vida perdurable”.
En su periodo maduro de expresión creativa, Nierman es propenso a engendrar monumentos
positivos –a la paz y al futuro y a las musas- en vez de los temas elegiacos a los que se abocó en
el pasado.
Sus vocabularios verbal y artístico están ahora matizados por una intensidad lírica dualista –él
habla de “tormentas espirituales” y de su búsqueda de “equilibrio”. Persigue una “descodificación
personal” y describe su proceso creativo en estos términos: “acariciar un durazno, anticipar sus
matices sensuales, considerar sus cualidades y potencial, y al fin morder y rasgar la suave piel
para liberar el dulce néctar que da tanto placer”.
Con la musicalidad que mucho influye en su estética, Nierman aplica su esfuerzo a “buscar
emociones, no soluciones”. El resultado es una constelación de obras que se aceptaba por un
público inspirado y profundamente conmovido por su credibilidad. Sólo se necesita visitar los
innumerables sitios donde sus esculturas convocan por igual a estetas y ciudadanos comunes.
En patios, museos, esquinas de calles y hasta en iglesias, las obras son imponentes listones de
brillante acero que se tuercen, enroscan y entrelazan, y son bien acogidas por los congregantes
ávidos de compartir la ebullición celeste.
Como arpegios de concreto, las esculturas muestran una musicalidad palpable, un sentido
armonioso de movimiento y composición, una refrescante conciencia del espacio, y el elocuente
matrimonio de la gracia con la forma maleable. También sus pinturas están llenas de la fluidez que
nace de una intensa conciencia musical –elocuente, confiada y cargada de una vivida abstracción
que sintetiza armonías, disonancia y originalidad aerodinámica.
Estudiar su obra retrospectivamente es observar un proceso evolutivo personal que toma impulso
a partir de una especie de indagación cósmica: obras en las que remolinos de rico cromatismo
sugerían detonaciones celestes y la fulminación de nada menos que los elementos primordiales en
la génesis del universo. Desde ahí avanzó a una intensidad mayor con límites más conscientes,
hacia un todo arrítmico –con fronteras que lo determinan y enfoques deliberados- y, finalmente,
hasta una arquitectura más estructurada y segura.
Es esta arquitectura lo que define a Nierman hoy. Él subraya, sin embargo, que “el accidente
es decisivo” y que la contaminación de su obra con “literatura” o interpretaciones impuestas es
contraria a sus intenciones (sus montajes preferidos son los que evitan las etiquetas didácticas).
Pero es suficientemente sensato para reconocer que, al desarrollar su propio y original lenguaje
visual, sigue dependiendo de una innata conjunción de lirismo y abstracción – en la que es un
maestro. Es un virtuoso en una suerte de composición espontánea; un directos de campos de
forma y color, muy semejante al director de orquesta, pero empuñando un pincel en vez de una
batuta.
Así como un músico se esfuerza por adquirir buena técnica y lograr el dominio total de su
instrumento –para que al tocar ya no se preocupe de las técnicas de digitación, arco o respiración,
sino que eleve su conciencia hasta el nivel del arte puro de exponer e interpretar-, también
Nierman ha ido más allá de la mera destreza y al fin ha alcanzado la expresión pura, con base en
la experiencia y en la seguridad aprendida.
Sus luchas estéticas surgen del dominio de los materiales y de la visión, y de un innato sentido
de la composición. Es precisamente en esta sólida aplicación del color, en la exposición lírica y
la forma elegante, en lo que Nierman sobresale al elevar hasta el nivel de un rico y trascendente
tour-de-force visual lo que tan sólo podría ser una especie de calistenia cromática.
Nierman debe a la tradición menos de lo que se ha sugerido, en particular a aquellos predecesores
a los que frecuentemente se alude como parte de su universo cultural y político. En cambio, es
un descendiente fuerte de una abstracción física, muscular –es más un heredero de Pollock y de
Klein, que de Siqueiros o de Rivera. De tales venerados antecedentes heredó la disposición para
improvisar y el bullir espontáneo del gesto lleno de autoridad. Pero queda insatisfecho con el solo
gesto. Él busca una especie de metafísica ordenada y está resuelto a fundir los elementos en una
convergencia de fuerzas intelectuales complementarias.
De manera parecida, es un error sugerir que la naturaleza de su obra consiste de modo total en
una especie de expresionismo volcánico, cuyas raíces residen grandiosamente en una referencia
primordial a los fenómenos naturales –cielo, piedra, aire, agua-, y en la cacofonía visual de su
unión explosiva. La fusión de energías es, sin duda, inherente a su conversación de pintor, pero
ello es más un factor de compromiso con una especie de armonía musical-visual, que un factor de
la cruda disonancia de las fuerzas naturales.
