e. ripoll perell

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iiivestigacióii. Asimismo quizAs influyera,
para tiempos posteriores, eii la repartición
de la cultura de los sepulcros megalíticos
cuyos portadores habrían sido gentes pastoriles que aprovechaban las praderas de la
zona dc clima europeo y rehuían la zona
seca de clima mediterráneo.
Se trata de hechos con los que será neccsario contar al trazar la cartografía de los
yacimientos preliistóricos en la que siempre
se tendría que tener presente la naturaleza
gcológica de los terrenos y la de su cobertura vegetal en el presente y en el pasado. -
E. RIPOLL
PERELL~.
COiVSIUElIAClONES i'El?MlNOLOGICAS ACERCA D E L PRECERAMICO
EiV SUDAMERICA Y S U S FOlIMAS CULTURALES1
I\'eflexión previa: 2 alndustriaa o aCultztrao? - Evidentemente, no es lícito suponer que un conjunto de restos materiales
proporcionan la imagen de una cultura.
E n ese sentido, debe hablarse sólo de intltrstria cuando únicamente conocemos elemcntos ergológicos (por ej., aindustria Ampajangucnsen). Cuando el elemento típico o
diferenciante sólo consiste en detalles tipolGgicos o artísticos, tampoco debe inferirse
necesariamente una diferencia cultural in
tolo. Por otra parte, en los casos de formas
culturales divergentes, debería en lo posible
utilizarse los términos de facies, áreas o
prozjincias, grupos, O círculos culturales, en
vez de la más vaga de cultura; asimismo
se debe poner atención en lo que es estático
y proyectado en el espacio, y de lo dinámico
y sucesivo en el tiempo. De la combinación
de ambos aspectos surgirá el concepto
claro de una nculturao.
Pasando al aprecerámicon, es evidente
que a medida que retrocedemos en el tiempo,
más se nos escapa la ((culturao, quedando
a lo sumo el esqueleto de la aindustrian. Sin
embargo, aun en estos casos el prehistoriador de formación antropológica amplia podrá
I. Ponencia presentada a
llegú a celebrarse.
1R*
iiii
inferir el tipo general d e cultura del que
dicha industria es parte y expresión (así,
en el ejemplo antes citado, se podrá hablar
de una industria ampajanguense perteneciente a una cultura [epilprotolítica).
Cuando al conocimiento, aún parcial, de
la industria, se agrega el de otros aspectos,
espiricomo el del arte -manifestacióii
tual-,
integrándolos en una forma homogénea y localizada en tiempo y espacio, entonces puede ser lícito hablar de una aculturao (por ej., cultura Toldense), bien que aún
en este caso el concepto arqueológico de
cultura no puede corresponderse estrictamente con el de los etnógrafos.
Terminologia del nPreceránzicon . - Los
últimos descubrimientos en el Asia Occidental, así como en la costa peruano-ecuatoriana,
nos muestran que el término nPrecerámicor
en su connotación de aPaleolítico y Mesolíticoo (o de culturas cazadoras y recolectoras,
food gatherers) es inadecuado. Sabemos
ahora que existe en el Asia occidental un
periodo de por lo menos 2.000 años en que
hay una agricultura incipiente (Karim Shahir, Asia), seguido de pleno neolítico sin
aSyiiiposiuni sobre el Precerámico americaiior en Buenos Aires, que
rio
cerríiiiica en sus estadios iiiiciales (Jcricó,
Jarmo, Sarab). I'or otra parte, eii la cueva
anatolia de Ikldihi se da cl curioso caso dc
u n «mesolitico coi1 ccr:iniica», fecliado por
el C 14 cii 7.600 :l. de J . c.
E n la costa 1)eru;ina existe el que los
arqueí~logos dc dicho país llamaii aprccerámico)), teriiiinología ap1icad:i íinicamcnte
a la +oca entre los aíios 3.000 y 1.300 a .
dc J . C., con coiiociniiento dcl tcjido y
prActica dc la horticultura. S i bicii es posihlc, como cree Mciigliiii, quc (.st:i tciiga
raíces paleolíticas (el ((miolíticodel liaclia de
mano y de la. azuela»),' sabciiios, eii cninbio,
que esta etapa iio es estrictamente prccerámica, sirio ~paracerámican, a1 niciios (lesde la
scguiicla mitad del tercer xilenio. Ello surge
de la cronología de la cultura clc Valdivia e n
rclativaniciite cercnii:i costa del I3cuador."
No sería iiiiposi1)lc 1;i csisteiicia, aiitcs
del tcrcer iiiilciiio, (le uii vcrcladcro prccer5iiiico protoagrícola cii el Perú, si tciicmos
e11 cueiita In esisteiicia cii Mksico dc maíz
cultivado >.a cii 5.0oo :l. de J. C . (l'roj~eclo
tle i'cliiruccí~r),y eii ese caso la situnciGii sería
seiiiejaiite a la del 17icjo JIuiido. Pero entoiices se plniitcn 1;i preguiit:~: ¿ e s lícito por
parte dc los arquc6logos aniericaiios adoptar
una terminología distiiita dc la europea?
