Iglesia Adventista del Séptimo Día

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IGLESIA ADVENTISTA DEL SEPTIMO DÍA.
1. Nombre oficial:
Iglesia Adventista del Séptimo Día, A.R. (IASD)
2. Registro oficial como A.R.:
SGAR / 92 / 93, con fecha de 19 de mayo de 1993.
3. Dirección oficial en el estado de Chihuahua:
IGLESIA ADVENTISTA DEL SÉPTIMO DÍA
Vicente Riva Palacio # 3303,
Col. Santo Niño.
31200 Chihuahua, Chih.
Tel. (614) 413 82 83.
4. Antecedentes históricos:
Adventistas, porque conforme a la doctrina que profesan, esperan
el Segundo Advenimiento del Señor Jesucristo, tal como lo
registran las Sagradas Escrituras.
Del Séptimo Día, porque conforme a lo especificado en los
Mandamientos de la Ley de Dios, observan como día de
descanso el Séptimo Día de la semana, o sea el Sábado.
La IASD nació en Estados Unidos a partir del Movimiento Millerita
de las década de 1840. William Miller (1782-1849) era un
predicador laico bautista que, en su estudio personal de la Biblia,
se convenció de que los acontecimientos narrados en los
capítulos 2 y 7 del libro de Daniel, correspondían a eventos
históricos. Partiendo de Daniel 8, 14, se convenció de que la
“purificación” de que habla el profeta se refería al regreso de
Cristo para purificar la Iglesia y, aplicando una interpretación
1
literal a los 2300 días de que habla Daniel (tomando cada día por
un año), llegó a la conclusión de que la segunda venida de Cristo
para “purificar el Santuario”, ocurriría en 1843, después del
comienzo de las 70 semanas de Daniel (Dan. 9:24-27), que él
interpretó como el espacio de tiempo transcurrido desde el año
457 a. C. hasta el año 1843 d. C. Como no sucedió lo esperado,
hizo un pequeño ajuste de cálculo y fijó una nueva fecha para el
22 de octubre de 1844.
Al ver que tampoco sucedió nada, muchos seguidores lo
abandonaron. Es lo que se conoce en la historia del adventismo
como la “Gran Decepción” o el “Gran Chasco”. Fue entonces
cuando uno de los discípulos de Miller, Iram Edson, volvió a
examinar la profecía de Daniel 8:14, después de tener una visión
sobre este asunto. Edson llegó a la conclusión de que el error de
Miller consistía en la naturaleza del evento, más bien que en el
cálculo del tiempo. Miller había interpretado "la purificación del
santuario" como una profecía de que Cristo Jesús regresaría al
"santuario terrenal", esto es, a la tierra misma. A la luz de esta
visión, Edson llegó a creer que Cristo, en vez de regresar a la
tierra en 1844, en realidad entró por primera vez en el segundo
compartimiento del santuario celestial. Edson creía que había un
santuario celestial que había sido el modelo para el santuario
terrenal del Antiguo Testamento, con los compartimientos dobles
conocidos como el Lugar Santo y el Lugar Santísimo. Según
Edson, 1844 marcaba el comienzo de la segunda fase de la obra
expiatoria de Cristo.
Lo que pasó realmente en esa fecha, decían, fue que Jesús entró
al “Lugar santísimo” del Santuario celestial y comenzó un “juicio
investigador” del mundo, para “determinar quiénes, a través del
arrepentimiento de sus pecados y la fe en Cristo, están en
condiciones de recibir los beneficios de la expiación”. Después de
ese juicio, Jesús regresará a la tierra. De acuerdo con la
enseñanza de los adventistas, el retorno de Cristo puede ocurrir
muy pronto, aunque han renunciado a fijar una fecha para el
2
mismo, según el dicho de Mateo: “El día y la hora nadie los sabe”
(24:36).
Al mismo tiempo que los seguidores del movimiento ponían su
atención en la segunda venida de Cristo, surgió la problemática
del día bíblico de descanso y adoración. El primer defensor de
guardar el sábado como día de reposo entre los primeros
adventistas fue el capitán Joseph Bates. Bates llegó a conocer la
doctrina del sábado gracias a un folleto escrito por un predicador
millerita llamado Thomas M. Preble, quien a su vez había sido
influenciado por una joven bautista del Séptimo Día, Rachel
Oakes Preston.
Durante unos 20 años, el movimiento adventista no pasó de ser
un grupo disgregado de personas que se adherían al mensaje.
Entre sus principales partidarios se encontraban James White, su
esposa Ellen G. White y Joseph Bates. Luego de intensas
discusiones se estableció en Battle Creek, Michigan una iglesia
organizada formalmente, a la que se llamó Iglesia Adventista del
Séptimo Día. En el momento de su organización, es decir, en
mayo de 1863, contaba con 3500 miembros. A través de grandes
esfuerzos evangelísticos por parte de sus ministros y miembros
laicos, y gracias a la dirección de Ellen White, la iglesia creció
rápidamente y estableció su presencia fuera de América del Norte
durante la última parte del siglo XIX. En 1903, la sede
denominacional se mudó de Battle Creek a una sede provisional
en Washington D.C., y poco después se estableció en una
localidad cercana de Takoma Park, Maryland. En 1989 la sede
fue cambiada de lugar nuevamente, esta vez a Silver Springs,
Maryland. Los adventistas en el mundo pasan actualmente (2007)
de 14 millones.
Elena G. de White y el espíritu de profecía
Dado que la personalidad de la Sra. Ellen G. White (en español
se ha traducido por Elena) domina en buena medida la historia y
la doctrina de la IASD, pues se le reconoce un papel
3
preponderante en el don de profecía, es importante abundar un
poco más sobre su biografía.
Ellen Gould Harmon nació, junto con su hermana gemela
Elisabeth, el 26 de noviembre de 1827 en una granja cerca de
Gorham, Maine, en el estado de Oregon. Sus padres, Robert y
Eunice, eran metodistas y tuvieron ocho hijos.
Ellen tuvo una infancia activa, alegre y saludable, pero a los
nueve años, de regreso de la escuela, una piedra arrojada por
una compañera de escuela le pegó en la cara, fracturándole la
nariz. Por tres semanas estuvo inconsciente en el hospital en
estado de coma. Se restableció, pero su salud de ahí en adelante
fue tan precaria que le impidió continuar en la escuela y ayudar
en el hogar.
Entre 1840 y 1842, Ellen, con otros miembros de su familia,
asistió en Portland a las reuniones adventistas en las que
predicaba William Miller y aceptó su mensaje de que Jesucristo
volvería a la tierra en 1843 y luego en 1844. Esta adhesión de los
Harmon a las tesis de Miller hizo que la familia fuera expulsada
de la Iglesia Metodista. El 22 de octubre de 1844, Ellen, al igual
que otros seguidores de Miller, sufrió el “Gran chasco”, de ver
fallidos los vaticinios del predicador. Pero en diciembre de ese
año, Ellen afirmó haber tenido una visión, que le devolvió a ella y
a otros creyentes, la confianza en las tesis fundamentales de
Miller. En esa visión contempló el viaje simbólico de los miembros
del pueblo de Dios a la Ciudad Celestial, con Cristo a la cabeza.
