Ingeniarte II La bobina Tesla es un aparato capaz de producir tensiones de muchos miles de voltios, que emite descargas eléctricas en el aire y que pueden extenderse varios metros, recordando a los rayos naturales. Nikola Tesla la patentó hace más de 100 años. Su propósito original era transmitir la energía eléctrica sin la ayuda de cables. Actualmente, se emplea, sobre todo como espectáculo, aunque también se utiliza para investigar en la protección contra rayos y para ensayar aislamientos eléctricos o cualquier aplicación que necesite alta tensión de alta frecuencia. Normalmente el aire es un aislante eléctrico. Si aparecen chispas en el aire es porque ha dejado de ser aislante en el lugar donde aparece la descarga. Las moléculas del aire pueden ionizarse, es decir, separarse en una carga positiva y otra negativa, por causas naturales (radiactividad, rayos cósmicos, luz ultravioleta, etc.). Al ejercer una fuerza sobre estas cargas para acelerarlas y darles suficiente velocidad, de modo que al chocar con otras moléculas también se rompan, se puede lograr un efecto de avalancha, lo cual supone la aparición de un chorro de cargas que, en caso de ser lo bastante intenso, se traduce en una descarga visible. La forma de lograrlo es mediante un campo eléctrico. Este campo eléctrico depende de cuántos voltios se hayan aplicado al objeto y de su geometría. Cuanto más puntiagudo sea, mayor será el campo eléctrico. A su vez, cuanto mayor sea la distancia del objeto, menor capacidad tendrá el campo eléctrico para provocar una avalancha o descargas. En este caso, las esculturas de Josetxo Santos, al entrar en contacto con la bobina Tesla, han recibido descargas que, tal y como se documenta en el vídeo y en las fotografías, se pueden apreciar en las puntas, permitiendo interconectar unas esculturas con otras.