1,os peruanos quicrcii llaiiiar a los ticiiipos aiitcriorcs n su «prccerAiiiico» - rcpreselitados por 1,niiricoclia 1 J. 11- &poca
lítica)) (8.000-3.ooo)~ofreciciido coiiio alternativa : «paleoarqueológica~)
, o «precer;íniico
preagrícolan. ' 1,n siiioiiiiiiia sería,. pues,
aprosiinadariiciite 1;i siguiciitc :
1;i
1i:poca lítica.. . . . . . Caza (yio ~)esca),recolcccióii; no- l'.ilcolítico y ii?csoli~iiatlisnio
tico
B ~ o c aprecerAt~iica.. Horticultura o aqriciiltiira iiici- ?rotoiic~olí!ico(oNeopientc, arte textil. Se(1clitaris- Iítico prrceráiiiico).
Epoca fornlativa.. . . Agricultura, cercí~~iica;
a1dr:ts coii iYco!ítico y calioliorga~iir.nciLiisocial, santiiarios. tico.
I,a Prehistoria es una, como cieiicia y
como acontecer liumaiio ; por lo tanto liabría
que unificar la noiiieiiclatura gc~icral. Creo
que se podría toninr corno basc la que propone Narr," :idapt;:iiiclola a las condiciories
americanas. I'or de pronto no es correcta
la espresiGn «prcccráiiiicon aplicada únicamente a «lo inmcdiatamctite prccerl~micon,
(fi1.c es todo lo que está antes d e algo). Pre-
ccrcí~riico abarca, pues, todos los ticinpor;
y culturas aiitcriorcs n Ir1 ccr;íiiiica. Volvicrido al dileriin iiiciicioiiatlo : si lo liaceiiios
siiiUliiiiio dc l'alcolítico y h'lesolítico, iio correspoiidería iiicluir cii cl triisiiio cl aprecer:íniico» peruaiio ; y si lo iiicluiiiios, rcuiiiiiios bajo el riiisnio r(1tulo gciiernl a los
cazadores paleolíticos y a los liorticiiltorcs
sedciitarios de esa rcgióii, sncrificniitlo las
~IICXGHIN
Os\vnltl,
,
Vor,qcscliicl~tc Atiicrikas,
prc-Cliavíi~c i ~la <ii.qrrc*olo,qí~ip c * i . i i ~ i ~ <(ic).1:-1001),
i
Abriss d c r l'oi~gcsc~liiclifc, 1311. Oltleiil~ourg, 23 p5giii:is. I,itiin, 1061. i'csr, ~ ) r c f ( ~ r c t i t c i i i 1);~~~~t~~,
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3. ;$VAXS,
C., XIii(:c:irns, B., y R S T K A ~ ATC., Cz111i15. N A K K ,I<nrl J . , I'r~rt!ci.<lsic~li. Nortlafri1:ci i i i i t l
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4. I ~ A I J F F M A NI)oI(:,
N
Iietlerivo, IIc~sciiOriiiiiciifos Ell. Oltleiiboiir~,n l i i t i i ~ l i , ro5j. (\'vi' ~ A R . h.)
2.
cii
N O ~ I ' I C I\I:IO
:\KQI.IIOI,~(;ICO
i;~scssocio-ccoii0iiiicas eii aras dc un «detalle
tí.ciiicoi, coiiio lo es c1 coiiocimicnto de la
ccr:íiiiicn. (Eii ciiaiito :i1 tíirriiiiio elítico)),
debe ser rcc1inz:ido por su itnprccisiOii : taiii11ií.11 el Xcolítico es ttlítico))...) Por otra
p;n-te, tciiciiios c.1 caso de los Pntagoiies
(fases 11 y 111 dc. Meiigliiii), que iio scríaii
ccprccer:íiiiicos,) por coiioccr y practicar
- auiiquc eii cscnla re(1ucida - In alfarería,
pero quc cn rcnlitlnd coiiscrvabaii eii lo fuiit1:iiiiciital el iiiodo de vit1:i paleolítico.
1\11 suiiin, se propoiie suprimir cl térrniiio
I'rcccr,'iriiico coirio sustantivo, recriiplnz:~ii(lolo por Paleolítico (y P~pipaleolítico); se le
puede iiiaiitciier coiiio adjetivo (conio tnnibiCii
sc liacc cii el Viejo Aluiido), por ej., cii
aiicolítico preccrríiiiico». 1,n divisiOii ciitrc
cu1tur:is paleo1ític:is y cpipaleolíticns - iiiciios rieta cii rliiiíirica que cii Europ:i -'' se
podría fijar rii:~s o iiieiios arbitrariaiiiciitc
cri 7.000 a. (le J. C. E1 epipalcolítico niiicricniio duraríri Iinsta la iiitroduccibii de lo
qiic cii tcriiiiiios gciicralcs se llariia ~proclucciOii de nliiiiciitos», cii doii~dcc:il~edifcrciiciar
iiii I'rotoiicolítico (coii ccrAmica eii el &undor y siii cerAriiicn, pcro coi1 tcjido en la
r l'nleolítico
O
Ccrbiiiico
'
1
1
r
/
:
1
1
167
costa norte y central del Perú) y uri Neolítico que culiiiina con el horizoiite tccíiltico»
de Cliavíii, coniparable en algunos aspectos
coi1 el periodo Ubaid y en otros con el Protoliterario dc la Mesopotamia, y que, por lo
taiito, representa el primer peldafio d e la
alta cultura Andiiia Central. (Sólo en este
sciitido cabe Iiablar de un estadio aforinativo))). Para zonas iiiargiiiales hahrín que
adaptarse a cada caso, pudiéiidose, por ejemplo, liablar de Seolítico primario o bien
secuiidario (caso de las culturas amazótiicas,
iiifliiidas por las aiidinas), de Epipapleolítico
cerrímico o I'arnneolítico (caso de la Patagoiiia), etc., así como dentro del Paleo-Epipaleolítico se puede liablar de Epiprotolítico, etc.'