El significado de esta visión de Ellen se aclaró con la visión que
tuvo Iram Edson, en la que vio a Jesús en el Santuario Celestial
pasando del Lugar Santo al Lugar Santísimo. Estas visiones
confirmaron a muchos adventistas en la certeza del cumplimiento
de la profecía de Daniel (8:14) el 22 de octubre de 1844. El relato
de la visión de Ellen formó después formó parte de su libro A
Sketch of the Christian Exerience and Views of Ellen G. White,
que apareció en 1851 y posteriormente este libro llegó a ser la
primera parte de Early Writtings.
4
En 1846, Ellen se casó con un joven ministro adventista llamado
James Springer White, con quien tuvo cuatro hijos. La pareja
aceptó las explicaciones de Joseph Bates sobre el sábado como
día de reposo bíblico con validez permanente.
En 1863, Ellen y su esposo participaron activamente en la
fundación de la IASD en Battle Creek. Después de la muerte de
su esposo, acaecida en 1881 a los 60 años, Ellen se entregó con
más ahínco a consolidar y promover la IASD, no solo en Estados
Unidos sino en el extranjero. Entre 1885 y 1887, visitó varios
países de Europa: Inglaterra, Suiza, Francia, Italia, Alemania,
Dinamarca, Noruega y Suecia. Entre 1891 y 1900 viajó a
Australia y Nueva Zelanda.
Ellen fue una escritora muy fecunda, a pesar de su poca
educación formal. Ya antes de la fundación de la IASD había
escrito A Sketch of Christian Experience (1851) y el primer
volumen de Spiritual Gifts (1858). Después, en 1888, publicó la
primera versión de su famosa obra The Great Controversy (El
Conflicto de los Siglos). El 1892 publicó Steps to Christ (El
Camino a Cristo), en 1896 Thoughts from the Mount of Blessing,
En 1898 The Desired of Ages (El Deseado de Todas las Gentes),
en 1903 Education, en 1905 The Ministry of Healing (El Ministerio
de Curación), en 1911 The Acts of the Apostles (Hechos de los
Apóstoles), puesta al día y corrección de The Great Controversy.
De 1855 a 1909 fue escribiendo una serie de Testimonies for the
Church. Ellen escribió unos 64 libros, que abordan virtualmente
cada una de las creencias y prácticas adventistas.
La IASD cree que el don de profecía que se menciona en 1
Corintios 12 y 14 se manifestó de manera singular en la vida y los
escritos de Ellen G. White. Sus visiones fueron interpretadas
como una característica identificadora y calificadora de la iglesia
remanente de Dios. A menudo, como ella misma dijo, sus escritos
han sido calificados como una luz menor que apunta a la luz
mayor de las Escrituras. Sin embargo, hace años que la
originalidad de sus escritos se ha visto fuertemente cuestionada,
5
incluso por eruditos Adventistas del Séptimo Día, lo cual ha
repercutido también en su autoridad como profetisa dentro de la
IASD, de manera que hoy fuentes autorizadas de la IASD no
consideran los escritos de Ellen G. White como una adición al
canon de las Sagradas Escrituras, es decir, con el mismo valor
inspirado que estas. Tampoco consideran sus enseñanzas de
aplicación universal, sino solo para la IASD.
Ellen murió el 16 de julio de 1915 a los 88 años.
5. Derivación o relación histórica o doctrinal con otros
grupos:
Anabaptismo > Bautistas > Movimiento Millerita o Adventismo >
ADVENTISTAS DEL SÉPTIMO DÍA
A lo largo de su historia, los adventistas se han dividido varios
grupos. Casi contemporánea a la IASD, se fue formando la Iglesia
de Dios Séptimo Día, como fruto del mismo movimiento millerita.
Otro grupo surgió durante la Primera Guerra Mundial, por la
decisión que tomó la IASD de que sus miembros podían tomar
parte en la guerra, lo cual llevó a que los inconformes se
separaran. Después de la guerra hubo fallidos reconciliación y los
disidentes se organizaron en una iglesia separada que se llamó
Iglesia Adventista del Séptimo Día Movimiento de Reforma,
constituida en una conferencia que se llevó a cabo del 14 al 20 de
julio de 1925. Este movimiento se fraccionó posteriormente dando
lugar a dos grupos: los Adventistas del Séptimo Día Movimiento
de Reforma, y la Sociedad Misionera Internacional, registrada
oficialmente en 1952.
Otro grupo que se formó en 1929 fue la Rama de los Davidianos
(Branch Davidians).
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Hay también una gran semejanza doctrinal entre los adventistas y
los Testigos de Jehová, dado que estos proceden también de la
corriente adventista.
6. Llegada a México:
La IASD es una de las primeras asociaciones cristianas no
católicas que se establecieron en México. Fue en el verano de
1891 cuando llegó a la ciudad de México el misionero laico
Salvador Marchisio, italiano residente en Estados Unidos, como
mensajero de las doctrinas adventistas. En ese mismo año, el
pastor L. C. Chadwick, sin saber de la presencia de Marchisio,
visitó el territorio mexicano en un viaje de reconocimiento por toda
América Latina, enviado por la Asociación General y la Junta de
Misiones Extranjeras de la IASD, con el propósito de explorar
estos países y ver la posibilidad de establecer en ellos una misión
permanente. Dos años más tarde, en 1893, llegó el pastor D. T.
Jones con los mismos fines y ver cuál ciudad era la más
apropiada para comenzar la obra organizada.
Finalmente, a principios de 1894 llegó un equipo misionero
encabezado por el mismo Jones, más una médica, dos
enfermeras y una maestra. El grupo fue enviado y apoyado por la
Asociación General para establecer una estación misionera en
Guadalajara. Ahí se inició un consultorio médico y un jardín de
niños, y se comenzó a preparar material en español para difundir
el mensaje de la IASD. Dos años después, el 1 de enero de 1896,
lograron iniciar la publicación de El Amigo de la Verdad, la
primera revista adventista publicada en español en México.
La obra médica en Guadalajara prosperó de tal manera que el 1°
de enero de 1899 se inauguró el hospital adventista en un
flamante edificio construido para ese fin con ayuda de los
adventistas norteamericanos. La vida de este hospital fue efímera
ya que se cerró 1907, pues repercutieron en él los conflictos que
se suscitaron en Estados Unidos entre la Iglesia y el Dr, Kellog (el
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creador del Corn Flakes), quien pretendía controlar el hospital de
Guadalajara como lo hacía con el de Battle Creek, del que aquel
dependía en lo económico.
Ese mismo año, salió de Guadalajara rumbo a la ciudad de
México un grupo de misioneros encabezados por el pastor
George W. Caviness y compuesto por los esposos Marchisio y los
esposos Cooper, para iniciar ahí su programa misionero.