Atribuirle cualquiera de las características mencionadas de manera exclusiva, como han hecho
algunos críticos en el pasado, sería delimitar la intención de Nierman. Él sigue siendo uno de los
pocos maestros de la construcción elegante y la paleta llena de energía. Pero no le hace justicia el
discurrir acerca de su arte sólo en términos de referencias primordiales o de fantasmas del pasado
histórico del arte.
Su obra comunica una rica armonía subyacente que, como un cántico del cielo, muestra una
profunda inclinación hacia un poder ordenado y atrayente. Las suyas son creaciones positivas
y estimulantes que pueden carecer de referencias literarias o del diálogo de la lógica, pero que,
de manera rara y refrescante, existen como himnos a una forma de humanismo –una espléndida
afirmación de un espíritu benévolo. Él confiesa:”Yo no pinto, siento”.
En sus turbulentos lienzos y sus brillantes formas, en sus abstracciones de piedra sutiles y pulidas,
y en las construcciones que reflejan las supremas fuerzas de la naturaleza, Nierman va más allá
de lo concreto y conduce al espectador a lo trascendente; toca sus propios acordes y construye
sus propias melodías, profundamente personales. Su autoridad está garantizada por sus logros.
Y el alcance de su maestría se muestra confiado y expansivo.
Steven L. Brezzo
Vuelo de primavera
Mixta sobre tela
90 x 122 cm
Tempestad
Mixta sobre tela
90 x 122 cm
Recuerdos musicales
Mixta sobre tela
90 x 122 cm
Rehilete
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Concierto para violín
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Velos del tiempo
Mixta sobre tela
122 x 90 cm
Otoño
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Sensación de vuelo
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Pájaro profeta
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Naufragio
Mixta sobre masonite
90 x 122 cm
Equinoccio
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Hacia la luz
Mixta sobre tela
122 x 90 cm
Hechicería
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Pájaro de fuego
Mixta sobre masonite
90 x 122 cm
Pasión
Mixta sobre masonite
110 x 160 cm
Obertura
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Euforia
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Momento de ignición II
Mixta sobre masonite
40 x 60 cm
Hacia el viento
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Remolino
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Ave del paraíso
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Serenata
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Polifonía
Mixta sobre masonite
90 x 122 cm
Sueño otoñal
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Apasionada
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Papalotes
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Eclipse
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Armonía prehistórica
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Furia cósmica
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Momento de vuelo
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
Memorias de otoño
Mixta sobre masonite
60 x 80 cm
Hechicería
Mixta sobre masonite
90 x 122 cm
El viaje de Tristán e Isolda
Mixta sobre masonite
60 x 80 cm
Explosión ártica
Mixta sobre masonite
122 x 90 cm
Hacia la noche
Mixta sobre masonite
80 x 60 cm
LEONARDO NIERMAN
Nace en la Ciudad de México el 1 de noviembre de 1932.
Pintor y escultor.
Sus esculturas, pinturas, murales y tapices se encuentran en las principales colecciones,
museos y edificios públicos de Australia, Austria, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos (en 43
ciudades), México, Mónaco, Panamá, Suecia y Tailandia.
EXPOSICIONES INDIVIDUALES
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
Galería Proteo, ciudad de México.
Galería Sudamericana, ciudad de Nueva York.
Galería IFA, Washington, D.C.
Galería Hammer, ciudad de Nueva York.
Galería Edgardo Acosta, Los Ángeles.
Galería Main Street, Chicago.
Museo de Arte Moderno, Haifa.
Galería Doli&Richards, Boston, Massachussets.
Galería Schneider, Roma.
Biblioteca Pública del Centro Rockville, ciudad de Nueva York
Galería de Arte Misrachi, ciudad de México.
Galería Ihe Little, Filadelfia.
Galería Wolfard´s, Rochester, Nueva York.
Museo de Bellas Artes de El Paso, El Paso.
Galería de Bellas Artes Neusteters, Denver.
Galería Art Collectors, Los Ángeles.
Galería Dresdner, Toronto.
Museo Judah L. Magnes, Berkeley, California.
Galería IFA, Wahington, D.C.
Galería Tasende, Acapulco.
Galería Katia Granoff, París.
Galería Mer Kup, ciudad de México.
Galería Pucker Safrai, Boston, Massachussets.
Galería Alwin, Londres.
Galería The Little, Filadelfia.
Galería de Arte Moderno, Scottsdale.
Galería IFA, Washington, D.C.
Museo de Bellas Artes de El Paso, El Paso.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
Centro de Arte de Tucson, Tucson.
