El artículo 47 del Reglamento Penitenciario señala como requisito para las comunicaciones telefónicas de los internos con sus Abogados defensores que necesiten comunicar algún asunto importante a éstos, facultando al Director del Centro Penitenciario la comprobación de este requisito, como de los demás que se requieren en estos casos. Esto es, no basta según este artículo con la mera identificación del Abogado con el que desea comunicar el interno, sino que debe especificarse en cada caso el motivo por el que se quiere mantener la comunicación al efecto de que puede valorar su importancia el Director del Centro Penitenciario. Tal restricción de las llamadas telefónicas a los internos -limitadas en todo caso como máximo a cinco semanales y a una duración no superior a cinco minutos- se justifica además al establecerse en el mismo Reglamento, como medios ordinarios de comunicación entre los internos y sus Abogados, la correspondencia escrita (articulo 46) -restringiendo incluso su intervención a los casos en que se ordene por la Autoridad Judicial- y las comunicaciones verbales directas (artículo 48) -con la misma limitación a su intervención e, incluso, su suspensión, permitiendo así la defensa de los intereses del interno y su asesoramiento jurídico en las más amplias condiciones. En este caso, el interno recurrente ha reclamado reiteradamente la realización de cinco llamadas semanales a sus abogados, pero sin señalar en ningún caso el motivo de acudir a esa forma de comunicación ni la importancia o urgencia del asunto que quería consultar con su Abogado, con lo que ha incumplido uno de los requisitos antes señalados para la autorización de las llamadas telefónicas. AUTO: 879/2001, 17 de mayo de 2001, J.V.P. nº 1, Exp. 703/98