Caviness y su equipo trasladaron a México la imprenta donde se
imprimía la revista El amigo de la verdad, a la que cambiaron el
nombre por El Mensajero de la Verdad y abrieron el templo de
Tacubaya, primer templo adventista de la capital y de México,
ubicado en la calle Agricultura 75, Colonia Escandón. La ciudad
de México se convirtió en el centro de la obra adventista en la
República Mexicana. Caviness, un hombre muy culto, permaneció
en México 25 años, de 1897 a 1922, siendo dirigente de la Misión
Mexicana, como se le llamaba, en los años difíciles de 1911 a
1920.
Gracias a la difusión que tuvo la revista El Mensajero de la
Verdad, que se enviaba a muchas partes de la República, la
gente comenzó a interesarse en el mensaje adventista y muchos
fueron atendidos y bautizados más tarde. Entre los nuevos
adeptos figuraban muchos protestantes. De la ciudad de México
la obra se fue extendiendo, a partir de 1900, por los estados de
Puebla, Oaxaca y Chiapas, por obra de los colportores y
utilizando la revista. En 1903 la obra misionera se extendió por
los estados de San Luis Potosí, Coahuila, Nuevo León,
Tamaulipas, Puebla, Veracruz, Tabasco y otros más.
La tercera ciudad, después de Guadalajara y México, que contó
con una congregación adventista fue San Luis Potosí, que pasó a
ser un importante centro de difusión de la doctrina adventista
hacia los estados del centro del país. Ahí también desarrolló
Marchisio una importante labor misionera.
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Fue en 1903 cuando se tomó la decisión de cambiar
definitivamente la sede de la Iglesia Adventista de Guadalajara a
la ciudad de México, por el éxito que había tenido en ese lugar, y
se estableció en la Avenida 20 N° 1420, en Tacubaya. En esta
ocasión la obra adventista en México recibió el nombre de Misión
Mexicana, siendo su primer presidente el pastor George M.
Brown.
En 1904 se tradujo y se publicó en español el libro de Ellen G.
White, El Camino a Cristo, que los colportores se encargaron de
vender en sus correrías por todo el país. En ese año estableció la
Iglesia en Tacubaya, D. F., la primera imprenta que tuvo en
México y Latinoamérica, imprenta indispensable para su obra
misionera, y se creó la Compañía de Publicaciones La Verdad.
Para este año la obra adventista había crecido tanto, que fue
posible celebrar el primer congreso administrativo adventista en
México, del 14 al 19 de septiembre en la capital nacional, con
representantes de los grupos establecidos en las diferentes
partes del país. En 1905 se comenzó a publicar la segunda
revista adventista: La esperanza del cristiano.
En 1907, en una población mexicana de 13,697,259 habitantes,
los adventistas eran 55 bautizados, más otros 55 que se
preparaban para el bautismo. En julio de 1908 se llevó a cabo el
primer congreso de colportores de la historia de las publicaciones
en México.
El 21 de septiembre de 1910 se abrió el primer seminario o
escuela para preparar los agentes que necesitaba la IASD en el
país, pero no pudo funcionar mucho tiempo por los disturbios de
la Revolución. Durante esos años difíciles se tuvo que cerrar
también la Compañía de Publicaciones La Verdad y los libros y
revistas en español se imprimieron en Panamá. Allá, la revista El
Mensajero de la Verdad se convirtió en Señales de los tiempos y
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después pasó a ser El Centinela y Heraldo de la Salud, la actual
revista El Centinela.
En 1921, la Misión Mexicana se organizó en tres distritos:
Noreste, Central y Sur, con cinco iglesias organizadas y varios
grupos cada una. En total, había 278 miembros en una población
de 15.501.684 mexicanos. Al año siguiente se aumentaron otros
tres distritos: Occidente, Central Norte y Suroeste.
En 1923 la Misión Mexicana deja de depender de la Asociación
General de Estados Unidos y pasa a la categoría de unión. En la
ciudad de México quedaron ubicadas las sedes de tres uniones:
la Unión Centroamericana, la Unión Azteca, que se organizó con
cuatro misiones en cinco países, y la Misión Mexicana, para toda
la República.
El año de 1925 fue trágico para la Misión Adventista, pues la
única iglesia organizada que había en la ciudad de México se
tuvo que desorganizar debido a la rebeldía de algunos miembros
que dividieron a la feligresía.
En 1926 se crea una sola unión para la República Mexicana con
el nombre de Unión Mexicana, que comprendía seis misiones:
Central, Golfo, Lago, Sonora, Tehuantepec y Yucatán.
Desaparecido el seminario adventista de 1910, se inicia en 1931,
en Tacubaya, el Colegio Adventista Mexicano para preparar
pastores. En 1933 se ordenaron los primeros siete pastores
mexicanos. En estos años, la IASD todavía seguía dependiendo
fuertemente del extranjero, pues tanto el presidente de la Unión
Mexicana como los dirigentes de las seis misiones eran
norteamericanos. Los primeros tres pastores mexicanos en
puestos de responsabilidad fueron nombrados en 1937. El primer
mexicano que ocupó la presidencia de una misión, la Misión
Central, fue el pastor Emiliano Ponce, en 1935. El Colegio
Adventista Mexicano cambió después su nombre por el de
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Escuela Agrícola y de Salud. En 1935 la trasladaron a Laredo,
Texas, y en 1936 a McAllen.
En la década de 1941 a 1950, la IASD experimentó un avance
significativo, sobre todo en lo que respecta a sus labores
educativas y sanitarias. En 1942 había en el país 104 iglesias con
5342 miembros bautizados en las cuatro misiones que existían
entonces: Central, Golfo, Pacífico y Tehuantepec. En este mismo
año se fundó en Montemorelos, N. L., la Escuela Agrícola e
Industrial Mexicana, que después se transformaría en
universidad. En 1946 se fundó el Hospital y Sanatorio
Montemorelos. En 1948 se inició la Escuela Agrícola e Industrial
del Pacífico, hoy Colegio del Pacífico; y la Escuela Agrícola e
Industrial del Sureste, hoy Colegio Linda Vista. En 1948 se
reorganizaron los territorios de las seis misiones, organización
que permaneció hasta 1974.
En 1960, para una población total en el país de 30’593,660, los
adventistas del Séptimo Día eran ya 21,750, repartidos en 185
iglesias. La proporción era de un adventista por cada 1406
habitantes. Las misiones eran seis: Central, organizada en 1924;
Interoceánica, organizada en 1948; Norte, organizada en 1924;
Pacífico, organizada en 1924; Sur, organizada en 1944; y
Sureste, organizada en 1948.
Al terminar esa década, los miembros bautizados alcanzaron la
cifra de 42,656, distribuidos en 249 iglesias. La Iglesia tenía en el
país 37 escuelas primarias y tres colegios superiores con un total
de 3,567 alumnos. Había 77 pastores ordenados y 2,735
predicadores laicos.