Galería Bernard Lewin, Los Ángeles.
Galería Municipal de Arte, Los Ángeles.
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1984
1988
1989
1990
1991
1992
1993
Galería Wally Finnley, ciudad de Nueva York.
Museo de Arte Contemporáneo, Bogotá.
Museo Español de Arte Contemporáneo, Madrid.
Organización de Estados Americanos, Washington, D.C.
Casa de Cultura, Cúcuta, Colombia.
Galería Dresdnere, Ontario.
Galería Bernard Lewin, Los Ángeles.
Galería Merrilí Chase, Chicago.
Museo de Arte Contemporáneo, Bogotá.
Museo de Arte Contemporáneo, Bogotá.
Galería Bernard Lewin, Los Ángeles.
Galería IFA, Washington, D.C.
Galería Merrilí Chase, Chicago.
Museo de la Universidad de Puerto Rico, San Juan.
Fundación Veranneman, Bruselas.
Galería Harcourts, San Francisco.
Instituto Panameño de Arte, ciudad de Panamá.
Centro Científico Fernback, Atlanta.
Museo Americano de Historia Natural, Planetario Hayden, ciudad de Nueva York.
Museo del Centro Científico Cumberland, Nashville.
Museo de Salud y Ciencia de Dallas, Dallas.
Planetario McDonald, San Luís, Misuri.
Galería de Arte Broward, Pompan Beach, Florida.
Galería Nwahan, Nueva Orleáns.
Museo de Ciencias e Industria, Chicago.
Galería Gerhard Wurzer, Houston.
Palacio de la Virreina, Barcelona.
Galería de Arte Misrachi, ciudad de México.
Museo Estatal de Ciencias e Industria, Los Ángeles.
Centro de Artes Visuales e Investigaciones Estéticas, Saltillo.
Galería Barbara Gilíman, Miami.
Museo de Arte e Historia, Ciudad Juárez.
Museo del Instituto Tecnológico de Massachussets, Cambridge.
Galería del Centro de Arte, Honolulu.
Galería del Centro de Arte, Maui.
Galería Bryant, Birmingham, Alabama.
Casa de América Latina de Mónaco, Monte Carlo.
Centro Cultural San Ángel, ciudad de México.
Galería Merrilí Chase, Atlanta.
Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, Champús Estado de México.
Palacio de Justicia, Monterrey, Nuevo León.
Galería Merrilí Chase, Chicago.
Galería Minotauro, Las Vegas.
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2002
Galería 13, ciudad de Nueva York.
Galería Le Kae, Palm Desert, California.
Museo de la Isla de Cozumel, Cozumel.
Oficinas generales del Colegio de Bachilleres, Secretaría de Educación Pública, ciudad de México.
Orbe Galería de Arte, Cancún.
Festival de Cultura Xalapa 95, Centro Recreativo Xalapeño, Xalapa.
Galería Merrilí Chase, Chicago.
Museo de Arte Moderno de Toluca, Toluca.
La Ópera de Houston, Houston.
Museo Universitario Contemporáneo de Arte, Universidad Nacional Autónoma de México, ciudad de México.
Galería Le Kae, Scottsdale.
Galería Merrilí Chase, Chicago.
Museo de Arte Contemporáneo Alfredo Zalce, Morelia.
Oak Brook y Shaumburg, Chicago.
Salón Revolución de la Secretaría de Gobernación, ciudad de México.
Universidad de las Américas, Cholula, Puebla.
Galería
Galería
Galería
Galería
Galería
Bryant, Jackson, Misisipi.
Bryant, Nueva Orleáns.
Dyansen, Beverly Hills.
Dyansen, Soho, Nueva York.
Merrilí Chase, Chicago.
Galería Culturas, Santander.
Universidad Central de Florida, Orlando.
Galería Alfama, Madrid.
Museo Luís González Robles, Universidad de Alcalá de Henares, Alcalá de Henares.
EXPOSICIONES COLECTIVAS
1958
1959
1960
1961
1963
Galería Waddington, Montreal.
Museo de Bellas Artes, Caracas.
Pabellón Mexicano de la Feria Internacional de Arte Latinoamericano Bruselas.
Universidad de Arizona, Tucson.
Bienal de París, Museo Nacional de Arte Moderno, París.
Casa de la Cultura, La Habana.
Centro de Arte Walter, Miniápolis.
Galería Norte Sur Caracas.
Galería Waddington, Montreal.
Museo de Arte de Fort Worth, Fort Worth.
Museo Bellas Artes de Dallas, Dallas.
Museo de Arte de Birmingham, Birmingham, Alabama.
