LA HIDROELECTRICIDAD TROPICAL NO ES SIEMPRE UNA ENERGIA LIMPIA Un nuevo estudio del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3) y el Instituto Nacional de Investigaciones Amazónicas (INPA) de Brasil muestra que las centrales hidroeléctricas tropicales emiten cantidades substanciales de gases de efecto invernadero. El trabajo aparece en un momento de gran polémica en varios países latinoamericanos debido a los proyectos de construcción de embalses hidroeléctricos que amenazan con inundar grandes áreas de la selva amazónica. Barcelona, 7 de Julio de 2011 – Un estudio del Instituto de Ciencias del Clima (IC3), en colaboración con un centro de investigación amazónica en Brasil, desmiente estimaciones oficiales sobre los gases de efecto invernadero desprendidos por los embalses hidroeléctricos tropicales. De acuerdo con las estimaciones corregidas, las emisiones para la superficie de los embalses son más del cuádruple de lo que indicaban los cálculos anteriores. Este dato pone de manifiesto que la fama de “energía limpia” de las centrales hidroeléctricas no es siempre merecida y que a menudo contribuyen negativamente al conocido calentamiento global. La construcción de centrales hidroeléctricas en regiones como la selva amazónica comporta evidentes daños medioambientales y sociales en las zonas donde se ubican los embalses. Aún así, a menudo se argumenta que la hidroelectricidad es útil para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que contribuyen al calentamiento del planeta. La energía hidroeléctrica se presenta frecuentemente al mismo nivel que la solar y la eólica como una alternativa a las centrales térmicas, que queman carbón o gases con las consiguientes emisiones. Un ejemplo claro de esto es que Brasil se comprometió a aumentar su producción hidroeléctrica en el marco del acuerdo firmado en la Cumbre del Clima de Copenhagen en el 2009. Este planteamiento ha obtenido una amplia respuesta por parte de la comunidad científica, ya que, contra todas las apariencias, los embalses hidroeléctricos también emiten gases de efecto invernadero. Una parte de estas emisiones son inevitables y se dan en cualquier sitio donde haya vida debido a la descomposición de la materia orgánica que da lugar a CO2 (uno de los gases invernadero). Pero estas emisiones de CO2 son innocuas si éste es reabsorbido al producirse nueva materia orgánica. El principal problema de los embalses hidroeléctricos, especialmente en climas tropicales, es que se dan unas condiciones que hacen que, a menudo, la descomposición no de lugar a CO2 sino a metano. El metano es también un gas de efecto invernadero, con la diferencia que una molécula de metano contribuye al calentamiento global mucho más que una de CO2. Hace años que Philip M. Fearnside, un prestigioso investigador del INPA de Brasil, calificó a las centrales hidroeléctricas tropicales de “fábricas de metano” y demostró que, en términos de emisiones limpias por quilowatt hora, no son muy diferentes de las de las centrales térmicas. Los números aportados por Fearnside y por otros estudiosos fueron contestados por investigadores financiados por la compañía eléctrica Eletrobrás. Estos investigadores aseguraron que, al utilizar técnicas avanzadas de teoría de sistemas complejos, la estimación de las emisiones de los embalses baja sustancialmente. El investigador Salvador Pueyo, del Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), ha examinado a fondo la metodología empleada por los investigadores de Eletrobrás y ha demostrado matemáticamente que esta llena de errores graves. En un artículo conjunto de Pueyo y Fearnside, recientemente publicado en la revista científica Oecologia Australis, se muestra que los métodos de Eletrobrás subestiman las emisiones en casi un 80% y, por tanto, se confirma plenamente que las centrales hisdroeléctricas tropicales son “fábricas de metano”. El proyecto Belo Monte El 1 de Julio se dio a conocer formalmente que habían empezado las obras para construir el polémico embalse de Belo Monte, en la Amazonia brasileña, proyectado para ser el tercero más grande del mundo. El 1 de Junio el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Ibama) había dado el visto bueno, poco después de la dimisión del anterior presidente de la institución. El Gobierno ha conseguido la aprobación del proyecto todo y las intensas protestas de los pueblos indígenas, comunidades locales, grupos ecologistas, sectores de la Iglesia Católica y científicos independientes. En los años 80, este mismo proyecto llevó al caudillo Raoni a hacer una gira reivindicativa por todo el mundo junto con el cantante Sting, gracias a la cual el Amazonas entró de pleno en el imaginario colectivo de Occidente. El proyecto y la resistencia han renacido décadas después, acompañados por otros proyectos polémicos como los de los embalses del río Madeira, en el amazonas brasileño y boliviano, y el de Inambari en el Amazonas peruano, que se suspendió el pasado 20 de junio después un una intensa movilización indígena. Se trata en todos los casos de embalses proyectados para producir energía hidroeléctrica. En palabras del investigador del IC3, Salvador Pueyo “este trabajo conjunto del IC3 y el INPA deja sin base cualquier intento de justificar la destrucción de las selvas tropicales y la invasión de tierras indígenas con el objetivo de llevar adelante una supuesta “energía limpia” que frene el cambio climático. Así, desde el ámbito propio de estas instituciones, esta aportación se suma a documentos recientes de naturaleza muy diferente, como la resolución de la comisión Interamericana de Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos solicitando la suspensión del proyecto de Belo Monte. Lejos de tratarse de un asunto interno brasileño, se prevé que la central de Belo Monte genere energía para suministrar aluminio al mercado internacional, y este embalse, igual que el complejo del de Madeira, cuenta con capital español.” Sobre el IC3 El IC3 es un organismo público sin ánimo de lucro con sede en Barcelona y que forma parte del Programa de Centros de Investigación de la Generalitat de Catalunya (CERCA). El equipo del IC3 está formado por científicos nacionales e internacionales, con una media de edad de 30 años y especializados en diversas áreas científicas. La internacionalidad del centro, junto con la dedicación y experiencia de sus científicos, hacen del IC3 un centro único en esta área del conocimiento, hecho que se refleja en su producción científica de alto nivel. Su objetivo principal es generar nuevo conocimiento sobre las incidencia del clima y en particular en la interrelación entre los procesos físicos y biológicos, con los más altos estándares de calidas y con un enfoque regional especialmente centrado en el área mediterránea, a través de la investigación de vanguardia, la educación y el desarrollo de aplicaciones y herramientas para evaluar los riesgos climáticos actuales y futuros. Pera más información: Sonia Liñán [email protected] Laboratorio de Educación, Divulgación y Comunicación (LEDIC) Instituto Catalán de Ciencias del Clima (IC3), C/ Doctor Trueta, 203 08005 Barcelona Tel. (+34) 93 567 99 77