En 1970 fue elegido el primer presidente nacional de la Unión
Mexicana, pues hasta entonces todos los presidentes habían sido
norteamericanos, ya que México era considerado una misión de
la División Interamericana, que dependía a su vez de la
Asociación General con sede en Estados Unidos. El primer
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presidente mexicano fue el pastor Velino Salazar Escarpulli, de
42 años.
En 1973 se construyó en la ciudad de México el Centro de
Evangelismo, que comenzó a funcional como el templo adventista
más grande del país, ubicado en la calle de Sadi Carnot N° 12,
Colonia San Rafael, el centro de la ciudad.
En 1973 se fundó la Universidad Adventista de Montemorelos, N.
L., en el lugar donde funcionaba desde 1942 la Escuela Agrícola
e Industrial. En 1974 los miembros de la IASD en México
sumaban 72,807. En 1975, México fue la nación que alcanzó la
cifra más alta de bautismos en la IASD: 10,931.
En 1977, debido al avance y consolidación alcanzados por la
Unión Mexicana, esta fue elevada por la División Interamericana
Adventista, de la categoría de Misión a la de Unión Asociación,
quedando como presidente el pastor Samuel Guízar. Para ese
año, la membresía de la IASD sumaba ya 100,451 bautizados.
En 1985 la Unión Mexicana se dividió en dos uniones: la Unión
Mexicana del Norte y la Unión Mexicana del Sur.
En 1991, al cumplir la IASD cien años en México, sus estadísticas
eran las siguientes: para una población total de 85’699,987, había
355,274 miembros de la Iglesia, 1,101 iglesias, 4,526 escuelas
sabáticas con 457,567 miembros, 211 pastores ordenados y 1667
obreros activos. La obra educativa comprendía 66 jardines de
niños, 111 escuelas primarias, 52 secundarias y 30 preparatorias,
dos colegios y una universidad.
La Escuela Agrícola e Industrial del Pacífico, fundada en 1948 en
Navojoa, Sonora, que en 1967 se llamó Colegio del Pacífico, en
1995 se convirtió en la Universidad de Navojoa, y en 2001, el
Colegio adventista Linda Vista, ubicado en Pueblo Nuevo,
Solistahuacan, Chiapas, se convirtió en Universidad Linda Vista.
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7. Llegada y desarrollo en Chihuahua:
La IASD se estableció en Chihuahua en 1904, por obra del
hermano J. A. Leland, uno de los más famosos misioneros de la
IASD, quien se trasladó al estado para establecer un centro de
trabajo misionero en el norte de la República. En un informe del
tercer director general de la Misión Mexicana, G. W. Reaser, de
1909, se habla del interés que la revista El Mensajero ha
despertado en la población de Santa Bárbara, aunque parece que
no llegó a formarse una congregación, pues en un informe de
1914, en el que se mencionan los grupos que se reúnen
semanalmente en diversos lugares de la República, no aparece
ninguno de Chihuahua.
En 1928, la Misión de Sonora, de la que dependía el estado de
Chihuahua, pasó a llamarse Misión de la Sierra Madre,
cambiando también de sede: de Navojoa a Ciudad Juárez,
Chihuahua, y en 1930 se estableció en la ciudad de Chihuahua,
siendo su superintendente el misionero E. E. Pohle y su esposa la
secretaria-tesorera.
En 1931 se hace un nuevo ajuste de la Misión de la Sierra Madre,
a la que se le asignan los estados de Chihuahua, Durango,
Zacatecas y Aguascalientes y la sede pasa de la ciudad de
Chihuahua a Torreón, Coahuila, pero al año siguiente esta Misión
de la Sierra Madre se desorganizó y sus estados pasaron a
formar parte de la Misión del Golfo. Esto da una idea de las
dificultades a las que se enfrentaba la Iglesia.
En 1977, Chihuahua pertenecía a la Asociación Adventista del
Norte, junto con los estados de Durango, Coahuila, Tamaulipas,
Nuevo León y San Luis Potosí. Todos en conjunto tenían 37
iglesias, 169 escuelas sabáticas y 7,121 miembros bautizados. La
sede de la Asociación estaba en Monterrey. En 1987, la
Asociación del Norte se dividió en la Asociación del Noroeste y la
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Misión del Norte, formada esta última por los estados de
Chihuahua, Durango y la región de La Laguna, con sede en la
ciudad de Chihuahua.
8. Organización interna:
La IASD es administrada por medio de una representación
democrática que combina elementos jerárquicos y presbiterianos.
La iglesia local es el nivel fundamental de la estructura de la
organización, y es la cara pública de la Iglesia. Cada adventista
bautizado es miembro de una iglesia local y tiene poder de voto
dentro de esa iglesia. Hay varios cargos eclesiásticos dentro de
una iglesia local, incluyendo los cargos ordenados de pastor,
anciano y diácono, al igual que secretario y tesorero.
Por encima de la iglesia local se encuentra la asociación, misión o
campo local. La asociación es la dueña de los terrenos y
propiedades de la Iglesia y organiza la distribución de ofrendas y
el pago de los pastores. Es también la responsable de la elección
y ordenación del personal ministerial y la que los distribuye en sus
puestos de trabajo.
Por encima de la asociación local se encuentra la unión de
asociaciones, que involucra varias asociaciones dentro de un
área establecida.
El nivel más alto de gobierno dentro de la estructura eclesiástica
es la Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día
(General Conference of Seventh-day Adventists), que consiste de
13 divisiones, cada una de las cuales está asignada a varias
regiones geográficas. La Asociación General es la autoridad de la
iglesia y tiene la palabra final en temas de conjetura y de
administración. La Asociación General es encabezada por un
Presidente, cargo ocupado actualmente (2007) por Jan Paulsen.
Las oficinas centrales de la Asociación General se encuentran en
Silver Springs, Maryland, EE. UU.
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La
estructura organizacional de la IASD en la República
Mexicana, es la siguiente:
Se divide en cuatro entidades, “Unión del Norte”, “Unión del Sur”,
“Unión Interoceánica” y “Ediciones Enfoque”. Estas, a su vez, se
dividen en “Secciones” o “Misiones”.
1. “Unión del Norte” de divide así:
- Sección Metropolitana: que comprende el Distrito
Federal y el Estado de México.
- Sección del Noreste: que comprende los estados
de Nuevo León y
Coahuila al oriente del
meridiano 102.
- Sección del Noroeste: con el estado de Sonora,
excepto San Luis Río Colorado.
- Sección de Baja California: que comprende los
estados de Baja California Norte y Baja California
Sur y San Luis Río Colorado, Sonora.
- Sección del Golfo: comprende los estados de
Tamaulipas y San Luis Potosí.
- Misión del Norte: con los estados de Chihuahua,
Durango y Coahuila al poniente del meridiano
102.