Bienal de París, Museo Nacional de Arte Moderno, París.
Museo
Museo
Museo
Museo
Museo
de Arte Moderno, Río de Janeiro.
de Bellas Artes, Buenos Aires.
de Prefectura, Osaka.
Metropolitano, Tokio.
Nacional de Arte, Santiago de Chile.
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1977
1981
1989
1993
1994
1995
1997
2000
Museo Nacional de Colombia, Bogotá.
Museo Nacional de Kyoto, Kyoto.
Museo Nacional, San José, Costa Rica.
Museo Provincial de Aichi, Nagoya.
Universidad de Panamá, ciudad de Panamá.
Alianza de Arte, Filadelfia.
Galería Marlborough-Gerson, ciudad de Nueva York.
Instituto Carnegie, Pittsburgh.
Asociación de Arte, Bergen, Noruega.
Instituto de Cultura Hispánica, Madrid.
Museo de Arte e Industria, Oslo.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
Museo Nacional, Varsovia.
Instituto de Estudios Hispánicos, Barcelona.
Museo de Arte Liíjevaích, Estocolmo.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
Museo de Bellas Artes, Bruselas.
Palacio Barberíní, Roma.
Palacio de Bellas Artes, ciudad de México.
Palacio de Exhibiciones, Menton.
Instituto Carnegie, Pittsburg.
Museo de América, Madrid.
Museo de Arte de San Diego, San Diego.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
Palacio de Bellas Artes, ciudad de México.
Galería Waddington, Montreal.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México. Pabellón de la OEA en la Hemis Feria 1968, San Antonio.
Museo Carola Reece, Nashville.
Museo de Arte Lowe, Universidad de Miami, Miami.
Instituto de Arte de Chicago, Chicago.
Instituto de Cultura Hispánica, Madrid.
Museo de Arte Moderno de Latinoamérica, Washington, D.C.
Galería Guiot, París.
Museo de Arte Moderno, ciudad de México.
Museo Universitario de Ciencias y Arte, Universidad Nacional Autónoma de México, ciudad de México.
Exposición de la Sociedad Americana de Arquitectos del Paisaje, San Antonio.
Pabellón mexicano de la Feria Internacional de Arte Latinoamericano,
Bruselas.Tesoros para Asia, Feria Internacional de Bellas Artes y Antigüedades, Singapur.
Feria de las Nuevas Tendencias Artísticas, Hong Kong.
Euro p´Art 97, Ginebra.
La escultura mexicana, Palacio de Bellas Artes, ciudad de México.
PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
1960
1964
1965
1969
1970
1972
1974
1976
1980
1982
1983
1984
1985
1986
1993
1995
1997
1998
1999
2002
Mención honorífica, Universidad Nacional Autónoma de México, ciudad de México.
Premio del Museo de la Acuarela, ciudad de México.
Miembro vitalicio de la Real Sociedad de Artes, Londres.
Palma de oro de las Bellas Artes, Mónaco.
Medalla de plata Tomasso Campanella, Roma.
Medalla Royce, ciudad de Nueva York.
Medalla de oro Tomasso Campanella, Roma.
Palma de oro de las Bellas Artes, mención especial, Mónaco.
Diploma de honor de las Bellas Artes, Mónaco.
Medalla de oro, Instituto de Arte de Chicago, Chicago.
Centauro de oro, Academia de Italia, Roma.
Artista del año, Instituto de Arte de Chicago, Chicago.
Medalla al mérito. Roma.
Medalla de oro, Parlamento Internacional de Seguridad y Paz de los Estados Unidos de América, Washington, D.C.
Diploma académico de Europa, Centro de Estudios de Investigación de la Academia de Europa, Roma.
Insignia Europea de Arte, Roma.
Óscar de Italia, Roma.
Ganador del Concurso Mundial de Escultura para realizar una obra en la Universidad del Centro de Florida, Orlando.
Patrona de la Academia de San Martín de los Campos, Londres.
Doctor honoris causa, Universidad de Concordia, Irvine, California.
Reconocimiento mediante la edición limitada de una estampilla postal con la reproducción de la obra Gaviota, Servicio Postal Mexicano y Organización de Aviación Civil Internacional.
Ganador del concurso organizado por el Ayuntamiento de Effingham para realezar la escultura Flama de la esperanza, Effingham, Illinois.
Ganador del concurso organizado por el Thomsen Center Archeodome para realizar la escultura Flama de la sabiduría, Mitchell, Dakota del Sur.
Decreto de la ciudad de Chicago, a través de su Alcaldía, que establece el Día de Leonardo Nierman en Chicago: 19 de diciembre de 2002.
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