Emilia Pardo Bazán (1851-1921): Prolog von Un viaje de novios 1881-82: “...concepto de que la novela ha dejado de ser mero entretenimiento, modo de engañar gratamente unas cuantas horas, ascendiendo a estudio social, psicológico, histórico, pero al cabo estudio. Dedúcese de aquí [...] que no son menos necesarios al novelista que las galas de la fantasía, la observación y el análisis [...] La novela es tratado de la vida, y lo único que el autor pone en ella es su modo peculiar de ver las cosas reales: bien como dos personas, refiriendo un mismo suceso cierto, lo hacen con distintas palabras y estilo.” […] “No censuro yo la observación paciente, minuciosa, exacta, que distingue a la moderna escuela francesa; al contrario, la elogio; pero desapruebo, como yerros artísticos, la elección sistemática y preferente de asuntos repugnantes o desvergonzados, la prolijidad nimia, y a veces cansada, de las descripciones, y, más que todo, un defecto en que no sé si repararon los críticos: la perenne solemnidad y tristeza, el ceño siempre torvo, la carencia de notas festivas y de gracia y soltura en el estilo y en la idea.” (Obras completas: 44) “no separándonos un ápice de las enseñanzas de la Iglesia, admitimos que el cuerpo influye en los movimientos del alma, que los estados totales o parciales de sueño, de enfermedad, de embriaguez, de pasión, de cólera o de locura, motivan resoluciones inexplicables en ánimos equilibrados, que las circunstancias empujan de un modo eficaz, aunque no irresistible, al hombre, que la naturaleza humana está viciada por el pecado, y que no somos espíritus puros, por lo cual, rechazando la tesis materialista de Zola, aceptamos sus investigaciones reales y verdaderas, y algo de su pesimismo en lo que se refiere al convencimiento de la miseria humana” (zit. LÓPEZ-SANZ: 96). Interesse für Psychologie: “de todos los territorios que puede explotar el novelista realista y reflexivo, el más rico, el más variado e interesante es sin duda el psicológico, y la influencia innegable del cuerpo en el alma y viceversa, le brinda magnífico tesoro de observaciones y experimentos” (La cuestión palpitante, zit. LÓPEZ-SANZ: 46). “naturalismo católico”: “Gran parte de ellas [sus novelas] tienen una temática en la que se imponen soluciones [...] abiertamente católicas.” (LÓPEZ-SANZ: 91). W er k e: La cuestión palpitante (theoret. Schrift) Los Pazos de Ulloa 1886: La hembra destinada a llevar el nombre esclarecido de Moscoso y a perpetuarlo legítimamente había de ser limpia como un espejo... Y don Pedro figuraba entre los que no juzgan limpia ya a la que tuvo amorosos tratos, aun en la más honesta y lícita forma con otro que con su marido. Aun las ojeadas en calles y paseos eran pecados gordos. Entendía don Pedro el honor conyugal a la manera calderoniana española neta, indulgentísima para el esposo e implacable para la esposa. (OC: 205). A la que no se podían poner tachas era a Rita, la hermana mayor. Lo que más cautivaba a su primo en Rita no era tanto la belleza del rostro como la cumplida proporción del tronco y miembros, la amplitud y redondez de la cadera, el desarrollo del seno, todo cuanto en las valientes y armónicas curvas de su briosa persona prometía la madre fecunda y la nodriza inexhausta. ¡Soberbio vaso, en verdad, para encerrar un Moscoso legítimo, magnífico patrón donde injertar el heredero, el continuador del nombre! El marqués presentía en tan arrogante hembra, no el placer de los sentidos, sino la numerosa y masculina prole que debía rendir; bien como el agricultor que ante un terreno fértil no se prenda de las florecillas que lo esmaltan, pero calcula aproximadamente la cosecha que podrá rendir al terminarse el estío. (200) 2 Rita, siempre animada y provocadora, lo era mucho con su primo y no poco con los demás, pues don Pedro advirtió que a las