PAÍS: España FRECUENCIA: Semanal PÁGINAS: 66-67 O.J.D.: 415836 TARIFA: 95900 € E.G.M.: 1360000 ÁREA: 864 CM² - 200% SECCIÓN: REVISTA 16 Agosto, 2015 POI~ ANATXU ZABALBEASCOA E! suefio del chocolateroilustrado LaCasaAmatller,conel mejormodernismo original del arquitecto 3osepPuigi Cadafalch, hasido restaurada en buscade unturismomilsculto que masivoparael paseode Graeiade Barcelona. Visitar la vivienda del industrialquele dahombre es viaj ar a los primeros afiosdel siglo XX. ue el abueloagricultor de Antoni Amatllerel que lleg6 hasta Barcelonaen 1798para constmir un obrador de chocolate. Casiun siglo despu~s,~1 lo convirti6 en Nbrica.El camino fue complicado.Se habla separado de su mujer,C~indida Cros, y ten~aunahija de cuatroafios. Los detalladoslibros de cuentasde la empresarevelan desdec6mo los chocolatesse consolidarona nivel europeo(segulansiendo un referente cuandola familia Coll F PAÍS: España FRECUENCIA: Semanal PÁGINAS: 66-67 O.J.D.: 415836 TARIFA: 95900 € E.G.M.: 1360000 ÁREA: 864 CM² - 200% SECCIÓN: REVISTA 16 Agosto, 2015 compr6la empresa en 1972) hasta el precio pagadopot cada uno de los regalos con los qua obsequi6 a su hija y cu~tntole cost6a Arealller su manutenci6n mientxas esta permaneci6al cuidado de su madre.Es f~icil adivinar qua el precio y la descripci6n de cada plaza de cer~h~nica,carla intervenci6n de un yesero, tapicero o carla factura abonadapot los vidrios romanos qua Amatller coleccion6 hayan permitido ahora restaurar fielmente la casa del paseo de Gracia qua el industrial se constmy6para vivir con la pevivienda qua ahora recupera su esplendor original: ellegado de un padre para su hija, convertido hoy en patrimonio de la ciudad. En 1898 Amatller compr6 un edificio pot 450.000 pesetas. Gast6 el doble en una reforma qua le cambiaria la cara y las tripas de la manodel arquitecto Josep Puig i Cadafalch, Tambi6n contribuiria a transformar la ciudad qua vivia un renacimiento cultural. E1objetivo era ambicioso. Duranteel siglo XIX,y tras su progresiva industrializaci6n, en Catalufia habia cuajado la voluntad de recuperaci6n de una memoriatriunfalista qua buscaba en el pasadolas raices de la nueva prosperidad industrial. La Renaixen~a indag6 en el antiguo poder medieval atribuido a la regi6n en el Mediterr~ineoy revivi66pocas pujantes qua la arquitectura debfa comunicar. ComoAmatller, tambi6n Puig i Cadafalch -qua era doctor en ciencias exactas era un viajero incansable. Si Amatller se movla entre Par/s y Cuba,el arquitecto presentar/alos resultados de sus excavaciones en AmpuriaBrava en un congreso de arqueologia en Bucarest. Ese bagaje 1o convirti6 en un creador de mundos qua busc6 lainspiraci6n en elg6tico, el mud6jaro el rom~inico.Hall6 en las artes aplicadas la via para un florecimiento profesional qua le llevar/a a construir las Bodegas Codornfu(1902) en Sant Sadurni d’Anoia. Cliente y arquitecto cornpart/an unavisi6n sobre una Catalufia poderosae ilustrada, qua llen6 la fachada de la casa de referencias a su cultura, comoel drag6nde Sant Jordi. Puig i Cadafalch lleg6 a set presidente de la Mancomunidad Catalana. Sin embargo,ese patriotismono les hizo perder su inter6s pot el mundo.Convertido en coleccionista, Amatller consigui6 sus mejores cristales romanos en la subasta en Colonia de la colecci6n del banquero alemfin Franz Merkens. Todoese pasado cultural y politico qued6 encerrado en una singular vivienda modernista, ahora restanradapor los arquiteclos Jos6 Ignacio Casar ydos6 Manuel Montesinos asesorados pot el historiador Santiago Alcolea, M~sallfi de la recuperaci6nde este patrimoniocultural y del espiritu conciliador qua supone haber puesto de acuerdo atres instituclones (la Generalitat, elAyuntamiento barcelones y la Fundaci6n Montemadrid)para sufragar una reforma de cinco millones de autos, lapfincipal singularidad de la viviendano se re. Pero se podr/a decir quase siente. Unono tarda en percibir qua el ediflcio es pr~icticamenteun templo: la casa pensada por un padre para una hija, unavivienda proyectada casi comoquien disefiaunavida, Seguramentepor eso, los dormitorios de ambosse reparten el majorespacio con vistas al gran bulevar barcelon6s, E1 mirador de Teresa -la finica tribuna saliente en la fachada- parece preparado para recibir trovadores, El balc6n del industrial, en cambio,est~ rodeado de imgtgenes aleg6ricas del coleccionismode viddo, la industria o el aXefotogrhfico: los atributos de su duefio. El legendario cabezal escalonado a la manerade las viviendas holandesas oculta un estudio fotogr~ifico en la azotea, gran pasi6n del empresario. A pesar de tantas capricho sas referencias simb61icas, el arquitecto proyect6 una vivienda moderna: con ascensor, montaplatos y una plataforma giratoria para qua el empresario pudiera aparcar su Hispano-Suiza sin tenet qua maniobrar. Asf, la de esta casa fue la primera de las grandes reformas (otras dos las firmaron Gandi la vecina Can Batj6- y Dom6nech iMontaner-CasaLle6 Morera-) qua cambiaronel rostro de lo qua pas6 a conocerse comola manzanade la discordia. Los barceloneses la bantizaron asf en alusi6n al origen de la guerra de Troya pot la rivalidad entre los arquitectos qua ideaban las nttevas viviendas. Tal vez pot eso, ni cliente ni arquitecto descuidaron ni un detalle. La majestuosa puerta qua da entrada al dormitorio de Teresa, pot ejemplo, recoge las virtudes qua en la 6pocase consideraban femeninas: la laboriosidady la fidelidad, Teresa Amatller supo cuidar y ampliar el legado de su padre constituyendo una fundaci6n para el estudio del Arte Hisp~inico. Durantelas tiltimas cinco d6cadas, la casa ha sido su sede. Hoy, una nueva generaci6n de herreros, cristaleros, ebanistas y escultores le han devuelto el aspecto onidco y envolvente qua soft6 su duefio y qua el arquitecto Puig i Cadafalch consigui6 para, desde una fachada del paseo de Gracia, pelear por convertirse en el major arquitecto del modemismocatalan ¯