- Misión de Occidente: con los estados de Jalisco,
Colima, Nayarit, Zacatecas.
- Misión de Sinaloa: con el estado de Sinaloa.
- Misión del Bajío: que comprende los estados de
Guanajuato,
Michoacán,
Querétaro
y
Aguascalientes.
2. “Unión Interoceánica” se divide así:
- Sección del Pacífico Sur.
- Sección Hidalgo Veracruzana.
- Sección Veracruzana del Sur.
- Misión de Oaxaca.
- Misión Central.
- Misión Olmeca.
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3. “Unión del Sur” se divide así:
- Sección de Tabasco.
- Sección del norte de Chiapas.
- Sección del centro de Chiapas.
- Sección del Soconusco.
- Sección de Mayab.
4. “Ediciones de Enfoque” se divide así:
- Comprende toda la República Mexicana.
9. Fuentes de financiamiento:
- Tienen imprentas, en las que se hacen todo el
material requerido por la iglesia.
- Diezmo, donativos, ofrendas o limosnas.
- Ministerio de publicaciones.
- Depósito de publicaciones.
- Sus propias fábricas de alimentos, sus marcas son:
Colpac y Palacasa.
10. Número de miembros y ubicación en el estado:
La Misión del Norte tiene a los estados de Chihuahua, Durango y
parte de Coahuila, entre estos tres estados suman una población
aproximada de 5,617,665 habitantes, distribuidos en 111
municipios. Los siguientes datos son el número de adventistas en
relación con el número de habitantes:
ESTADO
Chihuahua
Durango
Región
Lagunera
HABITANTES
3,241,444
1,509,117
867,104
FELIGRESIA
11,073
1,080
2,053
ADV x HAB
1 x 293
1 x 1,397
1 x 422
11. Nivel socioeconómico de la membresía:
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Hay muy poca gente adinerada.
12. Personalidades destacadas en el estado:
13. Instituciones de carácter religioso y social que tiene en
el estado:
1. Asociación Civil Filantrópica y Educativa (A.C.F.E.
A.C.), que atiende a damnificados de los estados de
Chihuahua, Durango y Coahuila, con sede en
Puebla.
2. De las 250 escuelas con que la IASD cuenta en
México, las que se encuentran en el estado de
Chihuahua son las siguientes:
1) Colegio Juan de la Barrera en Cd. Juárez, es
Kinder, primaria, secundaria y preparatoria.
2) Colegio Manuel Bernardo Aguirre en la ciudad
de Chihuahua, es kinder, primaria, secundaria
y preparatoria.
3) Colegio Miguel Hidalgo en Namiquipa, tiene
jardín de niños y primaria.
4) Colegio Justo Sierra en Gómez Farías, solo
primaria.
14. Doctrinas
Asociación:
fundamentales
que
caracterizan
a
la
La doctrina adventista del Séptimo Día se basa en la tradición
protestante anabaptista. La doctrina protestante del "sacerdocio
de todos los creyentes" es tan central en el pensamiento de los
Adventistas del Séptimo Día que los miembros siempre han sido
animados a estudiar la Biblia para descubrir la verdad por sí
mismos, guiados por el Espíritu Santo. Esto puede llegar a
explicar su renuencia para establecer un credo. La doctrina
17
Adventista se asemeja a la corriente ortodoxa principal de la
teología protestante trinitaria, con algunas excepciones.
Pero aunque no tiene propiamente un credo, la IASDL ha
formulado un grupo de creencias fundamentales. Hasta 2005 esa
formulación constaba de 27 creencias. Durante la sesión de la
Asociación General de la Iglesia de ese año, se agregó una
creencia más, por lo que hoy tienen 28 creencias fundamentales,
que son las siguientes:
1. Las Sagradas Escrituras. El Antiguo y el Nuevo Testamento
son la Palabra de Dios escrita, dada por inspiración divina por
intermedio de santos hombres de Dios que hablaron y escribieron
al ser movidos por el Espíritu Santo. (2Pedro 1:20,21; 2Timoteo
3:16,17; Salmos 119:105; Proverbios 30:5,6; Isaías 8:20; S.
Juan 17:17; 1Tesalonicenses 2:13; Hebreos 4:12).
2. La Trinidad. Hay un sólo Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
una unidad de tres Personas coeternas. Dios es inmortal,
omnipotente, omnisciente, encima de todo, y siempre presente.
(Deuteronomio 6:4; Mateo 28:19; 2Corintios 13:14; Efesios 4:46; 1Pedro 1:2; 1Timoteo 1:17; Apocalipsis 14:7).
3. Dios Padre. Dios, el Eterno Padre, es el Creador, el
Originador, el Mantenedor y el Soberano de toda la creación. Él
es justo y santo, compasivo y clemente, tardo en airarse, y
grande en constante amor y fidelidad. (Génesis 1:1; Apocalipsis
4:11; 1Corintios 15:28; S. Juan 3:16; 1Juan 4:8; 1Timoteo 1:17;
Éxodo 34:6,7; S. Juan 14:9).
4. Dios Hijo. Dios, el Hijo Eterno, se encarnó en Jesucristo. Por
medio de Él se crearon todas las cosas, se reveló el carácter de
Dios, se efectuó la salvación de la humanidad y se juzga el
mundo. Jesús sufrió y murió en la cruz por nuestros pecados y en
nuestro lugar, fue resucitado entre los muertos y ascendió para
administrar en el santuario celestial a nuestro favor. Vendrá otra
vez para la liberación final de su pueblo y la restauración de todas
las cosas. (S. Juan 1:1-3 & S. Juan 1:14; Colosenses 1:15-19; S.
18
Juan 10:30; S. Juan 14:9; Romanos 6:23; 2Corintios 5:17-19; S.
Juan 5:22; Lucas 1:35; Filipenses 2:5-11; Hebreos 2:9-18;
1Corintios 15:3,4; Hebreos 8:1,2; S. Juan 14:1-3).
5. Dios Espíritu Santo. Dios, el Espíritu Santo, desempeñó una
parte activa con el Padre y el Hijo en la Creación, Encarnación y
Redención. Inspiró a los escritores de las Escrituras. Llenó de
poder la vida de Cristo. Atrae y convence a los seres humanos; y
los que se muestran sensibles, son renovados y transformados
por Él, a imagen de Dios. Concede dones espirituales a la Iglesia.
(Génesis 1:1,2; Lucas 1:35; Lucas 4:18; Hechos 10:38; 2Pedro
1:21; 2Corintios 3:18; Efesios 4:11,12, Hechos 1:8; S. Juan 14:1618 & S. Juan 14:26; S. Juan 15:26,27; S. Juan 16:7-13).
6. Dios es el Creador. Dios es el Creador de todas las cosas y
reveló en las Escrituras el relato auténtico de Su actividad
creadora. En seis días hizo el Señor los Cielos y la Tierra y todo
lo que tiene vida sobre la Tierra, y descansó el séptimo día de
esa primera semana. (Génesis 1 & 2; Éxodo 20:8-11; Salmos
19:1-6; Salmos 33:6 & Salmos 33:9; Salmos 104; Hebreos 11:3).