E s vcrdad que sería difícil desterrar, al
iiieiios del leiiguaje corriente, el tíirmino
nPrecer;ímico», pero lo importante cs estar
al corriente acerca (le su car5cter de simple
rótulo sin significado cultural ni croriolbgico
esacto, y d e los tipos culturales y épocas
que abarca. Todo lo cual puede siritetizarse
eii el sigiiieiite ciiadro referente a Sudamérica :
prol~iariiriite(liclio (tienipos gla- 1
cialis, Iiasta 7000 a . de J . C.)
Bu~cadoresde alinientos.
lil)il)nlmlítico (tieiiipos ~~ostglaciales).
JI
1
'
i
I'rotoiirulitiro si11 ier(iiiiira (3000-1200 n i la 7
eoqt21 clcl l'i~íi).
I'roductorcs de :iliiiie~itos
(Nenlítico e11 x-iitido
1'rotoiieolític.o coii cerrímiin (2500-~onn a.
amplio).
(Ic j . C. eii la costa del Eciiador).
1
~ e o l i t i c oy Calcolítico (<(J:orniati~o))).
J
IC!)il~alcoliticotartlio coi1 cer:iiriica
('selliiel-} R~~searlores
de ~ l l i ~ i i i i i t ~ s .
clicst.
1lscrit;is ins rcflesiorics que aiiteceden, correspondietite a las realizadas en Huenos
iios 1lcg:i cl scgiiiido tonlo dc las l o ~ n n d n s Aires a fiiies de 1960. I3n su sustaricioso
Trilrrric~cior~i11~~.s
tic. ,1 rqzrcología j1l~iriogrtzjia, comentario sobre los problemas de la preh. I'or vi., el l ~ ~ ) i ~ ) : i I ~ ~n~iicricn~~o
~ ~ l í t i c o110 COIIOCC
iiiiliistri:is iiiic.rolític,:i., coiiio 1:)s qiie c:ii.:ic.tcrii.:iii el
:írc:i iiic.tliti.rr:íiie:i ((liic Iioy s:il~t.iiio.;eii sli iiinyor
11:irte l):ir:ui~olític~s),
7. Coii rcsl~ccto:i los iiotiil~res ~>rol>i?c:tos
para
tlc~sigiiar el Paleolítico siil>erioi. (3Iiolítico, Leptolítico), tlebo cotifesnr, (le 1):1so, que ii7.iicn ~iiclinii
satisfecho.
historia americana, el profesor Luis Pericot
concluye, acerca del tema de la periodización : a ... U n arqueólogo europeo no ve r a z h
para que en América no se emplee, en sus
grandes líneas, la nomenclatura de la Prehistoria europea hasta el comienzo de la Edad
de los Metales, con todas las variantes, per-
duraciones y subdivisiones que lo peculiar
de cada región americana esijano (p5g. 13).
Creemos que solidarizarse con esta posición
ya no debe significar reflejo de aformación
europeao sino sentido de las esigencias del
orden científico, así como de la realidad paletnológica. - J U A N SCIIOBINGER.
Los bancos de arcilla que existen en el
término de Martorell, en la zona de las terrazas cercanas a la confluencia de los ríos
Anoia y Llobregat, son esplotados desde
Una segunda sepultura fue encontrada a
mediados de septiembre de 1962, pero tampoco pudo estudiarse de manera adecuada,
pues aparte de ser destruida se siguió cstra-
IJig.
1.
- Croquis
e n corte del sepiilcro colectivo
cle la ~ B b b i l aBonastrea.
hace tiempo para la fabricación de tejas y
laclrillos. Una de estas ladrillerías es la de
don José Bonastre Mestres, que se extiende
a ambos lados de la carretera d e M'artorell a
Igualada por Capellades.
Con referencia a dicho lugar se había
recogido la noticia del hallazgo y expoliación
de una sepultura individual con el esqueleto
ciicogido, que iba acompafiado de una gran
vasija de cer5mica tosca y negruzca, que fue
destruida.
I
Fig. 2. - Vasitos del s e ~ ~ u l c rde
o la aB6bila
B o n a s t r e ~ (Museo Municipal, Martorell).
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