miradas y requiebros de sus admiradores correspondía con ojeadas vivas y flecheras. Lo cual no dejó de dar en qué pensar al marqués de Ulloa, quien, tal vez por contarse en el número de los hombres fácilmente atraídos por las mujeres vivarachas, tenía de ellas opinión detestable, y para sus adentros la expresaba en términos muy crudos. (202) Le asaltaba entonces un escrúpulo de esos que se quiebran de sutiles. Por muy perfecta casada que hiciese Nucha, su condición y virtudes la llamaban a otro estado más meritorio todavía, más parecido al de los ángeles, en que la mujer conserva como preciado tesoro su virginal limpieza. Sabía Julián por su madre que Nucha manifestaba a veces inclinación a la vida monástica y daba en la manía de deplorar que no hubiese entrado en un convento. Siendo Nucha tan buena para mujer de un hombre, mejor sería para esposa de Cristo; y las castas nupcias dejarían intacta la flor de su inocencia corporal, poniéndola para siempre al abrigo de las tribulaciones y combates que en el mundo nunca faltan. (218f.) Además, el fino trato de su mujer, la perpetua compañía de sus hijas, suavizara ya las tradiciones rudas que por parte de los De la Lage conservaba don Manuel: cinco hembras respetadas y queridas civilizan al hombre más agreste. He aquí por qué el suegro, a pesar de encontrarse cronológicamente una generación más atrás que su yerno, estaba moralmente bastantes años más adelante. (214) –¡Imposible! –Gritó el marqués con toda su alma. Y como el capellán se echase a reír añadió–: Ni de guasa me lo anuncie usted, don Julián... Ni de guasa. Tiene que ser un chiquillo, porque si no, le retuerzo el pescuezo a lo que venga. Ya le he encargado a Nucha que se libre bien de traerme otra cosa más que un varón. Soy capaz de romperle una costilla si me desobedece. Dios no me ha de jugar una mala pasada. En mi familia siempre hubo sucesión masculina: Moscosos crían Moscosos, es ya proverbial. (218) ...la endeblez de su temperamento linfáticonervioso, puramente femenino, sin ardores ni rebeldías, propenso a la ternura, dulce y benigno como las propias malvas, pero no exento en ocasiones de esas energías súbitas que también se observan en la mujer, el ser que posee menos fuerza en estado normal y más cantidad de ella desarrolla en las crisis convulsivas. (OC I: 174f.) A las mujeres se les da en las ciudades la educación más antihigiénica: corsé para volver angosto lo que debe ser vasto; encierro, para producir clorosis y la anemia; vida sedentaria, para ingurgitarlas y criar linfa a expensas de la sangre... Mil veces mejor preparadas están las aldeanas para el gran combate de la gestación y alumbramiento, que al cabo es la verdadera función femenina./ Siguió explanando su teoría, queriendo manifestar que no ignoraba las más recientes y osadas hipótesis científicas, alardeando de materialismo higiénico, ponderando mucho la acción bienhechora de la madre Naturaleza. (227) […] acostumbrado a la vida claustral del seminario y de la metrópoli compostelana, la Naturaleza le parecía difícil de comprender, y casi le infundía temor por la vital impetuosidad que sentía palpitar en ella, en el espesor de los matorrales, en el áspero vigor de los troncos, en la fertilidad de los frutales, en la picante pureza del aire. (176) …una ruina, ruina vasta y amenazadora, que representaba algo grande en lo pasado, pero en la actualidad se desmoronaba a toda prisa. (179) No habiéndose descosido jamás de las faldas de su madre sino para asistir a cátedra en el Seminario, sabía de la vida lo que enseñaban los libros piadosos. (174) La Madre Naturaleza. Barcelona: Editorial Daniel Cortezo, 1887 Verwendete Literatur: Pardo Bazán, Emilia (19734): Obras completas. Estudio preliminar, notas y preámbulos de Federico Carlos Sainz de Robles. Madrid: Aguilar. (= Obras eternas, 1) (GR 85/PAR/2)