El interno ha cumplido tres cuartas partes de la condena y esta clasificado en segundo grado. Ha cometido una falta grave pero ello no permite calificar su conducta de mala. En efecto la conducta, en sentido vulgar como en sentido etimológico hace referencia a una forma de conducirse o comportarse, a un recorrido vital de cierta extensión temporal que debe juzgarse con perspectiva global o de conjunto examinando si ese recorrido es de peor a mejor, si en definitiva se avanza aunque existen detenciones, caídas, desviaciones y hasta retrocesos. Pues estos elementos negativos son normales en la vida y conducta de cualquier persona, pero resaltan con mayor intensidad cuando la exigencia de comportamiento adecuado es más intensa y más extensa como ocurre en todas las situaciones de sujeción administrativa especial -cual es la de presoregidas por un necesario pero rígido régimen disciplinario propio al que no está sometido el ciudadano libre. Dicho de otro modo, es relativamente fácil que el preso cometa una infracción y ello, por sí solo, no califica de mala su conducta. El concepto de (no) mala conducta es un concepto indeterminado, en abstracto o en general que a la hora de concretarse, esto es a la hora de subsumir o no en el mismo la específica conducta enjuiciada ha de salir de su indeterminación de suerte que permita la calificación de la conducta conforme a la justicia única del caso concreto. En este supuesto, el penado participa en actividades, trabaja, y ha acumulado 481 días de redención extraordinaria. A partir de tales premisas, su conducta, globalmente considerada, no puede calificarse de mala. Cumplidas las tres cuartas partes de la pena y reconocidos los requisitos legales, el permiso debe concederse. Se condiciona, no obstante, en la siguiente forma: En cuanto a su extensión -será de cuatro días. En cuanto a la vinculación familiar alegada: El preso deberá ser recogido a la salida de prisión por un familiar. En cuanto al tratamiento de metadona igualmente alegado: Deberá continuar el mismo fuera de la prisión durante el permiso salvo que el programa haya finalizado. Auto 852/00, 30 de junio 2000, JVP Nº3 Exp.770/99