7. La naturaleza del hombre. El hombre y la mujer fueron
formados a imagen de Dios con individualidad y con el poder y la
libertad de pensar y actuar. Como han sido creados como seres
libres, cada uno es una unidad indivisible de cuerpo, mente y
alma, y dependiente de Dios en cuanto a la vida, respiración y
todo lo demás. Cuando nuestros primeros padres desobedecieron
a Dios, negaron su dependencia de Él y cayeron de su elevada
posición abajo de Dios. La imagen de Dios en ellos fue
desfigurada, se volvieron mortales. Sus descendientes comparten
esa naturaleza caída y de sus consecuencias. (Génesis 1:26-28;
Génesis 2:7; Salmos 8:4-8; Hechos 17:24-28; Génesis 3; Salmos
51:5; Romanos 5:12-17; 2Corintios 5:19,20; Salmos 51:10; 1Juan
4:7,8 & 1Juan 4:11 & 1Juan 4:20; Génesis 2:15).
8. El Gran Conflicto. Toda la humanidad está involucrada en un
gran conflicto entre Cristo y Satanás, en cuanto al carácter de
19
Dios, su Ley y su soberanía sobre el Universo. Ese conflicto se
originó en el Cielo, cuando un ser creado, dotado de libertad de
elección, por exaltación propia, se convirtió en Satanás, el
adversario de Dios, y condujo la rebelión de una parte de los
ángeles. Él introdujo el espíritu de rebelión en este mundo.
Observado por toda la Creación, este mundo se convirtió en el
palco del conflicto universal, dentro del cual será finalmente
reivindicado el Dios de amor. (Apocalipsis 12:4-9; Isaías 14:1214; Ezequiel 28:12-18; Génesis 3; Romanos 1:19-32; Romanos
5:12-21; Romanos 8:19-22; Génesis 6:8; 2Pedro 3:6; 1Corintios
4:9; Hebreos 1:14).
9. Vida, muerte y resurrección de Cristo. En la vida de Cristo,
de perfecta obediencia a la voluntad de Dios, y en su sufrimiento,
muerte y resurrección, Dios proveyó el único medio de expiación
del pecado humano, de modo que los que aceptan esa expiación
por fe, puedan tener vida eterna, y toda la Creación comprenda
mejor el infinito y santo amor del Creador. (S. Juan 3:16; Isaías
53; 1Pedro 2:21,22; 1Corintios 15:3,4 & 1Corintios 15:20-22;
2Corintios 5:14,15 & 2Corinthios 5:19-21; Romanos 1:4;
Romanos 3:25; Romanos 4:25; Romanos 8:3,4 1Juan 2:2; 1Juan
4:10; Colosenses 2:15; Filipenses. 2:6-11).
10. La experiencia de la salvación. En infinito amor y
misericordia, Dios permitió que Cristo se convirtiese en pecado
por nosotros, para que en Él fuésemos hechos justicia de Dios.
Guiados por el Espíritu Santo reconocemos nuestra
pecaminosidad, nos arrepentimos de nuestras transgresiones y
tenemos fe en Jesús como Señor y Cristo, como Sustituto y
Ejemplo. Esta fe que acepta la salvación, viene del poder de la
Palabra y es el don de la gracia de Dios. Por medio de Cristo
somos justificados y libertados del dominio del pecado. Por medio
del Espíritu, nacemos de nuevo y somos justificados.
Permaneciendo en Él, participamos de la naturaleza divina y
tenemos la seguridad de la salvación, ahora y en el Juicio.
(2Corintios 5:17-21; S. Juan 3:16; Gálatas 1:4; Gálatas 4:4-7; Tito
3:3-7; S. Juan 16:8; Gálatas 3:13,14; 1Pedro 2:21,22; Romanos
20
10:17; Lucas 17:5; Marcos 9:23,24; Efesios 2:5-10; Romanos
3:21-26; Colosenses 1:13,14; Romanos 8:14-17; Gálatas 3:26; S.
Juan 3:3-8; 1Pedro 1:23; Romanos 12:2; Hebreos 8:7-12;
Ezequiel 36:25-27; 2Pedro 1:3,4; Romanos 8:1-4; Romanos 5:610).
11. Crecimiento en Cristo. (Nueva creencia fundamental
aprobada el 4 de julio de 2005, en la 58ª Asamblea de la
Asociación General de los Adventistas del Séptimo Día). Por su
muerte en la cruz Jesús triunfó sobre las fuerzas del mal. El
subyugó los espíritus de demonios durante su ministerio terrestre
y quebró su poder y tornó cierto su destino final. La victoria de
Jesús nos da victoria sobre las fuerzas del mal que continúan
procurando controlarnos, mientras caminamos con Él en paz,
alegría, y con la certeza de su amor. Ahora el Espíritu Santo vive
con nosotros y nos da poder. Continuamente comprometidos con
Jesús como nuestro Salvador y Señor, somos libres del fardo de
nuestros hechos pasados. No más viviremos en la oscuridad, con
miedo de los poderes del mal, ignorancia, y la falta de sentido de
nuestro antiguo modo de vida. En esa nueva libertad en Jesús,
somos llamados a creces en semejanza a su carácter,
comulgando con Él diariamente en oración, alimentándonos de su
Palabra, meditando en eso y en su providencia, cantando sus
alabanzas, reuniéndonos juntos en adoración, y participando en
la misión de la Iglesia. A medida que nos entreguemos al servicio
de amor a aquellos a nuestro alrededor y al testimonio de su
salvación, su constante presencia con nosotros a través del
Espíritu transforma cada momento y toda tarea en una
experiencia espiritual. (Ps 1:1, 2; 23:4; 77:11, 12; Col 1:13, 14;
2:6, 14, 15; Lc 10:17-20; Ef 5:19, 20; 6:12-18; 1 Tes 5:23; 2 Pe
2:9; 3:18; 2 Cor. 3:17, 18; Fil 3:7-14; 1 Tes 5:16-18; Mat 20:25-28;
Jn 20:21; Gal 5:22-25; Rom 8:38, 39; 1 Jn 4:4; Heb 10:25).
12. La Iglesia. La Iglesia es la comunidad de creyentes que
confiesan a Jesucristo como Señor y Salvador. Nos unimos para
adorar, para comunión, para instrucción en la Palabra, para
celebrar la Cena del Señor, para el servicio a toda la humanidad y
21
para la proclamación mundial del Evangelio. La Iglesia es la
Familia de Dios. La Iglesia es el cuerpo de Cristo. (Génesis 12:3;
Hechos 7:38; Efesios 4:11-15; Efesios 3:8-11; Mateo 28:19,20;
Mateo 16:13-20; Mateo 18:18; Efesios 2:19-22; Efesios 1:22,23;
Efesios 5:23-27; Colosenses 1:17,18).
13. El Remaneciente 1 y su misión. La Iglesia universal se
compone de todos los que verdaderamente creen en Cristo; pero,
en los últimos días, un remaneciente ha sido llamado, a fin de
guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Este
remaneciente anuncia la llegada de la hora del Juicio, proclama la
salvación por medio de Cristo y predice la aproximación de su
segundo advenimiento. (Apocalipsis 12:17; Apocalipsis14:6-12;
Apocalipsis 18:1-4; 2Corintios 5:10; Judas 3 & Judas 14; 1Pedro
1:16-19; 2Pedro 3:10-14; Apocalipsis 21:1-14).
14. Unidad en el Cuerpo de Cristo. La Iglesia es un cuerpo con
muchos miembros, llamados de toda nación, tribu, lengua y
pueblo. Todos somos iguales en Cristo. Mediante la revelación de
Jesucristo en las Escrituras, compartimos la misma fe y
esperanza y extendemos un solo testimonio para todos. Esta
unidad encuentra su fuente en la unidad del Dios triuno, que nos
adoptó como sus hijos. (Romanos 12:4,5; 1Corintios 12:12-14;
Mateo 28:19,20; Salmos 133:1,2; 2Corintios 5:16,17;
Hechos17:26,27; Gálatas 3:27,29; Colosenses 3:10-15; Efesios
4:14-16; 4:1-6; S. Juan 17:20-23).
15. El Bautismo. Por el bautismo confesamos nuestra fe en la
muerte y en la resurrección de Jesucristo y testimoniamos
nuestra muerte al pecado y nuestro propósito de andar en
novedad de vida, siendo aceptados como miembros por su
Iglesia. Y por inmersión en el agua se sigue la instrucción en las
Escrituras Sagradas y la aceptación de sus enseñanzas.
(Romanos 6:1-6; Colosenses 2:12,13; Hechos 16:30-33; Hechos
22:16; Hechos 2:38; Mateo 28:19,20).
1
Ver Glosario, al final.
22
16. La Cena del Señor. La Cena del Señor es una participación
en los emblemas del cuerpo y de la sangre de Jesús, como
expresión de fe en Él, nuestro Señor y Salvador. La preparación
incluye el examen de conciencia, el arrepentimiento y la
confesión. El Maestro instituyó la Ceremonia del lavamiento de
pies para representar renovada purificación, para expresar la
disposición de servir uno al otro en humildad semejante a la de
Cristo, y para unir nuestros corazones en amor. (1Corintios
10:16,17; 1Corintios 11:23-30; Mateo 26:17-30; Apocalipsis 3:20;
S. Juan 6:48-63; S. Juan 13:1-17).
17. Dones y ministerios espirituales. Dios concede a todos los
miembros de Su Iglesia, en todas las épocas, dones espirituales.
Siendo otorgados por la actuación del Espíritu Santo, el cual
distribuye a cada miembro como le place, los dones proveen
todas las aptitudes y ministerios que la Iglesia necesita para
cumplir sus funciones divinamente ordenadas. Algunos miembros
son llamados por Dios y dotados por el Espíritu para funciones
reconocidas por la Iglesia en ministerios pastorales, evangélicos,
apostólicos y de enseñanza. (1Corintios 10:16,17; 1Corintios
11:23-30; Mateo 26:17-30; Apocalipsis 3:20; S. Juan 6:48-63; S.
Juan 13:1-17).
18. El don de profecía. Uno de los dones del Espíritu Santo es la
profecía. Este don es una característica de la Iglesia
remaneciente y fue manifestado en el ministerio de Ellen G.
White. Como mensajera del Señor, sus escritos son una continua
y autorizada fuente de verdad y proporcionan consuelo,
orientación, instrucción y corrección a la Iglesia. (Joel 2:28,29;
Hechos 2:14-21; Hebreos 1:1-3; Apocalipsis 12:17; Apocalipsis
19:10).
19. La Ley de Dios. Los grandes principios de la Ley de Dios son
incorporados en los Diez Mandamientos y ejemplificados en la
vida de Cristo. Expresan el amor, la voluntad y los propósitos de
Dios acerca de la conducta y de las relaciones humanas, y son
obligatorios a todas las personas, en todas las épocas. Esos
23
preceptos constituyen la base del concierto de Dios con su pueblo
y la norma del juicio de Dios. (Éxodo 20:1-17; Salmos 40:7,8;
Mateo 22:36-40; Deuteronomio 28:1-14; Mateo 5:17-20; Hebreos
8:8-10; S. Juan 16:7-10; Efesios 2:8-10; 1Juan 5:3; Romanos
8:3,4; Salmos 19:7-14).
20. El Sábado. El bondadoso Creador, después de los seis días
de la Creación, descansó el séptimo día e instituyó el Sábado
para todas las personas, como recordativo de la Creación. El
cuarto mandamiento de la inmutable Ley de Dios requiere la
observancia de este sábado del séptimo día como día de
descanso, adoración y ministerio, en armonía con la enseñanza y
práctica de Jesús, el Señor del Sábado. (Génesis 2:1-3; Éxodo
20:8-11; Lucas 4:16; Isaías 56:5,6; Isaías 58:13,14; Mateo 12:112; Éxodo 31:13-17; Ezequiel 20:12 & 20:20; Deuteronomio 5:1215; Hebreos 4:1-11; Levítico 23:32; Marcos 1:32).
21. Mayordomía. Somos mayordomos de Dios, responsables por
el uso apropiado del tiempo y de las oportunidades, capacidades
y posesiones, y de las bendiciones de la Tierra y sus recursos
que Él colocó bajo nuestro cuidado. Reconocemos el derecho de
propiedad de parte de Dios, por medio del fiel servicio a Él y a
nuestros semejantes, y devolviendo los diezmos y dando
ofrendas para la proclamación de su Evangelio y para la
manutención y el crecimiento de su iglesia. (Génesis 1:26-28;
Génesis 2:15; 1Crónicas 29:14; Hageo 1:3-11; Malaquías 3:8-12;
1Corintios 9:9-14; Mateo 23:23; Romanos 15:26,27; 2Corintios
8:1-15).
22. Conducta cristiana. Somos llamados para ser un pueblo
piadoso, que piensa, siente y actúa de acuerdo con los principios
del Cielo. Para que el Espíritu recree en nosotros el carácter de
nuestro Señor, solo nos involucramos con aquellas cosas que
producirán en nuestra vida, pureza, salud y alegría semejantes a
las de Cristo. (I Juan 2:6; Efes. 5:1-13; Rom. 12:1 y 2; I Cor. 6:19
y 20; 10:31; I Tim. 2:9 y 10; Lev. 11:1-47; II Cor. 7:1; I Pedro 3:14; II Cor. 10:5; Filip. 4:8).
24
23. Matrimonio y familia. El casamiento fue divinamente
establecido en el Edén y confirmado por Jesús como unión
vitalicia entre un hombre y una mujer, en amoroso compañerismo.
Para el cristiano, el compromiso matrimonial es con Dios, y con el
cónyuge, y solamente debe ser asumido entre parejas que
comparten la misma fe. Referente al divorcio, Jesús enseñó que
la persona que se divorcia del cónyuge, a no ser por causa de
fornicación, y se casa con otro, comete adulterio. Dios bendice a
la familia y quiere que sus miembros se ayuden uno al otro a
alcanzar completa madurez. Los padres deben educar sus hijos a
amar al Señor y a obedecerle. (Gén. 2:18-25; Deut. 6:5-9; Juan
2:1-11; Efes. 5:21-33; Mat. 5:31 y 32; 19:3-9; Prov. 22:6; Efes.
6:1-4; Mal. 4:5 y 6; Mar. 10:11 y 12; Lucas 16:18; I Cor. 7:10 y
11).
24. El ministerio de Cristo en el Santuario Celestial. Hay un
santuario en el Cielo. En él, Cristo intercede en nuestro favor,
haciendo accesibles a los creyentes los beneficios de su sacrificio
expiatorio ofrecido una vez por todas, en la cruz. Él es nuestro
gran Sumo Sacerdote y comenzó su ministerio intercesor en
ocasión de su ascensión. En 1844, a final del período profético de
los 2.300 días, inició la segunda y última etapa de su ministerio
expiatorio. El juicio investigador revela a los seres celestiales
quién entre los muertos será digno de formar parte en la primera
resurrección. También se hace manifiesto quién, entre los vivos,
está preparado para la traslación a su reino eterno. La
terminación del ministerio de Cristo señalará el fin del tiempo de
gracia para los seres humanos, antes del Segundo Advenimiento.
(Heb. 1:3; 8:1-5; 9:11-28; Dan. 7:9-27; 8:13 y 14; 9:24-27; Núm.
14:34; Ezeq. 4:6; Mal. 3:1; Lev. 16; Apoc. 14:12; 20:12; 22:12).
25. La Segunda Venida de Cristo. La segunda venida de Cristo
es la bendita esperanza de la Iglesia. La venida del Salvador será
literal, personal, visible y universal. (Tito 2:13; Juan 14:1-3;
Hechos 1:9-11; I Tes. 4:16 y 17; I Cor. 15:51-54; II Tes. 2:8; Mat.
24; Mar. 13; Lucas 21; II Tim. 3:1-5; Joel 3:9-16; Heb. 9:28).
25
26. Muerte y Resurrección. El salario del pecado es la muerte.
Pero Dios, el único que es inmortal, concederá vida eterna a sus
redimidos. Hasta aquel día, la muerte es un estado inconsciente
para todas las personas. (I Tim. 6:15 y 16; Rom. 6:23; I Cor.
15:51-54; Ecles. 9:5 y 6; Sal. 146:4; I Tes. 4:13-17; Rom. 8:35-39;
Juan 5:28 y 29; Apoc. 20:1-10; Juan 5:24).
27. El Milenio y el fin del pecado. El milenio es el reinado de mil
años de Cristo con sus santos, en el Cielo, entre la primera y la
segunda resurrección. Durante este tiempo serán juzgados los
impíos muertos. Al fin de ese período, Cristo con sus Santos y la
Ciudad Santa descenderán del Cielo a la Tierra. Los impíos
muertos serán entonces resucitados y, con Satanás y sus
ángeles, cercarán la ciudad; pero el fuego de Dios los consumirá
y purificará la Tierra. El Universo quedará eternamente libre del
pecado y de los pecadores. (Apoc. 20; Zac. 14:1-4; Mal. 4:1; Jer.
4:23-26; I Cor. 6; II Pedro 2:4; Ezeq. 28:18; II Tes. 1:7-9; Apoc.
19:17, 18 y 21).
28. La Nueva Tierra. En la Nueva Tierra, en que habita la justicia,
Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un ambiente
perfecto para vida, amor, alegría y aprendizaje eternos, en su
presencia. (II Pedro 3:13; Gén. 17:1-8; Isa. 35; 65:17-25; Mat. 5:5;
Apoc. 21:1-7; 22:1-5; 11:15).
15. Escrituras sagradas y otros textos fundamentales:
La Sagrada Biblia y los textos de Elena G. de White. La Sra.
White, entre ellos: El Camino a Cristo, Palabras de Vida del Gran
Maestro, Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, El
Discurso Maestro de Jesús y El Deseado de Todas las Gentes.
16. Celebraciones de culto, fiestas, fechas especiales:
El bautismo, la confesión, el matrimonio, servicios fúnebres, los
sábados como monumento a la creación lo dedican a la familia, ir
26
al templo, descansar, visitan asilos y orfanatos, festejan la
Navidad y la Semana Santa.
17. Espiritualidad y concepción de la vida:
Aceptamos que las Sagradas Escrituras del Antiguo y Nuevo
Testamento, fueron dadas por inspiración de Dios y que
contienen una revelación plena y suficiente de su voluntad para
con los hombres, constituyendo la única regla infalible de fe y
práctica.
Aceptamos guardar en todos sus puntos los Mandamientos de
Dios, los cuales nos enseñan nuestras relaciones y deberes para
con Dios y nuestros semejantes.
18. otros datos y comentarios:
Una creencia y práctica que caracteriza a la IASD es la
importancia que dan a la salud física y a todo lo que hacen para
promoverla. Propugnan el vegetarianismo, aunque moderado por
el uso de huevos y leche. Consideran la obra médica y de salud
como el “brazo derecho” de la Iglesia y mantienen facultades de
enfermería y de medicina en algunos países, clínicas,
dispensarios, leproserías, centros de educación para la salud en
todo el mundo. Deben abstenerse de alimentos impuros,
identificados como tales en la Biblia, de bebidas alcohólicas, del
tabaco, del empleo irresponsable de drogas y narcóticos. En esta
orientación hacia el cuidado de la salud se percibe la influencia de
la Sra. White, que apoyaba sus enseñanzas sobre temas de
salud y alimentación en sus visiones proféticas.
19. Bibliografía básica:
Creencias de los Adventistas del Séptimo Día. Preparado por la
Asociación Ministerial de la Asociación General de los
27
Adventistas del Séptimo
Interamericana, 1989.
Día.
Asociación
Publicadora
SALAZAR ESCARPULLI, VELINO, 100 años de Adventismo en
México. Centro de producción . Unión Mexicana del Norte,
Montemorelos, N. L. 1997.
WHITE, ELENA G. DE, (Sus 64 libros publicados).
www.adventistas.com.mx/ (Sitio oficial).
20. Mapas y gráficos (opcional):
21. Glosario (opcional):
COLPORTOR. Persona que se dedica a vender, casa por casa o
en espacios públicos, biblias, revistas y libros de la Iglesia.
REMANECIENTE: que aparece de nuevo. Otras presentaciones
dicen Remanente: el resto, lo que queda.
28
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